dc.description.abstract | En las finanzas corporativas, una de las principales decisiones que deben tomar los
gestores es aquella referente a la estructuración de capital de las empresas que les permitirá
ejecutar sus inversiones, es decir, la elección entre las diferentes fuentes de financiamiento
que están a su disposición, la cual, pueden ser internas, cuando se hace uso de las utilidades
retenidas de la organización o el aporte de capital por parte de los accionistas, o en su defecto
externas, cuando se obtiene financiamiento a través de la adopción de obligaciones
financieras producto de la toma de préstamos bancarios o la emisión de instrumentos de
deuda.
En las últimas seis décadas se han realizado múltiples investigaciones en la búsqueda
de determinar cuál es la combinación más óptima entre el financiamiento interno y externo, y
los factores que determinan este tipo de decisiones, sin embargo, no se ha alcanzado un
consenso en torno a esta temática, toda vez que mientras varios autores soportan la teoría del
Trade Off, la cual enuncia que los gestores financieros buscan disponer de una estructura de
capital que minimiza su costo y por ende genera un impacto positivo en la creación de valor
en las empresas. Existen otros estudios, en los cuales se evidencia que los tomadores de
decisión no buscan una estructura de capital óptima que equilibre los beneficios y las
desventajas de la deuda; por el contrario, los gestores buscan incrementar sus inversiones
utilizando una escala jerárquica de preferencias respecto a las fuentes de financiación. Los
seguidores de esta teoría afirman, que existe la preferencia por el capital propio (patrimonio)
como primer recurso de financiamiento, debido a que este no se encuentra afectado por la
asimetría de la información del mercado y no tiene un costo en sí mismo, o al menos
representa un costo inferior que las fuentes de financiamiento externo. Como segundo recurso para el financiamiento se recurre a la deuda, es decir si la empresa no tiene suficientes
ganancias retenidas, entonces tendrá que acudir a fuentes externas, en donde el costo de la
deuda es menor comparado con el costo de la emisión de nuevos fondos propios o nuevo
patrimonio que es utilizado como tercer y último recurso para el financiamiento (Myers,
1984).
Dada la relevancia y la incipiente investigación respecto a esta temática en nuestro
mercado, el presente trabajo de investigación tiene como objetivo central, identificar las
buenas prácticas en la estructuración de capital de las empresas listadas en la Bolsa de
Valores de Lima (BVL), tomando el caso de las siguientes empresas: Telefónica del Perú
S.A.A; Cementos Pacasmayo S.A.A; Nexa Resources S.A.A; Luz del Sur S.A.A. y Unión
Andina de Cementos S.A.A. Entendiéndose el término de buenas prácticas como aquellas
rutinas desarrolladas por las empresas para la resolución de algún problema o tópico
particular, y que sirvieron para alcanzar un resultado satisfactorio y demostrable, por lo que
deberían ser copiadas o adoptadas por aquellas organizaciones que desean alcanzar los
mismos niveles de satisfacción (Urban, 2018).
Dada la naturaleza del problema de investigación, la metodología presenta un enfoque
cualitativo, toda vez que la misma ha sido desarrollada en una lógica y proceso inductivo
(exploración, descripción y generación de perspectivas teóricas) en el cual se fue de lo
particular a lo general. Para la selección del marco muestral se ha utilizado un método de
muestreo no probabilístico basados en la aplicación de una serie de criterios jerárquicos que
guardan relación con la problemática y objetivos de la presente investigación, entre los cuales
se encuentran la liquidez, la rentabilidad y el nivel de apalancamiento financiero de las
empresas listadas en la Bolsa de Valores de Lima durante el período 2012-2017. Entre los hallazgos más importantes resultantes de la presente investigación resalta
que en promedio la estructura de capital de las empresas seleccionadas, está compuesta por
un 65% de patrimonio y un 35% de obligaciones financieras de largo plazo. En lo que
respecta al financiamiento externo se ha podido constatar que las empresas seleccionadas se
han financiado en su mayoría a través de instrumentos de renta de fija (bonos) en el mercado
de capitales, representando el 73% del nivel agregado de la deuda de largo plazo; lo cual
evidencia la atractividad de este tipo de financiamiento con respecto a la deuda financiera de
otros tipos de instrumentos.
Entre los hallazgos relacionados con las Buenas Prácticas en la estructuración
financiera, la totalidad de las empresas entrevistadas han resaltado, (a) la necesidad de calzar
los plazos de los compromisos asumidos con los flujos operativos de las inversiones
emprendidas, (b) mantener un relacionamiento activo con los diferentes actores del sistema
bancario y del mercado de capitales como una medida de mantener abierta todas las
posibilidades de levantamiento de capital, (c) Proveer de forma oportuna y transparente la
información relevante de las organizaciones, al mercado y a las entidades clasificadoras, (d)
gestionar cada uno de los determinantes de la estructuración de capital de las empresas, entre
los más resaltantes, tangibilidad, rentabilidad y los niveles de coberturas calculados a partir
de la utilidad operativa (EBITDA) y tanto de los gastos financieros como el nivel total de
deuda y, (e) finalmente realizar un monitoreo continuo de las condiciones del mercado para la
toma de decisiones en torno a la estructuración del capital de las empresas, por ejemplo,
identificar cambios en las tasas de intereses para realizar la restructuración de la deuda de las
organizaciones o inclusive de la estructura de capital agregada de estas. | es_ES |