Descarbonización hidrosocial: Modelo de gestión de bofedales para la adaptabilidad socioeconómica e hídrica en comunidades altoandinas del Corredor Minero Sur

Abstract

La coexistencia entre los sistemas de extracción minera y las infraestructuras ecológicas altoandinas en los Andes tropicales del Perú plantea desafíos en un contexto de cambio climático y estrés hídrico, particularmente para las comunidades altoandinas que habitan este territorio a más de 3,500 metros sobre el nivel del mar. Esta región alberga algunas de las mayores reservas de cobre del mundo, un recurso clave para la transición energética; y cumple un rol esencial en la recarga hídrica para las cuencas del Pacífico y la Amazonía. El Corredor Minero Sur, con una extensión de 700 kilómetros, constituye el principal enclave minero del país y es crucial para la economía nacional. En 2020, las inversiones en este corredor representaron aproximadamente el 7% del Producto Bruto Interno (PBI), según el Ministerio de Energía y Minas. No obstante, pese a la magnitud de la actividad extractiva, la calidad de vida en las comunidades altoandinas no ha mejorado significativamente y la desigualdad social se ha intensificado. En los distritos de influencia del corredor, existe población vive en condiciones de pobreza con una creciente dependencia laboral del sistema extractivo. Esta situación ha intensificado las presiones antropogénicas sobre las infraestructuras ecológicas, esenciales para la provisión de servicios ecosistémicos clave, como la regulación hídrica y la provisión de recursos. La degradación de estos ecosistemas, combinada con el déficit hídrico creciente, compromete no solo la subsistencia de las comunidades locales, sino también el equilibrio hídrico regional. Por otro lado, a nivel global, la minería es responsable de entre el 4% y el 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En este contexto, los mercados de carbono y las estrategias de descarbonización han cobrado relevancia. Sin embargo, la minería peruana enfrenta importantes desafíos para integrar estos mecanismos de manera efectiva, especialmente en términos de desarrollo local y resiliencia socioambiental. En paralelo, las tecnologías ancestrales de cosecha y siembra del agua desarrolladas por las comunidades altoandinas representan un potencial para la resiliencia hídrica. En particular, la gestión hidrosocial de los bofedales resulta clave, ya que estos ecosistemas cumplen funciones esenciales en la regulación hídrica y la captura de carbono. Su preservación y manejo sostenible ofrecen una oportunidad única para implementar estrategias de descarbonización y adaptación climática a múltiples escalas. Frente a este panorama, la investigación plantea un modelo de gestión hidrosocial de bofedales en las comunidades altoandinas. Este modelo integra mecanismos de valorización de captura de carbono, hidrotecnologías y estrategias de financiamiento, vinculando las economías locales con los mercados globales de carbono. Como un mecanismo integral, su implementación no solo contribuiría a la conservación de los ecosistemas altoandinos, sino que también fortalecería la adaptabilidad hídrica y socioeconómica frente a las transformaciones derivadas de la actividad extractiva. Asimismo, busca fomentar economías locales inclusivas y reducir las desigualdades sociales en un contexto de creciente presión minera impulsada por la transición energética en un contexto de estrés hídrico.