Los hombres son todos iguales

Abstract

Men are all the same is a project sparked by Carlo Collodi’s The Adventures of Pinocchio. It gathers intuitive questions that aim to tear open the complexity around body, power, and desire, and to reconstruct it uncomfortably in tension with the contemporary context in which this artistic practice, made of representation, research, and lies, takes place. It stands on three elements: (1) an installation of three sculptures that give corporeality to Pinocchio and Geppetto, (2) a series of large format drawings that operate as writing and sustain an expressive thread without depending on verbal language, and (3) a text structured on the original tale’s table of contents, with voices of Geppetto, Pinocchio, Pepe Grillo, and other guests, in dialogue with theoretical reflections presented as narratives and morals that lie, intersect, and contradict to complicate the other components. Written language operates as a constructive, suggestive, and amplifying device, just as ambiguous as it is drastic, that sections, caresses, and penetrates the body of work, but not as a definitive explanation. It accompanies the process of murdering meaning and leaving it in suspense. The guiding hypothesis holds that the discursive complement tends to draw attention away from the corporeal component, while incompleteness is assumed as a tactic and frustration as the material driver of the process. The inevitable conclusion is that men are all the same.

Los hombres son todos iguales es un proyecto disparado por la novela Las aventuras de Pinocchio de Carlo Collodi. Reúne preguntas intuitivas que apuntan a desgarrar la complejidad en torno a cuerpo, poder y deseo, y reconstruirla de manera incómoda en tensión con el contexto contemporáneo en donde sucede esta práctica artística compuesta de representación, investigación y mentira. Se para sobre tres elementos: (1) una instalación de tres esculturas que dan corporalidad a Pinocchio y a Geppetto; (2) una serie de dibujos de gran formato que trabajan como escritura y sostienen un hilo expresivo sin depender del lenguaje verbal; y (3) un texto estructurado sobre el índice del relato original, con voces de Geppetto, Pinocchio, Pepe Grillo y otros invitados, en diálogo con reflexiones teóricas presentadas como narraciones y moralejas que mienten, se cruzan y se contradicen para complejizar los otros componentes. El lenguaje escrito opera como dispositivo constructivo sugerente y amplificador, tan ambiguo como drástico, que secciona, acaricia y penetra en el cuerpo de obra, pero no como explicación definitiva. Acompaña el proceso de asesinar el sentido y dejarlo en suspenso. La hipótesis que guía el trabajo sostiene que el complemento discursivo tiende a restar atención al componente corporal, mientras la incompletitud se asume como táctica y la frustración como motor material del proceso. La conclusión inevitable es que los hombres son todos iguales.