1 Pontificia Universidad Católica del Perú Facultad de Ciencias Sociales “Ahora somos de clase media” Estrategias de movilidad social ascendente en cinco familias exitosas del distrito de Los Olivos Tesis para optar el título de Licenciada en Sociología que presenta: Silvia Espinal Meza Asesor: Dr. Aldo Panfichi Diciembre, 2010 2 Índice Dedicatoria y Agradecimientos 4 Introducción 6 1. Propósito de la investigación, objetivos e hipótesis 10 2. Metodología 12 Capítulo I Movilidad Social: Teorías, enfoques y estudios realizados 15 1.1 Estratificación social 15 1.2 De castas a clases: la movilidad social 17 1.3 Movilidad Social: Enfoques y estudios en Europa y EE.UU 18 1.4 Movilidad Social: Aportes desde América Latina 21 1.5 Movilidad Social: Estudios e investigaciones en el Perú 25 1.6 ¿Nos movemos? Data estadística para América Latina y Perú 32 1.7 Más allá de las encuestas: el acercamiento a las trayectorias de movilidad social 38 1.7.1 Estrategias familiares de movilidad social 38 1.7.2 La familia y el capital social 41 Capítulo II Los Olivos: Historia y emergencia de una nueva clase media 44 2.1 Cambios en el Perú desde los años cuarenta 44 2.2 Proceso de urbanización de la zona norte de Lima 45 2.3 ¡Quiero un lugar para vivir! La formación de barriadas en Lima Norte 46 2.4 Antecedentes a la formación de Los Olivos: El nacimiento de San Martín de Porres48 2.5 La ocupación formal: el caso de las urbanizaciones regulares en SMP 49 2.6 “Somos distintos, somos de clase media” El nacimiento de Los Olivos 51 2.7 Los Olivos y sus alcaldes 55 2.8 Los Olivos hoy: caracterización socio-demográfica del distrito 58 2.9 Saliendo de la pobreza: la movilidad social y la nueva clase media emergente 65 Capítulo III Presentación y análisis de los casos de movilidad social 67 La importancia de la educación en el proceso de movilidad social: El caso de la familia Gallardo 70 El desarrollo profesional como base para la movilidad social: El caso de la familia Delgado 84 De los caramelos al taller textil propio: El caso de la familia López 94 De ambulantes a dueños de un restaurant: El caso de la familia Ortiz 107 La sociedad de los tres ases: La fábrica textil y la movilidad social ascendente de los Martínez 123 3 Capítulo IV Análisis conjunto de los casos de movilidad social 134 1. Lo comunitario en contextos de crisis: el surgimiento del proyecto 134 2. Lo comunitario-individual en contextos de cambio: el crecimiento del proyecto 139 3. Lo individual-comunitario en contextos de estabilidad: la continuidad de las generaciones más jóvenes 141 4. La nueva clase media y Los Olivos 145 Capítulo V Conclusiones 147 Bibliografía 152 Anexos: Resultados de la Encuesta ECOSOCIAL 159 Guía de entrevista 164 4 Dedicatoria y agradecimientos Esta tesis va dedicada a aquellas personas que de alguna manera están involucradas en mi desarrollo personal y profesional. En primer lugar, a mi abuelo, Reynaldo Espinal, quien siendo muy joven se formó profesionalmente y marcó el camino para que sus hijos y nietos sigamos su ejemplo. No lo conocí, pero siento que siempre guía mis pasos y sé que está muy orgulloso de los logros profesionales de su nieta. Luego, a mis queridos padres, quienes desde pequeña apostaron por mi educación y formación permanente. A mi madre, Ana Meza, quien con sus cuidados y cariños ha logrado hacer de mí una persona responsable y perseverante. A mi padre, Walter Espinal, amante de los libros, la música y la cultura, a quien escuché y admiré desde pequeña y quien despertó en mí el gusto por las letras y el análisis de la realidad social de nuestro país. Siempre serás mi mejor amigo y guía permanente. A María Elena Núñez, mi primera maestra en la primaria, quien me enseñó a leer y escribir y formó en mí la perseverancia y el esfuerzo para lograr todas las metas. En uno de los libros que me regaló cuando tenía 8 años, las “Tradiciones Peruanas” de Ricardo Palma, escribió: “Para Silvia, por su aplicación, por haber obtenido el Primer Puesto en el concurso de Ortografía, y deseando que la lectura sea siempre una de sus mejores amigas”. Desde ahí, gracias a ti María Elena, las letras son siempre mis mejores acompañantes. Los más sinceros agradecimientos a Fanni Muñoz, una de mis primeras profesoras en la especialidad de Sociología de la PUCP y quien ha visto toda mi trayectoria de crecimiento académico. Leyó con gran paciencia y atención mi borrador final de tesis y gracias a sus observaciones y comentarios el producto logró tener un final satisfactorio. A ti Fanni, el mayor de los cariños porque sé que más que una maestra te has convertido en una gran amiga. 5 De igual modo a Aldo Panfichi, asesor de esta tesis, de quien tengo un excelente concepto, pues me guió de manera brillante en todo este proceso. Siempre con observaciones y precisiones muy inteligentes y el gran orgullo por esas palabras en la sustentación de tesis para una “socióloga de raza y una joven promesa de las Ciencias Sociales en el Perú”. Muchas gracias Aldo, sé que tengo cerca a un verdadero maestro y amigo. A la consultora Arellano Marketing, quienes gentilmente me cedieron la data estadística de una de sus encuestas para incorporarlas a mi tesis. A Serafín Osorio, quien me ayudó con el contacto y presentación de algunas familias que participaron en este estudio. Y, finalmente, a las cinco familias que logré entrevistar para el estudio de casos, quienes muy amablemente me abrieron las puertas de su casa y lograron que plasmara su voz protagónica en la tesis de investigación. A ellas, los más sinceros agradecimientos por tan noble gesto. 6 Introducción ¿Nacer pobre supone desaparecer en la misma condición? Para la gran mayoría de habitantes de los países menos desarrollados esta es la realidad. La región latinoamericana ha atravesado, en las últimas décadas, por procesos de modernización que, en la gran mayoría de los casos, no han resuelto los grandes problemas heredados del pasado colonial. En líneas generales, la concentración de la riqueza y los beneficios económicos continuaron como privilegio de las clases y grupos dominantes, mientras las desigualdades con las grandes mayorías pobres se iban ampliando cada vez más. En el Perú, nuestra historia republicana nos revela conflictos y enfrentamientos continuos donde los intereses de las clases y grupos dominantes fueron cuidadosamente resguardados, mientras se postergaban las demandas y necesidades de los sectores más empobrecidos del país. En este contexto, de acuerdo a Carlos Delgado, las posibilidades de éxito social en la primera mitad del s. XX eran extremadamente reducidas, por lo que la única vía para ascender socialmente era el “arribismo”. Este mecanismo suponía, en sus palabras, “ascender derribando a alguien”. Es decir, solo se podía subir “tirándose abajo a alguien” a través de distintas estrategias como la adulación, “el raje”, etc; esto, para el autor, era el resultado de la rigidez de la sociedad peruana de inicios de los años sesenta1. No obstante, a finales de la década de los años setenta, la gran revolución anti-oligárquica, impulsada durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, si bien consiguió extinguir a la oligarquía, no logró que los sectores más vulnerables y pobres dejaran de serlo, sino que, por el contrario, su calidad de vida fue deteriorándose cada vez más2 . Sin embargo, por lo menos objetivamente, ya no somos la sociedad rígida y estamental que describía Carlos Delgado, sino que el tránsito hacia la sociedad de clases ha permitido la emergencia de un mecanismo que permite transitar de la situación de opresión y pobreza hacia una mejor posición social: la movilidad social. Ello supone que 1 DELGADO, Carlos “Ejercicio sociológico sobre el arribismo en el Perú” En: Problemas Sociales en el Perú Contemporáneo. Serie Perú Problema # 6. Lima: IEP, 1971 p. 105 2 MANRIQUE, Nelson “Sociedad” Vol. 7 En: Enciclopedia Temática del Perú. Lima: El Comercio, 2004 pp. 46- 49 7 aquellos que son pobres no deberían desaparecer en esa situación y encuentra sustento empírico en las cifras de movilidad que sitúan a varios países latinoamericanos (entre ellos el Perú), como aquellos en donde la movilidad social ascendente ha sido un proceso central en los últimos años. En este sentido, la encuesta de ECOSOCIAL (2007) revela que en la percepción de los latinoamericanos (y peruanos) la meritocracia y el esfuerzo personal son recursos importantes para aspirar a una mejor calidad de vida. Asimismo, el tema de la educación es resaltado con igual importancia, ya que más del 82% de los encuestados creen que la educación trae consigo el progreso y la movilidad social ascendente. Junto a ello, los resultados del Latinobarómetro (2008) señalan que los padres tienen grandes expectativas respecto a la movilidad social ascendente para las futuras generaciones. Ahora bien, como resultado, entre otros procesos, de las grandes migraciones, nuestra capital ha experimentado grandes cambios y con ello la emergencia de nuevos actores3 3 En el análisis de estos grandes cambios y procesos en nuestra capital se encuentran, entre muchos otros, los trabajos de Matos Mar (1984), Franco (1991) y más recientemente Arellano(2010) . Como parte de la búsqueda de información cuantitativa, obtuve los datos que gentilmente me cedió la Consultora Arellano Marketing. La encuesta corresponde al año 2009 y ha sido realizada a nivel nacional. Una pregunta clave de la encuesta, fue la de auto- percepción de clase social. Esto me resultó interesante, ya que al preguntarles a los peruanos sobre su ubicación en una clase social, cerca del 49.3% de los encuestados se ubican dentro de la “clase media”. Y más aún, al diferenciar estos porcentajes por zonas de Lima, se encuentra que luego de Lima Centro (que abarca distritos tradicionales de clase media y clase media-alta como Jesús María, Pueblo Libre, Miraflores, San Isidro, etc.), la mayoría de los habitantes de Lima Norte se consideran a sí mismos como “clase- medieros”. En este sentido, las cifras del último censo del INEI (2007), nos revelan que Los Olivos ha experimentado una serie de cambios y transformaciones con proyecciones de seguir creciendo. Se trata de un distrito joven en donde la mayoría de sus habitantes (70%), tiene entre 15 a 65 años, con una edad promedio de 30 años. En cuanto a los indicadores educativos, el distrito tiene al 44.6% de su población con educación superior y si diferenciamos por género, los hombres con este nivel de estudios alcanzan el 46%, mientras que las mujeres el 43.4%. Esto último nos muestra que en este ámbito las inequidades de género parecerían acortarse. Respecto a la actividad económica, la PEA ocupada es de 96.3%, es decir, casi la totalidad de la PEA se encuentra empleada. Y, 8 finalmente, de acuerdo a las cifras de APOYO, Los Olivos es un distrito que alberga mayoritariamente a una clase media y a un importante sector de clase media-alta (42.7% y 20.9%, respectivamente)4 . De modo que esta es la evidencia empírica para las posturas de diversos autores que sostienen que se han activado procesos de movilidad social ascendente en aquellas zonas que hace varias décadas conformaban los “cinturones de pobreza” de la ciudad. De manera que el círculo vicioso de la pobreza se habría roto y un gran número de familias en este distrito habrían dejado de ser pobres. Entonces, si es posible este tránsito, ¿cómo abordar su estudio? De acuerdo a Deepa Narayan5 , el estudio de la movilidad social ha estado dominado principalmente por supuestos y métodos económicos, centrados en análisis estadísticos para determinar la influencia de variables como los ingresos económicos y la ocupación sobre la movilidad social. Para ello, los censos y encuestas tipo panel, en las que se hace un seguimiento a las mismas personas a través de los años, han sido las herramientas más recurrentes para explicar estos procesos en la región. Sin embargo, en el Perú no contamos con este tipo de estudios y solo existen algunas encuestas que incluyen preguntas sobre la situación económica actual y la de hace 10 o 15 años para determinar si ha habido o no cambios en cuanto a los ingresos. Sin embargo, según Narayan, estas encuestas tipo panel pierden poder explicativo cuando la composición de los hogares cambia tras períodos de observación más largos. Es entonces cuando las perspectivas sociológicas adquieren especial relevancia, pues los cambios y transformaciones que experimentan los individuos dentro de una colectividad no solo responden a criterios económicos. Sin duda, son una variable que determina en gran parte el bienestar de un grupo humano, pero que no resultan suficientes para comprender integralmente los procesos de movilidad social. Como sostienen diversos autores, la movilidad social tiene un trasfondo más cualitativo que involucra estrategias y mecanismos que van más allá de un registro numérico. Estas estrategias se basan en relaciones y ordenamientos de tipo cultural y social que deben ser analizados desde la voz de los propios protagonistas. 4 Fuente: APOYO Perfiles Zonales de la Gran Lima 2009 5 NARAYAN, Deepa “Salir de la pobreza. Perspectivas interdisciplinarias sobre la movilidad social” Washington: Banco Mundial, 2008 p. 4 9 No obstante, en nuestro país, el tema de la movilidad social ha sido poco estudiado. En este campo, desde la Sociología, están los trabajos de Martín Benavides, que en uno de sus estudios sobre la educación y su influencia en las oportunidades del mercado laboral, señala que la educación incrementa las posibilidades de movilidad social ascendente y disminuye la probabilidad del descenso6. Asimismo, otro estudio del mismo autor, sobre una muestra de trabajadores urbanos, revela que se han producido cambios en las “franjas intermedias”, lo que denomina como “ensanchamiento de las clases medias”, compuestas ahora por grupos que han experimentando movilidad social ascendente y aquellos que han “caído”, es decir, con procesos de movilidad social descendente7. Por otro lado, desde una perspectiva cultural, están los trabajos de TEMPO que abordan a las clases medias tomando en cuenta sus valores, creencias, subjetividad, etc.8 Sin embargo, se centra en las mentalidades, mas no en la movilidad social. Finalmente, están los estudios desde el marketing que tienen a Rolando Arellano como uno de sus principales representantes y su propuesta de los Estilos de Vida (como maneras de ser y actuar que comparte un determinado grupo). Al respecto, en su último libro, Arellano señala que nuestra sociedad ha transitado de un modelo piramidal a uno romboide. Esto significa que hay una gran cantidad de población que forma parte ahora de la clase media9 . De este modo, estos estudios nos revelan cambios en la composición de nuestra sociedad, especialmente en Lima que, como hemos visto, tiene ahora a un nuevo grupo que forma parte de la clase media. En otras palabras, se han generado procesos de movilidad social ascendente y muchos de los que eran pobres ya no lo son. Sin embargo, ninguno de estos estudios analiza trayectorias de movilidad social integrando el relato de los propios protagonistas en relación a las coyunturas macro-sociales. 6 BENAVIDES, Martín “Educación y estructura social en el Perú. Un estudio acerca del acceso a la educación superior y la movilidad inter-generacional en una muestra de trabajadores urbanos” En: ARREGUI, Patricia “¿Es posible mejorar la educación peruana? Evidencias y posibilidades. Lima: GRADE, 2004 77 BENAVIDES, Martín “Cuando los extremos no se encuentran: un análisis de la movilidad social e igualdad de oportunidades en el Perú contemporáneo” En: Boletín Francés de Estudios Andinos, 2002 8 TEMPO “Ajuste de cuentas: Las clases medias: Entre la pretensión y la incertidumbre” Lima: SUR, 1998 9 ARELLANO, Rolando “Al medio hay sitio: El crecimiento social según los Estilos de Vida” Lima: Editorial Planeta 10 1. Propósito de la investigación, objetivos e hipótesis Por ello, considerando los cambios experimentados en nuestra ciudad y, concretamente, en el distrito de Los Olivos, el propósito de mi investigación se centra en la comprensión de las trayectorias de movilidad social ascendente de un grupo de cinco familias del distrito, desde una perspectiva cualitativa, con un enfoque inter-generacional de las estrategias de movilidad social ascendente. Como sostiene Francisca Márquez, dadas las grandes transformaciones y los cambios en nuestras sociedades, habría que mirar también cómo este cambio social y estructural se instala en la vida y cultura de las personas y sus familias y, además, cómo estos pueden maniobrar en contextos altamente desestabilizadores.10 En este sentido, considero que es importante conocer las trayectorias que han generado cambios en el modelo de nuestra sociedad, pues la clase media ahora se compone de aquellos que han logrado salir de la pobreza y que, en este camino, han desplegado distintas estrategias para romper el círculo fatalista. Así, la pregunta de investigación central es la siguiente: ¿De qué manera se han dado las trayectorias de movilidad social ascendente en las cinco familias del distrito de Los Olivos? Y como pregunta específica, ¿Cómo se han desplegado y combinado las distintas estrategias en las trayectorias de movilidad social ascendente de las familias estudiadas? Esto nos conduce a los objetivos de la investigación: Analizar las trayectorias de movilidad social ascendente de un grupo de cinco familias del distrito de Los Olivos desde un enfoque inter-generacional y describir la dinámica de combinación de las estrategias desplegadas en esta trayectoria, en relación al contexto macro-social, el tipo de familia y la generación. En este sentido, nuestra hipótesis central de investigación plantea, siguiendo las ideas de Vicente Espinoza y Francisca Márquez, que la movilidad social depende de la combinación de estrategias de tipo individual y comunitaria en las trayectorias familiares. Se entiende por estrategia, siguiendo la definición de EFV de Susana Torrado, a los distintos comportamientos (intencionados o no) a través de los cuales los hogares movilizan una serie de recursos tangibles y no tangibles que les permiten asegurar su reproducción biológica y la optimización de condiciones materiales y no materiales. Estos 10 MÁRQUEZ, Francisca “Cultura y Movilidad en los años noventa: Santiago, Buenos Aires y Montevideo” En: ATRIA, Raúl (Coord.) “Estratificación y Movilidad social en América Latina, transformaciones estructurales de un cuarto de siglo” p. 391 11 comportamientos siguen dos orientaciones principales- individualistas y/o comunitarias - cuya combinación y predominancia varía de acuerdo al tipo de familia, el ciclo generacional y los diversos contextos políticos y económicos que afronta la familia a lo largo de su trayectoria de vida. De este modo, las estrategias de tipo comunitarias se activan en coyunturas de crisis económica que requieren de la alianza y soporte familiar para garantizar la sobrevivencia. Mientras que las estrategias individualistas se asociarían a contextos de mayor estabilidad económica y política en donde los proyectos ya experimentaron un crecimiento y buscan su consolidación con el apoyo de la tercera generación. De manera esquemática, podemos desagregar algunas estrategias de movilidad social en un cuadro como el siguiente: Concepto Dimensiones Indicadores Movilidad social Estrategias Individualistas Predominancia de valores de progreso personal a favor del proyecto propio Inclinación hacia carreras profesionales de tipo liberal (Ingeniería, Contabilidad, Derecho, Economía, etc.) Pertenencia a una familia nuclear o unipersonal Estrategias Comunitarias Pertenencia a una familia tronco (red de parentesco) Predominancia de valores de trabajo comunitario a favor del proyecto colectivo Vinculación con padrinos/ahijados Participación en eventos en los clubes departamentales/provinciales (red de paisanaje) Pertenencia a alguna agrupación política/junta vecinal/cooperativa (red política) Pertenencia a una familia extendida 12 2. Metodología Se trata de un estudio de casos, descriptivo-explorativo desde la metodología cualitativa. Para ello, se reconstruyó las historias de vida de 5 familias del distrito de Los Olivos en torno a la movilidad social a través de entrevistas a profundidad11 . En cuanto a la unidad de análisis, nos centraremos en la familia, ya que su importancia es resaltada por los diversos autores revisados, como aquella depositaria de capitales como el social que permiten activar procesos de movilidad social. Además, como señala Bertaux, “las habilidades y recursos, sueños y ambiciones son transmitidos inter- generacionalmente a través de la familia”.12 Son estas las unidades de producción de las energías de sus miembros y aquellas que, de algún modo, son la base de un sistema organizado alrededor de sus propios valores y prioridades con recursos culturales, relacionales, morales, etc. 13 . Asimismo, de acuerdo a Narayan14 , un enfoque basado en la familia reconoce que los individuos actúan como miembros de un hogar cuya capacidad productiva resulta mayor que la suma individual de sus partes. En este sentido, se reconstruyó la historia de la familia a partir de los relatos de cada uno de los miembros. Así, según Juan José Pujadas, “los relatos personales son una especie de termómetro que nos permite mostrar la complejidad de las trayectorias vitales de los sujetos (y también de los grupos primarios: familia, pandilla, hermandad, pequeña comunidad) mostrando la irreductibilidad (parcial) de estos procesos a los modelos normativos de la sociedad”15 11 En promedio, la duración de las entrevistas en cada familia fueron 4 horas (repartidas en tres visitas por familia), lo que haría un total de 20 horas aproximadamente. Para ello, no se usó una guía de entrevista estructurada, sino que en un primer momento se plantearon una serie de temas que se indagaron de acuerdo a la especificidad de cada caso (ver anexo). . Además, como señala Francisca Márquez, “el relato de vida no solo aporta una mirada a través del tiempo; también permite que quien narra recomponga, a partir de sus recuerdos, los procesos, los hitos, las trayectorias y las transformaciones más significativas. Mediante esta manera de mirar lo inter-generacional, lo heredado, la transmisión y la movilidad social, logran hacerse visibles: la transmisión del oficio entre padre e hijo; la ruptura con estilos de vida y trabajo heredados desde 12 BERTAUX, Daniel y Paul THOMPSON “Pathways to social class” Oxford, 1997 p.19 13 Íbídem p. 20 14NARAYAN, Deepa “Salir de la pobreza. Perspectivas interdisciplinarias sobre la movilidad social” Washington: Banco Mundial, 2008 p. 9 15 PUJADAS, Juan José “El método biográfico. El uso de las historias de vida en ciencias sociales”. Madrid: CIS, 1992 p. 43 13 siempre; los márgenes de maniobra de los sujetos y sus familias para buscar salidas a la pobreza”16 De este modo, los narradores le otorgan un sentido a los acontecimientos, que permiten trazar puntos importantes sobre procesos como el de la movilidad social. El diseño del estudio será transversal. Como señala Cea, “lo que distingue a esta variedad de diseño (transversal) es que la recogida de información se lleva a cabo una sola vez, aunque se incluyan circunstancias temporales o contextos ambientales diferentes”.17 Esto quiere decir que no se recogerá la información en momentos distintos, sino que en entrevistas actuales se indagará en hechos pasados y presentes con el objetivo de reconstruir la historia de vida familiar alrededor de la movilidad social. Para la selección de las familias, siguiendo las hipótesis de investigación, se ha considerado como una variable importante el tipo de familia. Según los datos del INEI, en el distrito predomina la familia nuclear, seguida por la extendida, la unipersonal y la compuesta18 . Distrito Tipo de Hogar según distrito (2007) Total Nuclear Extendido Unipersonal Compuesto Los Olivos 71 851 (100%) 37 567 (52.3%) 22 959 (32%) 7 191 (10%) 4 134 (5.7%) • Hogares nucleares son aquellos conformados por el jefe(a) de hogar y su cónyuge con hijos o sin hijos o solo jefe(a) con hijos(as) • Hogares extendidos son aquellos hogares nucleares más otros parientes • Hogares compuestos son aquellos hogares nucleares o extendidos más otros no parientes (excluidos los trabajadores domésticos) • Hogar unipersonal es aquel que está constituido por una sola persona • Hogares sin núcleo, son aquellos conformados por jefe(a) sin cónyuge ni hijos, pero pueden haber otras relaciones de parentesco. Fuente: INEI-Censos Nacionales 2007: XI de Población y VI de Vivienda 16 MÁRQUEZ, Francisca “Trayectorias de vida y trabajo en sujetos pobres” p. 2 Disponible en: http://www.sitiosur.cl/publicaciones/Revista_Proposiciones/Prop32/12MARQUE.DOC 17 CEA, María –Ángeles, “Metodología Cuantitativa” Estrategias y técnicas de investigación social” Madrid: Síntesis, 1998 p. 102 18 Se ha adaptado el cuadro del INEI al eliminar la categoría “Sin núcleo”, que representaba el 7.6% del total, por no ser relevante para la investigación, ya que la unidad de análisis es la familia. Por ello, los porcentajes variaron. 14 Tomando como base los resultados del tipo de hogar en el distrito, se ha considerado tomar 5 casos de movilidad social que correspondan a familias nucleares (que representan más de la mitad de los tipos de hogares en el distrito) y extendidas (que son casi un tercio del total). No se tomará en cuenta a los hogares unipersonales, ya que solo se trata de una persona y aquí consideramos a la familia como la unidad de análisis. Tipo de hogar # Entrevistas Familia* Nuclear 3 Delgado/López/Ortiz Extendido 2 Gallardo/Martínez Total 5 * En las entrevistas realizadas, las familias prefirieron guardar el anonimato por lo que se han usado apellidos ficticios. Estos casos corresponden a familias que tengan un proceso de movilidad social ascendente ya iniciado. Son casos exitosos en tanto estas familias han experimentando procesos de movilidad social ascendente, desde la pobreza hasta la conformación de proyectos en el ámbito educativo, empresarial, etc. Para la selección de las familias se establecieron contactos a través de algunos parientes y de Serafín Osorio, quien me ayudó presentándome a algunas familias del distrito. Además, se buscó que estos casos sean distintos, ya que el análisis debía enriquecerse con las diversas experiencias y trayectorias de vida de las familias olivenses. Esta tesis consta de cinco capítulos. En el primero de ellos, se presenta la discusión teórica sobre la movilidad social y los estudios realizados sobre el tema a nivel mundial, latinoamericano y peruano. En el segundo capítulo, se aborda al distrito de los Olivos, considerando los procesos históricos, políticos y sociales que han acompañado su nacimiento y un conjunto de indicadores estadísticos en relación a la situación actual del distrito. En el tercer capítulo, se desarrollan los cinco estudios de caso, analizando las trayectorias familiares en relación a las estrategias de movilidad social. En el cuarto capítulo, se presenta un análisis conjunto de los cinco casos exitosos de movilidad social proponiendo una secuencia de lectura integral de estos procesos. Finalmente, en el capítulo cinco, se desarrollan las conclusiones de la tesis de investigación. 15 Capítulo I Movilidad Social: Teorías, enfoques y estudios realizados El tema de la movilidad social se encuentra estrechamente vinculado a las distintas teorías acerca de la estratificación social. Por ello, en este capítulo, presentaremos las posturas de las distintas escuelas y estudios realizados sobre el tema a nivel mundial, latinoamericano y peruano. 1.1 Estratificación social La estratificación social ha estado presente en todas las sociedades a lo largo de la historia. De acuerdo a Macionis, en todos los grupos humanos existen sistemas que jerarquizan a los diversos grupos de acuerdo a la categoría a la que pertenecen, característica que no corresponde a la individualidad de cada sujeto sino a la sociedad en su conjunto19. En palabras de Giddens, la estratificación revela las desigualdades estructurales que existen entre diferentes grupos de personas20. De igual forma lo consideran Light et al, pues señalan que la esencia de la estratificación es la división de una sociedad en capas o estratos donde las personas tienen cantidades desiguales de recursos, oportunidades de vida e influencia social que se transmiten inter- generacionalmente21 . Siguiendo a Macionis, podemos decir que los sistemas de estratificación son tres: la esclavitud, el sistema de castas y las clases sociales. En la esclavitud, la desigualdad toma su forma más extrema, pues algunos individuos son propietarios de otros, como ocurrió desde la antigua Grecia hasta los últimos imperios coloniales del s. XX. Por su parte, el sistema de castas se asocia con las culturas indias donde la forma de estratificación social se basaba en las características adscriptivas de las personas. Por ello, Macionis señala que este sistema es “cerrado”, ya que el destino social de un 19 MACIONIS, Jhon y Ken Plummer Sociología Madrid: Prentice Hall, 1999. p.238 20GIDDENS, Anthony “Sociología” Madrid: Alianza Editorial., 2002. p.316 21CALHOUN, Craig “Sociología” Madrid: McGraw Hill, 2000. p. 291 16 individuo estaba determinado desde el momento en el que nacía.22 Además, para Giddens, el concepto de sistema de casta se vincula a la “pureza racial” como ocurrió con el apartheid en Sudáfrica.23 Finalmente, el tercer sistema de estratificación es el de clases. De acuerdo a Giddens y Macionis, a diferencia de los dos sistemas anteriores, los de clase son más “abiertos” y “fluidos” que los anteriores, ya que es posible la movilidad social. El debate teórico sobre las clases sociales a través de la historia es bastante denso. Desde los clásicos de la sociología como Marx y Weber hasta los teóricos más actuales, como Goldthorpe y Wright, encontramos que cada uno de los autores presenta las características de las clases sociales y los criterios o dimensiones para abordarlas empíricamente. En este sentido, Orlando Plaza ha elaborado una síntesis muy completa sobre este debate.24 Para el tema de mi investigación, es importante resaltar algunos aspectos importantes que atraviesan los distintos análisis sobre las clases sociales. Como señalábamos anteriormente, el sistema de clases supone un escenario más fluido y abierto, pero de ninguna manera ello quiere decir que las desigualdades desaparezcan. Como sostiene Plaza25, la expresión histórica de la desigualdad son las clases sociales, como grupos estructuralmente relacionados que ocupan diferentes posiciones en la matriz social. Esto les confiere un acceso diferenciado a bienes, servicios, capitales y, por tanto, a diversas condiciones de vida. Asimismo, Plaza señala que las clases se definen por el lugar que ocupan en el proceso productivo, pero no se agotan en éste, puesto que las dimensiones económica y cultural también juegan un rol muy importante. Lo anterior refiere a las prácticas sociales de los individuos. Por ello, se dice que la estructura de clases no es un mecanismo auto-rregulado sino “un producto y un proceso social, originados y reproducidos por la forma en que la organización de la sociedad determina el acceso a los recursos tangibles y no tangibles, y por las acciones y prácticas sociales de los actores”26. En lo anterior, de acuerdo a Plaza, se encuentran concentradas las síntesis de Giddens (la dualidad de la estructura), Elías (psico-génesis y socio-génesis) y Bourdieu, con el espacio social, habitus, posiciones y disposiciones.27 22 MACIONIS, Jhon y Ken Plummer Sociología Madrid: Prentice Hall, 1999. p. 241 23 GIDDENS, Anthony “Sociología” Madrid: Alianza Editorial., 2002. p.317 24 Véase “El debate teórico sobre las clases sociales: una aproximación histórico-analítica” En: PLAZA, Orlando “Clases sociales en el Perú: Visiones y trayectorias”. Lima: PUCP-OXFAM, 2007 25 Ibídem p.65 26 Ibídem p. 66 27 Ídem 17 De este modo, las clases sociales, como resultado de un proceso social, generan diferencias y desigualdades en el acceso a los distintos recursos económicos y sociales. 1.2 De castas a clases: la movilidad social Con la modernidad, se dio paso a una sociedad de clases en donde es posible el tránsito entre las posiciones sociales. Esto es lo que se conoce como movilidad social. Para Giddens, la movilidad social refiere al movimiento de los individuos y grupos a través de las diferentes posiciones socioeconómicas28. Este tránsito supone, para Bertaux y Thompson29 , que la movilidad social es integral a la regulación central de las sociedades, ya que da cuenta de los diferentes cambios y transformaciones a lo largo del tiempo. Para clasificar estas situaciones, la literatura define tres tipos de movilidad social; la movilidad social ascendente, movilidad social descendente y movilidad horizontal. En el primer caso, el desplazamiento es “hacia arriba”, es decir, se mejora en la escala socioeconómica, mientras que la movilidad descendente supone un tránsito “hacia abajo”. En estos dos primeros casos, la movilidad es vertical. Para el caso de mi investigación, los casos a estudiar se centran en las historias de vida de familias con procesos de movilidad social ascendente. Y, en el tercer caso, la movilidad es de tipo geográfica, pues alude al traslado físico de un individuo o una familia de un barrio a otro o entre ciudades. Esto es posible dado que nos encontramos en una sociedad “abierta”, donde los individuos pueden moverse libremente como resultado de variables como el nivel educativo, los ingresos, la inteligencia, el esfuerzo, etc. Para el estudio de la movilidad social se consideran dos tipos de movilidad: la intra- generacional y la inter-generacional. La primera de ellas refiere al desplazamiento de los individuos a través de diferentes clases sociales durante toda su trayectoria de vida y, de acuerdo a Nunn y otros30 28 GIDDENS, Anthony “Sociología” Madrid: Alianza Editorial., 2002. p. 344 , en principio, puede ser medida tomando dos puntos en la biografía del individuo y estableciendo luego la comparación. Sin embargo, los estudios de movilidad social han demostrado que la posición de los padres ejerce una gran influencia en la de los hijos. Por ello, se habla de la movilidad inter-generacional, entendida como la diferencia entre la posición social del individuo en un punto particular 29 BERTAUX, Daniel y Paul THOMPSON “Pathways to social class” Oxford, 1997 p. 1 30 NUNN, Alex y otros “Factors influencing social mobility” Department for Works and pensions. Research Report Nº 450. Leeds, 2007. p. 16 18 de su vida, respecto a la posición de sus padres. Para el caso de mi investigación, la generación cumple un rol fundamental en la movilidad social alrededor de la historia familiar. Sin embargo, si bien no se analizan los cambios en la posición de cada miembro de la familia, sí se revela cómo las distintas estrategias se combinan y transmiten inter- generacionalmente en el proceso de movilidad social familiar. Asimismo, de acuerdo a Franco y otros31 , los estudios de movilidad social distinguen entre la movilidad social absoluta, que refiere a la cantidad y las tasas de movimiento entre distintas posiciones sociales; y la movilidad social relativa, o “fluidez social” que observa las desigualdades según los orígenes de clase y las oportunidades que existen para aspirar a una mejor posición. 1.3 Movilidad Social: Enfoques y estudios en Europa y EE.UU. Si revisamos históricamente los estudios de movilidad social en el mundo, debemos anotar, en primer lugar, al famoso estudio de Pitrim Soronkin titulado “Social Mobility”, publicado en el año 1927. De acuerdo a Giddens, Soronkin llevó a cabo uno de los primeros estudios de movilidad social incluyendo el análisis de sociedades históricas como la Roma clásica, India, China y realizó también uno de los primeros estudios en los EE.UU. Su principal conclusión fue que las oportunidades para una movilidad social ascendente rápida eran más limitadas de lo que sugerían hasta ese momento los estudios estadounidenses. Sin embargo, Giddens señala que la metodología y las técnicas de recojo de información todavía no eran muy refinadas, de manera que sus hallazgos fueron cuestionados. Cuarenta años después, en 1967, Blau y Duncan realizaron un estudio más detallado sobre la movilidad social en EE.UU y su trabajo fue considerado como uno de los más minuciosos en el análisis de un país en particular. Su principal conclusión fue que existía movilidad vertical, pero ésta se generaba entre posiciones sociales muy cercanas. Sin embargo, Giddens considera que el estudio internacional más famoso sobre el tema es el que Lipset y Bendix llevaron a cabo en 1959, cuando analizaron la data de nueve sociedades industrializadas (Gran Bretaña, Francia, Suiza, Japón, EE.UU, entre otras) y se centraron en varones que transitaban de oficios de “cuello azul” a “cuello blanco”. En términos generales, encontraron que se había iniciado una “oleada de movilidad 31 FRANCO, Rolando, Arturo LEÓN y Raúl ATRIA “Estratificación y movilidad social en América Latina” En: ATRIA, Raúl (Coord.) “Estratificación y Movilidad social en América Latina, transformaciones estructurales de un cuarto de siglo” Santiago de Chile: LOM Editores, 2007 p. 42 19 ascendente” hacia los trabajos de “cuello blanco”, pero con diferencias en algunos países. Ya en los años noventa, Giddens cita el estudio de Erikson y Goldthorpe (1993), The constant flux, donde los autores analizaron Europa Occidental, Oriental, los EE.UU, Australia y Japón. Las conclusiones principales del estudio señalaron que los índices de movilidad social no tenían a aumentar en las sociedades analizadas y que, además, EE.UU no tenía mayores índices de movilidad social que el resto de países del estudio.32 Lejos de generar consensos, los diversos estudios sobre movilidad social han causado controversia. Siguiendo a Nunn33 et al, los debates sobre la movilidad social han tomado dos vertientes para el caso Gran Bretaña. La primera (sociológica), tiende a contrastar los movimientos de los individuos a partir de categorías ocupacionales. Aquí se encuentran autores como Goldthorpe y Erikson. La segunda (económica), tiende a medir los cambios en los ingresos a través de las distintas generaciones (Bowles y Gintis). Según Nunn et al, si bien los cambios en la estructura ocupacional pueden ayudar a comprender los patrones de movilidad social, dejan de lado los cambios sociales y el status económico en el tiempo. En el caso de la vertiente económica, si bien cubre el vacío dejado por la primera tradición, ignora, por ejemplo, que los cambios en las políticas públicas de las últimas décadas en el Reino Unido, han demostrado que los ingresos por sí solos no bastan para comprender la inclusión y exclusión social. Dentro de la tradición sociológica en Gran Bretaña, el primer estudio sobre el tema se llevó a cabo en 1949 y reveló una rígida estructura de clases. Posteriormente, con el Estado de Bienestar, se impulsaron políticas y medidas más igualitarias dispuestas a promover una sociedad más abierta a la movilidad social (Heath y Payne). Ya en la década de los ochenta, se enfrentaron las posturas de Goldthorpe y Saunders. El primero de ellos, en base a una gran encuesta en Gran Bretaña, encontró que cerca del 70% de la población en Inglaterra y Gales se encontraba en una posición social diferente de aquella en la que había nacido34 32 GIDDENS, Anthony “Sociología” Madrid: Alianza Editorial., 2002 pp. 345-346 . Esto, según lo indica Nunn, fue el resultado del cambio industrial de ocupaciones manuales hacia las administrativas, lo que también se conoce como el paso de los oficios de “cuello azul” a los de “cuello blanco”. Asimismo, Goldthorpe notó 33 NUNN, Alex y otros “Factors influencing social mobility” Department for Works and pensions. Research Report Nº 450. Leeds, 2007.pp. 17-20 34 Golthorpe citado por MILES, Andrew “Social Mobility in the nineteenth-century England” En: Refresh Recent Findings of Research in Economic & Social History. Autumn 23, 1996. Disponible en: http://www.ehs.org.uk/society/pdfs/Miles%2023a.pdf 20 correlaciones continuas entre la clase de origen y la de destino. Esto significa que, por ejemplo, los niños que pertenecían a la clase trabajadora tendían menos a terminar en ocupaciones de clase media. En otras palabras, los efectos de la clase de origen influenciaban fuertemente en la de destino, lo que supone la movilidad inter-generacional. Por el contrario, Saunders era más optimista, pues sostenía que en un contexto meritocrático, debería esperarse una movilidad social ascendente por parte de la clase trabajadora, donde se logre una posición social de acuerdo a la habilidad y el esfuerzo. Según refiere Alridge, Saunders usó la data del Estudio Nacional sobre el desarrollo infantil en Gran Bretaña y concluyó que las habilidades intelectuales eran los determinantes más importantes en la clase de destino, y que esta última era independiente de la clase de origen. Aunque reconocía que ciertamente la posición social de los padres ejercía influencia sobre la de los hijos, su efecto era débil a comparación de las habilidades intelectuales que poseía cada individuo. Dentro de la tradición económica, los estudios en el Reino Unido, abordan las diferencias de ingreso entre padres e hijos, cuando estos últimos inician la adultez. Los resultados de estas investigaciones sugieren que en la década de los setenta, la distribución de ingresos entre los ingleses era desigual, por lo que las posibilidades de que los grupos sociales pobres eleven sus ingresos eran escasas. Sin embargo, Nunn et al, señala que esto sí fue posible con el apoyo de políticas dirigidas a buscar la igualdad de oportunidades.35 De este modo, para Nunn et al, investigaciones recientes dan cuenta de que las habilidades y esfuerzo propios no bastan para explicar procesos de movilidad social. También son importantes el medio ambiente y otros factores conectados. Además, el autor agrega que no es posible concluir que Gran Bretaña funciona como una sociedad meritocrática e insiste en que hay una variedad de factores que inciden y determinan las oportunidades para la movilidad social (como veremos más adelante)36 Pues bien, nuestra reseña de autores e investigaciones europeas, revela que los primeros estudios sobre el tema estuvieron fuertemente influenciados por los cambios en el aparato industrial, las migraciones del campo a la ciudad y la manera en que estas circunstancias 35 NUNN, Alex et al “Factors influencing social mobility” Department for Works and pensions. Research Report Nº 450. Leeds, 2007 pp. 19-20 36 Ibídem p. 18 21 impactaban sobre las posibilidades de movilidad social en los individuos. Por ello, se tomaron en cuenta factores como la ocupación, los ingresos en padres e hijos para determinar si efectivamente se generaron procesos de movilidad social ascendente o si por el contrario estos fueron descendentes. 1.4 Movilidad Social: Aportes desde América Latina Para el caso de América Latina, Carlos Filgueira37 señala que los estudios de estratificación y movilidad social en la región fueron influenciados por los trabajos de Gino Germani en Argentina, Solari en Montevideo y Costa Pinto de la Universidad de Chile. Filgueira hace un balance de los estudios en la región respecto a la movilidad social y centra el debate sobre dos aspectos: a) la realidad que estudiaron los pioneros de la estratificación y la movilidad social en la América Latina de los años cincuenta, sesenta; y b) sus principales aportes y limitaciones. Los primeros estudios sobre la movilidad social en América Latina, centraron su atención sobre la movilidad estructural y destacaron los efectos positivos del desarrollo económico y productivo en el escenario latinoamericano de la década de los cincuenta y sesenta. Este fue el contexto en el que se produjo la gran expansión de la educación en todos sus niveles y se apostó por el modelo de “desarrollo hacia adentro” (Industrialización por sustitución de importaciones, también conocido como ISI). Esto generó la formación de un proletariado industrial, la emergencia de sectores de clase media dependiente y la formación de un mercado de trabajo. Junto a lo anterior se inició el desarrollo del sector servicios y el crecimiento de la burocracia estatal. El segundo proceso estructural, considerado por el autor, es el cambio en los patrones demográficos. Esto significó que las clases medias y altas tradicionales iniciaron el proceso de reducción de la tasa de natalidad y con ello los hijos pertenecientes a las clases bajas lograron ocupar las posiciones dejadas por los estratos más altos. Esto contribuyó a que estos grupos experimentaran una gran movilidad ascendente mayoritariamente en países como Brasil, Argentina, Uruguay y parcialmente en Chile.38 37 FILGUEIRA, Carlos “La actualidad de viejas temáticas: sobre los estudios de clase, estratificación y movilidad social” Santiago de Chile: CEPAL, 2001 38 Ibídem p. 16 22 No obstante, de manera simultánea a estos mecanismos de ascenso social, los estudios latinoamericanos de la época revelaron que no todos los inmigrantes de origen rural, pobres y con altas tasas de fecundidad, lograron insertarse exitosamente en el mercado de trabajo urbano. Por el contrario, una gran parte de ellos se empobrecieron y conformaron los denominados “cinturones de pobreza” en las periferias de las ciudades. Estas zonas marginales tenían distintas denominaciones de acuerdo al país: “callampas”, “villas miseria”, “favelas” “pueblos jóvenes”, etc. De este modo, se evidenció que el aparato industrial resultó ineficiente e incapaz de absorber a este gran contingente de población, por lo que el empleo precario y las limitadas oportunidades de acceso a servicios impulsaron el desarrollo de estrategias informales por parte de los pobres, que ocuparon el centro del debate alrededor de esos años. Otro aspecto problemático en torno a este punto es el referido a la rigidez estamental, ya que la probabilidad de que exista movilidad por reemplazo era casi nula y menos aún hubo espacio para que las posiciones ocupacionales sean tomadas de acuerdo a las habilidades y calificaciones de las personas. Por ejemplo, las investigaciones llevadas a cabo en Brasil, revelaron, de acuerdo a Filgueira, que la movilidad ascendente era muy baja y que, además, las distancias de movilidad tendían a reducirse solo a movimientos entre posiciones sociales contiguas. Según el autor, esto revela que las sociedades latinoamericanas de inicios de la década de los setenta eran poco “permeables” y las oportunidades de movilidad ascendente eran casi nulas.39 Hasta aquí vemos que la preocupación del paradigma de estratificación en América Latina se centró en analizar los procesos de movilidad en relación a la estructura social y los cambios producidos a partir de la modernización e industrialización por las que atravesó la región. La variable ocupacional es tomada como la más importante para la comprensión de la movilidad social. Esto resulta similar a lo que exponíamos en líneas anteriores respecto a los estudios de movilidad social en Europa. Recordemos que la vertiente económica se centraba precisamente en la situación del mercado y su influencia en las demás variables. Sin embargo, de acuerdo a Filgueira, el paradigma incorporó luego variables como la educación e ingresos. No obstante, nuevamente estas variables siempre estuvieron asociadas a la posición ocupacional en el mercado. Es decir, el acceso a la educación permitía ocupar mejores posiciones y esto, a su vez, generaba 39 FILGUEIRA, Carlos “La actualidad de viejas temáticas: sobre los estudios de clase, estratificación y movilidad social” Santiago de Chile: CEPAL, 2001 p. 17 23 mayores ingresos. Esta idea también es compartida por Cortés y Escobar40 , quienes en su artículo sobre movilidad inter-generacional en México, señalan que, desde sus orígenes, las investigaciones sobre movilidad social han debatido la articulación entre éstos procesos y los sistemas económicos. De acuerdo a los autores, esta discusión genera el debate entre los sociólogos liberales y los materialistas. Para los primeros, la estructura económica genera un sistema de oportunidades que permiten la movilidad social, mientras que los segundos (Goldthorpe, Erikson) señalan que la tendencia anterior no existe. Según Filgueira, si bien este paradigma exhibió varios elementos para el posterior análisis también ocultó muchos otros. Ciertamente, incorporaron variables como la educación, los ingresos y los procesos demográficos, pero su tratamiento siempre estuvo subordinado a los efectos sobre el mercado de trabajo41. Esta visión podría ser considerada como económica, ya que muchos estudios de esta índole lo abordan. Así por ejemplo, tenemos el estudio de Kessier42 para Argentina, donde a través de un análisis estructural, se muestra la transición de una sociedad basada en la industria a otra basada en los servicios. Sin embargo, por un lado, la movilidad estructural ascendente se vincula al aumento de los puestos técnicos y profesionales; y, por otro lado, se presenta una movilidad descendente, caracterizada por la reducción del empleo público y la aparición de servicios informales en donde la marginalidad está presente. Filgueira presenta tres procesos que son importantes para abordar los estudios sobre estratificación social. Estos son los productivos, demográficos y migratorios. Los primeros ya han sido abordados y desarrollados por los autores presentados anteriormente y, sin duda, ejercen gran influencia sobre la estructura de oportunidades. Los cambios demográficos aluden a los mecanismos de reducción de la fecundidad que, como ya se ha señalado, fueron comunes en los sectores medios y el vacío dejado por estos grupos fue cubierto por las clases bajas. El tercer proceso es el migratorio y se refiere a los desplazamientos territoriales de población. En la urbe, se generan escenarios mixtos, puesto que a la condición de migración se suman las características estructurales de los 40 CORTÉS, Fernando y Agustín Escobar “Movilidad social intergeneracional en el México urbano” En: Revista de la CEPAL, 85. Abril del 2005 41 FILGUEIRA, Carlos “La actualidad de viejas temáticas: sobre los estudios de clase, estratificación y movilidad social” Santiago de Chile: CEPAL, 2001 p.17 42 KESSIER, Gabriel “Movilidad social y trayectorias ocupacionales en Argentina : rupturas y algunas paradojas del caso de Buenos Aires” Santiago de Chile: CEPAL, 2003 p. 37 24 lugares de destino. De este modo, en muchos casos, la estructura ocupacional no absorbe a la totalidad de los migrantes, por lo que las posibilidades de ascenso social se ven limitadas. Del mismo modo, existen factores relativos a las políticas de gobierno como, por ejemplo, el Estado de Bienestar (desarrollado en Europa), que brinda asistencia social, por lo que las desigualdades tienden a acortarse, a diferencia de América Latina. Otras investigaciones son las de Behrman, Gaviria y Szekely sobre movilidad inter- generacional en América Latina. Ellos señalan que para comprender los determinantes de la desigualdad en la región e impulsar políticas al respecto, se debe indagar si estas diferencias se explican en la movilidad inter-generacional o si es que acaso son características individuales independientes de la historia familiar. Los autores analizan 112 encuestas de hogares para examinar la transmisión inter-generacional de la educación y la ocupación en América Latina y los EE.UU. La principal conclusión del estudio es que la movilidad inter-generacional es mucho más elevada en los EE.UU. a diferencia de Latinoamérica, donde la asociación con los niveles educativos y los gastos en éste resultan más fuertes.43 De esta manera, la mayoría de estudios sobre movilidad social en la región tomaron en cuenta los distintos procesos y contextos político-económicos que afectaron a las familias latinoamericanas. Son nuevamente las variables de tipo estructural como los ingresos y el nivel educativo aquellas que determinan si se activan o no procesos de movilidad social en la región. 43 BEHRMAN, Jere y otros “Intergenerational mobility in Latin America” University of Pennsylvania. BID, June, 2001 p. 3 Disponible en: http://www.iadb.org/res/publications/pubfiles/pubwp-452.pdf 25 1.5 Movilidad Social: Estudios e investigaciones en el Perú Uno de los primeros estudios que abordó el tema de la movilidad social en el Perú fue el realizado por Luis Muelle44 en la década de los ochenta. El autor refiere la ausencia de estudios que vinculen la movilidad social y la educación, pues considera que ésta última variable es muy importante, ya que ha sido percibida como la gran esperanza para generar la igualdad social. En base a una encuesta del Ministerio de Trabajo realizada en la década de los setenta, Muelle encuentra que un avance en el grado educativo no supone una correspondiente mejora en el sistema ocupacional. Por ello, considera que la escolaridad no determina de manera exclusiva los bajos salarios de los individuos, sino que hay reparar en criterios adicionales como la edad, el empleo, los orígenes sociales, etc. En este sentido, se busca la integración de variables más cualitativas que influyen de manera importante en los procesos de movilidad social de los individuos, como las que serán tomadas en cuenta en la presente investigación. En los últimos años, desde la perspectiva económica, se han realizado estudios sobre movilidad social en nuestro país. Uno de ellos es el de Javier Herrera, economista, quien a partir de un panel de hogares45 construidos sobre la base de la encuesta ENNIV, trata de explicar la movilidad de tipo económica en el curso de diferentes fases de crecimiento y regímenes de política económica en nuestro país. La conclusión principal de su estudio revela que ni los hogares que están por debajo de la línea de la pobreza, ni aquellos que están por encima de ella son los mismos entre los años 1990, 1994 y 1996. Esto quiere decir que se ha generado una dinámica de movilidad ascendente y descendente entre los no pobres y pobres que revela una gran heterogeneidad en esta trayectoria. Asimismo, el modelo econométrico que usa en este estudio, revela que la composición del hogar, la posesión de activos y el grado de educación son factores que determinan, en gran medida, la entrada y la salida de la pobreza.46 44 MUELLE, Luis “Movilidad social, educación e ingresos en áreas urbanas del Perú” Lima: INIDE, 1982 45 Un panel de hogares es una muestra representativa de población a la que se la hace un seguimiento con una frecuencia establecida. De este modo, se puede conocer de forma precisa los cambios en el comportamiento de un grupo a lo largo del tiempo. En: http://segmento.itam.mx/Administrador/Uploader/material/Articulo%20Latinpanel%20web.pdf 46 HERRERA, Javier “Ajuste económico, desigualdad y movilidad” En: WEBB, Richard “Pobreza y economía social: análisis de una encuesta ENNIV (1997)” Lima: Instituto Cuánto, 1999 pp. 103-135 26 Desde la perspectiva sociológica existen pocos estudios sobre movilidad social. Los trabajos más recientes sobre este tema son los de Martín Benavides. En uno de sus estudios47 , el autor aborda el tema de la educación y su influencia sobre las oportunidades en el mercado laboral. En este sentido, ve de qué manera se dan los vínculos entre el origen social, el acceso a la educación superior y las posibilidades de movilidad social. Para ello, se basa en la data de la ENNIV del año 2000 y un complemento a esta encuesta que incluye la situación de los padres, centrándose en varones urbanos mayores de 65 años y menores de 25 (aproximadamente 1600 en total). Con esta información, el autor construye tablas de contingencia (basadas en modelos log-lineares), que muestran información sobre la clase de origen, destino y la educación. Los resultados de su estudio revelan que la educación desempeña un papel importante en los patrones de movilidad para los varones con educación superior, puesto que aumenta las probabilidades de movilidad ascendente y disminuye las de movilidad descendente. Otro estudio48 del mismo autor revela, sobre la base una muestra de trabajadores urbanos, que los procesos de movilidad relativa entre los grupos han sido influenciados negativamente por diversos factores políticos, económicos y culturales. Esto ha traído como resultado que la movilidad social entre los extremos sea casi nula, mientras que en las zonas intermedias se ha generado una gran dinámica. Esto quiere decir, de acuerdo a Benavides, que los cambios estructurales se han dado en las franjas intermedias por lo que, en sus palabras, se ha producido un “ensanchamiento de las clases medias”, las cuales se componen de grupos cuyos orígenes están tanto en los mismos sectores medios, en los sectores bajos (que experimentaron movilidad social ascendente) y en los sectores altos (con movilidad social descendente). Asimismo, una tesis reciente en Sociología respecto a mi tema, es la que presentó Juan La Cruz en Julio del presente año. En ella, el autor abordó las identidades y estilos de vida de los adultos y jóvenes en dos familias unicachinas residentes en Lima, que atravesaron por procesos de movilidad social ascendente. En sus palabras, se vio si la presencia económica y cultural que alcanzaron los migrantes unicachinos permanece con 47 BENAVIDES, Martín “Educación y estructura social en el Perú. Un estudio acerca del acceso a la educación superior y la movilidad inter-generacional en una muestra de trabajadores urbanos” En: ARREGUI, Patricia “¿Es posible mejorar la educación peruana? Evidencias y posibilidades. Lima: GRADE, 2004 48 BENAVIDES, Martín “Cuando los extremos no se encuentran: un análisis de la movilidad social e igualdad de oportunidades en el Perú contemporáneo” En: Boletín Francés de Estudios Andinos, 2002 27 los hijos o, por el contrario, si existiría una tendencia a la extinción. Pues bien, lo que la tesis revela es que luego de producirse la movilidad social ascendente, se evidencia una tendencia a la continuidad cultural entre los padres e hijos de estas familias. Esta continuidad queda expresada en la formación de espacios culturales vinculados a Unicachi, Puno y la cultura aymara en Lima. De este modo, se refuerza también la tendencia a que sean las generaciones más jóvenes aquellas que continúen con los negocios emprendidos por los padres y faciliten, en palabras de La Cruz, “la reproducción material y simbólica de esta población aymara en la ciudad de Lima”. 49 De esta tesis, considero importante la idea que señala La Cruz respecto a la continuidad de los jóvenes en los negocios familiares, ya que en mi estudio de casos el papel que cumple la tercera generación resulta muy importante en el sostenimiento del proyecto familiar. Desde otra perspectiva están los estudios de TEMPO50 , que fue dirigido por Gonzalo Portocarrero. Si bien el enfoque es de clases sociales, resulta importante ya que analiza a las clases medias y nos revela que los criterios para clasificar a las personas dentro de una clase social no se limitan a la referencia a sus ingresos y nivel ocupacional, sino que también juegan un rol esencial los aspectos culturales y simbólicos que abarcan el ámbito de las prácticas sociales. De este modo, son una aproximación a los estudios de clases medias, aunque mi enfoque se centra en las estrategias de movilidad social de las clases medias emergentes. Pues bien, retomando las ideas de Martín Benavides, lo que ha ocurrido son procesos de movilidad ascendente y descendente en las franjas intermedias, ya que no todos los grupos vieron truncadas sus posibilidades de movilidad social ascendente. En palabras de Abelardo Sánchez León “empiezan a aparecer los blancos pobres y los cholos con plata. El país empezaba a cambiar por el medio, no por sus extremos. Lo hacía a través de su clase media: una de sus expresiones languidecía y la otra surgía como un puma en los arenales”51 49 LA CRUZ, Juan “Unicachi: ¿El rugido aymara continúa? Movilidad social ascendente y cambio sociocultural en familias migrantes de unicachinos en Lima” Tesis (Lic.) PUCP: Facultad de Ciencias Sociales. Mención: Sociología, 2010 p. 3-4 50 TEMPO “Las clases medias: Entre la pretensión y la incertidumbre” Lima: SUR, 1998 51 SÁNCHEZ LEÓN, Abelardo “Los avatares de la clase media” En: Perú Hoy ¿La clase media existe” Lima: DESCO, 2003 p. 218 28 Esta emergencia de una nueva clase media ha generado toda una corriente de estudios desde el lado del marketing que apuntan a entender el fenómeno desde el punto de vista del mercado y el perfil de este nuevo consumidor. Sin duda, uno de los más reconocidos estudiosos en este campo es Rolando Arellano, quien ha publicado varios libros que revelan cómo nuestra ciudad ha cambiado y de qué manera esta nueva clase media tiene nuevas demandas y un gran poder adquisitivo52 . En su última publicación (“Al medio hay sitio”), Arellano señala que hemos transitado de un modelo piramidal de sociedad (estratificada) a un modelo en forma de “rombo”. Esto significa que hay mayor cantidad de población que forma parte de la clase media. Para el autor, estos son los migrantes que inician una trayectoria exitosa y logran activar procesos de movilidad social ascendente, producidos por seis grandes sucesos: 1. El debilitamiento de los grandes grupos económicos rurales, con la reforma agraria 2. La migración del campo a la ciudad, generada sobre todo, por el fracaso de la reforma agraria peruana y el terrorismo en las zonas rurales. 3. La hiperinflación de los años 80, que destruyó la capacidad adquisitiva de las clases medias tradicionales. 4. El crecimiento de una gran economía informal, que permitió el desarrollo de los grupos migrantes a las grandes ciudades. 5. El gran crecimiento de las ciudades en provincias, que amplió el desarrollo a nivel nacional 6. La elección de presidentes de “extracción popular”, que hicieron evidente la fuerza política de las grandes masas de “pobres” peruanos.53 Asimismo, para Arellano, la sociedad romboide supone el desarrollo de las nuevas clases medias y el debilitamiento de las clases medias y altas tradicionales. Fueron los migrantes, inmersos en la informalidad, quienes lograron en tres generaciones desarrollar una economía propia y un gran dinamismo que tiene hoy en día representantes ilustres.54 52 Aquí destacan los siguientes libros: “Ciudad de los Reyes, de los Chávez, de los Quispe” (2004), “Bueno, bonito y barato” (2008) y “Los estilos de vida en el Perú: cómo somos y pensamos los peruanos del s. XXI” (2000) 53 ARELLANO, Rolando “Al medio hay sitio: El crecimiento social según los Estilos de Vida” Lima: Editorial Planeta p. 39 54 ARELLANO, Rolando “ Las nuevas clases medias del Perú” En: Le Monde Diplomatique Año III, Nº29, setiembre, 2009 29 Pero para Martín Benavides la clase media es muy diversa: “sea como fuere, lo que se ha producido es una redefinición de la clase media. Esta se ha convertido en un grupo más heterogéneo, más complejo y, por lo tanto, de comportamientos menos previsibles y más difusos, donde el prestigio y el logro se combinan y donde es más difícil definir jerarquías. Más que una clase media, lo que tenemos ahora son varias clases medias”55 Para Eduardo Toche et al, las “clases medias emergentes” son fundamentalmente de origen provinciano y ante la incapacidad del aparato industrial de los años cincuenta de absorber esta mano de obra, recurrieron a estrategias informales que les permitieron mejorar su calidad de vida y lograr el anhelado “ascenso social”. Sus espacios de residencia habituales son los distritos de Los Olivos, Comas, Ate Vitarte, Villa El Salvador, etc. En palabras de Mario Zolezzi, “estas nuevas clases medias urbanas no pertenecen a los cuatro millones y medio de peruanos excluidos en situación de extrema pobreza que también vive en los Conos, todo en terrenos generalmente inapropiados para vivienda, en laderas empinadas de los cerros, basurales (…) pero tampoco son parte de las empobrecidas clases medias ocultas tras las fachadas mesocráticas de Magdalena del Mar”.56 Es decir, no formarían parte de las clases medias tradicionales ni tampoco serían los pobres extremos que habitan en los cerros. Son un grupo que ha logrado salir de la pobreza, superar numerosos obstáculos y autodefinirse ahora como de “clase media”. En este sentido, actualmente, la emergencia de esta nueva clase media ha puesto sobre el debate público el tema de los “emprendedores”. Si bien, como señala Arrázola, no existe una definición establecida de emprendedor, se puede decir de manera general que un emprendedor es aquella persona que ha convertido una idea en un proyecto concreto sin el apoyo del aparato estatal (como ocurre con varias familias de nuestro estudio de casos).57 Existe un portal de los emprendedores en el Perú que señala, además, que el espíritu emprendedor es aquel que asume retos con determinación e ímpetu gracias a una serie de valores como la honestidad, la perseverancia y la responsabilidad58 . 55 BENAVIDES, Martín “Entre Barranco y Comas. La clase media es algo relativo” En: Perú 21. Lima, domingo 06 de julio del 2003. 56 ZOLEZZI, Mario “Las clases sociales en el Perú y las nuevas clases medias en formación” En: Perú Hoy ¿La clase media existe” Lima: DESCO, 2003 p.204 57 ARRÁZOLA, Annelissie “Emprendedurismo” En: http://produccionintelectual.nur.edu/archivos/emprendedurismo.pdf 58 Emprendedores Perú http://www.emprendedoresperu.com/ 30 Asimismo, es importante señalar que entre los años 2004 y 2006 nuestro país fue calificado como el más emprendedor a nivel mundial. En este sentido, se revela que cuatro de cada 10 peruanos entre 18 y 65 años realiza una actividad emprendedora, pero lo cierto es que si bien cerca de 300 mil empresas son registradas en la SUNAT, se cierran 200 mil en promedio59 . Esto nos muestra que a pesar de que se han generado procesos interesantes de emprendimiento en el Perú, existen muchos problemas ligados a los trámites burocráticos, el conocimiento técnico y profesional de las familias, que pueden frenar o limitar el crecimiento de estos proyectos. Esto será analizado en nuestros casos de movilidad social ascendente en Los Olivos. En suma, de la revisión teórica presentada en las páginas anteriores, recogeremos algunos puntos importantes para la presente investigación. Siguiendo a Giddens, tomaremos a la movilidad social como el tránsito entre las diferentes posiciones socioeconómicas y nos centraremos en los procesos de movilidad social ascendente en cinco familias del distrito de Los Olivos. En cuanto a los tipos de movilidad, indagaremos en las trayectorias de manera inter-generacional, es decir, como hemos señalado, veremos los cambios a través de tres generaciones en cada una de las familias. Respecto a los estudios en Europa y EE.UU sobre la movilidad social, nos parece interesante retomar lo referido al contexto y las coyunturas macro-sociales. En otras palabras, los primeros estudios sobre el tema estuvieron influenciados por los cambios políticos, económicos y demográficos que experimentaban estos países a inicios y mediados del siglo XX. En el caso de los estudios en América Latina, la revisión histórica nos revela, de igual modo, que los grandes procesos y transformaciones que ha atravesado la región son hitos importantes que deben tomarse en cuenta para analizar trayectorias de movilidad social. En el Perú, un estudio de Martín Benavides señala que se han producido procesos de movilidad social en las franjas intermedias, lo que nos conduce a mirar las trayectorias de aquel grupo que ha salido de la pobreza y ahora es parte de la nueva clase media. Por ello, varios autores nos hablan acerca de la “clase media emergente” y sus nuevas demandas en términos económicos y de mercado. Sin embargo, existe un vacío en cuanto a los estudios cualitativos que miren los procesos de movilidad social ascendente desde la voz de los propios protagonistas, en relación a las distintas coyunturas macro-sociales. 59 Actualidad Empresarial: Noticia http://www.aempresarial.com/web/informativo.php?id=3648 31 Es decir, si bien la tesis apunta a recoger las historias de vida de cinco familias exitosas incorporando sus propios relatos y las estrategias que desplegaron en este tránsito, no pierde de vista los contextos macro-sociales que acompañan el camino de cada una de las familias. De este modo, hay una conexión permanente entre lo “micro”, que se expresa en el accionar de las familias en un trayectoria de movilidad social, pero que no se limita a un relato particular, sino que se enfrenta a situaciones y acontecimientos a nivel “macro” que ejercen gran influencia sobre los destinos y las decisiones de cada una de las familias. En este sentido, consideramos que son estas coyunturas las que de alguna manera crearon ciertas condiciones favorables al crecimiento y, en otros casos, frenaron los avances de las familias para escapar de la pobreza. Por ello, consideramos que es en este vaivén y puesta en marcha de distintas estrategias que se pueden marcar diversos hitos de ascenso social y reconstruir un proceso que conjugue lo micro-social con lo macro-social, desde el relato de los propios sujetos. 32 1.6 ¿Nos movemos? Data estadística para América Latina y Perú De acuerdo al artículo de Conconi y otros, en el período comprendido entre la década de los noventa e inicios del s. XXI, la movilidad social se incrementó en América del Sur y especialmente en países como Chile, Perú y Venezuela (tal como se observa en el gráfico)60. Este índice, elaborado por Andersen, se denomina SMI (Social Mobility Index, Índice de Movilidad Social) y toma en cuenta el papel del entorno familiar en las posibilidades de ascenso social61 . Adaptado de: CONCONI, Adriana y otros “E Pur si muove: Movilidad, Pobreza y Desigualdad en América Latina. En: Revista Económica La Plata Vol. LIV Nº 1-2 (2008) p. 136 60 CONCONI, Adriana, Guillermo CRUCES y otros “E Pur si muove: Movilidad, Pobreza y Desigualdad en América Latina. En: Revista Económica La Plata Vol. LIV Nº 1-2 (2008) Disponible en: http://www.depeco.econo.unlp.edu.ar/economica/documentos/20081229071031PM_Economica_561.pdf 61 De acuerdo al estudio de Conconi y otros (2008), “el SMI se define como 1 menos la proporción de la brecha educativa que es explicada por el entorno familiar, representado en este caso por las variables de ingreso per cápita familiar y el máximo nivel educativo entre el del padre y el de la madre. En una economía con muy baja movilidad, el entorno familiar constituirá un determinante importante de los resultados educativos de los niños y, por lo tanto, el índice será cercano a cero, mientras que en una economía con muy alta movilidad, las oportunidades y resultados tenderán a depender menos del entorno familiar, por lo que este índice será más cercano a uno” Ibídem, p. 131 (Social Mobility Index) 33 De modo que, tal como se observa en el gráfico anterior, el Perú estaría dentro del grupo de países que registran un mayor índice de movilidad social en el período señalado. Ahora bien, como hemos señalado anteriormente, uno de los tipos de movilidad social corresponde a la movilidad inter-generacional. A través de esta última, podemos observar los cambios en los patrones de movilidad de padres a hijos, ya que la herencia familiar es un indicador muy importante que puede marcar ritmos ascendentes o descendentes de acuerdo al status alcanzado por la generación anterior. En este sentido, el informe del Latinobarómetro correspondiente al año 200862 , da una muestra de la percepción general de América Latina sobre la propia situación, la de los padres y lo que se espera en un futuro con los hijos. De manera general, se evidencia que hay una gran coincidencia con el status de los padres, pero es claro que la expectativa con los hijos es más ambiciosa, ya que se espera que en un futuro sean ellos los que asciendan socialmente. 62 Latinobarómetro 2008 http://www.latinobarometro.org/docs/INFORME_LATINOBAROMETRO_2008.pdf 34 Otra base de datos consultada es la que corresponde a la Encuesta de Cohesión Social en América Latina (ECOSOCIAL)63 , proyecto entre las Naciones Unidas, la Comisión Europea, CIEPLAN, entre otros. Esta encuesta fue aplicada el año 2007 en siete países de América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Perú, registrando una muestra de 10.000 casos en total. Las temáticas que se abordaron fueron diversas; entre estas tenemos a la distribución de oportunidades, la exclusión, la solidaridad, lealtad democrática y nuestro tema, la movilidad social. A continuación, presentaremos los principales resultados de la encuesta que ilustren algunas dimensiones importantes sobre la temática de movilidad social64 Una de las preguntas de la encuesta ECOSOCIAL refiere a la probabilidad o “chance” de que un pobre salga de esa condición; en este sentido, los resultados fueron los siguientes. En líneas generales, la mayoría de encuestados reporta que la probabilidad es baja y esto no encuentra mayores diferencias por países, ya que el nuestro también se inclina hacia la tendencia a considerar que un pobre estaría de algún modo destinado a desaparecer en esa condición. Esto nos revela que en la percepción de la población, los canales de movilidad social parecerían ser más “cerrados” de lo que la teoría de clases nos dice. En otras palabras, podríamos decir que existe todavía cierta desconfianza o sensación de que en general los pobres no tienen acceso a los servicios que brinda el estado y, por lo tanto, no pueden aspirar a un desarrollo. Por ello, la expectativa de ver a un pobre convertido, por ejemplo, en un exitoso profesional con solidez económica es casi una utopía, por lo que la pobreza se transmitiría inter-generacionalmente generando un “círculo vicioso”. A la pregunta de si consideraban que existían oportunidades para que cualquier persona que “trabaje duro” salga adelante, más de la mitad de los encuestados manifestaba acuerdo con la afirmación (58.6%)65 63 ECOSOCIAL Survey . Sin embargo, es preciso señalar que la tercera parte del total (30.6%), consideraba que eso no era así. Por el contrario, en el Perú, las respuestas se inclinaban más hacia el “acuerdo”, es decir, que el país brinda http://www.ecosocialsurvey.cl/archivos/presentacion_ecosocial_general_ecosocialsutvey.pdf 64 Se pueden ver los cuadros y gráficos estadísticos en el anexo. 65 Se sumaron las columnas “Muy de acuerdo” y “De acuerdo” 35 oportunidades para aquellos que se esfuerzan. En otras palabras, el argumento meritocrático parece tener gran relevancia en la opinión latinoamericana. Otra pregunta interesante de la encuesta de ECOSOCIAL fue la siguiente: “¿En este país lo que uno logra en la vida depende principalmente de la riqueza y apellidos de la familia en la que nació?”. Frente a esta interrogante, las respuestas no marcaron una tendencia general. El 46.8% del total de encuestados mostró su desacuerdo, pero un similar porcentaje (48.4%) afirmó estar “muy de acuerdo” y “de acuerdo”. Asimismo, la distribución fue diferenciada por países. Nuevamente, en el caso de Brasil, la mayoría de los encuestados se mostró de acuerdo, mientras que en el Perú, la mayor parte manifestó estar en desacuerdo con la afirmación. Esto último podría interpretarse como la opinión de que con el trabajo y el esfuerzo individual es posible progresar en la vida (el arraigo de las ideas liberales), independientemente de los factores “adscritos”. En este sentido, esto reforzaría la pregunta anterior que pone de relieve la fortaleza del argumento meritocrático. Sin embargo, si bien se resalta que con esfuerzo y trabajo es posible progresar en la vida, esto no es coherente con el primer cuadro, cuando mayoritariamente se considera que es muy baja la posibilidad de que un pobre abandone esa condición. En otras palabras, podríamos decir que tal vez la movilidad social ascendente desde la pobreza se considere todavía como una utopía lejana, aun cuando exista mucho esfuerzo y dedicación. El papel de la educación también fue importante en esta encuesta. La pregunta se dirigió a si lo que uno logra en la vida depende de la educación que haya alcanzado. Los resultados revelaron que cerca del 82% de la población encuestada se mostraba “muy de acuerdo” y “de acuerdo” con esta afirmación y, en este sentido, es el Perú quien reporta el porcentaje más alto en este nivel “de acuerdo” (9.1%). Esto nos indicaría que los latinoamericanos y con mayor énfasis los peruanos consideran que la educación sigue siendo el principal vehículo de movilidad social ascendente. En este sentido, esto resulta muy interesante, ya que a pesar de que la educación pública fue abandonada y con su decadencia los más perjudicados han sido los más pobres, ello no supone que la gente haya dejado de creer en ella. Tal parece que la confianza en que la vía educativa generará progreso y bienestar, es decir, movilidad social ascendente, permanece en el imaginario de la población peruana. Por ello, esta será una variable muy importante en el análisis de los estudios de caso. 36 Finalmente, el papel de la familia, unidad de análisis de nuestra investigación, mereció una pregunta en esta encuesta. Se indagaba si se estaba de acuerdo en que las personas deberían permanecer en contacto con su familia más cercana, aun cuando no se tenga mucho en común. En general, los resultados indican que el 89.1% de los encuestados se muestra “muy de acuerdo” y “de acuerdo” con esta información. El Perú sigue la misma tendencia. Ahora bien, respecto a las preguntas específicas sobre movilidad social (inter- generacional), Ecosocial considera las siguientes definiciones: a) Movilidad descendente: Disminución de una o más posiciones en el presente en relación a una situación pasada o expectativa futura b) Movilidad ascendente corta: Ganancia en un posición en la escala socioeconómica en relación a una experiencia pasada o expectativa futura c) Movilidad ascendente larga: Ganancia de dos posiciones o más en la escala socioeconómica en relación al pasado o expectativa futura d) Movilidad horizontal: No se registra movilidad social, inexistencia de ésta66 Se aprecia en el siguiente gráfico que el mayor porcentaje de encuestados refiere haber experimentado procesos de movilidad social ascendente con respecto a sus padres (si sumamos los totales de movilidad ascendente corta y larga). En el Perú, se repite la misma tendencia. 66 ECOSOCIAL Survey http://www.ecosocialsurvey.cl/archivos/presentacion_ecosocial_general_ecosocialsutvey.pdf 37 Del mismo modo, la expectativa de movilidad social es optimista, pues los padres esperan que los hijos tengan procesos de movilidad social ascendente larga. En nuestro país, el 68% de los encuestados refiere que espera que sus hijos experimenten movilidad ascendente larga. En suma, podemos decir que la data estadística de movilidad social para América Latina, revela que la región está atravesando por procesos de movilidad social, especialmente, en América del Sur. En este sentido, nuestro país, se encuentra entre aquellos que están experimentando estos procesos de ascenso que pueden ser resultado de mejoras en el sistema educativo. Por otro lado, los resultados de la encuesta de ECOSOCIAL, muestran que en la percepción de los latinoamericanos el esfuerzo y el trabajo son los recursos más importantes para aspirar a una mejor calidad de vida. Junto a esta valoración de tipo más individual, el papel de la familia y lo comunitario es resaltado con igual importancia. Sin embargo, junto a esta percepción todavía subsiste en el imaginario de la población un pesimismo respecto a las posibilidades de que una persona pobre abandone esa condición. Si bien la meritocracia es resaltada, tal parece que persiste la idea de que en realidad las oportunidades no son iguales para todos, de manera que se podría decir que la movilidad social parecería estar más cerca de aquellos que se encuentran en posiciones intermedias. No obstante, tal como lo muestran los resultados del 38 Latinobarómetro y ECOSOCIAL, existen altas expectativas de movilidad social ascendente de los padres para las futuras generaciones latinoamericanas. 1.7 Más allá de las encuestas: el acercamiento a las trayectorias de movilidad social Como hemos visto, la movilidad social puede abordarse atendiendo, principalmente, a dos dimensiones: la estructural, que se inclina a la medición de los aspectos más cuantitativos (como el grado de educación, la ocupación, los ingresos, etc.) y la dimensión cultural que se centra en comprender este proceso incorporando el punto de vista del sujeto y las estrategias que despliega en la trayectoria de movilidad social. Para nuestra investigación, postulamos que la movilidad social se activa al combinar estrategias de tipo comunitarias e individualistas, cuya predominancia varía de acuerdo al tipo de familia y a la generación. Por ello, en esta sección presentaremos a las estrategias de supervivencia, movilidad social y el papel que cumple la familia en la movilización de dichas estrategias. 1.7.1 Estrategias familiares de movilidad social Según Arteaga67 , el estudio de las estrategias familiares nació en Latinoamérica durante la década de los ochenta, como resultado de la implementación de las políticas de ajuste estructural en la mayoría de países de la región. En este sentido, se buscaba comprender las diversas maneras en que los pobres afrontaban y maniobraban en estos períodos de crisis y precariedad. De acuerdo a Carlos Borsotti, se entiende como una estrategia familiar a la forma particular en que las unidades familiares, pertenecientes a distintas clases, organizan y hacen uso de todos los recursos y relaciones de las que disponen, sin que necesariamente medie un propósito intencional68 67 ARTEAGA, Catalina “Pobreza y Estrategias familiares: Debates y reflexiones” En: Revista MAD (Facultad de Ciencias Sociales-Universidad de Chile) Nº 17, Septiembre 2007 p. 144 . Sin embargo, esta definición encierra algunos cuestionamientos que el autor pone de relieve: esta utilización de recursos no es necesariamente intencional, sino que muchas veces es inconsciente. Además, se pone de manifiesto que si existiese una racionalidad, esta sería determinada por la situación de 68 BORSOTTI, Carlos “Notas sobre la familia como unidad socioeconómica” p. 22 39 clase. Por su parte, Susana Torrado69 , señala algunos de estos problemas cuando se habla de las estrategias de supervivencia familiar (EFV), ya que se asume que las familias pueden elegir entre opciones con un margen de libertad, cuando muchas veces no existe tal margen. Por otro lado, la autora indica que el término “supervivencia”, supone que el ámbito del estudio se restringe a contextos de pobreza y alta vulnerabilidad. Asimismo, indica que debe explicitarse el grado de racionalidad o deliberación que tendrían las familias en diferentes circunstancias. Por ello, Torrado prefiere que se use el término de Estrategias Familiares de Vida (EFV) que se definirían “como el conjunto de comportamientos- socialmente determinados - a través de los cuales los agentes sociales aseguran su reproducción biológica y optimizan sus condiciones materiales y no materiales de existencia”. Esto implica, de acuerdo a la autora, que las EFV estudian los fenómenos de nivel macro-social (estructuras) y de nivel micro-social (comportamientos) a través de la instancia mediadora de las clases sociales. Uno de los estudios clásicos sobre las estrategias de sobrevivencia, es el de Larissa Lomnitz, que se centra en los sectores marginales en México y resalta la importancia de las redes sociales para el progreso familiar. Esta autora señala que las redes de intercambio suponen un importante elemento de solidaridad y solidez para la estabilidad de las unidades domésticas. Éstas últimas se componen de la familia nuclear o la parentela. Ella analiza la barriada de “Cerrada del Cóndor” en México y sostiene que la confianza entre los marginales implica una igualdad de carencias como condición previa a un intercambio recíproco. La base de la red es la familia y la afiliación a ésta red se da por un lazo familiar. Según Lomnitz, los bienes y servicios intercambiados en una red de reciprocidad son los siguientes: a) Información: Datos sobre oportunidades de residencia y empleo en la vida urbana. b) Asistencia laboral: El que ingresa a la red es introducido al oficio que da sustento a la red. c) Préstamos: Incluyen dinero, comida, herramientas, prendas de vestir, etc. d) Servicios: Ayuda a parientes necesitados, ayuda en la construcción de un bien colectivo, etc. 69 TORRADO, Susana “Sobre los conceptos de estrategias familiares de vida y proceso de producción de la fuerza de trabajo. Notas teórico metodológicas pp. 205-212 40 e) Apoyo moral: Las redes generan mecanismos de solidaridad en todas las etapas del ciclo vital. Esta solidaridad se formaliza de acuerdo al compadrazgo y la participación en diversos rituales70 . Para la autora, las relaciones no se limitan al interior de la red, sino que muchos intercambios se dan fuera de ésta. Estas relaciones son los vehículos de movilidad social que les permiten a los individuos entrar a otras redes. Sin embargo, Lomnitz señala que aquellas familias que acceden a recursos superiores, pueden llegar a alterar la confianza que existía en la red por lo que las relaciones de reciprocidad tienden a disminuir. Para la autora, estas redes de intercambio recíproco solo tienen sentido en escenarios de precariedad económica. Una vez que algún miembro de la unidad familiar o la familia está en proceso de ascenso social, no le conviene permanecer en una red que no le ofrecerá más de lo que ya posee71 . En otras palabras, podríamos decir que esta red de sobrevivencia funciona en períodos críticos que suponen un alivio temporal para sus miembros, es decir, garantizan la mera reproducción. Como señala Lomnitz, las redes de intercambio solo tienen sentido en escenarios de vulnerabilidad y precariedad. No obstante, considero que constituyen un soporte importante para activar futuros procesos de movilidad social. En este sentido, la movilidad social requeriría de estrategias de sobrevivencia en las primeras generaciones de una familia, que podrían estar presentes en las coyunturas de crisis económica y política que atravesó nuestro país. Sin embargo, más adelante, cuando ya se consolidó una base material, el componente comunitario, (el capital social), podría verse reemplazado o quizá desplazado en prioridad por estrategias más individualistas. En otras palabras, el acceso a la educación y la búsqueda de una ocupación con miras a un desarrollo personal podrían generar un debilitamiento de la red comunitaria que describe Lomnitz. Como vemos, las estrategias de movilidad social parecen tener, en un principio, una conexión con las de supervivencia que describen Lomnitz y otros autores. Si bien podemos separar las estrategias de supervivencia de las de movilidad social de acuerdo a 70 LOMNITZ, Larissa “Como sobreviven los marginados” México: Siglo XXI Editores p. 169 71 Ibídem pp. 170-171 41 las distintas coyunturas macro-sociales, en la práctica veremos que estas se encuentran fuertemente imbricadas de acuerdo a las circunstancias o momentos en el ciclo de la familia. De este modo, en toda esta trayectoria de movilidad social la familia cumple un rol fundamental. Por ello, en el siguiente punto, abordaremos a la familia en relación al capital social. 1.7.2 La familia y el capital social De acuerdo a Carlos Filgueira, las redes y activos que se generan entre los grupos como la confianza, el apoyo mutuo, influencia, mejoran las posibilidades de desempeño de los individuos en el sistema de estratificación.72 Para Filgueira, “la inclusión de dimensiones sociales en términos de activos movilizables por los hogares y las personas no solo mejora la capacidad de explicar los desempeños en el mercado sino que remite el análisis a otros aspectos fundamentales de la estratificación social: los principios que guían los criterios de diferenciación social y la transformación de estos criterios”73 . En este sentido, es la familia (al igual que la consideraba Alridge) aquella depositaria tradicional de este capital. De acuerdo a Filgueira, el capital social tiene tres supuestos importantes: por un lado, la estructura de las relaciones sociales modela la estructura de oportunidades; en segundo lugar, el capital social se refiere a una determinada estructura de relaciones que operan a través de interacciones y redes sociales informales, ajenas al mercado; y, finalmente, estas redes facilitan el desempeño de los individuos y hogares, dotándolos de recursos. Para Filgueira, se requiere constatar la importancia de la familia como unidad básica del capital social, ya que permite comprender procesos micro- sociales y macro-sociales (como los señalaba Torrado). En el primer caso, por los mecanismos de apoyo en la unidad familiar y, en el segundo caso, por cuanto esta unidad familiar compite o es una alternativa a la producción de bienes creados por el mercado y el Estado.74 72 FILGUEIRA, Carlos “La actualidad de viejas temáticas: sobre los estudios de clase, estratificación y movilidad social” Santiago de Chile: CEPAL, 2001 p. 19 Esto es bastante importante para nuestra investigación, ya que la familia es 73 Ibídem p 22 74 FILGUEIRA, Carlos “Actualidad de las viejas temáticas: clase, estratificación y movilidad social en América Latina” En: ATRIA, Raúl (Coord) “Estratificación y Movilidad social en América Latina, transformaciones estructurales de un cuarto de siglo” p. 391 42 aquella que moviliza este capital a través de distintas estrategias (individualistas y comunitarias, como veremos más adelante) en la trayectoria de movilidad social familiar de acuerdo a circunstancias particulares. En la línea considerada por los autores revisados, el papel de las redes o capital social adquiere vital importancia en las trayectorias de movilidad social. Un enfoque interesante sobre el capital social es el que presenta Vicente Espinoza75 en su estudio comparativo sobre capital social y trayectorias laborales en Chile. Para él, el capital social remite, por un lado, a la asociatividad y, por otro, a la instrumentalidad, como puede apreciarse en el siguiente cuadro: Según el autor, la versión asociativa del capital social, cuyo mejor exponente es Robert Putnam, le otorga el énfasis a los criterios de solidaridad y confianza en el grupo. Es decir, siguiendo la postura de Lomnitz, se trataría de una red de intercambio que consolida los recursos del grupo para la cohesión social. Sin embargo, el capital social también podría entenderse en su versión instrumental, en donde se apela a las estrategias y recursos para el beneficio individual. De acuerdo a Espinoza, los actores movilizan recursos de acuerdo a diferentes lógicas: 75 ESPINOZA, Vicente “Indicadores y generación de datos para un estudio comparativo de capital social y trayectorias laborales” En: Capital Social y Políticas Públicas en Chile Vol 1. Octubre, 2001. Disponible en: http://www.eclac.org/publicaciones/xml/1/8641/lcl1606_vol-I.pdf 43 a) Lógica de la integración: El actor moviliza recursos al interior de una estructura social determinada. b) Lógica estratégica: Los actores movilizan recursos en escenarios de competencia en un contexto donde predominan las lógicas del mercado c) Lógica de subjetivación: El actor se presenta como un individuo crítico, con capacidad reflexiva. De este modo, para Espinoza, las tres lógicas se entrecruzan en el accionar de las personas. En este sentido, la hipótesis señala que cuando se es capaz de combinar estas tres lógicas, hay mayores posibilidades de movilidad ocupacional y social. Esta también es la idea central que expone Francisca Márquez en su artículo sobre la cultura y la movilidad en Santiago, Buenos Aires y Montevideo (basado en el mismo estudio de Espinoza). Ella sostiene que “la capacidad de movilizarse en la estructura social y ocupacional se asocia-aunque no exclusivamente- a la capacidad de los sujetos para construir, apropiarse y negociar con la información que de manera permanente les ofrecen el mercado, la cultura y la subjetividad. De la diversidad de códigos y la habilidad de los sujetos para combinarlos, dependerá la capacidad de maniobra que logren frente a la realidad social”76 76 MÁRQUEZ, Francisca “Cultura y Movilidad en los años noventa: Santiago, Buenos Aires y Montevideo” En: ATRIA, Raúl (Coord.) “Estratificación y Movilidad social en América Latina, transformaciones estructurales de un cuarto de siglo” p. 401 44 Capítulo II Los Olivos: historia y emergencia de una nueva clase media El distrito de Los Olivos forma parte de Lima Norte. Un acercamiento a su historia y los distintos procesos que han acompañado sus inicios y posterior consolidación, resultan importantes para comprender cómo se han activado y desarrollado las trayectorias de movilidad social ascendente en las familias del distrito. 2.1 Cambios en el Perú desde los años cuarenta De acuerdo a Nelson Manrique, los años cuarenta se caracterizaron por grandes transformaciones para la estructura social del Perú; lo que se conoce como transición demográfica. De 2.6 millones de habitantes para el año 1876, pasamos a 6.2 millones de habitantes en el año 1940 de los cuales 2.2 eran población urbana y 4 millones habitaban en las zonas rurales. Si bien todavía el país era predominantemente agrario, es a partir de este momento que se generan los cambios más importantes que tendrán gran impacto en las décadas posteriores. La población experimentó un crecimiento vertiginoso, ya que de 13.5 millones de habitantes en 1972, pasamos a 17 millones en 1981, luego a 22 millones para el año 1993 y, finalmente, el Censo del 2007 revela que somos 27 millones de peruanos. De acuerdo al INEI, para el año 2025, se proyecta que la población total alcance los 38 millones, pero si se mejoran los servicios de salud y planificación familiar, se podría llegar a los 32.5 millones de habitantes77 . Paralelamente, se aprecia también una aceleración del crecimiento de la población urbana y, a la inversa, un descenso en el crecimiento de la población rural. En las zonas rurales, el crecimiento de la población, sumado a la escasez de tierras disponibles generaron dos grandes consecuencias históricas: la crisis del agro y, como resultado de esta última, las grandes oleadas migratorias que cambiaron radicalmente el rostro de la sociedad peruana. Como señala Manrique: “De un país predominantemente rural, indígena y agrario (pasamos) a uno predominantemente urbano, mestizo, con un agro en crisis y un grado extremo de centralización”78 77 INEI: http://www1.inei.gob.pe/biblioineipub/bancopub/Est/Lib0006/CRECIM03.htm 78 MANRIQUE, Nelson “Historia de la República” Lima: COFIDE, 1995 pp. 265-269 45 Es en este contexto de intensos movimientos migratorios, desde el interior del país hacia la capital, que se inicia el proceso de urbanización en las zonas periféricas de Lima. La gran mayoría de migrantes llegaron sin recursos y quizá sin imaginar las enormes vicisitudes que atravesarían en el camino y el gran cambio que generarían en la hasta ese momento pequeña ciudad de Lima. Así pues, para nuestra investigación, nos centraremos en el proceso de urbanización de la zona norte de la capital y en el que más tarde sería uno de sus distritos emblema: Los Olivos. 2.2 Proceso de urbanización de la zona norte de Lima El proceso de urbanización del sector norte en Lima se inserta en la etapa de expansión que experimentó Lima a inicios de la década del cuarenta del s. XX. De acuerdo a Gustavo Riofrío79 , el crecimiento físico de Lima puede dividirse en tres etapas, estrechamente relacionadas a los cambios políticos, económicos y sociales que vivió el país en esos años. a) La primera comprende un período que va desde 1940 hasta el año 1954 en el que Lima llega a ocupar un triángulo determinado por los laterales del río Rímac en el norte, la carretera Circunvalación hacia el este y el océano Pacífico. Sus vértices se encontraban en la Plaza de Armas, el Morro Solar y la Punta en el Callao b) La segunda etapa abarcó desde el año 1955, año de la invasión a Ciudad de Dios, hasta 1970, época de formación de las grandes barriadas en la que se rompe con el triángulo de la primera etapa y Lima crece hacia Canta por el norte y Atocongo por sureste. De este modo, las barriadas nacieron fuera del casco urbano, gestionadas a partir de las iniciativas de los propios pobladores y, en otros casos, a través de las cooperativas de vivienda. Esta fue la etapa de mayor expansión de la ciudad de Lima. 79 RIOFRÍO, Gustavo “Se busca terreno para próxima barriada: Espacios disponibles en Lima 1940-1978- 1990 Lima: DESCO, 1978, p. 10 46 c) La tercera etapa abarca desde la década de 1980 en adelante y comprende la mayor población de la zona anteriormente conquistada para la ciudad. Debido a las grandes crisis que afectaron al país durante esta década, se debilitaron las redes de apoyo vecinal y la autogestión participativa, por lo que frente a esta situación y al agotamiento de los terrenos en las zonas ya urbanizadas en los conos, se decide invadir las laderas y cimas de los cerros, agravando la tugurización y el hacinamiento. No obstante, se produce también una consolidación de las construcciones más antiguas en los barrios populares80 (como será el caso del futuro distrito de Los Olivos). La forma de ocupación del terreno se dio bajo tres modalidades principales: por invasión, urbanización mercantil y habilitación estatal. En este contexto, los distritos de la zona norte nacen bajo las tres modalidades con procesos y características propias. Por ello, reseñaremos cada una de estas modalidades en el contexto histórico, político y social en el que se tuvieron lugar. En este sentido, la tesis de Serafín Osorio sobre formación del espacio urbano en Los Olivos81 , será una guía en las líneas siguientes, ya que condensa muy bien todos los procesos urbanos, políticos y sociales que acompañaron la formación de la zona norte de Lima. 2.3 ¡Quiero un lugar para vivir!: La formación de las barriadas en Lima Norte En la primera etapa descrita por Riofrío se forman las primeras barriadas y los núcleos industriales. Según el autor, la “barriada” suponía una ocupación de terreno para establecer de manera inmediata una vivienda. Esta forma de ocupación no estuvo exenta de conflictos y tensiones, ya que se encontraba al margen de la legalidad urbanística. Es entonces que se da inicio al proceso de urbanización en la zona norte de Lima, con la progresiva ocupación de Carabayllo (1940-1960). Por estos años emergía un grupo obrero que laboraba en la naciente industria limeña. Su principal demanda era la vivienda. 80 “Lima: expansión y crecimiento de la ciudad” Observatorio Urbano de DESCO http://www.urbano.org.pe/downloads/documento/Lima,%20exp%20y%20crec.doc. 81 OSORIO, Serafín “La formación del espacio urbano y la constitución de una clase media emergente: El caso del distrito de Los Olivos en el Cono Norte de Lima” Tesis (Mg.) Sociología. Lima: PUCP, 2005 47 Por ello, los gobiernos de Balta y Benavides impulsaron la formación de los Barrios Obreros en la Av. Caquetá, muy cerca de las industrias ubicadas en las Av. Argentina y Colonial. Sin embargo, se produjeron invasiones en los terrenos próximos a esas zonas por parte de familias pobres provenientes del Centro Histórico y el Callao. La característica principal de estas zonas era el bajo valor comercial de los terrenos y, junto al terremoto que sacudió la ciudad en el año 1940, fueron los factores más importantes que impulsaron a las familias a desplazarse hacia estos espacios. Posteriormente, nacen nuevas unidades político-administrativas como San Martín de Porres, Comas e Independencia. Asimismo, de manera paralela a este proceso de urbanización se inició la construcción de la línea del tren Lima-Ancón, la ampliación de ejes viales, la formación de los Barrios Obreros y la aparición de barriadas y urbanizaciones regulares (que desarrollaremos más adelante). Es así que entre la década del cuarenta y sesenta, la ciudad de Lima creció hacia los márgenes del río Rímac y los cerros que bordeaban la ciudad con ocupaciones irregulares en zonas de bajo valor comercial. Al igual que la zona Norte de la capital, el sur también fue otro de los polos de atracción para las invasiones. De esta manera, se forma Ciudad de Dios (1954), como resultado de una invasión de cinco mil personas al cerro San Juan la madrugada de la navidad de ese año sin que mediara intervención policial alguna. De acuerdo a Driant, más que iniciar una explosión de las barriadas, Ciudad de Dios adquiere, un carácter simbólico innegable y es a partir de mediados de la década del cincuenta que las barriadas se expanden en los Conos Norte, Sur y Este de la capital. De este modo, según el autor, se quebró la trama urbana conformada por el triángulo Lima- Miraflores-Callao82 . 82 DRIANT, Jean Claude “Las barriadas de Lima” Lima: DESCO, 1991 48 2.4 Antecedentes a la formación de Los Olivos: el nacimiento de San Martín de Porres El gobierno del general Manuel Odría (1948-1956) brindó apoyo a la formación de barriadas, ya que creía que era la mejor forma de afrontar las grandes oleadas migratorias y la pobreza en los márgenes de la ciudad de Lima. De este modo, se impulsó la ocupación de terrenos de bajo valor comercial, en muchos casos en situaciones irregulares (en litigio) y sin el abastecimiento de ningún servicio. Sin embargo, esta política, de acuerdo a Serafín Osorio, no fue gratuita, ya que el gobierno buscaba quebrar vínculo alguno de la población pobre con el APRA y legitimar su gestión gubernamental. En otras palabras, se establecieron redes de clientelismo a favor del entonces presidente de la república. Lo cierto es que las barriadas se expandieron velozmente desde los años cuarenta. Una de las más emblemáticas transitará hacia la conformación de un nuevo distrito para el año 1950: el “Distrito Obrero Industrial 27 de Octubre”. Seis años más tarde, el distrito cambió de nombre al de “Fray Martín de Porres” y en el año 1962 con la canonización del fraile, adopta finalmente el nombre de “San Martín de Porres” (SMP). La historia de SMP merece una especial atención en esta investigación, debido a que el distrito de Los Olivos nace como una desmembración de éste, en un proceso marcado no solo por la división territorial, sino por la diferenciación política, económica y social entre sus habitantes. En el caso del distrito de San Martín de Porres, confluyeron tres importantes procesos de urbanización: a) por ocupación espontánea (en terrenos de poco valor comercial); b) urbanización estatal (habilitación de urbanizaciones populares por parte del Estado) y c) urbanización mercantil (impulsada por el mercado inmobiliario y el capital financiero privado). La primera de ellas ha sido revisada y en el siguiente punto abordaremos la modalidad de urbanización estatal y mercantil. Plano inicial del distrito de SMP 49 2.5 La ocupación formal: el caso de las urbanizaciones regulares en SMP Si bien la invasión y la formación de las barriadas fueron la manera predominante de ocupación de la periferia de Lima de mediados de los cincuenta, no fue la única. Nuestra capital también creció por las urbanizaciones regulares. A diferencia de las barriadas, que carecían de servicios básicos, las urbanizaciones regulares se iniciaron con la habilitación urbana, es decir, con la dotación agua, desagüe, luz, pistas, veredas, etc. De acuerdo a Deler (citado por Osorio), las urbanizaciones regulares fueron promocionadas a iniciativa de las empresas inmobiliarias y el sector privado. En este contexto, es importante señalar a La Ley de Barriadas (1961) que colocó al Estado en el rol de habilitador de urbanizaciones populares para los pobres. Siguiendo este patrón, la zona norte de Lima siguió un proceso de urbanización con mayor orden impulsado por el mercado inmobiliario. En el segundo gobierno de Prado (1956-1962), se construyeron las UPIS (Urbanizaciones Populares de Interés Social), en la zona Norte y Sur. Según Serafín Osorio, tenían dos propósitos: la creación de mutuales de crédito para la construcción de viviendas, con capitales que provenían del sector privado y prohibían las invasiones, ya que se promovía la construcción de urbanizaciones regulares. Sin embargo, estos programas no se consolidaron, debido al cambio de políticas del nuevo gobierno de Fernando Belaúnde (1963-1968). De modo que la nueva gestión permitió nuevamente la formación de barriadas y simultáneamente promovió la inversión de capital privado, capitalizando los recursos de los sectores medios. Así, se formaron nuevas barriadas en la zona Norte de Lima como Pampa de Cueva y Pampa del Ermitaño, que más tarde conformarían el distrito de Independencia. Bajo la modalidad de urbanización mercantil se formaron las urbanizaciones regulares donde el mercado de vivienda fue organizado por empresas inmobiliarias que instalaron redes de agua, luz, pistas, veredas, etc. Así, nacieron las urbanizaciones “Sol de Oro”, “Las Palmeras” y “El Trébol” en SMP. Vecinos de la Urb. Sol de Oro (Fotografía de la tesis de Serafín Osorio) 50 Las familias accedieron a créditos a través de distintas formas, como los créditos hipotecarios. De acuerdo a Osorio, las familias eran en su mayoría asalariadas y profesionales independientes, de origen ancashino, que residían en distintos distritos de la capital. Otro tipo de urbanización regular fue la Cooperativa de Vivienda (CV). Éstas se crearon para financiar programas de vivienda con créditos de bajos intereses. Según la tesis de Osorio, la mayoría de las CV se conformaron entre 1966 y 1970 y entre los años 1981 y 1984. En los sesenta, en SMP se formaron siete CV, tres de ellas merecen resaltarse, pues dieron impulso a la formación de urbanizaciones regulares como Villa Los Ángeles, COVIDA y Mercurio (que más tarde formarían parte de las zonas más consolidadas del distrito de Los Olivos). Como señala Serafín Osorio, el monto de ingreso económico era una condición indispensable para la calificación como sujeto de crédito. Es decir, que las familias que accedieron a la propiedad del inmueble a través del mercado inmobiliario en SMP, habían accedido antes al mercado laboral, como obreros, técnicos, empleados, profesionales, comerciantes, etc. No formaban parte de la gran mayoría de migrantes pobres que buscaban invadir un terreno de bajo valor en las zonas más precarias de la ciudad. Para Driant, se trataba de migrantes “aclimatados”, insertos en el mercado laboral y que residían en distritos de la zona central de Lima (como Breña, Rímac, La Victoria, etc.)83 . Rolando Ramos, uno de los fundadores de la Urb. Mercurio, expresa muy bien el ideal de aquellos profesionales: “Estamos hablando de hace 25 años aproximadamente. Existía lo que se llamaba la clase media, la gente de clase media era un tipo trabajador, con aspiraciones de comprar su casa con su trabajo y profesión; no de invadir un terreno, ni meterse, sino de comprar, el deseo de comprar la casa, que anteriormente era a plazos”84 83 DRIANT, Jean Claude “Las Barriadas de Lima”. Lima: DESCO, 1991 p. 86 84 Extraído de la tesis de OSORIO, Serafín “La formación del espacio urbano y la constitución de una clase media emergente: El caso del distrito de Los Olivos en el Cono Norte de Lima” Tesis (Mg.) Sociología. Lima: PUCP, 2005 p. 102 51 De este modo, los habitantes de las urbanizaciones regulares de SMP se autodefinían como de clase media. Eran profesionales que aspiraban a la “casa propia”, pero al mismo tiempo buscaban establecer distancias físicas con los “invasores”, con los “otros”, aquellos que habitaban las barriadas y que expandían el caos, el desorden y la pobreza en las zonas periféricas de la ciudad. “La idea (crear un nuevo distrito) nace a medida que la población iba creciendo día a día. (...) la idea nace en 1970 antes que vinieran los demás habitantes. (..) queríamos un nuevo distrito ecológico porque la vegetación nos gusta”85 2.6 “Somos distintos, somos de clase media”: el nacimiento de Los Olivos Es así que esta idea de ser distintos, por haber adquirido una casa propia a través del mercado inmobiliario a diferencia de los “invasores”, fue madurando hacia la propuesta de una autonomía político- administrativa, es decir, la formación de un nuevo distrito. Esta propuesta se fue difundiendo a través de las Asociaciones de Propietarios de las diferentes urbanizaciones regulares de SMP y encontró respaldo entre los parlamentarios de Acción Popular (AP) y el APRA durante los gobiernos de Fernando Belaúnde (1980-1985) y Alan García (1985-1990). Sin embargo, la Municipalidad de SMP rechazaba esta propuesta, ya que esta separación suponía una pérdida de rentas, tributos y, sin duda, bolsones electorales. La postura municipal fue apoyada por los parlamentarios (senadores y diputados) del APRA. 85 Extraído de la tesis de OSORIO, Serafín “La formación del espacio urbano y la constitución de una clase media emergente: El caso del distrito de Los Olivos en el Cono Norte de Lima” Tesis (Mg.) Sociología. Lima: PUCP, 2005 p. 102 Comité Pro Distrito con Víctor Raúl Haya de la Torre (1979) (tomada de la tesis de Serafín Osorio) 52 Las urbanizaciones regulares como Sol de Oro, Mercurio, Las Palmeras, COVIDA, Villa Los Ángeles, El Trébol, Previ, entre otras, demandaban a la Municipalidad de SMP una serie de servicios como limpieza pública, ornato de calles, veredas, pistas, parques, debido al completo abandono en el que habían quedado. Es así que en el año 1977 se conforma un Comité Pro Distrito (en la foto), encabezado por Rolando Ramos (periodista, de filiación aprista) y otros representantes de las distintas urbanizaciones y partidos políticos como IU y AP. De esta manera, se formó un grupo no solo de profesionales, sino que junto a ello tenían una militancia activa en los partidos políticos de mayor predominancia en la época (APRA, IU, AP, PPC). Rolando Ramos, presidente del Comité, expresaba la demanda colectiva de la siguiente manera: “Este movimiento (Pro creación del distrito) surge como respuesta, al completo estado de abandono de nuestras urbanizaciones, y centros poblados de este sector norte, por parte del Municipio actual, ya que en la actualidad no contamos con un eficaz sistema de limpieza pública, ni mejoramiento del alumbrado público y una despreocupación total por el ornato de nuestras urbanizaciones. A la vista están los parques y avenidas abandonadas y convertidas en polvorientos campos de fútbol (...), carecemos de mercados en la mayoría de nuestras urbanizaciones (...), no hay un efectivo control municipal en las bodegas y paradas. Frente a este estado de abandono, nos levantamos y pedimos nuestra independencia”86 ¿Y cómo se llamaría el nuevo distrito? El nombre del futuro distrito fue otra de las cuestiones a resolver. Al principio, surgieron diversas propuestas, pero finalmente se llegó al consenso: se llamaría Los Olivos. De acuerdo a Rolando Ramos, se eligió este nombre porque el ramo de olivos tiene una connotación simbólica de lucha y triunfo de los vencedores. De este modo, recogía el camino por el que habían transitado los pobladores para adquirir sus propias viviendas dentro de las urbanizaciones regulares. 86 Extraído de la tesis de OSORIO, Serafín “La formación del espacio urbano y la constitución de una clase media emergente: El caso del distrito de Los Olivos en el Cono Norte de Lima” Tesis (Mg.) Sociología. Lima: PUCP, 2005 p. 104 53 En uno de los primeros memoriales que el Comité presentó al entonces presidente Francisco Morales Bermúdez, se definían los límites del distrito así como las urbanizaciones que estarían dentro de su jurisdicción. “Nos dirigimos a Ud. para solicitar de su gobierno la creación de un nuevo distrito, desmembración del distrito de San Martín de Porres, integrado por las urbanizaciones y centros pobladores siguientes: El Trébol, Santa Rosa, Pacífico, Libertadores, Mesa Redonda (12 de Julio),Sol de Oro, Mercurio, Villa Los Ángeles, Panamericana Norte, Las Palmeras, COVIDA, Angélica Gamarra, Micaela Bastidas, Villa del Sol, Villa del Norte, PREVI, Naranjal, Parque Naranjal, Pueblo de Infantas, Pro, Santa Luisa; P.J. Mercurio Alto y Vipol, y otras que se encuentran dentro perímetro del plano que adjuntamos”87 Sin embargo, a diferencia del general Velasco quien fue más cercano a SMP, el general Morales Bermúdez, se desligó de las demandas y problemas de los habitantes de la periferia norte. Frente a esto, el Comité Pro distrito difundió su proclama a través de distintos medios de comunicación escritos como los diarios “El Comercio”, “La Prensa” y “Correo”. Asimismo, las calles fueron el otro escenario para exigir que la creación del nuevo distrito sea una realidad. Ya en el año 1980, la democracia retorna y se convocan a elecciones generales que culminan con el triunfo de Fernando Belaúnde y la alianza conformada por AP y el PPC. En el Parlamento, se crean las Cámaras de Senadores y Diputados integrados en su mayoría por representantes de las filas de AP y el APRA. Mientras que en el nivel local, SMP sería gobernado por Willy Fernández, de las canteras de IU (1981-1983). En este escenario político, los miembros del Comité Pro distrito buscaron alianzas y contactos con los parlamentarios de AP y el APRA, quienes estaban a favor de su propuesta. Por el contrario, la oposición tenaz venía del lado de IU y su alcalde en SMP. Pese a que la izquierda, tanto desde el gobierno local como desde el Parlamento, mostró férrea oposición a un desmembramiento de SMP, las exigencias del Comité Pro distrito fueron finalmente aprobadas en la Cámara de Senadores en el año 1984. De acuerdo a 87 Extraído de la tesis de OSORIO, Serafín “La formación del espacio urbano y la constitución de una clase media emergente: El caso del distrito de Los Olivos en el Cono Norte de Lima” Tesis (Mg.) Sociología. Lima: PUCP, 2005 p.109 54 los entrevistados por Osorio, el secretario de AP en ese entonces, Javier Alva Orlandini y el presidente de la Cámara de Senadores, Manuel Ulloa, fueron los que más apoyaron la creación del distrito de Los Olivos. En el año 1984, nuevamente la izquierda ganó en SMP. El nuevo alcalde, José Miranda, continuó con el legado de su antecesor y expresó su rotundo rechazo a lo que denominó un “cercenamiento antidemocrático de SMP”. Sin duda, esta lucha representaba el enfrentamiento entre IU (SMP) y el APRA (predominante en el Comité Pro distrito). Ya con la aprobación de la Cámara de Senadores, el Comité Pro distrito recurrió una vez más a sus redes políticas, especialmente apristas, para conseguir que la Cámara de Diputados apruebe su pedido. Finalmente, se cumplió lo anhelado: La Ley Nº 25917, promulgada el 4 de Abril de 1989, creó el nuevo distrito de Los Olivos. De este modo, el nacimiento de Los Olivos se inscribió en un escenario marcado por las luchas y tensiones políticas entre IU y el APRA, los más importantes partidos políticos en la década de los ochenta. Como hemos visto, los representantes y dirigentes del Comité Pro distrito simpatizaban con el APRA y buscaban una separación de SMP, al sentirse parte de una clase media profesional, con logros y aspiraciones a futuro que eran muy distintas a las de los que consideraban como “otros” e “invasores”, habitantes de las barriadas de SMP. 55 2.7 Los Olivos y sus alcaldes En los comicios municipales del año 1989, los independientes consiguieron captar buena parte de los votos tanto así que la alcaldía de Lima fue ganada por Ricardo Belmont del Movimiento Obras. Sin embargo, los partidos tradicionales obtuvieron una gran cantidad de municipios en la alianza conformada por AP-PPC-FREDEMO. En este escenario, fue elegida la primera alcaldesa del distrito de Los Olivos, Carmen Lezama, de las filas de la alianza AP-FREDEMO para el período 1990-1992. El primer gobierno local se instaló el 1º de Enero de 1990 en la Parroquia “El Buen Pastor”, en la urbanización Sol de Oro. Ya para el año 1993, con el triunfo de Alberto Fujimori en las elecciones presidenciales de 1990, los independientes adquirían mayor notoriedad. En este contexto, fue elegido para el período 1993-1995, Jesús Martínez Aliaga, del Movimiento Obras. Posteriormente, Felipe Castillo, un médico especializado en Ginecología y Obstetricia, triunfó en las elecciones municipales de 1996 con la agrupación Cambio 90. Luego, fue reelegido en dos períodos consecutivos (1999-2005), primero por la agrupación “Vamos Vecino” y luego con su propio partido “Siempre Unidos”. El año 2006, gana nuevamente las elecciones en el distrito, siendo este su cuarto período. En las últimas elecciones regionales y municipales de octubre del 2010, es nuevamente elegido alcalde y éste será su quinto período al frente de Los Olivos. De acuerdo al portal de la Municipalidad de Los Olivos, durante el primer período de Castillo se construyó el Palacio Municipal del distrito (1998) y se implementó el vivero municipal. En el segundo período, se puso énfasis en la atención integral en salud por lo que se creó el “Hospital de la Madre”. En su tercer período como alcalde, este hospital se convierte en el “Hospital Municipal de Los Olivos” y, de este modo, se convierte en el primer hospital municipal del 56 Perú. En el año 2006, se inaugura el Palacio de la Juventud, un imponente edificio de 14 pisos multiusos con áreas de estudio, deportivas, recreativas para el bienestar de los olivenses88. A fines del 2006, se impulsa al distrito como uno de los piloto en la municipalización de la gestión educativa. Finalmente, en su cuarto período, se pone énfasis en la seguridad ciudadana con la instalación de cámaras de vigilancia e incremento de las unidades de patrullaje en el distrito89 . Pero sin duda, lo que ha generado mayor dinamismo en el distrito es la conformación de los grandes Centros Comerciales (el Hipermercado Metro, Royal Plaza, Mega Plaza y recientemente Plaza Norte) que han cambiado totalmente el rostro, no solo de Los Olivos, sino también de los demás distritos de Lima Norte. Mega Plaza En palabras de Wiley Ludeña: “En los años noventa puede afirmarse que concluye un ciclo histórico y empieza otro para la tradición urbanística barrial. La barriada limeña aspira a convertirse en ciudad. Uno de sus mejores ejemplos, la Lima Norte que empieza a surgir hoy. Temas como el de la renovación, el ornato público y la instalación de un equipamiento urbano pertinente adquieren sentido de programa social y político”90 88 Portal de la Municipalidad de Los Olivos: . http://portal.munilosolivos.gob.pe/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=111&Itemid=116 89 Revista “Patrimonio Cultural de Los Olivos” Municipalidad Distrital de Los Olivos” Sub gerencia de Planeamiento Educativo. 90 LUDEÑA, Wiley “Formación de barrios populares en Lima Norte” En: BENITO, José “Pasado, presente y futuro de Lima Norte: construyendo una identidad”. Lima: UCSS, 2007. p. 98 57 Entonces, ¿podríamos decir que Los Olivos es el distrito de la clase media en ascenso? En otras palabras, ¿se han generado procesos de movilidad social? Para indagar en estos aspectos, presentaremos a continuación el perfil sociodemográfico del distrito y luego la discusión sobre la nueva clase media que emerge. 58 2.8 Los Olivos hoy: caracterización socio-demográfica del distrito El distrito de Los Olivos se encuentra ubicado al Norte de la Provincia de Lima y ocupa estratégicamente la parte central. Forma parte de Lima Norte junto a los distritos de Carabayllo, Ancón, Puente Piedra, San Martín de Porres, Comas, Santa Rosa e Independencia91. Esto se visualiza en los siguientes mapas92 : 91 ZEGARRA, Claudia “Demarcación Geopolítica de Lima Norte” En: BENITO, José “Pasado, presente y futuro de Lima Norte: construyendo una identidad”. Lima: UCSS, 2007. p. 199 92 Tomados del Portal de la Municipalidad de Los Olivos: http://portal.munilosolivos.gob.pe/portal/?option=com_content&view=article&id=154&Itemid=139&fontstyle=f- larger Ubicación de Los Olivos en el Mapa de Lima Metropolitana 59 De acuerdo a los Perfiles zonales de la Gran Lima (APOYO), Lima Norte representa en la actualidad la cuarta parte de la población total de la Gran Lima. Resaltan de manera general la presencia de negocios, pues es la zona geográfica con la mayor cantidad de ellos, donde SMP, Comas y Los Olivos son los distritos con mayor cantidad de estos establecimientos. En promedio el número de personas por hogar es de 4.3 y los Niveles Socioeconómicos predominantes son el C y D. 93 La extensión del distrito de Los Olivos es de 17 kilómetros 250 metros cuadrados y limita al Este con los distritos de Independencia y Comas, al suroeste con el distrito de San Martín de Porres y al norte con el distrito de Puente Piedra94. De acuerdo a los datos de APOYO95 , el distrito tiene una población total de 326,136 habitantes y representa el 15% de la población de Lima Norte. La tasa de crecimiento anual es de 2.2% Según los resultados del último censo del INEI correspondiente al año 200796 , la población predominante en el distrito de Los Olivos es adulta (70.2%) con edades que fluctúan entre los 15 a 64 años de edad (con una edad promedio de 30 años). Con respecto al estado civil, casi la mitad de la población del distrito está casada o convive con su pareja (49.9%) en hogares jefaturados mayoritariamente, aunque no exclusivamente, por hombres (69.8%). Si vemos la distribución por tipo de hogar, encontramos que el 48.3% del total de hogares son nucleares, seguidos por un 29.5% de extendidos y un 5.4% de compuestos. Entonces, lo que esto nos revela es que el distrito de Los Olivos estaría conformado mayoritariamente por hogares nucleares jóvenes jefaturados por varones y con pocos hijos (1.2 en promedio, lo que revela una baja tasa de natalidad). En términos demográficos, esto nos muestra que hay una postergación de la natalidad y una menor tendencia a tener una gran cantidad de hijos. Si comparamos estas cifras en distritos como Independencia y Comas, vemos que en estos últimos la tasa de natalidad es 1.3 hijos, ligeramente mayor a Los Olivos. Respecto a los indicadores educativos, casi la mitad de la población censada (44.6%) tiene educación superior, lo que nos muestra que en conjunto se trataría de un distrito con un alto nivel educativo. Si comparamos este resultado con distritos que pertenecen a Lima 93 APOYO “Perfiles Zonales de la Gran Lima 2009” Lima: APOYO, Opinión y Mercado, 2009 p. 5 94 Municipalidad de Los Olivos: http://portal.munilosolivos.gob.pe/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=55&Itemid=83 95 APOYO “Perfiles Zonales de la Gran Lima 2009” Lima: APOYO, Opinión y Mercado, 2009 96 INEI – Censos Nacionales 2007: XI de Población y VI de Vivienda 60 Norte como Independencia y Comas (con 40.3 y 42.6% respectivamente), encontramos que Los Olivos se encuentra un poco más arriba. Del mismo modo, es interesante ver que los hombres con educación superior alcanzan el 46%, mientras que las mujeres representan el 43.4%, lo que nos muestra que en este indicador las desigualdades de género parecen haberse extinguido, pues se tiende hacia una equidad en este punto, lo cual puede ser reflejo de una tendencia mayor hacia la igualdad de varones y mujeres. En cuanto a los indicadores de identidad, los resultados censales revelan que toda la población cuenta con partida de nacimiento y, en caso sea mayor de 18 años, con DNI. Cabe anotar que solo es un porcentaje muy ínfimo el que no cuenta con estos documentos. En otras palabras, se trataría de familias cuyas estructuras de constitución son formales a diferencia de los hogares marginales y/o vulnerables que tienden mayoritariamente al abandono y no reconocimiento de los hijos. En este caso, se trataría de familias que le otorgan un valor fundamental al derecho al reconocimiento, por lo que resulta casi una exigencia el registrar formalmente a los hijos. Sobre la participación en la actividad económica, la PEA ocupada alcanza al 96.3% de la Población Económicamente Activa, es decir, casi la totalidad de la PEA está empleada. Este dato es bastante sorprendente, pues denota que la población en edad de trabajar se encuentra laborando en algún trabajo o trabajos específicos. Si bien existe heterogeneidad en cuanto a la ocupación principal, el 38.5% serían obreros y trabajadores no calificados, seguidos por un 20.7% de comerciantes y mercaderes. Respecto a la vivienda, el 83.7% habita una casa independiente. En cuanto al régimen de tenencia, más de la mitad de la población (57.4%) tiene una casa propia y la tercera parte (29.6%) habita una vivienda alquilada. Si vemos los precios por metro cuadrado, de acuerdo a un artículo publicado a fines de abril del 2010 en el diario Gestión97 97 Diario Gestión (27/04/10) , los precios en Los Olivos se han elevado notablemente, especialmente en las zonas comerciales cercanas a Mega Plaza y Plaza Norte, como las avenidas Carlos Izaguirre, Las Palmeras, Antúnez de Mayolo y Alfredo Mendiola. El representante de rentas del municipio afirma que “esta zona ha ganado una plusvalía sustancial, al extremo de revalorizar las propiedades de unos US$ 150,000 a US$ 300,000 por predio. El metro cuadrado puede http://gestion.pe/noticia/468288/izaguirre-avenida-metro-cuadrado-mas-caro-cono- norte 61 llegar a los 800 dólares”. En distritos como Jesús María, Lince o Pueblo Libre, los precios son $786, $814, $758,98 de manera que Los Olivos superaría a algunos de los tradicionales distritos de clase media. Según el funcionario de la municipalidad de Los Olivos, este cambio se ha producido en la última década, pues hace algunos años el precio por metro cuadrado oscilaba entre $100 y $200. Entonces, todo este “boom” comercial en el distrito y los alrededores ha generado una demanda por habitar en él. Por ello, la oferta no se ha hecho esperar y se están construyendo edificios para vivienda similares a los que se están construyendo en otros distritos de la capital. En otras palabras, Los Olivos se ha convertido en un polo atractivo inmobiliario. Nuevamente, la mayoría de la población (más del 90% en promedio) tiene una vivienda con material noble (ladrillo o bloque de cemento), cuenta con abastecimiento de agua, desagüe y alumbrado eléctrico. Finalmente, en cuanto al equipamiento de la casa, es interesante encontrar que el 70.4% dispone de tres artefactos y equipos como radio, televisor, lavadora, computadora, etc. Como complemento a los datos anteriores, de acuerdo a las cifras del Mapa de Pobreza de FONCODES (2007)99 , Los Olivos se ubica en el quintil 5 (donde 1 es el más pobre y 5 el menos pobre) y el IDH (Índice de Desarrollo Humano) es de 0.7061. En la siguiente página presentamos un cuadro comparativo con algunos distritos que conforman Lima Norte y algunos otros distritos de la capital. Lo que resulta interesante es que el IDH de los Olivos supera a casi todos los distritos de la zona Norte (con excepción de SMP) e incluso es superior a otros distritos tradicionales de Lima como Breña y Chorrillos. Esto nos revela que se trata en conjunto de un distrito con indicadores bastante alejados de la pobreza. 98 Diario Gestión: http://gestion.pe/noticia/373595/capeco-precios-viviendas-lima-callao-seguiran-subiendo 99 Mapa de Pobreza FONCODES http://www.foncodes.gob.pe/mapapobreza/docs/MAPA_DE_POBREZA_2007.xls 62 CUADRO COMPARATIVO DE POBREZA DISTRITAL SEGÚN FONCODES Adaptado del “Mapa de Pobreza distrital” FONCODES 2007 http://www.foncodes.gob.pe/mapapobreza/docs/MAPA_DE_POBREZA_2007.xls Distrito Población 2007 % poblac. Rural Quintil 1/ % poblac. sin agua % poblac. sin desag/letr. % poblac. sin eletricidda % mujeres analfabetas % niños 0-12 años Tasa desnutric. Niños 6-9 años Indice de Desarrollo Humano CHORRILLOS 286,977 0% 4 11% 3% 2% 3% 22% 6% 0.7021 CIENEGUILLA 26,725 1% 3 42% 4% 14% 8% 23% 8% 0.6753 COMAS 486,977 0% 5 6% 2% 2% 3% 22% 6% 0.6987 EL AGUSTINO 180,262 0% 4 4% 2% 3% 5% 23% 9% 0.6902 INDEPENDENCIA 207,647 0% 4 4% 3% 3% 4% 22% 7% 0.6995 JESUS MARIA 66,171 0% 5 0% 0% 0% 1% 14% 1% 0.7690 LA MOLINA 132,498 0% 5 1% 0% 0% 1% 17% 3% 0.7356 LA VICTORIA 192,724 0% 5 2% 1% 1% 2% 19% 6% 0.7308 LINCE 55,242 0% 5 0% 1% 0% 1% 14% 3% 0.7518 LOS OLIVOS 318,140 0% 5 2% 1% 0% 2% 21% 4% 0.7061 PUENTE PIEDRA 233,602 0% 3 24% 11% 8% 5% 26% 9% 0.6726 SAN JUAN DE LURIGANCHO 898,443 0% 4 10% 4% 6% 4% 23% 7% 0.6845 SAN JUAN DE MIRAFLORES 362,643 0% 4 6% 2% 4% 4% 22% 7% 0.6933 SAN MARTIN DE PORRES 579,561 0% 5 11% 1% 2% 2% 21% 4% 0.7090 VILLA EL SALVADOR 381,790 0% 4 14% 2% 6% 4% 25% 8% 0.6905 MAPA DE POBREZA DISTRITAL DE FONCODES 2006, CON INDICADORES ACTUALIZADOS CON EL CENSO DEL 2007 63 Con respecto a los niveles socioeconómicos (NSE), de acuerdo a los datos de APOYO, Los Olivos tendría un total de 409 manzanas situadas en el nivel “B” muy superior a los demás distritos de Lima Norte y el NSE “E” es el más bajo de todos, como podemos apreciar en el siguiente cuadro: Distrito Número de manzanas por NSE predominante NSE A NSE B NSE C NSE D NSE E Lima Norte 10 994 7744 7379 3535 San Martín de Porres 1 237 2324 1235 224 Comas 0 82 2329 904 545 Los Olivos 2 409 836 596 446 Puente Piedra 0 7 203 1744 1199 Carabayllo 0 40 839 1777 702 Independencia 1 50 895 492 481 Ancón 3 87 204 562 211 Santa Rosa 3 82 114 69 57 Fuente: APOYO Perfiles Zonales de la Gran Lima 2009 Si vemos la distribución porcentual, encontramos que en Los Olivos el NSE “B” alcanza el 20.9% de las manzanas, claramente mayor al de los demás distritos de Lima Norte y registra al más bajo % de la población total de Lima Norte en el NSE “E” Distrito Distribución porcentual de manzanas de vivienda por NSE predominante, según distrito NSE A NSE B NSE C NSE D NSE E Lima Norte 0.1% 5.1% 39.4% 37.5% 18.0% Ancón 0.3% 8.2% 19.1% 52.7% 19.8% Carabayllo 0.0% 1.2% 25.0% 52.9% 20.9% Comas 0.0% 2.1% 60.3% 23.4% 14.1% Independencia 0.1% 2.6% 46.6% 25.6% 25.1% Los Olivos 0.1% 20.9% 42.7% 30.4% 5.9% Puente Piedra 0.0% 0.2% 6.4% 55.3% 38.0% San Martín de Porres 0.0% 5.9% 57.8% 30.7% 5.6% Santa Rosa 0.9% 25.2% 35.1% 21.2% 17.5% Fuente: APOYO Perfiles Zonales de la Gran Lima 2009 64 Entonces, ¿estaríamos frente a un distrito que ya ha salido de la pobreza y ahora es de clase media? Si cruzamos esta información con los resultados de la encuesta de Arellano Marketing encontramos que cerca de la mitad de los encuestados a nivel general, se ubicaba dentro de la clase media (49.3%). Esto resulta particularmente relevante, si tenemos en cuenta que más de la mitad de la población peruana se encuentra aún en condiciones de pobreza, aunque según el INEI, las cifras han caído en los últimos años100 . Sin embargo, la autopercepción de la mayoría de personas es que se pertenece a la clase media. Si vemos las cifras diferenciadas por zonas de Lima, se obtienen resultados interesantes, pues es Lima Norte quien concentra, luego de Lima Centro, la mayor cantidad de personas que se consideran como “clasemedieros” De este modo, de acuerdo a los resultados de la encuesta de Arellano, más de la mitad de la población de Lima Norte (52.9%) se considera a sí misma como de clase media. Si contrastamos esta autopercepción con los resultados anteriores, es posible afirmar estadísticamente que Los Olivos es un espacio en el que se han activado procesos de movilidad social ascendente. Pero, ¿de qué manera se han generado estos procesos de movilidad social? ¿cómo se han desplegado las distintas estrategias de movilidad social en las familias? 100 Informe técnico INEI (2007): http://www.onu.org.pe/Upload/Noticias/inei_pobreza2007/Informe_Tecnico_Pobreza2007.pdf ¿A qué clase social pertenece usted? VS Limas 29.3% 57.5% 13.3% 100.0% 2.9% 5.8% 1.3% 10.1% 7.9% 61.8% 28.9% 1.4% 100.0% 2.3% 18.0% 8.4% .4% 29.2% 43.3% 50.6% 6.2% 100.0% 9.8% 11.4% 1.4% 22.6% 52.9% 40.0% 7.1% 100.0% 12.8% 9.7% 1.7% 24.2% 41.5% 46.8% 11.7% 100.0% 5.8% 6.5% 1.6% 14.0% 2.3% 49.3% 41.9% 6.5% 100.0% CALLAO LIMA CENTRO LIMA ESTE LIMA NORTE LIMASUR Limas Total alta media baja muy baja ¿A qué clase social pertenece usted Total 65 2.9 Saliendo de la pobreza: la movilidad social y la nueva clase media emergente en Los Olivos Como hemos señalado anteriormente, fue la clase media la que impulsó la creación del distrito de Los Olivos, ya que se sentían de alguna manera como “distintos”, profesionales, con una serie de características de progreso y orden que los diferenciaban de los “invasores”, los “otros”, aquellos que habitaban y aún son parte de las zonas más empobrecidas del distrito. Se trataba de migrantes en su mayoría ancashinos que, de acuerdo a Osorio, habían pasado ya por un largo período de integración a la ciudad, pues habían accedido al trabajo y la especialización técnica y profesional. En el campo laboral, eran obreros de las pequeñas industrias de la Lima y otros eran ya consagrados profesionales en distintas áreas. Por ejemplo, en la Urb. Sol de Oro, la Asociación de Propietarios estaba conformada por profesores, abogados, ingenieros, médicos, etc; en la Urb. Las Palmeras eran empleados públicos y bancarios. Por su parte en la CV Villa Los Ángeles, los asociados eran obreros textiles, mientras que en las Urb. Industriales como Infantas y Panamericana Industrial se trataba de pequeños industriales y microempresarios. Como hemos señalado anteriormente, residían en distritos centrales de Lima como La Victoria, Breña, Barranco, Rímac, Surquillo, etc. Eran familias jóvenes, en proceso de crecimiento que habían logrado el acceso a la mayoría de servicios, a diferencia del grueso de los migrantes pobres que habitaban las barriadas más empobrecidas de la ciudad. En palabras de Serafín Osorio, “habían incursionado en los canales de movilidad social ascendente, con aspiraciones de poseer una vivienda propia y construir un escenario urbano”101 101 OSORIO, Serafín “La clase media emergente en el distrito de Los Olivos: ¿de la excepción a la regla”. En: Debates en Sociología Nº 3, 2006 p. 124 66 “Hablando del factor hombre, existía lo que se llama clase media, el hombre de clase media era un tipo trabajador, con aspiraciones de tener una casa, no invadir un terreno, ni meterse, sino comprar, el deseo de comprar una casa, que anteriormente se podía comprar a plazos”102 Esta identidad de clase media logra consolidarse cuando agrupados en las Asociaciones de Propietarios, deciden proponer una separación de SMP y formar un nuevo distrito que sea símbolo de su progreso y movilidad social ascendente: Los Olivos. Sin duda, la clasificación por niveles socioeconómicos se toma como un indicador para ubicar a las familias, pero es claro que esto no resulta suficiente para comprender todo un proceso de movilidad social. Existe un ámbito más cualitativo que implica entrar en el terreno de las distintas estrategias que las familias ponen en marcha para salir de la condición de pobreza. Entonces, de qué manera es que se ha dado este salto de una condición pobre hacia una de clase media? En otras palabras, ¿cómo se han dado los procesos de movilidad social ascendente? ¿qué estrategias se han desplegado en este tránsito? U Urb. Los Jazmines103 Parroquia en Urb. Las Palmeras 102 Extraído de la tesis de OSORIO, Serafín “La formación del espacio urbano y la constitución de una clase media emergente: El caso del distrito de Los Olivos en el Cono Norte de Lima” Tesis (Mg.) Sociología. Lima: PUCP, 2005 p. 122 103 Imágenes tomadas de: http://www.losolivosperu.com/galeria.asp?p=1 67 Capítulo III Presentación y análisis de los casos de movilidad social En este capítulo presentaremos los estudios de caso de las cinco familias seleccionadas en el distrito de Los Olivos104 . Se trata del análisis de las historias de vida de cada una de estas familias alrededor de las distintas estrategias y sus combinaciones en las trayectorias de movilidad social. El primer caso corresponde a la familia Gallardo. Se trata de una familia ancashina, del caserío de Humanhuauco, que está conformada por los dos padres y sus nueve hijos. Los padres son campesinos quechua-hablantes que se dedican a la agricultura y ganadería en las pequeñas tierras que tienen en su pueblo. No estuvieron sometidos al régimen de hacienda ni trabajaron como servidumbre para otras personas. Desde pequeños sus hijos ayudaban a sus padres en el trabajo agrícola para la subsistencia bajo las rutinas del trabajo colectivo y solidario entre los parientes y vecinos. En este sentido, valores como la honradez, responsabilidad y el ahorro fueron el gran legado de los padres para los hijos. Sin embargo, debido a las escasas oportunidades que existían para el desarrollo a través de la educación, los hijos deciden migrar hacia la ciudad de Lima en busca de mejores horizontes. En este camino, tres de ellos deciden juntarse y fundar la escuela que se convertiría, años más tarde, en el gran proyecto que activaría el proceso de movilidad social ascendente. En esta familia se entrevistó a los tres hermanos Gallardo y a dos de los miembros de la tercera generación. El segundo caso, corresponde a la familia Delgado. Se trata de una familia nuclear que vive en la Urb. Angélica Gamarra de León Velarde. La primera generación, de parte de madre, se educaron como maestros y vivieron en Lima. De parte de padre, vivieron en Jauja y se dedicaban a los pequeños negocios y luego se trasladaron a Lima. En ambos casos, la aspiración para los hijos siempre fue el desarrollo personal y la formación profesional. Así, los Delgado lograron una carrera profesional en la UNMSM y compraron una vivienda en Los Olivos. Para el hijo del matrimonio, la meta siempre fue la educación superior y los estudios en el extranjero. En este sentido, el hijo estudió en la PUCP y 104 Para la presentación de las familias se han usado apellidos ficticios, debido a que las cinco escogidas prefirieron guardar el anonimato. g 68 trabaja como docente en esa universidad. A diferencia de los demás casos, esta familia no fundó una empresa o proyecto familiar para salir de la pobreza, porque la primera generación no fue pobre. Sin embargo, resulta muy ilustrativo, ya que nos muestra la diversidad de trayectorias en las familias olivenses. En esta familia se entrevistó a los esposos Delgado y a su único hijo. El tercer caso corresponde a la familia López. Ellos son originarios del distrito de Cochabamba, provincia de Huaraz, en el departamento de Áncash. Los padres de Mario y Julia son campesinos quechua-hablantes que se dedican a la agricultura y el pastoreo en su pueblo de origen. Como lo relatan, sus padres siempre fueron trabajadores y les enseñaron que solo con el trabajo esforzado y constante se podría salir adelante. Con este activo, los esposos aún muy jóvenes, deciden migrar a Lima en busca de mejores oportunidades. Es aquí que logran construir un taller de confección textil, que sería el gran proyecto de movilidad social ascendente. La tercera generación, está conformada por los tres hijos, dos de los cuales trabajan para la empresa familiar y aseguran que esta continuará con su aporte. En esta familia se entrevistó a los esposos López y a la hija mayor de la pareja. El cuarto caso corresponde a la familia Ortiz, quienes son originarios del caserío de Uchusquillo, en la provincia de Carlos F. Fitzcarrald, en el departamento de Áncash. Sus padres son campesinos quechua-hablantes que se dedican a las labores agrícolas y de pastoreo en su pueblo de origen. De acuerdo a la madre, sus padres desde pequeña siempre le decía que tenía que esforzarse y trabajar para salir adelante. Del mismo modo, el padre relata que sus padres también trabajaban constantemente y se apoyaban colectivamente con los familiares. Ambos migran hacia Lima en diferentes momentos y luego se comprometen y logran construir un restaurant propio. La tercera generación, a diferencia de los demás casos, no logra educarse profesionalmente y se integra al restaurant familiar. En esta familia se entrevistó a los esposos Ortiz y a uno de sus hijos. El quinto y último caso, corresponde a la historia de vida de los hermanos Martínez, originarios del caserío de Uchusquillo, en la provincia de Carlos F. Fitzcarrald, departamento de Áncash. Sus padres fueron campesinos quechua-hablantes que se dedicaban a la agricultura y labores de pastoreo en su pueblo de origen. Como ellos señalan, fueron sus padres quienes les transmitieron que solo estando juntos y unidos 69 lograrían salir adelante. Así, en diferentes momentos, los hermanos deciden migrar a Lima y tres de ellos se juntan para construir un proyecto colectivo: la fábrica textil. La tercera generación, se ha formado profesionalmente y algunos de los hijos colaboran de manera cercana con la empresa. En esta familia se entrevistó a dos de los hermanos Martínez y dos de los miembros de la tercera generación. Finalmente, presentamos el mapa político del departamento de Ancash105 y la ubicación de las provincias de las que provienen nuestras familias entrevistadas. 105 Imagen tomada del siguiente link: http://wiki.sumaqperu.com/es/Archivo:Mapa_ancash Los caseríos de Humanhuauco y Uchusquillo pertenecen a la provincia de Carlos F. Fitzcarrald (Familias Gallardo, Ortiz y Martínez) El distrito de Cochabamba pertenece a la provincia de Huaraz (Familia López) MAPA POLÍTICO DEL DEPARTAMENTO DE ANCASH 70 LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN EN EL PROCESO DE MOVILIDAD SOCIAL EL CASO DE LA FAMILIA GALLARDO Orígenes y llegada a la capital Todos los hermanos nacieron en el pueblo de Humanhuauco, caserío ubicado en la provincia de Carlos F. Fiztcarrald, departamento de Ancash. Sus padres, la primera generación, se comprometieron en el año 1952, cuando ella tenía 15 años y él 28. En este contexto, tal como señala Manrique (1995), se rompió la relación hombre-suelo y el crecimiento de la población rural generó una insuficiencia de la tierra disponible para sostener a los nuevos habitantes. Esto trajo consigo la denominada crisis del agro y con ella se activaron las grandes oleadas migratorias que años más tarde cambiarían la naturaleza de la sociedad peruana106 . En este escenario, en el año 1956, el padre decide salir hacia la ciudad de Lima buscando mejores oportunidades. Ya en la capital, la economía nacional atravesaba por un proceso de transformación y emergían nuevos grupos empresariales a la vez que crecía el proletariado fabril. En este contexto, el padre es empleado como obrero en la fábrica “ALAMBRESA” hacia fines de la década de los cincuenta. Sin embargo, él no tenía pensado quedarse definitivamente en la capital y regresaba siempre a su pueblo de origen, donde vivían su esposa e hijos. Sin embargo, en el año 1968, inicio del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, la hija mayor, Bernarda, llega junto a su padre a la capital. Ya en Lima, el padre le consigue un trabajo como ayudante en un restaurant y dos años más tarde conoce a Daniel (su esposo actual) y se comprometen formalmente en el año 1972. Ambos eran del mismo pueblo y sus padres eran viejos amigos y “paisanos”. Sin embargo, Daniel tenía mayor edad y experiencia en Lima, ya que desde adolescente había trabajado como obrero en constructoras como “Graña y Montero” y como electricista en la fábrica “La Unión” (desde 1960). Es decir, tanto el padre de Bernarda como su esposo fueron obreros en las nacientes industrias limeñas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado. En palabras de Peter Klarén, la tendencia hacia la urbanización como resultado de las grandes migraciones del campo a la ciudad implicaron una presión sobre el Estado para que 106 MANRIQUE, Nelson “Historia de la República” Lima: COFIDE, 1995 p. 267 71 estimulase la industrialización y, de este modo, se crearan oportunidades de empleo para las masas recién llegadas a Lima.107 En este contexto, los esposos Bernarda y Daniel, deciden comprar una casa en el año 1975, a la altura de la cuadra 5 de la Av. Colonial, en el Cercado de Lima, ya que el trabajo del esposo estaba muy cerca de allí (la Plaza Dos de Mayo). Esta pareja se convertirá posteriormente en la familia tronco para los demás hermanos Gallardo. Es así que la segunda hermana, Yanet, llega a Lima el año 1976 y es hospedada en la casa de la hermana mayor. Luego, a partir del año 1979, los hermanos Florencio, Rita, Pablo y Héctor salen de su pueblo en busca de mejores oportunidades. Al inicio, las hermanas mujeres empiezan trabajando como empleadas domésticas en algunas casas de San Isidro, Lince y Magdalena. Posteriormente, como veremos más adelante, tres de los hermanos (Yanet, Rita y Héctor) deciden culminar sus estudios secundarios e iniciar una carrera profesional apoyados económicamente por su hermana Bernarda y el esposo de ésta última (la familia tronco). Como hemos visto, la crisis que se vivía en el campo impulsó al padre y luego a sus hijos a dejar el pueblo de origen. Además, tenían la aspiración de convertirse en profesionales, ya que tenían ejemplos importantes en la familia: “Buscábamos superación profesional, teníamos animales, chacras en la sierra, pero teníamos un tío que se hizo abogado y otro que se hizo odontólogo, el primero del Callejón de Conchucos. Teníamos esa mentalidad, ¿no? Por qué nosotros no podíamos ser como ellos, tuvimos un sueño, y cuando terminamos secundaria vinimos a Lima” (HG) Esto nos revela que, a pesar de que los padres eran muy pobres, tenían dos parientes que habían logrado una carrera profesional y, de alguna manera, se convertían en el referente más inmediato para la imitación. En otras palabras, se aspiraba a alcanzar esas profesiones a manera de una “imitación virtuosa”. Y es así como tres de los hermanos Gallardo escogieron la docencia como una carrera profesional. En la época del general Odría, la educación en el Perú había experimentado un proceso de expansión. De acuerdo a Klarén, en el año 1950 el gasto en el sector 107 KLARÉN, Peter “Nación y Sociedad en la historia del Perú” Lima: IEP, 2004 p. 385 72 alcanzaba solo al 1.6% del PNB y el 14% del presupuesto general, mientras que una década más tarde subieron a 2.6 y 18.3%, respectivamente. Además, la expansión de la clase media y la presión de los grandes grupos migrantes había generado una gran demanda pública de la educación a todo nivel.108 Para los hermanos este contexto fue importante para que decidieran seguir educación. Junto a lo anterior, relatan algunas razones personales: “Cuando en nuestra tierra allá, anteriormente los profesores a los alumnos nos castigaban. A golpes. Entonces dije que algún día quiero ser profesora pero no quiero ser así. Y eso mi sueño se cumplió” (Yanet) “Esta vocación me nace desde la infancia, desde pequeña en la sierra. A mí me gustaba jugar a ser la profesora, imitando a los profesores. Con su pizarra, tradicional, pero allá no había nada para progresar, yo veía que profesores terminando su secundaria nomás enseñaban y a mí me daba vergüenza. Qué cosa les va a enseñar? Por eso me vine, para estudiar acá” (Rita) Como vemos, los hermanos tenían grandes deseos de convertirse en maestros, ya que veían que la educación se impartía a través del miedo y el castigo. Sin embargo, no tenían los medios económicos para realizar esos deseos. No obstante, sí contaban con el respaldo de la familia de la hermana Bernard. Como hemos relatado, la casa de la hermana mayor (BG) en el Cercado de Lima, se convirtió en el primer núcleo de acogida de los hermanos menores. Siguiendo a Jorge Osterling (1980)109 en su estudio sobre los huayopampinos, esta sería una “familia tronco” que sobresalió por su hospitalidad y ayuda a los distintos hermanos que migraron desde las áreas rurales a la capital. Según el autor, estas familias pertenecían a los estratos socioeconómicos más bajos de la ciudad, pero que, a pesar de las enormes dificultades, contrarrestaban esta pobreza apoyando a sus parientes para su inserción en la ciudad. Y en el caso de los Gallardo, además de brindarles hospedaje y comida, la hermana mayor y su esposo pagaron los estudios universitarios de Yanet (1984-1989), Rita (1985-1990) y Héctor (1991-1995) en la universidad Garcilaso. 108 KLARÉN, Peter “Nación y Sociedad en la historia del Perú” Lima: IEP, 2004 pp. 404-405 109 OSTERLING, Jorge “De campesinos a profesionales. Migrantes de Huayopampa en Lima”. Lima: Fondo Editorial PUCP, 1980 p. 84 73 “Nuestros padres de chicos siempre nos decían que todos los hermanos debemos estar unidos para salir adelante. Todos debemos ayudarnos, cuando algún hermano esté mal pues hay que apoyarlo, darle comida, un techo para vivir. Ellos no eran nada, pero en su escasez nos decía que teníamos que ser solidarios, dar la mano al que lo necesita. Solo así, saldremos, si de repente hay que ahorrar y dejar de comprarse ropa, pues hay que hacerlo. De falta de ropa no te vas a morir pero sí te puedes morir de hambre, así que había que juntarnos todos para salir adelante” (Héctor) “Sí, los padres fueron importantes. En la sierra uno los ayudaba en la chacra, llevando productos para intercambiar, cuidando los animales, así fue nuestra infancia. Ellos nos decían, todos juntos, todos debemos cooperar cuando falta el dinero, cuando no hay, se come todos un pedacito, de una manzana, todos compartimos, comemos un poquito. Pero también sabíamos que así no nos podíamos quedar. Teníamos que salir de ahí, queríamos estudiar como nuestros tíos lejanos que fueron profesionales. Teníamos esa aspiración, pero para eso debíamos ir a Lima. Felizmente acá estaba ya nuestra hermana para que nos ayude y nuestro papá que siempre venía y viene hasta ahora a visitarnos”. (Rita) “En la casa de Bernarda compartíamos y siempre nos ayudábamos. Dormíamos de a tres, así porque no había espacio, pero para darnos la mano entre hermanos, a veces la comida faltaba pero siempre compartíamos, aunque sea un poquito, pero teníamos que ahorrar para pagar la universidad. Mi hermana nos pagó para qué ella nos ayudó, siempre muy buena y solidaria. Pero para eso nosotros teníamos que estudiar fuerte, no podemos defraudarle decíamos, tenemos que corresponder, nos da comida, techo y nosotros tenemos que ser buenos”. (Yanet) De esta manera, los hermanos Gallardo se formaron como docentes gracias al apoyo de la red familiar extendida en la ciudad por la hermana mayor. Sin embargo, sabían que no podían quedarse permanentemente en casa de Bernarda, por lo que deciden empezar su propio proyecto: “Yo cuando me vine aquí llegué a donde mi hermana y mi cuñado, les doy las gracias a ellos. Los demás mis hermanos yo decía que debo estar junto con mis hermanos, y necesitábamos un lugar para vivir. Para que no te humillen, que tu cuñado de repente se 74 incomode. No es lo mismo que tu casa. Entonces eso decía. Yo decía conseguir terreno era mi objetivo. Por intermedio de mi hermana Bernarda, había un señor que tenía un terreno acá, allá hay terreno, pero es una invasión, pero hay que pelear, pero si quieren yo les voy a buscar, nos dijo” (Yanet) Como vemos, este proyecto no fue una apuesta individual, sino de todos los hermanos. Sin embargo, como se trataba de una invasión en un barrio marginal, la situación no fue sencilla, pues la difícil coyuntura sociopolítica que vivía el país en esos años también fue un limitante importante, ya que a fines de la década de los ochenta, la subversión ya había alcanzado la capital y con mayor fuerza en las zonas periféricas de la ciudad. “Este terreno era un desastre, no había agua ni luz y mucho 'terruco' había. Prendían así la hoz y el martillo y uno sabía que eran 'terrucos', pero te callabas nomás y nosotros teníamos miedo. En ese grupo estaba el secretario general del AA.HH, que era de Ancash y asaltaban camiones llenos de víveres en la Panamericana Norte. Un día cocinamos nosotros en olla grande y nos decían 'uy hace tiempo que no comíamos así un caldito rico', así de difícil fue la situación” (Rita) A pesar de ello, los hermanos deciden poner en marcha el que sería el gran proyecto que impulsaría la movilidad social: la escuela familiar Fundación del proyecto familiar: La Escuela Como hemos visto, tres de los hermanos Gallardo lograron estudiar la carrera de educación apoyados por sus familiares y alentados por la expansión que había experimentado la educación en los años cincuenta. Sin embargo, con la caída del gobierno militar y los períodos de Belaúnde y García, la educación pública fue abandonada. Ya en los años noventa, la crisis política y económica obligó a los hermanos Gallardo a buscar la manera de enfrentar estas dificultades: 75 “Bueno, éramos tres hermanos docentes, la idea sale de mi hermana Yanet. ¿qué hacemos nosotros? Sabíamos que había material humano, había buena población de los chicos, aquí en esta zona que era pues marginal. Faltaba organizar y el presupuesto para levantar la infraestructura” (Héctor) “Veía la necesidad del pueblo, porque no habían colegios. Les dije a mis hermanos vamos a poner colegio. Empezamos con Jardín. Luego empecé a construir mi casa. Primero teníamos con adobe, después conforme íbamos avanzando.” (Yanet) “Pensábamos y decíamos, ¿qué negocio ponemos? Nosotros éramos profesores, no sabíamos hacer otra cosa, así que mi hermana dijo escuela, entonces dijimos ponemos colegio para ayudar a nuestros niños de aquí que son pobres, pero también a nosotros nos va a ayudar” (Rita) Estos testimonios nos revelan el deseo que los hermanos tenían de construir una escuela, considerando la escasez de centros educativos en la zona y la necesidad de los niños por acceder a la educación. Sin embargo, el proceso no fue automático, ya que uno de los grandes problemas que tenían que afrontar era el económico. No obstante, hicieron todo el esfuerzo posible por construir una pequeña infraestructura con adobes en un terreno que les cedieron, producto de una invasión: “Un señor nos prestó el terreno, como familia nos prestó y ahí empezamos, como el no vive en Lima a nosotros nos ha facilitado, nosotros compramos más allá en la esquina, pero esto era invasión, igual se hizo traspaso” (Rita) Nuevamente, al igual que cuando ellos decidieron seguir una carrera profesional, el papel de la red familiar resultó clave para construir la escuela. Una de las hermanas, Rita, relata que su papá (que como vimos fue obrero en la fábrica “ALAMBRESA”) los apoyó económicamente con los materiales para empezar con la construcción del colegio en el año 1991. De esta manera, poco a poco la escuela iba tomando forma: “Así bien 'tarrajeadito' y bien pulidito el piso empezamos a trabajar, luego, se le puso un letrero que decía “Colegio Particular” con un pequeño grupo de alumnos. Mis hermanas empezaron a ayudarnos, cocinábamos en una sola olla, todos juntos para que alcance la 76 plata y cobramos 30 soles nomás, y teníamos 70 alumnos así. Y no había baño, con un silo nomás” (Rita) Así, se inició la escuela a principios de la década de los noventa. Ellos mismos eran los maestros y ya para el año 1994, se derribó la construcción de adobe y se inició la construcción con material noble. Posteriormente, en el año 1996, el colegio se oficializó con el nombre de “Pedro Pablo Atusparia”, más que ilustrativo para ellos. Héctor, nos cuenta por qué se eligió este nombre: “Bueno, teníamos conocimiento que era persona muy humilde, ancashino, no era profesional, pero una parte de la ciudad de Huaraz, allí nació. En su época lideró a una cierta cantidad de campesinos, era una autoridad y dentro de ello ocurre la Guerra con Chile y habían quedado un grupo de chilenos y a él lo amenazan porque defendía los intereses de la clase pobre. Porque en esa época había el trabajo gratuito y lo toman prisionero y la historia dice que en la Plaza de Armas de Huaraz le cortan su cabello como humillación” Sin duda, en el relato de Héctor se revela una inevitable comparación con la situación de los hermanos cuando aún se encontraban en la sierra. Como señalamos anteriormente, ellos tenían el deseo de superación, a pesar de que ello implicara luchar contra la adversidad, tal como lo hizo Pedro Pablo Atusparia: “este hombre era justo, buscaba la igualdad así como nosotros”. Por estas razones, los hermanos estuvieron de acuerdo en que la escuela debía llevar su nombre: “¿Y nosotros qué hacemos acá en Lima? Bueno, nosotros hemos venido de la Sierra y tenemos que organizar algo para ayudar a los demás. Y como acá en esta zona habían niños de ahí nace nuestra idea” (Héctor) 77 De este modo, la escuela representa el gran proyecto que ellos lograron como familia y fue gracias a él que mejoraron su vivienda y educaron a sus hermanos menores. De una casa de adobes y esteras, pasaron a una de material noble, en la que actualmente residen. La escuela también pasó por distintas etapas, primero fue un pequeño Jardín de niños (1993) y luego fue incorporando el nivel primario y hoy en día ofrece los tres niveles: Inicial, Primaria y Secundaria. Los hermanos fundadores Yanet, Rita y Héctor fueron los primeros profesores en la escuela y aunque ahora contratan maestros externos, debido a que todos ellos trabajan en colegios nacionales a tiempo parcial, siguen vinculados a la escuela, pues reconocen que si bien no genera grandes utilidades, es una ayuda a la comunidad y también a ellos mismos. La tercera generación: la base sigue siendo la escuela familiar Por su parte, la tercera generación no es ajena a este proyecto, puesto que todos los hijos de los hermanos Gallardo, incluso aquellos que no viven en Laura Caller, estudian o han estudiado en la escuela familiar: “Ahora tengo mis sobrinos, que estudiaron acá y que ahora son universitarios. Ellos ya tienen otra idea, dan su aporte con otras ideas innovadoras, con más cultura, para el cambio” (Yanet) 78 “Yo estoy terminando Derecho. La verdad toda la familia ha estudiado acá en la escuela. Nosotros con algunos primos mayores siempre ayudamos acá. A veces mi primo sugería que se pongan más computadoras, o DVD’s en los salones para que la educación que brindamos aquí se alinee a la tecnología que está imperando en el mundo” (Pablo) “Sí, yo ayudo también aquí en mis ratos libres, de hecho siempre tienen que haber mejoras, que se contraten maestros capacitados, que haya mejor infraestructura cada día. Esa es la idea, nosotros sabemos del esfuerzo con el que nuestros tíos construyeron la escuela. Se sacrificaron bastante y creo que hay que respetar ese trabajo, tenemos que seguir más adelante” (Javier) Si bien los hijos de algunos de los hermanos mantienen un vínculo cercano con la escuela familiar, sus proyectos a futuro estarían lejos de ésta. Al preguntarle a Héctor, si animaría a sus hijas a estudiar educación como carrera profesional, esto fue lo que me dijo: “Bueno…por mí no, no tanto por cuestión económico, sí ha variado un poco, porque el gobierno ha destinado mayor salario para los profesores. Pasar a otro sistema, entonces hay una evaluación por niveles. Si a mis hijas les gusta educación, seguirían, pero después otra carrera” Es decir, apoyan la idea de que la tercera generación siga los pasos de ellos, pero no creen que sea suficiente para que sean más exitosos que sus padres, dado que los sueldos de los maestros en la escuela pública están mal remunerados: “Ahora con mis hijas hay que evaluar, hay que hacer una orientación vocacional, cuál es la carrera más factible, con más posibilidad en el campo laboral. En la familia Gallardo, no hay odontólogos ni médicos. Mis sobrinos estudian Derecho, todos. Hoy en día necesitamos presencia de un abogado” (Héctor) 79 Esto nos revela que los padres esperan que los hijos se orienten hacia carreras de tipo más liberal o individualista como Derecho, Medicina, Ingeniería, etc. En este sentido, dos de los miembros de la tercera generación ya son universitarios, uno de ellos estudia Ingeniería Química en la UNI y, la segunda, Derecho en la Universidad Garcilaso. Al preguntarles a los más jóvenes si participan en las reuniones o fiestas costumbristas con los “paisanos” de sus padres ellos señalan que no: “En realidad no vamos, al menos mis hermanos y yo estamos en nuestras cosas, vemos nuestros estudios, en realidad mis papás sí se reúnen siempre con la familia, con sus paisanos. Pero nosotros no, como que ya no nos llama mucho la atención, aunque a veces participamos en una que otra reunión, pero casi nada en realidad” (Pablo) Estrategias familiares de movilidad social Como hemos visto, en la historia de vida de la familia extendida Gallardo, el papel de la red familiar resulta predominante para la movilidad social. En este sentido, las estrategias comunitarias, basadas en las redes de parentesco y de ayuda mutua, se activan en períodos de crisis política y económica, pero continúan hasta el día hoy, en el que las cifras macroeconómicas nos revelan que el país tiene un crecimiento sostenido. En la primera generación, los abuelos impulsan el trabajo comunitario y favorecen las redes de parentesco, pero al mismo tiempo inculcan valores de tipo individual como el progreso personal para cada uno de sus hijos. En primer lugar, como resultado de la crisis del agro y la falta de oportunidades en la tierra de origen, el padre decide migrar hacia la capital a mediados de los años cincuenta y se emplea como obrero en una fábrica industrial de la ciudad de Lima. Luego, en el año 1968, la hija mayor Bernarda le sigue los pasos y llega a la capital a trabajar como ayudante en un restaurant. En este contexto, conoce a su esposo, quien trabajaba como obrero en una industria textil del Cercado de Lima. Como hemos señalado anteriormente, la coyuntura de los años sesenta en nuestro país se caracterizó por una expansión del estado y los servicios impulsados desde el primer período de Belaúnde. Esto tuvo mayor énfasis cuando ingresó el gobierno de las fuerzas armadas con el general Juan Velasco Alvarado y promovió el modelo de 80 industrialización por sustitución de importaciones (ISI). Como señalaba Filgueira, la mayoría de países latinoamericanos impulsaba el modelo de “desarrollo hacia adentro” y como resultado de las grandes migraciones del campo a la ciudad, muchos de ellos fueron empleados como obreros en las industrias nacionales y pasaron a ser parte del gran proletariado fabril. Esto les permitió una acumulación de capital económico que más adelante será clave para el apoyo a sus hijos y, en el caso de Daniel, como cabeza de la familia tronco que sirvió de soporte a los hermanos Gallardo. De modo que gracias a las ganancias de Daniel en la fábrica, los esposos adquieren en 1975 una casa cerca de la Av. Colonial en el Cercado de Lima. Posteriormente, cada uno de los hermanos menores de Bernarda llegarán a Lima y serán hospedados en la casa de la hermana mayor. Así, ellos se convertirán en la familia tronco; apoyarán económicamente parte de los estudios de Yanet, Rita y Héctor en la universidad Garcilaso y les brindarán hospedaje y alimentación, como si fueran sus propios padres. Aquí se seguirá con la tradición y los valores que heredaron de sus padres: el trabajo colectivo, la ayuda entre los parientes, el ahorro y la honradez. De acuerdo a los hermanos Gallardo, la confianza y los valores transmitidos desde sus padres fueron el soporte principal para enfrentar las adversidades y lograr la formación profesional. Gracias a estas conductas de austeridad y colaboración solidaria entre los parientes, tres de los hermanos Gallardo, lograron formarse profesionalmente. De esta manera, en esta trayectoria, se aprecia un proceso de movilidad social ascendente, a través de la educación, de tres de los hermanos Gallardo que, apoyados en la red familiar comunitaria, logran estudiar una carrera profesional. Ahora bien, ellos siguen Educación movidos por una vocación personal, pero también debido a que la coyuntura de los sesenta y setenta impulsó y expandió la educación pública en el país y el escenario para un maestro resultaba interesante. Sin embargo, cuando culminaron sus carreras a fines de la década de los ochenta, el panorama en la educación era sombrío debido a que los gobiernos de Belaunde y García abandonaron completamente el sistema educativo. Y si a ello le agregamos la crisis política que vivía el país como resultado del conflicto armado interno y la crisis económica, la situación era muy tensa. Es en este contexto que los hermanos Gallardo culminan sus carreras y buscan independencia respecto a la hermana mayor, la familia tronco. Gracias a un conocido de 81 la hermana mayor, les alertan sobre la existencia de terrenos en Lima Norte y los tres hermanos Gallardo, invaden un terreno en Laura Caller, en el distrito de Los Olivos (1990). Nuevamente, las estrategias comunitarias resultarán clave para iniciar su propio proyecto, pues con los ahorros de los tres, más el aporte de la hermana mayor, el cuñado y el padre, logran comprar algunos adobes para iniciar una pequeña construcción. Justo en ese momento, inicios de los años noventa, la educación pública atravesaba una difícil situación, mientras ellos eran profesores en colegios estatales y recibían un sueldo muy bajo. Por ello, los tres deciden juntar sus pequeños ahorros y fundar su propia escuela en 1993. El camino recorrido fue desde inicios de los noventa hasta el 2008, es decir, fueron más de quince años en los que el colegio fue construyéndose “paso a paso”. En este tiempo, dos de los hermanos de casaron y sus parejas apoyaron de distintas maneras a la familia. Como todos vivían juntos, se organizaban para cocinar en una olla común y así ahorrar dinero para seguir construyendo la escuela. Sabían que estando juntos las posibilidades de enfrentar y superar las carencias se incrementarían, por lo que ahora reconocen que cada uno de ellos y sus esposas o esposos contribuyeron a que la escuela se forme y consolide. Ya en el 2007, la escuela ofrece los tres niveles educativos, pero los hermanos necesitaban generar mayores ingresos, pues la familia iba en aumento y la escuela no satisfacía todas las necesidades. Por ello, buscan ingresar nuevamente a la enseñanza pública, empujados por un contexto político atractivo. Con el segundo gobierno de García, luego de múltiples protestas, el año 2007 se consigue la ley de la carrera pública magisterial, que revaloriza la labor del maestro y eleva su remuneración de acuerdo a sus competencias y aptitudes. Por ello, dos de los hermanos, Héctor y Rita, deciden ingresar a esta carrera y dejan el colegio al mando de la otra hermana, Yanet. Si bien esta estrategia sería una apuesta más individual de los hermanos, ellos no se separan y todo lo ganado va para el hogar extendido y el mejoramiento de la escuela, pues tienen planeado seguir ampliándola. En la tercera generación, la red familiar no se debilita; por el contrario, los hijos de los hermanos Gallardo, estudiaron o continúan estudiando en el colegio familiar. Además, viven como una familia extendida, con sus tíos, primos y, esporádicamente, abuelos, dado que estos viven en la sierra y vienen a periódicamente a visitarlos. Asimismo, la familia Gallardo recibe con cierta regularidad las “encomiendas” desde su pueblo de origen. 82 Estas “encomiendas” consisten en productos extraídos de sus chacras como papas, ollucos, ocas, maíz, trigo, etc. De alguna manera, esto significó un gran apoyo para la familia cuando luchaban por fundar su propia escuela y hoy en día se sigue manteniendo. Sin embargo, las estrategias individuales, adquieren mayor peso, dado que los hermanos señalan que sus hijos tienen otras metas, algo lejos de la escuela familiar. Si bien no se opondrían a que sigan la carrera docente, los impulsan a estudiar carreras con mayor proyección en el ámbito laboral, es decir, más lucrativas, como Derecho, Medicina o Ingeniería. En este sentido, como señalamos anteriormente, el hijo mayor de uno de los hermanos se encuentra estudiando Ingeniería Química en la UNI y la otra hija Derecho en la Universidad Garcilaso. Sin embargo, si bien sus metas se orientarían hacia una lógica más individual, nuevamente se permean de un componente comunitario, dado que se espera que la tercera generación continúe con la escuela y se mantengan los lazos sólidos entre los hermanos. Junto a ello, la aspiración de la segunda generación es salir de Laura Caller. Si bien reconocen que es difícil, debido a que el proyecto familiar se encuentra allí, no descartan hacerlo en un futuro para brindarles mayor calidad de vida a sus hijos. Es decir, a la movilidad social ascendente, basada en la predominancia de estrategias comunitarias, se sumaría la movilidad horizontal, en este caso, geográfica que aspira a residir en espacios más consolidados del distrito como, por ejemplo, la Urb. COVIDA. Recordemos que la formación de estas urbanizaciones regulares fue el inicio para la posterior formación del distrito de Los Olivos, marcando una clara diferenciación contra aquellos “invasores” de las zonas más pobres de la ciudad. Así, lo expresa Héctor: “Hemos pensado mudarnos, por los chicos. Queremos mudarnos a COVIDA, porque hay seguridad ciudadana, acá hay mucha delincuencia, personas de mal vivir. Y la misma gente, también es diferente, forma de vida. Mayor formalidad en las viviendas. El grado de cultura de la gente es distinto. Son gente culta, profesional. Por allá la gente mayoría son empresarios, profesionales, más selectos. Queríamos vender la casa, pero no querían comprarnos la casa, nos ofrecían muy poco” Y, sin duda, se trata de profesionales cuyo proceso de movilidad social ha sido ascendente. En este sentido, podemos decir que la educación ha significado para los Gallardo, la movilidad social ascendente, pero de sus relatos se infiere que también la 83 escuela ha significado más que un negocio, una manera de ser reconocidos en la zona, ya que acuden muchos niños sin recursos y los padres ven con agrado su labor: “A nosotros nos tienen confianza. Lo que pasa es que también son niños de bajos recursos, hay problemas, pero tratamos de ayudarlos, los padres siempre están trayendo a sus hijos, hermanos. Siempre hay buenas referencias de nosotros, si fuéramos malos, no habríamos construido todo este colegio, que ha surgido de a poquitos. Hay como una continuidad y nosotros agradecemos que siga así, porque el colegio también sigue creciendo y nosotros queremos continuarlo, que siga también con nuestros sobrinos y hermanos menores” (Yanet) En otras palabras, la figura del maestro como guía y mentor se reproduce también en este espacio. Los hermanos Gallardo son muy reconocidos por los habitantes de su zona y, muestra de ello, es que los padres envían a sus hijos al colegio, de modo que este último sigue creciendo en alumnado y los hermanos mejoran y construyen cada vez más aulas. No obstante, los Gallardo reconocen que todavía el aspecto económico no es muy sólido. Al preguntarles en qué clase social se ubicarían, señalan que al haber sido formados en una carrera profesional serían parte de la nueva clase media. Pero una clase media que se forja basada en estrategias distintas a las clásicas. En este caso de familia extendida, se toma estrategias tanto comunitarias como individuales, que son combinadas con distinto grado de predominancia, de acuerdo a contextos específicos y a la generación, en la que lo comunitario basado en una sólida red familiar adquiere un rol protagónico. Sin embargo, si bien hay una fuerte base comunitaria, es la educación lo que permite la emergencia de un proceso de movilidad social ascendente que parece no detenerse. 84 EL DESARROLLO PROFESIONAL COMO BASE PARA LA MOVILIDAD SOCIAL EL CASO DE LA FAMILIA DELGADO El matrimonio y la llegada a Los Olivos Esta pareja de esposos se conoció cuando ambos eran estudiantes de Educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), en 1970. Ella, Hilda, nació en Lima en el año 1951, pero proviene, por parte de mamá, de Cajamarca y, por parte de padre, de Mala (Cañete). Él, Alberto, nació también en Lima, pero se trasladó muy pequeño a Jauja (Junín), de donde era su madre; mientras que su padre era de Ancash. Hilda, vivió siempre en Lima junto a sus hermanos, a diferencia de él que pasó toda su infancia y adolescencia en Jauja, pero al terminar la secundaria regresó a la capital. Era el año 1967 y ella tenía 16 años y él 20 cuando ingresaron a la UNMSM a estudiar Educación. En este contexto, la educación era altamente valorada como carrera profesional y un año más tarde, con el gobierno de Velasco Alvarado, se impulsó con mayor fuerza el desarrollo de la educación pública. Así, ambos se conocieron en las aulas e iniciaron una gran amistad que, años más tarde, culminaría en matrimonio. Él decidió cambiar de especialidad y se mudó a Derecho, mientras que ella terminó Educación e hizo una segunda especialidad en Psicología. Según ella, la atracción surgió luego de que ambos empezaran a trabajar y, finalmente, en el año 1980 se casaron. Como es esperable, una de sus principales preocupaciones como pareja recién casada fue escoger la casa: “Cuando nos casamos en 1980, buscábamos un lugar donde vivir y el hermano de mi esposo tenía una casa cerca de aquí y como él estaba en el extranjero, nos cedió su casa para vivir y de pronto vimos que habían terrenos y casas en venta y como estábamos cerca, vinimos, miramos y decidimos comprar esta casa. Yo trabajaba por un colegio aquí cerca en COVIDA y fue también por eso que decidimos vivir por acá” 85 De manera que fue gracias al hermano de Alberto que llegaron a Lima Norte, pues antes ella vivía en Breña y él en el Cercado de Lima. Además, Hilda empezó a enseñar en un colegio de la Urb. COVIDA, por lo que le la zona le resultaba cómoda para su traslado. Su esposo también coincide en que fue por su hermano que decidieron ir hacia Los Olivos, pero recuerda que él tenía aspiraciones de comprarse una casa en las zonas más consolidadas de Lima: “Nosotros llegamos accidentalmente acá, yo quería comprarme casa en San Borja, Surco, los terrenos estaban botados por ahí en esa época, yo quería una zona media pituca, pero mi hermano compró una casa en el primer programa del Cono Norte en la Urb. Las Palmeras” Del mismo modo, Alberto recuerda que cuando ellos decidieron comprar la casa se inscribieron dentro de la Cooperativa de Vivienda: “Había un inversionista era León Velarde, ellos eran los propietarios de toda esta zona y su esposa, Angélica Gamarra de León Velarde. Esta es una Cooperativa de Vivienda, se compró el terreno y se le puso el nombre de la señora hacendada. Mi hermano compró una casa ahí y se fue al extranjero y así nos vinimos como para cuidar la casa.” Como vimos en la historia de la formación de Lima Norte y Los Olivos, la Cooperativa de Vivienda fue una modalidad de compra de casas a través de una asociación de vecinos. La condición principal para acceder a esta modalidad era el respaldo económico, que en el caso de los Delgado existía, ya que ambos se encontraban trabajando en sus respectivas profesiones (profesora y abogado). Como relata el padre, se reunían fondos de todos los asociados y cada año una de las familias recibía su lote. En otras palabras, podríamos considerar que la adquisición de una vivienda bajo la CV, suponía un tipo de estrategia comunitaria, ya que gracias a la alianza y cooperación entre un grupo de vecinos se lograba tener la casa propia. Y esta estrategia comunitaria es más importante en los Delgado, pues el padre fue presidente de la cooperativa entre los años 1980-1995. Durante su período, ayudó a sus otros hermanos en la compra de sus viviendas a través de esta modalidad “Nosotros compramos esta casa a través de la CV, era una manera colectiva de apoyo entre los vecinos. Se aportaba cierta cantidad y así con los demás aportes de los asociados, cada año le tocaba a alguien su casa. Así, se rotaba. Yo también fui 86 presidente de la cooperativa de acá cerca de 15 años, luego ya salí porque no le vi mayor sentido a que siga funcionando. Pero durante este tiempo ayudé a mis hermanos a que saquen también su casa, creo que es una manera de ayuda y conoces diferentes personas” (Alberto) De este modo, la familia Delgado adquiere una vivienda en el año 1980 con la Cooperativa de Vivienda “Angélica Gamarra de León Velarde”, cuando todavía esta CV pertenecía al distrito de SMP. Al año siguiente (1981), nace su primer y único hijo, Gabriel. En este contexto, se activan las luchas por la separación de SMP y la creación de un nuevo distrito, pero en las que los Delgado no tuvieron participación. “No sabemos exactamente cuándo nació los Olivos, creo que fines de los ochenta. Pero no tuvimos ninguna participación dentro de la creación del distrito. Simplemente, luego esto pasó a ser Los Olivos” (Hilda) Movilidad Social: un pequeño tránsito ascendente por la educación En la familia Delgado, la movilidad social adquiere características distintas a las demás familias del estudio. En este caso, la primera generación, Hilda y Alberto, logró educarse. En el caso de ella, sus padres eran maestros y, aunque perdió a su progenitor cuando era pequeña, su madre siempre buscó que ella y sus hermanos lograran una profesión: “Mis padres fueron profesores, mi padre murió joven a nosotros nos afectó, porque si no hubiéramos tenido más bonanza. Mi madre con su sueldo de maestra y con su pensión de cesantía. Nunca nos faltó nada, quieres tal cosa ya me la daba. Mi mamá como viuda tuvo que afrontar sola nuestra educación. De la educación que nos dio, mi hermano se hizo médico de San Fernando, una hermana estudió Enfermería en el Loayza, mi hermana la última es Contadora de la Garcilaso” “Mi mamá siempre se esforzaba y nos decía que teníamos que ser profesionales para poder afrontar la vida. Era la idea de la educación profesional” 87 En el caso del esposo, el tránsito tampoco fue tan brusco, puesto que sus padres tenían pequeñas empresas y, al igual que la madre de su esposa, le otorgaron un gran énfasis a la educación de sus hijos: “Yo respecto a mis padres creo que he mejorado, pero mi abuelo era empresario en las minas, era contratista adinerado. Ahora por parte de mi papá, él era muy aspirante, el trabajó en la Cerro de Pasco Corporation. Llegó a ser el mecánico, luego trabajó en el correo, puso pequeñitas empresas, puso un bazar, bodegas, bicicletas, hasta una pequeña fábrica de helados, pero después cuando se retiró de allá se fue hacia Jauja. Mi padre le dio mucho énfasis a la Educación, buscaba que todos nos eduquemos, quería que seamos profesionales y que vayamos a la universidad.” De modo que la primera generación, logró cierto nivel de vida que les permitió educar a sus hijos (la segunda generación). Para el hijo de los esposos Delgado, la meta tiene que ser la superación de lo que han logrado hasta el momento: “Con mi hijo las cosas estaban claras: él tenía que estudiar, no le quedaba otra. Teniendo padres profesionales, su meta tiene que ser superarnos, hacerlo mejor que nosotros. Si con mi esposo somos de la San Marcos, pues él tiene que ser la Católica y seguir estudios afuera”. Mientras que el esposo agrega: “para que nos mire después de arriba para abajo (risas)”. Para los Delgado, las redes y contactos son necesarias, pero señalan que su prioridad es la formación. La madre, nos relata que antes lo más importante era la educación y el tema de las redes estaba en un segundo plano. Sin embargo, reconoce que ahora el mundo es más competitivo y que el tema de los contactos es una variable importante a tomar en cuenta. Y de alguna manera, en la segunda generación no se pierde afinidad con las redes de tipo comunitarias, ya que, por el lado paterno, se mantienen contactos con las Juntas Vecinales, los clubes departamentales (como el Club Jauja): “Yo siempre me reúno con mis paisanos en el “Club Jauja”. Es que yo viví en la sierra hasta mi adolescencia y tengo recuerdos. Creo que es un espacio donde puedes compartir diversas cosas, comida, música, pero no solo eso. Te cuento que hace poco organizaron un concurso de cuentos en donde yo participé, porque a mi me gusta mucho escribir. Y bueno al final gané, son unos cuentos literarios y la verdad me gusta y me siento muy feliz de haber resultado ganador” (Alberto) 88 En este sentido, les pregunté si su hijo participaba en las reuniones del Club Jauja u otros clubes regionales: “No, en realidad mi esposo es el que participa. Yo tampoco estoy en eso, porque yo me crié en Lima y ya no hay mucho apego. En cambio, él sí todavía conserva un poco eso. Y olvídate, mi hijo nada, él ya está en otras cosas, propias de su generación y no hay mucho apego con lo de los clubes” (Hilda) Asimismo, Alberto ha colaborado con algunos partidos políticos en la década de los ochenta y noventa. “Sí, colaboré con asesorías legales, todo lo relacionado a mi profesión, con PAIS, FREDEMO y también con Perú Posible. Pero de ahí me salí, solo fue circunstancial”. Por el contrario, la madre no se vincula a clubes departamentales o asociaciones afines. Ella parece ser la menos apegada al tema de los contactos o la pertenencia a clubes sociales: “Lo que pasa es que mis padres vivieron en Lima y entonces el tema del contacto con la familia de origen o las costumbres se fueron perdiendo. No voy a fiestas regionales ni costumbristas porque mis padres si bien nacieron en la sierra, pasaron toda su infancia en la costa y ya perdieron todo esto de la afinidad con el pueblo de origen”. Y para el hijo, Gabriel, no hay mayor contacto con las redes de su padre, ya que su meta será la formación y el desarrollo profesional permanente. Por otro lado, al preguntarles en qué clase social se ubicarían, la familia coincidía en que son de clase media, ya que no son pobres, pero tampoco ricos, pues viven de sus profesiones: “No somos pobres pero tampoco somos 'recontramillonarios'. Yo diría que somos como una clase media. Vivimos de nuestras profesiones, no tenemos empresas, en el caso de las empresas se gana muchísimo dinero, pero no, nosotros no. Comparando con otras personas que tienen cantidad de dinero, viajan al extranjero que serían los que están en la escala 10, nosotros no, somos personas de clase media y vivimos en base a nuestras profesiones y a los valores. Seríamos como de una clase media- media.” (Hilda) 89 El siguiente salto: salir de Los Olivos Al preguntarles cómo se sienten viviendo en Los Olivos, tanto los padres como el hijo, manifiestan sentirse medianamente a gusto. El mayor problema que encuentran es el transporte. Debido que sus oficinas están en Jesús María y la universidad en San Miguel, les toma casi hora y media el trasladarse desde su casa hacia sus centros de labores: “Como todo Lima la congestión es terrible, uno padece con el tráfico demasiado. Si uno tuviera por aquí un centro de trabajo, sería más fácil. Por eso nosotros estamos pensando alquilar, vender esta propiedad e irse a un lugar más céntrico” (Alberto) Sin embargo, destacan algunos aspectos del distrito como el ornato y la seguridad. El hijo Gabriel, acaba de terminar Arquitectura en la PUCP y explica, desde el punto de vista urbanista, la situación actual del distrito: “El distrito antes era periferia de ciudad, era la parte más agrícola. Ahora el cono norte ha quedado más como en el centro, entonces supongo que ha evolucionado en el tiempo y es un factor que siempre ha sucedido en Lima. O sea la ciudad crece hasta que se topa con un obstáculo geográfico y va ‘comiéndose’ toda la parte agrícola-rural. Es un distrito que ha evolucionado, y ha subido su valor de suelo.” Como señalábamos en el perfil socio-demográfico del distrito, el metro cuadrado en Los Olivos, ha elevado notablemente su precio, superando incluso a distritos como Jesús María, Lince y Pueblo Libre. No obstante, renunciarían a vivir en Los Olivos por el problema del transporte y la congestión. Es decir, se mudarían a otros distritos que tengan un acceso y salida más sencilla hacia sus centros de labores y estudios. Estrategias familiares de movilidad social La historia de vida de la familia Delgado nos muestra cómo a través de la formación y el desarrollo profesional se consolida un proceso de movilidad social ascendente. En esta familia, la primera generación, por el lado materno, era profesional y alentó a sus hijos a la formación superior para aspirar a una mejor calidad de vida. Del lado paterno, si bien la primera generación no sobresalió por el lado educativo, sí logró formar pequeñas empresas y promover en sus hijos la formación profesional. Por su parte, la familia de ella siempre vivió en Lima desde mediados de los años cincuenta, 90 mientras que él pasó su infancia y adolescencia en Jauja por el trabajo de su papá y luego regresó a Lima en 1965 para cursar sus estudios superiores. En ambos casos, sus padres no eran campesinos ni se vieron obligados a dejar sus pueblos de origen por la crisis del agro (iniciada en los años cuarenta) y la falta de oportunidades. Por ello, a diferencia de muchos peruanos, no se atravesó por un proceso migratorio difícil y traumático del campo a la ciudad. En otras palabras, esta familia no parte de “abajo”, sino que ya tiene una base que le permite seguir y consolidarse en lo profesional. Como hemos señalado, la movilidad social ya se había activado en la primera generación. Por el lado materno, sus padres fueron maestros que se formaron en Cañete (padre) y Cajamarca (madre) a fines de la década de 1940 y llegaron a la capital para ser profesores en la escuela pública. Por el lado paterno, los padres de Alberto tenían pequeños negocios en Jauja, luego en Lima y buscaron que sus hijos se educaran profesionalmente. De este modo, se evidencia que ya había una “acumulación previa” y un soporte que permitía que la segunda generación siga los pasos de los padres y se desarrolle en el ámbito profesional. De modo que, de acuerdo al relato de Alberto e Hilda, sus padres les transmitieron la idea del progreso personal y la educación para lograr sus metas. En este sentido, podemos decir que las estrategias serían individualistas, pues se puso énfasis en el desarrollo personal y profesional. De esta manera, se buscó en la educación superior el canal que permitiera consolidar la movilidad social ascendente ya iniciada. Así, los esposos se formaron en la UNMSM, como educadores y luego como Psicóloga y Abogado, respectivamente. Sin embargo, la segunda generación no solo ha conseguido culminar una carrera profesional sino también seguir estudios de postgrado. En el caso de la madre, ella tiene una maestría en Psicología Comunitaria en la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), mientras que él tiene una maestría en Derecho y varios diplomados en la UNMSM. Como ellos mismos refieren, siempre tuvieron como meta la formación permanente y el trabajo en sus especialidades. De este modo, ella se desempeña como Terapista de Pareja y familia en resolución de conflictos, mientras que él atiende casos de su especialidad en su propia oficina. Comparando estos logros con los de la primera generación, podemos decir que se ha “progresado un poco más”, es decir, en la segunda generación se cuenta con maestrías y diplomados que “dan un salto más arriba” en la formación profesional. Sin embargo, si bien esta formación intelectual y profesional ocupa el lugar protagónico dentro de las estrategias de movilidad social de la primera y segunda generación, no es la exclusiva en ésta última. 91 En su historia de vida, se evidencia que cuando los jóvenes esposos buscaban un lugar para vivir fueron hospedados en la casa del hermano de él. De algún modo, este hermano se convirtió en un soporte importante para los esposos, pero esto no puede tomarse como una familia tronco, ya que su estancia fue circunstancial, debido a que el hermano se fue de viaje. Mientras tanto, los esposos trabajaban en sus profesiones y lograron, poco tiempo después, comprar una casa en una urbanización regular del todavía distrito de SMP (a través de la cooperativa de vivienda). Como vimos en la historia del distrito, solo eran sujeto de crédito aquellos profesionales o personas con algún oficio. En este caso, los Delgado eran profesionales que aspiraban a una vivienda legal, pero a través de una CV. Es decir, esta agrupación permitía adquirir una casa con la reunión de todos los aportes de los asociados. De alguna manera era “colectivo” y buscaba beneficiar a sus miembros. En este sentido, Alberto llegó a ser socio y presidente de la CV “Angélica Gamarra de León Velarde” entre los años 1980 y 1995 y gracias a ello apoyó a sus demás hermanos a adquirir una casa a través de esta modalidad. De otro lado, el padre mantiene aún vínculos con los clubes regionales, ya que es miembro del “Club Jauja”. Según lo que nos relató, se establecen relaciones de paisanaje, que resultan muy importantes para la vinculación permanente con sus orígenes. Lo interesante es que de alguna manera el Club se convierte en una plataforma de exposición de los logros personales. Por ejemplo, esto se expresó en un concurso de cuentos organizado por el “Club Jauja” donde Alberto resultó ganador. Asimismo, las redes políticas tienen notoriedad en la segunda generación, ya que el padre se involucró en algunos partidos políticos en la década de los ochenta y noventa. En este contexto de crisis política y económica, el padre colaboró, a través de asesorías legales, con el Partido PAIS en 1980, luego con Vargas Llosa (FREDEMO) en 1990 y finalmente con Perú Posible en el año 2001. De acuerdo a su narración, su labor era profesional y apoyaba con la asesoría legal a los partidos, lo que contribuyó a su prestigio y desarrollo profesional. De esta manera, estas relaciones cumplen un rol importante en la vida profesional e intelectual del padre, ya que impulsan y reconocen los logros profesionales de éste. Es decir, de alguna manera, se combinarían ambas estrategias: las de tipo comunitarias (por la Cooperativa de Vivienda y la red de paisanaje) y las individuales (expresadas en los logros profesionales). Sin embargo, podemos notar que ambas estrategias estarían imbricadas y responderían de alguna manera a contextos específicos. En primer lugar, se adhirieron a la CV cuando necesitaban comprarse una casa y ahí el padre logró establecer alianzas y vínculos de cooperativismo con los asociados. 92 Luego, colabora con distintos partidos políticos durante los años ochenta y noventa del siglo pasado, en los que establece lazos de amistad y redes importantes para su trabajo profesional. En relación a esto último, el Club Jauja, también cumple un rol importante al ser una plataforma de exposición de sus propios logros en un espacio marcado por las redes de “paisanaje” vinculados al pueblo de origen. No obstante, ya no es dirigente de la CV ni colabora con partido político alguno, porque señala que en el caso de la cooperativa, no tiene sentido que esta continúe, mientras que en referencia a los partidos políticos, ya no tiene deseos de seguir por ese rumbo. Para la tercera generación, los padres señalan claramente que la meta principal con su único hijo, Gabriel, fue educarlo. Estudió la primaria y secundaria en el colegio “La Salle” y luego ingresó a Arquitectura en la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP). Actualmente, tiene 28 años y se encuentra culminando la carrera. Él nos relata que sus metas inmediatas están en el campo de su profesión, ya que, por ejemplo, está iniciando una etapa como Jefe de Práctica en su universidad. Asimismo, sostiene que el principal factor para progresar en la vida es el esfuerzo personal. Por ello, el hijo busca estudios de postgrado en el extranjero siempre en relación a su crecimiento y desarrollo profesional. Sin duda, el tema de las redes y los contactos le parecen importantes, pero dependen de los contextos en los que uno se mueva. De alguna manera, las estrategias predominantes son las de tipo individual, ya que existe una apuesta por el desarrollo personal, en este caso profesional, para consolidar un proceso de movilidad social iniciado en la primera generación. Siguiendo a Gonzalo Portocarrero (1998)110 110 PORTOCARRERO, Gonzalo “Ajuste de cuentas: las clases medias en el trabajo de TEMPO” En: “Las clases medias: entre la pretensión y la incertidumbre” Lima: SUR, 1998 p. 14 , podríamos decir que esta familia tiene un perfil de clase media más “clásica”, ya que se trata de profesionales que trabajan en sus especialidades y generan ingresos que les permiten una vida cómoda, pero sin que ello signifique lujos u ostentaciones. En palabras de la madre, la familia Delgado, se autodefine como de clase media, porque son profesionales y trabajan como tales. Sin embargo, para Portocarrero, sentirse de clase media supone además la identificación con valores y normas propias de este grupo social. En otras palabras, el autocontrol y la orientación hacia el futuro, como un desarrollo personal con posibilidad emancipatoria, son las marcas de la subjetividad de la clase media. Y de alguna manera estos valores se encuentran presentes en las tres generaciones de la familia Delgado, ya que el énfasis siempre fue hacia el progreso personal y el desarrollo profesional. 93 Por otro lado, la familia expresa una mediana satisfacción con Los Olivos, pero a la vez manifiesta su deseo de mudarse hacia otro distrito más 'céntrico', ya que sus oficinas se encuentran en Jesús María y San Miguel y les toma demasiado tiempo el traslado desde su distrito de residencia. En este caso, vemos que a la movilidad social ascendente se suma la movilidad horizontal de tipo geográfica, que aspira a salir de los límites del distrito. En otras palabras, quizá ya se alcanzó el “techo” y el siguiente “salto” tiene que ser hacia afuera. Además, se podría decir que hay también una búsqueda del prestigio y precisamente el lugar de residencia marca también el status y, en este sentido, su deseo de trasladarse hacia distritos de clase media tradicional. En este sentido, parece no existir una identificación muy acentuada con Los Olivos, por lo que la salida de éste resulta mucho más sencilla, en favor del bienestar de la familia y sus proyectos individuales. En suma, en esta familia nuclear, el proceso de movilidad social toma de manera predominante las estrategias individualistas en las tres generaciones.111 Sin embargo, como sostiene Santiago Pedraglio (2003), si bien hay una reivindicación del individualismo expresado en valores que afirman el desarrollo personal, en este sector, este individualismo se manifiesta de una forma particular ya que, como hemos visto, “paralelamente se reivindica la importancia de la familia y de las redes basadas en la procedencia geográfica o la religión”112 . Se podría decir, además, que quizá las estrategias individualistas adquieren mayor relevancia cuando la movilidad social se ha activado en las primeras generaciones. Es decir, cuando existe una “acumulación” o soporte previo en las primeras generaciones, los “saltos” posteriores se tornan menos difíciles y no se apoyan en estrategias de tipo comunitarias que, en un principio, son de supervivencia (como en el caso de la familia Gallardo). En este caso especifico, la satisfacción de las necesidades básicas da paso a un énfasis en la formación educativa desde las primeras generaciones, donde la educación, expresada en el desarrollo profesional, adquiere protagonismo, se nutre de los valores y estrategias de tipo individual y se consolida como el vehículo más importante para la movilidad social. 111 Es preciso recordar que si bien se analizan con mayor énfasis a la 2º y 3º generación, a través del relato de los esposos Delgado sobre sus padres, podemos evidenciar la serie de valores y modos de vida que les brindaron a sus hijos. De esta manera, lo individual adquiere mayor protagonismo, aunque la base comunitaria persista del lado paterno. 112 PEDRAGLIO, Santiago Los Olivos: clase a “medias”. En publicación: Perú Hoy, no. 4. DESCO, Lima, Diciembre 2003 94 DE LOS CARAMELOS AL TALLER TEXTIL PROPIO EL CASO DE LA FAMILIA LÓPEZ Orígenes y llegada a la capital Los esposos Mario y Julia se conocieron en Cochabamba, distrito que pertenece a la provincia de Huaraz en el departamento de Áncash, cuando eran adolescentes. Sus familias comparten el mismo origen, son campesinos que se dedican a la agricultura y ganadería en sus pequeñas tierras. “Nuestros padres son paisanos. Nos conocemos desde chiquitos, jugábamos allá, también nos veíamos en las fiestas, ayudábamos siempre a los papás, con el trabajo en la chacra, sobre todo él (su esposo) que es hombre, iba a ayudar en la siembra, la cosecha; yo también a veces ayudaba un poco, más ‘pasteaba’ mis ovejas, también ayudaba a mi mamá en la cocina, así. Siempre me decía mi mamá que tenía que ser trabajadora, que todo se consigue con trabajo, nada es gratis. Ella así me decía, es el trabajo lo que a uno lo saca adelante” (Julia) “Sí, nuestros padres se conocen de años. Allá pues éramos pobres, solo con las justas para comer. Entonces cuando uno va creciendo pues dice ahora qué hago, así pensó mi hermano mayor, entonces se fue para Lima, yo todavía estaba niño, pero sabía que algún día tenía que irme. En mi casa, mis padres siempre eran solidarios, pero más que nada trabajadores eran, bien chamba, igual que los papás de mi señora. Se levantaban tempranito para ir a la puna, a traer las papas, así después aquí seguían sembrando, cuidando los animales, así. Yo siempre también les ayudaba”. (Mario) Así, cuando Mario y Julia cumplieron 18 años, en el año 1979, se casaron y apenas a los dos meses, en 1980, decidieron migrar hacia la capital en busca de mejores oportunidades. En este contexto, los inicios de la década de los ochenta fueron muy inestables, ya que emergía el conflicto armado interno y si bien la violencia no se expandió hasta Áncash, la falta de recursos y oportunidades en las áreas rurales impulsó a los López a salir hacia la capital. Para fortuna de la joven pareja, los hermanos de él ya vivían en Lima y, de alguna manera, eran un referente importante para ellos. 95 “Salimos de la sierra porque allá no hay oportunidades de desarrollo. Éramos bien jóvenes pero veíamos que allá no había forma de salir de la pobreza, teníamos que venir a Lima. Pero también nos habían dicho que no era fácil. Felizmente, ya uno de mis hermanos mayores estaba acá y eso ya nos significó ayuda porque llegar así nomás imagínate.” (Mario) “Queríamos hacer algo por la vida. En mi familia, mis padres siempre querían que yo saliera adelante. Les dolió que me fuera, pero qué podía hacer, yo la mayor de mis hermanos tenía que dar el ejemplo. Me salí de allá para buscarme la vida acá, felizmente como dice mi esposo teníamos a su hermano aquí y nos hospedó cuando recién llegamos” (Julia) De este modo, se alojaron en la casa de uno de sus hermanos donde vivieron cerca de seis meses. Al igual que en el caso de la familia Gallardo, la casa de los cuñados de Julia se convertía en la familia tronco que acogía a los hermanos o parientes que decidían migrar del campo a la ciudad. Sin embargo, como relata la madre, ellos no pensaban quedarse allí por mucho tiempo, ya que tenían en mente la pronta independencia. No obstante, el no tener ninguna calificación ni saber oficio alguno, fue un limitante importante para los López. Por ello, decidieron empezar desde “abajo”, como lo relata la madre: “Empezamos en la calle, con una carreta, vendiendo golosinas. Empecé así e iba creciendo y luego me conseguí un puesto en la Av. Uruguay, en el centro de Lima. Dejé mi carretita y trabajaba allí, ahí nació mi primera hija, Sofía. Así con mi barrigota me iba a vender, no importaba que esté en estado, teníamos que vender para poder subsistir, había que chambear duro nomás” Su primera hija Sofía, nació en el año 1980, mientras los padres eran vendedores de golosinas en el centro de la ciudad. En el comercio ambulatorio, la pareja estuvo cerca de 4 años, cuando de pronto la hermana de Mario se compró un terreno en la Urb. Palao (SMP), construyó su casa y convenció a la joven pareja para que pongan un negocio y vivan allí: “Entonces mi cuñada se compra un terreno acá en Palao y no había quien viva. Esto fue masomenos en 1984 y me dice por qué no te vas a vivir allá. Construiré el primer piso y pones tu negocio allí. Ya, acepté la idea, me vine y puse una bodega con 500 96 soles de capital. Me fui a mercado central, y me compré media docena de jabón, de kolynos, así de todas las cosas de bodega y pusimos el negocio. No nos podemos quejar, me fue muy bien.” Con las ganancias que iba generando la bodega, los esposos decidieron comprarse un carro “de segunda mano” para que Mario pudiera trabajar como taxista. Mientras la madre se dedicaba a la bodega, su esposo buscaba ingresos adicionales dedicándose a este oficio. Fue en estas circunstancias que él se dio cuenta de algo muy importante: “Yo hacía taxi por todo Lima, que no era tan grande como ahora, y conversando con distintos pasajeros que subían al carro. Así taxeando y escuchando diversos testimonios me di cuenta de que los que tenían plata eran aquellos que tenían un negocio propio. Siempre me dijeron eso: señor, si usted quiere ser exitoso tiene que poner su negocio, los que tienen plata siempre tienen su negocio” (Mario) Esto fue lo que impulsó a los López a pensar en la idea de un negocio que les resultara realmente rentable. De alguna manera, querían empezar un proyecto independiente, generando su propio puesto de trabajo: los inicios del emprendedurismo. De los caramelos al negocio propio de las confecciones Si bien los esposos López estaban muy entusiasmados con la idea de un negocio, no sabían cuál. Sin embargo, un día en el que la madre se encontraba atendiendo normalmente en su bodega, uno de sus vecinos (que se dedicaba a la confección), le empezó a hablar del negocio: “Ahí viendo conversando, les decía yo cómo era el negocio de la confección, cómo se trabajaba, dónde se vende, qué maquinas se usaban, para investigar como era el negocio de confecciones. Ya para eso tenía un vecino que sabía hacer moldes y a la vez era costurero, trabajaba en una empresa, y yo le comento y me dice 'ya señito, me conviene, estamos cerca, ya no gasto pasaje ponga ese negocio es muy bueno, yo le voy a ayudar' ” De esta manera, fue gracias a este vecino que los López entran a este negocio. Eran mediados del año 1990 y el país se encontraba inmerso en una crisis política y económica que perjudicaba cada vez más a los pobres. En este contexto, si bien los 97 esposos estaban muy ilusionados con la idea de las confecciones, no contaban con el capital económico para invertir en la compra de algunas máquinas que necesitaban para la costura de las prendas. No obstante, la madre, vio la manera de afrontar esta carencia y gracias a un préstamo consiguieron comprar algunas máquinas: “Hice un préstamo porque cerca a mi casa había un señor que era ingeniero de minas y su esposa se dedicaba a hacer préstamos. Yo me presté 2000 dólares, con un interés de 15% y compré una maquina remalladora de segunda y una maquina recta.” Nuevamente, una vecina suya se convierte en el soporte financiero para el inicio de los esposos López en el negocio de las confecciones. Ellos recuerdan que empezaron en la casa de su cuñada en Palao en noviembre de 1990, poco después del “Fujishock”. Sin embargo, no dejaron de tener la bodega ni él abandonó su trabajo como taxista. De alguna manera, se ocupaban de ambas cosas, pero quien estaba más al pendiente de las confecciones era la esposa, Julia. Ella repartía sus tiempos entre la bodega, por las mañanas y tardes, y luego en las noches, terminaba con el trabajo de las confecciones. No obstante, ya que eran novatos en el rubro, los inicios fueron difíciles: “El señor traía los moldes, cosía, yo le ayudaba, a la fuerza yo aprendí a remallar, el se iba a las 9-10pm, me dejaba todo el corte listo para remallar, hasta las 2-3am hasta la hora que termine de remallar todo lo que me había dejado, para que al día siguiente el señor venga y termine de coser” En palabras de Golte, ya que no hay una capacitación formal, se genera una captación de la información a través de los amigos y conocidos (en este caso vecinos) que transmiten aprendizajes que son consolidados muchas veces a través del “ensayo- error”. Pero allí no culminaba su trabajo, ya que una vez que las prendas estaban listas, Julia iba a “Polvos Azules” (que se ubicaba en lo que hoy es la “Alameda Chabuca Granda”, en el centro de Lima), a vender su mercadería en uno de los puestos que había comprado allí. Es en noviembre de 1990, que el esposo viaja a su pueblo natal y en su ausencia, ella logra adquirir dos máquinas más para el negocio de las confecciones: “Mientras él estaba en la sierra, fui sola compré las máquinas, los hilos, todo a los 3 días que vino mi esposo nos encontró a todos trabajando. Se sorprendió porque todo funcionaba bien” 98 Para el cierre de ese año (exitoso para los López), salió al mercado la tela “chalís”, que fue toda una novedad en el rubro. Sin embargo, según nos cuenta AC, el único limitante era el dinero, ya que se trataba de una tela muy cara, pero de la que se obtenían las mejores prendas. No obstante, los esposos arriesgarse y el resultado fue exitoso: “Pero me compré la tela, vengo y le digo a mi vecino, mire esta tela que he comprado. Y el señor me dice “ay está muy bonita, pero podrá venderlo?, hay que hacer el intento. Fuimos a Polvos Azules y me decían que lindas las camisas, déjamelas, que lindas. Se quedó una sola clienta con mis camisas y con eso yo estaba más contenta, al día siguiente fui otra vez a comprar, llevé de nuevo y así total que los meses de Enero, Febrero, Marzo, que el negocio es bien bajo en confecciones, yo rayé” Gracias a las enormes ganancias generadas por la venta de las camisas tipo “chalís”, los esposos López lograron comprar dos máquinas de costura adicionales, pero esta vez adquirieron una nueva al contado y la segunda la pagaron por letras. De este modo, se dio inicio al apogeo de los López al frente de las confecciones. Así, llegó el año 1992 y los esposos deciden comprarse un terreno cerca de la zona que hoy ocupa el centro comercial “Megaplaza”, en el límite entre los distritos de Independencia y Los Olivos. En este caso, no se trató de una invasión o la compra de una casa a través de una Cooperativa de Vivienda, sino que se decidió adquirir un terreno para la construcción de la futura casa. Sin embargo, no todo fue alegría para los López. La madre, sentía ya el desgaste de estar en la bodega y en las confecciones: “Tenía que levantarme y estar en la bodega hasta las 9-10am y después tenía que cocinar y a la vez ayudar al señor que cosía al lado de mi sala y en las tardes me tenía que ir a Polvos Azules a vender las camisas. Y en la noche regresaba, tenía que atender en la tienda. Y después quedarme a remallar hasta la madrugada para terminar. Y entonces era muy matador para mí. Y veía que la bodega ya no me rendía, veía que en lo otro ganaba mucho más” 99 Entonces, debido a la apretada rutina diaria de Julia y al ver que la bodega que tenían en la casa de Palao no les rendía como las confecciones, deciden cerrar la pequeña tienda y dedicarse exclusivamente al negocio de las confecciones. Es en ese contexto que deciden dejar SMP y se mudan hacia su propia casa. Era el año 1995 y en la nueva casa destinan, estratégicamente, el primer piso para el taller de las confecciones, el segundo piso para un restaurante y el tercer y cuarto piso para la vivienda de la familia. En palabras de la propia madre, estos años fueron de un crecimiento exitoso, ya que llegaron a tener en total 11 puestos de venta de ropa distribuidos entre la Av. Abancay, Mercado Central y Gamarra. No obstante, la salud de la madre se iba deteriorando. Como ella relata, tenía demasiadas responsabilidades, ya que prácticamente ella dirigía toda la empresa. Por recomendación del médico y considerando que a fines de la década de los noventa el negocio experimentó una baja considerable, deciden cerrar la empresa de las confecciones y cambiar de rubro: al servicio de bordados. “En los últimos años como que la confección bajó mucho, mucha competencia, Gamarra se ha llenado demasiado. Antes tú ganabas 30% en una prenda, ahora ganas 10% o 5%. Es demasiado bajo y encima si tú tienes tienda y no estás controlando a las vendedoras, te roban. Entonces decidí cambiar de negocio, en el mismo rubro, pero hago servicios de bordado” Este taller de bordados (“Pradesh”), ya no se encuentra en su casa, sino en un local, ubicado en la Av. Panamericana Norte. Ahora los López, se dedican a dar servicios de bordados a diferentes empresas y marcas de todo rubro. Vendieron las máquinas de costura y confección y compraron “bordadoras” para el nuevo negocio. Según nos cuenta la madre, ella ahora está más tranquila, ya que solo hace bordados y pide servicios de corte y confección a otras empresas. 100 La empresa no desaparecerá: la continuidad de la tercera generación Los hijos de los esposos López son en total 4: la primera hija (Sofía), quien tiene actualmente 30 años y estudió en ADEX (Asociación de Exportadores); el segundo que tiene 28 y estudió computación y sistemas; y los menores, uno de 18 años que acaba de ingresar a Arquitectura en la URP (Universidad Ricardo Palma) y el último de 16 años, quien se encuentra terminando el colegio. De los hermanos, son los dos mayores aquellos que decidieron seguirles los pasos a sus padres en el negocio de las confecciones. La hermana mayor, nos comenta que siempre estuvo interesada en el negocio de los textiles, ya que sus padres estaban en el rubro y ella desde pequeña los acompañó en las diferentes actividades de la empresa. “Yo crecí en el negocio de los textiles. Mis recuerdos de niña son telas, bordados, tijeras y todo lo que tuviera que ver con confección. Siempre tengo la imagen de mi papá y, sobre todo, mi mamá chambeando. Era bien matador para ella pero se levantaba de madrugada, seguía hasta la noche y no paraba. Creo que así han logrado salir adelante, con esfuerzo, con dedicación. Y a mí me gustaba mucho lo de textiles, siempre estaba con ellos en las compras, en la confección, en todo.” (Sofía) Por ello, cuando Sofía terminó el colegio, tenía muy claro que quería seguir algo vinculado a marketing, gestión o administración de empresas. Así, ingresó a ADEX y siguió la carrera de comercio exterior. Desde el inicio, su área de especialización fue la textil, ya que realizó sus prácticas pre profesionales y trabajó siempre en empresas de este rubro. En este camino, sus padres siempre la apoyaron. Sin embargo, no recibió el mismo respaldo cuando les comunicó que su meta era la exportación de prendas a los mercados internacionales: “Un día les dije a mis papás, que si estaban interesados en exportar, que yo sí creía que tenía los conocimientos, que quería exportar, pero me dijeron que no, porque lo veían muy riesgoso. Porque tienes que invertir mucho dinero, luego para sacar la ropa. Me dijeron que no, porque no se sentían capacitados” Ella entendía que estaban en lo cierto, porque efectivamente la exportación implicaba asumir riesgos que podían perjudicar al negocio familiar. Sin embargo, la confianza de Sofía en sus propias capacidades y los conocimientos adquiridos en ADEX, la impulsaron a crear su propia empresa en el año 2008: GOLD LION PERÚ. Esta empresa, como ella misma relata, se dedica a la exportación de ropa de tejido para 101 bebés y damas. Sin embargo, no es la ropa producida en serie para las tiendas, sino que ella le da un “valor agregado” gracias al “tejido de punto”. Sus prendas se venden en boutiques de Suiza y EE.UU. La particularidad de su empresa, es que no tiene personal ni máquinas que confeccionen las prendas. Ella es dueña de la marca y para la elaboración de su ropa pide servicios o “terceriza” la producción hacia otras empresas: “Yo no tengo taller, trabajo con los talleres de la zona de la Panamericana Norte industrial. Todo por contactos. El sector de confecciones es todo un mundo, entonces todos nos conocemos y sabemos qué hace cada uno, entre todos nos ayudamos” Si bien muchos de estos contactos, los conoce a través de sus padres, ella nos dice que también hay una cuota suya, ya que siempre asiste y convoca a eventos de capacitación a distintas empresas del sector textil, como socia de ADEX. Incluso nos cuenta que sus padres se resistían a entrar a estas capacitaciones, ya que en las confecciones les iba muy bien hasta hace unos años. Como nos relató la madre, el negocio ya no resulta tan rentable como antes, debido a la entrada de un gran volumen de prendas de origen chino, que al estar libres de aranceles, generan una competencia desleal con los productores locales. Por ello, la familia decidió cerrar el negocio de las confecciones y abrir uno de “bordados” (PRADESH) en el año 2008. Pronto, Sofía logró convencer a sus padres de la necesidad de estar en permanente actualización respecto al mundo textil, los avances y las nuevas tendencias nacionales y mundiales en este rubro. Así, ella nos relata con orgullo que últimamente sus padres asisten a estos eventos y se capacitan en los diferentes temas. Sin embargo, la irregularidad en las exportaciones de la empresa GOLD LION empuja a Sofía a la búsqueda de otros medios para obtener ganancias: “Las exportaciones no son constantes. Son cada 4 o 5 meses, entonces tengo que buscar otras alternativas para generar mi “caja chica”, porque si no, no tengo dinero” De este modo, Sofía trabaja como organizadora de eventos y capacitaciones en el rubro textil, además de ser consultora de empresas que se inician en el sector y el 102 apoyo a la empresa de sus padres, “PRADESH”. Es decir, si bien ella tiene su propia empresa, no deja de apoyar al negocio de la familia. Y realmente sigue siendo familiar, ya que su hermano de 28 años (el segundo), también trabaja en la empresa de los padres. Él ve todo el tema de producción, maneja las máquinas, supervisa los bordados, y Sofía quien ve la parte de logística, a veces producción, etc. En otras palabras, los roles no estarían predefinidos, sino que de alguna manera los hermanos y los padres intercambian funciones de acuerdo a las necesidades inmediatas de la empresa. Lo cierto es que Sofía nos dice finalmente que su gran problema es la falta de capital que le permita crear toda una empresa, con operarios, área de diseño, máquinas, etc. Ella enfatiza con orgullo que tiene todos los conocimientos teóricos para plasmar ello en un proyecto real, pero al no contar con el dinero para la inversión, por el momento no lo puede concretar. Sin embargo, confía en que más adelante este sueño se haga realidad. Al preguntarle a la hija si ella y sus hermanos participaban en las fiestas regionales como lo hacen sus padres ella respondió: “No, en realidad mi mamá es la que siempre va con mi papá. Yo ya no voy (risas). Es que estoy bien ocupada y pues la verdad creo que es más para ellos no? Mis hermanos y yo más vamos a las fiestas modernas, pero no quiere decir que nunca vayamos a las otras, o sea de vez en cuando pero no es que nos guste estar ahí. En fin, creo que es generacional” (Sofía) Finalmente, al preguntarles sobre su ubicación en una clase social, la familia coincide en que son de clase media: “Sí, creo que seríamos como al medio. La verdad no tenemos tanto como para decir soy clase A, pero creo que hemos hecho varias cosas y hemos logrado salir adelante, pero aquí no es que seamos distintos a la clase media típica, hace poco salió eso de 103 que aquí en Lima Norte había mucha gente con progreso pero que no compartía los mismos gustos de las clases medias. No es así, tenemos las mismas aspiraciones, tenemos cines, megaplaza, saga, ripley, todo es igual” (Madre) “Sí, yo también creo que seríamos de clase media porque trabajamos, tenemos distintos ingresos, ya no somos pobres como antes, que mi mamá y mi papá tenían que hacer todo solos enfrentando muchas dificultades. Pero sí creo que ahora Lima norte es de clase media, hay mucha gente emprendedora con un montón de ideas que se hizo de la nada, así como nosotros” (Sofía) Estrategias de movilidad social La historia de vida de los López nos revela todo un proceso de movilidad social ascendente que es iniciado “desde abajo”. Se trata de una pareja que se casa muy joven en su pueblo natal en 1979, reforzando lo señalado por Golte en relación a la “endogamia regional”, que supone la unión de dos personas que comparten las mismas características culturales y que permite un tránsito más sencillo para extender los elementos de la cosmovisión y cultura propios, que serán determinantes para el éxito en la capital. Sin embargo, al igual que el grueso de los migrantes, los López llegaron a Lima con muchas ilusiones, pero sin un oficio o profesión por delante. En esta batalla inicial, el rol de los parientes resultó fundamental. Al llegar a la capital, los López son alojados en la casa de uno de los hermanos del esposo, lo que, según Osterling, serían las familias tronco, que hospedan a los parientes que migran desde sus pueblos de origen y se convierten en un soporte importante para su adaptación a la ciudad. De alguna manera, en esta primera etapa, los López se apoyan en estas redes de tipo comunitarias para iniciar el camino de su propio proyecto. Sin embargo, no hay en sus relatos mayor referencia a la idea del “colectivismo” o la ayuda entre los parientes. Más bien pareciera que la casa del hermano de Mario, solo fue un punto de llegada transitorio, mientras la joven pareja buscaba un trabajo y un lugar propio donde vivir. Sin duda, esta era la consigna que tenían ambos. No obstante, los inicios fueron difíciles, ya que además el país atravesaba por una crisis política y económica que de alguna manera limitaba las aspiraciones de estos esposos. De manera que en estos primeros años hasta 1984, los López lucharon por la supervivencia a través del comercio ambulatorio. Como señalan Adams y Valdivia (1991), existe un “déficit” cultural de la población andina, que se expresa en la ausencia de especializaciones en 104 el conocimiento y las habilidades113 . Sin embargo, como vemos en este caso, las situaciones de precariedad impulsan a los migrantes a desarrollar diversas actividades que les aseguren la subsistencia. No obstante, sí cuentan con un activo que resulta fundamental: la acentuada ética del trabajo. Como señalan en sus relatos, desde pequeños sus padres, les transmitían la importancia del trabajo y el esfuerzo constante para salir adelante. Tanto Mario como Julia apoyaban a sus padres en las labores agrícolas y pastoriles y tenían siempre presente que con esfuerzo y trabajo saldrían adelante. Gracias a este espíritu de trabajo constante, los esposos López se mantuvieron constantes en la venta ambulatoria hasta que nuevamente el apoyo de otro pariente cambiará el rumbo de sus destinos. Una hermana del esposo construye su casa en SMP y les ofrece el primer piso con la idea de que se convierta en un pequeño negocio. Esta base de ayuda familiar les brinda a los López el primer impulso para su salida de la pobreza. Rápidamente, la bodega les permite generar mayores ganancias y con ellas, no solo compran un auto, destinado al “taxeo”, sino que se convierte en el primer paso para el inicio del gran negocio familiar: el taller de confecciones. Esta base familiar extiende su red cuando los López deciden incursionar en un negocio diferente alentados por la idea de que “aquellos que tenían dinero, eran los que tenían un negocio propio”. Es así que el apoyo ya no solo viene de parte de la familia sino que incluye a los no parientes: los vecinos. En un primer momento, como hemos visto, es gracias a un vecino que logran iniciar el taller de confecciones. Sin embargo, se requería el capital económico, del que los López carecían en ese momento. No obstante, es otra vecina la que les otorga un préstamo para la compra de las primeras máquinas para el negocio. De manera que en esta etapa, los vecinos se convierten en el soporte principal para la emergencia de un proceso de movilidad social ascendente. En esta trayectoria, las estrategias comunitarias, expresadas en las redes de apoyo familiar y vecinal, adquieren gran predominancia en la formación del negocio propio de los López. Cuando la empresa de confecciones inicia un crecimiento vertiginoso a inicios de los años noventa (paradójicamente en un contexto de crisis política y económica para el país) los hermanos de la madre y el padre buscan incorporarse al negocio apoyando de distintas maneras como las ventas en provincias, atención en las tiendas, etc. En estas circunstancias, la casa de los López se convierte en la familia tronco, que hospeda a los hermanos migrantes que buscan un mejor futuro en la gran 113 ADAMS, Norma y Néstor Valdivia “Los otros empresarios: Ética de migrantes y formación de empresas en Lima” Lima: IEP, 1991 105 ciudad ofreciéndoles un puesto de trabajo. Como señala Golte (1990)114 , se trata de una “imitación” que les permite a los parientes pobres optimizar las condiciones de vida a partir del progreso que ven en sus familiares cercanos. Es decir, el rol de las redes de parentesco no parece debilitarse, sino que en esta etapa se fortalecerse más y consolida a la empresa de confecciones como un negocio verdaderamente familiar. Sin embargo, más adelante, dos de los hermanos de Julia, la madre, deciden independizarse y formar sus pequeños negocios también en el rubro textil. De esta manera, si bien el negocio es de los López, ya no se apoyan en las redes de parentesco para optimizar sus utilidades. Sin embargo, esta matriz comunitaria no desaparece, ya que la tercera generación, es decir, los hijos de los esposos, deciden incorporarse al negocio de los padres. El caso más interesante es el de la hija mayor, quien funda su propia empresa de exportación, pero no abandona el negocio de sus padres. En este sentido, como sostienen Adams y Valdivia (1991), existe una idea en los migrantes de ser “independientes”, “ser libres”, pero esto no supone la ética de trabajo constante heredada de la primera generación, sobre la que se basa el desarrollo de la empresa de los López, se quiebre. Por el contrario, sigue siendo la base de los proyectos futuros de algunos hermanos de la tercera generación, ya que los hijos reconocen que las redes familiares son importantes, pero también creen que lo individual resulta crucial. En otras palabras, se podría decir que existe una convivencia de la tradición andina de trabajo constante a la que se suman valores más citadinos o modernos, como la idea de la independencia y el esfuerzo personal para seguir progresando. Es decir, los padres y su ética del trabajo y ascetismo parecen calar muy hondo en la tercera generación. En este sentido, la hija mayor, Sofía, resalta que el espíritu de trabajo es aquello que permitió que su familia saliera adelante. Si bien reconoce que la familia apoyó en algunos momentos, lo más importante fue el esfuerzo de sus padres para consolidar el taller textil. En suma, en esta etapa las estrategias individuales expresadas en la idea de un negocio propio se suman a las comunitarias, que considero siguen siendo predominantes en este proceso de movilidad social ascendente. Finalmente, los López manifiestan su deseo de mudarse hacia La Molina, ya que la zona donde actualmente viven es bastante comercial y ello les impide tener tranquilidad. En otras palabras, tal parece que se alcanzó el “techo” y la apuesta es a la movilidad geográfica. 114 GOLTE, Jürgen “Los caballos de troya de los invasores: estrategias campesinas en la conquista de la gran Lima” Lima: IEP, 1990 106 Asimismo, contra la idea de que se generan mayores vínculos de tipo comunitarios cuando se trata de una familia extendida, el caso de los López revela que estas estrategias varían de acuerdo a la generación y las circunstancias. Es decir, la familia López fue en sus primeras etapas una familia extendida, ya que en algunos momentos vivieron algunos hermanos de la madre y el padre. Sin embargo, cuando ellos logran independizarse y formar sus propios hogares, los López vuelven a ser una familia nuclear. Sin embargo, como familia nuclear los vínculos de parentesco y ayuda mutua entre hermanos no desaparecen. Como relata Julia, ella siempre respalda a sus hermanos en alguna situación crítica. Además de ello, como hemos señalado anteriormente, la tercera generación se ha incorporado a la empresa familiar con perspectivas de asegurar su continuidad. De este modo, la trayectoria de movilidad social en este caso, se nutre de estrategias de tipo comunitarias que no pierden predominancia en las tres generaciones, pues siguen siendo la base fundamental para el sostenimiento de este proyecto colectivo. 107 DE AMBULANTES A DUEÑOS DE UN RESTAURANT EL CASO DE LA FAMILIA ORTIZ Orígenes y llegada a la capital Los esposos Ortiz son originarios de la provincia de Carlos F. Fitzcarrald en el departamento de Áncash. Ella nació en el año 1957 mientras que él en el año 1948. Desde muy pequeños sintieron la necesidad de salir a la capital en busca de nuevos horizontes y oportunidades que la tierra de origen no les brindaba. La madre, Carmen, señala que su infancia fue muy dura y que su madre trató de brindarle lo mejor a pesar de su pobreza y precariedad. “La verdad allá en la sierra, a veces pasábamos hambre, fue bien difícil. A mí no me gusta recordar esto, pero bueno así fue pues. Pero sí tengo que agradecerle a mi mamá porque siempre me cuidó y me decía que tenía que yo ser algo en la vida más adelante. Yo siempre le ayudaba a ella en lo que podía, siempre veía que ella se esforzaba para sacarnos adelante, con lo poco que tenía, pero lo hacía”. (Carmen) “A mí mis padres siempre me decían que tenía que trabajar duro para salir adelante. Ellos mismos lo hacían, ayudaban siempre a la familia, a los paisanos, siempre dándoles la mano. Creo que es como un modo de trabajo que ellos siempre tenían. Se levantaban temprano, veían la chacra, los animales, también a veces organizaban el trabajo colectivo, así. Yo de ellos rescato ese espíritu por salir adelante, pero siempre con chamba, si no no hay nada. Y allá, lamentablemente, no hay oportunidades, aquí hay pero hay que lucharla bastante”. Por ello, a sus cortos nueve años, Carmen llega a Lima en el año 1966 acompañada de un familiar. A diferencia de muchos migrantes, ella no fue recibida en la casa de algunos parientes (familia tronco), sino que tuvo que trabajar en una casa como empleada doméstica, ya que no tenía donde vivir: “Me ponen a trabajar con una señora que vendía pollo en el mercado central, pero yo no sabía ni siquiera el nombre de las verduras, ni cocinar. La señora era mayorista de pollos 108 y después yo empecé cuidándoles sus hijos, limpiando en su casa, así empecé a trabajar cuando tenía solo diez años” Esos años fueron muy duros para Carmen ya que tuvo que pasar por una serie de dificultades: “Se olvidaron de mi porque yo me fui así nomás con una ropita, una nomás, puesta. No llevé ni la bolsita de ropa que traje de la sierra, nada!. Hasta se terminó mi zapato, y de ahí hasta que llegue al mes no alcanzaba. Encima yo había roto el vaso de licuadora, entonces lloraba y lloraba, la comida no me gustaba, me escondía a llorar, que me daba hipo y para cambiarme de ropa no tenía. Me bañaba así y mi ropa sucia lo exprimía fuerte fuerte para volverme a poner. Y para no mojar el colchón, ponía unos plásticos y encima me acostaba con mi ropa mojadita. Y así despertaba con la ropa húmeda.” Su relato revela el dramatismo que encierra los inicios de muchos peruanos que buscando mejores oportunidades deciden dejar sus pueblos de origen, pero al llegar a la capital se encuentran con una serie de dificultades y carencias frente a las que tienen que luchar. Más aún cuando no tienen ninguna profesión ni oficio que les permita insertarse en algún trabajo, sino solamente como empleadas domésticas. Así, cuando Carmen cumplió un mes como empleada en esta casa, recibió un pequeño sueldo. Sin embargo, este se vio mermado por los daños materiales y perjuicios que había ocasionado en la casa, producto de su inexperiencia y juventud. No obstante, la pequeña Carmen se emocionó al recibir el dinero y entre sollozos se acercó a la señora de la casa y le pidió que le comprara algo de ropa para vestirse: “Ella me trajo a Caquetá, ahí compré zapatos de jebe, falditas, chompitas y con eso seguía trabajando. Poquito a poquito me abría los ojos para (aprender a) tomar el carro, porque no tenía donde ir…” Así trabajó durante 8 meses y con el dinero que juntó en ese tiempo regresó a la sierra en el año 1967. Allí, por intermedio de un primo suyo conoció a Miguel, su esposo hasta la actualidad. Si bien ellos relatan que en ese momento se sintieron atraídos, no formalizaron como pareja porque ella tenía intenciones de regresar a Lima para seguir trabajando, ya que este primo le aseguró que había conseguido un trabajo para ella en la capital. Con muchas ilusiones, Carmen decide regresar a Lima junto a su primo y éste 109 último la lleva a la calle Cailloma en el centro de Lima, para presentarla a su nuevo trabajo. Sin embargo, cuando llegaron a la casa nadie les abría la puerta. Esperaron varias horas y al caer la noche ella le reclamó y le dijo que no tenía dónde pasar la noche: “Entonces él me dijo por acá tengo un amigo, mejor hay que llegar ahí y justamente su amigo era el que ahora es mi esposo (risas). Nos quedamos ahí, me dieron una camita y pasé la noche ahí” A la mañana siguiente, regresan nuevamente a la casa del Jr. Cailloma, pero nuevamente sin éxito. Como consecuencia de ello, Carmen le reclama entre llantos a su primo el que le haya mentido y además el que la haya llevado junto Miguel, a quien ella quería, pero no se sentía del todo segura como para iniciar una relación. Frente a esto, le pide a su primo que la lleve a su trabajo anterior, ya que era el único lugar que conocía y tenía que ganar algo de dinero para sobrevivir. Es así que Carmen regresa a la casa del Cercado de Lima como empleada doméstica, pero no duró más de tres meses. En ese lapso de tiempo, Miguel la buscaba incesantemente y finalmente ambos deciden formalizar su relación y empiezan a convivir en el año 1972, cuando ella tenía apenas 15 años de edad y él 24 años. Se instalan en un pequeño cuarto en el Jr. Callao (Centro de Lima) y ella consigue un nuevo trabajo como empleada en una casa de Miraflores, mientras él era mozo en un chifa de la calle Capón (Barrio chino). Al año siguiente, 1973, Carmen queda embarazada de su primer hijo y, por ello, es obligada a salir del trabajo. A partir de ese momento, tenía que ser ama de casa y realizar todos los quehaceres del hogar. Sin embargo, no se acostumbraba, ya que el dinero que Miguel le dejaba no le alcanzaba y ella sentía la necesidad de generar mayores ingresos por otros medios. Es así que decide juntar un poco de dinero y compra golosinas para la venta en las calles: “Yo decía así no voy a vivir, tengo que hacer algo, aparte de lo que él me da. Porque yo me había acostumbrado a ganar mi sueldo. Con el diario que él me dejaba, yo iba poniendo un poco para la comida y ahí formé un capital pequeño” 110 Pero todo era en secreto. Mientras Miguel salía a trabajar al chifa, ella tomaba sus golosinas y salía a vender a las calles. No obstante, el esposo se entera de ello por un vecino: “Él se da cuenta que yo estaba vendiendo golosinas, cuando uno de mis vecinos me dice 'véndeme cigarrillos', entonces él me dice a ti por qué te piden cigarrillos, yo no podía decir nada, entonces saqué la maletita debajo de la cama que lo escondía y le dije que sí vendía. Me dice que tú no estás a gusto con lo que te doy, tu quieres más plata, más no me alcanza me dice, más no gano. Por eso, le dije, quiero más plata” El esposo comprende la situación y decide apoyarla: “Le dije que yo le iba a hacer su carreta para que salga a vender. Compré unas tablitas así visagras para hacer una carretita, lo hice con vidrio, con lunas. Después compramos kekes, gaseositas, golosinas, de todo” De este modo, Carmen, con un embarazo a cuestas, sale a las calles del centro de Lima junto a su carreta de golosinas a vender como ambulante. Vendiendo caramelos da a luz a su primer hijo en el año 1974, cuando era una adolescente de 17 años de edad. En ese mismo contexto, su esposo es despedido del trabajo por problemas entre el personal del chifa y ella lo persuade a no regresar: “Entonces le digo ya no regreses a trabajar. El ganaba por decir 15 soles y yo ganaba 20 soles, yo ganaba más, solo vendiendo golosinas. Entonces le digo mejor por qué no vendemos algo más. Por decir chicha morada, raspadilla, él dice verdad, no? Ya pues. El compró la maquinita, la cajita de tecnopor. El raspaba los hielos para vender la raspadilla” De esta manera, los esposos Ortiz deciden salir juntos a vender golosinas y raspadillas en las calles. En uno de esos momentos, Miguel se percata de algo interesante: el enorme éxito que tenía un señor que vendía pescado frito en una cuadra de la Av. Emancipación. Rápidamente se lo comenta a Carmen y la idea de poner un negocio de comida “les quitaba el sueño”, pero ninguno de los dos sabía cocinar. No obstante ella decide ir a varios restaurantes y probar las sazones y combinaciones que ofrecían. Luego, cuando llegaba a su casa experimentaba en su cocina e intentaba replicar los buenos sabores. 111 Además, ella le colocó un “valor agregado”: “Veía que donde te servían pescado venía con su papa y arroz, pero yo le puse su yuca, su mote así bien servido como le gusta al peruano. Además también le dije a mi esposo que por qué no ponemos 'chanfainita', que eso le gusta también a la gente” Cuando ya se sentían algo preparados para la venta de comida es que deciden colocarse en una esquina de la Av. Emancipación, donde vieron que no se ofrecía pescado frito. Nuevamente, el esposo, Miguel, construye una carreta e inician con este nuevo trabajo. “Empezamos como comprando una docenita de pescados, pero salía, salía, volaba. Puedes creerme hasta cojinovita chica vendíamos. Y no me acuerdo el precio, pero era menos de un sol. Para el pescado, entonces como vendíamos regular, mi esposo me dice mejor voy a la Parada y traía manojos de pescado, bastante, traía toda clase de pescado. Pescados vendíamos de todo tipo. La gente venía bastante y vendíamos cada vez más” El despegue duró cerca de dos años cuando uno de sus vecinos les avisa que acababan de abrir un nuevo centro comercial. Un nuevo salto: hacia Polvos Azules Era el año 1976 y Polvos Azules iniciaba su formación. Una de las vecinas de la Av. Emancipación alienta a los Ortiz a “agarrar un puesto” en el naciente centro comercial. Sin embargo, Carmen no le tomó importancia, ya que les iba muy bien en la venta ambulatoria de pescado y no veían la necesidad de abandonar ese lugar. No obstante, la municipalidad de Lima, decidió desalojar a los ambulantes que se encontraban en varias avenidas principales del centro de Lima. En consecuencia, los esposos Ortiz sufrieron una feroz represión de parte de las fuerzas del orden, quienes violentamente querían echarlos de las veredas: “Pero ahí empezaron a perseguirnos, un día para que no nos quiten la carreta, mi esposo se quema con el aceite caliente del perol que teníamos. De ahí no quise vender, pero después dije tengo que seguir. El estaba mal como 2, 3 meses, pero seguía vendiendo yo” 112 Mientras ellos se resistían a abandonar la Av. Emancipación, un amigo de la pareja, quien trabajaba en la Municipalidad de Lima, los alertó acerca de la medida municipal y la necesidad de que se reubicaran en un puesto dentro de “Polvos Azules”. Justo en ese momento, Carmen se da cuenta que estaba embarazada de su segundo hijo, pero al igual que su primer embarazo ella siguió con su ritmo de trabajo cotidiano y decidió ir a “agarrar un puesto” a Polvos Azules sola, ya que su esposo se encontraba muy mal después de las quemaduras que sufrió cuando intentaba proteger sus pertenencias. “Ahí es cuando me iba desde el mediodía para vender ropita con el fin de agarrar puesto en Polvos Azules. Pero no me sentía a gusto en ese negocio, yo optaba por la comida porque a mí me gustaba diario ver plata, en la ropa había días en que no vendías y no había plata. Entonces dije no me gusta” Es así que Carmen decide nuevamente cocinar y dedicarse a la venta de comida, pero ahora dentro de Polvos Azules. Se levantaba de madrugada y a las 7am ya se encontraba empujando su carreta hacia el centro comercial. Al igual que en las calles de la Av. Emancipación las ventas fueron grandes e incluso mayores. El público fue cautivado por su sazón y ella estaba muy feliz de estar nuevamente en el negocio de la comida y, más aún, ver dinero a diario. No obstante, dado que se encontraba junto a comerciantes de ropa, les prohíben la venta de comida en ese puesto. Junto a su esposo piensan en la manera de poder continuar en ese lugar, ya que cada día las ventas iban en aumento y la ganancia se incrementaba: “De ahí poquito a poquito iba conversando con los que eran dirigentes de la sección de comida, dándole comida, golosinas, así. Así nos ayudaron y nos acomodaron a sección de comidas” Ya más tranquilos, los esposos pagaron un derecho de entrada- $300- que cancelaron en dos partes. Posteriormente, les avisaron que aquellos que querían quedarse de manera permanente debían pagar el costo del terreno. Los Ortiz sabían de lo valioso que era conservar ese puesto y, por ello, decidieron comprar ese pequeño puesto en Polvos Azules: “Ahora sí pagamos por el terreno, llegamos pagar algo de S/. 3500. Entonces la gente no tenía para pagar todo junto. Nosotros pagamos en letras, pagamos en 2 letras nomás, 113 (entonces el) interés nos cobraban un mínimo. De ahí se pagaba luz, agua, aparte, limpieza, guachimán, carné de sanidad.” En ese momento era el año 1977 y Carmen da a luz a segundo hijo. Al igual que con el primero, solo estuvo un par de días en casa, ya que nuevamente tenía que reincorporarse a la venta de comidas. Su esposo, como siempre, ayudaba con la compra de los insumos en la Parada, mientras ella se dedicaba a cocinar y luego ambos compartían roles para la venta dentro de Polvos Azules. Si bien resaltan que esas épocas fueron de gran crecimiento, las dificultades no estuvieron ausentes, ya que el stand era pequeño (2x2) y tenían que ver la manera de acomodar las ollas y utensilios para el negocio. Si a ello le sumamos el desgaste y el esfuerzo físico que suponía levantarse de madrugada y seguir el ritmo hasta la media tarde, los esposos terminaban exhaustos, pero con la satisfacción de ver que el negocio iba en ascenso. Como ya tenían dinero, emplearon a tres chicas para que los ayuden con la distribución de la comida dentro de Polvos Azules. Para el año 1980, los Ortiz se compran su primer auto “de segunda mano”. Para ello tuvieron que pasar muchos sacrificios: “Dejamos de comer, de vestirnos, con chancletas, con pitas así yo andaba pero hasta juntar la plata para comprar el carro. Nos decidimos y en 3 meses compramos el carro. Y no compramos de primera mano, de segunda nomás. Así con ese carro llegamos aquí al Norte” Fue así que dos años más tarde y ya con tres hijos, los Ortiz no estaban muy cómodos en el pequeño cuarto del Jr. Callao. Es así que deciden comprar un terreno en la Av. Universitaria con Tomás Valle, en Los Olivos. En realidad, como explica Carmen, el terreno era una invasión: “Esto es producto de una invasión. Nosotros pagamos para que nos cedieran este terreno, es como comprar, porque no teníamos tiempo para estar acá e invadir” Poco a poco construyen la futura casa y, cuando estaba ya estaba el primer piso en 1984, deciden trasladarse hacia Lima Norte. Sin embargo, en el año 1986 son desalojados de Polvos Azules y trasladados hacia el Jr. García Naranjo en La Victoria. Al igual que en Polvos Azules, los esposos compran el puesto en el nuevo local por un total de $6000. 114 Sin embargo, el tema de las distancias los perjudicaba, ya que tenían que trasladarse desde su casa en Los Olivos hasta La Victoria, lo que les tomaba más de una hora de camino. Además, las cosas en el nuevo local ya no funcionaban como antes, pues como relata Carmen, muchos de los vendedores del centro comercial ya no les pagaban y algunos de ellos se dedicaban a hablar mal de los esposos y la comida que ofrecían. Por ello, al año siguiente una señora le hace una propuesta a Miguel para que le venda su puesto en La Victoria: “Me dice que le venda mi puesto, porque yo le había dicho que ya con mi esposa estábamos cansados de estar ahí, la gente hablaba mal, mucho chisme y encima no nos pagaban. Entonces le dije a mi esposa que hay que venderlo de una vez” No obstante, la reacción de la esposa no fue de apoyo. Ella nos cuenta que sentía un especial cariño por el puesto, ya que había significado su fuente de ingresos y la posibilidad de salir de la pobreza. Pensaba en el esfuerzo que eso supuso y se resistía a dejar el negocio de la venta de comida. Finalmente, ella tuvo que ceder y los Ortiz venden el puesto por la suma de $13 mil dólares, casi al doble de lo que les costó a ellos inicialmente. Con ese dinero, Miguel decide continuar con la construcción de su casa y usa el segundo piso como un centro de juegos de billar y televisores para videojuegos. Era el año 1990 y las crisis que vivía el país se sentían con fuerza. De modo que los Ortiz buscaban generar algo de dinero con este pequeño negocio en el hogar, sumado a las ganancias obtenidas por el taxeo que realizaba el esposo. No obstante, la madre nunca estuvo del todo contenta. Ya tenían 5 hijos, las necesidades crecían y no encontraban satisfacción. Por ello, la madre quien siempre tuvo en mente que el negocio de la comida era la salida, decide nuevamente seguir con esa línea. La consolidación del proyecto familiar: el restaurant propio Es así que aprovechando los utensilios y la experiencia previa de venta ambulatoria en el centro de Lima, Carmen empieza a preparar nuevamente menús criollos para la venta: 115 “Como yo tenía ollas todo que nos trajimos de allá le dije a mi esposo yo voy a sacar mi carreta y me voy a poner a vender comida. Yo no me voy a quedar así, pero quien te comprará me decía. El se sintió un poco mal. Faltó mano, faltó comida, todo. Me decían vecina haga menú, acá la comida que hacen es fea. Nosotros habíamos acostumbrado a poner papas, yucas, su tallarín con papa a la huancaína, con el arroz con pollo, asi le gusta al peruano” Fue así que el éxito volvía a los Ortiz y pronto los televisores y las mesas de billar fueron reemplazados por mesas y sillas para el restaurant. Por otro lado, la madre vio que el pollo a la brasa era todo un “boom” en un restaurant cerca a su casa. Dado el enorme éxito del ahora famoso pollo a la brasa los Ortiz deciden añadirlo a su carta resaltando que su sazón es única. Hasta ese momento la madre hacía casi todo apoyada por su esposo. Sin embargo, la gran afluencia de público llevó a que se cocine en mayor cantidad y ello suponía contar con mayor personal. De este modo, deciden contratar un cocinero y un mozo. Nacía así en el año 1994 el restaurant que lleva por nombre el apellido del esposo. Ahora se cuenta con personal en la cocina, mozos y los esposos Ortiz son los encargados de cobrar el dinero. La continuidad de la tercera generación Los hijos de los Ortiz no han sido ajenos al restaurant de sus padres. Desde pequeños vieron como el negocio iba creciendo y si bien no todos ellos recuerdan el difícil camino en la trayectoria de los Ortiz, son conscientes de que se ha logrado con mucho esfuerzo y sacrificio. Cuatro de los cinco hermanos están casados y la totalidad de ellos trabaja en el restaurant familiar. Son ayudantes en la cocina y mozos: “Mis hermanos y yo trabajamos en el restaurant. No estudiamos porque en realidad queremos seguir con el restaurant, para nosotros es mejor trabajar aquí que en otros lados donde no nos gusta. Con nuestros padres nos sentimos más a gusto, todos juntos, aunque cada hermano tiene su familia” (Pedro) 116 “Trabajamos todos pues. Realmente nos hemos acostumbrado, afuera hay mucho peligro, constantes abusos, acá nos sentimos muy bien todos juntos. Creo que si hay algo hecho por los padres hay que saber aprovecharlo y nosotros queremos que esto siga adelante” (César) Cuando les pregunto a sus padres acerca de su formación, ambos padres bajan la mirada. Con suma tristeza me cuentan que ninguno de sus hijos ha logrado estudiar en la universidad. A pesar de los esfuerzos de los esposos por persuadirlos para que tengan formación superior, los hijos se resistieron a ello. Esto resulta muy triste para la madre, aunque no pierde las esperanzas de que algún día decidan hacerlo: “Esa es mi tristeza. Cuando no quieren, no puedes amarrarlo, no puedas arrastrarlo. Mi hijo mayor antes que terminara la secundaria ya le había buscado su vacante en la escuela de cadetes de Chorrillos, pero no quiso. Cuando le decía que estudie, me decía qué tanto me dices mamá, acaso tú tienes secundaria, acaso eres profesional, eso me decían. Haz hecho una casa, un negocio, tienes dos carros sin estudiar. Que voy a hacer. Digo entonces para qué me he sacrificado, lloro a veces. Pero nunca es tarde para estudiar, de repente ellos despiertan” Frente a ello, los padres deciden incorporarlos como trabajadores dentro del restaurant. Al igual que los demás, reciben una paga diaria y trabajan de Lunes a Domingo. Al preguntarles a los hijos si participan en los eventos o reuniones costumbristas con sus familaires, paisanos y amigos uno de ellos señala: “No mucho, más mis papás. Vamos a algunas reuniones pero no muy seguido, como ya nosotros nacimos acá no somos muy pegados a eso, pero sí conocemos a los paisanos, incluso como te decía mi mamá ella siempre contrata paisanos, como más confianza, que también alguna vez ella fue así pobre. Así que hay buenas relaciones con el pueblo de mis padres. Pero mis hermanos no participan mucho de esas fiestas, poco como te digo” (César) 117 Los Olivos: satisfacción y búsqueda de la consolidación Al preguntarles si están a gusto viviendo en el distrito me dicen que sí, que el negocio es propio, es también la casa y de alguna manera nada los empuja a salir de él. Señalan que los inicios fueron difíciles ya que toda la zona era un basural y que tras varios años se ha convertido en una zona muy comercial, lo que ciertamente los favorece en gran medida. Al preguntarles sobre su ubicación en una clase social, los padres coinciden en que son de clase media: “Creo que sí, aunque no tenemos mucho dinero, creo que lo suficiente para estar bien, no? De no haber tenido nada creo que hemos mejorado ufff montón. Así que ahora tocará seguir creciendo y mejorando el restaurant. Yo al menos me siento tranquila, porque con lo que he hecho he ayudado a mis padres, a mi mamá que siempre está conmigo, ella se siente feliz de lo que yo he conseguido” (Madre) Al igual que los casos anteriores, los Ortiz también se consideran de “clase media”. Saben que su historia de vida familiar es de ascenso y que salir de la pobreza ha tardado varias décadas. Asimismo, señalan que todo Lima Norte está experimentando un gran crecimiento y de alguna manera se siente parte de todo este “boom”. Ellos resaltan que el factor más importante para progresar en la vida es el esfuerzo y el sacrificio personal. En su historia de vida las redes de ayuda mutua no parecen existir. Por el contrario, se evidencia que se ha ido construyendo por iniciativa de la propia pareja y si bien los primeros contactos con el mundo laboral en la capital se realizan a través de familiares, estos no cumplen un rol de familia tronco. En otras palabras, a diferencia de algunos casos estudiados, aquí los Ortiz no cuentan con el respaldo de los parientes sino que son ellos mismos los que hicieron su propio camino. Estrategias familiares de movilidad social La historia de vida de la familia Ortiz revela un proceso de movilidad social que se inicia desde “cero”. A diferencia de las familias Gallardo y López, los esposos Ortiz llegan a la capital siendo niños y no reciben el respaldo de una familia tronco. Si bien son traídos por 118 sus parientes, estos últimos no establecen vínculos sólidos con Miguel y Carmen, quienes por sus propios medios buscan algún trabajo para la sobrevivencia. Quizá la historia más dramática es la de la madre, quien tuvo que pasar por muchas penurias y carencias mientras era empleada doméstica en el Cercado de Lima y luego en Miraflores. Por su parte, él consigue un oficio como mozo en un chifa de la calle Capón, por el que recibía un pago sumamente bajo y trabajaba muchas horas al día. De modo que como se evidencia en el relato de la madre, los inicios fueron muy difíciles y las carencias materiales y afectivas afectaron seriamente a Miguel y Carmen. Sin embargo, ella logra conseguir algo de dinero, regresa a su pueblo natal y nuevamente decide regresar a la capital, pues sabía que en la sierra no tenia oportunidades de desarrollo. Un primo suyo le ofrece un supuesto trabajo que finalmente no existe y ella termina regresando a su trabajo como empleada, mientras Miguel seguía laborando como mozo. En ese contexto, los Ortiz se comprometen y deciden vivir juntos en un pequeño cuarto del centro de Lima. No obstante, las ganancias de cada uno eran bastante modestas y tan solo les alcanzaba para sobrevivir. Cuando tenía solo 16 años, Carmen queda embarazada de su primer hijo y es obligada a dejar su trabajo en Miraflores. Al regresar a casa, solo contaba con el poco dinero que su esposo podía darle. Por ello, buscó la manera de conseguir más recursos económicos y empezó a vender golosinas en la calle sin que Miguel se diera cuenta. Ella sabía que con este oficio obtenía algo más de dinero para sostener el hogar, pero tenía que sumarle mucho esfuerzo y sacrificio, puesto que se encontraba gestando. Sin embargo ello no fue un límite para que la madre saliera como ambulante a ganarse algo más para la vida. Pronto, su esposo la descubre y, lejos de prohibirle la venta en las calles, decide apoyarla y le construye una pequeña carreta para la venta de dulces. En ese contexto, Miguel es despedido del trabajo y es ella quien lo convence de no regresar a trabajar, ya que la venta ambulatoria generaba más ganancias que su trabajo como mozo en un chifa. De este modo, los esposos salen juntos a las calles del centro de Lima en busca del sustento diario. En interacción con otros vendedores se dan cuenta que la venta de comida era rentable, al ver el éxito de un señor que ofrecía pescado frito. Sin pensarlo mucho, ambos esposos deciden embarcarse en este nuevo reto que les permitiría superar la etapa de sobrevivencia y mayores carencias hacia un proceso de movilidad social ascendente. Hasta el momento, vemos que lo que construyen los Ortiz no se apoya en las redes de parentesco, sino que se trata de iniciativas individuales de alguno de ellos por ganar algo más de dinero para el hogar. Asimismo, podríamos decir que es un modelo de “imitación” 119 en tanto aprenden de las experiencias exitosas y buscan replicarlas en ellos mismos. Como hemos señalado anteriormente, lo colectivo, expresado principalmente en el apoyo de la familia tronco o algunos parientes, no resulta ser importante para los Ortiz. Sin embargo, ellos como esposos sí trabajan de manera conjunta en sus aspiraciones e inician un despegue interesante que más adelante culminará con la formación de su propio restaurant. Como ambulantes en la venta de pescado, estuvieron cerca de dos años. Eran fines de la década de los setenta y “Polvos Azules” iniciaba su nacimiento. Como relatan los esposos, el negocio de la venta de pescado iba cada vez mejor y ellos se resistían a dejar ese lugar en la Av. Emancipación. Sin embargo, finalmente tuvieron que abandonarlo dado que la municipalidad de ese entonces buscaba echar a los ambulantes del centro de Lima e incluso en un enfrentamiento con la policía su esposo sufrió un accidente que le dejó una grave quemadura en la pierna. Nuevamente sola y con un nuevo embarazo a cuestas, la madre tuvo que ir a “Polvos Azules” a “agarrar un puesto” para continuar con el negocio. Consiguen un stand y se reinicia la venta de comida, pero esta vez dentro de este nuevo emporio comercial. Esos años, comprendidos entre fines de la década de los setenta e inicios de los ochenta, marcan un proceso de movilidad social ascendente en la familia Ortiz. En este contexto, sus grandes logros son la compra del primer carro y el terreno en Los Olivos, que más adelante sería su casa y la sede del restaurant propio. Sin embargo, ello se obtuvo ahorrando dinero de a pocos, lo que implicaba, como relata la madre, hacer muchos esfuerzos y sacrificios como dejar de comprar ropa y racionar la comida. Lo cierto es que finalmente logran la casa y el carro propios y el proceso ascendente parecía no detenerse. No obstante, a pesar de haber comprado el puesto en Polvos Azules, son reubicados en un nuevo lugar, esta vez en el Jr. García Naranjo, en el distrito de La Victoria. Los esposos, quienes ya contaban con un mayor respaldo económico, compran un nuevo puesto allí por una suma muy superior a lo que pagaron cuando se encontraban en “Polvos Azules”. Sin embargo, encuentran una nueva dificultad, esta vez en cuanto a las distancias, pues ya se encontraban viviendo en Los Olivos y el recorrido hasta La Victoria era bastante considerable. Ello desanimó al esposo, pero no a la esposa. Esta última sentía un especial cariño por el puesto de venta de comida, ya que de alguna manera había sido el soporte para lograr salir de la condición de pobreza. Sin embargo, el esposo estaba decidido a vender ese puesto y ver la manera de trabajar por su nueva zona de 120 residencia. A pesar de los numerosos reparos, Miguel vende el puesto y usa parte del dinero en poner un negocio de mesas de billar y videojuegos en el primer piso de su casa. Sin embargo, la madre nunca estuvo de acuerdo y pensando nuevamente en que era la venta de comida aquella que les permitió ganar dinero, se reinserta nuevamente al negocio y empieza a cocinar para la venta al público. Para su buena fortuna, nuevamente el éxito fue inmediato y su buena visión la llevó a incorporar cada vez más platos a su carta, como los mariscos y el pollo a la brasa. Es así que nace el restaurant de la familia OC en su propia casa el año 1994. Ya en ese momento habían nacido sus 5 hijos y la crianza la alternó con sus labores en el restaurant. Sin embargo, debido a la gran de cantidad de ventas del negocio fue incorporando personal externo para el trabajo en el restaurant. Es así que se cuenta con tres cocineros, un ayudante de cocina y mozos. Lo interesante del negocio en los últimos años es que fue incorporando a miembros de la familia. Los hijos de los esposos Ortiz sentían especial apego por el restaurant y decidieron insertarse en éste como mozos y ayudantes en la cocina principalmente. A diferencia de los casos anteriores, la tercera generación de los Ortiz no ha logrado seguir estudios superiores. Sus metas se centran únicamente en la continuidad y ampliación del restaurant. De modo que esta historia de movilidad social ascendente, iniciada por los esposos Ortiz culmina con la fundación del negocio propio. A partir de su relato podemos decir que las estrategias, a diferencia de las familias Gallardo y López, no se han basado en las redes de apoyo familiar o vecinal. Si bien muchas veces algún amigo o vecino les daba algunos consejos, esto no fue lo determinante para ellos, sino la visión y proyección que desde un inicio tuvo especialmente la madre. Ella señala que es el esfuerzo personal el que posibilita tener éxito en la vida. Así, la historia de los Ortiz muestra que la tenacidad y perseverancia de ambos esposos fue clave para tener éxito en la venta ambulatoria. En este camino tuvieron que lidiar con muchas dificultades, ya que al ser ambulantes su condición era suficiente para ser echados de las calles. Incluso cuando se organizaron en “Polvos Azules”, muchos de los vendedores fueron sacados de allí hacia otro centro comercial. Pero para ello ya los Ortiz habían acumulado un capital económico importante que sin muchos sobresaltos les permitió adquirir un nuevo puesto en La Victoria, además del primer auto y el terreno para la futura casa. En otras palabras, ya habían salido de la pobreza y se colocaban en una posición expectante. No obstante, ya no les resultaba rentable trasladarse desde el Norte hacia La Victoria y es entonces cuando inician el negocio propio del restaurant. Quizá sin pensarlo demasiado colocan su restaurant en su 121 propia casa, siempre con el trabajo de ambos esposos y en una etapa siguiente, con el apoyo de la tercera generación. Sin embargo, aquello que está ausente en este proceso de movilidad social es la educación. Como vimos en los tres primeros casos, de alguna manera la educación cumple una función importante en los procesos de movilidad social ascendente. En aquellas familias que iniciaron de “cero”, como los Gallardo y los López, la educación es para la tercera generación y en el caso de los Gallardo también para algunos hermanos de la segunda generación. Sin embargo, los hijos de la familia Ortiz no lograron seguir estudios universitarios y ante esto sus padres les dan trabajo como empleados en el restaurant. Esto nos revela que en este caso específico, la formación educativa no llega a ser alcanzada por los hijos. En este sentido, se podría decir que la movilidad social encuentra límites y, en este caso, el proceso de ascenso parece detenerse en la tercera generación. Por otro lado, se puede decir que en este caso, la familia nuclear se mantiene hasta la tercera generación, pues en la casa viven ambos padres con la hija menor, que es soltera. Mientras que los otros cuatro hijos están casados y tienen hijos, pero viven en sus propios departamentos. Lo interesante es que en el ámbito laboral, que es el restaurant Ortiz, se juntan todos los hermanos y algunas de sus esposas y trabajan como mozos y ayudantes en la cocina. Sin embargo, no funcionarían como una familia extendida, ya que como explica la madre, cada uno de ellos recibe un sueldo diario por separado, de manera que las ganancias van de acuerdo a cada uno de los hogares nucleares. Lo que sí existe según lo relatado por alguno de ellos es la confianza y los vínculos de parentesco que de algún modo facilitan el mejor clima laboral. En otras palabras, podríamos decir que el restaurant sigue siendo de los esposos Ortiz, pero ellos confían en que sean sus hijos quienes tomen las riendas del negocio cuando ellos no estén. Además, a diferencia de las familias anteriores que sí quieren salir del distrito, esta familia manifiesta satisfacción de residir en Los Olivos. Saben que su casa y negocio están allí y quisieran que ello continúe en los siguientes años. De pronto sienten que todavía no han rendido el máximo y esperan que ello ocurra posteriormente. En suma, en la historia de vida familiar, podemos destacar que los logros de los Ortiz se han expresado a nivel económico. Han transitado de la pobreza hacia una “clase media”, 122 en la que ellos se sitúan. Dicen ser parte de aquellos que han progresado y que si bien no tienen tanto dinero sí reúnen lo suficiente como para vivir de manera estable y tranquila con su negocio propio. En la etapa inicial del proceso de movilidad social, lo individual es lo más importante, ya que no contaron con el apoyo de una red colectiva como en los demás casos (familia tronco, vecindad, etc.). A diferencia de los casos 1 y 3 las redes de parentesco y el apoyo familiar no tienen mayor relevancia en los Ortiz. Quizá porque tuvieron que abandonar sus pueblos de origen a una temprana edad y no lograron establecer vínculos de parentesco sólidos. Además, el haber migrado a Lima durante su niñez, supuso que los Ortiz estuvieran expuestos a mayores riesgos y dificultades. Sin duda, esta historia es la más dramática de los casos presentados. Para ellos, el camino inicial no fue sencillo, tuvieron que aprender muchas cosas en el camino y más aún si no tenían el respaldo de algún pariente. Sin embargo, al igual que en los casos 1 y 3, los esposos Ortiz tenían una acentuada ética del trabajo, activo fundamental que permitió la emergencia de un proceso de movilidad social ascendente. Como señalan Adams y Valdivia (1991), la ética del trabajo, heredada de la tradición andina supone también determinados comportamientos, como por ejemplo, el ahorro. En este caso, la madre siempre privilegió el ahorro desde los inicios, pero este ahorro estuvo acompañado de sacrificios y dificultades, que los Ortiz siempre resaltan ya que son conscientes que para tener algo tenían que esforzarse mucho y dejar de lado diversiones o pasatiempos. Gracias a ello, de ser vendedores de golosinas en la calle, pasaron a ser vendedores de comida en Polvos Azules y más adelante lograron comprarse dos carros, la casa y finalmente poner su propio restaurant, que se convierte en el gran proyecto con miras a continuar en los próximos años. Y nuevamente al igual que en los casos anteriores, los contextos político-económicos parecen no mermar a estas familias, ya que el mayor crecimiento de los Ortiz se da durante la década de los ochenta y en los noventa fundan el restaurant. Lo cierto es que saben muy bien que avanzar cuesta mucho y los sacrificios y malos momentos pasados quizá son los mayores alicientes para no rendirse y continuar el camino. 123 LA SOCIEDAD DE LOS TRES ASES LA FÁBRICA TEXTIL Y LA MOVILIDAD SOCIAL ASCENDENTE DE LA FAMILIA MARTÍNEZ Orígenes y llegada a la capital Los hermanos Martínez son originarios del pueblo de Uchusquillo, caserío ubicado en la provincia de Carlos F. Fitzcarrald, departamento de Áncash. Como la mayoría de familias de las áreas rurales, son en total 8 hermanos, de los cuales 3 son los que deciden salir primero hacia la capital en busca de mejores horizontes. El mayor de ellos, José, nació en el año 1949, mientras que Carlos en el año 1952 y Pedro en el año 1955. De acuerdo a su relato, el hermano mayor, José, llega a Lima en el año 1964, cuando apenas tenía 11 años de edad. Siendo un niño, decide salir de su tierra de origen en busca de trabajo y mejores oportunidades. Llegó a la capital solo, sin la ayuda ni el acompañamiento de algún pariente o familiar: “Yo llegué solo, sin la ayuda de nadie. Era un chico pequeño que solo quería superarme y fue bien difícil al principio porque no tenía ni siquiera donde dormir, la verdad hasta en los parques he dormido, en la calle misma” Debido a que no tenía alojamiento, el hermano mayor acepta ser empleado en una panadería, ya que le ofrecían un pequeño cuarto. Unos meses más tarde, sus hermanos menores llegan a la capital y el hermano mayor los incorporó como ayudantes en esta panadería. “Nosotros salimos bien pequeños en busca de oportunidades. Nuestros padres solo tenían pequeñas chacras en la sierra que nos servía para comer, como se dice para subsistir. Pero no podíamos hacer más, igual agradecemos a nuestros padres que siempre nos enseñaron que estando unidos todos los hermanos saldríamos adelante. Desde niños siempre colaborábamos con la siembra, a veces en donde otros tíos, paisanos, en fin teníamos siempre presente que el trabajo entre todos es el que lleva al progreso” (Carlos) 124 En este contexto, sabían que estando juntos podían enfrentar mejor la precariedad, sin embargo, lo poco que ganaban en el restaurant solo les alcanzaba para comer y pagar el alquiler de un pequeño cuarto en el Jr. Zorritos (Breña). Era inicios de la década de 1970 y el trabajo como mozos no les satisfacía. No querían ser empleados, pero eran conscientes de que no tenían las capacidades para hacer su propio negocio. “Éramos mozos pero nos pagaban bien poco. A veces nos hacían quedar hasta bien tarde a hacer más horas y peor no nos pagaban por trabajar más. Como dice mi hermano mayor, para él la panadería fue importante porque no tenía donde quedarse. Aquí no encontramos a nadie, la familia estaba en la sierra, realmente la pasamos bien mal al principio” (Pedro) Sin embargo, un día los tres hermanos van a una fiesta patronal de su pueblo en Lima y se encuentran con Jorge, un paisano suyo que viendo su situación los persuade a iniciarse en el negocio de las confecciones textiles. Este paisano trabajaba en ese momento como obrero en una industria textil de la Av. Argentina, en el Cercado de Lima y les dijo que las confecciones eran muy rentables y que ellos podrían ser exitosos si se decidían a empezar en ese rubro: “Primero yo le digo al paisano yo sé que tú tienes tu micro, yo también quiero comprarme, hemos reunido una cantidad de plata y no sabemos qué hacer, qué negocio poner y él nos dice que teníamos que estar al tanto si no el chofer te robaba, entonces nos dijo que por qué mejor no nos metíamos a ser confeccionistas, que él conocía a otro paisano que tenía confecciones y se “había ido como espuma” y con confecciones tenía casa en Breña, en SMP, con cantidad de trabajadores. Nos dijo que estaba seguro que eso nos iba a dar plata.” (Carlos) No obstante, los hermanos no sabían cortar ni coser tela alguna. Para ellos, resultaba casi un sueño tener un taller de confecciones. Pero, por otro lado, siendo empleados de un restaurant sus aspiraciones de progreso eran muy lejanas y, como sostiene WM, decidieron comprar una pequeña máquina de coser e iniciar esto como “una aventura”. Así, junto al apoyo de este paisano compran las primeras máquinas de costura para el taller e inician con el negocio. 125 La sociedad de los tres ases: el inicio de la futura fábrica de confecciones En el año 1973, los tres hermanos Martínez deciden juntar sus ahorros y constituir una sociedad a la que denominaron la sociedad de los tres ases. En el mismo local del Jr. Zorritos en Breña, decidieron iniciar un proyecto desde “cero”, con el apoyo de una pequeña máquina de costura recta que les permitiría producir pantalones y camisas, que luego vendían en las calles del centro de Lima como ambulantes. En esta pequeña habitación de Breña, los Martínez no solo trabajaban, sino que acomodaban el espacio para que, al mediodía funcionara como una cocina y en la noche les sirviera como dormitorio. Sin embargo, no conocían casi nada de la producción textil y, por ello, se vieron obligados a contratar a un costurero con experiencia para que realice esa labor en su pequeño taller: “Uno como no conocía esa línea de confección no sabíamos cuánto íbamos a producir, no conocíamos ni siquiera la máquina. Nosotros sabíamos un poco de costura recta, pero había que remallar y esas cosas. Así que una vez pusimos un aviso en el periódico que se necesitaba un costurero, el hacía eso y nosotros lo ayudábamos a planchar, algo para ir aprendiendo” De este modo, una persona se dedicaba a coser y remallar, mientras que los hermanos apoyaban con el planchado o el doblado de las prendas, ya que, como confiesan, casi no sabían nada del proceso de producción. Cuando el costurero terminaba su jornal, ellos ávidos de aprender tomaban una de las máquinas de coser o remallar e intentaban replicar lo que habían visto. Así, en una rutina de ensayo-error los Martínez aprenden paso a paso cómo era el trabajo de las confecciones: “Si por decir normalmente se producían 2 pantalones, el (maestro) producía 5, nosotros estábamos bastante contentos. El primer día produce 15 pantalones solito! Y nosotros con mi hermano producimos unos 5 pantalones. Ya eran 20. El llega en su máxima producción a sacar 25 pantalones, más lo que hacíamos con mis hermanos ya eran más de 30, en un día!” 126 De este modo, la producción se incrementaba cada vez más y los hermanos Martínez iban aprendiendo cómo se elaboraban las distintas prendas. Cuando ya sabían cómo cortar, coser, remallar, etc, los hermanos decidieron dividir el trabajo: a Pedro le tocaba coser, mientras que Carlos remallaba y luego el hermano mayor José se dedicaba a las ventas. Estos roles podían variar de acuerdo a las circunstancias y los hermanos buscaban alternarlos para que cada uno de ellos conozca todos los procesos del ciclo productivo. Así estuvieron más de cinco años. En este lapso de tiempo, los hermanos reconocen que las dificultades siempre estuvieron presentes, ya que había que levantarse muy temprano y la jornada de trabajo culminaba de madrugada. Como señalamos anteriormente, su pequeño taller también les servía de morada, ya que la situación económica era crítica y sostienen que solo unidos podrían vencer estos obstáculos. Dadas las ganancias que obtenían de las ventas de sus prendas, los hermanos deciden comprar un terreno cerca de la Av. Panamericana Norte en el año 1980 destinada a la construcción de su local y vivienda. Construyen el primer piso e instalan allí su taller de confecciones. Posteriormente, en el año 1984, se levanta el segundo piso y los hermanos trasladan la vivienda hacia el segundo nivel. Sin embargo, hace casi 10 años, en el año 2001, compran un nuevo terreno esta vez en la Panamericana Norte industrial, en donde construyen una gigantesca planta textil. Al preguntarles por qué escogieron Lima Norte, ellos señalan que además de lo insuficiente del espacio en Breña, la Panamericana Norte Industrial, era precisamente una zona industrial, alejada del casco central y que está muy cerca del río Chillón, del que obtienen el agua para el lavado de las prendas: “En un lugar residencial es un problema para trabajar 24 horas. Y una empresa es mejor en un lugar industrial, que nadie te moleste. Nos ubicamos por acá también por el agua por la lavandería, porque aquí lo hacemos por poza subterránea por filtración del río Chillón y tenemos una columna de 100 metros que cavamos la poza, sino el agua es carísimo para una lavandería” (Carlos) Posteriormente, en el año 1995, los hermanos Martínez deciden exportar sus prendas al mercado ecuatoriano. Sin duda, esta década fue una de las más gloriosas para los 127 Martínez, pues reconocen que durante los noventa se dio el mayor crecimiento y auge de la fábrica: “Eso fue en tiempos de Fujimori, nos dio la oportunidad de crecer. Con Fujimori fue nuestro auge. Teníamos una demanda bárbara en Ecuador, cada día mandábamos como 10 fardos de prendas y cada fardo con 800 camisas en promedio. Entonces casi 8000 camisas diarias, y a eso súmale también en mercado nacional. Teníamos cerca de 10 tiendas entre la Av. Abancay y Gamarra” Asimismo, en esta época los talleres de los Martínez se incrementaban y, como señalan ellos mismos, en los mejores años llegaron a tener cerca de 35 talleres y un promedio de 350 personas trabajando para ellos en planilla. Del mismo modo, en estos años, los hermanos se comprometen y las esposas de cada uno de ellos se integran a la empresa textil. Los hermanos señalan que esto fue realmente importante, ya que las esposas encajaron muy bien en las costumbres de los Martínez, lo que representó un soporte valioso para continuar con el crecimiento de la empresa y asegurar su consolidación. Ellas se integran a la empresa a inicios de los noventa, ya que la crisis política y económica obligaba a darle mayor apoyo al negocio familiar, de manera que se acoplaron a la administración y supervisión de las tiendas en el mercado nacional. “Nosotras empezamos a ver en el negocio también. Veíamos todo lo que son modelos, colores, tallas, qué prenda sale o qué no sale, todo de acuerdo a lo que pedía el cliente y veíamos para confeccionar acá, a veces también yo supervisaba la producción” (Esposa de Carlos) No obstante, en palabras de Carlos, si bien de la década de los noventa, fue muy exitosa, a inicios del nuevo siglo la producción y venta bajó considerablemente. Al igual que en el caso de la familia López, la importación de prendas chinas a muy bajo costo entró en competencia con la producción nacional, perjudicando notablemente a ésta última: “Con Toledo y García nos hemos estancado, la ropa china es cierto también ha significado una fuerte competencia y ya no se vende como antes” 128 Frente a esta caída, los Martínez decidieron recortar su planilla de trabajadores, ya que necesitaban abaratar costos y maximizar las utilidades. De 350 trabajadores en la década de los noventa, pasaron a 100 aproximadamente, aunque señalan que es relativo, ya que ahora prefieren tercerizar la producción (pedir servicios a otras empresas del rubro), de modo que ya no tienen que preocuparse por el pago del personal, derechos laborales, gratificaciones, CTS, etc. Además, cerraron algunas tiendas en Gamarra y ahora solo venden ropa en el centro de Lima pero, eso sí, continúan con la exportación de prendas al mercado ecuatoriano, aunque en menor cantidad. La continuidad de la tercera generación Si bien ninguno de los tres hermanos Martínez ha seguido estudios superiores, los hijos de cada uno de ellos sí se han formado profesionalmente. Con orgullo, los hermanos señalan que es la tercera generación aquella que conseguido estudiar, a diferencia de ellos: “En esos tiempos veíamos más rentable trabajar que estudiar. Nosotros razonábamos así: si yo pierdo cuatro horas en el estudio y termino el estudio, si yo fuera un trabajador trabajando puedo ganar más que eso, siendo independiente” Sin embargo, reconocen luego que ello se debía a las carencias económicas y la necesidad de generar dinero para sobrevivir. Lo cierto es que una vez que la empresa emergió e inició su crecimiento, los hermanos destinaron el dinero a seguir ampliando la fábrica, pero también invirtieron el dinero en la formación de sus hijos: “En la familia hay tres ingenieros industriales, un administrador de empresas, una economista, una contadora y una diseñadora industrial” Ellos han estudiado en universidades privadas como la Universidad Ricardo Palma (URP) y la Universidad San Martín de Porres (USMP). Lo interesante es que los hijos quieren continuar con la empresa familiar. “Sí, nosotros apoyamos a nuestros padres en la parte de la administración. Mi otro primo que es Ingeniero ve lo que es la producción y así buscamos siempre estar pendientes de la fábrica familiar. Porque realmente aquí trabaja toda la familia, sabemos de lo difícil que 129 fue para mi papá y mis tíos construir todo esto, por eso siempre estamos al pendiente de cómo va la fábrica” (Diego) “Veo lo que es la producción. Desde niño siempre mi mamá y mi papá me decían que tenía que estudiar una profesión, que ellos no habían podido estudiar porque fueron muy pobres, tenían primero que trabajar para ganarse un pan. Ellos han vivido épocas bien duras, pero gracias al esfuerzo de los tres en conjunto es que han conseguido salir adelante. Esta fábrica ha crecido con los años. Nosotros como hijos y sobrinos queremos que siga. Igual yo tengo siempre la mira en que se amplíen los mercados internacionales, la exportación. Creo que a eso debemos apuntar” (Braulio) Desde sus carreras profesionales, la tercera generación ha acumulado los conocimientos necesarios para asegurar la continuidad de la empresa. Como señala uno de los hermanos, ellos buscaban que sus hijos y sobrinos estudien una carrera que les permitiera administrar y gestionar mejor la fábrica textil. De este modo, las profesiones elegidas se ajustan muy bien a lo que la empresa requeriría. Por ejemplo, uno de los hijos de José, que es Ingeniero Industrial, se dedica a la administración de la línea de bordados de la empresa, mientras combina esto con sus propios proyectos y trabajos externos. Al preguntarles a los más jóvenes si continuaban participando en las reuniones costumbristas o fiestas de confraternización con amigos, paisanos, respondieron que no solían participar: “Eso en realidad es para nuestros padres. Al menos yo estoy bien ocupado en otros asuntos y no voy mucho a esas reuniones. Pero como te decía para mis padres sí, ellos siempre se reúnen con los paisanos, con el que los ayudó al principio para poner el taller textil, pero nosotros no mucho. Solo muy pocas veces, más estamos en nuestras cosas, la chamba, la fábrica, todo eso”. (Diego) Si bien los hermanos Martínez coinciden en que los hijos no se vieron forzados a seguir carreras que les permitan continuar con la empresa familiar, en sus discursos se evidencia una satisfacción por la participación de la tercera generación en la empresa: “Nosotros no tuvimos un padre que nos haya dicho toma capital y empieza. Todos los provincianos empezamos de abajo. Pero nosotros sí con nuestros hijos les podemos dar 130 esa posibilidad…Tengo una bordadora de 18 cabezales y así tengo otra de 4 cabezales. Una bordadora vale más de 100 mil dólares. Si mis padres me hubieran dado eso…a ti que te pongo una máquina, si ustedes no lo pueden hacer producir eso, para qué han estudiado, ellos que hagan crecer, que sigan” Asimismo, reconocen que para los tres hermanos la formación de una empresa les tomó cerca de cuarenta años, mientras que a la tercera generación debería tomarle mucho menos tiempo, ya que ellos tienen formación superior, mientras que los Martínez empezaron casi como una “aventura”, sin ningún tipo de preparación, “desde abajo”. Aquello que consideran esencial para que su empresa sea próspera es el papel que cumple la familia. Son conscientes de que sin el apoyo conjunto de los tres hermanos sumado al papel que desempeñan las esposas y ahora los hijos, la empresa jamás hubiera existido. La sociedad que ellos formaron solo fue posible por el esfuerzo y la responsabilidad de cada uno de los hermanos: “En el camino era importante la responsabilidad y la lealtad en la sociedad. Eso nos permite avanzar, todos piensan como uno solo. Hay que respetar los acuerdos, pero si uno de ellos falla, entonces la sociedad se rompe” Hasta el momento, la sociedad se mantiene vigente desde hace cuarenta años y los hermanos saben bien todos los sacrificios y dificultades por las que tuvieron que atravesar para formar la gran empresa que es hoy en día: “Creaciones Textiles Hermanos MR SRL”. Actualmente, los hermanos se dedican fundamentalmente a la administración de la empresa. En cuanto a los roles, el gerente general es Carlos, Pedro es el gerente financiero y el hermano mayor, José, es el gerente de ventas, quien se encuentra en Ecuador a cargo de las exportaciones hacia el país norteño. Finalmente, los hermanos reflexionan y uno de ellos, Carlos, señala que si bien ellos han logrado crecer, se comparan a casos como el de Topy Top, cuyo avance ha sido mayor: “Entre mal y bien ahí estamos, no habremos avanzado mucho pero ahí estamos. Pero hay gente de nuestro rubro que ha progresado mucho como Topy Top, Kansas, eran ambulantes así. Sus hijos se fueron a estudiar a EE.UU y así fue. Muchas empresas que podemos decir que han crecido mucho, Yol, es un policía retirado, que no le convenía el sueldo y creció. También Pierrs, un huancavelicano, ahorita es grande” 131 Sin embargo, lo cierto es que su éxito ha sido enorme y de una pequeña máquina en un local de Breña, ahora son dueños de una gran fábrica textil en la Panamericana Norte Industrial. Estrategias familiares de movilidad social La historia de vida de la familia Martínez, revela puntos interesantes sobre las estrategias de movilidad social ascendente. Al igual que los casos anteriores, se trata de migrantes de las zonas rurales del país que, buscando mejores oportunidades de vida en la capital, deciden salir de sus pueblos de origen. En este caso, son ocho hermanos que en distintos momentos migran hacia Lima, pero son tres de ellos los que logran juntarse para enfrentar los difíciles momentos e iniciar un pequeño negocio. Sin embargo, esta iniciativa no nació de ellos, sino de un ‘paisano’ suyo que los alienta a dedicarse a las confecciones, ya que en esa época (década de los sesenta), el mercado textil se colocaba como uno de los rubros con mayor proyección. Siguiendo los consejos de este paisano, los hermanos Martínez deciden vivir juntos y con los pequeños ahorros que obtuvieron de sus trabajos como mozos y empleados, se compran una máquina de costura recta y se instalan en un pequeño local del Jr. Zorritos en Breña. No obstante, no sabían cómo manejar la máquina ni coser prenda alguna. Esto definitivamente fue un obstáculo para los hermanos, quienes en su afán por aprender deciden buscar el apoyo de un costurero con experiencia en el rubro. De este modo, este costurero inicia la producción de pantalones y camisas mientras los hermanos ayudaban en el planchado y la venta en stands del centro de Lima. Esta etapa fue de aprendizaje, ya que una vez que el costurero terminaba su jornada de trabajo, los hermanos Martínez intentaban manejar la máquina de coser, tal como lo habían visto a manos del experto. Como ellos señalan, no fue fácil, se equivocaban, lo rehacían, hasta que lograban coser líneas rectas, luego puntos especiales, etc. De este modo, cada uno de ellos buscaba saber de costura e intercambiaban roles para que todos los hermanos tengan conocimiento de cada una de las fases de la producción textil. Poco a poco las ventas se incrementaban y con las ganancias que obtenían iban comprando algunas máquinas como remalladoras, bordadoras, etc. Eran mediados de los 132 años sesenta setenta y los Martínez siempre estaban juntos, ya que sabían que con el apoyo de los tres podrían salir adelante. Todo lo que se obtenía de las ventas era para el crecimiento del negocio, incluso en este camino tuvieron que sacrificar comodidades, lujos, excentricidades, etc. Tan es así que el local de confección textil se convertía en una pequeña cocina al mediodía y luego en la noche les servía como dormitorio. Lo que ellos resaltan con orgullo es que gracias al esfuerzo y dedicación de cada uno de los hermanos es que se consiguió progresar y avanzar cada vez más. Pero si bien la cuota individual era importante, lo era más el que unieran estos esfuerzos y trabajaran para una sola causa, con el lema que ellos resaltan: todos pensamos como uno solo. De esta manera, sus ganancias se iban incrementando y en el año 1973 deciden formar una asociación entre los tres hermanos a la que llamaron “la sociedad de los tres ases”. Este es el momento que consideramos importante, ya que se activa el proceso de movilidad social ascendente en los Martínez. Esta asociación de tipo colectiva les permitió juntar las ganancias y ahorros en beneficio de la sociedad, que implicaba que cada uno de los miembros de la sociedad era responsable y leal en sus actos y si alguno fallara, la sociedad no tendría sentido y se disolvería. Lo cierto es que los tres resaltan que tienen valores y metas honestas que han posibilitado que la sociedad permanezca hasta hoy en día. Del local de Breña, se compran un terreno cerca de la Av. Panamericana Norte y construyen ahí su casa, que además funcionó como su taller. Al igual que en los casos 1 y 4, la construcción funcionó como negocio y vivienda. Sin embargo, a diferencia de los casos anteriores, el negocio se separará de la vivienda, ya que en la década de los noventa, los Martínez experimentan su mayor crecimiento y, en el año 1995, abren las fronteras e inician con la exportación de sus prendas hacia el mercado ecuatoriano. Al igual que en la familia López, los hermanos Martínez tienen su mayor apogeo cuando el país se encontraba inmerso en una crisis política y económica. Sin embargo, las medidas neoliberales (“Consenso de Wanshington”) impuestas por el entonces presidente Alberto Fujimori crean el escenario perfecto para que los Martínez inicien la apertura de fronteras y exporten sus prendas al Ecuador. Este último evento supone un “salto” más en la trayectoria de movilidad social de la empresa familiar, pues la apertura hacia mercados externos les genera mayores ganancias y con ellas logran que la empresa continúe con su crecimiento y educan a sus hijos profesionalmente. Posteriormente, en el año 2001, disocian el negocio de la vivienda y trasladan el taller textil hacia un local en la zona industrial de la Panamericana Norte en la que construyen la 133 fábrica de acuerdo a sus necesidades, y es donde la empresa funciona actualmente. Estos eventos son importantes ya que podrían considerarse como “saltos” o “movilidad geográfica” que permiten el crecimiento y consolidación de la empresa. Hasta este punto, vemos que las estrategias colectivas son el soporte para la movilidad social ascendente de los hermanos Martínez. Si bien no tuvieron el apoyo de una familia tronco, sí contaron con los consejos y el respaldo de un ‘paisano’, que fue quien los impulsó a iniciar con el negocio de las confecciones. Asimismo, en este camino las esposas de los hermanos Martínez han jugado un rol muy importante para el crecimiento de la empresa. Ellas iniciaron su participación en las ventas y apoyan siempre a sus esposos, ya que señalan que el sostenimiento del negocio depende de los esfuerzos de toda la familia. Y realmente el carácter familiar de la empresa no pierde vigencia, ya que los hijos tienen proyecciones de continuar con este proyecto. Todos ellos se han educado en universidades particulares y son ingenieros industriales, administradores, contadores, economistas, etc. De alguna manera, sus carreras profesionales se orientan hacia una estrategia más individual, ya que como señalamos en los tres primeros casos, estas profesiones serían de corte más liberal y asociadas al mercado. Pero la mayoría de los miembros de la tercera generación están decididos a seguir con la empresa. Por ejemplo, uno de ellos ya se dedica a la administración de la línea de bordados mientras que el otro apoya a su papá en la línea de exportación de prendas hacia el mercado ecuatoriano. Si bien podemos decir que se desempeñan como profesionales en sus campos, los lazos y vínculos de parentesco en la empresa (la estrategia colectiva) no desaparecen, pues los hijos continúan con la base familiar. En esta línea, es importante señalar también que una de las hijas de José ha iniciado un pequeño taller textil, ubicado en la casa familiar. El apoyo es de parte de sus padres y de alguna manera la familia Martínez le brinda los insumos y la preparación necesaria para que ella pueda desempeñarse exitosamente en el área. Esto nos revela que la matriz familiar está presente en las tres generaciones y sigue siendo la base de la continuidad de la empresa. 134 Capítulo IV Análisis conjunto de los casos de movilidad social En este capítulo presentamos el análisis conjunto de los 5 casos de movilidad social ascendente en Los Olivos. Para ello, proponemos una secuencia de lectura de estos procesos en base a nuestras hipótesis: 1. Lo comunitario en contextos de crisis: el surgimiento del proyecto Los cinco casos estudiados corresponden a familias cuyos orígenes están en el departamento de Áncash. Asimismo, nos revelan procesos de movilidad social ascendente que se inician con las grandes migraciones del campo a la ciudad desde el año 1940 hasta 1980. En ese contexto, las áreas rurales de nuestro país experimentaban una explosión demográfica que, sumada a la crisis del agro, generaron escasez de alimentos y tierra disponible para las nuevas generaciones. Ello impulsó a la gran mayoría de peruanos a abandonar sus tierras de origen y buscar mejores horizontes en la capital. Sin embargo, al llegar a Lima, los protagonistas de las historias de vida encontraron un escenario adverso y crítico que no les ofrecía mayor espacio para su desarrollo. Como señala Julio Cotler (1994)115, en la Lima de los años cincuenta los migrantes encontraron trabajo como jornaleros en las nacientes industrias de sustitución de importaciones. Sin embargo, la crisis de este modelo generó una escasez de puestos de trabajo y las condiciones de empleo se deterioraron. Por ello, como sostienen Adams y Valdivia (1991), muchos migrantes desarrollaron sus propias actividades para generar ingresos aprovechando el bagaje cultural de sus pueblos de origen (esto lo veremos más adelante). Por otro lado, como señala Richard Patch (1973)116 115 COTLER, Julio “Política y sociedad en el Perú: Cambios y continuidades” Lima: IEP, 1994 , el escenario para los migrantes que llegaban, por ejemplo, al mercado de “La Parada” implicaba la confrontación entre los ‘serranos’ y los ‘criollos’. Esto suponía que los nuevos eran ‘serranos’ y se asumía como un insulto, ya que eran vistos como inferiores frente a los ‘criollos’, que no hablaban un idioma nativo ni eran originarios de algún pueblo rural. De este modo, no solamente la escasez de trabajo y oportunidades fue un limitante importante para los que recién migraban a la capital, sino que junto a ello persistía una 116 PATCH, Richard “La Parada: estudio de un mundo alucinante” Lima: Mosca Azul, 1973 p.32 135 discriminación étnico-racial, heredada de nuestro pasado colonial, que los colocaba en el último peldaño de la escala social. Esto fue relatado por la segunda generación de todas las familias estudiadas (menos el caso 2), quienes señalaron que cuando apenas llegaron a la capital no sabían hablar castellano y que el quechua era motivo de burlas y marginación. Asimismo, para Patch este proceso de adaptación y no adaptación de los ‘serranos’ en ‘criollos’ suponía una batalla permanente de asimilación o preservación de lo propio en la gran ciudad. Sin embargo, Patch encuentra que entre los mercaderes de “La Parada” existía una gran población aspirante con alta motivación a la movilidad social ascendente. Si bien en los casos 1 y 2, el padre de la familia Gallardo y los padres de la familia Delgado, lograron insertarse como obrero y maestros (trabajadores asalariados), respectivamente, los demás casos nos revelan inicios muy duros y difíciles para los nuevos limeños. Como hemos señalado, el no tener una profesión ni saber oficio alguno mermó sus posibilidades de inserción exitosa en la ciudad. Por ello, es en estos momentos de crisis que se activan estrategias de tipo comunitarias para enfrentar la adversidad. Consideramos que estas estrategias están basadas en la tradición andina y se resalta el trabajo solidario de los miembros de la comunidad a favor del beneficio colectivo. Asimismo, de acuerdo a Adams y Valdivia, el campesino tiene una acentuada ética del trabajo que resulta fundamental en períodos de escasez y carencias. De este modo, el papel que cumplen las familias tronco, como receptoras de los migrantes es fundamental, ya que constituyen un ‘piso’ o ‘base’ importante para la movilidad de los migrantes. Como hemos visto, en el caso 1 de la familia Gallardo, la familia tronco se convirtió en un soporte económico y social muy importante y fue la base para que más adelante se active el proceso de movilidad social ascendente. Es gracias al apoyo económico de la hermana mayor y su esposo que tres de los hermanos Gallardo logran seguir estudios universitarios. Además, la familia tronco les brindó alojamiento, comida, vestido y apoyo moral; pero también como señala Jean Duvignaud117 , los vínculos de sangre imponen leyes y obligaciones. En este sentido, los hermanos Gallardo ayudaban en las labores y quehaceres domésticos como una forma de retribuir el apoyo de la familia tronco. 117 DUVIGNAUD, Jean “ La solidaridad: vínculos de sangre y vínculos de afinidad” México: FCE, 1990 136 En el caso 5, los Martínez no fueron recibidos por ninguna familia tronco, pero sí se apoyaron en las redes de paisanaje. En este sentido, uno de sus paisanos, quien ya estaba instalado en Lima, desde fines de la década de 1950, les sugirió empezar con el negocio de las confecciones, pues trabajaba como obrero en una fábrica textil y veía que las ganancias eran muy buenas. Según el relato de los hermanos, él los acompañó en la compra de las primeras máquinas y siempre mantuvieron el contacto. En este contexto, como hemos visto, el panorama para la industria nacional era atractivo y una gran cantidad de migrantes trabajan en estas nacientes industrias. En otras palabras, este paisano con mayor experiencia citadina apoyó en gran medida los hermanos Martínez, pero no los impulsó a emplearse como obreros sino a formar el negocio independiente. En el caso 3, de la familia López, si bien fueron recibidos en la casa de uno de sus parientes, la pareja de esposos tuvo que buscar la manera de sobrevivir vendiendo caramelos en las calles. Ya en un segundo momento, otro de sus parientes les ofrece su casa para que allí pongan un pequeño negocio. De alguna manera, este sí fue un soporte más sólido, dado que les permitió iniciar con una bodega y les brindó alojamiento. Luego, ellos logran ingresar al negocio de las confecciones gracias a las sugerencias y apoyo de los vecinos. En este caso, a diferencia de lo que sostiene Lomnitz, no se constituiría una red de intercambio recíproco, sino desigual, pues si bien se le prestó dinero y la familia lo devolvió, esto les permitió la “acumulación”. En otras palabras, los vecinos los apoyaron, pero la retribución para los López fue más allá del préstamo en particular, ya que ello activó su proceso de movilidad social ascendente. Además, como sostiene Aldo Panfichi118 en su estudio sobre redes de sobrevivencia en Barrios Altos e Independencia, en este último distrito (que pertenece a Lima Norte), si bien las redes y vínculos son débiles a nivel de barrio o vecindad, son fuertes al interior del hogar con otros miembros de la familia, como lo revela este caso. De manera que los López construyeron su fábrica con mucho esfuerzo colectivo y trabajo constante. En el caso 4, los Ortiz tampoco reciben el apoyo de ninguna familia tronco, solo llegan a Lima en compañía de algún pariente, que no les brinda mayor apoyo. Por ello, también tuvieron que salir a las calles a vender como ambulantes y allí es que logran juntar el capital económico que les permite comprarse un puesto en Polvos Azules, luego la casa y el restaurant propio. Si bien estuvieron agrupados en Polvos Azules de manera colectiva, 118 PANFICHI, Aldo “Redes de sobrevivencia y liderazgo político en barrios populares de Lima” En: PLAZA, Orlando “Perú: Actores y escenarios al inicio del nuevo milenio” Lima: Fondo Editorial PUCP, 2001 p. 504 137 ellos rompen con este cooperativismo y buscan tener un negocio propio e independiente. De manera que podríamos decir que lo comunitario tiene un papel transitorio en la vida de los Ortiz, ya que solo les permitió la acumulación de activos económicos para salir de esa red y tener su propio negocio en Los Olivos. A diferencia de los cuatro casos anteriores, el caso 2 (familia Delgado), no atraviesa por un período migratorio difícil. En esta familia ya la primera generación había activado el proceso de movilidad social ascendente y, en la segunda generación, los esposos Delgado se forman profesionalmente en la UNMSM y deciden comprarse una casa a través de la Cooperativa de Vivienda (CV). Lo interesante es que esta modalidad corresponde a un “cooperativismo” o “colectivismo”. En otras palabras, implicaba la reunión de un grupo de vecinos que con el aporte conjunto de todos ellos cada año uno de los miembros lograba el sueño de la casa propia. De modo que si bien los Delgado ya eran profesionales, inician su proyecto familiar con la adquisición de una vivienda bajo esta asociación. Por otro lado, si bien los períodos pueden ser variables de acuerdo al ciclo familiar de cada caso, podemos decir que en general durante los años ochenta y fines de esta década, las familias se instalan en el distrito de Los Olivos. Como hemos visto en la historia de formación del distrito, Los Olivos nace con el impulso de un grupo de vecinos de SMP quienes querían crear un espacio para la “clase media”. De algún modo, ellos se sentían “distintos” a los “invasores”, a aquellos migrantes pobres que invadían tierras en los cerros y las zonas más pobres de la periferia de la ciudad. Este proceso acompaña también a la historia de las familias, pero cada una de ellas encierra un escenario particular. Solo en el caso de los Delgado se adquiere una casa bajo la modalidad de la Cooperativa de Vivienda cuando aún era SMP. En el caso 3 (López) y 5 (Martínez), se adquiere un terreno, cuando ya se había formado el distrito de Los Olivos. En este sentido, estas dos familias compraron terrenos allí porque estaban cerca de la zona industrial de la Panamericana Norte y en ambos casos resultaba crucial para el negocio de los textiles. En el caso de la familia Ortiz si bien su casas está en un terreno producto de una invasión, ellos no pasaron por este proceso, De acuerdo a sus relatos, compraron el terreno y luego regularizaron la situación (ya que no tenían títulos de propiedad). Los únicos que vivieron esta experiencia fueron los Gallardo, quienes sí invadieron el terreno donde se ubica actualmente su vivienda y la escuela y luego regularizaron la situación. De modo que, salvo una familia, los demás casos no atravesaron por un proceso de invasión 138 de tierras, como sí sucedió, por ejemplo, en los casos emblemáticos de la formación de San Juan de Miraflores (“Ciudad de Dios”) y Villa El Salvador. Asimismo, ninguno de los casos estudiados se vinculó a las gestiones políticas que buscaban crear un nuevo distrito. A partir de algunas entrevistas realizadas en la Urbanización “Mercurio” (una de las primeras urbanizaciones del distrito de Los Olivos y en donde viven algunos de los integrantes del Comité Pro-distrito), se revela que se trata de familias que adquirieron una vivienda a través de la CV, pero que no tuvieron participación en el proceso por la creación del distrito. En otras palabras, el tema de la identidad con Los Olivos, que se gesta desde que se le otorgó el status de distrito, parece no tener mayor impacto en los habitantes de Los Olivos, salvo en el caso de las familias “fundadoras”. De otro lado, se revela otra cuestión interesante. Solo en el caso de los Delgado, quienes ya eran profesionales, se recurrió a la CV para la compra de la casa. Sin embargo, esta construcción solo se destinaría a la vivienda. Por el contrario, en los demás casos, se compraron terrenos destinados a la construcción del proyecto familiar. Es decir, tuvieron una doble función: como vivienda y como negocio (casos 1, 3, 4 y 5). Pues bien, desde el punto de vista de las Estrategias familiares de vida (EFV) que desarrollan Torrado y Borsotti (1968), podríamos decir que nuestros casos toman estas estrategias para enfrentar las diversas carencias materiales (alimentación, vestido, salud, etc.). En esta primera etapa, se apoyan en estrategias de tipo comunitarias expresadas en las familias tronco, las redes de paisanaje, vecindad, etc. Es decir, las coyunturas críticas obligan a las familias pobres a recurrir a diversas redes de apoyo colectivo que son un soporte importante para enfrentar etapa. Sin embargo, los casos nos revelan que no se establece una red sólida como la que describe Lomnitz en su estudio sobre Valle del Cóndor en México. Lo que este proceso inicial nos muestra es que, frente a la inoperancia del Estado por absorber a esta gran masa migrante, los nuevos limeños deciden enfrentar la vida en el espacio público: las calles. Se reproduce así el fenómeno que economistas como De Soto han llamado informalidad. Sin embargo, lo interesante es que si bien es el punto de inicio para los migrantes, no es el de llegada. Como hemos visto, ellos logran generar un capital económico importante que les permite tener un negocio propio legal y luego, en el caso de los textiles, exportar sus prendas hacia el mercado internacional (aprovechando las políticas neoliberales impulsadas por el primer gobierno de Fujimori desde el año 1990). De modo que los inicios están reñidos por un contexto macro- estructural difícil en el que el sistema educativo e industrial tuvo un repunte interesante 139 durante el gobierno de Velasco, pero se quebró a inicios de los años ochenta con el inicio del conflicto armado interno y la serie de crisis que afectaron el país. Esto fue lo que impulsó a las familias pobres a generar mecanismos de ayuda colectiva o, en otras palabras, de estrategias comunitarias que les brindaron soporte y activaron los procesos de movilidad social ascendente. 2. Lo comunitario-individual en contextos de cambio: el crecimiento del proyecto Si bien los períodos temporales de cada familia responden al ciclo particular de éstas, podemos decir de manera general que la década de los noventa supone una etapa de crecimiento y apogeo de los distintos proyectos iniciados por estas familias. A nivel macrosocial, el año de 1990 significó la llegada al gobierno de Alberto Fujimori y con él la promesa de enfrentar la crisis económica y política que había dejado al país casi en la ruina. De inmediato, siguiendo al “Consenso de Washington” las políticas neoliberales fueron implantadas y el año 1992, se produjo el “Fujischock”. Si bien se logró estabilizar la economía, luego de las desastrosas cifras que dejó el primer gobierno de Alan García, los impactos sociales fueron muy fuertes. De acuerdo a Peter Klarén, entre 1990 y 1992, el ingreso real de los peruanos cayó en una tercera parte; en Lima el consumo global disminuyó en 24% mientras que aproximadamente un millón de trabajadores perdió su puesto de trabajo. En los años siguientes, se estima que el porcentaje de subempleados o desempleados del total de la fuerza laboral subió de 81.4% en 1990 a 87.3% en el año 1993 y, finamente, el sector informal creció de 45.7% en 1990 a 57% en 1992119 . Para Arellano, esto significa la caída de las clases medias tradicionales. Sin embargo, los casos que estudiamos enfrentan este panorama crítico y logran impulsar sus iniciativas. Es en este contexto que las familias estudiadas todavía estaban en una etapa de subsistencia y buscaban iniciar el proyecto que los sacaría de la pobreza. En el caso 1, los Gallardo se habían formado como maestros, pero la crisis de la educación pública y los bajos salarios los motivaron a fundar su propia escuela. De este modo, gracias al apoyo de la familia tronco y los aportes conjuntos de cada uno de los hermanos, logran iniciar la escuela familiar. Todos vivían juntos, conformando una familia extendida, y cocinaban de manera colectiva, de manera que gastaban lo justo y necesario y ahorraban algo de dinero para construir la escuela. Sin embargo, esta red solo incluía a los parientes, mas no a vecinos u otros conocidos. De esta manera, lo colectivo y la 119 KLARÉN Peter “Nación y Sociedad en la historia del Perú” Lima: IEP, 2004 p. 491 140 acentuada ética del trabajo, heredada de los ancestros andinos, fueron activo importante para que los hermanos Gallardo iniciaran un proceso de movilidad social ascendente. En este caso particular, las estrategias comunitarias son las únicas que prevalecen en esta etapa. En el caso 2, el padre y la madre ya eran profesionales y durante esta década continuaron trabajando en el ámbito privado y lograron seguir estudios de postgrado en sus especialidades. Es decir, fue una etapa de crecimiento y desarrollo profesional. De este modo, para esta familia lo individual era lo más importante y buscaban el desarrollo personal desde sus carreras profesionales. Sin embargo, si bien lo individual era predominante, lo colectivo tenía un rol secundario desde el lado del padre. Este último fue presidente de la CV de su zona hasta el año 1995, aunque luego dejó el cargo debido a que tuvo discrepancias con algunos dirigentes de esta cooperativa. Sin embargo, su afiliación al “Club Jauja” continuaba y más adelante sería una plataforma importante para la exposición de sus logros personales. En el caso 3, los López inician con el taller de confecciones en 1990 con dos máquinas de costura. Para ellos, el papel del trabajo y la laboriosidad resultó fundamental para iniciar “el despegue”. Tal y como se acostumbra en las áreas rurales se levantaban muy temprano para iniciar las labores y trabajaban hasta muy tarde. Al inicio, la madre y el padre tenían que coser las prendas y comercializarlas en el centro de Lima. En otras palabras, existía poca especialización del trabajo, lo que para Adams y Valdivia (1991) constituye un déficit en la cultura andina. Sin embargo, como hemos señalado, la alta valoración del trabajo y la ética del ahorro, característicos del mundo andino, se convirtieron en un activo importante para que los López escaparan de la sobrevivencia. Es decir, en este punto de la trayectoria familiar, el proceso de movilidad social ascendente inicia un auge interesante. De este modo, como hemos visto en su historia de vida, logran comprar mayor cantidad de máquinas y las ventas iban también en ascenso. En el caso 4, los esposos Ortiz incrementan sus ventas a mediados de los ochenta en la Av. Emancipación (Lima centro) con un puesto de comida ambulatoria. Posteriormente, nace “Polvos Azules” y ellos logran acceder a este emporio comercial y es aquí donde logran incrementar sus ventas aún más y comprarse un terreno para su futura casa. A diferencia de los casos anteriores, en esta familia el papel de lo comunitario no es relevante. Ellos manifiestan que el trabajo constante y esforzado es la única de manera de 141 “salir adelante”. Como hemos visto, desde un inicio, no fueron recibidos por ninguna familia tronco ni contaron con el apoyo de algún pariente o “paisano” que les diera orientación en base a su experiencia. Por el contrario, los Ortiz tuvieron que afrontar solos las adversidades y crisis para finalmente tener un negocio propio e independiente. En esta trayectoria, logran comprarse un terreno para su casa propia y un auto. Actualmente, tienen allí el restaurant. En el caso 5, los Martínez forman una sociedad de los tres hermanos que les permite afrontar las crisis y adversidades en la trayectoria de vida. Al igual que los Ortiz inician con el negocio de las confecciones debido a los consejos de un “paisano”. Este último se convierte en un soporte fundamental que, debido a su experiencia como obrero en una fábrica textil, decide impulsar a sus amigos a comenzar el taller. Sumado a ello, esta sociedad denominada de “los tres ases” suponía que los hermanos viven como una familia extendida y los ahorros y ganancias iban hacia un fondo común, es decir, se trata de una estrategia comunitaria. De este modo, todas las utilidades sirvieron para que compraran un terreno en la Panamericana Norte y lograran construir allí la gran fábrica. El momento de “despegue”, según los propios hermanos, se da a inicios de los noventa, con el primer gobierno de Fujimori. De alguna manera, las políticas impuestas por Fujimori favorecieron a los Martínez, ya que los mercados internacionales se aperturaban y la posibilidad de exportar sus prendas era una realidad latente. Como hemos señalado, paradójicamente, cuando el país estaba transitando por un periodo difícil e inestable, estas familias logran un auge y van consolidado su trayectoria de movilidad social ascendente. 3. Lo individual-comunitario en contextos de estabilidad: la continuidad de las generaciones más jóvenes Según nuestro estudio de casos, las estrategias individualistas tendrían mayor protagonismo con el ingreso de las generaciones más jóvenes en los proyectos familiares. En el primer caso, algunos miembros de la tercera generación en la familia Gallardo participan en la escuela familiar. Como relatan sus padres, ellos estudian o han estudiado en el colegio de la familia y los alientan a seguir profesiones de corte más liberal como Ingeniería y Derecho. Sin embargo, aportan nuevas ideas para la escuela y siempre están vinculados al proyecto familiar. 142 En el caso 2, las estrategias individualistas resultan protagónicas en las tres generaciones. En esta familia, la primera generación ya había activado un proceso de movilidad social ascendente, pues de parte de madre eran maestros, mientras que de parte del padre eran exitosos en los pequeños negocios. Además, la coyuntura también les fue favorable, pues la primera generación migró en la década de 1940, cuando el sistema educativo se encontraba en plena expansión. Como relatan los padres, ellos siempre tuvieron claro que solo formándose profesionalmente podían salir adelante. Y así los años que consideramos de estabilidad económica (desde el 2001 en adelante) fueron importantes porque ellos siguieron en sus profesiones y su único hijo ingresó a la universidad (PUCP) a seguir estudios de Arquitectura. En este caso, no existe un proyecto o “negocio familiar” que pueda ser continuado por las generaciones más jóvenes. En esta familia el papel de la educación como vehículo de movilidad social adquiere el rol predominante. En otras palabras, lo individual expresado en el progreso a través de los logros personales y profesionales es lo más importante. De este modo, tanto los padres como el hijo están inmersos en sus profesiones (Abogado, Psicóloga y Arquitecto) y desde allí individualmente buscan su desarrollo. Así, encontramos que lo individual se transmite desde la primera generación vía la educación. En el caso 3, como hemos visto la familia López construyó un taller textil y experimentó un gran crecimiento durante la década de los noventa. Ya entrado el nuevo siglo, los hijos deciden seguir carreras vinculadas al negocio textil. En este sentido, la hija mayor se forma en ADEX y se especializa en la exportación textil. De este modo, se inserta al negocio familiar y busca la apertura a los mercados internacionales. Esto quiere decir que la tercera generación le imprime un matiz más liberal al negocio y busca que no solamente se consolide en el ámbito doméstico sino también en el internacional. Sin embargo, esta nueva corriente que traen las generaciones más jóvenes se asienta sobre la base de un trabajo comunitario. En otras palabras, los hijos señalan que el trabajo y el apoyo de la familia son los factores más importantes para el progreso. Recordemos que en el momento de crecimiento y despegue de los López se contó con el apoyo de algunos hermanos de la madre, por lo que el trabajo colectivo entre los parientes resulta fundamental para aspirar a mejores condiciones de vida. No obstante, junto a esta base de tipo colectiva, se forjan las ideas más liberales y de corte más individualista, ya que la hermana mayor funda su propia empresa, pero sin restarle apoyo al negocio de los padres. De este modo, podríamos decir que los jóvenes adquieren mayor protagonismo 143 con las estrategias individualistas, pero no dejan de lado la matriz comunitaria sobre la que se construyó el proyecto familiar. En el caso 4, los Ortiz ya tenían el restaurant propio en Los Olivos el año 1993. Pero a fines de esta década se incorporan la mayoría de los hijos de los esposos. A diferencia de las demás familias, en ésta ninguno de los hijos logró formarse profesionalmente. Por ello, los padres decidieron que ellos inicien el trabajo apoyándolos en el restaurant. De esta manera, los hijos son empleados por sus propios padres como mozos y ayudantes en la cocina. Al preguntarles sus expectativas en el negocio familiar, algunos de los hijos manifiestan que se sienten a gusto trabajando “entre la familia” y esperan continuar con el restaurant cuando sus padres ya no estén con ellos. Como hemos señalado anteriormente, la familia Ortiz funciona como una familia extendida en el ámbito laboral, ya que comparten el mismo espacio de trabajo y estrechan lazos de ayuda mutua y fraternal en este contexto. Si bien cada uno de los hijos tiene su propia familia, las esposas también se han incorporado al restaurant y ven que ello debe seguir siendo “familiar”. De este modo, si bien el negocio de los Ortiz se construyó en base al trabajo propio de los esposos, en la tercera generación la familia parece aglutinarse más, pues todos los hijos forman parte del restaurant. Además, los padres manifiestan que ello refuerza los vínculos afectivos entre la familia e incorpora también a algunos “paisanos” al trabajo en el restaurant. Quizá esto va en la línea de lo que señalan Adams y Valdivia sobre la tendencia de los migrantes andinos a contratar “paisanos” o parientes al trabajo en sus empresas. En otras palabras, podría decirse que refuerzan la “endogamia” y se rodean de personas que les sean afines. Además, también podría interpretarse como un límite a la movilidad social, pues ninguno de los hijos logró educarse (a diferencia de los demás casos) y quizá el continuar el negocio familiar sea un “tope” en la trayectoria de movilidad. En el último caso, los hijos de los hermanos Martínez, al igual que los López, se forman profesionalmente en universidades privadas y siguen carreras de corte más liberal como Administración de empresas, Ingeniería Industrial, Contabilidad, Economía, etc. Como señalan sus padres, ellos siempre buscaron que los hijos continúen con el exitoso negocio de la fábrica textil. Ya en esta etapa, la empresa no ha crecido más debido a la competencia de prendas chinas, pero esperan que mantengan esta posición y, si es posible, aspirar a un crecimiento mayor. Como hemos visto, los Martínez construyeron el proyecto familiar en base a las estrategias comunitarias: formaron una asociación entre 144 los hermanos y buscaron maximizar sus utilidades viviendo y trabajando de manera colectiva. De este modo, lograron adquirir su casa, educar a sus hijos y construir la gran fábrica en la Av. Panamericana Norte (que actualmente tiene cerca de 120 trabajadores en planilla). Ahora, en la tercera generación, existe un lazo de continuidad con el proyecto de los padres. Algunos de los hijos ocupan cargos en la empresa textil y, al igual que la hija mayor de los López, se exportan prendas al mercado internacional. Solo que en esta familia la apertura se inició en la década de los noventa y ahora en esta etapa se espera consolidar este rubro con el apoyo y los conocimientos de los hijos. En otras palabras, podríamos decir que hay un aprovechamiento del bagaje técnico y profesional de los hijos en beneficio de la empresa familiar, pero no hay impugnación al rol de liderazgo de los padres. Es decir, las estrategias comunitarias se imbricarían con las individualistas. Este análisis puede ser expresado en el siguiente gráfico, donde se resumen las trayectorias de movilidad social de las familias olivenses acompañadas de las dimensiones micro y macro-sociales, en los distintos períodos analizados. Asimismo, se observan las estrategias predominantes en las diversas etapas y el protagonismo de las generaciones en estos procesos de movilidad social. 145 En suma, podríamos decir que la idea del “progreso” atraviesa los distintos proyectos que emprendieron las familias. De esta manera, como señala Parodi (1986)120, el migrante serrano tiene un acentuado sentido de superación antes las limitaciones que le impone el medio. Además, como sostiene Panfichi (2001)121 , las personas calificadas como “serranos” que habitan las zonas periféricas de la ciudad, tienen una valoración positiva hacia la organización colectiva, el progreso y el trabajo, a diferencia de los “criollos” de Barrios Altos que son vistos como marginales, individualistas y anómicos. Sin embargo, como hemos visto, nuestros casos revelan que lo individual también es parte del bagaje de estrategias que los migrantes ponen en marcha en el proceso de movilidad social ascendente, que difieren de acuerdo a las coyunturas macro-sociales. Así, para Parodi, progresar supone cambiar y superarse constantemente, “caminar un poquito más allá, no quedarme en el mismo sitio en el mismo lugar”122 . De modo que podemos decir que, salvo el caso de la familia Delgado, estamos frente a ejemplos de familias emprendedoras que activaron un proceso de movilidad social ascendente y lograron salir de la pobreza. Este emprendedurismo supone una trayectoria que incorpora estrategias comunitarias e individualistas en distintos períodos macro-sociales. En este sentido, se evidencia que en general las familias son poseedoras de una sólida ética del trabajo, que privilegia el ahorro y la superación constante para iniciar y consolidar los proyectos colectivos. Si bien se generó una ruptura entre el campo y la ciudad, creo que la herencia cultural andina no desaparece, puesto que es éste el activo que les permite afrontar con mayor fuerza las crisis y los períodos inestables. 4. La nueva clase media y Los Olivos Como hemos visto, la historia de formación del distrito de Los Olivos nos muestra un proceso que se inicia con las grandes migraciones del campo a la ciudad. A mediados de los años cincuenta nace el distrito de SMP y posteriormente un grupo de vecinos impulsa la creación de un nuevo distrito “diferente” y representante de la clase media. Lo que nuestros casos revelan es que si bien estas familias exitosas residen en el distrito, no tienen interiorizada una identidad con Los Olivos. Solo un caso aspira a vivir en una de 120 PARODI, Jorge “Ser obrero es algo relativo” Lima: IEP, 1986 121 PANFICHI, Aldo “Redes de sobrevivencia y liderazgo político en barrios populares de Lima” En: PLAZA, Orlando “Perú: Actores y escenarios al inicio del nuevo milenio” Lima: Fondo Editorial PUCP, 2001 p. 486 122 PARODI, Jorge “Ser obrero es algo relativo” Lima: IEP, 1986 p. 103 146 las zonas más consolidadas del distrito. En los demás casos, existe el deseo de mudarse hacia otro distrito y solo en dos de ellos se muestra conformidad, dado que sus viviendas o bien funcionan como sus negocios o bien quedan muy cerca de estos últimos. En otras palabras, en las familias entrevistadas, no existe algún discurso que reivindique el trasfondo histórico que creó el distrito de Los Olivos. Como señalamos en el Capítulo II, la idea de Los Olivos nace de un grupo de vecinos de “clase media” que aspiraban a tener un espacio propio y alejado de los pobres que habitaban las zonas más deprimidas de Lima Norte. En este sentido, podemos decir que los casos nos revelan procesos y trayectorias que tienen un punto de inicio fuera de los límites del distrito (en los hogares de las familias tronco, en las propias calles, etc.), pero el punto de llegada sí es Los Olivos. Sin embargo, si bien el proceso de movilidad social ascendente se activa mayoritariamente fuera del distrito, el período de apogeo y crecimiento se experimenta con los negocios propios en la zona Norte. No obstante, es preciso señalar que en varios casos (como el 3, 4 y 5) se prefirió esta zona, debido a que resultaba atractiva para sus fábricas y negocios. Así, podríamos decir que la valoración del distrito y sus alrededores queda definida por el criterio comercial. De manera que se trataría de una nueva clase media en el sentido de que, como señalaba Toche (2003), sus orígenes están en las zonas rurales del país, migran hacia la capital desde los años 1940, atraviesan por períodos de adaptación a la ciudad, que en muchos implica sacrificios y riesgos, construyen un proyecto independiente y logran educar profesionalmente a la tercera generación. Ahora bien, en esta trayectoria, algo que sin duda los diferencia de las clases medias tradicionales es el despliegue de estrategias comunitarias (expresadas en las redes de parentesco, paisanaje, vecinales, etc.) que constituyen un soporte crucial para poner en marcha el proceso de movilidad social ascendente. Sin embargo, si bien lo comunitario recoge los saberes y prácticas andinas, nuestro estudio de casos revela que las estrategias individualistas también permean los caminos de estas familias. En otras palabras, en muchos casos, la orientación al progreso personal y el estudio de carreras liberales son importantes y protagónicas, pero se evidencia que descansan sobre una matriz colectiva. 147 Capítulo V Conclusiones Las dos grandes preguntas que guiaron la tesis de investigación fueron las siguientes: ¿De qué manera se han dado las trayectorias de movilidad social ascendente en las cinco familias del distrito de Los Olivos? Y ¿Cómo se han desplegado y combinado las distintas estrategias en las trayectorias de movilidad social ascendente de las familias estudiadas? Frente a estas preguntas, podemos trazar algunas tendencias generales luego del análisis de nuestros casos. En primer lugar, la movilidad social ascendente supone el tránsito “hacia arriba” en cuanto a las posiciones socioeconómicas, como señalaba Giddens. Pero, como hemos visto, esta trayectoria encierra el despliegue y puesta en práctica de una serie de estrategias por parte de las familias que responden al ciclo particular de cada una de ellas. En este sentido, es difícil establecer puntos de ascenso o descenso definidos en las trayectorias de movilidad social. Pero como hemos señalado anteriormente, sí podemos identificar períodos o momentos en los que las familias “acumulan” distintos activos y de esta manera superan la etapa de subsistencia. Luego, se registran períodos de estabilidad en los que las familias resguardan lo conseguido y proyectan mejoras para sus empresas en un futuro. Más adelante, se evidencian etapas que suponen caídas generadas por cambios en políticas macro-sociales que afectan la estabilidad de las familias y las obligan a replantear sus objetivos y la forma de afrontar las crisis. Como hemos señalado, los períodos de acumulación se activan en coyunturas inestables, mientras que las etapas más favorables a nivel macro-social suponen una estabilidad y, en algunos casos, una tendencia a la caída de los proyectos construidos por las familias. En este sentido, tal parece que la movilidad social requeriría de un comportamiento elástico de las familias, pues, por un lado, les da la posibilidad de abrirse frente a ciertas coyunturas para su expansión (innovación), pero en otras etapas más inestables el margen de acción se ve limitado a resguardar y proteger lo que se tiene (adaptación). De este modo, nuestro análisis de casos reveló que el proceso de movilidad social integra dos dimensiones importantes. La primera de ellas es la agencia, entendida como el accionar de las familias que despliegan estrategias individualistas y comunitarias que les permiten maniobrar y enfrentar las distintas coyunturas. Y junto a ello están precisamente 148 los eventos macro-sociales que, como hemos visto, pueden generar condiciones favorables al crecimiento de los proyectos familiares o, en otros casos, pueden frenar los avances y ser un límite a la puesta en marcha de estas estrategias. Esta es la secuencia de lectura de los procesos que proponemos en el análisis conjunto. En cuanto a estas estrategias, nuestros casos muestran la importancia de lo comunitario como soporte principal para enfrentar la pobreza y sus agravantes. Si bien no todas las familias partieron del mismo punto inicial, la mayoría de ellas migraron hacia la ciudad de Lima y enfrentaron las duras condiciones gracias al apoyo de lo “colectivo”. Sin embargo, creemos que es la acentuada ética del trabajo, expresada en la labor constante y esforzada de los miembros de la segunda generación en la ciudad de Lima, aquello que le otorga un sello distintivo a este proceso. De acuerdo a sus relatos, sus padres, es decir, la primera generación, les transmitieron una serie de valores y modos de vida que tenían en el trabajo continuo y solidario la base de una vida de progreso y mejora. De alguna manera, la crianza bajo el modelo andino y los valores de cooperación y lazos comunitarios fueron determinantes para que las familias lograran activar procesos de movilidad social ascendente. Si bien en algunas de estas familias estas estrategias son más fuertes que en otras (la existencia de una familia tronco, las redes de paisanaje, vecindario etc.) lo comunitario no deja de estar presente. Creo que atraviesa las tres generaciones, aunque se evidencia que es la segunda generación la que activa el proceso de movilidad social ascendente y las generaciones más jóvenes le dan continuidad y tienen expectativas de seguir con las empresas familiares. Sin embargo, su visión se acerca más hacia las tendencias individualistas y centradas en el desarrollo personal como, por ejemplo, la formación en carreras liberales, pero que finalmente resultan funcionales a la empresa familiar. Como hemos visto, la presencia de los jóvenes en los negocios de los padres es importante. A partir de lo anterior, podemos decir que en la mayoría de los casos (a excepción de los Delgado), se forman negocios o proyectos impulsados desde las familias. Por ello podemos decir que de esta manera surgen los emprendedores, como aquellos que generan su propio empleo frente a la crisis y el abandono estatal. Siguiendo nuestra investigación de casos, este emprendedurismo tiene una trayectoria que combina estrategias comunitarias e individualistas, de acuerdo a los distintos contextos y el accionar de las propias familias. Es decir, el emprendedor sale de “abajo” y gracias a la ética de trabajo constante y el apoyo de la red familiar, logra construir un negocio o 149 proyecto que le permite escapar de la pobreza. Sin embargo, no solo está lo comunitario, sino que como hemos señalado las ideas liberales o de corte más individual acompañan este proceso de movilidad social en las generaciones más jóvenes, quienes de alguna manera traen ideas ligadas al mercado: la inclusión de mayor tecnología en la escuela, la exportación de las prendas de los negocios textiles, etc. De modo que este emprendedurismo, presente en los discursos y proyectos políticos actuales, se enriquece con el aporte de las nuevas generaciones, pero hasta el momento sigue siendo un proyecto cuya base es la ética del trabajo y el apoyo colectivo en la familia. En este sentido, son proyectos verdaderamente familiares. Por ello, podríamos decir también que existe una cultura familística que recrea estos valores heredados del mundo andino y que se vale de ellos como soporte para enfrentar las diversas crisis y coyunturas inestables a nivel macro-social. De alguna manera, la familia adquiere gran importancia, ya que en función a ella se movilizan recursos y se construyen los distintos proyectos. En este sentido, lo “comunitario” resulta crucial, ya que supone alianzas y confluencias entre los miembros de la familia para optimizar los recursos existentes. Más aún cuando las carencias son grandes y se requiere de un apoyo colectivo tal y como es tradición en las áreas andinas. De este modo, el tipo de familia es una variable que influye sobre las posibilidades de movilidad social, ya que vivir, por ejemplo, como una familia extendida les permite a los hogares maximizar las ganancias e iniciar el camino de la salida de la pobreza. Pero ello no significa que las nucleares no puedan tener procesos de movilidad social ascendente, pues como hemos visto, las estrategias se orientan más hacia lo individual, aunque en general estas se imbrican con las comunitarias. Por ello, podríamos decir que esto se relaciona a los eventos macro-sociales y al accionar específico de las familias. En otras palabras, la hipótesis de que las estrategias individualistas se relacionarían a periodos de mayor estabilidad pierde fuerza, ya que si bien son predominantes, lo colectivo sigue estando en la base del proceso. Asimismo, en estas trayectorias de movilidad social, el papel que cumple la educación es muy importante y esto va en relación a los resultados de la Encuesta Ecosocial. Consideramos que en nuestros casos, las familias aún viven bajo el mito del progreso (Degregori), ya que la educación es percibida como el vehículo de movilidad social ascendente. Salvo uno de los casos, se podría decir que las demás familias tienen claro que la formación educativa no solo otorga capital cultural sino también capital simbólico. En este sentido, se evidencia (aunque esto requiere investigaciones posteriores) que hay 150 una apuesta por el reconocimiento y el prestigio que supone tener una generación educada, en este caso, la tercera. Es decir, no solo se valora que se acumulen conocimientos –y que estos estén al servicio de la empresa familiar- sino que se espera que sus profesiones sean fuente de reconocimiento por parte de una sociedad que tradicionalmente los ha excluido de todo proyecto nacional. En este sentido, podríamos decir que se trata de una nueva clase media que construye un proyecto de movilidad social activando los saberes y prácticas heredados del mundo andino, pero que no pierde de vista que la educación superior otorga una distinción especial a sus miembros, como ocurre en las clases medias tradicionales. Si bien nuestro análisis no se centró en describir los modos de vida de las clases medias emergentes, sí se pueden trazar algunos puntos interesantes sobre sus creencias, gustos, etc. Sin embargo, es preciso señalar que no todas las familias pueden ser consideradas como exitosas, pues, como hemos visto, es la familia Ortiz quien parece haber encontrado límites a este proceso de movilidad social en la tercera generación (que no se ha educado profesionalmente). En todo caso, podemos decir que el éxito se alcanzó gracias a la segunda generación, pero tal y como lo revela su historia familiar, el rol de la tercera generación no parece innovar ni trazar nuevos caminos, lo que podría conducirlos a un proceso descendente, en donde la carencia de nuevas ideas y la profesionalización podrían impedir que esta trayectoria exitosa sea sostenida en el tiempo. De este modo, esto se alinea a los límites señalados respecto al emprendedurismo que pueden generar etapas de declive y quizá desaparición de estos proyectos. Con respecto al distrito de Los Olivos, los estudios de caso revelan que algunas familias aspiran a vivir fuera del distrito, mientras que otras prefieren quedarse, dado que sus empresas se encuentran situadas en Lima Norte. Es decir, tal parece que no existiera una identidad con el distrito, ya que además no se encontró el discurso que generó la creación de Los Olivos, es decir, aquel que reivindicaba a las “clases medias” y aspiraba a diferenciarse de los migrantes empobrecidos que habitaban las zonas más deprimidas de Lima Norte. Esto a pesar de que desde la Municipalidad se promueve una cultura de identificación con el distrito y la construcción de espacios y símbolos “olivenses” como el Palacio de la Juventud, el Hospital Municipal, la festividad de la Virgen del Carmen, etc. Sin embargo, en nuestras familias no se resaltan estos símbolos y quizá sea, como señalamos anteriormente, porque en los casos estudiados el proceso de movilidad social ascendente se activó fuera de los límites del distrito, aunque tuvo un período de auge y 151 crecimiento dentro de él. Sin duda, las cifras colocan a Los Olivos como un espacio de crecimiento vertiginoso, pero en varias familias quizá este espacio supone ahora un límite (o “tope) al proceso de movilidad social y se aspire a una movilidad horizontal de tipo geográfica fuera de los límites del distrito. De modo que podemos decir que si bien se reconoce que el distrito ha progresado todavía no se construye una idea de un “nosotros” que colectivamente resalte este crecimiento y busque la consolidación del proyecto en ese mismo espacio. Lo que sí parece no quebrarse es la identidad con sus pueblos de origen (Áncash), pues la segunda generación siente apego, por ejemplo, a los clubes regionales que fomentan relaciones de compadrazgo y paisanaje, a diferencia de la tercera generación que en líneas generales no participa de estas redes (o en todo caso lo hace muy superficialmente). No obstante, el tema de la identidad necesita ser profundizado. Otro punto que requeriría un estudio posterior, es el tema de estas estrategias analizadas desde el punto de vista del género, ya que esta investigación ha mostrado que el camino inicial de inserción en la ciudad para las mujeres migrantes es quizá más traumático que para los varones. Como hemos visto, la mayoría de ellas empiezan como empleadas domésticas y esta experiencia resulta discriminatoria y degradante según sus propios relatos. Sin embargo, en varios casos, cuando ya se ha activado el proceso de movilidad social ascendente, se evidencia que su rol no es pasivo sino que, lejos de subordinarse al del varón, adquiere visibilidad e incluso resulta más importante que el de sus esposos para lograr el crecimiento de los proyectos colectivos y consolidarlos. Como vemos, los cambios experimentados en las familias olivenses estudiadas quiebran el círculo vicioso de la transmisión inter-generacional de la pobreza. En este sentido, refuerzan la percepción de que con esfuerzo y trabajo es posible escapar de la situación de precariedad. Sin embargo, no debemos perder de vista que este estudio solo analiza cinco casos exitosos y ello no supone que Los Olivos sea un distrito emergente en su totalidad, pues como hemos visto tiene un gran porcentaje de familias que viven aún bajo condiciones de pobreza. No obstante, ha sufrido transformaciones y estas familias son muestra de que la pobreza no es una condición fatalista y que es posible construir un proyecto de vida con base en la familia y en los saberes y prácticas de nuestros ancestros. Finalmente, esperamos que estas trayectorias de movilidad social se activen para muchos peruanos que se encuentran aún en la pobreza. Solo así podremos decir que somos un país igualitario, justo y democrático. 152 Bibliografía Libros consultados ADAMS, Norma y Néstor VALDIVIA “Los otros empresarios: ética de migrantes y formación de empresas en Lima” Lima: IEP, 1994 APOYO “Perfiles Zonales de la Gran Lima 2009” Lima: APOYO, Opinión y Mercado, 2009 ARELLANO, Rolando “Al medio hay sitio: el crecimiento social según los estilos de vida” Lima: Planeta, 2010 ARELLANO, Rolando “Las nuevas clases medias del Perú” En: Le Monde Diplomatique Año III, Nº29, setiembre, 2009 ATRIA, Raúl (Coord.) “Estratificación y Movilidad social en América Latina, transformaciones estructurales de un cuarto de siglo” (varios autores) Santiago de Chile: LOM Editores, 2007 BALBI, Carmen Rosa “Perú Hoy ¿La clase media existe” (varios autores) Lima: DESCO, 2003 BENAVIDES, Martín “Cuando los extremos no se encuentran: un análisis de la movilidad social e igualdad de oportunidades en el Perú contemporáneo a partir de una muestra de trabajadores urbanos”, Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos, 2002 BENAVIDES, Martín “Educación y estructura social en el Perú. 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Las personas deben permanecer en contacto con su familia más cercana aún cuando no tengan mucho en común. 164 GUÍA DE ENTREVISTA Para las entrevistas con las familias, no usamos una guía estructurada, sino que indagamos en una serie de temáticas que consideramos importantes para la trayectoria de movilidad social en cada una de las familias. De acuerdo a la particularidad de cada relato, se profundiza en los aspectos que tengan mayor relevancia. Datos generales Tipo de familia: Nuclear  Extendida Ocupaciones de los padres/hijos Nivel educativo de los miembros de la familia Orígenes y llegada a Los Olivos Relato de cómo llegaron a Lima. (repreguntas sobre el proceso particular de cada uno de ellos). Valores transmitidos desde los pueblos de origen. Inicios. Formación del proyecto. Etapas. Dificultades, etc. ¿Cómo llegaron a Los Olivos? Proceso ¿esto era SMP o Los Olivos? ¿se instalaron en una vivienda propia/alquilada/con algún pariente, etc?) ¿dónde vivían antes? Indagar en la historia de la familia en relación al distrito (¿por qué Los Olivos?, ¿Qué contexto político-social se daba en L.O.? ¿sus padres vivían aquí? ¿cómo fueron los inicios?) Identificación de aspectos/hitos importantes de movilidad social en la familia ¿Cuáles creen son los factores que los impulsaron a mejorar su calidad de vida? (si no responden, dar pistas…los negocios, la educación, la familia, los contactos (en cada uno de esos repreguntar de qué manera Esfuerzo colectivo (redes de parentesco, contactos, etc) batería de preguntas sobre clubes departamentales/vecinos/compadres-ahijados, tener mayor número de hijos, redes de cooperación, pertenencia a partidos políticos/¿de qué partido son? Participación de los hijos/nietos. ). Esfuerzo individual (¿qué aspectos?...) Lo colectivo (¿cómo así?). Esto para todas las generaciones. ¿Qué valores/normas son las predominantes en la familia? 165 Auto-percepción y expectativas de movilidad social Comparando este hogar con todos los hogares del Perú, en una escala de 1 a 10 en que 1 son los hogares más pobres y 10 son los más ricos, ¿Dónde pondría usted este hogar? RESPUESTA 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 ¿Por qué escogieron esta opción? Comparado con su nivel de vida actual, creen que el nivel de vida que alcancen sus hijos cuando tengan la edad que ustedes tienen ahora será RESPUESTA 1 2 3 4 5 0 Mucho peor Peor Igual Algo mejor Mucho mejor NC ¿Por qué escogieron esta opción? ¿Cuál les parece a ustedes el factor más importante para triunfar en la vida? ¿Y el segundo más importante? 1 ero 2más importante do 1. Esfuerzo personal más importante 2. Una buena educación 3. Provenir de una familia con medios y prestigio 4. Tener contactos 5. Suerte Los Olivos ahora ¿Qué cosas han cambiado en Los Olivos desde que se fundó? ¿A qué creen que se deba esto? ¿Qué significa para ustedes el distrito? ¿Se mudarían hacia otro distrito? (si es afirmativo, ¿A cuál?, ¿por qué?) Algo más que quisieran agregar….Gracias! 