Filosofía (Mag.)
Permanent URI for this collectionhttps://hdl.handle.net/20.500.12404/759
Browse
31 results
Search Results
Item La identidad en la obra de Hannah Arendt(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2024-01-22) Oliart Bonilla, Rodrigo Nicolas; Tubino Arias Schreiber, Fidel JulioEl concepto de identidad ha sido muy trabajado en la obra de Arendt, y hay mucho sobre este que podemos decir con claridad. Por ejemplo, sabemos que únicamente podemos comprender quién es alguien a través de sus acciones o de las historias que dichas acciones tejen. También sabemos que no podemos describir la identidad con palabras, ya que terminaríamos reduciendo quién somos a qué somos. Sin embargo, no sabemos qué es, ya que Arendt no ofrece una definición precisa de esta. El objetivo general del presente trabajo es brindar una definición sobre qué es aquello que Arendt llama identidad. Se inicia el trabajo reflexionando sobre el mundo, sobre su importancia en la obra de Arendt, y señalando que la acción solo puede ser comprendida unitariamente si es que se toma en cuenta su relación con el mundo. Luego, tomando en cuenta las relaciones entre la identidad y el mundo, y una serie de citas sobre la identidad presentes en la obra de Arendt, se presentan criterios que una definición de la identidad ha de cumplir. A partir de estos criterios, se concluye que la identidad es el espacio que ocupamos en el mundo el cual es actualizado y es observable a través de la acción.Item La expresión musical de la reversibilidad Resonancia filosófica entre 4’33” de John Cage y la filosofía de Maurice Merleau-Ponty(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2022-07-19) Borea de La Portilla, Alejandra; Chu Garcia, Mariana VeronicaEsta tesis busca establecer un diálogo entre la propuesta filosófica de Maurice Merleau- Ponty y la obra 4’33” de John Cage con el fin de responder a la siguiente pregunta: ¿de qué modo la reversibilidad a la que apunta el filósofo en sus escritos tardíos tiene lugar en el arte musical y en la escucha profunda que la obra 4’33” propone? Sostenemos que el concepto de reversibilidad que ofrece la ontología de Merleau-Ponty se hace presente en el sistema de la escucha y se expresa de manera radical en esta pieza. Para ello, exploramos cómo 4’33” nos invita a experimentar la reversibilidad en múltiples relaciones de entrelazo e intercambio que se dan en la escucha y los distintos tipos de silencio que cada una de estas presenta. Este recorrido nos aproxima a lo que llamamos el silencio de “lo profundo”, la dimensión originaria de nuestra vida perceptiva donde se tiene experiencia del Ser.Item Precisiones sobre el liberalismo político de Mario Vargas Llosa : un equilibrio entre la libertad individual y la justicia social(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2021-10-13) Ponce Bogino, Héctor Alberto; Gamio Gehri, Gonzalo EduardoLa hipótesis de la tesis que presento para optar el grado de Magister en Filosofía lleva por título Precisiones sobre el liberalismo político de Mario Vargas Llosa. Un equilibrio entre la libertad individual y la justicia social y en ella muestro que varias de las ideas políticas de Mario Vargas Llosa descansan en ideas filosóficas, cuyo principal interés es el de proteger al individuo y su libertad sobre las demandas de los colectivos, buscando protegerlo de los oligopolios, otorgándole, además, por justicia, condiciones reales de equidad, desde el inicio de la vida, con una educación valiosa, que le permita participar de manera franca en las competencias y vicisitudes del tramado social. Tanto el primer período político, signado por el marxismo existencial de Jean-Paul Sartre, como el segundo, influido por el liberalismo de Karl Popper, Frederick Hayek e Isaiah Berlin, tienen por eje, ambas etapas, el de proteger al individuo. Las diferencias, por supuesto, entre ambos períodos son enormes. Ahí las estrategias económicas de creación y distribución de dinero que tienen el socialismo y el capitalismo, ahí las valoraciones diferentes de las formas entre autoritarios y demócratas. Sartre despreciaba las formas democráticas por ver en ellas sólo impostura y retórica huera, mientras que el liberalismo de Popper las reivindicaba como canales pertinentes que conducen a reformas incruentas. Con el paso de los años, se destaca el despliegue gradual, aunque firme, en el que transita Vargas Llosa; de joven socialista de cuño sartreano, y de mayor edad hacia el liberalismo de Popper, Hayek y Berlin, y se observa que el escritor peruano-español busca reunir la concreción de los valores de la libertad y de la justicia, enfatizando el realismo de las reformas prácticas, la salida real de la extrema pobreza, aumentando la riqueza mediante la integración de economías subdesarrolladas al mercado mundial y dejar el asistencialismo crónico del Estado, lograr que éste no desfalque el dinero que no tiene, y promover un gobierno plural que proteja a las minorías culturales sometidas a lo largo de la historia. En las democracias, piensa Vargas Llosa, se crean los anticuerpos que nos defienden de los totalitarismos y corrupción, se agudiza la crítica y la investigación, y, sin abdicar de la «moral de los límites» de Camus, le ilumina, por ráfagas, la inteligencia comprometida de Sartre –aunque otras veces reniegue de él- , y, así, camina en un equilibrio entre Sartre y Camus hacia el valor de la libertad individual tal como lo plantearon Popper, Hayek y Berlin. A lo largo del trabajo se mostrará (i) qué aprendió Vargas Llosa del debate entre Sartre y Camus sobre si el fin justifica los medios, (ii) qué estilo de liberalismo es el que él defiende después de ser influido por Popper, Hayek y Berlin, y (iii), en estética, por qué es necesario que el escritor sea libre, autónomo y por qué es vital que los escritores, más allá las afinidades y compromisos políticos, no supediten lo que escriben a los valores sedimentados de los ciudadanos. La tesis se divide en tres capítulos. El primero está dedicado al debate entre Jean-Paul Sartre y Albert Camus, y analiza la primera parte de la tesis (i), es decir, qué ideas filosóficas y políticas de Camus y de Sartre se hallan en el liberalismo de Vargas Llosa, recopiladas en Entre Sartre y Camus, ideas que subyacen en distintos artículos periodísticos del escritor. Así, en 1.1, se detallan las razones esgrimidas por ambos filósofos sobre si, en nombre de la justicia social, el fin justifica los medios. Después, siempre sin alejarse del debate, en 1.2 se precisan las ideas éticas y políticas de Camus, puntualmente la «moral de los límites»; en 1.3 se detalla el «realismo político» de Sartre y su culto a la eficacia; y en 1.4 se cierra el primer capítulo estudiando las ideas que Vargas Llosa aceptó y renegó del debate. El segundo capítulo estudia la segunda parte de la tesis (ii), el estilo de liberalismo que presenta y defiende Vargas Llosa alimentado, básicamente, por los tres liberales que él considera los más urticantes, imprescindibles del siglo XX: Hayek, Popper y Berlin. En 2.1 se analizan las ideas principales del prólogo de El otro sendero, la memoria El pez en el agua, y los ensayos La utopía arcaica, La civilización del espectáculo y, de más reciente publicación, La llamada de la tribu, así como diversos artículos de periódicos y conferencias, donde Vargas Llosa ha presentado sus propuestas políticas, sus ideas y metas liberales a partir de las cuales pueden rastrearse las nociones básicas de su pensamiento político. En esos textos, puntualmente, defiende la libertad de cada individuo, el egoísmo como energía, como fuerza espontánea que, en el mejor de los casos, beneficia a la comunidad («la mano invisible» de Smith), y el ejercicio de tolerar las diferencias en los fines, en las metas y en los propósitos de vida, además de fortalecer las instituciones educativas. En 2.2. se aborda al filósofo Karl Popper, el autor que enseñó a sus lectores a exigir pruebas, predicciones puntuales, expuestas a críticas, y a identificar las especulaciones que se hacen pasar por teorías testeadas cuando sólo son discursos vacíos. La epistemología y el liberalismo de Popper están vinculados por el valor positivo de la crítica racional que cuenta con evidencia, por ejercer y recibir críticas, valor clave en las sociedades abiertas, tolerantes. La epistemología de Karl Popper, estudiada en 2.2.1, muestra algunos de los aportes del intelectual en filosofía de la ciencia, deteniéndose, por un breve momento, en 2.2.1.1. en su crítica al psicoanálisis. Con el mismo propósito, el de conocer qué posición toma un popperiano como Vargas Llosa frente a perspectivas asociadas con los temas de Thomas Kuhn, después se profundiza en el debate entre Popper y Kuhn, en 2.2.1.2, bajo dos preguntas centrales: (i) ¿la contrastación es el valor preponderante entre teorías rivales?, y, (ii) ¿elegir entre paradigmas es imposible porque son inconmensurables? Sobre (i), si la contrastación es la prueba máxima que resuelve conflictos entre teorías rivales, continúa el debate, con mayor fuerza en las ciencias sociales y humanas, aunque, cierto es, el listado que formuló Popper en este asunto orienta muchísimo, en donde la contrastación era un valor crucial, e incluso el propio Kuhn, en una conferencia con Popper, admitió que, en las lides entre teorías rivales, dentro de los rasgos que se les solicitan a las teorías -la precisión y la coherencia, la competencia, la simplicidad y productividad- la contrastación fina con la realidad juega un rol clave. Acerca de (ii) la imposibilidad de elegir racional y críticamente entre paradigmas porque serían inconmensurables, Popper tiene razón al identificar los presupuestos erróneos de Kuhn (asumió que la racionalidad de la ciencia presuponía una especie de marco común general, cuando no es así, y también supuso que la racionalidad dependía de un lenguaje común, de un conjunto de presuposiciones universales). De las ideas de Popper se desprende, además, que la ciencia avanza cuando se confirman conjeturas audaces y cuando se revocan teorías prudentes. Una vez mostradas las nociones epistemológicas de Popper, en 2.2.2, se aborda su liberalismo político, destacando las afinidades entre él y Marx y las diferencias que, en lo básico, consisten en que mientras Marx pensó que el capitalismo intrínsecamente convierte en mercancía a los trabajadores y que el capitalismo sería erradicado, Popper buscó reformar ese capitalismo sin violencia, sin baños de sangre. La lectura que hizo Popper sobre Marx, hoy vemos, a la luz de los aportes de Gramsci y Althusser, atacó el economicismo que en varios momentos defendió Marx, pero descuidó el terreno de la lucha intelectual que también empuñó el autor de El capital. Sin embargo, atendiendo de manera directa a la reflexión de Popper, a Marx, las leyes y la política, se le presentaban como un decorado, bisutería del poder capitalista; para Popper, en cambio, la meta era lograr que el poder económico no fuese la bota sobre la faz del poder de las leyes y de la democracia. Popper explicó por qué el Estado debía intervenir, en contadas ocasiones, en la economía y proteger, siempre, las condiciones laborales de los menos favorecidos y estuvo contra el capitalismo sin trabas, pues el Estado debía intervenir en la salud y en la educación de los ciudadanos, en la redistribución inteligente de los impuestos, además de permitir el derecho vital, regenerador, de las huelgas y de los sindicatos. El segundo capítulo continúa estudiando en 2.3 las influencias de Hayek y Berlin sobre el autor de El sueño del celta. En 2.3.1, según Hayek, las empresas privadas estimulan la competencia económica y, gracias a ellas, los ciudadanos logran desperezarse de la viscosa rutina de las fábricas estatales. Afirmó que las democracias liberales eran superiores moral y económicamente que el socialismo real, autoritario y en ruinas a la vez que, en el capitalismo, dijo, había más derechos humanos, más igualdad de oportunidades, más respeto al individuo que en los despóticos países comunistas. En lo económico, sin dudas, Vargas Llosa comparte las ideas de Hayek; sin embargo, el liberalismo, dirá, no se reduce a la economía, el liberalismo aloja proyectos económicos, sociales y cuida de la libertad del individuo. En dos oportunidades, Hayek aplaudió la dictadura capitalista de Chile, y Vargas Llosa, en ese punto toma distancia, pues, a diferencias de las dictaduras, las democracias no sólo fijan los ojos en los fines, en los propósitos, en los objetivos comunes, sino también en los medios, en las formas políticas en que se consiguen esos fines, con inteligencia, cediendo y pulseando, y en consensos, y por eso para el liberalismo del escritor es un error fatal reducir las ideas liberales al terreno económico, error que también Isaiah Berlin puso de manifiesto y que se estudia a continuación en 2.3.2. El estilo de escritura de Berlin es lo primero que admira Vargas Llosa y lo identifica como un hábil ensayista que lejos de ser especulativo y abstracto está arraigado a la experiencia común del lector, en lugar de ser egocéntrico mostrando sus propias tesis es más bien casi imperceptible; su técnica para persuadir –dice Vargas Llosa- es el fair play que se detecta al leer sus trabajos sobre distintos filósofos, de preferencia aquellos que no pensaban como él, aquellos que renegaban de los valores y proyectos de la Ilustración y del liberalismo, tales como Joseph de Maistre, Hamman, autores del ala protofascistas, pero también Berlin escribió una biografía impecable sobre Marx, bajo la idea de querer entender a esos autores antes de refutarlos, de que leer a los aliados es aburrido y más interesante es adentrarse en los adversarios, y conocer de esta manera sus razones, sus propósitos, pues quería poner a prueba la solidez de sus propias ideas y convicciones y, así, ir descubriendo qué tenían de erradas, de falso, de distorsión y de fealdad. De Berlin las ideas que atrajeron a Vargas Llosa fueron su reformismo, su convicción de que mejor eran los cambios graduales, parciales y el sospechar de las utopías y los apocalipsis; y también el desarrollo que hizo del pluralismo y la tolerancia al mostrar que muchas veces los fines y los objetivos y los valores que tiene cada individuo no son armoniosos entre sí y, por el contrario, los ciudadanos tienden a un «equilibrio inestable», ya que se chocan, se embisten y se crispan por no tolerar, muchas veces, los fines diferentes que han elegido los otros. Si eso pasa entre individuos, es más notorio cuando comparamos el estilo de vida de los vieneses de inicios del siglo XX con las tribus nómadas que unificó Gengis Kan. Los criterios con los que son valoradas las acciones e intenciones morales de una era no suelen coincidir al ver las de otras épocas. Estos son, para Berlin, puede decirse, ejemplo de valores irreconciliables, tal como se ve en los objetivos de los cristianos medievales viviendo en una apartada abadía y los valores bélicos de los espartanos bajo el liderazgo de Leónidas. Otro aporte que Vargas Llosa aplaude de Berlin es haber continuado con la diferencia entre «libertad negativa» y «libertad positiva», pieza fundamental en la filosofía de Hobbes y Hegel, y que fue heredada por los discursos del liberalismo del siglo XX; de modo que el entusiasmo y la convicción de Hayek de que el mercado libre garantiza el progreso, cobra, gracias a Berlin, un necesario contrapeso, recordando que el laissez faire, si bien desde su puerta más publicitada genera que los individuos intercambien mercancías e intereses de manera más veloz y práctica, también posee una trastienda por donde los niños fueron invitados a trabajar en minas de carbón. De las ideas de Popper, Hayek y Berlin nace el liberalismo de Vargas Llosa, alentando la competencia entre las empresas privadas y protegiendo a la sociedad de los excesos, de los oligopolios, que genera el mercado libre, desbrozando sus imperfecciones, ayudando que las condiciones iniciales de competencia no perpetúen las injusticias, tratando, mediante los resultados positivos de la economía de mercado para generar riqueza, de llevar servicios de salud, de educación y de alimentación a todos los sectores de la sociedad. Con estas ideas en mente, Vargas Llosa siguió bullendo en ideas de crítica, exigiendo pruebas y tolerancia entre ciudadanos, y, cuando revisó la discusión entre los dos escritores existencialistas que marcaron su juventud, esta vez le dio la razón a Camus y a la «moral de los límites». El tercer capítulo aborda (iii) la estética en la obra de Vargas Llosa, pero aterrizando en el aspecto del compromiso del escritor. Por qué es vital que el escritor no supedite sus creaciones a los valores ciudadanos, a las nobles causas ni siquiera en nombre del compromiso social. Es útil analizar en 3.1. La utopía arcaica, obra dedicada al estudio de José María Arguedas, en la cual Vargas Llosa niega que la literatura deba estar al servicio del indigenismo o de cualquier otra causa política y social, porque, piensa, la gran literatura está al servicio de la causa literaria: producir placer, profundizar en la condición humana, reverberar los claroscuros de las sociedades. El indigenismo fue valioso, por supuesto, al describir la vida de los hijos de los aborígenes tres siglos después de la Conquista de España, esquilmados por gamonales y latifundistas, y buscó desbaratar las mentiras oficiales, proferidas desde varias instituciones, una tarea que la realizaron bien los antropólogos y los sociólogos, entre otros, pero que, en el sentir de Vargas Llosa, perjudica a la literatura, en cuanto que prediseñarle una misión, un quehacer práctico inmediato, la desnaturaliza. La literatura no tiene por qué llevar estampada una moral edificante; ese, dice el escritor, es un relente que expiden adecuadamente las aulas y los periódicos, pero no la literatura. La literatura amplía la conciencia del lector, no se está quieta nunca, no propaga convicciones ni da certezas, sino todo lo contario, siembra la duda, la sospecha, la incertidumbre; no demuestra teoremas ni está gobernada por una jerarquización de ideas, no busca una pista de aterrizaje para conclusiones con camisa de fuerzas; ella muestra más bien los contornos más insospechados, otorgándoles nuevas consideraciones a los asuntos que parecían ya sedimentados. Con el caso de José María Arguedas, además, se reavivó la discusión entre la tradición hispanista y los indigenistas, una discusión que abrió temas relevantes en el Perú. En 3.2 se repasan las críticas literarias de inicios del siglo XXI que ha merecido el escritor y en 3.3 se muestra que las actuales coordenadas en que Vargas Llosa vislumbra el debate de ideas es entre distintas formulaciones del liberalismo, matices que van y vienen en torno del individuo, la economía y la política, la cultura y el arte, pero no del neoliberalismo (o economicismo), nombrado asimismo «la enfermedad infantil» del liberalismo. Se pone en el tapete también críticas en torno a la meritocracia que defiende –se supone- el mercado; pero sobre todo se discutirá La civilización del espectáculo por su tesis de que el declive cultural de la actualidad -en tanto que la población en su mayoría está fascinada por el espectáculo y le resulta casi imposible acceder a la cultura que exige esfuerzos- no tiene raíces en las reglas de juego del capitalismo, pues, según Vargas Llosa, contrariando ciertos pasajes marxistas, aunque también continuado el diagnóstico de Gramsci, la cultura no es el pálido reflejo, un epifenómeno de la vida económica. Según Vargas Llosa, el desarrollo cultural no depende de la bonanza económica de los países ni está amarrado a las carencias económicas, pero, esa idea ha sido cuestionada porque, como plantea el sociólogo Nelson Manrique, apuntando a Ayacucho, las culturas ricas y las culturas pobres corresponden, sencillamente, a sociedades adineradas y a sociedades empobrecidas. Finalmente, en 3.4, se ve por qué el literato Luis Loayza, refiriéndose a Vargas llosa, dijo: «Es un Balzac que quiere escribir como Flaubert»; por qué el escritor peruano, en nombre de una literatura libre de cencerros ideológicos, o de cualquier otra forma de presión social, rompió con el mandato de la literatura comprometida de Sartre, a quien confiesa haber glosado con alborozo en ¿Qué es la literatura? Hay muchísimos puntos de los que se distanció de Sartre, pero a lo mejor hay una idea que aún chisporrotea como un rescoldo: la idea de que escribir es a la vez un síntoma y una cura, una patología y una redención.Item Lo que habría querido decir el espacio, es el tiempo : en torno al problema del espacio en Hegel(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2021-02-17) Vera Cubas, Santiago; Rizo-Patrón Boylan de Lerner, Rosemary JaneLa tesis busca rastrear el lugar y la operatividad del concepto de espacio en el pensamiento de Hegel a la luz de un interés específico: dar cuenta del mecanismo de la negación, conservación y superación (Aufhebung) del espacio por el tiempo en el marco de la filosofía hegeliana de la historia. A lo largo del sistema hegeliano nos encontramos con el siguiente movimiento: mientras el espacio representa la forma de la exterioridad de la idea (Naturaleza), el tiempo constituye la forma de su exterioridad (Naturaleza) y de su interioridad (Espíritu) simultáneamente. Ahora bien, si la Historia ha sido definida por Hegel precisamente como el “conjunto vivo” de lo espiritual y lo natural o, correlativo a ello, como el escenario en que la idea existe “en toda la extensión y de su interioridad y de su exterioridad” aparece, de esta suerte, la pregunta que marca la ruta de la presente investigación: ¿bajo qué tipo de mecanismo dialéctico el espacio es incorporado a la interioridad de la historia y qué rol cumple la doble determinación del tiempo en el marco de este esquema? La tesis aborda dicha pregunta desde un ángulo doble: uno exegético, que será desarrollado en los dos primeros capítulos y al que le corresponde un rastreo textual de la operatividad de dicho mecanismo al interior del sistema hegeliano; y otro especulativo, orientado a evaluar el rendimiento y el interés de la problemática descrita más allá o, incluso, a contrapelo de una posibilidad de lectura del pensamiento de Hegel. Este segundo abordaje conforma el tercer capítulo de la tesis y echa mano del aparato teórico desarrollado en los capítulos anteriores para ensayar una hipótesis estética del concepto hegeliano de espacio a la luz del debate contemporáneo desarrollado en el campo de las ciencias sociales y las ciencias humanas, conocido como el giro espacial.Item El Canto de Agustín La modulación entre el discurso y el silencio(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2021-01-22) Arana Alencastre, Jean Luis; Bacigalupo Cavero Egusquiza, Luis EduardoEn la presente tesis se estudiará el rol que juega la música en el estilo y pensamiento de Agustín de Hipona y se tratará de vislumbrar cuál es su importancia. Para desde allí abordar el problema ulterior que surge con la noción de creación desde la nada (creatio ex nihilo). El cual pregunta ¿cómo pensar la posibilidad de la relación entre lo eterno y lo temporal teniendo en cuenta una distancia ontológica infinita entre el Creador y lo creado? Con respecto a ello se logrará ver finalmente que al incorporar el enfoque musical se abren horizontes de interpretación renovadores en torno al pensamiento de Agustín y cierta luz a la problemática de la creación. En ese sentido, el tema principal es la música como componente esencial en el estilo y pensamiento de Agustín que da como título el Canto de Agustín: la modulación entre el silencio y el discurso. A dicho tema se plantea la pregunta general: ¿Cuál es el lugar de la música en el pensamiento de Agustín? Como hipótesis se afirma que la música posee un lugar esencial en el pensamiento de Agustín, porque es en su estilo rítmico y desde él que compone sus pensamientos. Es decir, la música está presente de forma esencial en la manera de crear sus textos. Lo que quiere decir que está presente en su forma de escribir, en lo referente a la composición de sus palabras. Asimismo, se sostiene que la música permite proponer un mayor horizonte al problema entre el Ser eterno y lo creado por medio de la unión con Aquel en la modulación. Además, se afirma que es con la música que se pueden comprender con mayor amplitud los principales conceptos en la filosofía de Agustín como la memoria, el tiempo, la voluntad, el amor, la creación y el Ser. Por todo ello, la música es aquello que articula el pensamiento de Agustín en cuanto a su forma de escribir y lo muestra en todo su esplendor. Así, lo que pretende la tesis es señalar una relación entre el pensamiento de Agustín, su estilo de escritura y la música para poder comprender a partir de ello la posibilidad de la relación entre el Ser Creador Eterno y el ser creado temporal en la unión por la participación a través de la modulación desde las armonías eternas.Item Reconocimiento e ideología en Axel Honneth(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2020-11-05) Nación Pantigoso, Miguel Ángel; Giusti Hundskopf, Miguel ÁngelEn la filosofía social contemporánea el concepto de reconocimiento está en discusión. Por un lado, algunos filósofos, entre los que destacan Louis Althusser, Michel Foucault y Judith Butler, sostienen que el reconocimiento significa la adhesión subjetiva al poder expresada en la respuesta al llamado de la ley. En esta respuesta la subjetividad se reconoce en la ley, adquiriendo una identidad práctica. Por esto, para estos filósofos el reconocimiento es la forma por la cual el sujeto queda sujetado a la ley. Por otro lado, Axel Honneth sostiene que el reconocimiento es el movimiento dialéctico en el que la subjetividad busca afirmarse en el otro para ampliar el horizonte valorativo de la sociedad. La estructura normativa que puede satisfacer el deseo de afirmación subjetiva es la autorrestricción del egocentrismo por respeto al otro. De este modo es posible estar con consigo mismo en el otro. A esta estructura normativa Honneth la llama Eticidad. En consecuencia, el reconocimiento expresa el sentido normativo de la subjetividad que busca realizarse. Entonces, ¿cómo diferenciar el sentido normativo del reconocimiento de la sujeción ideológica? Para esto, siguiendo a Honneth, sostenemos que la ideología, a diferencia del reconocimiento, es una promesa normativa meramente simbólica debida a la reificación de las relaciones de interdependencia que genera sufrimientos sociales en los sujetos. Nuestra tesis se sostiene en la crítica y recuperación de la agencia que hace Honneth respecto de la tendencia funcionalista prevaleciente en la Teoría Crítica que va de Karl Marx a Jürgen Habermas.Item Unidad, Concepto y Realidad Efectiva en la Lógica de Hegel: una aproximación(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2020-01-23) Schoof Alvarez, Carlos Guillermo; Giusti Hundskopf, Miguel ÁngelComo señala el título, la presente tesis quiere realizar una aproximación mereológica a algunos motivos comparativos entre Kant y Hegel. Por aproximación mereológica entiendo una perspectiva que atiende específicamente al concepto de “unidad” y a problemas relativos a ella. En mi caso, me ocupo principalmente de qué hay que entender por unidad, cómo se relaciona con la multiplicidad, y qué distinción se establece entre la unidad inteligible y la unidad sensible. Por motivos comparativos entre Kant y Hegel me refiero específicamente a las objeciones que Hegel dirige a la lógica trascendental kantiana en tanto carente de unidad sistemática. De esta manera, la aproximación mereológica me sirve para revisar los tópicos de la crítica hegeliana a Kant, como la noción de sistema, la unidad sintética de apercepción, la lógica trascendental, la deducción metafísica o la deducción trascendental. Asimismo, me ocupo de aproximarme a cómo Hegel pretende subsanar los defectos mereológicos de Kant a través del desarrollo de las nociones de Concepto y Realidad Efectiva. Para abordar estas nociones y los problemas antes señalados, defiendo que Hegel sostiene tres tesis: hay grados de realidad, los grados de realidad son grados de unidad y la verdadera unidad es la unidad inteligible opuesta a la unidad material. De esta manera, la presente investigación contribuye a la evidencia y el esclarecimiento de estas tesis metafísicas hegelianas.Item Idealismo y estética en la filosofía de Schopenhauer(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2019-03-25) Pérez García, Roger Antonio; Hanza Bacigalupo, KathiaLa presente investigación tiene como propósito analizar la relación entre estética e idealismo en la filosofía de Schopenhauer. Para ello, se analiza primero la relación entre la epistemología y la metafísica schopenhaueriana. Allí, analizamos las bases y criterios cognitivos propuestos por Schopenhauer de cara a la posibilidad y sentido de su metafísica. Argumentamos que el argumento central del idealismo se completa en la metafísica a través del análisis del sujeto de conocimiento en el devenir de la naturaleza como objetivación de la Voluntad. En vista de ello, sostenemos que falta un punto de conexión intuitivo entre ambas teorías y que, dicho punto de conexión lo provee la experiencia estética. La estética de Schopenhauer es analizada en función de la actividad cognitiva del sujeto como una actividad constitutiva del mundo y las representaciones entre las que se cuenta la Idea platónica. En ese sentido, entendemos la doctrina metafísica de la estética de Schopenhauer como complemento y compleción del análisis trascendental de la experiencia, y las Ideas como una bisagra o conexión entre la representación y la Voluntad. El filosofar o la reflexión filosófica de Schopenhauer es expuesta como una consideración estética, más no estetizante, del mundo.Item En disposición para amar : deseo, sexualidad y virtud en los modelos eróticos del Banquete de Platón(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2019-03-12) Galagarza Alfaro, Brenda Eliana; Gutiérrez Bustos, Raúl RobertoLa presente tesis busca sostener que el Banquete permite entender al amor como disposición erótica, cívico y política, pues enlaza la virtud, el deseo y la sexualidad con la meta final, a saber, la gestación de un hombre bueno. En vistas a ello, hemos realizado una revisión bibliográfica que nos permite justificar que el cuerpo tiene efectos palpables en la educación del deseo del alma, efectos que la tradición griega, arcaica y clásica, asumieron como parte de la misión paidética de la pederastia y que Platón se esforzó en controlar y direccionar principalmente hacia la convivencia cívica y el buen gobierno ejercido, este último, por el hombre bueno. Una de las conclusiones que sostenemos es que el cuerpo y la sexualidad tienen, un papel importante no solo en el acceso a los Formas sino en la consecución de este tipo de hombre. No sostenemos que Platón haya superado esa incomodidad con la que los hombres de su tiempo invitados a departir en el Banquete expresan sobre los aphrodisia, pero sí que dejó evidencias de que el cuerpo debía estar presente en el camino hacia la vida buena. Otro asunto expuesto es que, por lo general, no se hace suficiente énfasis en la equivocidad semántica del eros, pero la tesis aborda no solo ésta ambigüedad sino también la que le corresponde al concepto de “bueno” para poder justificar que el eros ni es puramente intelectual ni es puramente sexual o físico. Más bien, la virtud del eros radica en hallarse en un lugar de privilegio desde donde se dispone hacia lo intelectivo incorporando contenidos sexuales y corpóreos con virtud. Para explicar ese lugar de privilegio, la ruta que la tesis propone recorre tres modelos eróticos: interpersonal, trascendental y sintético-relacional. Los modelos recogen los discursos expuestos en el simposio y se organizan de esta manera para justificar la hipótesis, es decir, que la disposición para amar es una condición de la vida buena, esto se convierte en una lectura posible valorando todos los discursos y el aprendizaje, accidentado y torpe, que en boca de Alcibíades profundiza que el acceso a las Formas requiere de los placeres del cuerpo y de impericia que pueda conllevar. La paideía del deseo se concibe justamente en razón de este aturdimiento y la enkrateia con la que se le asume.Item Acontecimiento y expresión : la lógica del signo de Gilles Deleuze(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2019-03-04) Yalán Dongo, Eduardo; Krebs Pacussich, Victor JorgeEl objeto de la presente investigación es indagar sobre el concepto de signo en la filosofía de Gilles Deleuze desde la perspectiva de una reflexión sobre el acontecimiento y la expresión. Asumiendo las distintas perspectivas en la obra del filósofo, nos ocupamos no solo de su unificación, sino de la singularidad del concepto de signo en tanto franquea su tratamiento en la tradición filosófica y, sobre todo, en las ciencias sociales. Para ello, y desde la perspectiva del acontecimiento y la expresión introducimos un aspecto genético y ontológico novedoso sobre el concepto de signo así como la incitación a una disquisición sobre sus relaciones en lo político-social. Estas dos perspectivas permiten revelar al concepto de signo deleuziano con una doble orientación: por un lado vital, abierta a la expresión y acontecimiento, y, por el otro, despótica, cuando la vitalidad se opaca en el fenómeno.