PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ FACULTAD DE PSICOLOGÍA Propiedades psicométricas de la Escala de uso problemático de pornografía (PPUS) en una muestra de adultos de Lima TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL DE LICENCIADA EN PSICOLOGÍA CON MENCION EN PSICOLOGÍA CLÍNICA AUTORA María del Rosario Zolezzi López ASESORA Silvana Melissa Romero Saletti Lima, mayo, 2019 Este trabajo lo dedico, con mucho cariño, a la memoria de 3 mujeres que ya no están: mi abuela Rosario, que vivió muchos años, y mis compañeras Gaby del Pozo Goichochea y Carla Arizmendi Carrasco, que vivieron muy pocos. Agradecimientos: A Silvana, por aceptarme. A Alfredo B. y Álvaro R., por las traducciones y sugerencias. A mis compañeros (Karen, Luna, Lucía, Camila, Sandra, Bryan y Marcio) por ayudarme con mis dudas. A mis padres, por seguir estando ahí, aun en su ancianidad. A mis hijos, porque finalmente todo lo que hago es para ellos Y sobre todo, a las 373 personas que contestaron los cuestionarios. RESUMEN El consumo de pornografía es una costumbre tan antigua como controversial y extendida, sobre todo entre la población masculina. El uso problemático de pornografía (UPP), definido como un tipo de adicción conductual asociada a la evitación de emociones negativas, no ha sido estudiado en nuestro medio. Por ello, el presente trabajo se ocupa del análisis de las propiedades psicométricas de la Problematic Pornography Use Scale –PPUS (Kor et al., 2014) en una muestra de 296 adultos de Lima (M=27.5, DE=11.38), a fin de incorporar el constructo en la investigación y la práctica clínica. La escala fue traducida por expertos y sometida a un análisis factorial con extracción de ejes principales y rotación oblimin. Se obtuvieron 3 factores en vez de los 4 propuestos por los autores. Pese a ello, la PPUS mostró evidencias adecuadas de confiablidad (α=.89) así como de validez convergente, discriminante y de constructo, encontrándose correlaciones significativas y fuertes con la BPS -Brief Pornography Screener- (r=.78); moderadas con adicción a internet (r=.34), y entre pequeñas y moderadas con todas las dimensiones del inventario de salud mental MHI-P. Asimismo, se encontraron las asociaciones esperadas entre puntaje PPUS y sexo, edad y estatus de pareja, pero no con nivel de religiosidad. Adicionalmente, se buscó evidenciar diferencias entre hombres y mujeres respecto a su relación con la pornografía (n=358). Se realizaron comparaciones de medianas en las variables frecuencia, influencia, expectativas, edad de inicio y actitud ante la pornografía, encontrándose diferencias significativas en todas ellas, con efectos entre pequeños y moderados. Palabras clave: PPUS, pornografía, adicciones conductuales, hipersexualidad, propiedades psicométricas. ABSTRACT Pornography consumption is a habit as ancient and controversial as it is common, especially among men. Problematic Pornography Use (PPU), defined as a type of behavioral addiction linked to the avoidance of dysphoric affect, has not been studied in our context. Therefore, the purpose of this study is to analyze the psychometric properties of the PPUS (Kor et al., 2014) in a sample of 296 adults from Lima (M=27.5, DE=11.38), in order to have a valid measure of the construct. By using factorial analysis, Oblimin rotation and principal axis extraction, we obtained 3 dimensions instead of the 4 factor structure proposed by its authors. Nonetheless, the psychometric properties of the scale as well as its internal consistency (α=.89) were adequate. Convergent validity was assessed with the BPS -Brief Pornography Screener- (r=.78); discriminant validity with an Internet Addiction Scale (r=.34) and all scales and subscales of the Mental Health Inventory MHI-P. Construct validity was assessed with sociodemographic indicators of Frequency and Amount of Consumption. We also confirmed the hypothesized associations between PPUS score and gender, age and relationship status, although not with religiosity. After that, we aimed to test gender differences regarding several aspects of their relation with pornography, such as expectations, influence, attitude and age of first access. Medians by gender of the whole sample (n=358) were compared and significant differences were found in all variables, with effect sizes ranging from small to moderate. Key words: PPUS, Pornography, Behavioral addictions, Hypersexuality, psychometric properties. Tabla de Contenidos Introducción…………………………………………………………………1 Método…………………………………………………………………….. 13 Participantes………………………………………………………. 13 Medición…………………………………………………………... 14 Procedimiento………………………………………………….….. 17 Análisis de Datos………………………………………….………..17 Resultados…………………………………………………………………..19 Discusión………………………………………………………………….. 25 Referencias……………………………………………………………….... 33 Apéndices………………………………………………………………….. 39 A. Consentimiento informado…………………………………….. 39 B. Cuestionario sociodemográfico……………………………….. 40 C. Confiabilidad de los instrumentos…………………………..... 42 D. Pruebas de normalidad……………………………………….. 46 E. Gráfico de Sedimentación……………………………………… 48 Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 1 La pornografía -del griego, descripción sobre prostitutas o escritos acerca de la prostitución- ha acompañado al ser humano desde el inicio de la civilización (Rudgley, 2000). Hay evidencia de dibujos y textos eróticos en China, India, Japón e incluso, como bien sabemos, en el antiguo Perú (Denegri, 2012). Sin embargo, dichas representaciones no tenían la connotación negativa y culposa propia de la pornografía moderna (Buitrago Villa, 2018). Es a partir del surgimiento de las religiones monoteístas y su prohibición del sexo no reproductivo o fuera del matrimonio que se empieza a censurar lo pornográfico. Y fue precisamente la censura de las épocas más represivas la que dio lugar a una distinción vigente hasta el día de hoy: lo pornográfico (no aceptable, vulgar) de lo erótico (o artístico, estético) 1 (Duarte & Rohden, 2016; Seltzer, 2011). Con la creación de la imprenta, estos contenidos sexuales explícitos se empiezan a distribuir masivamente, lo que marcaría un cambio fundamental (Velezmoro, Negy, & Livia, 2012). A lo largo de los siglos siguientes, el porno se siguió expandiendo y “democratizando”, a pesar de los múltiples intentos de censura, adaptándose muy fácilmente a los avances tecnológicos: fotografías, historietas, cine. La invención del video marcaría un hito, considerándose la década de 1970 la época de oro del cine “porno” (Chocano, 2008; Denegri, 2012). La pornografía moderna se convertía así en una industria millonaria, generando preocupación ya no solo a las iglesias: los colectivos feministas notaron claramente como la sexualidad en general, y el cuerpo de las mujeres en particular, se había convertido en la mercancía estrella de la economía capitalista, con la consecuente cosificación de la mujer, consumismo y relaciones de poder que en muchos casos incluían violaciones y demás agresiones a la parte pasiva o penetrada2 (De Miguel, 2015; Padilla 2008; Rasmussen, 2016). Con el advenimiento de la internet y, sobre todo de la banda ancha y los teléfonos inteligentes, la difusión pornografía en el presente trabajo) ha sufrido un cambio sustancial. En el s. XXI, gracias a lo que Cooper (1998) llama la triple A (anonimity, accesibility, affordability) el consumo de pornografía ha alcanzado una preeminencia y una ubicuidad nunca antes vistas (Pornhub, 2018) generando el interés de los científicos sociales (Brage, Socías & Gordaliza, 2015; Stack, Wasserman & Kern, 2004) y de los 1 Las diferencias pueden ser muy sutiles, la definición de pornografía que usaremos en el presente trabajo hace referencia a todo material sexualmente explícito cuyo objetivo principal es generar excitación sexual. 2 Como cualquier producto sociocultural, el porno siempre ha reflejado las ideologías predominantes de su tiempo; en ese caso el machismo, la misoginia y el consumismo propios del capitalismo del s. XX. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 2 psicólogos clínicos (Rasmussen, 2016; Short, Black, Smith, Wetterneck & Wells, 2012), quienes han venido investigando lo que parece ser un efecto de tipo adictivo entre los usuarios (Grubbs, Volk, Exline & Pargament, 2015; Kor et al., 2014), con consecuencias negativas en el ámbito relacional, así como en el bienestar psicológico general. Cabe destacar sin embargo que el concepto de adicción es controversial en la psicología clínica, especialmente cuando se trata de las llamadas adicciones conductuales como el juego patológico, las compras compulsivas, la pornografía, o la adicción a la Internet en general (Kraus, Voon & Potenza, 2016; Ley, Prause & Finn, 2014; Love, Laier, Brand, Hatch & Hajela, 2015; Voros, 2009). En el último Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5(5ta ed.; Asociación Estadounidense de Psiquiatría [APA] 2014) solo se incluye el juego patológico en el rubro de adicciones, puesto que el gaming se mantuvo en estudio y la inclusión tanto del uso compulsivo de pornografía por internet como del trastorno hipersexual propuesto por Kafka (2010) se desestimó a último momento por falta de evidencia (Reid, Li, Gilliland, Stein & Fong, 2011). Por su parte, el recientemente publicado Manual de criterios diagnósticos de la Organización Mundial de la Salud, CIE-11 (WHO, 2018), tampoco incluye a la pornografía como adicción conductual, aunque sí a la sexualidad compulsiva (incluyendo el uso compulsivo de material pornográfico) como un desorden del control de impulsos. Además, si bien los términos compulsión y adicción corresponden a modelos diferentes, ambos hacen referencia a conductas impulsivas que comparten etiología con la adicción a sustancias –aunque el tratamiento y pronóstico puede ser distinto- y, en el caso de la pornografía por internet, se sustenta en la evidencia de un tipo de consumo que es vivenciado como problemático por un grupo minoritario pero importante de individuos -la gran mayoría varones- (Derbyshire & Grant 2015; Grubbs et al., 2015). Hay científicos que se oponen a esta inclusión, pues consideran que mencionar el consumo excesivo de material pornográfico, ya sea desde el enfoque de adicciones conductuales o desde los desórdenes de impulsividad/compulsividad (con su énfasis en la imposibilidad de postergar o detener la acción), es solo una nueva forma de patologizar la sexualidad, pues dado que la gran mayoría de la población consume pornografía, se trataría de una conducta normal (Ley et al., 2014); y, si bien hay evidencia de un grupo –pequeño- de sujetos que se autodefinen como adictos, esto se debería sobre todo a factores como la Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 3 culpa -producto de creencias religiosas o imperativos morales más que a verdaderos sentimientos de abstinencia, tolerancia o pérdida de control (Grubbs & Perry, 2019). Sin embargo, hay otros estudios que consideran que los criterios para adicciones comportamentales no necesitan incluir los síntomas de abstinencia y tolerancia fisiológicos (Kor et al., 2014; Kraus, Voon, & Potenza, 2016; Love et al. 2015), pues estos se experimentan sobre todo desde lo emocional. En esa línea, un meta análisis de estudios sobre adicciones realizados desde las neurociencias con imágenes, sugiere que los procesos neurobioquímicos y fisiológicos subyacentes son los mismos para las adicciones en general, ya sea que se trate de sustancias o de conductas, como la sexualidad (Hald & Malamuth, 2008), el juego, la Internet en sus diversas formas (gaming, redes sociales, contenidos sexuales), la comida o las compras (De Sola Gutiérrez, Rubio Valladolid & Rodríguez de Fonseca, 2013; Lewis, 2017). Es importante mencionar esto, ya que el instrumento materia de la presente investigación mide consumo problemático de pornografía desde un enfoque de adicciones conductuales. Si bien la activación de estos procesos es particularmente notoria en el juego patológico, se ha encontrado cierta evidencia de que lo mismo sucede con los videojuegos y la pornografía por internet (Costa, Tran, Turchi & Averbeck, 2014; Hilton, Donald & Watts, 2011; Lewis, 2017) debido a la velocidad y la forma en que son presentados los estímulos (elicitando en el usuario una expectativa constante de novedad)3. Así, se produciría un secuestro o atrofiamiento del sistema cerebral de recompensa (núcleo accumbens y vías dopaminérgicas) que es experimentado por los sujetos con sensación de pérdida de control, urgencia, angustia cuando no se consume y alivio al engancharse nuevamente en la conducta (Hall 2013, Kor et al. 2014). Por ello, se plantea que la pornografía, tal como se presenta ahora (en plataformas de internet), puede generar adicción –o algo muy parecido- en personas vulnerables4 (Egan & Parmar, 2013; Love et al., 2015). En ese sentido, consideramos a nuestra variable de estudio, el uso problemático de pornografía (UPP), como un constructo multidimensional que hace referencia a un uso excesivo o compulsivo de material pornográfico que el sujeto inicia para salir de un estado 3 La influencia de la novedad en la conducta sexual (sobre todo de los machos) ha sido ampliamente estudiada y se conoce como efecto Coolidge (Dewsbury, 1981; Hoffmann, Peterson & Garner, 2012). 4 Predispuestas a ello, posiblemente por la pre existencia de otras condiciones. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 4 afectivo disfórico, experimentando dificultad para controlar y detener la conducta pese a sus consecuencias adversas en distintos ámbitos de su vida y al malestar que luego lo invade. Empíricamente, se encuentra asociado con el neuroticismo, la culpa, la vergüenza, y problemas de salud mental (Grubbs & Perry, 2019; Kor et al., 2014). Cabe mencionar que antes del 2010 los estudios sobre pornografía solían hacerse desde un enfoque cualitativo o midiendo la conducta con cuestionarios generados ad hoc, que no necesariamente definían operacionalmente el constructo (Short et al. 2012). Es recién en la última década que fueron creándose algunos instrumentos de valor psicométrico, sobre todo en países del primer mundo, y aun actualmente el grueso de la investigación clínica sobre pornografía proviene de los países de habla inglesa (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia), del norte de Europa, y de Asia (Short et al., 2012). Si nos enfocamos en la literatura científica en español y/o en el ámbito latinoamericano, encontramos que si bien existen varios estudios sobre adicciones comportamentales en general (De Sola Gutiérrez et al., 2013; Puerta Cortés & Carbonell, 2014) son pocos los que se ocupan específicamente del uso problemático de pornografía (UPP). Por ello, para la presente investigación hemos escogido adaptar una escala conceptualizada en Estados Unidos, pero desarrollada y validada en Israel, una cultura bastante marcada por la religiosidad, por lo que guardaría cierta similitud con la peruana (Velezmoro et al., 2012). La Problematic Pornography Use Scale-PPUS (Kor et al., 2014) fue creada para medir específicamente el uso problemático de pornografía (UPP) conceptualizado como un fenómeno distinto -aunque relacionado- al trastorno hipersexual y a la adicción a internet (Egan & Parmar, 2013; Grubbs et al., 2015; Love 2015). Y si bien la PPUS no se limita al contenido sexualmente explícito difundido a través de Internet sino que se ocupa de la pornografía en todas sus formas, el instrumento ha sido diseñado con el objetivo expreso de captar la experiencia de adicción que tienen los sujetos. En consecuencia, mide el UPP desde: a) una conducta de enganche muy frecuente, excesiva o compulsiva, b) un sentimiento de apetito (craving) previo al enganche, a partir de la necesidad de alcanzar o mantener un estado emocional positivo, o, en su defecto, escapar de uno negativo, c) una sensación de poco control sobre la conducta de enganche, y d) la persistencia de la conducta a pesar de sus consecuencias Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 5 adversas, lo cual lleva a experimentar sentimientos intensos de malestar y deterioro del funcionamiento cotidiano (Kor el al., 2014). Con ese mismo sustento conceptual un grupo de investigadores españoles realizó recientemente una recopilación bibliográfica de los instrumentos existentes con el objetivo de comprender mejor el fenómeno y desarrollar una escala de detección temprana de tecno-adicción al sexo en idioma español (Serrano y Cuesta, 2017). Las conclusiones del estudio básicamente reflejan el criterio de los manuales diagnósticos, afirmando que el UPP que se da mediante plataformas de Internet puede entenderse ya sea como manifestación de un problema sexual, o como parte de una adicción a las nuevas tecnologías de la información (Sánchez Zaldívar & Iruarrizaga Díez, 2009); confirmando también que el constructo aparece asociado a psicopatologías como depresión, fobia social, transtorno obsesivo compulsivo y trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y se puede distinguir de otras adicciones conductuales. En ese sentido, consideran prioritario construir una escala aplicable a población juvenil –adolescentes y niños- considerando el fuerte aumento del acceso a contenidos sexuales a edades bastante tempranas (Serrano & Cuesta, 2017). Además de esa investigación teórica hemos encontrado algunos estudios empíricos sobre consumo de pornografía en español, entre los que destacan los que reseñamos a continuación: una exploración (a partir de un cuestionario de autoreporte ad hoc) en población universitaria española sobre su contacto con páginas de sexo en Internet en el que se encontró que si bien el 82% de los encuestados visitaba páginas de sexo, solo el 37% lo hacía habitualmente, y de estos un 68% eran varones (Labay, Labay & Labay, 2011). Otro estudio español se enfocó en los motivos para el consumo de Cibersexo, y los relacionó con el grado de severidad del UPP que presentaba el sujeto (Castro-Calvo, García-Barba, Gil-Juliá, Morell-Mengual & Ballester-Arnal, 2018). Los autores encontraron -en una muestra de adultos entre 18 y 30 años- que los principales motivos para el consumo eran “encontrar material con el que masturbarme” en el 70.8 % de los casos, y “relajarme del estrés de mis obligaciones” en el 44%. Asimismo, encontraron diferencias importantes en la motivación de acuerdo al género. En lo que respecta a Latinoamérica, destaca una investigación bastante grande realizada en Colombia con casi 10,000 adolescentes, cuyo objetivo fue examinar si los estilos de vida relacionales podían predecir el consumo de pornografía tanto en Internet Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 6 como en revistas o vídeos. Los autores encontraron una asociación entre el estilo intrafamiliar positivo y una reducción en el consumo de pornografía, mientras que tanto el estilo intrafamiliar negativo como el de independencia relacional parecieron incrementarlo (Rivera, 2016). Más allá de la edad de la población investigada, el estudio sugiere que en el consumo de pornografía intervienen factores culturales, los mismos que se intersectan o actúan como mediadores de componentes más internos o de personalidad. En ese sentido, es importante citar un estudio realizado en nuestro medio (Velezmoro et al., 2012), que resulta particularmente relevante al ser uno de los pocos –sino el único- que realiza una investigación cuantitativa del tema en el Perú. Se trata de una investigación transcultural que compara estudiantes universitarios peruanos (de Lima y Ayacucho, con una edad promedio de 21.3) con norteamericanos (de Florida, edad promedio 18.5) respecto al uso de internet para actividades relacionadas con la sexualidad, como ver pornografía, encontrar pareja sexual y/o buscar información referida al sexo. Contrariamente a lo hipotetizado, se halló que los estudiantes peruanos usaban más la internet para esos propósitos, y en ningún caso esto se relacionaba con desadaptación psicológica. Lo que sí hallaron en consonancia con la literatura existente es que, en ambos países, los hombres ven más contenido pornográfico que las mujeres, y que la religiosidad es una variable mediadora en la percepción de adicción desde lo cultural. Para los investigadores, era justamente la religión (o la cultura religiosa) la que podría estar explicando las diferencias encontradas, puesto que los peruanos serían menos religiosos que los norteamericanos de dicha muestra (Velezmoro et al., 2012). En las sociedades en las que es legal hacerlo, la visualización de imágenes o videos pornográficos es –o lo era hasta hace muy poco-la principal entre las múltiples actividades sexuales que se pueden realizar por Internet (Wéry & Billieux, 2016). Estudios en diversos países calculan que el uso de pornografía es común entre la población general, estimándose que de 50 a 70% de hombres y 5 a 10% de mujeres son usuarios regulares (Hald, 2006; Kor, Potenza, Hoff, Porter & Kraus, 2017; Stack et al., 2004). Si bien las cifras varían en los diferentes estudios, la diferencia entre hombres y mujeres es notable; y sin descartar la posible influencia del efecto Coolidge en ello, (Dewsbury, 1981; Hoffmann, Peterson & Garner, 2012), la influencia de factores socioculturales es Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 7 ampliamente reconocida por los investigadores (Szymanski & Stewart-Richardson, 2014). En ese sentido, la investigación muestra que, aunque la actitud hacia la pornografía sigue siendo más positiva entre los hombres que entre las mujeres (Træen, Spitznogle & Beverfjord, 2004), la brecha se está acortando (Willoughby, Carroll, Nelson & Padilla-Walker, 2014). Así, se observa una mayor aceptación de la pornografía entre las mujeres jóvenes que entre las mayores (Hesse & Pedersen, 2017), posiblemente porque las jóvenes nativas digitales tendrían no solo mayor exposición a la pornografía (McKeown, Parry & Penny, 2018), sino que los contenidos mismos serían ahora menos misóginos5. La nueva generación habría normalizado más la conducta y no necesariamente la estaría considerando degradante, a diferencia del feminismo más tradicional (De Miguel, 2015). No obstante, es ampliamente reconocido que pese al empoderamiento de las mujeres en las últimas décadas y la mayor conciencia de igualdad de género en buena parte del mundo, el doble estándar en la sexualidad (lo que se acepta en un varón se castiga en una mujer) sigue estando presente (Borgogna, Lathan & Mitchell, 2018; De Miguel, 2015; Sanchez, Fetterolf & Rudman, 2012). Asimismo, hay estudios que sugieren que pese a que cada vez tenga más espacio en la red la pornografía hecha por y para mujeres (Attwood & Smith, 2014), los mensajes que transmite la mayoría del material parece afectar negativamente su autoestima de muchas mujeres (Willoughby et al. 2014; De Miguel, 2015). En ese sentido, las consecuencias negativas más reportadas por mujeres cuyas parejas son usuarios frecuentes de pornografía son: pérdida de confianza en la pareja, aumento de sentimientos de inadecuación, de ser poco atractivas y de estar siendo engañadas6 (Bergner & Bridges, 2002; Borgogna et al., 2018). Así pues, la evidencia de las consecuencias negativas del uso frecuente de pornografía en determinados contextos y casos es bastante consistente (Hald & Malamuth, 2008; Rasmussen, 2016) y se ha estudiado principalmente en el deterioro relacional, en el marco de las relaciones de pareja (Bergner & Bridges, 2002; Perry, 2017; Szymanski & Stuart-Richardson, 2014). Específicamente, se ha encontrado que la 5 Es importante tener en cuenta que actualmente se puede encontrar pornografía de todo tipo, con cada vez más presencia y aceptación de la pornografía hecha por y para mujeres (ética y/o feminista). 6 Cabe preguntarse por si estas subjetividades que se generan en las mujeres están disminuyendo con el mayor empoderamiento de las nuevas generaciones. Por otro lado, hay muchas parejas que usan pornografía como acompañamiento o complemento de sus relaciones y obtienen bienestar de ese modo. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 8 pornografía puede reducir la satisfacción con la pareja y la relación, a partir del efecto de contraste; también, puede reducir el compromiso, al aumentar el atractivo de otras posibles relaciones, y finalmente, puede aumentar la aceptación de la infidelidad (Rasmussen, 2016; Stewart & Szymanski, 2012). Pero más allá del ámbito matrimonial o de pareja, se han estudiado otros efectos negativos del uso frecuente de pornografía. Así, se plantea que, en su mayor parte, la pornografía presenta estereotipos que influyen negativamente en las expectativas que tienen los hombres de las mujeres (Löfgren- Mårtenson & Månsson, 2010). Particularmente, en los scripts o guiones sexuales de los jóvenes, que van construyendo su identidad sexual a partir de un texto cultural (Chocano, 2008) en el que las mujeres parecen disfrutar del sexo anal, los escupitajos y jalones, y estar siempre dispuestas a tener sexo en las posiciones y circunstancias más insólitas (De Miguel, 2015; Willoughby et al., 2014). Un estudio cualitativo y longitudinal realizado con jóvenes de entre 16 y 18 años en Inglaterra (Marston & Lewis, 2014) encontró que la mayoría menciona tener sexo de formas que no disfrutan realmente, pero es la forma en que lo ven en sus pantallas, y, por ende–sobre todo las mujeres- se sienten presionadas a hacerlo así (en la línea de los scripts). Se plantea también que la pornografía por internet, evolutivamente hablando, constituye un estímulo supernormal o artificialmente construido, que, al secuestrar el sistema de recompensas, necesariamente va a generar en el sujeto una pérdida de interés en el estímulo natural (Barret, 2010, en Love et al., 2015). En otras palabras, la elevación del umbral requerido para la excitación (a partir de la exposición repetida a pornografía, sobre todo por internet) daría lugar a que resulte muy difícil mantener una relación sexual placentera sin recurrir a ese estímulo visual artificial y extremo. En ese sentido, si bien es una idea extendida que el uso excesivo de pornografía estaría causando disfunción eréctil en hombre jóvenes –y hay estudios que así lo sugieren (Hoffmann et al., 2012; Landripet & Štulhofer, 2015; Mitchell et al, 2016)-, el consenso actual, a partir de estudios experimentales e investigaciones grandes recientes, es que la evidencia es insuficiente para afirmarlo con certeza (Ley et al., 2014; Prause, Steele, Staley, Sabatinelli & Hajcak, 2015). No cabe duda de que la pornografía, como expresión de la sexualidad humana, es un fenómeno complejo; y, en ese sentido, algunos estudios sugieren que el uso de Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 9 pornografía no necesariamente tiene consecuencias negativas (Attwood & Smith, 2014; Short et al., 2102). Así, dependiendo del tipo de material (softcore, hardcore, degradante o violenta), el contexto (solo(a) o con la pareja, abiertamente o a escondidas), la frecuencia, y la motivación para su uso, la pornografía puede tener efectos positivos o neutros en ciertas personas y grupos. Los que cuentan con mayor respaldo científico son: a) alivio del estrés, b) aumento del conocimiento sobre sexo7, c) disminución del aburrimiento (sobre todo en hombres) y d) disminución de la represión y mayor apertura a la diversidad –especialmente en el caso de las mujeres- (Rasmussen, 2016). Además, hombres y mujeres reportan en algunos estudios (Gola, Lewczuk & Skorko, 2016; Voros, 2009) que el consumo de pornografía les proporciona múltiples beneficios, como la obtención de placer, ayuda para mantener una relación larga sin llegar a ser infiel, y aumento de la calidad de la relación sexual con la pareja, gracias a que les permite estar más atentos a las necesidades de la pareja y expresar más libremente las propias (Perry, 2017). Por todo lo expuesto, y, teniendo en cuenta además la escasez de investigaciones que den cuenta de cómo se está dando el uso de pornografía actualmente en nuestro medio, es que consideramos relevante la adaptación y validación de la Escala de uso problemático de pornografía-PPUS (Kor et al., 2014), un inventario de autoreporte de 12 ítems que los investigadores desarrollaron a partir de 3 estudios con población adulta (entre 18 y 70 años, M= 39.5, DE=14.5) en Israel. En primer término, adaptaron 43 ítems de instrumentos previos: el Test de adicción a la Internet (Young, 1998) el Hypersexual Disorder Questionary-HDQ (Reid et al., 2011) y el Cyber Pornography Use Inventory-CPUI (Grubbs, Sessoms, Wheeler, & Volk, 2010). El usuario debía referirse a su conducta en el último año, respondiendo mediante una escala Likert. De este primer estudio se escogieron los 21 ítems que cargaban mejor en los cuatro factores propuestos desde la teoría de adicciones (aflicción/angustia y problemas funcionales, 6 ítems; uso excesivo, 6 ítems; dificultades con el control, 5 ítems; uso para evitar o escapar de emociones negativas, 4 ítems). Luego, en un segundo estudio, se examinaron los posibles correlatos sociodemográficos del inventario y su relación con la frecuencia de uso de pornografía. Se encontró una 7 A pesar de las distorsiones de la sexualidad características de la pornografía, hay evidencia de que es la principal fuente de información de mucha gente, sobre todo jóvenes (Hesse & Pedersen, 2017; Mitchell, 2016). Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 10 correlación significativa entre el puntaje del PPUS y la edad (r = -.15) pero no con educación ni ingresos. Asimismo, el puntaje estuvo asociado al género (t = 7.05, p < .01), encontrándose diferencias entre el puntaje promedio de los hombres (M = 8.65, DE = 10.01) y el de las mujeres (M = 2.16, DE = 4.84). También se encontraron diferencias respecto al estado civil (r = 3.34, p < .05), puntuando más alto los solteros (M = 8.03, DE = 9.39) que los casados (M = 5.13, DE = 8.39) y estos más que los divorciados (M = 2.46, DE = 3.51). A partir de un análisis factorial de componentes principales, se redujo la prueba a 12 ítems manteniéndose los 4 factores; y, aunque se encontró una asociación importante entre el puntaje PPUS y frecuencia de uso de pornografía (r = .61), se pudo evidenciar que la prueba medía aspectos del uso problemático que no aparecían al preguntar sólo por la frecuencia (Kor et al., 2014). Finalmente, en el tercer estudio (con 1720 personas) se sometió la PPUS-12 a un análisis factorial confirmatorio. El modelo de cuatro factores logró explicar el 79.5% de la varianza y se adecuó bien a los datos: los índices de bondad de ajuste fueron CFI = 0.95, NNFI = 0.93, RMSA = 0.09, resultando significativa la prueba Chi cuadrado (p < .001). Asimismo, se examinaron las evidencias de validez convergente y de constructo. Para generar la evidencia de validez convergente se correlacionó la PPUS con dos instrumentos: la PCI Pornography Consumtion Inventory (Reid et. al, 2011) que mide motivos para el uso de pornografía en población hipersexual y la sub-escala de compulsión del CPUI Cyber Pornography Use Inventory (Grubbs, 2010), un instrumento que mide UPP exclusivamente por internet. Para evaluar la validez del constructo se correlacionó la escala con otros seis instrumentos con los que, de acuerdo a la teoría, debería haber cierta asociación. Estos miden, respectivamente: salud mental, autoestima, malestar y/o problemas funcionales resultantes de conducta hipersexual, inseguridad emocional en relaciones cercanas, asociación con otras adicciones comportamentales como internet y juego patológico, y, por último, historia de trauma (Kor et al., 2014). De acuerdo a lo hipotetizado, se encontraron correlaciones significativas positivas entre el puntaje total de PPUS y la CPUI (r = .56), así como con las 4 áreas de la PCI: curiosidad sexual (r = .49), evitación emocional (r = .69), búsqueda de sensaciones (r = .59) y placer sexual (r = .50). Igualmente, las correlaciones de validez de constructo mostraron una asociación significativa del puntaje PPUS con todos los dominios de Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 11 sintomatología psiquiátrica: TOC (r = .21), depresión (r = .24), hostilidad (r = .20), psicoticismo (r = .27), ansiedad fóbica (r = .25) así como con baja autoestima (r = .23) y problemas de apego: inseguro evitativo (r = .26) e inseguro ansioso (r = .23). Asimismo, se encontraron correlaciones importantes con las otras adicciones conductuales, siendo las más robustas las halladas con los puntajes de hipersexualidad (r = .68) y adicción a internet (r = .40); algo más débil con la adicción al juego (r = .28), mientras que con historia de trauma la relación fue pequeña (r = .14). En conclusión, los resultados de los 3 estudios evidenciaron la potencia de la PPUS para medir el uso problemático de pornografía –UPP- conceptualizándolo desde cuatro factores que mostraron de buenos a excelentes alfas de Cronbach (de .79 a .92) y una consistencia interna total alta (α=.93), evidenciándose así la validez del constructo como una adicción conductual con características propias, que se relaciona de modo importante con afecto negativo y sugiere un detrimento en la salud mental y el bienestar de las personas. Pese a ello, las propiedades psicométricas de la PPUS han sido poco estudiadas en otras poblaciones (Gola et al., 2016). Recientemente, Kor, Potenza, Hoff, Porter & Kraus (2017) lograron probarlas con población norteamericana, en una muestra de veteranos de guerra -hombres y mujeres adultos- usuarios de pornografía, encontrando indicadores adecuados de validez y confiabilidad, así como una alta consistencia interna (α = .93). Además, análogamente a lo evidenciado en Israel, hallaron que la PPUS correlaciona fuertemente con conducta hipersexual. Como se ha señalado, la prueba puede capturar elementos importantes del fenómeno, pero era necesario conocerlo. Y dado que en nuestro medio esto aún no se había hecho –desde la academia-, planteamos una primera aproximación exploratoria en una muestra de población general. Por ello, el objetivo principal de la presente investigación fue evaluar las propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima, a fin de contar con una herramienta que permita conocer cómo se está dando el consumo de pornografía en nuestro medio y en qué medida dicho hábito está siendo percibido como problemático o adictivo por algunas personas. Como objetivo secundario nos propusimos explorar las diferencias por género que podrían evidenciarse respecto a su relación con la pornografía, independientemente de que presenten o no un uso problemático. Para ello, se compararon variables como frecuencia de uso, influencia, expectativas y valoración. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 12 Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 13 MÉTODO Participantes El presente estudio contó con una muestra de 358 adultos residentes en Lima, de entre 18 y 62 años de edad (M= 27.5; DE= 11.38), 51.9% hombres y 48.1% mujeres, a los que se contactó por redes sociales. En cuanto al nivel educativo de los participantes, todos tenían secundaria completa y 91.5% de ellos continuaba educándose o había completado al menos un grado adicional. Así, un 34% reportó ya haber completado sus estudios superiores, un 58 % se encontraba cursando estudios universitarios o técnicos, y un 8 % reportó estar cursando estudios de postgrado -maestría o doctorado-. Por otro lado, el 8.2% de los participantes reportó ser de un nivel socioeconómico alto o muy alto, 34.6% medio alto, 43% de un nivel socioeconómico medio, 11.9 % medio bajo, y solo un 2.2% de la muestra reportó pertenecer a un nivel socioeconómico bajo. Además, 40.3% de los encuestados reportó ser católico, 40.5% ateo o agnóstico y 19.5 % reportó ser espiritual o creyente de otras religiones. Asimismo, el 60.8 % reportó ser poco o nada religioso, el 30.3% % medianamente religioso y el 8.9% bastante o muy religioso. En cuanto a las relaciones íntimas, el 44.3 % reportó no tener pareja, el 6.2% reportó estar en una relación poco definida y el 49.5% tener pareja estable; el 10 % tenían menos de 6 meses de relación, el 13% más de 6 meses, el 19.7% más de 2 años y el 13.5% más de 7 años. Además, el 83.5% de los participantes reportó ser heterosexual (88% de los hombres y 78% de las mujeres); el 5.4% homosexual (7% de los hombres y 3.5% de las mujeres), el 9.7% bisexual (el 4.8% de los hombres y 15.6% de las mujeres) y el 1% pansexual o asexual (ningún hombre y 2.5% de las mujeres). Para la validación del instrumento solo se consideró a aquellos sujetos que reportaron haber consumido pornografía en el último año, en consonancia con el estudio original de validación de la PPUS. Esto dio como resultado una muestra de 296 personas, es decir el 82.2% del total de encuestados: el 91% de los hombres (M= 25.2, DV=9.2) y el 72.3% de las mujeres encuestadas (M=25.9, DE=9.2). Es importante mencionar que el 55% de los que consumen pornografía lo hace principalmente desde su móvil o tableta, el 41% desde su computadora o laptop y solo el 4% reportó hacerlo prioritariamente por medios que no requieren Internet (TV, cine, revistas). Todos los participantes fueron informados de los objetivos y las condiciones del estudio, y accedieron voluntariamente a participar en él mediante un consentimiento informado (Apéndice A). Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 14 Medición En primer lugar, se aplicó una ficha de datos demográficos de 24 preguntas. En esta, además de sexo, edad, nivel educativo, nivel socioeconómico, ocupación, religión y orientación sexual, se pregunta a los sujetos sobre las características de su consumo de pornografía, como frecuencia, medio de acceso (laptop, móvil, revistas), circunstancia en la que se accede (solo, con la pareja, con amigos), así como acerca de sus expectativas, influencia y actitud ante ella (ver Apéndice B). En segundo lugar, se aplicó la Escala de uso problemático de pornografía -PPUS (Kor et al., 2014), que consta de12 ítems agrupados en 4 factores. Estos son: malestar y problemas en el funcionamiento (Ej. “Mi consumo de pornografía me ha llevado a arriesgar y poner en peligro una relación, mis estudios, o una oportunidad de trabajo”); uso excesivo (Ej. “pienso a menudo en contenidos pornográficos”); dificultades para el control (Ej. “cuando estoy viendo pornografía, tengo la sensación de no poder parar”) y el último, uso para escapar o evitar emociones negativas (Ej. “suelo ver material pornográfico cuando me siento desanimado, desalentado o abatido”). Cada factor consta de 3 ítems a los que se responde mediante una escala Likert de 6 puntos, en que la respuesta está escrita explícitamente, pudiendo esta ser: 1= nunca cierto, 2=casi nunca cierto, 3= a veces cierto, 4= con frecuencia cierto, 5=con mucha frecuencia cierto, o 6= casi siempre cierto. En las instrucciones se pide a los sujetos que respondan sobre la base de su comportamiento en un periodo consecutivo de seis meses, durante el último año. Para generar evidencias de validez convergente se aplicó la BPS-Brief Pornography Screener. Se trata de una prueba de cribado de 5 ítems a los que se responde mediante escala Likert (0= nunca, 1= ocasionalmente, 2= a menudo), diseñada para evaluar el uso problemático de pornografía, determinando un punto de corte entre los usuarios problemáticos y los no problemáticos, mediante una curva ROC (Kraus et al. 2017). La BPS es un instrumento nuevo, cuya relevancia viene dada por el hecho de haber sido trabajada por un equipo de investigadores bastante reconocido, entre ellos varios de los que diseñaron y validaron la PPUS en Israel. Las cualidades psicométricas de esta breve escala han sido recientemente validadas en 2 muestras de usuarios adultos de pornografía (en Polonia y Estados Unidos). En un primer estudio -mediante cuestionario online- con 223 veteranos militares norteamericanos, se usó para validez convergente con Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 15 la PPUS (r = .77), determinándose una estructura factorial de un componente que explicaba el 62.5% de la varianza y mostró una consistencia interna muy buena (α = .89). Asimismo, se encontraron índices adecuados de validez de criterio y discriminante, contrastándola con el Inventario de hipersexualidad IH (Reid et al., 2011) y con las distintas sub-escalas de la prueba UPPS-P, que mide impulsividad (Whiteside, Lynam, Miller & Reynolds, 2005). En el estudio con la muestra polaca (N=703), se reportaron excelentes índices de bondad de ajuste para la solución de un solo factor: χ2/df = 5.86, p=0.00, RMSEA=0.08, SRMR=0.02, CFI=0.99 y TLI=0.97; así como la misma consistencia interna previamente reportada. Adicionalmente se aplicó a 26 pacientes (hombres polacos) con problemas de salud mental y de comportamiento sexual, lográndose determinar un punto de corte de 4 para clasificar a los usuarios como problemáticos. Los autores concluyen que la BPS es un instrumento con características psicométricas adecuadas, que resulta útil para determinar el uso problemático de pornografía, diferenciándolo del no problemático. Sin embargo, como sucede con todos los instrumentos con valor psicométrico que evalúan uso de pornografía, la BPS no cuenta aún con una versión en español, por lo que fue necesaria su traducción, que se realizó siguiendo las normas establecidas para estos casos (Ribeiro, Gómez-Conesa & Montesinos, 2010). En la presente investigación, la prueba obtuvo un coeficiente de alfa de Cronbach de .86 y correlaciones ítem test corregidas entre .44 y .79 (Apéndice C1). Para evaluar validez discriminante se trabajó con dos instrumentos, el Inventario de Salud Mental (MHI-38, por sus siglas en inglés) en su versión adaptada por Laguna (2017) en estudiantes universitarios peruanos, y la escala de Adicción a Internet de Lima- EAIL (Lam-Figueroa et al., 2011). El MHI-38 (Veit & Ware, 1983) es un inventario que busca medir la Salud Mental desde una conceptualización más amplia e integradora, a partir de un modelo de factores jerárquicos. En ese sentido, se consideran dos dimensiones de segundo orden (Bienestar psicológico y Estrés) que constituyen las escalas globales de la prueba y contienen a cinco sub-escalas o dimensiones de primer orden: “lazos emocionales” y “afecto general positivo”, que cargan en Bienestar psicológico; y “ansiedad”, “depresión” e “impulsividad/pérdida del control” que cargan en Estrés. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 16 Cabe destacar que en la muestra de adaptación peruana se halló que solo 4 de las sub-escalas coincidían con la versión original, mientras que la sub-escala de lazos emocionales no apareció y más bien se encontró una sub-escala adicional en la dimensión de Estrés: desesperanza. El porcentaje de varianza explicada por estas cinco sub-escalas o factores fue de 61.6%. En cuanto a las escalas macro o globales, los factores encontrados sí correspondieron a la distribución original de Bienestar psicológico y Estrés, aunque hubo que ajustar algunos ítems. Las escalas se relacionaron entre sí indirecta y moderadamente, logrando explicar el 49.34% de la varianza. En cuanto a la confiabilidad, el alfa de Cronbach de las escalas globales fue de .90, mientras que para las sub-escalas este estuvo entre .70 y .90 (Laguna, 2017). En la presente investigación, el alfa de Cronbach para las escalas globales (Estrés y Bienestar) fue de .95 en ambos casos; para las sub-escalas dichos coeficientes estuvieron entre .76 y .94 y sus correlaciones ítem test corregidas entre .48 y .83, en concordancia con lo encontrado en la referida adaptación (Apéndice C2). Por su parte la EAIL es un instrumento que mide características sintomatológicas y disfuncionales relacionadas al excesivo uso del internet, tales como la saliencia, tolerancia, abstinencia, falla en el control, recaída, problemas académicos, familiares e interpersonales. Consta de 11 ítems (Ej. “Cuando no estoy conectado, imagino cómo será la próxima vez que estaré conectado a Internet”), a los que se responde mediante una escala de tipo Likert de cuatro puntos que va desde “muy rara vez” hasta “siempre” (Lam-Figueroa, 2011). Lam- Figueroa et al. (2011), en su estudio con 248 escolares, encontraron que los dos factores -características sintomatológicas, con 8 ítems, y características disfuncionales con 3 ítems- explicaban el 50.7% de la varianza total. En cuanto a la consistencia interna, reportaron un coeficiente de la prueba total de α=.84, mientras que los valores de correlación ítem total variaron de .45 a .69. En la presente investigación las propiedades psicométricas de la EAIL resultaron adecuadas pues se obtuvo un Alfa de Cronbach de .90 para la prueba total y de .87 y .79 para las sub-escalas, oscilando las correlaciones ítem test corregidas entre .50 y .77 (Ver apéndice C3). La varianza total explicada por los dos factores fue de 53.45%. Cabe destacar que se pidió autorización a los autores para modificar ligeramente dos ítems (el 9 y el 11) a fin de adecuarlos a la población adulta de nuestra muestra, puesto que la EAIL originalmente fue validada con población adolescente. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 17 Procedimiento Como primer paso en el proceso de adaptación, se procedió a traducir tanto la PPUS como la BPS con la ayuda de tres expertos (un lingüista bilingüe y dos psicólogas clínicas). Asimismo, se mantuvo contacto vía correo electrónico con los autores tanto de la PPUS como de la BPS, lo que permitió resolver dudas y afinar detalles. Seguidamente, se realizó una aplicación piloto a 10 personas, gracias a la cual se pudo estimar el tiempo que tomaría la administración, así como el porcentaje de sujetos a los que se consideraría en el estudio, de acuerdo al criterio de inclusión. Finalmente, se procedió a la aplicación de los cuestionarios rotándolos por redes sociales (Facebook y Whatsapp), enfatizando el tema del anonimato, que fue lo que nos posibilitó trabajar con un tema tan personal y estigmatizado (y nos impidió dar cualquier tipo de retribución) Esto quedó claramente estipulado en el consentimiento informado, que había que aceptar para poder acceder a la encuesta, así como en la introducción a la publicación misma, que alentaba respuestas honestas. Todo el proceso tomó aproximadamente 4 semanas. Análisis de datos Los datos obtenidos se analizaron con el programa estadístico SPSS versión 22. En primer lugar, se realizó el análisis de estadísticos descriptivos, tanto de la ficha sociodemográfica como de los otros instrumentos, analizándose las frecuencias y proporciones en el caso de las variables cualitativas, y los valores de tendencia central y medidas de dispersión para las variables cuantitativas. Seguidamente, para comprobar el grado de adecuación de los datos con miras al análisis de dimensionalidad, se calculó la medida KMO (Kaiser-Meyer-Olkin, 1970) que debería arrojar valores por encima de .70 y el test de esfericidad de Bartlett (Barlett, 1950), que se considera adecuado si la hipótesis nula -que la matriz de correlación es identidad- resulta significativa (p <.05). Luego, para evaluar la validez de dimensionalidad del instrumento, se procedió a realizar un Análisis Factorial Exploratorio. Para ello, se optó por el método de extracción de factorización de ejes principles, sobre los considerandos de que, en primer lugar, la factorización -y no el análisis de componentes principales- es lo recomendado cuando el sustento teórico de las dimensiones resulta relevante para la investigación; (Ho, 2006); y, en segundo lugar, porque la factorización de ejes principles es la opción que debe elegirse cuando los datos no se distribuyen normalmente (Ferrando y Anginiano-Carrasco, 2010). Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 18 En cuanto al tipo de rotación, el consenso es optar por una oblicua cuando se presume una correlación significativa (mayor a .33) entre los factores. Elegimos específicamente la rotación Oblmin, logrando así determinar el porcentaje de varianza explicado por los 3 factores emergentes, así como la carga correspondiente a cada ítem - que se considera adecuada cuando es de al menos.40- (Ferrando y Anginiano-Carrasco, 2010; Ho, 2006). En tercer lugar, para medir el grado de precisión de la prueba se realizó un análisis de confiabilidad para cada uno de estos factores o dimensiones del constructo, así como para la escala total, mediante el uso del coeficiente Alfa de Cronbach; según lo recomendado para este tipo de análisis, dicho coeficiente debe ser mayor a .7, con correlaciones ítem-test mayores a .3 (Lloret-Segura, Ferreres-Traver, Hernández-Baeza & Tomás-Marco, 2014). Posteriormente, se buscó evidencias de validez externa de la PPUS mediante el coeficiente de correlación de Spearman (Ferrando & Angiano Carrasco, 2010), tanto con la BPS (validez convergente) como con la MHS-38 y la EAIL (validez discriminante), previo análisis de los datos para determinar su normalidad (ver apéndice D). Las evidencias de validez de criterio concurrente se obtuvieron a partir de pruebas no paramétricas (U de MannWitney y H de Kruskall-Wallis), comparando el puntaje total PPUS con la frecuencia de consumo de material pornográfico, así como con el reporte del propio consumo como alto o bajo en relación con los pares. Dichos datos se obtuvieron del cuestionario ad-hoc integrado a la ficha sociodemográfica. Además, en consonancia con el estudio original, se analizaron las características sociodemográficas de la muestra, tales como edad, sexo, nivel educativo, nivel socioeconómico, religiosidad, edad de inicio de consumo y estatus de pareja para explorar algún tipo de asociación con el consumo problemático de pornografía, a través del puntaje total PPUS. Para ello se usaron correlaciones de Spearman y pruebas no paramétricas. Finalmente, para responder al objetivo secundario del estudio, se usaron pruebas no paramétricas para identificar si habría diferencias significativas entre los sexos respecto a su relación con la pornografía, independientemente de que actualmente cumplieran con los criterios para poder aplicarles la PPUS. En ese sentido, se trabajó con las respuestas al cuestionario ad hoc sobre expectativas, valoración, influencia y edad de primer acceso de la muestra completa (358 sujetos). Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 19 RESULTADOS Con el objetivo de analizar las propiedades psicométricas de la prueba en dicha muestra de población adulta no clínica, se procedió en primer lugar a buscar evidencias de validez de dimensionalidad. Para ello se realizó un análisis factorial exploratorio, empleando un método de extracción de factorización de ejes principales y rotación Oblimin. Se encontró un KMO de .84 y la prueba de esfericidad de Bartlett resultó significativa (χ2 (66) = 2312.2; p=.000). Si bien la data resultó adecuada para poder llevar a cabo el análisis factorial, no se logró replicar el modelo de 4 factores de la prueba original. Considerando el criterio de Kaiser, se encontró un modelo de tres factores que explicó el 64.78% de la varianza, el mismo que fue corroborado por el gráfico de sedimentación (Apéndice E). Tabla 1 Cargas factoriales, comunalidades y correlaciones ítem-test corregidas del instrumento Cargas factoriales* I II III h² r² 10. Paso demasiado tiempo pensando en pornografía. .95 - - .64 .66 9. Pienso frecuentemente en pornografía. .83 - - .81 .64 11. Paso demasiado tiempo planificando mi uso y .74 - - .88 .60 usando pornografía. 12. Siento que soy incapaz de dejar de ver .63 - .18 .53 .59 pornografía. 3. Uso para escapar de sentimientos de tristeza o - .94 - .50 .61 aliviar sentimientos negativos. 2. Veo cuando me siento deprimido. - .92 - .43 .56 1. He usado pornografía cuando me encontraba en un - .79 - .63 .54 mal estado de ánimo 7. Uso ha causado problemas en relaciones en -.11 - .86 .68 .57 aspectos importantes de mi vida. 5. He puesto en peligro una relación, trabajo u otro - - .73 .72 .54 debido al uso de pornografía 8. He fracasado en mis esfuerzos para reducir o .32 - .58 .84 .74 controlar frecuencia. 6. He continuado consumiendo pese al peligro de .13 - .57 .57 .55 causarme daño físico. 4. Continúo viendo pese a tener la intención de dejar .20 .14 .52 .53 .68 de hacerlo. Nota. Factor I = Uso excesivo; Factor II = Uso para escapar o evitar emociones negativas; Factor III = Problemas en el control y el funcionamiento. h² = Comunalidades; r² = Correlaciones ítem-test corregidas. Rotación = Oblimin; método de extracción = Factorización de ejes principales. * Matriz de patrón. Solo se muestran cargas >.1. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 20 Como se observa en la tabla 1(Ho, 2006), el factor I, “Uso excesivo” (UE), que explica el 43.95% de la varianza, aparece conformado por cuatro ítems: los tres de la PPUS original más el ítem 12 “Siento que soy incapaz de dejar de ver pornografía”, que en los estudios de Kor et al. (2014) y Kraus et al. (2017) correspondía al factor IV, “Dificultades para el control”. En la presente adaptación ese factor desaparece ya que sus otros dos ítems (el 4 y el 8) se unen con el factor I original (“Malestar y problemas en el funcionamiento), conformando nuestro factor III, que se compone de cinco ítems y pasa a llamarse “Problemas de control y funcionamiento” (PCF). Dicho factor explica el 7.34% de la varianza. Por último, nuestro factor II, que coincide exactamente con el factor IV original “Uso para escapar o evitar emociones negativas” (EEN), se compone de 3 ítems y explica el 13.55% de la varianza adicional. Todos los ítems han presentado una carga factorial fuerte (>.60). En cuanto a las correlaciones encontradas entre los factores, debemos señalar que entre PCF y UE es moderada (r=.44; p ≤ .01), así como entre este factor y EEN (r =.32; p ≤ .01); siendo grande solo entre UE y EEN (r =.60; p ≤ .01). Seguidamente, para determinar la confiabilidad de la escala, se examinó su consistencia interna mediante Alfa de Cronbach, tanto para la PPUS total como para cada una de sus dimensiones. En todos los casos este fue alto: α=.89 para la escala global, α=.86 para “Uso excesivo” (UE), α=.84 para “Problemas de control y funcionamiento” (PCF) y α=.91 para “Uso para escapar de emociones negativas” (EEN), lográndose corroborar el alto nivel de confiabilidad de la prueba. Adicionalmente, se utilizaron las correlaciones ítem-test corregidas para ver la capacidad discriminativa de los ítems. Los valores de los ítems de UE oscilaron entre .60 y .66, mientras que los de PCF oscilaron entre .54 y .74 y los de EEN entre .54 y .61. No fue necesario eliminar ningún ítem, puesto que el valor mínimo registrado fue mayor a .30. Las comunalidades y correlaciones ítem-test corregidas por factor también se muestran en la Tabla 1. A continuación, se procedió a evaluar la evidencia de validez convergente de la PPUS. Para ello, se realizó una correlación entre los puntajes de la PPUS y del BPS (Breve Screener sobre Pornografía). De acuerdo a lo esperado, se halló una correlación significativa, directa y grande para la escala global (r = .78; p ≤ .01) y dos de los factores; para el factor II la correlación fue mediana (Ver tabla 2). Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 21 Un procedimiento análogo se siguió para obtener evidencias de validez discriminante; es decir, se correlacionó los puntajes promedio -tanto de la escala total como de las tres dimensiones de la PPUS- con los puntajes promedio (por áreas y globales) de las escalas EAIL y MHI-P. De acuerdo a lo esperado, se evidenció que la correlación entre la EAIL y la PPUS fue significativa, directa y de magnitud entre pequeña y mediana, tanto para los puntajes totales como para las dimensiones de ambas escalas (Ver tabla 2). En lo referente a la correlación entre el puntaje total PPUS y el MHI-P, esta también resultó significativa y de acuerdo a lo esperado en cuanto a su magnitud y direccionalidad, tanto para las escalas globales como para las sub-escalas del MHI-P, resultando directa y mediana con la escala global de Estrés e inversa y pequeña con la escala global de Bienestar psicológico. En lo que respecta a las dimensiones de la PPUS, todas correlacionaron de modo directo con la escala global de Estrés y todas sus sub- escalas (Ansiedad, Depresión, Impulsividad y Desesperanza). Sin embargo, con la escala Bienestar psicológico (y su sub-escala Afecto general positivo) solo correlacionó (inversamente) el factor III de la PPUS, “Problemas de control y funcionamiento” (Ver tabla 2). Tabla 2 Correlaciones entre los factores PPUS y las escalas MHI, BPS y EAIL Uso excesivo Uso para escapar Problemas en el PPUS total de emociones control y el negativas funcionamiento BPS .65** .36** .78** .78** Ansiedad .13* .16** .18** .26** Depresión .14* .15** .24** .28** Impulsividad .21** .18** .35** .35** Desesperanza .18** .16** .25** .31** Afecto general positivo -.09 -.09 -.25** -.21** Bienestar -.11 -.10 -.27** -.23** Estrés .17** .20** .24** .32** EAIL 1 .28** .17** .24** .29** EAIL 2 .34** .18** .36** .40** EAIL total .32** .18** .30** .34** Nota. *p<.05. **p<.01. BPS=Breve Screener sobre Pornografía; EAIL 1=Sintomatología; EAIL2=Disfuncionalidad. Para generar evidencias de validez de criterio, se usaron 2 variables del cuestionario ad hoc: “frecuencia”, que fue medida dividiendo la muestra en 2 grupos: los que reportaron usar material pornográfico menos de una vez por semana y los que Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 22 reportaron hacerlo con mayor frecuencia que eso (ver tabla 3); y “cantidad” que fue medida en 3 grupos: los que reportaron un consumo general bajo, promedio o alto. Tabla 3 Comparación de puntajes promedio PPUS según frecuencia de uso reportada Menos de una 1 o más veces vez por semana por semana (n=151) (n=145) U de Mann- Me Me Whitney p UE 1.20 1.60 6600.0 0.00 EEN 1.67 2.00 7979.0 0.00 PCF 1.25 2.00 8439.5 0.01 PPUS total 1.50 2.00 7118.0 0.00 Nota: UE= Uso excesivo; EEN= Uso para escapar de emociones negativas; PCF=Problemas en el control y el funcionamiento. Usando contrastes no paramétricos se hallaron diferencias significativas en ambas variables, tanto para la escala total como en cada una de sus dimensiones; lo que es consistente con la teoría y lo esperado (ver tabla 4). Tabla 4 Comparación de puntajes promedio PPUS según nivel de uso reportado Bajo Promedio Alto (n=108) (n=164) (n=24) H de Me Me Me Kruskall- Wallis p UE 1.20 1.50 2.20 13.63 0.01 EEN 1.67 2.00 2.67 8.18 0.02 PCF 1.00 1.75 2.38 30.72 0.00 PPUS total 1.42 1.83 2.29 22.72 0.00 Nota: UE= Uso excesivo; EEN= Uso para escapar de emociones negativas: PCF=Problemas en el control y el funcionamiento. Finalmente, se analizaron las características sociodemográficas de la muestra para así, en consonancia con el estudio original, poder determinar la existencia o no de alguna asociación entre dichas características y el consumo problemático de pornografía. Para ello se usaron correlaciones de Spearman y pruebas no paramétricas. Se encontraron correlaciones inversas con edad de inicio de consumo (r = -.26; p ≤ .01) y con edad actual (r = -.17; p ≤ .01), pero no con nivel de religiosidad. Asimismo, se pudo evidenciar diferencias significativas en cuanto a sexo (U=5138.5; p≤ .001; r=.44) encontrándose puntajes promedio más altos en los hombres (Me = 2.1, DE = .1) que en las mujeres (Me =1.3; DE .6). Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 23 En cuanto al estatus de pareja, también se hallaron diferencias (H= 6.36; p ≤ .04), aunque estas fueron más pequeñas y similares a las reportadas en el estudio original. Así, los que no tienen pareja puntuaron más alto (Me = 1.83, DE= .98) que los que sí tienen (Me = 1.67, DE= .78), pero puntuaron menos que los que reportaron un estatus de pareja poco definido (Me = 1.92, DE= .66). Con respecto al objetivo específico de este estudio, identificar si habría diferencias significativas entre los sexos respecto a su relación con la pornografía, se hicieron los análisis con la muestra completa y la prueba U de Mann-Whitney lográndose evidenciar diferencias significativas en todas las variables, como se aprecia en la tabla 5. Las mayores diferencias entre hombres y mujeres se observaron respecto a la edad de inicio del consumo y en la frecuencia del mismo, con un tamaño del efecto entre moderado y grande. En lo que respecta a las otras variables, el efecto observado fue pequeño. La menor diferencia entre los grupos se encontró en la variable actitud (“¿qué tan positiva/ negativa considera que es la pornografía en general?”). Cabe mencionar que esta variable se encontró más asociada a la frecuencia de consumo (r =.37 p ≤ .000) y, en menor medida, al nivel de religiosidad (r = -.16 p ≤ .000), pero no a la edad ni a la relación de pareja. Tabla 5 Diferencias según sexo en relación con la pornografía. Hombres Mujeres (n=185) (n=173) Me Me U de Mann- p r de Whitney Rosenthal Frecuencia 2.7 1.5 8743.5 0.00 -.46 Actitud 3.0 2.8 13471.5 0.00 -.15 Expectativas1 3.0 2.0 12486.5 0.00 -.19 Influencia2 3.0 2.0 11243.5 0.00 -.27 Edad de inicio 13.0 16.2 9099.0 0.00 -.35 Nota:1. Expectativas en cuanto a lo que puede ser la sexualidad en pareja. 2. Influencia en lo que sabe de sexualidad. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 24 Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 25 DISCUSIÓN A continuación discutiremos los resultados obtenidos en la investigación, tanto en lo referente a la evaluación de las propiedades psicométricas de la PPUS como a las diferencias por sexo encontradas en la muestra respecto a su relación con la pornografía. En cuanto a la estructura factorial del instrumento, debemos señalar que no fue posible replicar el modelo de cuatro factores planteado por Kor et al. (2014) en base a su conceptualización del uso problemático de pornografía (UPP) como una adicción conductual. En el presente estudio, a partir de un análisis factorial exploratorio y en base al criterio de Kaiser y al gráfico de sedimentación (Costello & Osborne, 2005; Ferrando & Anguiano-Carrasco, 2010; Ho, 2006) se pudo constatar la emergencia de 3 factores correlacionados, presentando los tres una alta consistencia interna. Si bien la escala conserva sus 12 ítems originales, estos no se distribuyen tan homogéneamente (3 ítems por factor) como en la muestra israelí en la que se desarrolló el instrumento. Como ya se ha señalado, en esta adaptación el factor I de la PPUS “Uso excesivo” aparece conformado por cuatro ítems, el factor II “Uso para evitar emociones negativas” por tres, y el factor III “Problemas de control y funcionamiento” por cinco ítems, mientras que el factor IV original “Dificultades para el control” desaparece como dimensión pasando a integrar el factor I y, sobre todo, el III. Por ello, se consideró pertinente cambiar el nombre de este último factor (antes llamado “Malestar y problemas de funcionamiento”) de modo que refleje mejor la nueva estructura de la escala. Pensamos que la variación podría explicarse por aspectos teóricos, técnicos y también contextuales, como veremos a continuación: Desde la teoría, puede explicarse en el marco del debate que se está dando actualmente en la comunidad científica respecto a la conceptualización del uso problemático de pornografía (UPP) como una adicción conductual, en buena medida asociada a la Internet. Si bien las bases para considerarlo de ese modo son potentes –como se comenta detalladamente en la introducción-, en la última versión del International Clasification of Deseases (WHO, 2018) se ha preferido incluirlo en los desórdenes del control de impulsos, específicamente del impulso sexual, quitándole peso al componente de adicción; el mismo que más bien hubiera sido enfatizado si el constructo aparecía como una adicción especifica asociada a la Internet, como el gaming. Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 26 En lo que sí hay mayor consenso es en que este tipo de conductas implican una dificultad para controlar el impulso que causa mucho malestar en el sujeto, quien las vivencia como una adicción por la clara sensación de no poder resistirse (haber perdido el control) ante el objeto-problema y de estar actuando de un modo más compulsivo. Sobre esta base tendría sentido la fusión de las dimensiones “Malestar y problemas de funcionamiento” y “Dificultad de control” que se ha evidenciado en el presente estudio, la misma que resulta consistente con la teoría de adicciones conductuales, que sostiene que los procesos de abstinencia se experimentan emocionalmente (como malestar) y no físicamente como en las adicciones a sustancias (Kor et al., 2014). Posiblemente sea por ello que, pese a esta variación en la distribución dimensional de la escala, todos los ítems evidenciaron una buena capacidad discriminativa de para la medición del constructo. Si bien el ítem que más discrimina es el 8 (“He fracasado en mis esfuerzos para reducir o controlar la frecuencia de mi uso de pornografía”) y el que menos el 5 (“He puesto en peligro o estuve cerca de poner en peligro una relación significativa, un puesto de trabajo, una oportunidad educativa o una carrera laboral debido el uso de material pornográfico”), en general la capacidad discriminativa de los ítems es pareja. Por otro lado, entrando a lo técnico propiamente, la distribución factorial podría explicarse en parte por la presencia de ítems parecidos que aparecen juntos (el 9, el 10 y el 11) y traducidos al español suenan bastante similares ("Pienso frecuentemente en pornografía", "Paso demasiado tiempo pensando en pornografía", "Paso demasiado tiempo planificando mi uso de pornografía y usando pornografía”). Estos, al agruparse, habrían ocasionado cierta distorsión en la extracción de factores (Ferrando y Anginiano- Carrasco, 2010). Es importante mencionar que Kor et al. (2014) usó un análisis de componentes principales para obtener los ítems y su agrupación en 4 factores. Luego, cuando ya los tenía, usó un AFC para confirmarlos de acuerdo a su teoría. Nosotros, sin embargo, por tratarse de un estudio exploratorio, solo hemos usado un AFE, que además evidenció que las tres dimensiones correlacionan entre sí, por lo que decidimos emplear rotación Oblmin pese a que Kor reporta haber usado Varimax (lo cual no deja de llamar la atención, considerando que la PPUS trabaja siempre con puntaje total). Ante la duda que esto nos causaba, obtuvimos la conformidad de los autores para continuar el proceso asumiendo correlación entre los factores (Shane Kraus, comunicación personal, 6 de noviembre de Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 27 2018), con el sustento de que la escala mide un constructo global – uso problemático de pornografía (UPP)- y en ese sentido, un puntaje más alto refleja una mayor intensidad o gravedad del mismo, indistintamente de sus factores componentes. Por último, desde lo contextual, la variación en la estructura interna de la escala se podría atribuir a las diferencias esperables entre grupos humanos distintos lingüística y culturalmente. Además de los factores puramente lingüísticos como el ya mencionado fraseo reiterativo de algunos ítmes, hay ciertas características particulares de la muestra limeña a tener en cuenta, como que es –en promedio- unos 12 años más joven que la muestra israelí de hace 5 años (una diferencia de 17 años es ya casi una generación). Como hemos visto en la introducción, el UPP estaría bastante influido por las nuevas tecnologías. Si consideramos que un 55% de los sujetos reporta acceder al material pornográfico desde su teléfono celular (un medio considerado por muchos como adictivo en sí mismo), podemos pensar en una potenciación de la dificultad de control, la misma que habría ocasionado que la dimensión “dificultad de control y problemas de funcionamiento” original aparezca ahora transversal a todo el constructo, y no simplemente como una de sus dimensiones. No sabemos si en el estudio original la proporción de acceso a contenidos pornográficos vía móvil haya sido significativamente menor que en esta muestra, pero ya hemos señalado los elementos que podrían indicarlo así. Independientemente de ello, la idea de que habría un mayor condicionamiento de la conducta de ver pornografía al darse vía el móvil, que está siempre a la mano, es una opción a considerar, puesto que dificultaría aún más el ejercicio del autocontrol (De Sola et al., 2013; Hesse & Pedersen, 2017). Otra característica cultural particular de esta muestra que podría estar influyendo en la forma como aparece constituido el constructo es el factor religioso. Encontramos que pese a la fuerte impronta católica existente en nuestro país, un 50% de los participantes no se reporta católico ni cristiano, y más del 60% manifiesta ser poco o nada religioso, lo cual es consistente con un estudio previo relacionado a la pornografía en nuestro medio, en el que se encontró un nivel de religiosidad más bajo en los estudiantes peruanos comparados con estudiantes norteamericanos- (Velezmoro et al., 2012). Esto podría explicar en parte que en la presente investigación no se haya evidenciado una asociación significativa entre el puntaje PPUS y el nivel de religiosidad -a diferencia de Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 28 Kor et al. (2014) y de otros estudios similares en Norteamérica (Grubbs et al, 2015). Como se sabe, la PPUS se creó en Israel, donde la mayoría de la población profesa la religión judía (Kor et al., 2014). En cuanto a la relación del UPP con otras variables, los resultados se han dado de acuerdo a lo esperado casi en su totalidad. Así, en lo que respecta a la evidencia de validez convergente la correlación encontrada con la BPS-Escala breve sobre uso de pornografía (Kraus et al., 2017) es muy similar a la reportada en estudios previos. Lo mismo podemos decir de la evidencia de validez divergente, con coeficientes de correlación muy parecidos a los del estudio original entre el constructo medido y todas las dimensiones y sub- dimensiones del inventario de salud mental MHI-P. Es interesante señalar que si bien -como se esperaba- todas las correlaciones con salud mental fueron pequeñas o medianas, la mayor (r=.35; p ≤ .01) se dio con la sub- escala “impulsividad”, lo que nuevamente estaría poniendo de relieve la asociación entre UPP y dificultad de control. Además, esto es consistente con lo hallado por De Sola et al. (2013) en su estudio sobre adicciones comportamentales, así como por Antons & Brand (2018), en su estudio sobre impulsividad rasgo y UPP. Lo mismo se evidencia en la correlación hallada entre PPUS y EAIL, sugiriendo que el UPP y la adición a internet son constructos distintos que, no obstante, tienden a acercarse en aspectos como la sensación de falta de control. En lo que respecta a la validez de criterio, como ya se ha señalado, la evidencia se generó a partir de las variables “Frecuencia de uso” y “Cantidad de material pornográfico consumido habitualmente”. Debemos señalar que hemos medido la relación entre estas variables y el UPP con contrastes no paramétricos y diferencias de medias, puesto que la forma en que habíamos formulado las preguntas requería un análisis de ese tipo en vez de las correlaciones simples trabajadas en el estudio original. A diferencia del análisis de Kor et al. (2014) en que las variables frecuencia de consumo y cantidad de material consumido se midieron cuantitativamente, en la presente investigación se optó por un enfoque más cualitativo, puesto que, al tratarse de un primer estudio-en cierto modo exploratorio- del uso de pornografía, quisimos buscar información complementaria, adicional a la validación de la escala. Lo interesante es que pese a la diferencia del análisis utilizado, hemos obtenido resultados muy similares, evidenciándose así -tal como ya lo hicieron Wery et al. (2016), Reid el al. (2011) y Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 29 algunos otros- que tanto la frecuencia como la cantidad consumida son variables estrechamente relacionadas con el uso problemático (UPP), pero de las que este no se puede deducir directamente: de allí la relevancia de contar con escalas diseñadas específicamente para medirlo. En ese sentido, también las propiedades psicométricas de la BPS (Breve screener de pornografía) han resultado adecuadas en la presente investigación, lográndose las correlaciones esperadas con dichas variables así como con la PPUS, la EAIL y el MHI-P. Por otro lado, también se han encontrado muchas semejanzas con el estudio original en lo que respecta a los factores asociados a un mayor puntaje PPUS. Así, nuestros resultados muestran que mientras más joven es la persona, más posibilidades tiene de reportar un UPP, aunque la correlación es pequeña. Asimismo, que los que no tienen pareja puntúan más alto que los que sí la tienen; y, por último, que los hombres puntúan bastante más alto que las mujeres, aunque esta diferencia ha resultado algo menor que en el estudio original del 2014. Esta menor diferencia observada en puntaje PPUS entre hombres y mujeres podría estar asociada a la menor edad promedio de la nuestra limeña, puesto que, como ya hemos señalado, el acceso a pornografía suele ser mayor en las mujeres más jóvenes, por el efecto de las nuevas tecnologías (McKeown, Parry & Penny, 2018; Olmstead, Negash, Pasley & Fincham, 2013; Perry, 2017), que les permite acceder a los contenidos de forma privada, sin exponerse al cuestionamiento social. Este resultado se condice con lo encontrado por otras investigaciones recientes (Borgogna et al. 2018; Kraus et al., 2016) con edades promedio más parecidas a la de nuestra muestra. Otro factor a considerar tiene que ver con el hecho de que en el presente estudio un porcentaje relativamente alto de las participantes (mujeres) se ha definido como bisexual, lo que estaría sugiriendo cierta apertura, idiosincrática de esta muestra limeña, a aspectos menos convencionales de la sexualidad. En realidad, más allá de su opción sexual, la importante participación de mujeres en un estudio sobre uso de pornografía ya da cuenta por sí misma de una mayor apertura en cuanto a la expresión de su sexualidad. Esto nos permite pasar al segundo objetivo del estudio, que buscaba analizar las diferencias entre hombres y mujeres respecto a su uso de pornografía, más allá de que cumplieran o no con los criterios de aplicación de la PPUS. Si bien las diferencias por Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 30 sexo resultaron significativas y de acuerdo a lo esperado en todas las variables evaluadas (ver tabla 5), el tamaño del efecto evidenciado fue distinto en cada una de ellas. Así, si bien encontramos notorias diferencias por género en lo concerniente a “Frecuencia”, “Cantidad”, “Edad de inicio” e “Influencias” (en el conocimiento de sexualidad), estas disminuyen en “Expectativas” (de lo que es o puede llegar a ser la sexualidad en pareja) y sobre todo en “Actitud hacia la pornografía”, una variable más directamente asociada a la valoración (positiva o negativa) que se le da al fenómeno. Podrían plantearse diversas explicaciones para estos resultados, pero escapan a los objetivos del estudio, que busca ser solo una primera aproximación al uso no problemático de pornografía. Otro hallazgo de interés tiene que ver la edad de inicio del consumo: la edad promedio de acceso inicial a contenidos pornográficos correlaciona inversamente con el puntaje PPUS. Es decir, los participantes que puntúan más alto en la escala son justamente los que reportan una edad de inicio más temprana, lo que sugiere que mientras más corta sea dicha edad, es más probable que la persona luego experimente un UPP. Es un resultado de interés, que aunque ciertamente no implica causalidad, valdría la pena seguir investigando. Además, existen diferencias significativas en cuanto a género: en el caso de los hombres la edad de inicio promedio es de 13 años (habiéndose reportado edades tan tempranas como 6 y 7 años) mientras que en las mujeres esta es de16. Si tenemos en cuenta el componente machista y de cosificación de la mujer que se sigue encontrando en la mayoría de material pornográfico (Bergner & Bridges, 2002; De Miguel, 2015; Mitchell et al, 2016; Padilla, 2008) y, si a la vez consideramos que el consumo de pornografía puede tener influencia en otras áreas de la vida de las personas (Atwood & Smith, 2014; Borgogna et al., 2018; De Sola, et al. 2013; Love et al, 2015; Marston & Lewis, 2014), parece evidente que, al no mirar críticamente dichos contenidos se deja de lado una oportunidad de cuestionar la forma en que los jóvenes interiorizan ciertos guiones sexuales y cómo ello podría estar influyendo negativamente en las relaciones de género. Entonces la importancia del presente estudio radica en que se trata de una primera aproximación a un fenómeno que ha sido muy poco observado por la psicología clínica en nuestro país. Se podrían citar varios estudios sobre conductas problemáticas relacionadas con Internet en que el tema de la visualización de pornografía se ha obviado, Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 31 como si no fuera una realidad. Consideramos, por el contrario, que el reconocimiento de que se trata de una práctica común puede contribuir a un enfoque más comprehensivo de la sexualidad, y, por ende, de las relaciones, los afectos y el bienestar de las personas. Más aún, las investigaciones recientes recomiendan que la educación en salud sexual que se ofrece a los jóvenes incluya información sobre la obtención de placer y (los problemas de) el funcionamiento, además de los tradicionales temas de prevención (Mitchell et al., 2016; Serrano y Cuesta, 2017). En nuestro medio, el uso problemático de pornografía no es un tema que resulte fácil abordar, ni en la educación ni en la clínica. Por ello, el contar con una escala estandarizada de medición puede resultar útil en dichos contextos. Asimismo, un instrumento de medición con valor psicométrico facilitará la incorporación del constructo en futuros estudios sobre conductas compulsivas, de dependencia o adictivas. Se concluye pues que la presente investigación resulta relevante en tanto facilita el estudio del UPP en la investigación académica y en el ámbito clínico; al tiempo que promueve la inclusión de una práctica extendida -el uso no problemático de pornografía- en la reflexión sobre sexualidad humana. En ese sentido, se recomienda profundizar -de un modo empírico y sin prejuicios- en las diferencias entre hombres y mujeres respecto a la valoración del fenómeno (tanto de ciertas dinámicas del consumo como de los contenidos mismos) relacionándolo con la vivencia de su sexualidad, así como con la problemática de género transversal a nuestra sociedad. Entre las limitaciones debemos señalar que los instrumentos utilizados para medir el constructo son cuestionarios de autoreporte, que si bien -en el caso de la escala- permiten identificar la experiencia de consumo problemático desde la subjetividad de la persona, carecen de la objetividad de las medidas de laboratorio o de las neuro-imágenes. Por otro lado, la generalización de los resultados es bastante limitada ya que, pese a que se ha tratado de llegar a la mayor cantidad y diversidad posible de sujetos, finalmente han participado únicamente las personas interesadas en hacerlo. Asimismo, debido a lo acotado del tiempo y los recursos, el estudio se ha restringido a validar la escala tal cual fue creada por Kor et al. en el año 2014, con sus virtudes y defectos, sin espacio para modificar o mejorar ni sus ítems ni los análisis estadísticos con los que se ha trabajado. Por ello, se recomienda que las propiedades Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 32 psicométricas de la escala puedan ser evaluadas en otras muestras, quizá más homogéneas, teniendo siempre en cuenta el control de la variable deseabilidad social. Consideramos importante que la línea de investigación continúe, pese a la dificultad de investigar un tema estigmatizado, que las personas muchas veces prefieren ocultar. Por lo pronto, se ha logrado evidenciar la relación del UPP con al menos una variable susceptible de intervención: la edad de inicio del consumo, que como ya se ha visto, está asociada sobre todo a variables socioculturales y contextuales como estilo intrafamiliar, hiperestimulación sexual y entorno empobrecido, aunque también a ciertos rasgos como la impulsividad y la búsqueda de sensaciones (Antons & Brand, 2018; Kraus et al., 2016; Puerta et al., 2014). Adicionalmente, los resultados encontrados nos llevan a preguntarnos por la relación entre UPP como adicción conductual y soledad, dentro y fuera de la relación de pareja; en concordancia con lo hallado en otros estudios respecto al papel de los vínculos para el entendimiento de las adicciones en general (Hari, 2018; Lewis, 2017). Cabe enfatizar que el UPP- que afecta aproximadamente a un 5% de los usuarios de pornografía- es un constructo distinto al uso no problemático, que varios estudios han encontrado asociado a efectos positivos, incluso dentro de la relación de pareja (Hesse & Pedersen, 2017; Kor et al., 2017; Ley et al., 2014). Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 33 Referencias Albright, J. M. (2008). Sex in America online: An exploration of sex, marital status, and sexual identity in Internet sex seeking and its impacts. Journal of Sex Research, 45(2), 175-186. DOI:10.1080/00224490801987481 Antons, S., & Brand, M. (2018). 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Está conducido por Rosario Zolezzi López estudiante de Psicología Clínica de la PUCP para el curso Seminario de Tesis a cargo de la Mg. Silvana Romero Saletti (C.Ps.P. 16963). Si usted accede a participar se le pedirá responder a 5 cuestionarios que en total le tomarán alrededor de 10 minutos de su tiempo. La información que se recoja es confidencial sus respuestas son anónimas codificándose en base a un número. Si bien es muy importante para el éxito del estudio que usted responda a la totalidad de las preguntas es libre de finalizar su participación en cualquier momento sin que esto represente algún perjuicio para usted. Si tuviera alguna duda de cualquier tipo puede comunicarse a los correos silvana.romero@pucp.edu.pe o maria.zolezzi@pucp.pe A continuación le pedimos que marque su conformidad con lo siguiente: "Al aceptar doy mi consentimiento para participar de modo voluntario en el estudio. Asimismo declaro que soy mayor de edad y que las respuestas que brindo son honestas. ACEPTO NO ACEPTO Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 40 Apéndice B Cuestionario sociodemográfico 1. Sexo: 2. Edad: 3. Lugar de residencia 4. Grado de instrucción: 4. Tipo de institución educativa a la que asistió: 5. Nivel socio económico (autopercepción): 6. Ocupación actual: 7. Religión: a) agnóstico/ateo b) católico c) cristiano no católico d) otro 8. ¿Qué tan religioso se considera? Macar una opción del 1 al 5, donde 1 es “Nada religioso” y 5 es “Muy religioso” 9. Orientación sexual: a) heterosexual b) homosexual c) bisexual d) otro 10. ¿Tiene pareja? NO SI 11. tiempo de relación: a) menos de 6 meses b) entre 6 meses y 2 años c) 2 años o más 12. ¿Ha visto material pornográfico alguna vez en su vida? (Se considera material pornográfico a las imágenes o descripciones explícitas - fotos. vídeos. textos. audios- de actos sexuales y/o genitales que se presentan con el objetivo de generar excitación sexual). NO SI 13. ¿Qué edad tenía aprox. la primera vez que accedió a dicho material? 14. ¿De qué tipo fue? a) fotos. audios o videos en internet (Por ejemplo. en sitios web. por redes sociales. etc.) b) fotos o textos en revistas c) películas (en TV. DVD. cine) d) otro/ no recuerdo Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 41 15. ¿Ha consumido material pornográfico en el último año? NO SI 16. Si respondió sí. por favor indique en qué situación (marque todas las que apliquen): a) Solo(a) b) con mi pareja c) con amigo(a)s d) con amigo(a)s pero de modo virtual (ej. en grupos de Whatsapp) 17. ¿qué medio usa principalmente para acceder a pornografía? a) Ninguno b) Computadora o laptop c) teléfono móvil d) Revistas e) Cine-TV f) Otro 18. ¿Mediante qué plataforma accede a PORNOGRAFÍA? (puede marcar más de una) a) Ninguna b) Redes sociales c) Portales como PornHub d) Portales de Anime / video juegos e) Otro (especificar): …………………. 19. ¿Con qué frecuencia consume material pornográfico? a) No consumo nunca b) Al menos una vez al año c) Al menos una vez al mes d) Al menos una vez a la semana e) Casi todos los días 20. Considera que su uso de pornografía es: a) No consumo pornografía nunca b) bajo en relación con otras personas de mi edad c) Promedio d) Alto en relación con otras personas de mi edad. 21. ¿En qué medida considera que lo que sabe de sexualidad lo ha aprendido viendo pornografía? Macar una opción del 1 al 5, donde 1 es “Nada” y 5 es “Casi todo” 22. En general. diría que el consumo de pornografía es: Macar una opción del 1 al 5, donde 1 es “Muy negativo” y 5 es “Muy positivo” Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 42 23. ¿Qué tanto considera que la pornografía ha influido en sus expectativas acerca de lo que es/puede ser la sexualidad en pareja? Macar una opción del 1 al 5, donde 1 es “No, para nada” y 5 es “Sí, bastante” Apéndice C: Confiabilidad C1: Brief Pornography Screener Estadísticos ítem test BPS Correlación ítem test Alfa se elimina el α=.858 Media corregida ítem BPS1 1,52 .734 .813 BPS2 1,51 .794 .795 BPS3 1,51 .732 .812 BPS4 1,37 .437 .881 BPS5 1,46 .677 .827 C2: Mental Health Inventory 38-P Estadísticos ítem test MHI 38-P Afecto General Positivo Correlación ítem-test Alfa si se elimina el ítem α= .943 corregida MHI1 .769 .938 MHI4 .738 .939 MHI5 .726 .939 MHI6 .829 .936 MHI7 .773 .938 MHI12 .662 .941 MHI17 .765 .938 MHI22 .621 .943 MHI26 .777 .937 MHI31 .795 .937 MHI34 .817 .936 MHI37 .622 .942 Estadísticos ítem test MHI 38-P Depresión Correlación ítem-test Alfa si se elimina el ítem α= .867 corregida Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 43 MHI2 .650 .850 MHI9 .732 .832 MHI19 .755 .822 MHI20 .635 .852 MHI30 .690 .838 Estadísticos ítem test MHI 38-P Desesperanza Correlación ítem-test Alfa si se elimina el ítem α= .839 corregida MHI16 .729 .769 MHI21 .621 .822 MHI27 .755 .757 MHI28 .643 .824 Estadísticos ítem test MHI 38-P Impulsividad Correlación ítem-test Alfa si se elimina el ítem α= .839 corregida MHI8 .615 .650 MHI14 .620 .647 MHI32 .541 .727 Estadísticos ítem test MHI 38-P Ansiedad Correlación ítem-test Alfa si se elimina el ítem α= .943 corregida MHI1 .719 .903 MHI4 .778 .898 MHI5 .748 .900 MHI6 .482 .917 MHI7 .789 .897 MHI12 .748 .900 MHI17 .778 .898 MHI22 .674 .906 MHI26 .586 .913 Estadísticos ítem test MHI 38-P Bienestar Correlación ítem-test Alfa si se elimina el ítem α= .950 corregida MHI1 .774 .946 MHI4 .734 .946 MHI5 .726 .947 MHI6 .842 .944 MHI7 .775 .946 MHI10 .733 .947 MHI12 .660 .948 MHI17 .759 .946 MHI22 .628 .949 MHI23 .740 .947 Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 44 MHI26 .772 .946 MHI31 .795 .945 MHI34 .823 .944 MHI37 .619 .949 Estadísticos ítem test MHI 38-P Estrés Correlación ítem-test Alfa si se elimina el ítem α= .954 corregida MHI3 .688 .951 MHI9 .744 .951 MHI11 .717 .951 MHI13 .694 .951 MHI15 .496 .954 MHI16 .737 .951 MHI20 .630 .952 MHI21 .624 .952 MHI24 .662 .952 MHI25 .762 .950 MHI27 .794 .950 MHI28 .554 .953 MHI29 .720 .951 MHI30 .794 .950 MHI32 .773 .950 MHI33 .777 .950 MHI35 .689 .951 MHI36 .745 .951 MHI38 .582 .953 Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 45 C3: Escala de adicción a Internet de Lima Estadísticos ítem test EAIL Escala total Correlación total de Alfa si se elimina el ítem α=.90 elementos corregida EAIL1 .569 .890 EAIL2 .577 .890 EAIL3 .655 .885 EAIL4 .498 .894 EAIL5 .658 .885 EAIL6 .677 .884 EAIL7 .774 .877 EAIL8 .634 .886 EAIL9 .556 .891 EAIL10 .643 .886 EAIL11 .659 .885 Estadísticos ítem test EAIL Sintomatología Correlación total de Alfa si se elimina el ítem α=.87 elementos corregida EAIL1 .569 .890 EAIL2 .577 .890 EAIL3 .655 .885 EAIL4 .498 .894 EAIL5 .658 .885 EAIL6 .677 .884 EAIL7 .774 .877 EAIL8 .634 .886 Estadísticos ítem test EAIL Disfuncionalidad Correlación total de Alfa si se elimina el ítem α=.79 elementos corregida EAIL9 .556 .891 EAIL10 .643 .886 EAIL11 .659 .885 Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 46 Apéndice D D1: Variables de la evaluación psicométrica Pruebas de normalidad KS p Asm (n=296) EE IC (95%) K EE IC (95%) BPS .23 .000 .98 .14 [.68;1.25] -.17 .28 [-.72;.38] EAIL Sintomatología .11 .000 .71 .14 [.43;.98] .15 .28 [.40;.70] Disfuncionalidad .20 .000 1.2 .14 [.91;1.47] .90 .28 [.35;1.45] TOTAL .11 .000 .81 .14 [.53;1.09] .36 .28 [-.19;.91] MHI Ansiedad .08 .000 -.74 .14 [-1.02;-.46] .35 .28 [-.20;.90] Depresión .11 .000 -.57 .14 [-.85;-.30] -.25 .28 [-.80;.30] Desesperanza .18 .000 -1.48 .14 [-1.76;-1.2] 2.30 .28 [1.75;2.85] Afecto general positivo .06 .007 .09 .14 [-.19;.36] -.79 .28 [-1.34;-.24] Impulsividad .13 .000 - .97 .14 [-1.25;-.69] 1.13 .28 [.58;1.68] Bienestar .06 .007 .09 .14 [-.19;.36] -.79 .28 [-1.34;-.24] Estrés .10 .000 -1.09 .14 [-1.37;-.81] 1.83 .28 [1.28;2.38] PPUS Uso excesivo .21 .000 1.44 .14 [1.16;1.71] 1.69 .28 [1.14;2.24] Prob. de control y func. .21 .000 1.44 .14 [1.16;1.71] 1.86 .28 [1.31;2.41] Evitación de e. negativas .17 .000 .75 .14 [.47;1.02] -.57 .28 [-1.12;-.02] PPUS TOTAL .14 .000 1.11 .14 [.83;1.39] .88 .28 [.33;1.43] Frecuencia de uso .35 .000 .04 .14 [-.24;.32] -2.01 .28 [-2.56;-1.46] Cantidad reportada .32 .000 .23 .14 [-0.05;0.51] -.59 .28 [-1.14;-.04] Nota: Asm=Asimetría; EE= Error Estándar; IC=Intervalo de Confianza; K=Curtosis Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 47 D2: Variables del objetivo secundario Pruebas de normalidad KS Hombres (n=18 p Asm EE IC (95%) K EE IC (95%) 5) Actitud hacia la pornografía .316 0.00 .04 .18 [-.31;.39] 1.23 .36 [.52;1.94] Expectativas con la pareja .184 0.00 -.13 .18 [-.48;.22] -.81 .36 [-1.52;-.10] Influencia en aprendizaje .220 0.00 .26 .18 [-.09;.61] -.65 .36 [-.80;.62] Edad de inicio .255 0.00 5.44 .18 [5.09;5.79] 40.92 .36 [40.21;41.63] Nota. Asm=Asimetría; EE= Error Estándar; IC=Intervalo de Confianza; K=Curtosis Pruebas de normalidad Mujeres KS p Asm EE IC (95%) K EE IC (95%) (n=173) Actitud hacia la pornografía .322 .000 .12 .19 [-.25;.49] -1.21 .38 [-1.96;-.46] Expectativas con la pareja .173 .000 .18 .19 [-.19;.55] -1.23 .38 [-1.98;-.48] Influencia en aprendizaje .216 .000 .61 .19 [.24;.98] -.24 .38 [-.99;.51] Edad de inicio .173 .000 2.09 .19 [1.72;2.46] 5.98 .38 [5.23;6.73] Nota. Asm=Asimetría; EE= Error Estándar; IC=Intervalo de Confianza; K=Curtosis Propiedades psicométricas de la PPUS en una muestra de adultos de Lima 48 Apéndice E: Gráfico de Sedimentación PPUS