Territorializando los Andes: De la unidad vecinal a la unidad territorial como sistema de regionalización en el Perú
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Pontificia Universidad Católica del Perú
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Resumen
El proceso de regionalización en el Perú ha pasado por diversas etapas, caracterizadas principalmente
por criterios administrativos y políticos. Desde las primeras intendencias coloniales
hasta la conformación actual del país en 24 departamentos, 196 provincias y 1846 distritos,
la delimitación territorial se ha venido realizando de manera fragmentada y desarticulada. Esta
situación ha generado inequidades en la gestión del territorio, conflictos jurisdiccionales y una
deficiente administración de los recursos naturales.
Actualmente, el 76.8% de los distritos y el 89% de las provincias no están debidamente
delimitados (DNTDT, 2003), lo que refleja una problemática histórica que afecta el desarrollo
territorial. La ausencia de límites claros ha generado más de 500 disputas activas (Defensoría
del Pueblo, 2020), lo que obstaculiza la inversión pública y privada y restringe la planificación
ordenada del territorio.
Paralelamente, el centralismo ha sido una constante en la historia del Perú, afectando particularmente
a los territorios rurales. Estas áreas han sido relegadas en términos de desarrollo
económico y social, limitando sus oportunidades de crecimiento. Uno de los aspectos críticos
de esta problemática es la gestión del agua. El Perú presenta una distribución desigual de los
recursos hídricos: el 64.9% de la población ubicada en la cuenca del Pacífico cuenta con
solo el 2.2% de la disponibilidad hídrica, mientras que la vertiente del Amazonas concentra el
97.2% del agua, pero alberga solo al 31.6% de la población, mayoritariamente rural (ANA,
2020). Esta desproporción se ve agravada por el cambio climático y el derretimiento de los
glaciares, factores que sitúan al Perú entre los 33 países que enfrentarán un severo estrés
hídrico para 2040.
Desde una perspectiva histórica, la organización territorial del Perú ha evolucionado desde
el sistema del Tahuantinsuyo hacia un modelo republicano basado en departamentos. Sin
embargo, los criterios de demarcación han permanecido similares a los de la época virreinal,
privilegiando aspectos administrativos sobre criterios territoriales.
Ante esta problemática, se plantea un nuevo modelo de regionalización basado en un enfoque
“bottom-up” (de abajo hacia arriba), que prioriza la participación de las comunidades locales en
la toma de decisiones. En lugar de imponer divisiones político-administrativas arbitrarias, este
enfoque propone una organización territorial basada en criterios naturales y socio-productivos,
permitiendo una gestión más eficiente y equitativa de los recursos.
El modelo parte de las microcuencas hidrográficas como unidades básicas de organización
territorial, las cuales han sido históricamente espacios fundamentales de producción y gestión
ambiental en los Andes, y su reconocimiento como base para la regionalización permitiría articular
las actividades económicas y sociales con la disponibilidad de recursos hídricos. A partir
de esta base, se establece un sistema multiescalar que incluye diferentes unidades territoriales
hasta alcanzar un modelo regional de articulación transversal, donde la unidad vecinal se convertiría
en la unidad minima de planificación y gestión del territorio. Este esquema multiescalar
facilita la integración territorial al articular las comunidades de manera ecológica y productiva,
promoviendo una gestión equitativa de los recursos. Además, reconoce la diversidad geográfica,
económica y cultural del Perú, promoviendo la autonomía y el desarrollo sostenible.
Descripción
Palabras clave
Regionalismo--Perú--Participación ciudana, Campesinos--Perú--Andes, Región, Abastecimiento de agua--Perú--Andes, Región, Perú--Divisiones administrativas y políticas