PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ FACULTAD DE CIENCIAS Y ARTES DE LA COMUNICACIÓN Fotografía de la nostalgia: la fotografía como vehículo de la memoria en el proceso de reasentamiento de la ciudad de Morococha Tesis para optar el Título de Licenciada en Comunicación para el Desarrollo que presenta la Bachiller: Claudia Melissa Holgado Chacón NOMBRE DEL ASESOR: Yolanda Rodríguez Lima, Mayo del 2014 Agradecimientos En primer lugar quiero agradecer a mis papás, por todo el amor y apoyo incondicional, por la confianza en estos años lejos de ellos, por ayudarme a conocer el mundo y creer en mi pasión por la fotografía. Gracias Willy y Mary por su dedicación, esfuerzo y compresión. No habría terminado esta investigación sin su apoyo, mi agradecimiento es infinito. Gracias por dejarme seguir mis sueños. También quiero agradecer a mis hermanos, quienes durante estos años lejos de mis padres me ayudaron a crecer como persona, fueron mis amigos y mis cómplices. Gracias Fabricio y Daniel por tanta paciencia y cariño, por toda la ayuda brindada incondicionalmente durante estos años que crecimos juntos. Gracias Dani por siempre creer en mí, gracias Fabri por acompañarme en el trabajo de campo y apoyarme en esta investigación. Quiero agradecer a mi familia y amigos, quienes siempre me impulsan a salir adelante; gracias, porque no importa cuán lejos estén, siempre recibí su apoyo. Especialmente a mi abuelita Mery, quien me dio aliento cuando veía interminable esta investigación; así también a Julia y a Martin, quienes me enseñaron a amar la fotografía. También quiero agradecer a mi asesora Yolanda Rodríguez, por confiar en mí y guiarme en este complejo proceso de aprendizaje e investigación. A Celia Rubina, por ayudarme a encaminar mi trabajo durante la etapa inicial de la investigación y por las recomendaciones que necesitaba para desarrollarla. A Andrés Longhi, director de Ojos Propios, por su gran pasión por la fotografía, la confianza y las facilidades brindadas. A Xamira Huertas, Soraida Acuña, Rosmery Lastra, Carlos Hurtado, Jesús Hurtado, Juan Carlos Minaya, Anderson Paucar, Rocío Núñez, Yeni Colla y Mahycol Vargas; autores y autoras de las fotografías, quienes me otorgaron su tiempo y testimonio para el desarrollo de la investigación. Finalmente deseo agradecer a todos los que me apoyaron en el desarrollo de esta tesis, ya sea brindando información valiosa o la motivación necesaria para seguir adelante. A Julia Chambi y a Guillermo Holgado, por enseñarme a amar las cosas más importantes en mi vida. Índice Introducción ...........................................................................................................................i 1. Capítulo I: Marco teórico de la investigación ................................................................1 1.1La memoria colectiva.....................................................................................................1 1.1.1 La memoria colectiva: un acercamiento conceptual ..............................................1 1.1.2 El papel y la importancia del trabajo de la memoria colectiva...............................7 1.1.3 La memoria colectiva y la identidad: dos procesos complementarios ...................9 1.1.4 Marcos y elementos de la memoria colectiva.......................................................11 1.1.5 La reconstrucción de la memoria .........................................................................18 1.2 La fotografía: proceso y metodología de comunicación .............................................28 1.2.1 Aproximación a la fotografía como proceso de comunicación ......................28 1.2.2 La fotografía participativa ..............................................................................42 2. Capítulo II: Sobre la ciudad de Morococha y el proceso de reasentamiento ..............1 2.1 Morococha: ciudad minera y migrante .......................................................................56 2.1.1 Breve reseña histórica...........................................................................................56 2.1.2 Aspectos socioeconómicos...................................................................................59 2.2 El Proyecto de reasentamiento ....................................................................................63 2.2.1 El Proyecto Toromocho y el reasentamiento de la ciudad de Morococha ...........63 2.3 El conflicto social en Morococha................................................................................69 3. Capítulo III: Marco metodológico de la investigación ................................................56 3.1 Diseño de la investigación ..........................................................................................56 3.2 Metodología de investigación .....................................................................................81 3.3Unidades de análisis.....................................................................................................82 3.4 Técnicas de investigación ...........................................................................................87 4. Capítulo IV: La fotografía como vehículo de la memoria en los talleres de Morococha ...........................................................................................................................77 4.1 El taller de fotografía participativa de Morococha .....................................................77 4.1.1 El Taller de fotografía participativa de Morococha: a manera de introducción...94 4.1.2. Los objetivos y la propuesta fotográfica ...........................................................102 4.1.3 Equipo encargado del taller ................................................................................106 4.1.4 Metodología y las fases del taller .......................................................................110 4.1.5 Las fotografías de la memoria: aproximación a la descripción y clasificación de la muestra fotográfica ..................................................................................................130 4.1.6 Lecciones y Aprendizajes de la experiencia en el taller.....................................143 4.2 La memoria colectiva de Morococha y del proceso de reasentamiento de la ciudad .........................................................................................................................................157 4.2.1 Morococha: la vida en la ciudad, identidad y recuerdos ...................................158 4.2.2 Sobre el reasentamiento de Morococha..............................................................174 4.3 Las representaciones de la memoria: un análisis cualitativo de las fotografías........190 4.3.1 Aspectos generales de la muestra fotográfica analizada ....................................193 4.3.2 La memoria en la fotografía: Los autores y su trabajo fotográfico ....................196 4.3.3 Conclusiones de las fotografías analizadas ........................................................251 4.4 “El Huaricapcha y el niño”: la representación del pasado y el futuro de la ciudad de Morococha en una imagen ..............................................................................................260 4.4.1 Contextualización de la fotografía......................................................................262 4.4.2 La descripción de la fotografía ...........................................................................264 4.4.3 El Mensaje Plástico ............................................................................................265 4.4.4 El mensaje icónico..............................................................................................271 4.4.5 Conclusiones ......................................................................................................279 5. Conclusiones y recomendaciones del trabajo de investigación................................281 5.1 La fotografía como vehículo de la memoria colectiva en el reasentamiento de Morococha ......................................................................................................................281 5.2 La metodología de la fotografía participativa como estrategia en la articulación de la memoria colectiva ...........................................................................................................284 5.3 Las representaciones y discursos de la memoria en las fotografías del taller de Morococha ......................................................................................................................291 5.4 Reflexiones y recomendaciones sobre la experiencia...............................................301 6. Bibliografía ..................................................................................................................2803 7. Anexos ............................................................................................................................317 i Introducción “Los protagonistas de las historias son los únicos autorizados a contar su historia, para hacer que su memoria sea auténtica” (Andrés Longhi, Ojos propios) Morococha es un pueblo minero localizado en los Andes centrales del Perú a 4500 msnm en el departamento de Junín. En él habitan aproximadamente 5000 personas, familias de origen Morocochano, así como comunidades migrantes provenientes de todas las ciudades del país que concurrieron al pueblo en busca de empleo y un mejor futuro (INEI). Desde sus inicios el pueblo de Morococha se instaló alrededor de una zona de explotación minera, de esta manera, se encuentra rodeado de yacimientos minerales y proyectos que se convierten en la fuente de trabajo y subsistencia de las personas que habitan al rededor. A pesar de la inversión y la demanda laboral, la falta de planificación urbana y la baja calidad de los servicios han producido que las condiciones de vida en Morococha sean precarias; por otro lado, más de un siglo de explotación minera ha generado un conjunto de impactos ambientales que se convierten en un riesgo permanente para la población que habita alrededor (Knight Piésold 2009:57 y Sanborn y Dammert 2013:72). En la continua búsqueda de mayores yacimientos minerales hace algunos años se confirmó que la ciudad de Morococha estaba rodeada y asentada sobre un yacimiento de cobre y molibdeno, es decir, que parte de los minerales a explotar se encuentran por debajo de la ciudad (Knight Piésold 2009:57). Por ese motivo en el año 2009 se decidió, a través de un proceso de consulta popular, el reasentamiento y la mudanza de toda la población para dar paso a la ejecución de un proyecto minero, el proyecto “Toromocho”, uno los más grandes y ambiciosos de todo el país (Ojos Propios 2012). Es así que la ejecución del proyecto significaría realizar una mina de tajo abierto donde se ubica Morococha y trasladar a toda la población a una nueva ciudad. ii De esta manera, aquel pueblo con más de cien años de historia desaparecería y las familias morocochanas que lo habitaban serían reubicadas en Carhuacoto (la nueva ciudad), dejando atrás su pasado y los recuerdos de toda una vida. Ante la inevitable pérdida de Morococha y antes del reasentamiento de la ciudad, se realizó una experiencia fotográfica a cargo de la consultora Social Capital Group y la Asociación de fotografía Ojos Propios, con el objetivo de mantener viva la memoria de la ciudad y permitir a cada poblador narrar su experiencia en este proceso de cambio a través del lenguaje visual. El taller de fotografía se desarrolló entre los meses julio y octubre del año 2012, en éste participaron aproximadamente 200 pobladores morocochanos de todas las edades; fueron niños, jóvenes y adultos morocochanos quienes elaboraron más de 7000 fotografías. A partir de una decisión colectiva, 116 de estas fotografías fueron seleccionadas para representar la experiencia y formar parte de una colección permanente en el Museo de la Memoria de la nueva ciudad de Carhuacoto (Ojos Propios 2012). Es así que en este contexto tan complejo de cambio y conflicto producido por el reasentamiento de la ciudad de Morococha, los gestores y ejecutores de la experiencia utilizaron la fotografía como estrategia para el trabajo de la memoria y la continuidad de la identidad de la población morocochana; ellos pretendían que las imágenes resultantes se conviertan en documentos y recursos para fortalecer y mantener la memoria de la población. Con la intención de profundizar en la experiencia, y sobre todo en las imágenes producidas por los pobladores, la investigación se pregunta: ¿Cómo las fotografías generadas a partir del taller de Ojos Propios se convierten en vehículos de la memoria colectiva para la población morocochana en el contexto del reasentamiento de la ciudad? Para responder esta interrogante planteo como objetivo principal demostrar que las fotografías generadas a partir de los talleres de Ojos Propios son vehículos de la memoria que han permitido a los participantes morocochanos configurar representaciones y expresar un discurso frente al reasentamiento de Morococha. Para ello, considero necesario describir el proceso metodológico del taller de Ojos Propios en Morococha que ha permitido a los pobladores participantes configurar una memoria iii colectiva propia; con la intención de conocer cómo es que fueron elaboradas las fotografías y cómo se convierten en vehículos de la memoria. Así también planteo analizar los marcos y puntos de referencia que forman parte de la memoria de los pobladores morocochanos participantes del taller de fotografía de Ojos Propios, proceso que me permitirá conocer los elementos de la memoria que se vieron representados en las fotografías. Finalmente, para lograr el objetivo de investigación, me propongo analizar las representaciones y discursos de memoria expresados en las fotografías que fueron generadas en el taller de Ojos Propios por los participantes morocochanos; es decir, analizar las imágenes resultantes del taller como documentos y testimonios de la memoria de una población, considerando la configuración de las imágenes y las intenciones de los autores y autoras. De esta manera, después de establecer los objetivos de trabajo, me propongo desarrollar el trabajo de investigación bajo una metodología cualitativa porque pienso que resulta trascendental conocer los testimonios de los participantes respecto a su trabajo fotográfico, así como su experiencia en el proceso metodológico del taller de Morococha. Mi intención es analizar el trabajo fotográfico, el taller de fotografía y la memoria sobre Morococha desde el punto de vista de quienes participaron y fueron los protagonistas del proceso, tomando en cuenta sus percepciones, actitudes y expectativas en esta experiencia. Para ello, utilizo la entrevista semi-estructurada como herramienta principal de investigación, trabajando también con un proceso de “incitación fotográfica” para recolectar las intenciones y significados de los autores y autoras en la imagen, así como para motivar sus recuerdos y memorias. Sin embargo, como una forma complementaria a este proceso de investigación cualitativa y con la intención de profundizar en el mensaje visual, propongo también el análisis semiótico de una fotografía representativa. Proceso de investigación que me permite profundizar en los elementos de una fotografía y descubrir los significados de la misma, iv tomando en cuenta que éste se realiza desde la perspectiva del espectador y dejando de lado la opinión del autor. Por lo tanto, debo decir que la investigación no está enfocada en crear o desarrollar una teoría fotográfica participativa del trabajo de la memoria, el interés de este trabajo se encuentra en conocer y profundizar en el proceso de creación de las fotografías como discursos y mensajes de memoria, siendo las imágenes elaboradas por los morocochanos la unidades de análisis principales. Tengo la intención de analizar el acto fotográfico y las imágenes producidas para comprender la memoria que fue representada, las intenciones y sentimientos de los autores, e identificar las significaciones de los elementos retratados que permitirían la continuidad de la memoria morocochana. El trabajo de campo para cumplir los objetivos e intenciones de la investigación fue un proceso muy complejo que me permitió conocer la realidad de la población morocochana y los alcances de la fotografía como medio de comunicación. Éste inició con la visita al Estudio de Ojos Propios, asociación fotográfica que se encargó de la producción del taller de Morococha; a partir de una entrevista a su director, Andrés Longhi, tuve la oportunidad de conocer los principales detalles de la experiencia y el trabajo fotográfico que fue realizado. Visité también la oficina de Social Capital Group en Lima, donde realicé una entrevista a Julio Casas, encargado del aspecto social del reasentamiento de la ciudad de Morococha. Luego de esta investigación exploratoria, decidí recoger los testimonios de los participantes. Para ello, realicé dos viajes de campo a la ciudad de Carhuacoto, ciudad ubicada en el distrito de Yauli, departamento de Junín; dónde logré entrevistar a 10 autores y autoras participantes, así como al personal de Social Capital Group encargado del acompañamiento a la experiencia fotográfica. En este viaje de campo también visité la ciudad de Morococha, ubicada a pocos minutos de Carhuacoto, la cual lucía casi deshabitada y con viviendas en proceso de demolición. Por ello, con la intención de cumplir los objetivos trazados y la propuesta metodológica de la investigación, fue muy importante conocer y hablar con los participantes como autores v de un trabajo fotográfico y como protagonistas del proceso del reasentamiento. Así también, resultó necesario conocer la nueva ciudad de Carhuacoto y la antigua ciudad de Morococha para comprender mejor el cambio, las rupturas y la memoria que expresan las imágenes. A partir del análisis de la información recolectada y un estudio teórico preliminar necesario para comprender la experiencia, organizo el presente trabajo de investigación de la siguiente manera: El Capítulo I es el marco teórico de la investigación, en éste se detallan las teorías y conceptos sobre la memoria colectiva y la fotografía, necesarios para comprender y analizar la experiencia fotográfica y las imágenes resultantes. El Capítulo II de la investigación se encuentra enfocado en presentar y describir el contexto en el cual se ha desarrollado la experiencia, es decir, conocer los aspectos históricos y sociodemográficos de la ciudad de Morococha, así como el desarrollo del reasentamiento y el conflicto social aún latente. El Capítulo III presenta el marco metodológico de la investigación, es decir, la justificación de los métodos y herramientas utilizadas para la recolección y el análisis de los datos. El Capítulo IV presenta el análisis de los resultados, realizado a partir de los testimonios de los participantes y el trabajo fotográfico, éste se divide en cuatro partes. La primera se enfoca en “El taller de fotografía de Morococha”, la cual busca analizar la metodología del taller fotográfico y presentar las principales reflexiones de los participantes sobre la experiencia. La segunda parte, titulada “La memoria colectiva de Morococha y del proceso de reasentamiento de la ciudad”, tiene el objetivo de analizar e identificar los principales elementos y marcos de la memoria de los participantes morocochanos. La tercera parte “Las representaciones de la memoria: un análisis cualitativo de las fotografías” está enfocada en analizar una muestra del trabajo fotográfico desde la perspectiva y las intenciones de los autores. La cuarta parte “El Huaricapcha y el niño: la representación del pasado y el futuro de la ciudad de Morococha en una imagen” tiene el objetivo de comprender el mensaje visual expresado a partir del análisis semiótico de una fotografía. vi Por último, en el Capítulo V se encuentran las reflexiones y conclusiones finales del trabajo de investigación, enfocadas en responder directamente a las preguntas planteadas y comprobar las hipótesis que guiaron el trabajo. Justifico la elección de este tema y objeto de investigación porque pienso que la fotografía no sólo es una herramienta o un soporte, constituye también un proceso de comunicación que permite al ser humano reflejarse, expresarse, reafirmarse, mostrar su entorno e identidad (Borges 2010:197). Elegí este campo de investigación porque siempre tuve un especial interés por la fotografía, no sólo como una herramienta de expresión propia, también como un medio con distintos alcances y usos sociales. Considero que la fotografía tiene un poder magnífico como proceso y herramienta de comunicación, por eso resulta necesario investigar en experiencias de producción y difusión fotográfica que hayan tenido repercusiones sociales en la dinámica de una comunidad. Los talleres de fotografía de Morococha constituyen una práctica comunicativa cuyo objetivo es configurar de manera creativa y participativa una memoria colectiva visual, fortaleciendo así la identidad de un pueblo y luchando contra el olvido. La fotografía se convierte en la protagonista de este proceso de comunicación participativa, permitiendo a los ciudadanos morocochanos contar sus propias historias y generar sus propios recursos de memoria. Por ello, como comunicadora para el desarrollo, considero importante la investigación y el análisis de las fotografías como vehículos de memoria, soportes generados en un contexto participativo y de empoderamiento de la población, enfocados en otorgar continuidad y vigencia a los recuerdos de la comunidad morocochana afectada por el reasentamiento. Por otro lado, la importancia de la investigación también radica en el contexto y el momento en el que se desarrollan las fotografías. El reasentamiento territorial y la mudanza de la población de Morococha fueron procesos sumamente delicados y complejos en los que se vio afectada la economía, la estabilidad política y social de Morococha, así como también la cultura e identidad del pueblo; el cambio y la incursión de la actividad minera ha generado un conflicto social hasta ahora persistente. Es así que esta investigación desea vii demostrar que el proceso fotográfico generado en Morococha permite a los pobladores generar imágenes propias sobre la memoria y manifestar un discurso frente al reasentamiento, expresando sus preocupaciones o expectativas, siendo así una alternativa para preservar la cultura morocochana y reducir el impacto social del reasentamiento. Por ello, es necesario profundizar en la investigación de experiencias comunicativas con tales objetivos, analizar sus resultados y las lecciones aprendidas para poder enfrentar problemas similares. La memoria es un proceso o mecanismo de suma relevancia para el desarrollo de una población, cumple la función de otorgar continuidad a una cultura o comunidad, fortalecer su identidad y reforzar el sentimiento de pertenencia e integración (Rottenbacher 2010: 152-153). Siendo escasas las experiencias que trabajan por la memoria en nuestro país es relevante la elección de este objeto de estudio y la investigación del proceso que se llevó a cabo en la ciudad de Morococha, con el fin de tomar la experiencia como un ejemplo que puede ser aplicado en otras realidades similares. De esta manera, a partir del análisis de la experiencia y de las fotografías como vehículos de memoria en el contexto de reasentamiento de la ciudad de Morococha, deseo demostrar la importancia de la práctica, la relevancia del trabajo de la memoria en poblaciones que enfrentan conflictos y rupturas, así como los alcances práctica fotográfica como proceso de comunicación para el desarrollo de las poblaciones. 1 1. Capítulo I: Marco teórico de la investigación 1.1 La memoria colectiva 1.1.1 La memoria colectiva: un acercamiento conceptual Quisiera comenzar este capítulo de la investigación con la siguiente cita: “[…] La convivencia pacífica solo es viable si se cuenta con una sociedad reconciliada consigo misma, que se preocupa de sus víctimas y de preservar su memoria, que mira con confianza a sus autoridades, que cultiva el respeto y la solidaridad entre sus ciudadanos; la memoria nos ayudará a construir un futuro con esperanza” (Merino 2008:12)1. . Los tiempos de crisis, las épocas de violencia o los diferentes cambios por los que ha atravesado nuestra sociedad nos han llevado a determinar cuán necesario es el trabajo y la configuración de la memoria en nuestro proceso de desarrollo y crecimiento como país. El pensar y trabajar en la memoria no solo se trata de mantener o preservar algunos recuerdos; el trabajo de la memoria también se enfoca en comprender los acontecimientos ocurridos, es un proceso de reflexión colectiva y de continuo aprendizaje sobre nuestra identidad como sociedad y lo que queremos en el futuro. Elizabeth Jelin nos dice que “[…] la memoria, el olvido, la conmemoración y el recuerdo se tornan cruciales cuando se vinculan a acontecimientos y eventos traumáticos de represión y aniquilación; cuando se trata de profundas catástrofes sociales y de situaciones de sufrimiento colectivo” (2012: 96). Por ello, al analizar una práctica social cuyo objetivo principal fue generar recursos para la memoria colectiva de una sociedad que atraviesa un proceso de conflicto y ruptura, resulta necesario entender cuál es la importancia del trabajo 1 Prefacio de Beatriz Merino, Ex defensora del pueblo en “Hatun Willakuy”, la versión del informe final de la comisión de la verdad 2 de la memoria en este contexto, qué significa rememorar o construir esta memoria y cuál es la tarea para construir ese futuro lleno de esperanza del que nos habla Beatriz Merino. La memoria es la “facultad psíquica por la cual se retiene o se recuerda algo del pasado” (RAE: 2014). Jelin comenta que siempre nos ha preocupado o intrigado olvidar o retener ciertos recuerdos sobre nuestras vivencias; así, al hablar o tratar de comprender nuestra memoria se mantienen como interrogantes el qué recordamos, cómo recordamos, por qué olvidamos o por qué es importante recordar. Al parecer, el proceso de la memoria se mantiene como un enigma constante cuando queremos referirnos al pasado, y el deseo de saber cómo y por qué recordamos se debe a la ansiedad y angustia que genera la posibilidad del olvido de nuestras vivencias, ya que éste amenaza la identidad y continuidad de un individuo, de una colectividad o de una nación (2012:52). En el intento de conocer el proceso de la memoria son varios los acercamientos teóricos, científicos o psicológicos que pueden otorgarnos posibles respuestas. Así por ejemplo, Jelin expone que el proceso de la memoria puede ser explicado a través de la psicología y psiquiatría, al tratar de comprender la facultad psíquica y los procesos mentales de una persona; desde la neurobiología, donde se estudian los procesos químicos de la memoria; o el psicoanálisis, que centra su atención en el papel del inconsciente, en la explicación de los olvidos, huecos, vacíos y repeticiones. Por ello, teniendo en cuenta los diferentes acercamientos y las posibles respuestas que éstos puedan otorgar, la investigación en la memoria ya no se trata de saber cuánto y qué se recuerda; sino de conocer cómo, cuándo y por qué recordamos diferentes acontecimientos, y relacionar dichas respuestas con ciertos factores emocionales y afectivos (2012:53). Desde esa perspectiva, debemos saber que siempre se ha creído que la memoria es un proceso individual que se produce al interior de la mente del ser humano (Mendoza 2004:5- 6); es decir, que “el ejercicio de las capacidades de recordar y olvidar es singular ya que cada persona tiene recuerdos propios que no pueden ser transferidos a otros” (Jelin 2012:53). Sin embargo, Jelin nos dice que los que plantean esta postura olvidan que quienes tienen memoria y recuerdan son seres humanos, individuos que siempre están 3 ubicados en contextos grupales y sociales específicos, por ello, sería imposible recrear un pasado individual sin apelar al contexto colectivo (2012:53). Es así que desde la segunda o tercera década del siglo XX las nuevas propuestas sociales y psicológicas señalaron que la memoria no solo era individual, también era colectiva porque se contiene en marcos sociales compartidos y se genera en un esquema de influencia social a partir del cual los recuerdos son generados (Mendoza 2004: 6). Halbwachs (Reims 1977- Buchewald 1945), unos de los principales teóricos de esta propuesta, nos dice que todavía no nos hemos acostumbrado a hablar de la memoria de un grupo porque parece que la memoria solo pudiera existir y durar en la medida en que se encuentre asociada a un cuerpo individual. No obstante, se habla de memoria colectiva porque los recuerdos se pueden organizar de dos formas y agrupar en torno a una persona definida, la cual los puede ver desde su punto de vista o desde el punto de vista de la sociedad a la cual pertenece; por ello, habría memorias individuales y memorias colectivas (2004:53). Según Halbwachs, no debemos pensar que una omite a la otra o que al hablar de una desaparece la otra; ya que “la memoria colectiva envuelve a las memorias individuales”, no se confunde ni se enfrenta con ella, evoluciona según el contexto y va cambiando según los recuerdos de todo el conjunto colectivo (2004:54). De esta manera, según Halbwachs, el concepto de memoria colectiva hace referencia al proceso social de reconstrucción del pasado vivido y experimentado por un determinado grupo o sociedad (Halbwachs 1968). Así, hablar de memoria colectiva o social, es hablar de una reconstrucción de procesos, que tanto individual como colectivamente, se viven como acontecimientos; para el psicólogo Jorge Mendoza, la memoria colectiva hace referencia a la creación de significados para el mantenimiento, conmemoración y comunicación de dichos acontecimientos a la posteridad ; “a diferencia de la historia, no se interesa por lo que cambió, sino por lo que permanece; no en las rupturas, sino en las continuidades, se centra menos en el dato y más en la vivencia” (2004:5). También dentro de la perspectiva de Halbwachs, Pollak afirma que la memoria es una operación colectiva que reúne y da sentido a aquellos acontecimientos e interpretaciones del pasado que se requieren salvaguardar, ésta se integra a tentativas que intentan definir y reforzar sentimientos de 4 pertenencia, así como mantener la cohesión de los grupos y las instituciones que componen una sociedad (2006:25). Por ello, podemos entender a la memoria como un proceso subjetivo e intersubjetivo, determinado por las experiencias de un individuo o una colectividad; anclado en marcas materiales, referentes simbólicos y en marcos temporales o espaciales2; se habla así de una memoria plural, colectiva y en continuo cambio que otorga relevancia al contexto en el que se produce y a quienes son encargados de articularla (Jelin 2012:25). El enfoque que abordan los diferentes autores sobre la memoria colectiva reconoce el carácter construido y cambiante de los sentidos del pasado, de los silencios y olvidos históricos; además pone énfasis en el rol de quienes participan en la configuración o la lucha por la memoria, así como en las relaciones de poder que influyen en su comprensión. En ese sentido, Jelin comenta que “abordar la memoria colectiva significa referirse a recuerdos y olvidos, narrativas y actos, silencios y gestos; hay en juego saberes pero también hay emociones. Y hay también huecos y fracturas” (2012:51-52). Para comprender este concepto debemos conocer qué es exactamente “lo colectivo” en una memoria y por qué se habla de la elaboración de una memoria colectiva. De esta manera, se dice que una memoria es colectiva porque, como se menciona anteriormente, los acontecimientos o sucesos de nuestra vida ocurren dentro de colectividades, comunidades o grupos sociales, por eso resulta imposible rememorar el pasado sin acudir o apelar al entorno colectivo en el que habitamos (Jelin 2002: 20). Como dice Halbwachs, a pesar de que podríamos pensar que tenemos recuerdos personales debido a que vivimos en una sociedad, “[…] nuestros recuerdos siguen siendo colectivos, y son los demás quienes nos los recuerdan, a pesar de que se trata de hechos en los que hemos estado implicados nosotros solos y objetos que hemos visto nosotros solos. Esto se debe a que en realidad nunca estamos solos […]” (2004:26). Ricoeur también se refiere a este punto y afirma que uno no recuerda solo, sino con la ayuda de los recuerdos de los otros y con códigos 2 Se expondrá más sobre este punto en el apartado “Marcos y elementos de la memoria colectiva”. 5 culturales compartidos; aún cuando las memorias personales son únicas y singulares, estos recuerdos están inmersos en narrativas colectivas que a menudo están reforzadas en rituales y conmemoraciones grupales, las cuales serían parte de los referentes de una memoria colectiva (Ricoeur, citado por Jelin 2002: 21). De esta manera, podemos decir que una memoria es colectiva porque vivimos dentro de comunidades o grupos sociales, así, nuestros recuerdos son compartidos e incluyen a las personas del entorno en el que habitamos. Para Halbwachs, el hecho de que nos encontremos en un entorno colectivo nos permite definir mejor y reforzar nuestros recuerdos “ […] sucede que una o varias personas, reuniendo sus recuerdos, pueden describir con gran exactitud hechos u objetos que hemos visto a la vez que ellas, e incluso reconstruir toda una serie de actos y palabras que pronunciamos en circunstancias definidas, sin que nosotros recordemos nada de todo ello” (2004:27); es así que en el momento en que nosotros formamos parte de un grupo, tenemos recuerdos y referentes comunes que pertenecen a una memoria colectiva, somos capaces de compartir y complementar nuestro pasado con el aporte de cada integrante de la comunidad (2004:29). Por otro lado, una memoria propiamente “colectiva” no es solo el carácter común de sus contenidos, sino el hecho de que los recuerdos sean elaborados en común; es decir, sean el producto de una interacción social donde los individuos reflexionen sobre los acontecimientos del pasado de su colectividad. Así, según Jedlodwski, una memoria también se torna colectiva cuando las representaciones del pasado son producidas, conservadas, elaboradas y transmitidas a través de la interacción de los miembros de un grupo (Jedlodwski 2000: 125, 126). De la misma forma lo afirma Elizabeth Jelin cuando dice que lo colectivo de las memorias se manifiesta en el momento en que se produce “un entretejido de las tradiciones y memorias individuales en diálogo con otros, en estado de flujo constante, con alguna organización social y con alguna estructura dada por códigos culturales compartidos” (Jelin 2012:55). De esta manera, en base a los aportes de Jedlodwski y Jelin, se dice “memoria colectiva” porque es un proceso de reconstrucción del pasado donde la interacción grupal se convierte en la acción primordial al momento de 6 crear, seleccionar, interpretar o transmitir representaciones que forman parte de la identidad del grupo y permiten su continuidad en el tiempo (Jedlodwski 2000:126). La memoria colectiva se trata además de la selección, interpretación y difusión de nuestros recuerdos en común. En ese sentido, además de que los recuerdos siempre se posicionan en un contexto colectivo, Halbwachs propone que para que nuestra memoria sea colectiva se deben construir puntos o marcos de apoyo comunes que nos permitan rememorar y motiven acontecimientos o sucesos que no deseamos olvidar: […] Para que nuestra memoria se ayude de las demás no basta con que éstos nos aporten con sus memorias, y que haya bastantes puntos en común entre una y otras para que el recuerdo que nos traen pueda reconstruirse sobre una base en común; para obtener un recuerdo, no basta con reconstruir pieza por pieza la imagen de un hecho pasado. Esta reconstrucción debe realizarse a partir de datos o nociones comunes que se encuentran en nuestra mente al igual que en la de los demás, porque pasan sin cesar de éstos a aquella y viceversa, lo cual sólo es posible si han formado parte y siguen formando parte de la misma sociedad. Sólo así puede entenderse que un recuerdo pueda reconocerse y construirse a la vez. (Halbwachs 2004:29) Sobre ello Pollak comenta que la memoria se convierte en un proceso de negociación que concilia las memorias individuales de una comunidad o grupo de personas, que se apoya en el recuerdo y en la construcción colectiva de significantes para dar un sentido al pasado (2006: 18). Así “lo colectivo” también se refiere a que la memoria pasa a ser un proceso de construcción colaborativa a partir de las nociones comunes que comparte una colectividad, es decir, un proceso colectivo de configuración de puntos de referencia que nos permiten apoyar y posicionar nuestros recuerdos. Por lo tanto, cuando hablamos de memoria colectiva, hablamos de memorias compartidas, superpuestas, producto de interacciones múltiples y encuadradas en marcos sociales (Jelin 2002: 22). Se dice que la memoria es colectiva porque nosotros no vivimos solos, somos parte de una colectividad y de una sociedad; porque a lo largo del tiempo construimos 7 códigos y significados comunes que mantienen nuestra identidad, nuestros recuerdos y nuestra continuidad; y por último, porque se trata de un proceso de construcción colaborativa del pasado donde se seleccionan y establecen puntos de referencia para la memoria. 1.1.2 El papel y la importancia del trabajo de la memoria colectiva Las colectividades, las sociedades y las naciones después de surgir se ven en la necesidad de sobrevivir, así la memoria colectiva tiene como finalidad inicial la sobrevivencia y continuidad de un grupo en el tiempo (Florescano 1999): “[…] cualquiera que sea el motivo que suscite la recuperación de lo vivido, éste siempre se manifiesta como una compulsión irreprimible, cuyo fin último es afirmar la existencia histórica de un grupo, pueblo, patria o nación […]” (Florescano 2001:9). Con el desarrollo de las sociedades y la diversificación de las mismas, además de sustentar la continuidad de una colectividad, la memoria va adquiriendo otras funciones como mantener y fortalecer la identidad personal o grupal (Mendoza 2004:8). Mendoza nos dice que “el arraigo, la existencia o la identidad se encuentran relacionados a la continuidad que deviene de los procesos de memoria de una colectividad o sociedad” (2004:8); convirtiéndose la memoria en el medio que posibilita que los acontecimientos del pasado se miren no como algo distante, sino como una serie de sucesos que nos han llevado a lo que hoy es el presente; reafirmando así la identidad y continuidad tanto de un individuo, como de la agrupación a la que pertenece (2004:8-9). Para completar la idea del papel y la importancia de la memoria, Jan Rottenbacher plantea seis funciones que permiten a la memoria afirmar la existencia histórica de una colectividad, entre ellas podemos encontrar las siguientes: a) el mantenimiento del autoestima de una colectividad, porque la memoria colectiva se caracteriza por la defensa de una identidad social para mantener el autoestima positiva del grupo humano a lo largo del tiempo; b) la búsqueda de la continuidad en el tiempo, porque intenta mantener la idea de una esencia o núcleo social estable que asegure la continuidad del grupo; c) la 8 motivación de la distintividad, la memoria colectiva también se encarga de articular rasgos grupales que permiten a los grupos humanos diferenciarse de otros y por lo tanto reforzar también su identidad; d) el sentimiento de pertenencia, la memoria colectiva asegura mediante la referencia a los antepasados u otros elementos que la persona es parte y se integra al grupo; e) el sentimiento de eficacia, ya que la memoria colectiva asegura una visión positiva y un sentido de eficacia sobre la capacidad de acción del grupo, destacando sus líderes, personajes o acontecimientos importantes, así como los logros grupales; y por último f) la búsqueda de sentido o significado, ya que define metas, propósitos y atribuye un significado de unidad a la identidad grupal o nacional, lo que permite vincular el pasado al futuro con metas como el desarrollo nacional (Rottenbacher: 152-153). De esta manera, la importancia de la memoria radica en mantener la cohesión, sobrevivencia o continuidad de un grupo humano, haciendo que la recuperación y reflexión sobre el pasado sea un proceso imprescindible en el desarrollo del mismo. Así, entendemos que la memoria colectiva no se trata únicamente de elaborar elementos para producir nostalgia o reavivar recuerdos en una colectividad, la memoria no es solamente lo que sirve a la identidad de un grupo y a sus intereses actuales, sino también se trata de la comprensión de los procesos que han llevado al presente a ser lo que es ahora y también a la crítica de los acontecimientos que forman parte de la historia (Jedlodwski 2000: 131). La recuperación de ciertos eventos del pasado sirve para delinear lo que debemos hacer en el presente o lo que debe evitarse, por ello “el pasado es ejemplificativo de lo que puede y debe hacerse en bien de las sociedades” (Mendoza 2004:9). La memoria no es un documento, una imagen o un archivo; es un proceso personal y colectivo que permite responder quiénes somos, quiénes fuimos y a dónde vamos como colectividad, se enfrenta al olvido y permite la construcción colaborativa de aquellos acontecimientos que forman parte de nuestra identidad. 9 1.1.3 La memoria colectiva y la identidad: dos procesos complementarios Dentro de los conceptos y definiciones anteriormente mencionados es necesario resaltar la relación entre la memoria y la identidad, ya que el núcleo de cualquier identidad individual o grupal depende de un sentido de permanencia a lo largo del tiempo y del espacio; es decir, poder recordar y rememorar algo del propio pasado es lo que sostiene la identidad de un individuo o una colectividad, y por ello permite su continuidad (Jelin 2012:58). De esta manera, se entiende que el proceso individual y colectivo de constitución de elementos que forman nuestra memoria denota una relación muy estrecha entre la memoria y el sentimiento de identidad. Pollak considera que “[…] el sentimiento de identidad es la imagen que una persona o colectividad adquiere relativa a sí misma a lo largo de la vida; es decir, la imagen que se construye y presenta a los otros y a sí misma para creer en su propia representación, pero también para que la persona o colectividad pueda ser percibida de la manera en que desea ser vista por los demás” (Pollak 2006:38). Por lo tanto la identidad es la imagen que construimos y presentamos a los otros para distinguirnos y tener una representación propia, esta imagen se manifiesta en diferentes recursos o elementos que nos sirven para presentarnos de los demás de la manera en que nos gustaría ser percibidos. En la construcción de la identidad o representación de una persona, Pollak nos dice que existen tres elementos esenciales: la unidad física, es decir, el sentimiento de tener fronteras físicas, fronteras de pertenencia al grupo en el caso de un colectivo; la continuidad en el tiempo, en el sentido físico, moral y psicológico de la palabra; y finalmente el sentido de coherencia, es decir, que los diferentes elementos que son parte de la identidad de un individuo o colectividad se encuentren debidamente unificados (2006:38). De esta manera y según estos elementos, el autor afirma que “la memoria es un sentimiento constituyente de la identidad, tanto individual como colectivamente, en la medida que es también un elemento muy importante del sentimiento de continuidad y de coherencia de una persona o de un grupo en la reconstrucción de sí mismo” (Pollak 2006:38). Es decir, la reconstrucción y reflexión sobre los hechos del pasado permite otorgar continuidad y coherencia a la 10 identidad de una persona o una colectividad, ya que es una parte esencial de la configuración y el mantenimiento de las representaciones, así como de la imagen que se quiere presentar. Por otro lado, se debe tener en cuenta que este proceso de construcción de la identidad, y por lo tanto, de la imagen que nos representa también es colectivo. Pollak afirma que nadie puede construir una autoimagen libre de la influencia, negociación y transformación de la colectividad en la que vive. Así, además de la necesidad de continuidad y coherencia, la construcción de la identidad es un fenómeno que se produce en función a los otros, en referencia a la aceptación e influencia del entorno en el que vivimos, es decir, la identidad depende de la colectividad. Por lo tanto, la memoria y la identidad son “negociadas colectivamente”, siendo procesos complementarios y colectivos que se retroalimentan, y que juntos promueven la construcción compartida de elementos o referentes que mantienen la continuidad de una persona o un grupo (2006:38). La complementariedad de ambos conceptos se basa en que para poder recordar y rememorar un acontecimiento del pasado una persona o colectividad necesita definir su identidad, establecer así elementos que le permitan distinguirse y representarse, así como posicionar los sucesos que forman parte de su historia. De la misma forma, para poder construir una identidad, una persona o colectividad requiere establecer marcos de memoria y posicionar sus recuerdos, lo cual permite observar el pasado y mantener la continuidad del individuo o el grupo en el presente; se trata de elaborar referentes o elementos de identidad alrededor de los cuales se organicen las memorias (Jelin 2012: 58). Pollak nos dice que cuando la memoria y la identidad están suficientemente constituidas y conformadas, los problemas planteados por los otros o los conflictos que afecten la estabilidad de la colectividad no llegan a generar una reconfiguración de la memoria. Por ello, cuando la memoria y la identidad trabajan por sí solas, se complementan y refuerzan, corresponde a períodos calmos en los que disminuye la preocupación por las mismas (2006:41-42). Sin embargo, en sociedades o comunidades donde el trabajo de la memoria y la identidad ha quedado rezagado, los períodos de crisis internas en un grupo o de amenazas 11 externas generalmente implican reinterpretar la memoria y cuestionar la propia identidad; por ello, Jelin nos dice que estos periodos son precedidos, acompañados o sucedidos por la crisis del sentimiento de identidad colectiva y la necesidad de construir una memoria (2012:59). 1.1.4 Marcos y elementos de la memoria colectiva Jelin dice que aquello que recordamos no se trata necesariamente de acontecimientos importantes o relevantes, sino de hechos que para nosotros han cobrado una carga afectiva y un sentido especial en el proceso de recordar y rememorar (Jelin 2012:60). Dichos acontecimientos están enmarcados en ciertos elementos instituidos por el grupo y su historia, apoyados además en puntos de referencia, los cuales permiten crear marcas en la memoria de cada habitante. La postura de Halbwachs respecto a los marcos sociales de la memoria nos permite determinar qué es lo recordamos y cómo lo recordamos; tomando en cuenta la subjetividad de la memoria, nos permite también identificar cómo es que construimos una memoria colectiva a partir de estos puntos de referencia en nuestro tiempo, espacio y comunidad. Sobre ello, Halbwachs comenta que muchas veces para evocar su propio pasado una persona necesita recurrir a los recuerdos de los demás; por ello, se remite a puntos de referencia que existen fuera de él, los cuales son fijados y configurados por la sociedad a la que pertenece, se habla de ideas, palabras o elementos que vienen dados por su entorno (2004:54). De esta manera, el autor nos dice que para poder recordar y evocar el pasado situamos nuestros recuerdos en un espacio y un tiempo, en marcos de la memoria, sobre cuyas divisiones y referentes nos ponemos de acuerdo con los demás (2004: 57). […] Se crea así una especie de medio artificial que engloba los pensamientos y recuerdos individuales, un tiempo y un espacio colectivo, y una historia colectiva. En estos marcos es donde se unen los pensamientos de los individuos, lo cual supone que cada uno de nosotros dejaría de ser él mismo por un momento. Enseguida entraría en sí mismo, introduciendo en 12 su memoria puntos de referencia y divisiones que recibe de fuera ya hechos, a los que asociaremos nuestros recuerdos […] (Halbwachs 2004:61) Como se dijo en párrafos anteriores, el punto clave del pensamiento de Halbwachs en cuanto a la memoria colectiva es la noción de marco o cuadro social; la cual indica que las memorias individuales están siempre “enmarcadas” socialmente en marcos que representan los valores y las necesidades de un grupo humano o una sociedad (Jelin 2012:54). Siendo el “marco social” aquel medio que engloba la historia colectiva de un grupo de personas dentro de un tiempo, un espacio y una colectividad; así, el marco social se materializa en referentes que simbolizan las experiencias y recuerdos de la colectividad: “Las memorias individuales recaen sobre los marcos de la memoria colectiva” (Halbwachs 1992:173). Para Halbwachs significa que “solo podemos recordar cuándo es posible recuperar la posición de los acontecimientos pasados en los marcos de la memoria colectiva” (1992: 172); así, según el autor, el olvido se explica por la desaparición de los marcos o los referentes que nos llevan a ellos, lo cual es ocasionado por la falta de atención a su mantenimiento o por la deformación de los mismos marcos de la memoria (Halbwachs 1992:172) Así, construir una memoria colectiva significa proporcionar esos marcos y puntos de referencia, y según Pollak, cuando se habla de la memoria colectiva, es adecuado hablar de “una memoria encuadrada”. Este es un término que se encuentra relacionado con la definición de memoria colectiva, ya que de acuerdo al autor, cuando alguien dice “encuadrada” habla de “el encuadramiento” (posicionamiento, ubicación o relación) de nuestros pensamientos o recuerdos en esos marcos y puntos de referencia que establece la colectividad; el proceso de una memoria colectiva se da cuando nuestros recuerdos pasan a formar parte de ese marco o cuadro que abarca y une los recuerdos del grupo humano al cual pertenecemos. Este trabajo de encuadramiento debe tener ciertos límites, no puede ser construido arbitrariamente y debe satisfacer las exigencias de quienes lo elaboran (Pollak 2006: 25). Según Halbwachs: “[…] Ningún proceso de memoria es posible fuera de los 13 marcos colectivos que son usados por las personas que viven en una sociedad para determinar y posicionar sus recuerdos” (1992: 173) ¿Cuáles son entonces aquellos marcos de la memoria que nos permiten posicionar nuestros recuerdos? En base a la propuesta de Halbwachs, Mendoza sostiene que uno de los marcos o elementos de la memoria colectiva es “el tiempo”, el cual puede traducirse en las “fechas” que establece una colectividad para el recuerdo de una experiencia o la conmemoración de un acontecimiento. Las fechas entonces se han convertido en el referente del marco temporal de la memoria, éstas hacen posible recordar acontecimientos vividos personal o indirectamente para que una sociedad se conciba con tradición, con pasado y con identidad; se habla de fechas que nos recuerdan acontecimientos históricos o cívicos, que nos recuerdan a personajes importantes o que reivindican ciertos sucesos que fueron trascendentales para el desarrollo de la colectividad (Mendoza 2004:6 y Pollak 2006:34). Dentro de “el tiempo” como marco de memoria, se habla de aquellos acontecimientos en los cuales la persona no necesariamente participó, pero que en el imaginario de su colectividad tomaron tanto relieve que se han convertido en puntos de referencia compartidos, los cuales forman parte de su pasado e identidad (Pollak 2006:34). Así como el tiempo, la memoria colectiva también está constituida por el “marco espacial”, puesto que es en ciertos espacios donde las personas o colectividades guardan sus experiencias. Como dicen Mendoza, sea en los rincones, en los parques, en la calle o en cualquier otro sitio, los grupos viven su realidad y por tanto ahí significan sus experiencias. Es así que “el espacio” es considerado un marco de la memoria colectiva, y por ello se construyen monumentos o placas conmemorativas en lugares significativos o lugares de memoria (Mendoza 2004:6-7), así también se dejan restos históricos que nos recuerdan a un lugar del pasado. Además del “el espacio” y “el tiempo”, Pollak nos dice que la memoria colectiva también está constituida por “Personajes”. El autor se refiere a los personajes del grupo o sociedad, posiblemente aquellas personas populares o cuya acción fue trascendental para el desarrollo de la colectividad. Pueden ser personajes que no se ha conocido directamente, pero que se 14 sienten como parte del transcurso de una vida, que se sienten conocidos y próximos a la vida de cada integrante del grupo. Por lo tanto, los personajes importantes o resaltantes de cada grupo permiten que cada integrante pueda identificarse y así mismo ubicarse en la historia de su comunidad (Pollak 2006:34). Tiempo, espacio y personajes son entonces marcos sociales sobre los cuales la sociedad construye y ubica sus recuerdos. En base a la propuesta de Halbwachs, Pollak afirma que estos marcos sociales de la memoria están representados por puntos de referencia que insertan nuestra memoria individual en la memoria de la colectividad a la que pertenecemos; de esta manera, propone e incluye puntos de referencia para la construcción de memorias. Entre ellos podemos encontrar a los monumentos o al patrimonio arquitectónico del lugar donde habitamos; los paisajes que nos rodean; las fechas y personajes históricos de nuestra sociedad, cuya importancia nos hace recordar ciertos acontecimientos de nuestra historia; las tradiciones y costumbres de nuestra comunidad; el folklore; las diferentes manifestaciones culturales, entre otros. Para sustentar esto el autor menciona que: “[…]es posible tomar estos diferentes puntos de referencia como indicadores empíricos de la memoria colectiva de un determinado grupo, una memoria identificada con sus jerarquías y clasificaciones; una memoria que al definir aquello que es común a un grupo y lo que lo diferencia de los demás a través de estas marcas físicas o sociales puede fundamentar y reforzar los sentimientos de referencia, así también con las fronteras socioculturales, crear identidad y mantener la continuidad de la población”. (Pollak 2006:17) Al hablar del “enmarcamiento” de las memorias y de la creación de puntos de referencia, estamos hablando de procesos de significación y resignificación donde las personas o grupos humanos se mueven y orientan, a través de los cuales se puede determinar qué es lo que recordamos y qué es lo que no recordamos; son aquellos acontecimientos o espacios, y hasta personajes, los que se convierten en el apoyo de nuestras memorias y a la vez le dan sentido a nuestros recuerdos (Jelin 2002:13). Pollak menciona que las memorias colectivas impuestas y defendidas por un trabajo especializado de encuadramiento son importantes para la continuidad de la dinámica y las estructuras institucionales de una sociedad. Por 15 ello, ningún grupo social por más estable que pueda parecer tiene su continuidad asegurada, sin embargo, su memoria puede sobrevivir a su desaparición (2006:28); “sobrevive en espacios de conmemoración, lugares significativos de recuerdo, tomando la figura de una persona o convirtiéndose en una fecha de celebración o duelo, es decir, posicionándose en sus marcos de memoria” (Pollak 2006:28). 1.1.4.1 Memoria colectiva y el marco espacial Halbwachs comenta que “[…] nuestro equilibrio mental depende, en buena medida, de que los objetos materiales que nos rodean o con los que estamos en contacto día a día no cambien o cambien poco, lo cual nos ofrece una imagen de permanencia y estabilidad”(2004:131). En ese sentido, se entiende que más allá de ser un problema psicológico, el autor dice que la posible pérdida de objetos y espacios cotidianos viene acompañada de una especie de pérdida de contacto entre nuestro pensamiento y las cosas, de la incapacidad para reconocer los objetos familiares, de tal modo que nos encontramos perdidos en un entorno extraño y cambiante donde nos faltan los puntos de apoyos sobre los cuales configuramos nuestra memoria; así, se pone en riesgo la permanencia y estabilidad del individuo o colectividad (Halbwachs 2004:131) . Para Halbwachs, cuando algún acontecimiento obliga a una persona o a una colectividad a transportarse a un nuevo entorno material, antes de que se genere un proceso de adaptación, atraviesan por un periodo de crisis e incertidumbre como si habrían dejado atrás toda su personalidad e identidad. Por ello, las imágenes habituales del exterior son inseparables del imaginario, de la vida diaria y de los acontecimientos cotidianos de una comunidad (2004:131). Esto se explica porque, según el autor, nuestro entorno material lleva “nuestra marca y la de los demás”; nuestra casa, nuestros muebles, los parques o las plazas de nuestro barrio nos recuerdan a la familia y a los amigos a los que solemos ver en este entorno, así como los momentos que pasamos con esas personas. El marco espacial en el que habita una persona o comunidad resulta ser algo fundamental en la construcción de la identidad y memoria; 16 cuando un grupo se encuentra inmerso en una parte del espacio la transforma a su imagen y de acuerdo a sus necesidades, se adapta a las cosas materiales que lo rodean, es decir, el grupo humano se apropia y encierra en el marco que ha construido. Es así que Halbwachs comenta que la imagen del entorno exterior y de las relaciones estables que se mantiene con el espacio, pasan al primer plano e influyen directamente en la idea que el individuo o el colectivo forma de sí mismo; es decir, ya no se habla de un individuo aislado, se habla del individuo como miembro de un grupo y poseedor de un espacio (2004:133). […] El lugar recibe la huella del grupo o del individuo y a la inversa, entonces todo lo que hace el grupo puede traducirse en términos espaciales y el lugar que ocupa no es más que la reunión de todas las vivencias, acontecimientos y experiencias del grupo. Cada aspecto, cada detalle de ese lugar tiene un sentido que solo pueden comprender los miembros del grupo, porque todas las partes del espacio que ha ocupado corresponden a la estructura y la vida de su sociedad. (Halbwachs 2004:133) Así, Halbwachs nos dice que el espacio influye en la concepción que las personas tienen sobre sí mismas y las personas también influyen sobre el espacio, adaptándose y creando elementos o referentes que les permitan habitar éste de mejor manera. Por ello, cada lugar que fue creado o al que un grupo de personas debió adaptarse, adopta un significado y se convierte en el referente de las vivencias y experiencias del grupo de personas; podría decirse así que el espacio permite comprender la vida e identidad de quienes lo habitan. Halbwachs nos dice que si entre las casas, las calles y los grupos de habitantes no hubiera más que una relación efímera y de corta duración, las personas podrían destruir sus viviendas, su barrio, su ciudad y mudarse a otro espacio sin que nada afecte la estabilidad del grupo. Sin embargo, el autor afirma que no es tan fácil modificar las relaciones que se han establecido entre el entorno material y las personas; porque cuando un grupo humano vive durante mucho tiempo en un lugar adaptado a sus costumbres, no solo sus movimientos, sino también sus pensamientos se regulan según la sucesión de imágenes materiales que le ofrecen los objetos exteriores (2004:136). Es por ello que se afirma que cuando este entorno material desaparece o sufre cambios trascendentales, afecta no solo la 17 estabilidad o equilibrio mental de los individuos, también genera una crisis en las relaciones de la comunidad. En muchas oportunidades, las transformaciones de una ciudad, la demolición de una casa o el desplazamiento de un pueblo desconciertan e impiden a algunas personas seguir con sus costumbres; “[…] para quien las viejas paredes, casas decrépitas, pasadizos oscuros o callejones sin salida formaban parte de su pequeño universo, y en cuyos recuerdos ocupaban una buena parte estas imágenes borradas para siempre, siente que toda una parte de sí mismo se ha muerto con estas cosas” (Halbwachs 2004:137). Para evitar los momentos de crisis, la perdida de lazos y de referentes de identidad, los grupos humanos se resisten al cambio; se resisten a perder aquellos recuerdos o elementos que formaban parte de sí y de su personalidad, no tanto por el apego a los objetos materiales, sino por el significado que tienen estos en su vida diaria (Halbwachs 2004: 137). Es decir, lo que las personas pierden son aquellos referentes o puntos de memoria sobre los cuales apoyaron sus recuerdos y las significaciones de su identidad. Cuando el espacio cambia o desaparece, las personas o colectividades manifiestan un sentimiento de sufrimiento e indignación ante la pérdida y el dolor por el espacio material. Sin embargo, ante lo inevitable deben hallar nuevas condiciones y tratar de adaptarse al nuevo espacio u entorno que los rodea, así como también debe intentar construir nuevas relaciones con los objetos (2004:138). Según Halbwachs, este proceso de apego hacia los espacios físicos o cosas materiales puede explicarse por una especie de “automatismo colectivo”. Es decir, que si los grupos no se adaptan rápido a un nuevo espacio o a los cambios de su entorno es porque hace tiempo que definieron sus límites y determinaron sus reacciones respecto de una configuración determinada del entorno exterior; ello ocurre hasta que ese espacio se convierta en parte de sí mismos, es decir, convertirse en parte de las casas, calles o montañas que los albergaban. Para los grupos humanos que pierden sus espacios, dejar de caminar en tal calle, a la sombra de tal muro o de tal iglesia equivaldría perder el apoyo de una tradición que los sustenta, es decir, su única razón de ser (Halbwachs 2004:139). Por 18 ello es importante considerar el espacio físico como elemento esencial de la configuración de identidad de un grupo humano, como punto de apoyo de la existencia y la memoria; las casas, parques o plazas en las que vivimos adoptan significados y se convierten en símbolos de los acontecimientos de nuestra vida, dejan atrás su existencia material y pasan a formar parte de nuestro imaginario y de nuestra vida como sociedad. 1.1.5 La reconstrucción de la memoria La necesidad de configurar o reconstruir la memoria en los distintos grupos humanos o sociedades del mundo que han atravesado periodos de crisis se ha convertido en una especie de cultura o trabajo de la memoria; la cual se enfrenta a la valoración de lo efímero, la fragilidad de los lazos sociales y la continua transitoriedad del presente. En ese contexto, según Jelin, las personas o grupos humanos sienten la necesidad de narrar sus pasados para sí mismos y para los otros, siendo todas las acciones del trabajo de la memoria tentativas para combatir el olvido y el desinterés hacia la esencia de una sociedad, así como para fortalecer el sentido de pertenencia y confianza en uno mismo y en el grupo (Jelin 2012:43- 44). “En lo individual, la marca de lo traumático o del conflicto interviene de manera central en lo que el sujeto puede o no puede recordar, silenciar, olvidar o elaborar”. En un sentido colectivo, las responsabilidades, los reconocimientos y la búsqueda de justicia que devienen de un proceso de crisis o ruptura social, intervienen directamente en la forma en cómo una comunidad configura su memoria; la conflictividad política de los escenarios donde se dieron los momentos de crisis o catástrofes hace más complejo el proceso de recuerdo porque se produce una tensión en la identidad y estabilidad del grupo o sociedad (Jelin 2002: 11). Por ello, el trabajo y la configuración de la memoria colectiva se vuelven imprescindibles para que una colectividad que atraviesa momentos de crisis, rupturas o conflictos pueda superar aquellos escenarios, mantener una identidad, reflexionar sobre los sucesos y fortalecer los lazos entre sus integrantes. El trabajo de la memoria debe combatir 19 el olvido y evitar el silencio, recoger las impresiones de todos los involucrados, así como reconocer aciertos y errores. Jelin comenta que las rupturas, el conflicto o lo traumático involucran al sujeto directamente porque cambian y transforman su mundo cotidiano. Los afectos y sentimientos producidos por el nuevo escenario empujan a la reflexión y a la búsqueda de un sentido en el presente, motivando así la “rememoración”; donde el pasado será entonces expresado en una forma narrativa, convirtiéndose este proceso en la manera en cómo el sujeto construye un sentido del pasado, y por lo tanto, una memoria que expresa un relato comunicable (Jelin 2012:60). En el proceso de rememoración se intenta estructurar el pasado a través de nuestros recuerdos y los de la colectividad en la que habitamos, para darle un sentido al presente; por lo tanto, se puede decir que el pasado es un proceso subjetivo, activo y construido en diálogo e interacción. “El acto de rememorar presupone tener una experiencia pasada que se activa en el presente, proceso motivado por el deseo de revivirla o el sufrimiento de perderla, unidos ambos sentimientos a la intención de comunicarla, el producto de ello es una memoria narrativa”. Como se ha mencionado anteriormente, las experiencias que deseamos rememorar no se tratan necesariamente de acontecimientos importantes, sino de aquellos que cobran una carga afectiva y un sentido especial para una persona o una colectividad (Jelin 2012:60). Darle sentido al pasado significa recuperar las huellas, puntos de referencia o marcas materiales que hemos configurado como individuos o como parte de una colectividad. Jelin comenta que esas huellas en sí mismas no constituyen una memoria a menos que sean evocadas y ubicadas en un marco que les dé sentido, como se mencionó anteriormente (Jelin 2012:63). De esta manera, configurar una memoria o rememorar se trata de superar las dificultades de una crisis o ruptura y acceder a las huellas del pasado, puntos o marcas materiales. 20 Es por ello que la dificultad de rememorar no radica en que hayan quedado pocas huellas o que el pasado haya sufrido una destrucción, sino en los impedimentos para acceder a esas huellas; ocasionados por los distintos mecanismos de represión y de desplazamiento de un individuo o comunidad, los cuales provocan distorsiones y transformaciones en el sentido del pasado. Una reacción social al temor de la destrucción de las huellas se manifiesta en la urgencia de conservación, de la acumulación de archivos históricos, personales y públicos. Es la obsesión de la memoria y el espíritu memorialista del que se habla en la primera líneas de este acápite (Jelin 2012:64). Para recuperar las huellas del pasado se debe trabajar en el proceso de reconstrucción colectiva de la memoria, proceso que debe ser producido, interpretado y difundido entre la colectividad; y para ello, recurrir a instrumentos que permitan su edificación. En ese sentido, el instrumento más acabado para esta tarea es “el lenguaje”; con este, ya sea oral, visual o escrito, se construyen, se mantienen y se transmiten los contenidos y significados de la memoria (Mendoza 2004:7). Halbwachs también reconoce que “es el lenguaje y las convenciones sociales asociadas a él aquellos elementos que nos permiten, en todo momento, reconstruir el pasado” (Halbwachs 1992:173). Los grupos humanos comunican su memoria a través del lenguaje para su difusión; ésta es articulada en piezas de representación como los archivos y los museos creados, los cuales son organizados con la intención de comunicar el presente y el pasado de una cultura a futuras sociedades que aún no existen; o como las galerías, las bibliotecas y los monumentos que aluden al recuerdo y a la duración (Mendoza 2004:7). Para Mendoza, recurrir a la estrategia de recuperar el pasado o “rememorar” tiene como propósito englobar lo disperso, abordar acontecimientos o temáticas que fueron olvidadas u omitidas, ampliar nuestra perspectiva sobre determinados acontecimientos; permite además la confrontación sobre diferentes puntos de vista y posibilita la profundización de la temática en cuestión (Mendoza 2004:11). Por lo tanto la memoria se produce en tanto haya sujetos que comparten una cultura o en tanto haya agentes sociales que intenten “materializar estos sentidos o narraciones del 21 pasado” en diversos productos culturales que son concebidos como, o se convierten, en “vehículos de la memoria”, tales como publicaciones, museos, monumentos, libros de historia, fotografías, etcétera (Van Alphen, citado por Jelin 2012:69-70). Todos estos elementos o recursos se convierten en referentes que nos permiten recuperar y posicionar nuestros recuerdos, se convierten en puntos de la memoria que evitan el olvido y refuerzan la identidad. En el proceso de configuración de la memoria para el desarrollo de los diferentes colectivos, ésta se integra en tentativas enfocadas en definir y reforzar sentimientos de pertenencia y fronteras sociales entre colectividades de distintos tamaños. Por ello, Pollak menciona que muchos de los procesos de redescubrimiento o de construcción de identidades étnicas, regionales o nacionales que están hoy en curso en el mundo parecen apoyarse sobre la memoria, así como los procesos de reflexión y reconciliación sobre conflictos sociales o guerras; sin embargo, estos procesos de reconstrucción de la memoria se hacen muchas veces de forma unilateral, evitando tomar en cuenta diversas perspectivas sobre el pasado y activando el silencio (Pollak 2006:25). De esta manera, “[…] en la tentativa de buscar identidades colectivas vinculadas a proyectos políticos se deja de lado todo lo que de inquietante, problemático, desagradable u oscuro que puede tener el pasado de los grupos a los que hacen referencia; formulando así una memoria de una sola fuente, proclive a la mentira y manipulación, una memoria que dejo de lado la elaboración e interacción y dejo de ser colectiva […]” (Pollak 2006:25). Los autores manifiestan que este trabajo de la memoria no integra los recuerdos de la comunidad o motiva la discusión de los acontecimientos; se elabora una memoria a favor de una postura, que motiva el olvido y que favorece solo a un grupo de personas. La memoria colectiva se trata de considerar todas las representaciones del pasado de una colectividad, de conocer los marcos colectivos y considerar su validez. Por ello es necesario comprender que el proceso de recuperación y reconstrucción del pasado es una lucha de representaciones de la memoria, donde es muy importante tener en cuenta quién es el que emite el mensaje de memoria, porque mientras más directo es el 22 mensaje es más legítima la experiencia; sin embargo, la memoria también implica una lucha de poderes y legitimidades para narrar el pasado, sobre la cual se debe trabajar. Por otro lado, se debe considerar aquellos encuentros y desencuentros entre los testimonios de memoria, ya que la memoria también presenta espacios de tensión y conflicto que nos permiten reflexionar sobre el presente y el pasado. Así también, los periodos de crisis y rupturas provocan la desarticulación de las memorias, las huellas dolorosas y los silencios, es así que resulta importante analizar aquello que fue olvidado y buscar una forma en que las experiencias sean comunicables (Jelin 2012:68-69) En ese sentido, la existencia de archivos, centros de documentación o museos no garantiza su evocación o la recuperación de la memoria en la colectividad. La memoria es activada en la medida en que se realizan acciones orientadas a dar sentido al pasado, interpretándolo y trayéndolo al escenario del contexto presente (Jelin 2012:56). En el plano colectivo, entonces, el desafío es superar las repeticiones, superar los olvidos y los abusos políticos, tomar distancia, pero al mismo tiempo promover el debate y la reflexión activa sobre ese pasado y su sentido para el presente o futuro (Jelin 2002:17). Jelin recomienda trabajar y configurar la memoria de una colectividad con y para los integrantes, promover la participación de todos sus miembros y reflexionar conjuntamente sobre los sucesos que constituyen la historia de esa sociedad. 1.1.5.1 La importancia del lenguaje visual en la reconstrucción de la memoria Toda memoria constituye una forma de identidad y encierra un proyecto de futuro que es adoptado por una sociedad que desea iniciar un proceso de reconstrucción y reflexión sobre su pasado. Según Pereira, en este proceso las herramientas visuales se han convertido en el mejor intermediario para la configuración del pasado de una sociedad; su uso trasciende la representación estética de los grupos y dota al discurso de memoria de un carácter político, permitiendo la afirmación y el reconocimiento de la identidad a través del lenguaje visual. Teniendo en cuenta que la construcción simbólica de la identidad se expresa cada vez más a través de elementos y soportes visuales, el autor propone que se torna necesario investigar 23 y profundizar en el desarrollo de los proyectos de difusión de la imagen de la cultura, del saber de una colectividad y de la memoria de una comunidad (Pereira 2011:229-230). La llegada de los medios audiovisuales provocó la diversificación y una mayor complejidad de las fuentes de información participantes en la construcción de la memoria; Guarini nos cuenta que los recursos visuales se convirtieron poco a poco en las piezas o vehículos más utilizados para la configuración y difusión de la memoria, así como también otorgaron validez a los acontecimientos que se deseaba preservar (Guarini 2002:115). A diferencia de otros lenguajes utilizados para el proceso de reconstrucción del pasado, los medios audiovisuales adquieren relevancia porque “certifican la existencia de un momento y encierran en el tiempo aquellos acontecimientos que se desea preservar” (2002:115); por otro lado, la facilidad de producción de las imágenes diversifica las fuentes de información de una memoria y permite que cada integrante del grupo aporte con una visión o discurso propio plasmado en las imágenes. Para Guarini, las herramientas audiovisuales son importantes y trascendentales porque inciden sobre la memoria por partida doble, de esta manera no sólo los archivos audiovisuales constituyen un soporte significativo para la conservación de elementos que dan cuenta del desarrollo de la historia, ya que a través de estos se puede certificar la existencia de una realidad; también porque el uso de éstos involucra al mismo tiempo un proceso de recuerdo y rememoración en la etapa de producción del soporte, ya sea fotográfico o audiovisual (Guarini 2002: 115-116). Por ello, lo audiovisual confirma su lugar en la reelaboración del pasado como soporte y como proceso, ya que la acción misma de registrar elementos del presente forma parte del trabajo de construcción de la memoria. La elaboración de registros audiovisuales no puede ser considerada un simple acto mecánico de producción de materiales, sino “un proceso llevado a cabo por sujetos sociales que inciden subjetivamente en su producción y elaboran un discurso propio a través de estas herramientas” (Guarini 2002:116). Según Guarini, quien toma como fuente a Philippe Charrier nos dice que “la construcción de la memoria colectiva se sitúa no solo en el soporte, sino también en una acción, es decir, la acción de tomar tales fotos puede ser considerada como la marca de referencia de la memoria, se 24 genera así el trabajo de construcción de la memoria colectiva” (Charrier, citado por Guarini 2002: 116-117). Situando a la imagen como medio transcendental en el proceso de configuración de la memoria, la autora se pregunta cómo no ver en el hecho de crear esas imágenes la construcción misma de la memoria colectiva; es decir, las imágenes no solo serían aquellos soportes que exponen situaciones, escenas o elementos que nos ayudan a recordar y que mantienen los puntos de nuestra memoria, así también la producción de dichas imágenes sería en sí mismo un proceso de construcción de la memoria (Guarini 2002:116-117). El lenguaje visual, especialmente la fotografía, se convierte en el medio que materializa, expresa y comunica aquellos sentidos del pasado que se desea construir. Las herramientas visuales forman parte de las infinitas posibilidades de la configuración de la memoria que nos permiten crear símbolos y significados sobre nuestro entorno y los acontecimientos que configuran nuestra identidad, con la ventaja comparativa de que otorgan una validez a los hechos de nuestro pasado y se convierten en testimonio de los mismos. 1.1.5.2 La memoria colectiva y la fotografía Desde los inicios de la fotografía en la cuarta década del siglo XIX, se ha asociado a esta disciplina con la memoria individual y colectiva a partir del carácter exacto, verdadero y natural de las imágenes fotográficas, consecuencia de aquel proceso químico que imprime en una superficie un extracto de la realidad. González comenta que se fue construyendo así un discurso dominante en torno al carácter testimonial de la fotografía como medio de comunicación social y la relevancia de la fotografía como proceso y recurso de la memoria (González 2008:11); discurso que aún permanece en la era digital, ya que a pesar de la intervención de la tecnología en el elemento o personaje que fue fotografiado, siempre existe un rezago de realidad. Así, entre las distintas funciones de la fotografía, una de las más reconocidas socialmente es aquella que la asocia con la memoria, tanto en el nivel personal como en el nivel colectivo; debido a que es innegable la capacidad de la fotografía para generar recuerdos, 25 de ser testimonio de la existencia de una realidad y de inmortalizar aquellos momentos que se podrían perder en el tiempo (D’ Abadia 2010:1). La diferencia entre otras técnicas para producir imágenes utilizadas años anteriores con el motivo de inmortalizar un personaje o un momento, tales como la pintura o el grabado, es que las fotografías pueden ser más memorables porque son una prueba nítida del paso del tiempo. Sobre este punto Barthes menciona que con la fotografía podemos establecer que “un objeto ha existido y que ha estado allí donde lo vemos”, hasta que apareció la fotografía, ninguna representación podía asegurar el pasado de un objeto, pero con la fotografía “la certeza es absoluta” (Barthes 1990: 193). También Susan Sontag comenta sobre la capacidad de la fotografía de certificar la existencia de un objeto: “Ante todo una fotografía no es solo una imagen (en el sentido en que lo es la pintura) una interpretación de lo real, también es un vestigio, un rastro directo de lo real, como una huella o máscara mortuoria. Si bien un cuadro, aunque cumpla con las pautas fotográficas de semejanza, nunca es más que el enunciado de una interpretación, una fotografía nunca es menos que el registro de una emanación, un vestigio material del tema imposible para todo cuadro […]” (Sontag 2004: 216) Así lo dice Susan Sontag, la fotografía se convierte en aquella huella de nuestro pasado, el testimonio innegable del paso del tiempo y de la existencia, es una emanación y un vestigio de que algo ha existido. González nos dice que al materializar algo tan inmaterial como la imagen, la fotografía realiza algo similar a lo de la memoria cuando fija algo tan frágil como momento de la realidad. “Ambas, fotografía y memoria tienen como objetivo principal el almacenar algún tipo de esencia inmaterial, instantánea y volátil” (2008:15); por ello, tanto el momento como la imagen existen solo algunos instantes, “su materialización mediante la fotografía y la memoria es una lucha contra el tiempo y la muerte”. Según Barthes, a diferencia de otros sistemas de representación, en la fotografía podemos decir “esto ha sido”, es así la función definitoria y distintiva de la fotografía como medio de representación; la fotografía afirma y se convierte en testimonio de existencia, de que algo realmente ha sido real y no es una fantasía (Barthes 1990: 136-137). Así, tanto memoria y fotografía permiten traer de vuelta las imágenes, experiencias y sensaciones del 26 pasado, mientras que la memoria lo hace de manera personal, la foto lo hace de manera material y social (González 2008:15). Debido a su capacidad de inmortalizar momentos, la fotografía posee un papel importante en nuestro proceso de rememoración ya que posibilita la construcción de nuestra propia versión de los acontecimientos vivenciados. Los momentos que creemos que merecen ser recordados se convierten en motivos de disparos de nuestras máquinas fotográficas, lo que no queremos recordar no lo fotografiamos (D’ Abadia 2010:4). Cada retrato fotográfico es capaz de despertar los sentimientos y emociones en el instante en que fue tomado, al ver una fotografía somos capaces de volver a sentir los mismo que cuando hemos capturado el instante (D’Abadia 20120:7). Pantoja indica que una fotografía puede motivar la reconstrucción de todo un mundo y nos permite volver al pasado debido a que en este proceso nuestra memoria potencia la relación de la imagen con los recuerdos, mediante la lectura o la mirada de la misma (2008:3); la imagen fotográfica se convierte así en un estímulo para la compresión, la asociación e interconexión de conceptos, ideas y experiencias ya vividas (2008:2). Por ello, el autor indica que la memoria se encuentra cargada de fotografías, imágenes fijas y de instantes precisos que nos ayudan a retener o accionar los recuerdos, siendo la motivación o impulso de la rememoración una de las funciones más importantes de la fotografía para la memoria (2008:3). Siendo tan relevante el papel que cumple la fotografía en los procesos de configuración y motivación de la memoria, Pantoja menciona que en los trabajos de investigación con mayor frecuencia se recurre a las fuentes visuales para hacer memoria de lo pasado, para recordar por medio de las imágenes aquellos acontecimientos de la historia de un grupo humano, una comunidad o una nación. Así, cuando la fotografía se convierte en recurso para la memoria, consigue traer estas sensaciones a nuestro presente y nos permite rememorar las escenas, los retratos colectivos y los lugares que parecían condenados al olvido (2008:1) 27 Especialmente en los procesos de guerra, rupturas y conflictos se pone en evidencia la importancia de la imagen, sobre todo la fotográfica; Langland afirma que la batalla por la creación y difusión de las imágenes parece casi tan importante como la batalla física que se produce en este tipo de escenarios. La autora afirma que las fotografías, durante y después de los procesos de cambio y conflicto son importantes por su fuerte relación con la memoria, ya que se convierten en testimonio y en la prueba de un acontecimiento; la fotografía se ha convertido en símbolo de la pérdida sufrida y de las luchas persistentes de la memoria (Langland 2005:88) En comparación con otros productos relacionados a la memoria (archivos, monumentos o conmemoraciones, marcas territoriales en sitios de represión, obras de arte, etcétera), se puede mencionar tres cualidades principales que hacen que las fotos no sean únicamente la encarnación de la memoria, sino más bien herramientas de la lucha por la memoria (Langland 2005:88), convirtiéndose en el medio adecuado para el trabajo de rememoración y reconstrucción del pasado. Así Langland menciona que, en primer lugar, la fotografía interviene en la relación problemática entre la palabra escrita y la “verdad”; ya que esta última parece no estar completa porque se necesita la corroboración de la imagen congelada y la fotografía, como huella innegable de que algo que “ha sido”, parece ser el medio adecuado para lograrlo, teniendo en cuenta que muchas veces las imágenes pueden ser una manipulación de la realidad y es ahí donde se manifiesta aquella lucha por la memoria (2005:89).En segundo lugar, no es solamente su supuesta relación con la verdad lo que hace de la fotografía una herramienta importante para las luchas de la memoria, sino especialmente su fuerte impacto emocional y su capacidad de despertar sentimientos de conexión personal con lo que está siendo representado; la fotografía impacta, nos emociona, nos hace sentir y reflexionar. Por último, las fotos se caracterizan por su materialidad, reproducibilidad y facilidad de difusión, siendo estos aspectos útiles en la implementación de proyectos y políticas de la memoria; las fotos no se gastan, no se acaban, se pueden reproducir en afiches, libros, revistas y periódicos, así como difundir digitalmente (Langland 2005:89). 28 Con lo he mencionado en líneas anteriores, se puede decir que la fotografía cumple con esta función esencial en el trabajo de la memoria y especialmente en un momento en el que se necesitan las imágenes para tener un conocimiento directo de lo que ha acontecido, de lo que fue olvidado o de lo que ha desaparecido (Pantoja 2008: 2). La fotografía se convierte en el medio ideal para la lucha contra la memoria, ya que no es solo un testimonio, es en sí mismo un proceso de memoria. El acto fotográfico nos permite generar recuerdos y producir un discurso sobre nuestro propio pasado y el presente que deseamos construir. Sin embargo, a pesar de estas cualidades y ante una sociedad que sustenta y conforma su memoria con imágenes, Pantoja menciona que a la fotografía aún no se le concede valor ni aprobación como proceso y fuente para la memoria, sino que se sigue reduciendo su utilidad únicamente como soporte de memoria (2008:3). Se debe valorar el proceso valioso que el acto fotográfico representa en cuanto a la elaboración de recuerdos, a la construcción de un sentido sobre el pasado y a la diversificación de miradas sobre un acontecimiento. 1.2 La fotografía: proceso y metodología de comunicación 1.2.1 Aproximación a la fotografía como proceso de comunicación Quiero comenzar este capítulo de la investigación con una cita del gran fotógrafo peruano Martin Chambi: “He leído que en Chile se piensa que los Indios no tienen cultura, que son incivilizados, que son intelectual y artísticamente inferiores en comparación a los blancos y los Europeos. Más elocuente que mi opinión, en todo caso, son los testimonios gráficos. Es mi esperanza que un atestado imparcial y objetivo examinará esta evidencia. Siento que soy un representativo de mi raza; mi gente habla a través de mis fotografías” (Martín Chambi, 1936)3. Martin Chambi es el primer fotógrafo indígena de la historia, maestro y poeta de la luz que adoptó la cámara fotográfica como una extensión de sí mismo y de su cultura. Sus 3 Cita tomada del la página web “www.martinchambi.org” 29 fotografías nos muestran la pasión por su tierra y su oficio, una nostalgia de los tiempos perdidos, la necesidad de representar a su gente y mostrar una realidad olvidada4. Como él lo menciona, “su gente habla a través de sus fotografías”: ya que éstas han capturado e inmortalizado las miradas, sentimientos y los escenarios inimaginables de su tierra. Se han convertido en evidencia de la diferencia social, el testimonio y expresión de la realidad andina, un discurso de lucha a través del arte. Desde su gran manejo de la técnica y profundo conocimiento de su gente, Martin Chambi ha creado verdaderas obras de arte que se convierten en elementos de comunicación y representación. Es por ello que considero que la obra de Martin Chambi es una de las primeras iniciativas de autorepresentación a través de la fotografía, ya que tiene la intención “de dar voz a los que no tienen voz”, de elaborar un testimonio de la nostalgia y convertirse en el medio de expresión de comunidades olvidadas y silenciadas. Es la intención de este trabajo analizar e investigar una propuesta fotográfica, que así como la obra de Martin Chambi, tiene el objetivo de “dar voz a los que no tienen voz”, de rescatar las memorias y recuerdos de una ciudad que está a punto de desaparecer. Las fotografías son también testimonios de una autorepresentación a través de la imagen y se convierten en el medio de expresión de una comunidad que experimenta un proceso de cambio trascendental en su historia. Tomando el ejemplo de Martin Chambi, se plantea que la fotografía va más allá de los componentes y características técnicas; resulta evidente que la fotografía no se trata de una producción de imágenes inocente, casual o mecánica, sino más bien es un lenguaje estructurado en sus formas narrativas y significados, el cual es elaborado bajo el imaginario cultural del autor (Bauret 1992:14). Al plantear este capítulo teórico se tiene el objetivo de comprender que la fotografía no es solo un soporte o un simple acto mecánico; es un 4 Siento la necesidad de mencionar el trabajo de mi bisabuelo Martin Chambi en la parte introductoria de la investigación, debido a su magnífica obra fotográfica, el valioso legado que heredó a mi familia y porque él representa una fuente de inspiración personal. 30 proceso de comunicación que nos permite expresarnos, afirmar nuestra identidad, confirmar nuestra existencia y compartir con el mundo todo aquello que forma parte de nuestra vida. Por ello, resulta necesario comprender el acto fotográfico y sus elementos, los usos sociales y los distintos enfoques de esta disciplina. 1.2.1.1 Acercamiento conceptual a la fotografía Según Bauret, la fotografía, en sus múltiples formas, se afirma cada vez más y de manera completa como un modelo de expresión, información y de comunicación. Desde el fotodocumentalismo hasta la fotografía publicitaria, la fotografía se utiliza para guardar un recuerdo emotivo de los acontecimientos, así como para, de alguna manera, ilustrar o reflejar una historia. De esta manera, el autor comenta que la fotografía es plural, ya que es un medio de expresión utilizado para cumplir diversos objetivos; es tanto un testimonio artístico o periodístico sobre el mundo, así como también es una práctica social que cobra cada vez mayor vigencia (Bauret 1992:11). Desde su invención hasta nuestros días, la fotografía ha cumplido un papel fundamental en el desarrollo de los procesos de comunicación; la imagen generada por una cámara fotográfica no solo desempeña el papel de una prueba visual que acompaña un texto escrito, se convierte también en un discurso, una manifestación y una expresión de la realidad (Flusser 1990: 44-45). Es decir, la fotografía no solo es una herramienta o un producto, es un proceso de comunicación que permite al ser humano reflejarse, expresarse, reafirmarse, mostrar su entorno y su propia experiencia. Por ello, para Pierre Bourdieu el acto o fenómeno fotográfico trasciende la producción del soporte y puede aportar satisfacciones en cinco campos: la protección contra el paso del tiempo, la comunicación con los demás, la expresión de sentimientos, la realización de uno mismo y la distracción o evasión de la realidad (Bourdieu 2003:52). Dentro de estas cinco satisfacciones mencionadas, la fotografía tendría como función ayudar a calmar la angustia suscitada por el paso del tiempo. Ya sea proporcionando un sustituto mágico de lo que el tiempo se ha llevado o supliendo las fallas de la memoria al convertirse en un punto de apoyo para la evocación de recuerdos, la fotografía produce el 31 sentimiento de vencer al tiempo y su poder de destrucción. La imagen fotográfica se convierte en prueba irrefutable de la existencia de un objeto, sujeto o espacio; por ello Bourdieu dice que ésta es el valor de la representación máxima de la realidad y de lo que “ha existido” (Bourdieu 2003: 52). Así también, favorecería la comunicación con los demás al permitir revivir en común los momentos pasados o mostrar nuevas experiencias o sentimientos; permitiendo así identificar colectivamente sucesos o acontecimientos plasmados en la imagen. Bourdieu también dice que la fotografía al mismo tiempo proporcionaría al fotógrafo la posibilidad de realizarse, al permitir que éste demuestre su propia capacidad y al brindarle la ocasión de experimentar más intensamente sus emociones, convirtiéndose así en herramienta y metodología de expresión, representación o denuncia (Bourdieu 2003: 52). Siguiendo con la postura de Bourdieu, la fotografía procuraría la satisfacción del prestigio por la proeza técnica, ya que va en busca del testimonio de una realidad personal y la capacidad de representación del autor. Por último, la fotografía proporcionaría un medio de evasión de la realidad o de simple distracción del mundo en el que se vive (Bourdieu 2003: 52). De esta manera, tanto Flusser como Bourdieu conciben a la fotografía como un proceso de comunicación, de memoria, de expresión y articulación de una identidad tanto propia como colectiva; se justifica así dejar atrás toda perspectiva enfocada en concebir a la fotografía únicamente como soporte. A partir de las diversas funciones y posibilidades, la fotografía se ha transformado en uno de los medios principales para experimentar algo, para dar una apariencia de participación en una experiencia, para expresar algo o formular un testimonio; mientras los demás son espectadores pasivos, poseer una cámara ha transformado a la persona en algo activo, alguien que inmortaliza a los sujetos y produce a través del lenguaje visual su propia comprensión sobre la realidad (Sontag 2006:25). En base a lo mencionado, Susan Sontag sostiene que fotografiar no es el simple resultado del encuentro entre un acontecimiento y un fotógrafo, hacer imágenes es un acontecimiento en sí mismo y otorga la posibilidad de contar una historia (Sontag 2006:26). “Fotografiar 32 es apropiarse de lo fotografiado, significa establecer con el mundo una relación determinada basada en el conocimiento y poder” (Sontag 2006: 21-23). Sontag sostiene que lo que se escribe sobre una persona o acontecimiento es una interpretación de la realidad, mientras que las imágenes fotográficas son afirmaciones de la realidad en que vivimos, miniaturas que cualquiera puede hacer o adquirir (2006: 21-23). Como se mencionaba en el acápite de “La fotografía y la memoria colectiva”, a diferencia de cualquier otro medio o producto de expresión y comunicación, una fotografía se considera una prueba irrefutable de que algo determinado sucedió; la imagen puede distorsionar pero siempre hay un rezago de que existe o existió algo semejante. Sean cuales fueren las limitaciones, una fotografía parece entablar una relación más precisa con la realidad al momento de comunicar algo (Sontag 2006: 21-23). Una fotografía tiene la función de expresar profundamente cierta relación entre el fotógrafo y el objeto fotografiado. Para Bourdieu las imágenes no expresan otra cosa que el encuentro personal entre el fotógrafo y su objeto, perdiendo toda significación en el momento en que son miradas en sí mismas y por sí mismas por un espectador indiferente a la aventura singular de quien las ha tomado (2003:77). La fotografía permite “[…] fijar momentos absolutamente únicos, captar los aspectos imperceptibles, en tanto instantáneos del mundo percibido, de detener los gestos humanos en el absurdo de un presente de estatuas de sal […]” (Bourdieu 2003:77). Nos dice que fotografiar es una experiencia única, llena de símbolos y significados que pertenecen al autor de la obra, quien entabla una relación especial con su trabajo convirtiéndolo en una manifestación o representación de su experiencia. En conclusión, tomando los enfoques de los autores mencionados y reducida a un mínimo, la intención o acción del fotógrafo consiste en cifrar los conceptos de su mundo en imágenes; segundo, apropiarse de una cámara para cumplir sus objetivos; tercero, en mostrar a otros las imágenes que fueron generadas para difundir su conocimiento, su juicio de valor o sus actos; y cuarto, dotar a su mensaje de la mayor durabilidad posible. En suma, 33 “la intención del fotógrafo es informar a los demás y hacerse inmortal a través de sus fotos en la memoria de los demás” (Flusser 1990: 43). 1.2.1.2 Fotografía y comunicación “[…] La fotografía se inició como medio de representación. Al poco tiempo se convirtió en una industria, ha sido un punto de partida de los mass media y hoy desempeña una función todopoderosa como medio de comunicación. La fotografía ha llegado a ser el lenguaje más corriente de nuestra civilización […]” (Freund 1976:187) En el marco de un trabajo de conceptualización de la fotografía participativa como proceso y metodología, es necesario considerar y describir cómo la fotografía se convierte en un proceso comunicacional. Como lo menciona Freund, la fotografía se inició como un nuevo método de representación de la realidad, superando a la pintura; de esta manera, se convirtió en una prueba de existencia y en una técnica que permite inmortalizar espacios, sujetos y cosas. Con el tiempo y el avance tecnológico, ésta se ha convertido en una práctica social, pieza fundamental de la industria de la imagen y la comunicación de masas, que a su vez forma parte de nuestros procesos cotidianos. Sin embargo, es necesario preguntarse ¿Cuáles son los elementos del proceso comunicativo que plantea la fotografía? ¿El acto fotográfico es por sí mismo un hecho o fenómeno de comunicación? Joly nos dice que considerar la imagen como un mensaje visual compuesto por distintos tipos de signos nos lleva a considerarla como un lenguaje y entonces como una herramienta de expresión y de comunicación. Ya sea expresiva o comunicativa, podemos admitir que la imagen siempre constituye en efecto un mensaje para otro, incluso cuando este otro se trate de uno mismo (Joly 2009:67). La imagen, herramienta de comunicación entre las personas, puede servir también para interceder entre el ser humano y el mundo (Joly 2009:67). Crear una imagen significar observar, elegir, aprender; no se trata únicamente de la reproducción de una experiencia visual, sino también de la reproducción de una estructura o modelo de comunicación que tomará la forma de representación de la realidad (Joly 2009:68). 34 Tomando en cuenta la postura de Roland Barthes, Joly menciona que en su naturaleza de proceso se puede distinguir las distintas prácticas que implica la fotografía: “el hacer” que concierne al Operator, es decir el fotógrafo; “el mirar” que concierne al Spectator, aquellas personas que consumen las imágenes; “el experimentar” que concierne al Spectrum, siendo aquello que es fotografiado, el blanco de la mirada fotográfica (Barthes 1982: 38-39) (Joly 2009:68). De esta manera, el acto fotográfico se puede reducir al ejercicio de estas tres prácticas, y a la presencia del Operator, Spectator y el Spectrum como componentes de la imagen. Considerando también el Studium como parte del imaginario del Operator (siendo el Studium aquel imaginario personal del autor, el interés enfocado en ciertos elementos) y el Punctum, aquel azar presente en la imagen. Éste es un primer acercamiento a la descripción del acto fotográfico como proceso y construcción; en el cual encontramos un fotógrafo, un mensaje, un receptor del mensaje y el marco de un contexto o códigos compartidos. Desde otra perspectiva, Paz indica que el acto fotográfico es un fenómeno en el cual se establece un tipo de lenguaje en base a las imágenes registradas y los códigos visuales compartidos, que a través de un medio o soporte permiten un proceso comunicacional entre quien produce y quien recibe la fotografía. Él plantea que la fotografía como un hecho fenomenológico involucra un proceso de comunicación formado por elementos y por la interrelación entre estos para la producción de un mensaje visual (Paz 2002: 61). Para la formulación de este proceso, se realizará una reflexión en base a dos modelos de comunicación sobre la imagen fotográfica, uno de ellos perteneciente al comunicador y sociólogo peruano José Paz, que presenta su propuesta en el artículo “La fotografía como forma de comunicación”; así como el modelo comunicativo de Roman Jakobson citado en el libro “Análisis de la Imagen” de Martine Joly (Joly 2009: 62-63 y Goday 2011:7). Tomando en cuenta ambas propuestas, se puede decir que el proceso comunicacional fotográfico está compuesto por la imagen fotográfica que constituye el “mensaje”, el discurso que es transmitido; éste contiene y expresa el objeto fotografiado, un fragmento de la realidad que es reproducido en la fotografía (paisaje, figura, objeto, persona) (Paz 2002: 61). Así mismo, el mensaje se encuentra en un soporte físico, plano, bidimensional, 35 inseparable de la imagen y sin el cual ésta no existiría que es llamado por Jokobson como “contacto” o el “medio” a través del cual se transmite el mensaje (Jakobson, citado por Joly 2009:63) Entre estos elementos encontramos la mediación del fotógrafo, el “emisor”, individuo que produce o captura la fotografía, es el encargado de elaborar el mensaje y seleccionar el objeto fotografiado. Por otro lado se encuentra el “receptor”, destinatario o intérprete del mensaje fotográfico, compuesto por los espectadores o la sociedad (Paz 2002: 62). También se puede identificar el “código” del proceso comunicacional, en el caso de la imagen fotográfica se puede decir que es todo aquello relacionado al lenguaje fotográfico o el programa de la técnica fotográfica. Así mismo, esto proceso comunicacional se realiza en un “contexto” específico, compuesto por las actitudes, valores y mitos sociales de lo que es fotografiado (Paz 2002: 62). Así, se puede decir que el acto fotográfico es un acto de comunicación con un emisor, receptor, un mensaje, un contexto, un código y un contacto. El fotógrafo, el emisor, elabora una mensaje con el lenguaje visual al capturar una fotografía y lo hace bajo un contexto determinado o con una motivación específica; este mensaje se plasma en formato físico o digital y es transmitido hacia la sociedad o un conjunto de espectadores que comparten los mismos códigos visuales que el fotógrafo, quienes serían los receptores del discurso que ha elaborado el fotógrafo (Joly 2009:63 y Goday 2011:8). 36 Modelo fotográfico comunicacional de Roman Jakobson (Joly 2009:63). A partir de la propuesta de Laura Goday (Goday 2011:8). Cuadro de elaboración propia. A partir de este análisis se puede determinar que todo acto fotográfico es un acto comunicacional, el fotógrafo utiliza el código y el soporte fotográfico para comunicar un discurso específico y llegar al destinatario desde el lenguaje visual. A pesar de que Barthes presenta una propuesta del proceso que difiere de Paz y Jakobson, se identifican los mismos elementos en el acto fotográfico; siendo el Operator el “fotógrafo”, el Spectator el “destinatario”, el Spectrum el “mensaje fotográfico” y el Studium una especie de “contexto”. De esta manera, se ha demostrado que la fotografía no es un acto simple: el fotógrafo siempre tiene una intensión y un discurso que desea transmitir y está ubicado bajo códigos culturales compartidos. Es por ello que la fotografía se convierte en un proceso y una herramienta poderosa de comunicación visual y el análisis fotográfico se puede realizar desde cualquier elemento o práctica incluida en el proceso. 1.2.1.3 El uso social de la fotografía: antecedentes de la fotografía participativa El enfoque fotográfico participativo se desarrolla en respuesta y como consecuencia a dos géneros o aplicaciones de la fotografía, siendo la fotografía documental social y la fotografía etnográfica acercamientos al uso social de la imagen que de alguna manera permitieron el desarrollo de la metodología participativa fotográfica. A partir de estas perspectivas, la imagen deja las funciones técnicas para convertirse en elemento de 37 comunicación y denuncia a través del fotodocumentalismo y en herramienta de estudio de las realidades sociales a través de la fotografía etnográfica. Se trata así de la evolución del uso social de la imagen y las diferentes perspectivas que han permitido que ello suceda. La fotografía documental Para Newhall, “el documental es un enfoque fotográfico que hace uso de las facultades artísticas del medio fotográfico para dar una vivificación a un hecho o acontecimiento” (1983:325). La autenticidad que una fotografía supone puede darle un valor fundamental como testimonio, siendo documental cuando se convierte en base, prueba o apoyo de un discurso (Newhall 1983: 235). La fotografía documental se ha caracterizado como la conciencia social presente en las imágenes visuales, de esta manera Stryker la define como “las cosas que deben decirse en el lenguaje de las fotografías” (Wang y Burris 1997: 371), expresando de esta manera un sentido de denuncia vinculada al fotoperiodismo, pero de carácter más humano: “[…] La actitud documental no es el rechazo a los elementos plásticos que deben seguir siendo criterios esenciales en toda obra. Es más, la composición se debe transformar en un énfasis, y el foco, el filtro y la atmósfera, son puestos al servicio de un fin: hablar, con tanta elocuencia como sea posible, de aquello que debe ser dicho en el lenguaje de las imágenes […]” (Newhall 1983: 245). Una de las primeras experiencias de fotografía documental se desarrolla en 1935, cuando el gobierno de Estados Unidos pidió a fotógrafos documentales que colaboraran en la lucha contra la depresión económica; así, Roy Stryker fue el encargado de dirigir la acción fotográfica que documentaría el programa de ayuda financiera a trabajadores rurales empujados fuera de sus tierras durante Farm Security Administracion, el objetivo era documentar las actividades de la repartición y la vida rural norteamericana (Newhall 1983: 238). Dentro de sus siete años de existencia, el proyecto de FSA contó con la presencia y trabajo de Walker Evans, Dorothea Lange Arthur Rothstein, Ruseel Lee, Jhon Vachon, Paul Carter, Theodor Jung, Jack Delano, Carl Mydans y Jhon Collier; cada fotógrafo contribuyó al proyecto mientras trabajaban juntos y compartían problemas comunes para retratar de mejor manera la realidad norteamericana (Newhall 1983: 238). Por ello, además 38 de documentar para la historia, los fotógrafos se enfocaban en la desigualdad, pobreza y abandono por la que pasaba el pueblo norteamericano, la fotografía se convertía así en una acción social. En su análisis de la fotografía documental, Colunge indica que el fotodocumentalismo trabaja, a comparación del fotoperiodismo, en torno a proyectos planificados y con plazos largos; construyendo temas que pueden exigir del fotógrafo períodos de evaluación, replanteamiento y sobre todo compromiso para influenciar de alguna manera en los procesos en los que se involucran (Colunge 2008:16). A diferencia del fotoperiodismo, donde el fotógrafo tiene que pasar desapercibido para rescatar la emoción del momento, la fotografía documental plantea elaborar imágenes que sirvan para la lucha social o como instrumento político, en donde el fotógrafo toma conciencia y escoge un bando o una postura ideológica en relación a lo tratado, convirtiéndose en un fotógrafo activista o militante (Colunge 2008:19). Por ello, se ha caracterizado a la fotografía documental como “the social conscience presented in visual imagery” o la conciencia social presente en las imágenes visuales (Wang y Burris 1997: 371). La imagen como documento etnográfico Por otro lado, la imagen como documento etnográfico se ocupa del lenguaje audiovisual como género alternativo de comunicación y difusión del conocimiento antropológico, así como de la implementación de acciones de intervención pública (Cánepa 2012:15). Según Cánepa, dentro de la antropología visual se desarrolla la línea de acción de la imagen como instrumento metodológico, ésta gira en torno a la preocupación por desarrollar recursos tecnológicos audiovisuales para el registro y la recopilación de información, así como en la mediación del antropólogo y el informante. De esta manera, al hablar sobre fotografía etnográfica nos referimos al uso de técnicas audiovisuales para el trabajo de campo etnográfico dentro de la antropología visual (Cánepa 2012: 32) A lo largo de muchas décadas, los profesionales de la sociología visual, la antropología visual y la comunicación visual han tenido interés por la documentación visual y el activismo, ya que las características de la técnica fotográfica permitían el registro y la 39 exploración de otras realidades. De esta manera, antropólogos y sociólogos han usado la fotografía para documentar realidades sociales mirando a las comunidades locales como objetos de estudio y usando las fotografías como medio de comunicación o catalizadores de testimonios; así por ejemplo, podemos mencionar “Balinese Caracter”, el libro de Gregory Bateson y Margaret Mead, el cual incluye 759 fotografías que documentan la vida balinesa (Singhal 2007: 215,216). González indica que en tanto sistema discursivo, medio de expresión o programa de registro, la fotografía se asocia con la ideología de las ciencias sociales formando parte de sus procedimientos metodológicos, regulatorios y disciplinarios. Es así que a lo largo de su historia y las formas de uso, la disciplina fotográfica desarrolla formas documentales con fines etnográficos y con una fuerte orientación científica hacia la investigación de “formas o clases humanas”, como la “fotografía de tipos”, siendo parte de un estudio tipológico- cultural de clases, oficios y etnias (2006: 4). A diferencia de la fotografía documental, la cual utiliza la imagen como herramienta o medio de denuncia de una situación social determinada, la fotografía etnográfica, si bien plantea formas de elaboración documental, cumple objetivos antropológicos y sociológicos donde la imagen es parte de la investigación de formas, tipos o acciones sociales de un grupo humano, la imagen etnográfica no es contestaría, es una herramienta de la práctica etnográfica. En contraste al uso inicial de lo visual para la documentación o la fotografía documental para el uso de investigación antropológica, las propuestas de fotografía etnográfica han desarrollado nuevas metodologías para profundizar y obtener de mejor manera la perspectiva del sujeto de investigación y diferenciarse así del género documental. Por ejemplo, la relación entre el investigador y el sujeto es más dialógica cuando se usa la técnica de la incitación fotográfica, otro acercamiento de la fotografía etnográfica. En una típica entrevista de incitación fotográfica, una discusión es incitada y guiada por imágenes; mientras las fotografías son tomadas por el investigador, es el sujeto quien las interpreta creando una nueva experiencia de expresión y escucha para ambos. De esta manera, la etnografía nos presenta una nueva experiencia fotográfica que va más allá de la 40 documentación, se puede percibir el inicio de la intervención del sujeto en el análisis y elaboración del discurso fotográfico (Singhal 2007: 215,216). Algunos proyectos fotográficos de autorepresentación etnográfica constituyen también nuevas propuestas y experiencias del uso de la imagen, acciones que además de aportar documentos y testimonios para la investigación antropológica, representan un acercamiento a la perspectiva participativa, al acercamiento a la mirada “del otro” a través de la fotografía. Por ejemplo, las imágenes de Sebastián Rodríguez en Morococha son tomadas como el registro de la confrontación entre los pobladores de la zona rural y las demandas de la explotación minera. Pereyra también dice que las fotografías de Chambi representan y expresan el dilema de una identidad mestiza emergente en medio de la sociedad regional cuzqueña o la existencia del indígena histórico y auténtico que estaba en proceso de desaparición (Pereyra 2012:150). Convirtiéndose estas fotografías no solo en un registro documental que intenta elaborar un discurso frente a diversas situaciones de injusticia o desigualdad social, también en propuestas etnográficas para el conocimiento de diferentes realidades sociales. Para Cánepa, la obra de Martín Chambi es reconocida como “una expresión del indigenismo visual cusqueño y su valor artístico ha sido destacado por la crítica nacional e internacional” (2012:21). La autora nos dice que aunque Martín Chambi no fue antropólogo, su proyecto fotográfico incluye temas, preocupaciones y aspectos de la metodología etnográfica de su época; una prueba de ello son las fotografías de tipos raciales y culturales que permitieron configurar un panorama racial y la imagen del indio, tanto en la imaginación popular como en la imaginación antropológica y estética (Cánepa 2012:21). Sin embargo, su aporte resulta importante ya que él se encontraba inmerso en el debate indigenista de la época, las fotografías que realizaba no solo tenían el objetivo de expresar o evidenciar una realidad, tenían la misión de reivindicar a la población indígena. De esta manera, el proyecto fotográfico de Chambi habría buscado realizar dos tareas fundamentales: encontrar al indio real que encarnaría tal identidad auténtica y dar 41 testimonio de su existencia. Cánepa comenta que al ser Chambi un fotógrafo indígena, el proyecto fotográfico se convierte en un claro ejemplo de una propuesta etnográfica representativa (2012: 21-22), experiencia que se debe tomar en cuenta al momento elaborar una reflexión sobre la fotografía participativa. La obra de Chambi contribuyó a configurar la realidad indígena como un problema de investigación etnográfico y un proyecto de denuncia y acción social para la visibilización de la población, siendo así un trabajo que combina ambas propuestas del uso de la imagen, el género documental social y la fotografía etnográfica (Cánepa 2012: 22) Por lo tanto, podemos ver que no existe una clara línea divisoria entre el enfoque o el uso documental de la fotografía y la perspectiva etnográfica, ya que un proyecto fotográfico puede documentar y manifestar una denuncia ante una situación social determinada, como también convertirse en un proceso de investigación sobre la vida del “otro”. Sin embargo, para determinar el género o el enfoque de la imagen se debe tener claro el uso de la misma, cuál es la propuesta del autor y cuáles son las intenciones de la fotografía. A partir de los diferentes acercamientos y propuestas, tanto de la fotografía documental como del uso etnográfico visual de investigación, los propulsores de la nueva etnografía visual y las nuevas propuestas de fotografía documental enrumbaron contra otra corriente metodológica de trabajo de campo que centraba sus acciones en el uso de las cámaras fotográficas y de video en la comunidad, aunque no con las mismas pretensiones de objetividad científica de los trabajos visuales etnográficos. La corriente fue denominada con el rótulo de “medios de comunicación indígena” e implicó precisamente la entrega de herramientas audiovisuales bajo investigación para la generación de sus propios relatos, sin intermediarios en el registro y la edición. Esta corriente despierta atención, sobre todo por su gran capacidad de retórica política y su capacidad para construir representaciones de conflictos desde dentro de las comunidades, así como para ofrecer testimonios de identidad que medien en contextos de negociaciones interétnicas, comenzado a desarrollarse así las primeras experiencias y acercamientos de la fotografía participativa (Castro 2012: 116- 118). Se habla así de las primeras experiencias o propuestas de medios audiovisuales 42 participativos, las cuales dan origen a proyectos como TAFOS, “Kids with Cameras” o los talleres de Ojos Propios. 1.2.2 La fotografía participativa 1.2.2.1 El enfoque de la comunicación participativa Para comprender mejor la propuesta fotográfica participativa es necesario elaborar un breve análisis sobre el enfoque que fundamenta dicho proyecto fotográfico. Se trata de una propuesta comunicativa que deja atrás toda mirada unidireccional, promueve la discusión y reflexión de las problemáticas con los protagonistas del tema, brinda oportunidad de expresión a aquellos que no tienen voz y se basa en la construcción conjunta de mensajes, lo cual constituye una base para procesos democráticos y coherentes de comunicación. Gumucio indica que no existe una definición exacta sobre la comunicación participativa, ya que no puede considerarse un modelo unificado de comunicación y porque el concepto se ha construido a través de diferentes prácticas comunicativas (Gumucio 2001:9). Sin embargo, de acuerdo al perfil que el autor intenta definir podría decirse que la comunicación participativa significa trabajar con y para la gente, generando procesos en los cuales las personas puedan apropiarse de las estrategias de desarrollo y convertirse en agentes de cambio en su sociedad a través del proceso comunicativo, refuerza el tejido social y consolida la capacidad de los pobladores de enfrentar sus ideas (Gumucio 2001:37). Es así que la perspectiva participativa propone que el desarrollo parte desde las personas y son ellas las encargadas de generar su propio cambio participando activamente en todas las propuestas, así la clave del modelo participativo se centra en preservar y promover la dignidad e importancia del individuo en su propio desarrollo (Singhal 2007: 213). A partir de ello, Arvind Singhal, señala que la comunicación participativa puede ser definida como un proceso dinámico, interactivo y transformativo de diálogo entre personas, grupos o 43 instituciones que permite a las personas, tanto individual como colectivamente, alcanzar sus potencialidades y comprometerse con su propio bienestar (Singhal 2007: 213). De esta manera, las estrategias de comunicación participativa se caracterizan por ser procesos de participación dialógica y democrática donde se construyen capacidades y oportunidades, por el trabajo en el empoderamiento y acción colectiva de grupos o comunidades (Singhal 2007: 214). Así, Gumucio propone algunos temas y características que nos pueden ayudar a distinguir a la comunicación participativa de otras estrategias de comunicación para el desarrollo (Gumucio 2001: 37-39): • La comunicación participativa posee un enfoque horizontal y no vertical; se caracteriza por actores dinámicos, quienes participan activamente en el proceso de cambio social asumiendo el control de los instrumentos y contenidos de comunicación, en lugar de ser percibidos como meros receptores de información y de instrucciones modificadoras de comportamiento. • Se trata de un proceso y no una campaña de comunicación; ya que los grupos humanos toman en mano propia su desarrollo a través de un proceso de diálogo y de participación democrática en la planificación de actividades comunicacionales • Tiene objetivos de largo plazo y no de corto plazo; la comunicación es concebida como procesos que requieren de cierto tiempo para que los participantes puedan apropiarse de ellos, no buscan el cambio inmediato, se necesita trabajar con la población y fortalecer procesos sociales. • La comunicación participativa es un proceso colectivo y no individual; ya que según este enfoque las comunidades urbanas y rurales deben actuar colectivamente por el interés de la mayoría, evitando que el poder sea monopolizado por unos pocos y reafirmando acciones democráticas donde la opinión de todos tenga la misma importancia. 44 • Se caracteriza por el trabajo “con” los participantes y no “para” los participantes; se trata de investigar, diseñar y diseminar mensajes “con” la participación e intervención de la comunidad. • Desarrolla estrategias específicas y no masivas; el proceso de comunicación es adaptado a cada comunidad o grupo social donde se llevará a cabo, tomando en cuenta el contenido, el lenguaje, la cultura y los medios. • La comunicación participativa se enfoca en las necesidades de las comunidades; se prioriza el diálogo en la comunidad y los instrumentos de la comunidad para ayudar a identificar, definir y elegir las necesidades sentidas y reales en lugar de iniciativas guiadas por las necesidades de los financiadores. • Promueve la apropiación y no solo el acceso a la propuesta de desarrollo; genera procesos de comunicación apropiados por el pueblo para ofrecer igualdad de oportunidades a la comunidad y para que los participantes puedan intervenir y ser parte de la propuesta. • La comunicación participativa desarrolla y prioriza el proceso de concientización y no únicamente de persuasión, la comunicación participativa profundiza en la comprensión sobre la realidad, sus problemas y sus soluciones. Los enfoques participativos contribuyen a colocar la toma de decisiones en las manos del pueblo y consolidan la capacidad de las comunidades de confrontar sus ideas sobre desarrollo. Especialmente en comunidades que han sido marginadas, reprimidas o simplemente postergadas durante décadas; la comunicación participativa contribuye a infundir autoestima y orgullo por la cultura, refuerza el tejido social a través del fortalecimiento de las organizaciones propias a la comunidad, protege la tradición y los valores culturales, al mismo tiempo que facilita la integración de nuevos elementos (Gumucio 2001:37). Se trata de motivar, capacitar y actuar para que el propio sujeto sea protagonista del diálogo y en ese sentido incorporarlo al aprendizaje de la comunicación, 45 significa potenciarlo para ser interlocutor y un agente de cambio en su comunidad (Alfaro 2009: 100). Así por ejemplo, en su trabajo con grupos marginados y oprimidos, Singhal indica que Freire creyó en la importancia de crear oportunidades para que la gente pueda visualizar sus problemas sociales y que use esa visualización para estimular la introspección, discusión y acción colectiva. La propuesta de visualización, a través de dibujos o fotografías, se desarrolla a partir del enfoque participativo y plantea comprometer a los participantes en su propio aprendizaje, combinando acción y reflexión (Singhal 2007: 213). 1.2.2.2 Aproximación a la fotografía participativa “Las perspectivas y géneros fotográficos explican usualmente a la mirada fotográfica como un proceso de inscripción imaginaria de la realidad social por parte de un sujeto, el fotógrafo, del cual se piensa que normalmente pertenece a una “clase superior” a la del retratado o el sujeto a fotografiar; así, a través del acto fotográfico el retratado se convierte en objeto del fotógrafo” (González 2006: 2,3). Como se comenta en los párrafos anteriores, los nuevos acercamientos al uso social de la imagen hacen posible “el desmontaje crítico de la objetivación simbólica inherente al medio fotográfico como práctica discursiva”; es decir, González indica que en las perspectivas más innovadoras de la fotografía se cuestiona el hecho de que en la naturaleza del acto fotográfico se encuentre implícita la objetivación del retratado, así, es el “otro” quien queda atrapado en las convenciones del que mira a través de la cámara. Para la mirada fotográfica convencional, los fotógrafos plasman no la realidad, sino la percepción y el concepto que tienen de ella, quedando “el otro” completamente objetivado bajo la mirada del fotógrafo (González 2006: 2,3). Sin embargo, en el marco de una aproximación hacia la fotografía participativa y bajo el desmontaje de la mirada fotográfica convencional, podemos preguntarnos ¿Qué pasa cuando es ese “otro socialmente inferior” quien sostiene la cámara? ¿Qué pasa cuando ese “otro” objetivado se convierte en fotógrafo y en el protagonista de la mirada fotográfica? Al acceder a la representación de sí mismo y de su contexto social, ¿Puede ese “otro” retratar una comprensión diferente de la realidad o puede otorgar perspectivas nuevas? 46 ¿Qué nuevas posibilidades presenta la acción fotográfica de sujetos que no tenían posibilidades de manifestar un mensaje visual? (González 2006:3). De esta manera, las interrogantes que fueron motivadas por esta nueva perspectiva, nos permiten plantear una introducción a la fotografía participativa como acercamiento y metodología fotográfica que rompe los patrones de la mirada convencional; ya que a partir de un enfoque de comunicación participativa la cámara fotográfica se convierte en el medio o proceso que permite a sujetos y grupos humanos anteriormente objetivados por otras perspectivas fotográficas comunicarse, expresarse o identificarse. El uso de la cámara fotográfica representa un nuevo lenguaje de expresión, una nueva forma de representación para aquellos que no tenían acceso a este medio. Ahora, es ese “otro” quien sostiene la cámara, es ese “otro” quien elabora su propia versión de la realidad y es ese “otro” quien comparte y comunica visualmente su mundo. También conocida como “Photovoice”5, “voces visuales” o “imágenes parlantes”, la técnica de fotografía participativa pone la cámara en las manos de las personas, quienes pueden documentar y compartir su propia realidad mediante el acto fotográfico (Wang 1999, Wang y Burris 1994). Tanto el concepto, como la metodología de la fotografía participativa o “Photovoice” fueron desarrollados inicialmente a partir del proyecto fotográfico de Caroline Wang y Mary Ann Burris, en el marco de un programa de salud reproductiva y desarrollo con mujeres de la provincia de Yuman en China. En esta experiencia se buscaba que las participantes logren fotografiar aspectos, características y hechos principales de su salud diaria y la realidad de su trabajo para una mejora en las políticas de salud pública de Yuman (Wang 1999:185). La perspectiva de la fotografía participativa nace de las nuevas teorías en educación crítica participativa y las nuevas experiencias no tradicionales en fotografía documental que fueron mencionadas anteriormente (Wang 1999:185), las cuales permiten configurar y 5 Photovoice es el nombre de la organización de Caroline Wang y Mary Ann Burris, la cual ejecuta proyectos de fotografía participativa. Para mayor información se recomienda visitar “www.photovoice.org”. 47 estructurar una nueva metodología fotográfica caracterizada por el enfoque comunicativo- participativo. A diferencia de otras aproximaciones, la fotografía participativa otorga cámaras a las personas y promueve la apropiación de las mismas, de esta manera los participantes del acto fotográfico documentan, denuncian o expresan un mensaje visual. En vez de permanecer como sujetos pasivos de las imágenes o bajo las intenciones de otras personas, los participantes o usuarios se transforman en los sujetos activos del proceso fotográfico a partir del manejo de la cámara, la comprensión del mensaje visual y la configuración de un discurso (Wang 1997:371). El proceso de esta metodología provee la oportunidad de desarrollar una historia que fue previamente rechazada o silenciada; además, la narrativa fotográfica genera un espacio participativo para contar historias, promueve que los miembros de la comunidad discutan y analicen los hechos de su entorno respecto a las fotografías (Singhal 2007: 216). Para Caroline Wang, quien llevó a cabo la experiencia de las mujeres en Yuman y una de las primeras en estructurar la metodología, la técnica de la fotografía participativa tiene tres metas principales: la primera meta establece que a través del acto fotográfico definido por la metodología las personas puedan reflejar las fortalezas y preocupaciones de su comunidad; por otro lado, que a partir de las fotografías producidas por la comunidad se pueda promover el diálogo crítico y el conocimiento sobre los problemas o principales situaciones por las que atraviesan; y por último, que este proceso permita a la comunidad llegar hasta los responsables o líderes políticos y así generar un cambio a través de los mensajes visuales (Wang 1997:370). De esta manera, se puede afirmar que esta metodología se genera con la intención de utilizar la fotografía para promover o facilitar cambios sociales y políticos. El trabajo y las experiencias que se realizan básicamente intentan documentar la realidad, denunciar las injusticias, servir como arma política a los intereses colectivos; se trata de que la fotografía sirva como medio de inclusión y expresión para vastos sectores de la población. Para Roberto Huarcaya, la fotografía participativa tiene dos planos de acción: para adentro, a fin 48 de documentar la vida de los grupos sociales y servirles como espejo para la afirmación de sus propias identidades; y para afuera, a fin de hacer visible lo invisible y hacer que distintos sucesos queden registrados como documentos visuales para hacerlos visibles a otros (Huarcaya 2006: 40,41). Paulo Borges indica que la imagen fotográfica perpetua instantes y acontecimientos de un tiempo y momento dado; a diferencia de la escritura, en la fotografía no es necesario se alfabetizado para construir y dar un sentido a la imagen, la imagen se entiende y se percibe a primera vista. Por ese motivo, al apropiarse del lenguaje fotográfico, las personas, pueblos o comunidades construyen un discurso que posee significados y códigos propios; la fotografía se convierte así en un medio para preservar la memoria a través del registro de la imagen, un instrumento que posibilita su reinvención, descubriendo informaciones y reflexiones que no serían trabajadas de otra forma. La imagen a pesar de ser elaborada por un procedimiento mecánico y esencialmente técnico, pertenece al mundo del fotógrafo y consecuentemente habla de ese mundo (Borges 2010: 197). A fin de cumplir los objetivos y metas del desarrollo de las comunidades partícipes de la experiencia, la metodología fotográfica-participativa posee ventajas que la distinguen de otros procesos de participación, investigación o evaluación (Borges 2010: 198). El lenguaje visual, el enfoque participativo y el proceso fotográfico que se proponen se convierten en ventajas comparativas de la técnica presentada, no solo permitiendo que sujetos o comunidades puedan expresar o retratar su realidad al ser protagonistas del proceso de comunicación, también facilitando la elaboración de discursos a través del lenguaje visual. Los siguientes puntos han sido elaborados en base a las propuestas de Caroline Wang y Paulo Borges en el uso de imagen como medio participativo de comunicación: (1) La metodología de la fotografía participativa comunica de manera sencilla y clara las ideas, pensamientos y opiniones de los participantes. Como se ha mencionado en lo párrafos anteriores, el lenguaje visual cruza barreras lingüísticas y culturales, ya que no se requiere la habilidad de leer o escribir y es accesible a cualquiera que pueda aprender a manejar una cámara automática (Wang y Burris 1997: 372-375). 49 (2) Las imágenes producidas permiten dialogar con códigos que son inaccesibles a la percepción, dando la visibilidad a un discurso original que difícilmente se cristaliza de otra forma que no sea a través de la imagen (Borges 2010: 198). (3) El uso de la imagen y la metodología participativa permiten dialogar con el lenguaje cultural del grupo, así como con sus formas de autorepresentación, reflexión de sus identidades y proyectos históricos de los sujetos o comunidad (Borges 2010: 198). El proceso participativo-fotográfico brinda la posibilidad del diálogo y reflexión de las problemáticas, identidades y proyectos de la comunidad, generando cambios o acciones sociales (Wang y Burris 1997: 372-375). (3) La fotografía participativa fortalece la tradición y memoria histórica de un grupo de personas, no solo a través del registro de los participantes, también a través de la elaboración y reflexión de discursos colectivos (Borges 2010: 198). (4) La experiencia permite que el grupo enuncie un discurso, el lenguaje fotográfico es trabajado como representación ideológica para los de fuera, no es solo una representación de lo real. En otras palabras, la narrativa fotográfica posee funciones que permiten la defensa del grupo que utiliza la metodología (Borges 2010: 198). (5) Las cámaras constituyen una herramienta atractiva y motivadora para la mayoría de la gente. Su uso puede ser motivo de orgullo y apropiación para la comunidad. Así, el proceso de aprendizaje y el acto fotográfico que plantea la experiencia provee beneficios inmediatos a los participantes, creando nuevos vínculos y lazos entre la comunidad (Wang y Burris 1997: 372-375) (6) La experiencia fotográfica participativa no solo ofrece la posibilidad de registrar un hecho, sino también es una forma de arte que permite expresar la propia creatividad. La fotografía representa un medio de expresión y sensibilidad hacia nuestro entorno, de configuración de discurso y experimentación con la imagen (Wang y Burris 1997: 372-375) Sin embargo, debemos considerar que la metodología fotográfica-participativa posee también algunas desventajas y cuestiones que deben ser consideradas antes de aplicar un 50 proyecto o una experiencia de esta naturaleza. Según Wang, los temas de transporte, comunicación y servicio técnico de las máquinas fotográficas o el revelado (en el caso de fotografía analógica) pueden volverse un problema en proyectos de gran escala, en donde además se requiere de la coordinación de gobiernos locales, líderes comunales, empresas, entre otros para la aplicación del mismo (Wang y Burris 1997: 372-375) Así también, la gran cantidad de datos que cada una de las fotografías aporta puede a veces dificultar el análisis y síntesis de la información. Debido a la tecnología digital ahora los participantes producen miles de fotografías, por ello, la selección y el análisis de las fotografías se hace más arduo; es por ese motivo que en diversas oportunidades la selección de fotografías se encuentra dirigida bajo la mirada de los promotores del proyecto (Wang y Burris 1997: 372-375). Se debe también considerar que como en toda metodología siempre hay elementos que se quedan fuera. No todos los temas pueden ser abordados y al final hay que decidir qué se fotografía y qué no, qué se discute en el grupo y qué se deja de lado. Por otro lado, la propia dinámica y estructura social puede funcionar como instrumento de censura al momento de decidir lo que se puede fotografiar, la comunidad y los mismos participantes pueden impedir que los objetivos de la experiencia se cumplan (Wang y Burris 1997: 372- 375). Bajo la experiencia de TAFOS, Roberto Huarcaya nos dice que la fotografía participativa es un proceso de aprendizaje y diálogo que es llevado a cabo por una organización y un grupo de individuos con necesidades de denuncia, autorepresentación, expresión de identidad, etc. (Huarcaya 2006: 40,41). Como se ha visto, la experiencia fotográfica permite a los grupos minoritarios y a los espectadores el acceso a un amplio espectro cultural que no sería visible de otro modo, como también fortalecer a esos grupos en sus formas de representación y comunicación (Borges 2010: 200-203). La importancia de la metodología radica en que la imagen fotográfica trae y revela la subjetividad del autor (histórica y determinada por su tiempo), aquella nueva mirada que desmonta las perspectivas convencionales de la fotografía documental (Borges 2010: 203). 51 Huarcaya resalta que los participantes o fotógrafos de los grupos humanos o comunidades salen a documentar su propia experiencia de vida, produciendo de esta manera no solo imágenes que representan una visión, también herramientas que permiten comunicar sus preocupaciones y necesidades a través de un proceso de difusión y diálogo posterior (Huarcaya 2006: 40,41) 1.2.2.3 Principales experiencias de fotografía participativa La fotografía participativa se ha convertido en una experiencia y metodología utilizada en varios entornos bajo diferentes problemáticas vinculadas a la salud, educación, interculturalidad, memoria, desarrollo económico, pobreza, etcétera; siendo niños, mujeres, adultos mayores y jóvenes quienes se han apropiado de la cámara fotográfica para contar una historia, para expresar sus ideas o sueños, para mostrarnos su realidad y establecer un diálogo. Entre las iniciativas mundiales más importantes se puede mencionar la experiencia fotográfica de la Fundación PH15 de Buenos Aires6, talleres dirigidos a un grupo de adolescentes de barrios en extrema pobreza; AJA Project7, Disparando Cámaras por las Paz, un proyecto que visibiliza y empodera a niños de comunidades rurales de Colombia; Shootback en Kenia8, proyecto donde 10 jóvenes se convirtieron a través de sus fotografías en testigos y difusores de su realidad; “New Orleans Kids Cámera Project9”, proyecto creado para reducir el impacto psicológico y emocional del huracán Katrina a través de la fotografía y la exploración de la ciudad después de lo sucedido; “My world, my view10” 6 Para mayor información se recomienda visitar la siguiente página web: http://www.ph15.org.ar/ 7 Para mayor información se recomienda visitar la siguiente página Web: http://www.ajaproject.org/ 8 Para mayor información se recomienda visitar la siguiente página Web: http://www.flickr.com/people/shootback/ 9 Para mayor información se recomienda visitar la siguiente página Web: http://www.kidcameraproject.org/ 10 Para mayor información se recomienda visitar la siguiente página Web: http://www.asha- nepal.org/pages/projects/my_world.php 52 Nepal, proyecto fotográfico en el que niños en situación de abandono y explotación comunicaban su punto de vista sobre la realidad; o las experiencias realizadas por “Photovoice” de Cinthia Wang, organización enfocada en empoderar y dar voz a poblaciones o comunidades a través de la fotografía (Singhal 2007: 216)(Seagars 2007:9-13 en Singhal 2007: 216 ) Así, una de las experiencias internacionales más valiosas y reconocidas es “Kids with Cameras11”, proceso participativo fotográfico que demuestra el poder de la fotografía con poblaciones y entornos de pobreza. En 1997, la fotógrafa estadounidense Zana Briski se mudó a Calcuta para vivir con mujeres y niñas que se dedicaban a la prostitución y documentar sus vidas a través de la fotografía. Mientras realizaba su trabajo y vivía en los burdeles, entabló una relación con los hijos de las trabajadoras sexuales, luego de reconocer su fascinación con la cámara, comenzó a enseñarles fotografía básica a través de talleres prácticos (Kids with Cameras 2013). De esta manera, desde el 2000 al 2003, Zana impartió clases de fotografía básica a los niños de los burdeles de Calcuta, la meta del proyecto era crear un ambiente donde los niños pudieran aprender, cultivar su propia creatividad y realizar sus propios trabajos fotográficos. El objetivo fue que los niños utilicen el lenguaje fotográfico para expresarse, reflejar su percepción del ambiente en el que vivían y cómo se sentían. Las imágenes resultantes de los talleres de Zana fueron impactantes, en ellas se podían encontrar retratos, fotografías familiares y escenas callejeras que ofrecían una perspectiva nueva de los burdeles (Kids with cameras 2013). Durante el desarrollo de proyecto y en vista de las necesidades educacionales de los niños, el equipo de trabajo fundó la organización Kids With Cámeras en el 2002. A través de la organización se recaudó dinero para el cuidado y la educación de los niños a partir de la impresión de las fotografías resultantes de los talleres, así como festivales, exhibiciones y 11 Para mayor información se recomienda visitar la siguiente página Web: http://www.kids-with-cameras.org/home/ 53 un libro de fotografías. El trabajo de los niños fue expuesto en Calcuta, USA y Europa, el libro de fotografías fue publicado el 2004 (Kids with cameras 2013). La organización ha logrado financiar la educación de los niños que participaron inicialmente en el proyecto, dos de ellos culminaron sus estudios en Estados Unidos y los demás se encuentran estudiando en escuelas privadas de la India. Casi todas las niñas lograron salir de los burdeles y de la prostitución como modo de vida, ya que sin educación muchos de los niños estaban condenados a pertenecer a este negocio (Kids with cameras 2013). Además de los niños de Calcuta, “Kids with cameras” ha trabajado también en Haití, El Cairo y Jerusalén. A partir del proyecto, se realizó un documental sobre la experiencias fotográficas de los niños, la metodología de los talleres, las historias personales de los niños, los obstáculos y las dificultades de los talleres; “Born into brothels”, el documental de “Kids with cameras” ganó el permio Oscar al mejor documental en el año 2005 (Kids with cameras 2013). Así, junto a la organización “Photovoice”, “Kids with cameras” se convierte en una de las experiencias más trascendentales de la fotografía participativa, promoviendo y construyendo el conocimiento de esta metodología. El enfoque participativo y la investigación en fotografía documental social también se desarrollaron en el Perú, siendo TAFOS una de las experiencias de fotografía participativa más importantes y trascendentales. Durante la década de 1980, el Perú atravesaba por una profunda crisis económica y social; la violencia política, la pobreza extrema, la crisis en la representatividad social y la crisis económica afectaban profundamente a los peruanos, y especialmente a aquellas comunidades donde el Estado no estaba presente. Ante esta situación, diversas instituciones no gubernamentales empezaron a crear programas para cubrir las necesidades económicas y sociales de aquellas poblaciones olvidadas por el Estado (Colunge 2008: 63). Como parte de estas iniciativas TAFOS fue una propuesta de comunicación popular que se propuso lograr que representantes del movimiento popular sean protagonistas de su propio desarrollo, teniendo como ejes principales la comunicación y la organización popular (Müller, 1989) (Colunge 2008: 63). TAFOS consideraba a la 54 fotografía no únicamente como un medio de expresión sino como una vía de intervención en la vida pública nacional y por lo tanto la inclusión social. En coordinación con las organizaciones políticas, ONGs, parroquias y con el financiamiento de la cooperación internacional, el proyecto TAFOS inició el año 1986 con los talleres piloto de Ocongate en Cusco y el Agustino en Lima. El proyecto estuvo conformado por un grupo de profesionales de distintas disciplinas, quienes se encargaron de promover la gestión y autorregulación de talleres de fotografía social con grupos de pobladores en localidades pobres de distintas zonas del país (Colunge 2008: 64). La metodología de los talleres de fotografía de TAFOS comprendía capacitación en el uso de cámaras de 35 mm, en la tarea de registro fotográfico del entorno y en las formas de difusión del material visual hacia la comunidad (Müller 2006: 16-35). Sin embargo, no toda la comunidad participaba del proyecto, ya que cada taller realizado estaba conformado por un grupo de diez fotógrafos quienes eran elegidos por sus organizaciones locales, ellos recibían asesorías en cada etapa del proyecto y las fotografías resultantes de su trabajo eran utilizadas en procesos de comunicación con toda la comunidad (TAFOS 2013) (Colunge 2008, 64). A través de la participación de integrantes de la comunidad y la metodología fotográfica, el proyecto trataba de promover procesos de autorepresentación, reconocimiento y de expresión que respondieran a las propias demandas de los grupos con los que se trabajaba y no a las expectativas sociales o de consumo visual de agentes externos, por ese motivo se puede decir que la perspectiva participativa permite capacitar fotógrafos populares y obtener fotografías que promuevan un proceso de comunicación en la comunidad (Müller 2006: 16-35). En el momento de mayor expansión y desarrollo, TAFOS contó con tres oficinas principales, en Lima, Cusco y Puno y con talleres en comunidades de Piura, Junín, San Martín, Apurímac e Ica (TAFOS 2013) (Colunge 2008: 64), abarcando distintas realidades y problemáticas sociales y trabajando con distintas organizaciones sociales. Así, luego de 12 años de trabajo, con más de 27 talleres organizados y con una fototeca que alcanzaba los 150 mil negativos en blanco y negro y color, TAFOS llegó a su fin en 1998 (TAFOS 2013). 55 Según Müller, las imágenes que fueron producidas en los talleres del proyecto son documentos de una época crucial para la lucha de los sectores populares por ser incluidos como ciudadanos en la sociedad peruana y sirvieron para luchar también contra la perdida de las manifestaciones colectivas culturales; los participantes o fotógrafos populares entendieron que la fotografía podía eternizar valores, costumbres y su vida social (Müller 2006: 16-35). Tomando TAFOS como ejemplo, el uso del medio fotográfico logra la comunicación hacia adentro del grupo como hacia la sociedad; en esta medida, el lenguaje fotográfico se vuelve bisagra y puente entre dos grupos culturales, entre actores de diferentes intereses y problemáticas. Así, el trabajo de los fotógrafos y fotógrafas populares de TAFOS es tanto un espejo como una memoria autorizada para la comunidad, más si suponemos que la memoria colectiva es gráfica (Müller 2006: 16-35). Otra experiencia de fotografía participativa son los talleres de la Organización Iniciativa Blanco y Negro. Esta es una organización dedicada a levantar información visual a partir de la mirada de los propios actores sociales, a quienes se brinda cámaras fotográficas y capacitación en el lenguaje visual. El objetivo de los talleres es la producción y difusión de imágenes que comuniquen la realidad y la visión de las poblaciones en situación de pobreza, discriminación o exclusión; y a su vez, el apoyo en procesos de reflexión y promoción del cambio en las comunidades y actores sociales que intervienen en los diferentes proyectos (Multimagen 2012). Para lograr ese objetivo la organización Iniciativa Blanco y negro ha desarrollado talleres de capacitación fotográfica con una metodología propia, ejemplo de ello son los talleres realizados en la comunidad amazónica Awajun. En esta experiencia se realizaron talleres de fotografía participativa con la comunidad Awajun con el objetivo de preservar aspectos culturales, promover un diálogo en salud intercultural y educar a la población en cuanto al cuidado ambiental de la zona (Multimagen 2012). También se han realizado talleres con adolescentes de diversos asentamientos humanos para configurar una historia gráfica de la comunidad; así también con adultos mayores para promover ejercicios de memoria, atención y coordinación. De esta manera la organización Iniciativa Social Blanco y Negro 56 pretende contribuir con los procesos de afirmación y reconocimiento de las diferentes instituciones y personas que intervienen como representantes de su comunidad o colectivo (Multimagen 2012). La metodología aplicada ha permitido interesantes procesos individuales y sociales de identificación, reflexión y discusión de los temas registrados, no solo entre los participantes, sino también entre los que visualizan las exposiciones. Según Iniciativa Blanco y Negro las experiencias obtenidas a través de los talleres permiten afirmar que la fotografía se evidencia y se valida como un importante documento social al mostrar las posibilidades y problemas de la comunidad, estas piezas de comunicación sirven de apoyo en los procesos de reflexión y de educación, además de brindar valiosa información para los procesos de participación, gestión y vigilancia ciudadanas (Multimagen 2012). De esta manera y a manera de conclusión, se presenta a la fotografía como un proceso de comunicación participativa en el cual el fotógrafo tiene la oportunidad de expresar un discurso a partir del lenguaje visual, manifestar su propia mirada y perspectiva a través de la imagen, así también dejar un testimonio de su realidad. La fotografía participativa se basa en la fotografía documental y el enfoque etnográfico, es parte del enfoque de la comunicación participativa y convierte al acto fotográfico en un proceso horizontal, capaz de empoderar a los autores, democratizador de miradas y expresiones. La cámara fotográfica es un objeto sumamente poderoso y todos podemos usarlo para obtener una propia voz. 2. Capítulo II: Sobre la ciudad de Morococha y el proceso de reasentamiento El siguiente capítulo de la investigación tiene el objetivo de exponer y analizar el contexto en el que se realiza el taller de fotografía participativa. Es decir, en esta parte de la investigación intento dar a conocer los principales aspectos de la ciudad de Morococha, tanto históricos, como socioeconómicos; así también comprender el proceso de reasentamiento que se llevó a cabo a consecuencia del Proyecto minero Toromocho. Se sabe que el proyecto Toromocho es uno de los proyectos mineros más grandes de nuestro país, así también que el reasentamiento de la ciudad de Morococha es uno de los primeros procesos de mudanza de toda una población a causa de la minería; sin embargo, fueron escasas las fuentes académicas que abordaban este complejo proceso social. Por ello, para el desarrollo de este acápite de investigación he tomado como principales fuentes de información el “Estudio de Impacto Ambiental” elaborado para la ejecución del proyecto en el año 2009 a cargo de la consultora Knight Piésold, el Informe “Willaqniki” de la Presidencia del Consejo de Ministros y la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad, así como los datos estadísticos sobre la población de Morococha procedentes del INEI. Además, para abordar de mejor manera el proceso del reasentamiento de la ciudad se han considerado como fuentes principales los informes de la Defensoría del pueblo, el estudio de caso sobre el Proyecto Toromocho elaborado por Cynthia Sanborn y Juan Luis Dammert en el documento “Extracción de recursos naturales: desarrollo económico e inclusión social”, así como las notas periodísticas elaboradas sobre el tema. De esta manera, el siguiente capítulo se divide en dos partes. La primera se dedica a exponer una breve reseña sobre la historia de la ciudad de Morococha, así como los principales datos socioeconómicos de la misma. La segunda abarca el proyecto de reasentamiento, las etapas del mismo y los detalles del conflicto social que se da a partir de la mudanza y el inicio de las acciones del Proyecto Toromocho. 56 2.1 Morococha: ciudad minera y migrante 2.1.1 Breve reseña histórica El distrito de Morococha se ubica a una altura de 4,500 msnm, a 32 kilómetros de La Oroya y 142 Km de la ciudad de Lima. Pertenece a la provincia de Yauli, departamento de Junín, y tiene como anexo a la comunidad campesina San Francisco de Asís de Pucará (ONDS y PCM 2014: 8). Según el informe Willaqniki, Morococha fue creada el 20 de noviembre de 1907; sin embargo, su historia se remonta a los periodos de la colonia donde los pobladores extraían rudimentariamente los minerales y los trabajaban por el sistema de amalgamación12, realizando jornadas laborales interminables y en condiciones de esclavitud (ONDS y PCM 2014: 8). De esta manera, Víctor Mazzi (historiador sobre Morococha) afirma que los documentos más antiguos que hacen referencia a Morococha son escrituras que identifican a la ciudad como propiedad colonial de 1746; siendo Morococha una hacienda mineral en posesión de Martín de Bidegaray, quien estuvo dedicado a explotar la plata y obtener el metal mediante un proceso metalúrgico rudimentario. El documento consigna también que los pobladores de Huarochirí y Jauja eran parte de la “mita” 13 para la hacienda minera (Mazzi 2008). El recuento histórico que realizó la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad sobre Morococha nos dice que los recursos minerales fueron explotados bajo esta forma de extracción hasta la llegada de la independencia, la cual paralizó las actividades mineras 12 Amalgamación se refiere a alear el mercurio con otros minerales para facilitar su extracción y formar amalgamas (Rae: 2014). 13 El documento hace referencia a la “mita” como el sistema de reclutamiento de una determinada población para el trabajo obligado en una mina. 57 hasta el año 1840 (ONDS y PCM 2014: 8). Víctor Mazzi señala que el documento “Apuntes monográficos sobre Morococha” de Gamaniel Blanco consigna que en 1840, parte de la superficie y alrededores de la laguna de Morococha fueron propiedad de Pedro Iriarte, quien perdió la posesión de las tierras cercanas a la laguna de Morococha por un juicio con Carlos Pflücker Schmiel. Iriarte, junto a Juan Francisco Izcue fundaron una compañía dedicada a la explotación de minerales en la zona; al fallecer Izcue y debido al resultado del juicio, la propiedad de la mina de Suclla, también conocida como Natividad (una de las reservas de mineras que se encuentran alrededor de la ciudad), pasó a manos de Carlos Pflücker, quien administraba la hacienda mineral de Tucto (la cual también es parte de lo que actualmente es la ciudad de Morococha) (Mazzi 2008). Es así como Carlos Pflücker tomó posesión de la mayoría de recursos y minas que actualmente son parte de la ciudad de Morococha e invitó a Antonio Raimondi en 1861 a estudiar y explorar el potencial de la riqueza mineral de esa zona. Mazzi comenta que la descripción que realiza Raimondi en su obra “El Perú” permite “entender el proceso de la producción minera del siglo XIX, la geomorfología del distrito con una descripción muy detallada de sus lagunas y glaciales, y el registro de su potencialidad minera”. El autor también nos dice que Raimondi detalló la dureza del trabajo minero frente al clima y las condiciones hostiles de la ciudad de Morococha (Mazzi 2008). Ya en 1905, luego de estudios y exploraciones, la Cerro de Pasco Mining Corporation tomó el control de Morococha (ONDS y PCM 2014: 8). Como ya se sabe en 1907 se funda la ciudad de Morococha debido a la presión de los trabajadores y de los grupos de migrantes que se establecieron en la ciudad en busca de una fuente de trabajo, quienes requerían la institucionalidad política del lugar que se había convertido en su hogar (Mazzi 2008). Como el informe Willaqniki lo expone, dentro del desarrollo de la ciudad como uno de los principales centros mineros del Perú es necesario mencionar que Morococha fue escenario de los inicios del movimiento obrero minero-metalúrgico, al fundarse ahí el Sindicato de trabajadores mineros por iniciativa de Jorge del Prado, quien fue un histórico dirigente comunista que actuó siguiendo las instrucciones de José Carlos Mariátegui (ONDS y PCM 58 2014: 10). Víctor Mazzi comenta que la consolidación de este nuevo tipo de sindicalismo ocurre después de la catástrofe del 5 de diciembre de 1928 en el socavón María Elvira, aparentemente producto de la negligencia de los ingenieros de la compañía norteamericana al excavar un pozo de ventilación que salió directamente a la laguna de Morococha, causando la inundación de minas y galerías, muriendo en esta catástrofe 32 trabajadores mineros. Mazzi dice que debido a este terrible suceso, resultaba sumamente necesaria la organización de los trabajadores mineros para promover la lucha por sus derechos y el reconocimiento de la muerte de sus compañeros (Mazzi 2008). Así comenzó una época de lucha, huelgas y demandas mineras, mientras el pueblo de Morococha se desarrollaba con los primeros clubes departamentales, centros educativos, pequeños puestos de salud, etcétera. En 1973, el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado estatiza la compañía Cerro de Pasco Mining Corporation, la cual se encontraba trabajando en Morococha desde 1905 y constituye CentroMin Perú. Esta nueva empresa del Estado se dedica a la exploración de los minerales en la zona y confirma así las reservas de minerales en el cerro Toromocho. Bajo la administración de CentroMin se continuó la explotación de los minerales en la ciudad de Morococha hasta la década de los 90; el informe Willaqniki comenta que esta fue la época de mayor auge económico en la historia de la ciudad, lo cual produjo el incremento de la población morocochana (ONDS y PCM 2014:10). Sin embargo, en la década de los noventa y con el gobierno de Fujimori, comienza el proceso de privatización de las instalaciones mineras en Morococha (Knight Piésold 2009:1 3-3358). El Estudio de Impacto Ambiental nos dice que la crisis económica de esos años repercutió fuertemente en la actividad minera de Morococha, provocando la emigración de los trabajadores y sus familias; lo cual explica el alto y acelerado decrecimiento de la población. Asimismo, la dinámica económica de este distrito mantenía una alta dependencia de esta actividad, por lo cual muchos comerciantes y trabajadores del sector de servicios se vieron afectados (Knight Piésold 2009:21). Posteriormente, luego de la crisis de la década de los noventa, en los años 2001 y 2002 el Estado convocó a dos licitaciones públicas internacionales para concesionar activos de la 59 actividad minera en Morococha, ambos procesos fueron declarados desiertos ya que nadie se presentó; sin embargo, en junio del 2003 el Gobierno otorgó la aprobación a la minera Perú Copper (ONDS y PCM 2014:10). Perú Copper inició su trabajo en el año 2003, comenzando un programa de perforación intensivo y un estudio de pre-factibilidad para llevar a cabo el proyecto Toromocho, una de exploraciones más ambiciosas en el país (ONDS y PCM 2014:10). Según la consultora Knight Piésold, los estudios demostraban que efectivamente existían grandes cantidades de mineral alrededor del cerro Toromocho y en la ciudad de Morococha; entre ellos, cobre, plata y molibdeno. Así también las investigaciones demostraban la necesidad de reasentar a la población de la ciudad de Morococha para reducir los potenciales impactos que generarían las operaciones que implicaba la explotación del Proyecto Toromocho (Knight Piésold 2009:1 3-3358). Luego de este proceso de investigación y exploración, Perú Cooper decidió vender el Proyecto minero para que pueda ser explotado. Es así que en el 2007 la empresa Minera Perú Copper dio a conocer que había llegado a un acuerdo con la empresa Aluminium Corporation of China para la venta del Proyecto Toromocho, el cual concluyó definitivamente en mayo del 2008. Desde entonces la empresa Minera Chinalco Perú está a cargo de las actividades mineras del proyecto Toromocho (Knight Piésold 2009:1 3-3358). 2.1.2 Aspectos socioeconómicos Los últimos datos estadísticos sobre la ciudad de Morococha pertenecen al Censo de Población y Vivienda realizado el año 2007 (INEI 2014); éste nos permite conocer las principales características de la población morocochana, el estado y la calidad de los servicios básicos, así como la situación económica y social de la población. Lo cual es importante para comprender mejor el proceso de conflicto, las razones por las cuales la comunidad Morocochana aprobó el reasentamiento y así también analizar mejor el trabajo fotográfico que se presentará en los próximos capítulos. 60 Población: El último censo del INEI realizado el año 2007 indica que el distrito de Morococha se encuentra habitado por 5 397 personas, el 86.73% está en la zona urbana y el 13.27% en al ámbito rural (INEI 2007). Se indica que si bien en los períodos censales de 1981 al año 1993 la tasa de crecimiento era negativa debido a la crisis minera que se dio por esa época (explicada en el apartado anterior); se observa que entre el 2005 al 2007 el número de pobladores se incrementó en 716 personas por la considerable mejora que ha tenido el sector minero en los últimos años (ONDS y PCM 2014:10). Para la presente investigación resulta importante conocer quiénes viven en la ciudad de Morococha, cuál es su identidad cultural y cuáles son sus motivos para quedarse en la ciudad. A partir de una línea de base elaborada en el año 2006 por Social Capital Group a pedido de la empresa minera que se encontraba en la administración del proyecto, se determinó que el 8% de la población que vive en Morococha posee una vivienda propia y el 92% ocupa predios que no son suyos, ya sea por alquiler o porque la empresa minera les otorga alojamiento en los campamentos (ONDS y PCM 2014:10). Según los resultados de esta investigación también se obtuvo que el 37% de la población ha vivido toda su vida en el distrito de Morococha, frente a un 63% de población inmigrante, de los cuales el 56% vive en el distrito desde hace, por lo menos, 10 años. Entonces, existe mucha migración en la zona, llegan familias y hombres cabezas de familia en busca de empleo en las minas y se asientan mientras dure su contratación; y una vez terminada su labor, regresan a sus zonas de orígenes. Por otro lado, la gran mayoría de los propietarios de las casas en Morococha viven en otras ciudades cercanas como Lima, La Oroya o Huancayo. Sin embargo, el grupo de propietarios que vive en Morococha son negociantes, habiéndose convertido en un grupo con gran influencia entre la población (ONDS y PCM 2014:10). Actividad económica: Según el INEI la principal actividad económica en Morococha es la minería, en la cual participa el 63,2% de la PEA del distrito (INEI 2007); la segunda actividad económica está relacionada al sector de servicios de la actividad minera, dando empleo al 19,6% de la PEA (son las mujeres quienes en su mayoría realizan este servicio). 61 Luego están presentes las actividades relacionadas al comercio, la construcción y la actividad inmobiliaria (INEI 2007). La actividad agropecuaria a nivel distrital es la de menos presencia en la dinámica económica de Morococha, ya que solo participa de ella el 4.5% de la población (INEI 2007 y Knight Piésold 2009:22). Por lo tanto, podemos determinar que la población morocochana se encuentra dedicada a la minería y a las actividades relacionadas directamente a la misma, debido al clima y el aspecto geográfico la actividad agropecuaria se ejerce en menor medida. Vivienda: En el distrito de Morococha existen 1788 viviendas de acuerdo al Censo Nacional realizado el año 2007. De las cuales el 50% se encuentra construido de ladrillo o cemento y el porcentaje restante de adobe o madera (INEI 2007). Es así que una gran parte de las viviendas en la ciudad de Morococha no se encuentran elaboradas del material adecuado para la protección de una familia. En cuanto al abastecimiento de agua para el hogar en el distrito de Morococha, solo el 28% de las viviendas poseen una red pública de agua dentro de la vivienda, el resto de viviendas se abastece de agua a través del pilón de uso público (INEI 2007). De las viviendas que cuentan con un servicio de desagüe, solo el 23% posee un servicio de desagüe propio (INEI 2007). El distrito de Morococha cuenta con el acceso al alumbrado eléctrico casi en toda la zona urbana del distrito, siendo el 82% de las viviendas que cuenta con este servicio (INEI 2007). Sin embargo, en la zona rural, aún el 42 % de las familias usan velas o lámparas a kerosene (Knight Piésold 2009:21). Educación: Respecto a la educación, los datos el INEI nos dicen que el 64% de la población de 6 a 24 años asiste de manera regular al centro educativo, el 32% de la población de 15 años a más cuenta con educación superior y de las 5972 personas de 15 a más años del distrito, 158 son analfabetas (INEI 2007), de ellas 139 (5% del total de la población) son mujeres y solo 19 (0,6% del total de la población) son hombres (INEI 2007 y Knight Piésold 2009:22). Respecto a la infraestructura y a los servicios educativos, el distrito de Morococha cuenta con ocho centros educativos: dos de nivel inicial, uno que ofrece educación inicial y 62 primaria, cuatro de educación primaria y uno de educación secundaria. Todos son de gestión pública y tienen un solo turno, en la mañana (Knight Piésold 2009:22). Salud: Según el INEI, EL 70% de la población de Morococha cuenta con un seguro de Salud, de ellos se encuentran afiliados al SIS el 4% de la población y el 62% a ESSALUD (INEI 2007). Según el estudio de Impacto Ambiental, la oferta de servicios de salud está dada principalmente por los establecimientos de salud del MINSA y EsSalud (Knight Piésold 2009:22,24). La investigación realizada como Línea de Base del distrito nos dice que si se consideran a todos los profesionales de salud, la tasa de profesionales disponibles resulta insuficiente, de acuerdo con la recomendación de la OMS de un médico por cada 1 000 habitantes. Morococha cuenta con 0,85 médicos, 0,65 enfermeras, 0,42 odontólogos y 0,21 obstetrices por cada 1 000 habitantes (Knight Piésold 2009:22,24). Pobreza: Según el Método de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) utilizada por el INEI en el año 2006, en la ciudad de Morococha la pobreza alcanzaba al 37% de la población y la pobreza extrema al 14%. Un poco más de la mitad de hogares (51,4%) tenía al menos una necesidad básica insatisfecha; sin embargo, el 49% no era considerado pobre. A pesar de ello sólo el 36% de hogares participaba en algún programa social, ya sea el Vaso de Leche o las cocinas populares (Knight Piésold 2009: 10-31). De esta manera, he presentado los principales datos socioeconómicos que nos permiten comprender mejor el estado y la calidad de los servicios básicos que recibía la población de Morococha. Resulta fundamental conocer que aproximadamente el 63% de la población en Morococha es migrante y que el 90% no posee una vivienda propia; así también que la principal actividad socioeconómica es la minería y que la mayoría de la población depende económicamente de los servicios directos a esta actividad. Por otro lado, los datos nos han permitido conocer la situación de las viviendas en Morococha, el material del cual están hechas y el estado de los servicios básicos como el agua y desagüe, siendo estos insuficientes que abarcar todas las necesidades de la 63 población. Lo mismo ocurre con la educación y salud, por lo cual el nivel de pobreza en la población de Morococha alcanzaba en el año 2007 a un 37% de la población. 2.2 El Proyecto de reasentamiento 2.2.1 El Proyecto Toromocho y el reasentamiento de la ciudad de Morococha Lugo de analizar la historia y la situación socioeconómica de la ciudad de Morococha, la siguiente sección de la investigación tiene el objetivo de presentar los principales aspectos de uno de los proyectos mineros más grandes de nuestro país, el Proyecto Toromocho; así también, exponer las diferentes etapas del reasentamiento de la ciudad de Morococha, el primer reasentamiento poblacional realizado en el Perú a consecuencia de la ejecución de un proyecto minero. De esta manera, se entiende que el Proyecto Toromocho y el reasentamiento de la ciudad de Morococha se convierten en sucesos fundamentales en la historia y dinámica económica de nuestro país, así también en uno de los casos de conflicto social más complejos de los últimos tiempos. Según el informe Willaqniki y los resultados del Estudio de Impacto Ambiental, el proyecto Toromocho se trata de la ejecución de una mina a tajo abierto que ocupará las cuencas de Morococha, Tunshuruco y Rumichaca, en el distrito de Morococha, provincia de Yauli, departamento de Junín. Después de un largo proceso de exploración e investigación, se ha calculado que dichas cuencas tienen reservas minerales (de pórfido de cobre, con fracciones de molibdeno y plata) por alrededor de 1526 millones de toneladas, las cuales serán extraídas, producidas y almacenadas durante 36 años. Desde el año 2008 la Empresa a cargo del proyecto Toromocho es la minera Chinalco Perú S.A., propiedad de la empresa china Aluminium Corporation of China Ltd. (ONDS y PCM 2014:11 y Knight Piésold 2009:30). 64 Sanborn y Dammert nos dicen que el “Toromocho”, es un proyecto que se encuentra actualmente en construcción y el monto de inversión proyectada es más de 2000 millones de dólares. El mineral está ubicado en la montaña denominada Toromocho o “toro sin cuernos” porque tiene la forma de ese animal, la cual será transformada para crear la enorme mina de tajo abierto que deberá producir 210 000 toneladas de mineral al año (Sanborn y Dammert 2013:64). Así, las especificaciones del Proyecto Toromocho indican que es en la cuenca de Morococha donde se ejecutará la mina; en la misma se ubica actualmente la antigua ciudad de Morococha, así como las instalaciones de minas y los depósitos de relaves de las compañías Minera Argentum y Minera Austria Duvaz. Así también, se construirá en la cuenca Rumichaca la faja transportadora principal, el complejo de la concentradora, los tanques de agua cruda y de proceso, una cantera de roca caliza y una red de acopio de suelo; y la cuenca de Tunshuruco será convertida en el depósito de relaves (ONDS y PCM 2014:11). De esta manera, el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto señaló y confirmó que el avance de las operaciones afectaría al territorio de la ciudad de Morococha, principalmente por las actividades realizadas en la mina a tajo abierto. Además, según el informe Willaqniki, las evaluaciones de determinación de riesgos y peligros realizadas por el INGEMMET (Instituto Geológico Minero Metalúrgico) catalogaron a la ciudad de Morococha como zona de alto riesgo debido a la histórica e intensa actividad minera a la que ha sido sometida, estando la ciudad en riesgo inminente de hundimientos y derrumbes (ONDS y PCM 2014:11). Es así que, según el Estudio Impacto Ambiental y el informe de la PCM y ONDS, el reasentamiento se convertía en un proceso sumamente necesario, no solo para dar paso a la ejecución del Proyecto Toromocho, también para salvaguardar la salud y seguridad de los pobladores que habitaban en una zona de riesgo debido a las malas prácticas de las 65 empresas mineras que se asentaron en la ciudad14. Ante esto, la empresa Chinalco sería la encargada de ejecutar, gestionar y realizar el reasentamiento de toda la población de Morococha, negociando con la ella y construyendo una nueva ciudad. De esta manera, la ejecución del proyecto Toromocho implica el traslado de los aproximadamente 5000 residentes del pueblo de Morococha y su reubicación en la nueva ciudad “Carhuacoto” (Sanborn y Dammert 2013:64). En Willaqniki se expone que para cumplir con el proceso, Chinalco adquirió un terreno en la zona de Carhuacoto para la construcción de la nueva ciudad en la que ahora habita toda la población de Morococha. Así se constituye en el año 2009 una Mesa de Diálogo con el objetivo de negociar y gestionar el proceso de mudanza y reasentamiento con la población de Morococha; esta instancia cuenta con la participación del Gobierno Regional de Junín, el Arzobispado, la Municipalidad de Morococha, el Ministerio de Energía y Minas, la Presidencia del Consejo de Ministros, la empresa Minera Chinalco, la Comisión Multisectorial de Morococha y la Defensoría del Pueblo (ONDS y PCM 2014:11). Según el informe Willaqniki, luego de un extenso proceso de negociación, es en mayo del 2012 donde se ratifican los compromisos asumidos por el Poder Ejecutivo y la Mesa de Dialogo para el proceso de reasentamiento poblacional de Morococha. Sin embargo, la decisión de iniciarlo fue ejecutada recién en noviembre del 2012 (ONDS y PCM 2014:11). El informe Willaqniki también afirma que el 25 de agosto del 2013 el gobierno declaró el estado de emergencia (DS N° 095-2013-PCM) de la ciudad de Morococha con la finalidad de ejecutar acciones inmediatas en el reasentamiento de la ciudad, acelerar el proceso y mitigar los daños que podría causar el inicio de las acciones del Proyecto (ONDS y PCM 2014:11). En setiembre del 2013, el Congreso de la República promulga la ley No 30081 en la que se establece la ubicación geográfica y la sede de la capital del distrito de Morococha en la nueva ciudad de Carhuacoto, provincia de Yauli. Asimismo, el gobierno encarga a la 14 Se puede encontrar mayor información sobre la situación de la ciudad y los motivos del reasentamiento en los siguientes párrafos. 66 Comisión de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri), el saneamiento físico-legal y la titulación de la ciudad de Carhuacoto (ONDS y PCM 2014:11). Durante el inicio del Proyecto Toromocho y el proceso de reasentamiento de la ciudad han ocurrido una serie de hechos que provocaron un conflicto social entre la población morocochana y la empresa minera Chinalco. El recuento de los sucesos será expuesto en los próximos párrafos. La justificación del reasentamiento Como sabemos, Morococha es una ciudad ubicada a 4 500 msnm en los andes peruanos. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) elaborado para la ejecución del proyecto Toromocho y avalado por el Ministerio de Energía y Minas, expone que las condiciones climáticas extremas de la zona y la escasez de recursos naturales impiden el desarrollo de actividades agropecuarias, es por ello que los pobladores de la zona se dedican principalmente a las actividades mineras explorando y explotando los yacimientos de la zona desde fines del siglo XIX (Knight Piésold 2009:10-20). Como lo menciona el acápite dedicado al recuento histórico, debido al auge de los recursos, se fueron instalando diversas operaciones mineras y población migrante en la ciudad de Morococha; sin embargo, a causa de la falta de estándares de manejo ambiental de la minería en el pasado y a la necesidad de vivienda de la población que llegaba a la zona en busca de empleo, la ciudad se desarrolló sobre suelos inapropiados y alrededor de plantas de procesamiento mineral y de relaves mineros (Knight Piésold 2009:10-20). De esta manera, el Estudio de Impacto Ambiental expone que debido al incumplimiento de estándares ambientales, la falta de recursos económicos de los gobiernos locales y la priorización del uso del agua de la zona a favor de las actividades mineras; tanto la población de Morococha como los diferentes gobiernos locales de Morococha han enfrentado dificultades para mantener en condiciones adecuadas los servicios públicos de la ciudad y procurar el bienestar de la población (Knight Piésold 2009:10-20). Además, el 67 EIA también menciona que muchas de las viviendas de Morococha se encuentran en una situación inhabitable debido a la pobreza de la población y la informalidad del crecimiento de las áreas urbanas (Knight Piésold 2009:10-20). El Estudio de Impacto Ambiental recoge que como producto de una investigación, los habitantes mencionaron y ratificaron los problemas más importantes que los afectaban; entre ellos se encuentran la carencia del agua potable, fuentes de agua contaminadas, los deficientes servicios de salud en la ciudad, las enfermedades ocasionadas por la contaminación, el aire y el suelo contaminados por los desechos tóxicos, además de la carencia de desagüe y baños en la mayoría las viviendas (Knight Piésold 2009:10-21). Por lo tanto, los pobladores reconocían en el diagnóstico realizado que la ciudad no ofrecía las condiciones adecuadas para alcanzar un nivel de vida aceptable, sobre todo debido a la falta de agua y desagüe, la contaminación por los relaves y desechos mineros, así como el continuo riesgo de derrumbes y hundimiento de la ciudad (Knight Piésold 2009:10-21). Es así que además de que el reasentamiento resultaba necesario para poder ejecutar la mina de tajo abierto del Proyecto minero Toromocho, según el Estudio de Impacto Ambiental la población también reconocía que las condiciones de vida en la ciudad de Morococha no eran las mejores. Como podemos observar, los mayores problemas identificados por los pobladores están relacionados con la contaminación de la ciudad, producto de los relaves y desechos de las empresas mineras que llevan a cabo sus actividades alrededor de la misma. Además, los morocochanos reconocen también que los servicios de agua y saneamiento no son suficientes para la población. Es así que en base a lo obtenido, el Estudio de Impacto Ambiental indica que la población de Morococha percibía el reasentamiento como una oportunidad para mejorar los servicios básicos, evitar la contaminación y generar el desarrollo de su comunidad (Knight Piésold 2009:10-21). Actores principales del proceso de reasentamiento Según el Informe de Impacto Ambiental elaborado para el proyecto Toromocho: “[…] De acuerdo a legislación nacional en materia de minería, el Estado entrega en concesión las 68 áreas mineras a las empresas y son éstas las que se encargan de negociar el uso de los terrenos superficiales con sus propietarios o posesionarios. Bajo este concepto, la práctica normal y aceptada en el Perú es que las empresas mineras compren o alquilen los terrenos y negocien con sus propietarios o posesionarios el pago de compensaciones por los impactos en las mejoras que estos tengan (cultivos, viviendas e infraestructura en general). En el Perú el Estado no asume el papel de negociador con los propietarios o posesionarios de los terrenos superficiales, ni se encarga de financiar o implementar ningún tipo de compensación […]” (Knight Piésold 2009:10-16). Por ello, para comprender el proceso de reasentamiento es necesario conocer a los principales actores que se encuentran involucrados. Entre ellos se encuentran la empresa minera Chinalco, la Municipalidad de Morococha, la Mesa de Diálogo regional, así como la Instituciones y Organizaciones de base; entre ellos se genera el proceso de negociación y diálogo. Chinalco es la empresa minera encargada del Proyecto Toromocho, la cual genera la necesidad de reasentar a la población de Morococha, promueve su planificación e implementación y se encarga del financiamiento de toda la operación. En el proceso la empresa minera contrató los servicios de consultoras especializadas, ONGs, empresas o instituciones en general para administrar el proceso de reasentamiento; entre ellas se encuentra Social Capital Group, que fue la encargada de manejar el impacto social del proceso (Knight Piésold 2009:10-16,10-17). La Municipalidad Distrital de Morococha es la institución que tiene jurisdicción sobre las áreas públicas de la ciudad, es encargada de la planificación y el ordenamiento urbano de la ciudad, así como también de promover el bienestar y desarrollo de su población. Cumpliendo el papel de representación de los intereses de la población morocochana (Knight Piésold 2009:10-16,10-17). Durante este período del conflicto, la alcaldía estuvo a cargo de Marcial Salomé, actual alcalde. Las organizaciones o instituciones civiles; entre ellas se encuentran los consejos de coordinación, juntas vecinales, asociaciones por tipo de residencia y actividad económica, 69 asociaciones de vivienda, asociaciones de padres de familia, comités de Vaso de Leche, etc. Entre ellas, son dos las que han adquirido mayor relevancia y representación, la Comisión Multisectorial y de la Asociación de Vivienda de Morococha (AVM). (Knight Piésold 2009:10-16,10-17). La Mesa de Diálogo Regional resulta de una iniciativa del Gobierno Regional de Junín, el Arzobispado de Huancayo, la Defensoría del Pueblo, la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza y la Mesa de Diálogo El Mantaro Revive - entre otras instituciones a nivel regional - y los representantes de Chinalco. A nivel local, participan el alcalde de Morococha y representantes de las organizaciones integrantes de la Comisión Multisectorial, como también la AVM, invitada por el presidente del Gobierno Regional de Junín. Como lo dice en Estudio de Impacto del proyecto, el objetivo de la mesa es fomentar un espacio donde Chinalco pueda informar a las autoridades y representantes de las instituciones y organizaciones sobre el proceso de reasentamiento, la política de la empresa para dicho proceso y los beneficios que se generarán para la población (Knight Piésold 2009:10-18). 2.3 El conflicto social en Morococha Aunque la mayoría de pobladores aceptaron su traslado a través del proceso de consulta realizado, aún existen algunas acciones de resistencia de una parte de la población morocochana, la cual exige mayores remuneraciones por el proceso de mudanza y reasentamiento. Según los informes de la prensa y de la Defensoría del Pueblo, hay algunos pobladores que continúan viviendo en la antigua ciudad, y son ellos quienes se niegan a mudarse a Carhuacoto hasta que la empresa minera acepte el “Convenio Marco Unificado” que elaboraron (documento en el cual presentan sus demandas). Para la Defensoría del Pueblo, el reasentamiento de la población morocochana es uno de los conflictos sociales activos en la región de Junín; por ello, aún existen tensiones inherentes al proceso, que tanto la empresa, el Estado y la población están intentando solucionar. 70 Con las históricas deficiencias observadas en el antiguo distrito de Morococha, los insuficientes servicios públicos en la ciudad y los altos niveles de contaminación; Sanborn y Dammert nos dicen que no es difícil entender que en la consulta popular la mayoría de los pobladores prefirió ser reubicado en otro lugar. Sin embargo, el estudio de caso elaborado por estos investigadores indica que había tensiones desde el inicio del proceso, concentradas en determinar cuánto y cómo compensar la pérdida de las tierras, hogares y negocios; dónde ubicar la nueva ciudad; cómo evitar la contaminación futura; y en qué condiciones vivirían los residentes de la “Nueva Morococha” o la ciudad de “Carhuacoto”. Lamentablemente no se cuenta con un documento oficial que recopile el proceso de conflicto; sin embargo, la investigación de Sanborn y Dammert, así como los informes de la Defensoría del pueblo, señalan que éste se inicia en el año 2005, con una primera audiencia pública sobre la reubicación realizada a iniciativa del entonces (y actual) alcalde Marcial Salomé (Sanborn y Dammert 2013:70). En el año 2006 la minera Perú Copper encargó a Social Capital Group la elaboración de una Línea de Base sobre la situación demográfica y social de Morococha; la cual determinó que solo el 8% de los habitantes de la ciudad de Morococha eran propietarios de una vivienda, mientras el 92% restante estaba compuesto por familias migrantes e inquilinas que se mudaron a Morococha en busca de trabajo. Sanborn y Dammert comentan que en vista de que todos eran habitantes de la ciudad de Morococha, la decisión de la empresa minera (Perú Cooper) fue consultar a todos ellos por igual y ofrecerles una casa propia en el nuevo pueblo. De esta manera, en el año 2006 se inició un proceso de consulta popular con todos los residentes que fueron identificados, en el cual más de 2/3 de la población votó a favor del traslado de Morococha (Sanborn y Dammert 2013:70). Así informó el diario La República, mencionando que el 14 de Agosto del año 2006, 617 familias habitantes de la ciudad de Morococha votaron a favor del reasentamiento (La República 2006)15. 15 Véase : http://www.larepublica.pe/22-08-2006/pobladores-de-morococha-seran-reubicados 71 El estudio de Sanborn y Dammert indica que es ahí donde comienza el conflicto, ya que se genera una disputa entre las diferentes organizaciones para determinar quién recibe una casa en la nueva ciudad, cuánto dinero se debe recibir por la compensación o a quiénes les corresponde la remuneración. Debido a ello, se inician las tensiones entre los propietarios e inquilinos habitantes de Morococha y surge así la Asociación de Vivienda de Morococha (AVM). Esta es una agrupación formada por inquilinos interesados en obtener una casa propia y negociar el reasentamiento en mejores términos (Sanborn y Dammert 2013:70). Es en este contexto cuando entra Chinalco como nuevo dueño de la concesión minera entre los años 2007 y 2008. Luego de un breve periodo de reevaluación, la empresa china decide renovar el contrato de Social Capital Group, una decisión que permitió al mismo equipo consultor reiniciar sus labores de acompañamiento en el proceso de consulta y reasentamiento. La investigación de Sanborn y Dammert también expone que entre los años 2007 y 2008, Chinalco había adquirido ya el 50% de las casas de Morococha, y además compró el terreno donde fue construida la nueva ciudad de Morococha o también llamada “Carhuacoto” (Sanborn y Dammert 2013:70). Así también lo afirma un informe del diario La República, donde se destaca el conflicto ocasionado por el precio de los terrenos y viviendas en la antigua ciudad; en esté se menciona que el reasentamiento provocaría un cambio permanente en la dinámica de la sociedad morocochana (La República 2007)16. En el año 2009 Chinalco anuncia la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a cargo de las consultoras Knight Piésold y Social Capital Group; así también, las organizaciones políticas y sociales vinculadas al proceso realizan una nueva consulta popular donde el 68% de los pobladores votó a favor del reasentamiento de Morococha a la localidad de Carhuacoto. En 2010 el Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Toromocho fue aprobado por el gobierno peruano; así también en abril del mismo año se inició la construcción de la nueva ciudad de Morococha o Carhuacoto, la cual se ubica a la 16 Véase:http://www.larepublica.pe/04-11-2007/trasladaran-todo-un-pueblo-para-desarrollar-mineria-en-toromocho 72 altura del km 150 de la carretera central y a 10 km de la antigua ciudad de Morococha. Es en este proceso donde los conflictos entre los pobladores comienzan a suceder, ya que algunos se manifestaron en contra del precio que la empresa minera ofrecía pagar por sus viviendas; según La Republica algunos residentes comentaban que la empresa pagaría un total de 60 dólares por metro cuadrado (La Republica 2010)17. Como se mencionó, los problemas y conflictos sociales entre la población y la empresa minera se dieron a raíz del monto compensatorio y el precio de las casas que serían compradas a los propietarios para poder ejecutar el proyecto. Según la información periodística del diario la República, al inicio del proceso los pobladores esperaban recibir 800 dólares por metro cuadrado de tierra, mientras que la oferta final de la empresa minera fue de 100 dólares por metro cuadrado como mínimo y 300 dólares como máximo. Como resultado de esta discusión se formó el “Frente de Defensa”, agrupación que aglutinó a los pobladores que no se encontraban satisfechos con la propuesta de la empresa minera. (Sanborn y Dammert 2013:72). Durante ese proceso, Chinalco enfatiza su oferta a la población morocochana, reafirmando la construcción de la nueva ciudad, los títulos de propiedad, viviendas de calidad y todos los servicios básicos para cada familia, calculando una inversión de 50 millones de dólares en su tarea. Además, Chinalco también asegura el incremento de áreas verdes y la construcción de las instituciones públicas necesarias para el desarrollo de la población (Sanborn y Dammert 2013:72) A pesar de la oferta y la propuesta de la empresa minera, esto parece ser insuficiente para algunos pobladores morocochanos. El estudio de Sanborn y Dammert comenta que en el año 2012 se manifiesta con más fuerza la resistencia del alcalde Salomé y un grupo de pobladores, mayormente propietarios de las viviendas. Sus argumentos incluyen reclamos sobre la calidad de los terrenos y las nuevas casas construidas, así como la demanda para una mayor compensación económica directa. Además, los pobladores manifestaban una 17 Véase:http://www.larepublica.pe/28-04-2010/falta-consenso-para-la-reubicacion-de-morococha 73 preocupación por la sostenibilidad del reasentamiento, las opciones laborales que tendrían en la nueva ciudad y por las posibles pérdidas que se podrían dar a raíz de la mudanza. A pesar de las discusiones y diferencias, la ciudad de Carhuacoto fue terminada en Julio del año 2012, motivando el inicio de la mudanza y reasentamiento (La República 2012)18. En septiembre del 2012 se convocó a una “Mesa de Diálogo para el Proceso de Reasentamiento Poblacional de Morococha,” con apoyo del Gobierno Regional de Junín, el Arzobispado, la Municipalidad de Morococha, el Ministerio de Energía y Minas, la Presidencia del Consejo de Ministros, la empresa Minera Chinalco, la Comisión Multisectorial de Morococha y la Defensoría del Pueblo (ONDS y PCM 2014:11). Esta instancia de diálogo tuvo el objetivo de solucionar los problemas entre la población y la empresa minera, así como obtener un acuerdo sobre la oferta realizada por la empresa y el proceso de reasentamiento (Sanborn y Dammert 2013:72). En base a los reportes periodísticos y los informes de la Defensoría del Pueblo, Sanborn y Dammert informan que poco tiempo después de iniciada la Mesa de Diálogo el alcalde de la ciudad se retiró y cuestionó la representatividad de los participantes que se encontraban en esta institución. Los investigadores también señalan que durante este proceso los diferentes medios reportaron acciones violentas en las reuniones de la Mesa de Diálogo, incluso de parte de aquellos pobladores que no se veían representados (Sanborn y Dammert 2013:72). Los pobladores que no se encontraban de acuerdo deseaban que la empresa minera acepte los términos del “Convenio Marco Unificado”, documento que reafirmaba sus pedidos a la empresa minera. A pesar de que no se consiguió ningún acuerdo, entre los meses de Octubre y Noviembre del año 2012 se inició el reasentamiento y la mudanza de la población morocochana. Sanborn y Dammert comentan que para fin de año se habían mudado ya el 75% de las 18 Véase: http://www.larepublica.pe/05-07-2012/minera-chinalco-trasladara-pobladores-de-morococha-nueva-ciudad- finales-de-julio 74 familias a la nueva ciudad. Un informe del New York Times afirma que los pobladores que habitan en la nueva ciudad se encuentran satisfechos sobre las viviendas y los servicios de los que ahora disfrutan, se comenta que ahora se tiene el servicio de agua y baño propio; sin embargo, también éste artículo también recoge la opinión del Alcalde, quien reclama justicia. En la nota periodística el Alcalde declara que “ellos no se oponen al reasentamiento, lo que demandan es que la empresa les garantice puestos de trabajo y una reparación de 300 millones de dólares a toda la población por la destrucción de la ciudad” (The New York Times 2013)19. Así también en noviembre del 2012, el diario La República informaba que había ocurrido un violento enfrentamiento entre los propietarios e inquilinos. En este artículo los propietarios manifiestan que son los inquilinos los que han recibido mayores beneficios, aceptando todas las condiciones de la empresa minera (La República 2012)20. Es así que durante los meses de noviembre y diciembre del año 2012, los medios de comunicación reportaron que se produjeron violentos enfrentamientos entre la población y la empresa minera, ya que los habitantes de la antigua Morococha se negaban a que las instituciones públicas y educativas sean reasentadas (RPP 2012)21. Así también RPP, informó sobre movilizaciones y manifestaciones de los habitantes de Morococha en la ciudad de Huancayo, donde se reclamaba que algunas organizaciones civiles no habían participado de la Mesa de Diálogo, y por lo tanto, los pobladores no se sentían representados (RPP 2012)22. 19 Véase: http://www.nytimes.com/2013/01/07/world/americas/hundreds-in-peru-balk-at-relocating-from-copper-mine- site.html?pagewanted=1&_r=3& 20 Véase: http://www.larepublica.pe/19-11-2012/traslado-de-morococha-genera-enfrentamientos 21 Véase: http://www.rpp.com.pe/2012-12-12-junin-pobladores-rechazan-traslado-a-otra-zona-por-explotacion-de-cobre- noticia_548774.html 22Véase: http://www.rpp.com.pe/2012-11-16-huancayo-pobladores-de-morococha-protestaron-contra-reasentamiento- noticia_541013.htm 75 De esa manera, durante estos meses se produjeron violentos enfrentamientos y movilizaciones entre los pobladores propietarios e inquilinos, así como también entre los habitantes y la empresa minera Chinalco; provocando una división entre la población y quebrando la dinámica social de Morococha. Ante la negativa de la mudanza, en el mes de agosto del año 2013 la ciudad de Morococha fue declarada en estado de emergencia por el Estado peruano debido a las lluvias torrenciales, el hundimiento de la ciudad, los constantes derrumbes y el colapso de algunas zonas; este pronunciamiento se realizó con la intención de incentivar la mudanza de los pobladores que aún habitaban en la ciudad (La República 2013)23. A pesar del estado de emergencia declarado, algunas familias aún se negaban a reasentarse a la nueva ciudad. En setiembre del 2013 la ciudad de Carhuacoto fue declarada como nuevo distrito de Morococha, siendo ya un hecho inminente la desaparición de la ciudad. El 10 de diciembre del 2013 los diferentes medios de comunicación informaban la llegada del Presidente de la República, Ollanta Humala, a la ciudad de Morococha para inaugurar la puesta en marcha del Proyecto Toromocho; los medios de comunicación resaltaban la millonaria inversión del proyecto y que el poder ejecutivo se comprometía a otorgar una mejor calidad de vida a los habitantes que fueron reasentados (El Comercio 2013)24. El 13 de diciembre, El Comercio informaba que los pobladores morocochanos realizaron una marcha de protesta en la Plaza San Martín (Lima), indicando que la nueva ciudad a la que serían trasladados no era una zona segura para ser habitada (El Comercio 2013)25. Hasta el día de hoy el conflicto y las manifestaciones continúan, sin embargo, cada vez son más los pobladores que deciden mudarse a la nueva ciudad de Carhuacoto, ya que las obras del Proyecto Toromocho comenzaron el diciembre del año 2013. El último reporte de la 23 Véase: http://www.larepublica.pe/25-08-2013/junin-ejecutivo-declara-estado-de-emergencia-a-distrito-de-morococha 24 Véase: http://elcomercio.pe/economia/peru/humala-toromocho-peru-se-consolidara-como-potencia-minera-noticia- 1671249 25 Véase: http://elcomercio.pe/lima/sucesos/pobladores-morococha-se-oponen-traslado-proyecto-minero-toromocho- noticia-1672807 76 Defensoría del Pueblo (Febrero-Marzo 2014) informa que “El frente Amplio de Defensa y Desarrollo” aún no se encontraba conforme con el proceso de reasentamiento y tampoco con la ubicación de la nueva ciudad, para ello la Defensoría del Pueblo realizó una reunión el 15 de enero del presente año, en la que la empresa minera decidió escuchar a los pobladores y evaluar junto a ellos el “Convenio Marco Unificado” que proponen a través de comisiones de trabajo (Defensoría del Pueblo 2014). El último reporte e informe sobre los hechos es una nota periodística, la cual nos dice que el 20 de febrero del presente año, el fluido eléctrico en la antigua ciudad de Morococha fue cortado. En la nota, el alcalde acusa a la empresa minera de realizar este acto, mencionando que aún habitan ahí 350 familias que se resisten a ser reubicadas (El comercio 2014)26. Demostrando así que aún los conflictos no encuentran solución y que aún hay familias que se resisten a mudarse; sin embargo, la Defensoría del Pueblo reconoce que hay diálogo entre la población y la empresa minera, actores del conflicto que tienen la intención de solucionar los problemas y llegar a un acuerdo. 26 Véase: http://elcomercio.pe/peru/junin/morococha-sin-energia-electrica-desde-hace-dos-dias-noticia-1711178 3. Capítulo III: Marco metodológico de la investigación Luego de una revisión teórica sobre los conceptos e ideas necesarias para comprender la experiencia y después de conocer el contexto en el que ha surgido la iniciativa fotográfica, el presente capítulo tiene el objetivo de presentar el diseño y la metodología elegida para cumplir los objetivos propuestos por esta investigación, así como las herramientas y las unidades de investigación seleccionadas. 3.1 Diseño de la investigación Como lo he mencionado en la parte introductoria, en el proceso de reasentamiento de la ciudad de Morococha, uno de los compromisos de la Minera Chinalco Perú, empresa responsable de la ejecución del Proyecto “Toromocho” en Morococha, fue mantener la vigencia histórica de la ciudad. Bajo la producción y dirección de la asociación fotográfica Ojos Propios y con el apoyo de la consultora Social Capital Group, se desarrolló un taller de fotografía participativa con los pobladores morocochanos para la formulación de recursos de memoria colectiva. El taller se llevó a cabo de julio a octubre del año 2012 y contó con la participación de aproximadamente 200 pobladores, quienes produjeron más de 7000 fotografías, 116 de éstas fueron seleccionadas colectivamente para formar parte del Museo de la memoria de la ciudad (Ojos Propios 2012). Esta experiencia es un proceso de comunicación que aplicó la metodología fotográfica participativa para que los pobladores generen sus propias historias y testimonios sobre Morococha, formulando recursos de memoria que los ayuden a reforzar su identidad, así como a mantener la continuidad histórica colectiva de su comunidad. La iniciativa tuvo como objetivo que los pobladores morocochanos se conviertan en protagonistas de la acción comunicativa y las fotografías en vehículos de memoria que les permitan articular un discurso frente al complejo proceso de reasentamiento de la ciudad. Dentro de la perspectiva de la comunicación para el desarrollo, resulta interesante analizar cómo la fotografía facilita los procesos de comunicación y la formulación de la memoria 78 colectiva de una forma participativa y en un contexto tan complejo como el reasentamiento de una población. Estamos entonces frente a una experiencia comunicativa que concibe a los pobladores morocochanos como agentes de comunicación capaces de expresarse a través del lenguaje fotográfico; siendo la máquina fotográfica la herramienta capaz de “dar una voz” a quienes desean contar una historia y las fotografías producidas aquellos mensajes que engloban los recuerdos, las preocupaciones y expectativas que forman parte de la memoria de cada poblador frente a la ciudad que se deja y la nueva vida en Carhuacoto. Al ser el producto final de la experiencia, las fotografías se convierten en el eje central de esta investigación, ya que, según la metodología aplicada en la experiencia participativa27, las imágenes son el resultado de un proceso de reflexión y selección de los recuerdos que cada participante tiene sobre la ciudad de Morococha y sirven para inmortalizar aquellas representaciones; por ello, se convierten en el punto más importante de la acción comunicativa y del proceso de memoria. Con la intención de profundizar en la experiencia fotográfica y concebir a las fotografías como el resultado de la configuración de un mensaje visual, se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿Cómo las fotografías generadas a partir del taller de Ojos propios se convierten en vehículos de la memoria colectiva para la población morocochana en el contexto del reasentamiento de la ciudad? Así también, surgen las siguientes interrogantes específicas: • ¿Cómo fue el proceso de implementación del taller de fotografía de Ojos Propios que permitió a los pobladores morocochanos generar las fotografías? • ¿Cuáles son los marcos y puntos de referencia que forman parte de la memoria de los pobladores morocochanos participantes del taller de fotografía de Ojos Propios en el contexto del reasentamiento? 27 Para comprender mejor este punto puede revisarse el Capítulo 1.2”La fotografía: proceso y metodología de comunicación” de la presente investigación, el cual abarca la propuesta metodológica de la fotografía participativa. 79 • ¿Cuáles son las representaciones y discursos de memoria expresados en las fotografías que fueron generadas a partir de los talleres de Ojos Propios por los pobladores morocochanos? Objetivos de la investigación: De acuerdo a las interrogantes que fueron presentadas, se establece el siguiente objetivo general de la investigación: Demostrar que las fotografías generadas a partir de los talleres de Ojos Propios son vehículos de la memoria que han permitido a los participantes morocochanos configurar representaciones y expresar un discurso frente al reasentamiento de Morococha. Los objetivos secundarios que guiarán la investigación son: • Describir el proceso metodológico del taller de Ojos Propios en Morococha que ha permitido a los pobladores participantes configurar una memoria colectiva propia. • Analizar los marcos y puntos de referencia que forman parte de la memoria de los pobladores morocochanos participantes del taller de fotografía de Ojos Propios en el contexto del reasentamiento. • Analizar las representaciones y discursos de memoria expresados en las fotografías que fueron generadas en el taller de Ojos Propios por los participantes morocochanos. Hipótesis de investigación: De acuerdo con las preguntas y objetivos que fueron presentados, planteo así las siguientes hipótesis de este trabajo: 1. Las fotografías generadas en los talleres participativos de Ojos Propios han permitido que los pobladores Morocochanos retraten aquellos marcos y referentes de su memoria, como espacios, celebraciones, personajes o símbolos que motivan y “encuadran” sus recuerdos. De esta manera, las imágenes permiten a los participantes mantener y posicionar 80 sus recuerdos a partir de dichos marcos y referentes, así como acceder a los mismos a partir de sus representaciones visuales. Por otro lado, las imágenes también hacen posible que los participantes compartan su memoria y de esta manera, se motive la difusión de los marcos y puntos de referencia compartidos. Por lo tanto, las fotografías se convierten en vehículos de la memoria porque el acto fotográfico motiva el proceso de rememoración, permite generar representaciones de los elementos que forman parte de su memoria y así materializarla, y por último, permite manifestar un discurso frente a la situación que cada participante experimenta en este complejo proceso de reasentamiento. 1.1 El taller de fotografía que fue ejecutado por Ojos Propios se basa en la metodología fotográfica participativa, la cual motiva la apropiación de la cámara y el aprendizaje del lenguaje fotográfico en una comunidad o grupo de personas que desea expresar un mensaje. A partir del aprendizaje teórico y práctico de la técnica fotográfica y el lenguaje visual, los pobladores morocochanos aprendieron a expresar su memoria mediante la configuración y producción de imágenes. 1.2 Los pobladores morocochanos participantes de la experiencia expresan e identifican los principales marcos y puntos de memoria, entre estos se encuentran los espacios colectivos, celebraciones o fiestas populares, elementos o símbolos de identidad y personajes de la comunidad. A partir de este recuento y reflexión nos es posible conocer y comprender la memoria colectiva que fue articulada en el proceso fotográfico y cuyos referentes se ven reflejados en las imágenes. 1.3 Las fotografías retratan, posicionan y reflejan aquellos marcos o elementos de memoria colectiva que fueron identificados por los participantes del taller de fotografía. Estas imágenes son construcciones personales y colectivas que contienen los principales espacios de la ciudad, los símbolos de identidad, las celebraciones de la población, las escenas de la vida cotidiana, las costumbres diarias de la población o los personajes familiares identificados por la mayoría de participantes. Así también, los participantes han reconocido que el trabajo fotográfico les ha permitido 81 elaborar un discurso de nostalgia, valoración, denuncia o reflexión frente a la antigua ciudad y a su vida en Carhuacoto. 3.2 Metodología de investigación La investigación tiene como objetivo principal demostrar que las fotografías generadas a partir de los talleres de Ojos Propios son vehículos de la memoria que han permitido a los participantes morocochanos configurar representaciones y expresar un discurso frente al reasentamiento de Morococha. Es así que ésta se desarrolla bajo una metodología cualitativa, donde resulta trascendental conocer los testimonios de los participantes respecto a su trabajo fotográfico, así como su experiencia en el proceso metodológico del taller de Morococha. Por lo tanto, propongo una metodología cualitativa porque deseo analizar el trabajo fotográfico, el taller de fotografía y la memoria sobre Morococha desde el punto de vista de quienes participaron y fueron los protagonistas del proceso, tomando en cuenta las percepciones, actitudes y expectativas en esta experiencia. Como la experiencia abarca un proceso de comunicación participativa que sustenta su importancia en la acción comunicativa de quienes se apropian de las herramientas de comunicación, de quienes antes eran vistos como los “otros”; se considera sumamente relevante para la investigación analizar las fotografías producidas durante los talleres de Morococha desde la perspectiva de los autores. Es decir, profundizar en el contexto, los recuerdos, las expectativas y emociones que las imágenes despiertan en sus propios autores. Se analiza e identifica así el propio testimonio de quienes elaboraron las piezas fotográficas, otorgando una voz a los participantes y difundiendo el discurso que se ha representado. Sin embargo, como una forma complementaria a este proceso de investigación cualitativa y con la intención de profundizar en el mensaje visual que fue elaborado en la experiencia, realizo el análisis semiótico de una fotografía representativa. Justifico la elección de este proceso porque el análisis semiótico permite concentrar nuestra atención en una fotografía, descubrir los elementos que la componen y los significados de la misma desde la 82 perspectiva del espectador y dejando de lado la opinión del autor. Siendo este otro alcance metodológico que me permite responder a los objetivos de investigación y que complementa la propuesta de investigación cualitativa; ya que así como se plantear recoger el testimonio de los autores, desde el análisis de una fotografía se tiene la intención de descubrir el mensaje visual desde la perspectiva del espectador y su lectura de la imagen. Por lo tanto, la investigación no está enfocada en crear o desarrollar una teoría fotográfica participativa del trabajo de la memoria, me interesa conocer y profundizar en el proceso de creación de las fotografías como discursos y mensajes, así como analizar las fotografías para conocer cuál es la memoria de Morococha, qué es lo que sienten los pobladores o cuáles son sus principales preocupaciones. 3.3Unidades de análisis Para demostrar que las fotografías generadas en el taller de Morococha son vehículos de la memoria que han permitido a los participantes configurar representaciones y generar un discurso frente al reasentamiento , el siguiente trabajo de investigación plantea describir el proceso metodológico del taller de Ojos Propios en Morococha; analizar los marcos y puntos de referencia que forman parte de la memoria de los pobladores morocochanos participantes del taller; y por último, analizar las representaciones y discursos de memoria expresados en las fotografías que fueron generadas en el taller de Ojos Propios por los participantes morocochanos. Para cumplir con estos objetivos de investigación se plantea como una unidad de análisis “el taller de fotografía”, porque, bajo la hipótesis de la investigación, a partir de la metodología que el taller propone los participantes aprendieron a expresarse a través del lenguaje visual, a utilizar la cámara como herramienta y generar sus propias fotografías. Así también, “los participantes del taller”, porque son ellos los protagonistas del proceso de reasentamiento y del taller de fotografía, autores y autoras que han configurado su memoria a través de las imágenes. Por último, “las fotografías”, porque son el resultado del taller de fotografía y aquellos elementos que expresan las representaciones y discursos sobre la 83 memoria de Morococha, convirtiéndose en las unidades de análisis principales en esta investigación El taller: La primera unidad de análisis comprende el taller de fotografía participativa llevado a cabo por la Asociación Ojos propios, con el Apoyo de la minera Chinalco y Social Capital Group en el Poblado de Morococha (Junín). El taller se desarrolló en el marco del reasentamiento de la ciudad de Morococha, siendo así parte del compromiso de la Minera Chinalco de mantener la memoria histórica y colectiva del poblado de Morococha (Ojos Propios: 2012). En esta experiencia participaron más de 200 personas (entre niños, jóvenes y adultos), quienes a través de la metodología planteada, fotografiaron y elaboraron imágenes para mantener y configurar una memoria colectiva de Morococha. Las sesiones del taller se realizaron entre julio y octubre del 2012, antes de la mudanza y el reasentamiento de la ciudad (Ojos Propios: 2012). La metodología participativa del taller está expresada en diferentes etapas; así, la experiencia fotográfica comprende el aprendizaje de conceptos teóricos sobre la fotografía, instrucciones sobre la técnica fotográfica y el uso de la imagen, la experimentación de los participantes, la etapa de evaluación de las fotografías producidas, la etapa de producción final de las fotografías y por último, la exposición final de las mismas. El evento de cierre de los talleres fue la inauguración del Museo de la Memoria en la nueva ciudad de Carhuacoto, donde las fotografías de los participantes se exponen junto al trabajo de Sebastián Rodríguez y la colección de TAFOS-Morococha (Ojos Propios: 2012). Los participantes: Como se ha mencionado en los párrafos anteriores, participaron de esta experiencia un promedio de 200 personas, un grupo humano compuesto por niños, jóvenes y adultos morocochanos quienes formaron parte de la iniciativa por interés, curiosidad o deseos de aprendizaje. De las personas que participaron en la experiencia, fueron 40 los autores y 84 autoras de las fotografías que forman parte de la muestra final del taller de Morococha. En su mayoría niños y adolescentes, pero también se contó con la participación de cuatro adultos, dos parejas de esposos y padres de un grupo de participantes. Todos los participantes eran habitantes del pueblo de Morococha, algunos morocochanos de nacimiento y otros migrantes de primera generación, quienes vinieron a la ciudad desde diferentes ciudades del Perú en busca de fuentes laborales. Los niños, jóvenes y adolescentes se encontraban estudiando en el colegio Ricardo Palma de la ciudad de Morococha, mientras los padres de familia trabajaban para la empresa minera y las madres eran madres de casa. Para fines de la investigación seleccioné una muestra representativa de los autores y autoras de las fotografías que forman parte colección fotográfica del taller, de esta manera, fueron 10 los participantes de colaboraron con la investigación. Entre ellos podemos encontrar a 8 adolescentes y 2 adultos. Debo mencionar que fue difícil encontrar a todos los participantes un año después de la experiencia, ya que algunos aún habitaban en la antigua ciudad de Morococha y otros no se habían registrado en Carhuacoto. La tensión y el conflicto social latente también fue un obstáculo para realizar la investigación. En el siguiente cuadro presento una relación de los 40 autores y autoras de las fotografías que forman parte de la muestra final de Morococha: entre las personas que accedieron a participar en la investigación se encuentran: Xamira Huertas, Soraida Acuña, Rosmery Lastra, Rocío Núñez, Mahycol Vargas, Juan Chambi, Juan Carlos Minaya, Jesús Hurtado, Anderson Paucar y Yeni Colla. Debo mencionar que se citan los testimonios de los participantes utilizando un “alías” por motivos de seguridad para los informantes; sin embargo, en el subcapítulo 4.2.3 “Las representaciones de la memoria: un análisis cualitativo de las fotografías” se utiliza el nombre verdadero de los participantes por derechos de autor de las fotografías. 85 Número Autor Edad 1 Xiomara Idelfonsio 12 2 Xamira Huertas 13 3 Walter Valladolid 17 4 Soraida Acuña 15 5 Sherilyn Lulo 17 6 Sarita Churapi 17 7 Roynaldo Huaynalaya 13 8 Rosmery Lastra 16 9 Rosario Lastra 13 10 Rolando Laura 18 11 Rocío Núñez 16 12 Ricardo Rodríguez 17 13 Raúl Villodas 13 14 Nicole Rojo 13 15 Mayumi Quispe 13 16 Mayra Cayetano 16 17 Marisol Yauri 17 18 Mahycol Vargas 12 19 Luis Lulo 14 20 Lucero Huerta 17 21 Juan Chambi 15 22 Juan Carlos Minaya 13 23 Joel Ravichagua 13 24 Jhordi de la Cruz 13 25 Jesús Tejada 16 26 Jesús Hurtado 43 27 Gimmy Pecho 13 86 28 Geraldy Portillo 12 29 Franklin Gutiérrez 12 30 Flemin Cierto 12 31 Efraín García 17 32 Eduardo Cisneros 12 33 Darwin Artica 12 34 Carlos Hurtado 14 35 Carita Pailán 43 36 Brian Solórzano 11 37 Anderson Paucar 14 38 Alex Fernández 17 39 Adelfo Zevallos 62 40 Yeni Colla 37 *Cuadro de elaboración propia a partir de la información brindada por Ojos Propios y Social Capital Group. Las fotografías: El eje de la investigación es el resultado de esta experiencia participativa, es decir, el conjunto de fotografías elaboradas por los participantes durante el proceso de aprendizaje, experimentación y producción del taller de fotografía participativa. Estamos hablando así de un total de 116 fotografías seleccionadas por los participantes y el personal de Ojos propios que se convierten en la muestra final del taller, se debe mencionar que se tiene acceso a esta muestra a través del álbum virtual de la Asociación Ojos Propios ubicado en la página Flickr28 (Ojos Propios: 2012) . 28 Para mayor información se puede visitar la siguiente página: https://www.flickr.com/photos/64439520@N08/sets/72157632603800330/ 87 Para fines de la investigación he seleccionado 30 fotografías29 como una muestra representativa de la experiencia, a partir de las cuales realizo un análisis más profundo desde una perspectiva cualitativa. Tomando en cuenta una propuesta metodológica que parte de la antropología visual, estas imágenes son comentadas e interpretadas por los propios autores; de esta forma, tuve acceso a las intenciones, recuerdos y significaciones que guardan las imágenes como elementos y catalizadores de memoria. La propuesta metodológica del taller concibe que cada imagen manifieste “la voz” del participante y por lo tanto, tengo la intención de analizar ese mensaje y discurso en esta investigación. Así también, he seleccionado una fotografía representativa de esta muestra para poder analizarla desde la semiótica, ya que deseo profundizar en el mensaje visual y en el significado de lo que se encuentra presentado desde otro alcance metodológico y desde otra perspectiva. Si bien el análisis cualitativo de las fotografías resalta los testimonios y las intenciones de los autores, esta parte de la investigación tiene el objetivo de analizar una pieza visual desde la perspectiva del espectador y concentrarse en el análisis de los signos plásticos e icónicos que ésta demuestra. Es por lo tanto un análisis complementario, que también me permite responder a los objetivos de mi investigación. Debo mencionar que las fotografías que son analizadas pertenecen a la Asociación fotográfica de Ojos Propios y a los autores y autoras del trabajo. Fueron utilizadas previa autorización de Andrés Longhi, director de Ojos Propios. 3.4 Técnicas de investigación Entrevistas semi-estructuradas: Se realizaron entrevistas semi-estructuradas a los participantes del taller de Morococha, específicamente a un grupo de autores de las fotografías que componen la muestra final del taller de Morococha. Esta herramienta fue aplicada con el objetivo de conocer los marcos y 29 Se justifica la elección de 30 fotografías como parte de una muestra del trabajo realizado en los talleres en la introducción del Subcapítulo “Las representaciones de la memoria: un análisis cualitativo de las fotografías”. 88 referentes de la memoria de los participantes del taller en el contexto del reasentamiento, así como también para analizar junto a ellos las representaciones y discursos de memoria expresados en su trabajo fotográfico. El uso de esta técnica de investigación es importante, ya que se permite a los participantes introducir nuevas temáticas, relatar testimonios o mencionar recuerdos sustanciales para la investigación. Así también, se debe mencionar que durante las entrevistas se utilizó las fotografías de los autores para motivar la discusión y reflexión sobre la ciudad de Morococha, el proceso de reasentamiento y el contenido que se ve representado30. El grupo de autores de la muestra final se encuentra conformado por 40 personas entre niños, jóvenes y adultos; bajo los parámetros de la investigación se ha seleccionado una muestra representativa de 10 personas, quienes fueron elegidas por la cantidad de piezas fotográficas que forman parte de la muestra final y su disponibilidad durante el proceso de investigación. Es necesario destacar que debido al proceso de reasentamiento y el conflicto social producido por éste, fue muy difícil conseguir los testimonios de un grupo de autores, ya que aún no se encontraban registrados en la nueva ciudad311; de esta manera se sabe que algunos participantes del taller se mudaron a otras poblaciones cercanas y otros habitan aún en la antigua ciudad de Morococha a la espera de la solución del conflicto. Además también debo mencionar que antes de realizar cada entrevista expliqué a los autores los motivos del estudio y pedí su participación voluntaria a partir de la firma de un documento de consentimiento informado. Dichas entrevistas fueron realizadas durante el período de trabajo de campo para la investigación, el cual se realizó durante la segunda 30 La herramienta utilizada para la investigación puede ser revisada en el Anexo 2 de este documento. 31 Es necesario mencionar que durante el trabajo de campo los participantes me recomendaron no entrevistar aquellas personas que aún habitan en la ciudad de Morococha, ya que se encuentran en contra de cualquier iniciativa o tema relacionado a la empresa Chinalco y por lo tanto, podía poner en riesgo mi seguridad personal. 89 semana del mes de octubre y la última semana del mes de noviembre del año 2013, en el distrito de Carhuacoto, Junín. Con el objetivo de conocer la experiencia de los talleres de Morococha, tener mayores alcances sobre el proceso de reasentamiento y analizar la metodología de los talleres se entrevistó también a las siguientes personas: • Andrés Longhi, director de la Asociación fotográfica Ojos Propios. Andrés fue el responsable de la gestión y ejecución de los talleres de Morococha, por ello fue sumamente importante contar con su testimonio y experiencia, especialmente para conocer a profundidad la metodología aplicada por Ojos Propios. Realicé tres entrevistas semi-estructuradas durante los meses de septiembre, octubre y noviembre del año 2013 en el Estudio de Ojos Propios ubicado en el distrito de Barranco, Lima. • Julio Casas, representante de Social Capital Group, gerente del proyecto de reasentamiento de la ciudad de Morococha. Las entrevista a Julio Casas tuvo el objetivo de conocer el proyecto de reasentamiento de la ciudad de Morococha, los motivos de la ejecución del taller y los principales resultados. Realicé la entrevista semi-estructurada durante el mes de noviembre del año 2013 en las oficinas de Social Capital Group ubicadas en el distrito de Miraflores, Lima. • Flor Osorio, representante de Social Capital Group, Analista Junior de Relaciones comunitarias en el proyecto de reasentamiento de la ciudad de Morococha. Flor Osorio fue quien me brindó la ubicación de los pobladores que se encontraban en el pueblo de Carhuacoto, así como también comentó algunos alcances sobre la experiencia y los principales resultados obtenidos. Realicé la entrevista semi- estructurada en el mes de octubre del año 2013 en el distrito de Carhuacoto, Junín. Análisis de las fotografías: A partir de los objetivos de la investigación, puedo decir que las fotografías se convierten en la unidad de análisis principal para comprender el proceso fotográfico desarrollado en 90 Morococha, así como también para analizar las representaciones y discursos articulados en las imágenes. Es por ese motivo que considero que las fotografías son el eje de la investigación, tomando en cuenta que las imágenes producidas durante el taller de Ojos Propios constituyen un proceso de comunicación sobre la memoria de la ciudad de la Morococha, siendo la fotografía soporte y proceso de memoria como lo menciona Guarini (Guarini 2002: 116-117). Por ello, para responder a los objetivos de la investigación configuré una matriz de análisis de las 116 fotografías que forman parte de la muestra final de los talleres de Morococha, la cual tiene el objetivo identificar el contenido y los principales aspectos técnicos de las imágenes. Se realiza así un proceso de organización, identificación y codificación de las fotografías que forman parte de la muestra final, proceso que no fue realizado por la Asociación Ojos Propios o la consultora encargada del proyecto32. Por otro lado, para comprender mejor el proceso metodológico del taller y los principales resultados del mismo, realicé una segunda clasificación y análisis de las imágenes. Se trata de una matriz que nos permite reconocer a los autores de la muestra final y su producción fotográfica, así también ofrece una clasificación temática de las fotografías, además de la identificación de los principales espacios, elementos y recuerdos representados. Como se menciona en los párrafos anteriores se ha utilizado la entrevista semi-estructurada para conocer las percepciones y expectativas de los participantes frente al reasentamiento, así como para recolectar y analizar aquellos testimonios, discursos y recuerdos expresados en las imágenes. Por ello, bajo una metodología etnográfica del uso de la imagen, se utiliza la fotografía durante entrevista como elemento de apoyo y como catalizador de reflexión y discusión del contenido que expresa la imagen. Utilizo el procedimiento de entrevista mediante la incitación fotográfica, en el cual la investigación es guiada por las imágenes (Singhal 2007:215,216); siendo mucho más relevante y valioso el proceso si es que la 32 Se puede encontrar este documento en el Anexo 1 de la investigación. 91 fotografía es producida por la persona entrevistada, lo cual facilita la rememoración de espacios, actividades o experiencias en los participantes. Una vez realizado este proceso analicé los datos obtenidos, considerando la identificación de la fotografía como documento de un archivo fotográfico (álbum virtual de Flickr); un análisis técnico de la imagen; y por último un análisis de contenido, en el cual se presentan los principales espacios y elementos encontrados, la elaboración de la pieza fotográfica y el significado o interpretación sobre su trabajo. Esta propuesta se elaboró a partir de los aportes de Pereyra, Álias y Brisset33, quienes ofrecen una estructura de análisis de la imágenes basada en la antropología de la imagen, la cual menciona que para comprender el significado de las fotografías y conocer el discurso que fue representando es muy importante considerar los testimonios y reflexiones de quienes elaboraron la imagen y bajo qué contexto se realizaron. Análisis semiótico de la fotografía representativa: Al ser una experiencia de fotografía participativa, son los pobladores quienes elaboran un mensaje, representan sus vivencias y expresan un discurso a través de las fotografías; por ello, como lo he mencionado anteriormente, es fundamental para la investigación considerar en primer lugar los testimonios, reflexiones e interpretaciones de quienes han producido las fotografías. Sin embargo, también resulta importante analizar el trabajo fotográfico producido en Morococha desde la perspectiva del espectador. Por ello, no se quiere dejar de lado el análisis semiótico como alcance complementario al proceso de investigación, teniendo en cuenta que la semiótica es una ciencia que permite abordar las imágenes fotográficas través de sus signos, su significación y los procesos de producción de sentido (Goday 2011:5).Es por ello que considero también relevante analizar el mensaje visual desde una perspectiva 33 Presentaré más detalles sobre la metodología utilizada en el acápite “Las representaciones de la memoria: Análisis cualitativo de las fotografías” del capítulo 4. 92 que me permita profundizar en la significación de la imagen, y así también comparar esta interpretación con la intención del autor y el resultado del trabajo fotográfico. La semiótica es la perspectiva desde la cual comencé esta investigación y que me permitió un acercamiento a la significación del trabajo fotográfico. En ese sentido, propongo el análisis semiótico de una fotografía representativa del taller de Morococha como parte de esta investigación, trabajo que pertenece a Yeni Colla y fue portada de la revista “Memoria y sueños”. Se ha elegido esta fotografía por la recomendación de Andrés Longhi, por ser la portada de la revista, por los comentarios de algunos participantes que fueron entrevistados y por una decisión personal. Analicé la fotografía bajo la postura teórica y metodológica de la semióloga Martine Joly, a través del libro “Introducción al análisis semiótico de la imagen” (Goday 2011:5). Martine Joly nos dice que la tarea del análisis es precisamente descifrar la significaciones que implican la aparente “naturalidad de los mensajes visuales” (Joly 2009: 49), se trata de comprender la significaciones del mensaje (Joly 2009:49); por ello Joly divide su propuesta en la descripción de la pieza fotográfica, el análisis del mensaje plástico y el análisis del mensaje icónico. 4. Capítulo IV: La fotografía como vehículo de la memoria en los talleres de Morococha Este capítulo tiene la intención de presentar el análisis de la información obtenida a partir de las metodologías y técnicas que fueron presentadas en el capítulo anterior. Mi intención es que el lector de esta investigación pueda conocer a profundidad el proceso fotográfico que fue generado en el taller de fotografía de Morococha, y sobre todo, que pueda acercarse y comprender las representaciones y discursos de memoria que guardan las fotografías producidas por los participantes morocochanos De esta manera, este capítulo se divide en dos partes. La primera, “El taller de fotografía de Morococha”, describe y analiza esta iniciativa, como propuesta y metodología que permitió a los participantes expresarse a través del lenguaje visual, utilizar una cámara, y generar a partir de ella una memoria sobre Morococha y el reasentamiento. La segunda, “Imágenes de la memoria y conflicto”, tiene la intención de presentar los principales marcos y elementos de la memoria identificados por los participantes, un análisis de las imágenes como vehículos de esa memoria y el análisis semiótico de una fotografía representativa de la muestra. 4.1 El taller de fotografía participativa de Morococha El siguiente acápite tiene el objetivo de presentar el marco en el cual se produjeron las fotografías que motivan el análisis de esta investigación; es decir, el taller de fotografía participativa desarrollado por Ojos Propios con la población de Morococha, como parte de una iniciativa previa al reasentamiento de los pobladores afectados por la ejecución del Proyecto Toromocho. El taller de fotografía se desarrolló entre los meses de julio y octubre del año 2012, meses previos al reasentamiento de la ciudad de Morococha; a través de la enseñanza de la técnica y el lenguaje fotográfico, la producción de imágenes y la exposición de las mismas, el taller tuvo la intención de mitigar el impacto social que produciría la mudanza a la nueva ciudad de Carhuacoto y la desaparición de Morococha 94 Para ello, propongo analizar el proceso metodológico del taller de Ojos Propios en Morococha, el cual ha permitido a los pobladores participantes configurar un discurso de memoria de la ciudad que dejarían de habitar. A partir de este análisis tengo la intención de conocer básicamente cuál fue la propuesta fotográfica, cómo se desarrolló el taller fotográfico en Morococha, cuál fue la metodología implementada y cuáles fueron los principales resultados obtenidos. Este acápite de investigación se basa en las entrevistas semi-estructuradas realizadas a Andrés Longhi, director de Ojos Propios; Julio Casas (SCG), gerente del proyecto de reasentamiento; Flor Osorio (SCG), analista junior del proyecto de reasentamiento; así también en los testimonios de 10 participantes de la experiencia fotográfica. Además se han considerado algunos documentos brindados por Ojos Propios sobre la metodología fotográfica y las fotografías que fueron producidas en el taller de Morococha. Para el análisis de la metodología implementada por los talleres fotográficos presentaré a manera de introducción la justificación de la iniciativa en el marco del proceso de reasentamiento, así como los principales aspectos de la misma. Luego, el análisis de la propuesta participativa y fotográfica como estrategia para la recuperación de la memoria, en base a los comentarios de los gestores y ejecutores. A continuación, la metodología fotográfica de Ojos Propios; es decir, las fases o etapas de la iniciativa, la experiencia de enseñanza y aprendizaje, y la forma de apropiación de la herramienta fotográfica. Así también presentaré la producción fotográfica realizada por los participantes, los principales temas abordados y los recuerdos que fueron retratados; y para finalizar presentaré las reflexiones finales de la experiencia, así como los resultados obtenidos. 4.1.1 El Taller de fotografía participativa de Morococha: a manera de introducción Según los participantes que fueron entrevistados, en el proceso de reasentamiento y mudanza de la ciudad de Morococha, una de la principales preocupaciones de la población fue la continuidad de la memoria de la ciudad; es decir, los pobladores sabían que al dejar Morococha dejaban atrás aquellos espacios, elementos o símbolos que formaban parte de su 95 identidad e historia, lo cual podría ocasionar un complejo proceso de crisis en la dinámica social morocochana. Para sustentar mejor esta idea puedo mencionar una cita de Halbwachs, quien afirma que cuando algún acontecimiento obliga a una persona o comunidad a transportarse a un nuevo entorno material, “se atraviesa por un periodo de crisis o incertidumbre, ya que las imágenes del exterior son inseparables de nuestro imaginario, la vida diaria y los acontecimientos que vivimos” (Halbwachs: 2004:131). Por lo tanto, al dejar Morococha, la población pierde aquellos referentes físicos que forman parte de su imaginario y memoria, lo cual podría ocasionar una resistencia al cambio y un proceso de crisis y sufrimiento por la pérdida del espacio material (Halbwachs 2004:138). Es así que frente al complejo proceso que enfrenta la población de Morococha, resulta muy importante considerar el espacio físico como elemento esencial en la configuración de la identidad de este grupo humano y el bienestar del mismo; ya que los espacios en los que vivimos adoptan significados y se convierten en símbolos de los acontecimientos de nuestra vida y puntos de apoyo de la existencia de una persona o comunidad. Por lo tanto, con el conocimiento del gran impacto que ocasionaría el proceso de reasentamiento en la comunidad Morocochana, la empresa minera Chinalco (en conjunto con Social Capital Group) planteó como uno de sus compromisos con la población el rescatar y mantener la memoria histórica de la ciudad de Morococha, reconociendo que debido a los cambios y el impacto social producidos por la mudanza ciertos aspectos históricos y sociales perderían vigencia. En base al análisis histórico que realicé en el Capítulo II “Sobre la ciudad de Morococha y el proceso de reasentamiento”, puedo decir que Morococha es una ciudad con más de 100 años de historia, un pueblo minero en esencia que ha contado con una vida dinámica y sindical, es una ciudad de migrantes y uno de los símbolos del desarrollo minero en nuestro país. Después del paso de diferentes empresas mineras por la ciudad y las transformaciones que éstas han ocasionado en su dinámica social, Morococha ahora enfrenta un momento decisivo para mantener su continuidad en el tiempo. Según Julio 96 Casas, gerente del Proyecto de reasentamiento de Morococha en Social Capital Group, la ejecución del reasentamiento significa dejar atrás toda la historia ahí gestada; es decir, las viviendas, los espacios públicos, centros comunales, el colegio, la iglesia, el parque y las plazas dejarían de existir para la población de Morococha, y junto con ellos aquellas memorias y recuerdos que forman la identidad su identidad (Julio Casas, SCG). De esta manera, a pesar de que la población se mudaría a una nueva ciudad con viviendas mejoradas y servicios de calidad, el olvido y la memoria histórica de la ciudad serían una gran preocupación a resolver en el proceso de reasentamiento. Julio Casas, gerente del proyecto de reasentamiento, comenta que una vez iniciado el proyecto se elaboró el Estudio de Impacto Ambiental correspondiente para evaluar las consecuencias de la mudanza en la dinámica y condiciones de la población. Dentro de aquellos temas analizados y de los posibles impactos que afectarían a la comunidad Morocochana, Social Capital Group tenía presente que la mudanza ocasionaría la perdida y el cambio de costumbres, tradiciones y lazos sociales que unían a la sociedad Morocochana: “[…] entre los impactos que empezamos a medir era el tema de que al derruirse la ciudad a futuro, de alguna manera, los espacios públicos o la dinámica que se había construido en la ciudad se iba a perder, entonces teníamos que hacer algo para que todo eso no se pierda” (Julio Casas, SCG). Por ello, para esta consultora, uno de los objetivos principales del proceso de reasentamiento fue mantener y reelaborar aquella memoria de la ciudad que se dejaba. De esta manera, si bien la empresa minera y la consultora tenían el objetivo de mantener y rescatar la memoria histórica de la ciudad, la pregunta radicaba en: ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo rescatar toda la memoria de la ciudad? ¿Cómo rescatar la vida y el empuje del morocochano gestado durante 100 años? Se sabe que la ciudad de Morococha fue uno de los centros mineros más importantes del país, según Julio Casas, llegó a tener más de 20000 habitantes provenientes de todas partes del Perú que acudían a Morococha en la búsqueda de un futuro mejor (Julio Casas, SCG); en la ciudad también se desarrollaron clubes sociales, sindicatos de trabajadores, centros educación y capacitación técnica, etc. ¿Cómo 97 expresar toda esa historia? ¿Cómo mantenerla vigente en una ciudad completamente nueva? Así, en respuesta a todas las interrogantes sobre la vigencia y continuidad de la memoria, cultura y tradición Morocochana, la empresa minera y la consultora SCG crean el “Museo de la memoria” de la nueva ciudad Carhuacoto; un espacio cultural que tiene el objetivo de acoger y narrar la historia de la ciudad. Para los gestores de este proyecto, la creación del Museo de la memoria tiene solo una motivación: resguardar y exponer todo aquello que representa la vida e historia de la ciudad de Morococha (Julio Casas, SCG). El museo sería el espacio cultural que permitiría mantener la vigencia histórica de la ciudad; sin embargo, aún quedaba una interrogante en este proyecto: ¿Cómo comenzar a recrear toda la historia de la ciudad y traer al presente el pasado de Morococha? Sobre ello, Julio Casas cuenta que en un inicio se pensó realizar entrevistas a profundidad a los adultos mayores de Morococha y así registrar sus historias y conocimientos sobre el pasado de la ciudad; no obstante, dicha estrategia no permitía presentar la historia de una manera interactiva y dinámica (Julio Casas, SCG). Por ello, la consultora entrevistó a gente que poseía fotografías antiguas preguntando cómo desarrollar el tema de la memoria histórica en la ciudad; la población comenzó a traer así sus objetos personales, aquellos elementos que narraban una historia personal o familiar y con ellos los mejores recuerdos de la ciudad. En base a esta experiencia, Flor Osorio (Analista Junior del Proyecto) comenta que luego de analizar colectiva y participativamente los objetos y las fotografías antiguas, los gestores de este proyecto de memoria vieron que la mejor alternativa de trabajar este tema era a través de la fotografía. Es decir, la consultora determinó que la mejor forma de trabajar en la memoria de la ciudad de Morococha era exponer un trabajo fotográfico en el Museo de la memoria, con el objetivo de difundir y otorgar continuidad a la vigencia histórica de la ciudad. En base a lo comentado por los entrevistados, la fotografía se presentaba como una herramienta visual y dinámica para la recuperación y construcción de la memoria en este proyecto. A diferencia de los otros recursos o metodologías y en base a la teoría elaborada 98 en capítulos anteriores, puedo decir que la fotografía es una forma dinámica, interactiva y práctica de trabajar la memoria de la población. Por otro lado, debemos tener en cuenta que además del trabajo fotográfico que la consultora pensaba realizar, la ciudad de Morococha ya contaba con un legado visual que representa el pasado y sociedad de los antiguos morocochanos, incrementando la relevancia e importancia de una iniciativa fotográfica por el trabajo de la memoria. De esta manera, la ciudad de Morococha tiene la fortuna de contar con información documental histórica a través del trabajo de Sebastián Rodríguez (morocochano de nacimiento), quien, junto con Martín Chambi, es uno de los dos mejores fotógrafos peruanos que lograron retratar la vida cotidiana de nuestro país a inicios del siglo pasado (Chinalco:2012). Desde la década de 1920, Sebastián trabajó como fotógrafo ambulante en diferentes centros mineros de la sierra centro como Yauli, San Cristóbal, Morococha y Mahr Túnel. En 1930 comenzó a trabajar como fotógrafo para la Compañía Minera Cerro de Pasco Copper Corporation y permaneció durante casi 40 años tomando fotos a los mineros que empezaban a trabajar para la compañía. Su obra se expone en el museo MOMA de Nueva York y nos trae imágenes de lo que fue esta ciudad en sus inicios, además permite recuperar la memoria de la identidad minera morocochana (Chinalco: 2012) Por otro lado, también son parte del legado visual de Morococha las fotografías generadas a partir de TAFOS o el Taller de fotografía social. En la década de los ochenta, Thomas Müller y su esposa Helga Müller, estuvieron en Morococha y lograron que los mismos pobladores retraten su ciudad. Las imágenes que obtuvieron también ayudan a reconstruir la historia de Morococha y junto a las fotografías de Sebastián Rodríguez forman parte del trabajo fotográfico que sería expuesto en el Museo de la Memoria de la nueva ciudad (Chinalco: 2012). En el marco de ambas colecciones fotográficas, tomando en cuenta los recursos visuales de memoria ya formulados en la ciudad y siguiendo la iniciativa de TAFOS, la consultora decidió que para fortalecer y formular la memoria de la ciudad en el presente se aplicaría un 99 trabajo fotográfico participativo. Como se menciona en el capítulo teórico de la investigación34, esta estrategia motiva a los pobladores a producir imágenes de su propia realidad y a través de ellas manifestar discursos visuales frente a una situación determinada; así como las fotografías de Sebastián Rodríguez y el trabajo de TAFOS, Julio Casas comenta que la producción de los pobladores sería también expuesta en el Museo de la memoria. A diferencia de un trabajo fotográfico documental que podría realizar un fotógrafo profesional, la experiencia fotográfica participativa convierte a los participantes en los autores de la historia visual de su ciudad, permite que ellos sean los que nos cuenten la historia de Morococha y los principales recuerdos que se tiene sobre la vida en la ciudad. Sobre ello, Julio Casas comenta que ya que se deseaba trabajar la memoria a través de una estrategia visual y además participativa, la consultora pensó inmediatamente en el trabajo de Ojos Propios: “[...]El equipo de trabajo tenía presente los antecedentes de los talleres de TAFOS como estrategia de comunicación participativa efectiva, entonces terminamos por enterarnos que la experiencia había sido más o menos recreada por Ojos Propios y tenía una propuesta que podía calzar, entonces un día nos sentamos a imaginar el proyecto con Andrés y a ver que podía pasar[…]” (Julio Casas, SCG). De esta manera SCG planteó trabajar la memoria histórica de la ciudad de Morococha a través de la estrategia fotográfica participativa que ofrecía Ojos Propios; Asociación fotográfica con experiencia en el campo y que ya había desarrollado talleres similares en otras situaciones y contextos. Bajo la dirección de Andrés Longhi, Ojos propios tendría la misión de trabajar con niños, jóvenes y adultos el proceso de recuperación de la memoria de Morococha produciendo imágenes, contando historias y seleccionado una muestra representativa de la experiencia. “[…] Vimos que la mejor manera de tener una memoria histórica era a través de la fotografía, entonces comenzaron a recuperar fotografías antiquísimas y dijimos que vamos 34 Se recomienda revisar el sub-capítulo: “La fotografía: proceso y metodología de comunicación”. 100 a trabajar con niños, jóvenes y adultos porque es clave que antes de la mudanza los pobladores comiencen a registrar sus vivencias y su imaginario cotidiano […]”. (Flor Osorio, SCG) La propuesta de Ojos propios está constituida por sesiones prácticas y teóricas que abarcan los aspectos generales de la disciplina fotográfica y el lenguaje visual. La asociación propone que los participantes aprendan cuestiones básicas del manejo técnico de la cámara y el lenguaje visual para poder expresarse a través de esta herramienta, el objetivo es que logren apropiarse de la cámara fotográfica y aprendan a comunicarse a través de sus imágenes. Para ello, como lo demostraré en los siguientes párrafos, Ojos Propios plantea un proceso de continua práctica y seguimiento, donde los participantes van identificando los elementos más importantes en la composición de una fotografía y elaborando imágenes en base a recuerdos personales. Las preguntas guía del trabajo y la experiencia serían la siguientes ¿Cómo te gustaría recordar Morococha? y ¿Si tú fueras Morococha, que parte de Morococha serías? La mudanza de la ciudad estuvo programada para el mes de noviembre del año 2012, por ello el taller de fotografía participativa se desarrolló durante los meses de julio, agosto, septiembre y octubre del mismo año en el local de SENCICO35 de la ciudad de Morococha. La iniciativa fue producida y ejecutada por el equipo de Ojos Propios y contó con el apoyo de la consultora Social Capital Group para la gestión de los espacios y la coordinación con los representantes del proyecto. Según Andrés Longhi y Julio Casas, la municipalidad de Morococha no intervino en el desarrollo de los talleres, ya que la iniciativa era parte del plan de mitigación del impacto social del reasentamiento de parte de la minera Chinalco y la consultora Social Capital Group. Durante esos meses, la experiencia fotográfica estuvo dividida en cuatro etapas : la convocatoria a los talleres de fotografía, enfocada en motivar la participación de niños, 35 SENCICO es el Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción, me refiero a la escuela de formación técnica ubicada en la ciudad de Morococha, cuyo local se utilizó para la ejecución de los talleres de fotografía. 101 jóvenes y adultos; las sesiones teóricas, en las cuales se capacitaba a la población en los fundamentos técnicos fotográficos ( luz, formas, composición, encuadre, etcétera); las sesiones prácticas, salidas de campo en compañía de tutores asignados; y finalmente, la selección de la muestra final y la exposición en el Museo de la Memoria, la cual se realizó en el mes de noviembre en la ciudad de Carhuacoto. El taller contó con la participación de más de 200 personas, entre niños jóvenes y adultos; quienes colaboraron con la memoria visual de la ciudad a través de sus fotografías, siendo 40 los autores seleccionados para la muestra final de toda la experiencia, la cual se mantiene expuesta en el Museo de la Memoria de Carhuacoto. Se produjo más de 7000 fotografías dentro del taller de fotografía de Morococha, muchas de ellas imágenes de la vida cotidiana de la ciudad, de espacios colectivos, personajes, costumbres y tradiciones Morocochanas. De estas fotografías, 116 fueron seleccionadas colectivamente para formar parte de la muestra final y actualmente se encuentran expuestas en el Museo de la Memoria, así como en el álbum virtual de Ojos Propios en la página Flickr (Ojos Propios 2012). Entre los principales temas que fueron abordados por los autores se encuentran imágenes y retratos relacionados a la niñez de Morococha; así como fotografías de escenarios y elementos urbanos, como plazas, parques, calles o monumentos. Así también se observan imágenes de aquellos espacios tradicionales y colectivos, como el estadio de futbol o la lavandería de la ciudad. Por otro lado, podemos observar también algunas fotografías de viviendas y espacios interiores del hogar de los participantes; retratos de la vida cotidiana, como el lavado de la ropa o los comercios del barrio; así también imágenes de los paisajes que rodeaban la ciudad, como nevados, montañas, lagunas, etc. Se puede decir que también se elaboraron imágenes sobre algunos personajes de la memoria colectiva morocochana, como el “guardián del templo” o “la señora del mercado”. Otras fotografías retratan elementos relacionados a la actividad minera que rodea la ciudad y otras capturan espacios históricos. Finalmente, se observa que los participantes han elaborado fotografías que retratan al cerro Toromocho como personaje principal de la ciudad. 102 De esta manera la población morocochana tuvo la oportunidad de formular una memoria tanto personal como colectiva y manifestar un discurso visual frente al complejo proceso de reasentamiento. Las fotografías permiten observar las diferentes percepciones, valoraciones e imaginarios de los pobladores que habitaban la ciudad, las cuales se elaboraron con el objetivo de ser expuestas y compartidas con el resto de la población. Si bien el funcionamiento del Museo de la Memoria36 se vio interrumpido durante algunos meses por el conflicto social producido a raíz del proceso de reasentamiento, los autores mantienen las fotografías digitales como parte de una colección personal y esperan continuar con otra iniciativa fotográfica en la nueva ciudad Carhuacoto. 4.1.2. Los objetivos y la propuesta fotográfica En el marco del proyecto de reasentamiento de Morococha a cargo de la minera Chinalco, la Asociación Ojos Propios, con el apoyo de la consultora Social Capital Group, convocó y desarrolló un taller de fotografía participativa para que los pobladores morocochanos pudieran captar en imágenes los recuerdos que deseaban llevarse de la antigua ciudad, y a través de éstas, mantener viva la memoria de Morococha37 (Chinalco: 2012). Como lo he mencionado, el taller de fotografía participativa de Morococha tenía el objetivo de instruir y capacitar a los pobladores morocochanos en la práctica y técnica fotográfica para que puedan apropiarse de esta herramienta, retratar la vida cotidiana de la ciudad y elaborar historias visuales que sean parte de la memoria de la Morococha, la fotografía se convierte así en el vehículo de la memoria. Respecto a ello, Borges (autor presente en el marco teórico de la investigación) dice que en la metodología fotográfica participativa, al apropiarse del lenguaje fotográfico, las comunidades construyen un discurso que posee 36 Hasta noviembre del año 2012 el Museo se mantenía cerrado; sin embargo, según los representantes de SCG, el alcalde de Morococha había aceptado asumir la administración del Museo y planificaba su pronta reinauguración. 37 Extracto del texto publicado en el Museo de la memoria de la ciudad de Carhuacoto, durante la inauguración de la muestra fotográfica en noviembre del año 2012. 103 significados y códigos propios, así es como la fotografía se convierte en el medio para preservar una memoria personal (Borges 2010:197). Esta iniciativa plantea la participación activa de los ciudadanos morocochanos, pretende que una vez capacitados en la técnica y el lenguaje visual sean capaces de producir imágenes que representen y simbolicen la vida en la ciudad de Morococha, las costumbres, tradiciones y los recuerdos de ella. Para Julio Casas, la propuesta fotográfica está enfocada en que los pobladores sean los responsables de elaborar su propia memoria visual, que tengan la oportunidad de relatar su experiencia y recuerdos de la ciudad a través de las imágenes y que la gente pueda reconocerse en cada fotografía (Julio Casas, SCG). Como se ha mencionado en el marco teórico de la investigación, la fotografía participativa pone la cámara en las manos de las personas para que éstas puedan documentar y compartir su realidad (Wang 1999, Wang y Burris 1994), cumpliendo así los talleres de Morococha con las características de esta metodología. El taller de fotografía participativa de Ojos Propios abarca un conjunto de sesiones prácticas y teóricas sobre la disciplina fotográfica y la forma de narrar una historia a través de la imagen. Andrés Longhi comenta que aquellas personas que participaron de la iniciativa no solo recibieron lecciones sobre el manejo técnico de la cámara fotográfica, también, y aún más importante, aprendieron a narrar sus historias personales a través de las imágenes para que la fotografía pueda convertirse en un medio eficaz de expresión y comunicación (Andrés Longhi, Ojos Propios). Por ello, para el director de Ojos Propios, el uso de la cámara fotográfica no se basa en la tecnología, se enfoca principalmente en contar historias a través de las fotografías. De esta manera Andrés comenta que: “[…] No basta con saber el manejo técnico de la cámara fotográfica, tienes que ponerle mucho más, lo que es tu historia personal, lo que es tu fuerza para mirar cosas y el por qué estas mirando más cosas” (Andrés Longhi, Ojos Propios).En ese sentido, se podría decir que la propuesta del taller de fotografía va más allá de capacitar técnicamente a los participantes, más bien está enfocada en enseñar a la gente a expresarse y comunicarse a través de las fotografías: “[…] hay un cerebro inteligente detrás del ojo 104 humano y una cámara fotográfica no lo tiene. Se les plantea lo que dice Susan Sontag, o sea la fotografía es solo tecnología y es por su uso que se convierte en lenguaje” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Así, según los realizadores, la experiencia está enfocada en que cada participante adquiera una lenguaje propio para narrar su vida a través de las imágenes y que cada fotografía exprese un significado personal y colectivo para la comunidad morocochana. La propuesta plantea que los morocochanos logren transmitir a través de las fotografías las diferentes emociones, opiniones y recuerdos que han surgido en el contexto del reasentamiento; y así también, que una vez expuestas, la población pueda rememorar, compartir experiencias y fortalecer su identidad a través de las fotografías. “[…] Las fotografías de ellos responden a la forma personal de contar una historia, ya que los participantes tenían otros códigos para hacer sentir lo fantástico que era vivir entre ellos y en la ciudad de Morococha; entonces empiezan a descubrir realmente que las emociones pueden ser fácilmente retransmitidas con un código visual” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Para Andrés, el taller de fotografía tiene el objetivo de retratar la emoción de un pueblo, que las imágenes puedan expresar lo que cada participante quiso decir en el momento del reasentamiento, siendo la metodología participativa uno de los puntos más relevantes y significativos en la experiencia. Es decir, se opta por la metodología participativa porque cada espacio, elemento o escena es comprendido de una manera diferente por los habitantes de Morococha; siendo ellos los protagonistas del proceso y por lo tanto los más indicados para elaborar una narración visual de esa experiencia. Como lo he mencionado en los párrafos anteriores, la consultora encargada del reasentamiento de Morococha buscaba una estrategia participativa, dinámica e interactiva para el trabajo y la conservación de la memoria histórica de la ciudad. Para Julio Casas, la fotografía participativa permitía no sólo generar elementos visuales para el Museo de la Memoria, así también motivaba y promovía la participación de la población permitiendo a los participantes expresar y plasmar sus experiencias y recuerdos (Julio Casas, SCG). Como lo dice Caroline Wang, la metodología participativa plantea que los participantes se 105 conviertan en sujetos activos en el proceso fotográfico y en la configuración del discurso de memoria (Wang 1997:371); así, la población morocochana dejaba de ser objeto en la acción fotográfica y se convertían en autores de las imágenes, manifestando discursos y narraciones visuales propias. “[…]Yo creo que la historia es una memoria que la recrean las personas, entonces dijimos que los que conocen la historia de Morococha, es decir, cómo se divierten, cómo juegan, cómo lavan o cómo estudian son los mismos Morocochanos. Nosotros podíamos tomar fotos espectaculares, pero no significaban nada para la vida de la gente […]” (Julio Casas, SCG). Según el análisis teórico de la metodología fotográfica participativa, Huarcaya menciona que en iniciativas como ésta, se propone que la fotografía sirva como medio de inclusión y expresión para sectores de la población que no tienen la oportunidad de manifestar abiertamente su opinión (Huarcaya 2006:40,41); por ello como en esta ocasión, se trata de “dar voz a los que no tienen voz” a través del lenguaje visual. Huarcaya menciona que básicamente este tipo de experiencias tienen el fin de documentar la vida de los grupos para la afirmación de una identidad propia y hacer visible lo invisible produciendo documentos visuales que nos permiten conocer lo no vemos (Huarcaya 2006: 40,41). Además, la consultora SCG optó por una estrategia participativa en el trabajo fotográfico, ya que la experiencia debía formar parte de la línea de acción del proyecto de reasentamiento. Julio Casas dice que en todo el proceso de consulta se ha motivado la participación de la población de Morococha para poder obtener opiniones y críticas de las propuestas sobre la nueva ciudad (Julio Casas, SCG): “[…] Durante todo el proceso de consulta del reasentamiento hemos hecho varias formas en las cuales tratábamos que la gente participe. Un día se organizó un taller con los niños y se les indicó que dibujen cómo les gustaría que fuera la nueva ciudad. Los niñitos dibujaron la ciudad y fue una experiencia simpática porque era verde, no había minas, había plazas y uno decía: bueno esto es lo que les debe faltar. Había baños y veredas. Fue interesante y los niños tenían esa percepción de que así querían que sea su ciudad, de esa forma vimos que lo gráfico y visual les podía ayudar a expresar lo que piensan […]” (Julio Casas, SCG). 106 Como lo menciona Andrés Longhi: “[…] Los protagonistas de las historias son los únicos autorizados a contar su historia para hacer que su memoria sea auténtica […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). El taller de fotografía tenía la intención de empoderar a los ciudadanos a través del uso de la cámara fotográfica y nos permite conocer a través de las imágenes aquellas opiniones y sentimientos de los pobladores que se vieron afectados por este proceso de cambio. A partir de los comentarios y apreciaciones de quienes ejecutaron la experiencia puedo decir que en vez de permanecer como sujetos pasivos en este contexto de reasentamiento, la población morocochana se ha transformado en un sujeto activo a partir del manejo de la cámara, la comprensión del lenguaje visual y la configuración de un discurso de memoria, cumpliendo así la experiencia con las pautas metodológicas sobre esta metodología que fueron presentadas en el capítulo teórico38. 4.1.3 Equipo encargado del taller Como se sabe, esta experiencia fotográfica fue parte del proyecto de reasentamiento de la ciudad de Morococha, el cual aún es llevado a cabo por la empresa minera encargada de la ejecución de proyecto Toromocho, Chinalco S.A. Para gestionar el ámbito social del reasentamiento, Chinalco convocó a la consultora Social Capital Group, cuyo trabajo se enfoca en reducir el impacto social que el proceso de reasentamiento puede causar en la población de Morococha. Como lo he mencionado en párrafos anteriores, en el marco de una iniciativa para trabajar y salvaguardar la vigencia histórica y la memoria de la ciudad de Morococha, Social Capital Group convoca a la Asociación Ojos Propios en julio del año 2012, con el objetivo de desarrollar un proyecto fotográfico participativo con los pobladores de Morococha, motivando así la producción de recursos visuales de memoria. De esta manera, el taller de fotografía de Morococha fue financiado por la empresa minera Chinalco y gestionado por la consultora Social Capital Group. Bajo la dirección de Andrés 38 Para mayor información sobre la metodología fotográfica participativa volver al Capítulo 1.2 “La fotografía: proceso y metodología de comunicación”. 107 Longhi, la Asociación fotográfica Ojos Propios se encargó de la producción y ejecución del taller de fotografía de Morococha, así también de la curaduría e instalación de las imágenes en el Museo de la memoria de la ciudad de Carhuacoto. Además, un equipo de la consultora SCG acompañó el desarrollo del taller de fotografía y brindó la asesoría necesaria a los integrantes de Ojos Propios. En las siguientes líneas presento un breve perfil de las instituciones que se encargaron de la gestión, producción y ejecución del taller de fotografía y la muestra final en el Museo de la Memoria. Debo mencionar que la iniciativa no requirió de la intervención de otra institución pública o privada; sin embargo, según los testimonios recolectados, la municipalidad de Morococha se encontraba informada del desarrollo de los talleres39: a) La consultora Social Capital Group Es una empresa de consultoría especializada en temas de gestión social, se encarga de la gestión de temas y asuntos sociales vinculados a los grandes proyectos de inversión (Julio Casas, SCG). Al ser el reasentamiento de una población uno de los impactos sociales más grandes en un proyecto de inversión, Perú Copper contrató a Social Capital Group para manejar el sistema de reasentamiento dentro del Programa de Relaciones Comunitarias en el año 2006, año en el que la población morocochana aprobó el reasentamiento de la ciudad a través de un proceso de consulta previa. En el 2008, la nueva empresa encargada del proyecto Toromocho, Chinalco, renueva el contrato a la consultora Social Capital Group. Durante el reasentamiento y la construcción de la nueva ciudad, la consultora se encarga de una serie de procesos de consulta, participación ciudadana, gestión de información y la toma de decisiones para orientar la mudanza de la población de Morococha (Julio Casas, SCG)40. 39 La información relacionada a Chinalco se encuentra en el Capítulo II “Sobre Morococha y el proceso de reasentamiento”. 40 Se puede encontrar mayor información sobre las funciones y participación de la consultora Social Capital Group en el capítulo dos de la presente investigación “Sobre la ciudad de Morococha y el proceso de reasentamiento”. 108 b) La Asociación fotográfica Ojos Propios Es una asociación de comunicación visual que se encuentra comprometida en la generación de talleres, cursos y espacios de encuentro para todo el público interesado en expresarse y conocerse a través de la fotografía. Tiene el objetivo de capacitar en la técnica fotográfica y el lenguaje visual a partir de la metodología fotográfica participativa, permitiendo el intercambio de experiencias e historias y estableciendo como premisa de trabajo la publicación de lo experimentado y aprendido (Ojos Propios: 2012) Bajo la dirección de Andrés Longhi, Ojos Propios ha establecido como misión de trabajo mirar el país desde adentro y crear el autorretrato de las diferentes comunidades que viven en él, a partir de las fotos tomadas por sus pobladores y protagonistas. Por ello, la Asociación desea rescatar y valorar la fotografía como una manifestación popular, desde el ámbito profesional hasta el ámbito cotidiano, motivar la producción de imágenes que sirvan como medio de comunicación y formas de expresión de una realidad determinada (Ojos Propios: 2012). Según Andrés Longhi la asociación rescata el valor de la fotografía en todas sus manifestaciones, periodística y antropológica. Es así que trabaja en la democratización de esta herramienta en distintas comunidades del Perú, generando iniciativas relacionadas al fortalecimiento de la memoria de los pueblos, el rescate de sus tradiciones, la denuncia de una realidad, la celebración de un logro o el fortalecimiento de sus lazos sociales(Ojos Propios:2012). Según Ojos Propios, la propuesta de fotografía popular que es trabajada genera corrientes de opinión desde los mismos protagonistas, construye y consolida sistemas y medios alternativos de comunicación, registra visualmente el desarrollo social e histórico de las comunidades, desarrolla y fortalece capacidades de comunicación, contribuye a solucionar problemas comunitarios y celebrar sus logros (Ojos Propios:2012). En las diferentes provincias del Perú, la asociación ha realizado aproximadamente 20 talleres en los que han participado más de 1000 participantes, producido más de 28 000 fotografías, ocho exposiciones, 22 publicaciones y 24 microprogramas de televisión. Así también es necesario resaltar que desde hace un año las fotografías de Ojos Propios son 109 parte de la colección de fotografía popular de la Biblioteca Nacional del Perú, como parte de la exposición autorretrato del Perú (Ojos Propios: 2012). c) El equipo de trabajo en los talleres participativos de Morococha Al ser el productor y ejecutor de la propuesta, Ojos Propios se encontraba representado por un gran equipo que contaba con la ayuda y asesoría de la consultora Social Capital Group. Durante el taller de Morococha el equipo de Ojos Propios estuvo conformado por Andrés Longhi, director de la Asociación Ojos Propios; Rocío Lecaros como productora del taller; y Trilce Longhi como asistente de producción. Así también, la asociación contó con la participación de tutores, quienes fueron los responsables de realizar un acompañamiento y asesoría a los pobladores durante el trabajo fotográfico; este grupo estuvo conformado por: Oscar Pacusich, Jaen Mujica, Ademir Espíritu, Guillermo Figueroa, Alexis León y María Eugenia Moyano (Andrés Longhi, Ojos Propios). De esta manera, para la ejecución de los talleres de Morococha el equipo de Ojos Propios estuvo conformado por nueve personas, quienes fueron las encargadas de la producción, ejecución y acompañamiento de los talleres fotográficos. La Asociación realizó reuniones previas con todo el equipo de trabajo con el objetivo de coordinar el contenido del taller y capacitar a los tutores de las sesiones de prácticas. Andrés Longhi comenta que la preparación y ejecución del taller fue una experiencia ardua y compleja, pero a la vez muy gratificante ya que no esperaban la acogida que tuvo el taller en la población morocochana (Andrés Longhi, Ojos Propios). De esta manera, él comenta que todos debieron cumplir funciones no programadas, ya que se habían superado las expectativas de trabajo: “[…] nosotros programamos el trabajo con 40 personas, entonces había que multiplicar, entonces yo tuve dos grupos. Me camine todo Morococha antigua dos o tres veces al día. No ha sido fácil pero también ha sido una cosa linda […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Es así que el equipo de Ojos Propios estuvo integrado por personas capacitadas que compartían la metodología fotográfica; sin embargo, al momento de trabajar directamente con la población el director comenta que el equipo humano no era suficiente y muchos de ellos debieron repetir su labor con diferentes grupos de participantes. 110 4.1.4 Metodología y las fases del taller El taller de fotografía en Morococha se desarrolló entre los meses de julio y octubre del año 2012, siendo la exposición final en el mes de noviembre. La propuesta fotográfica estuvo dividida en cuatro etapas de trabajo: la convocatoria al taller de fotografía, la cual fue realizada por la consultora SCG y la Asociación Ojos Propios en las primeras semanas de julio; las sesiones teóricas, que abarcaban la enseñanza del lenguaje visual y la técnica fotografía; las sesiones prácticas, clases complementarias a las sesiones teóricas; y por último la Exposición y Muestra final, la cual incluye la selección colectiva de las fotografías que fueron expuestas. El siguiente cuadro fue elaborado para organizar el proceso de desarrollo del taller de Morococha y estructurar los temas propuestos por la Asociación Ojos Propios Metodología y etapas de trabajo en el Taller de fotografía de Morococha Etapa 1 Etapa 2 Etapa 3 Etapa 4 Julio Agosto-Septiembre-Octubre Noviembre 1.Convocatoria 2.Sesiones teóricas 3.Sesiones prácticas 4.Exposición de la muestra final 111 • Convocatoria al taller • Presentación del taller • La fotografía: recuerdos y memoria • Sesión de técnica fotográfica • Composición fotográfica: luz, formas, historia y momento decisivo • Narración: ver y mirar • Signos y símbolos visuales • Sebastián Rodríguez: historia y obra fotográfica • Ejercicios de exploración y memoria • Ejercicio de técnica fotográfica • Tarea de composición • Tarea de narración • Tarea de Signos y símbolos visuales • Tarea sobre el trabajo de Sebastián Rodríguez • Trabajo de Campo • Revisiones • Trabajo de campo • Revisiones • Impresión de las fotografías • Identificación de las fotografías • Selección colectiva • Selección por el equipo de Ojos Propios • Montaje de las fotografías • Exposición final *Cuadro de elaboración propia. Se debe tener en cuenta que la Asociación Ojos Propios no contaba con las fechas exactas en las que se realizaron las sesiones. 4.1.4.1. Convocatoria al taller de fotografía El taller de fotografía tenía el objetivo de motivar la participación de la población de Morococha en la configuración de su memoria; tanto niños, jóvenes y adultos estaban invitados a participar de la experiencia. Sin embargo, la participación en el taller de fotografía estaba dirigida a niños y jóvenes que se encuentren por lo menos cursando el nivel secundario, siendo este uno de los requisitos para poder participar. Para anunciar y promocionar esta iniciativa, Ojos Propios y SCG realizaron la convocatoria del taller a través de pancartas, afiches y volantes repartidos por toda la ciudad; en dichas piezas de comunicación se publicó la hora, fecha y lugar de la sesión introductoria al taller. 112 Así también los miembros del equipo ejecutor visitaron las aulas del colegio secundario “Ricardo Palma” para motivar la participación de los alumnos (Andrés Longhi, Ojos Propios). Respecto a la convocatoria y a cómo se enteraron de los talleres de fotografía, uno de los participantes comenta lo siguiente: “[…] De Chinalco han venido cuando nosotros estábamos jugando partido diciendo: ¿No quieres estar en un taller de fotografía?, entonces nos hemos anotado nuestros nombres” (Miguel, 12 años). Por otro lado, Jorge, uno de los adultos participantes, comenta que recibió la convocatoria del taller de parte de los vecinos y amigos de su barrio, es así que mandó a sus hijos a los talleres, los acompañó a las sesiones y se animó a participar de ellas: “[…] Me entere por boca de los vecinos del taller de fotografía y con mi esposa decidimos mandarlos a los niños y los acompañé, vi algunas cosas interesantes. Yo no lo conocía al señor Longhi y lo llamé a un costado, le dije si podía participar porque a mí me gusta la fotografía, él aceptó gustoso y participé en ese taller” (Jorge, 43 años). Rosana (16) fue una de las autoras que se enteró de taller de fotografía a través de una convocatoria realizada en su colegio; ella comenta que los organizadores invitaron a todo el colegio secundario, y si bien al principio una gran parte asistió a la reunión introductoria, muy pocos fueron los que cumplieron todas las etapas propuestas por el taller (Rosana, 16 años). Así también Mery comenta lo siguiente: “[…] Estábamos en un grupo de amigos y se apareció Rocío (productora del taller) y nos dijo: chicas hay una taller de fotografía, y nosotros dijimos: ¿De qué se trata? Bueno nos pareció interesante lo que nos contó y asistimos a la primera clase” (Mery, 16 años). Así Mery cuenta como se enteró de los talleres de fotografía y de su interés por vivir una nueva experiencia; aunque al principio no tenía muchos ánimos de entrar al taller se dio cuenta que podía ser una oportunidad de conocer algo nuevo. Como lo he demostrado, muchas de las personas que asistieron al taller lo hicieron por curiosidad, distracción o interés de aprender a manejar un equipo fotográfico; tanto niños, jóvenes y adultos querían saber de qué se trataba la experiencia y encontrar en ella alguna 113 distracción o posible oficio. Es así que a la primera sesión de presentación de la experiencia asistieron más de 100 personas; según Andrés Longhi, fueron muchas más personas de lo esperado, los jóvenes habían asistido con sus hermanos más pequeños y otros niños estaban acompañados de sus padres, de esta manera se dieron cuenta que habían convocado a un público de todas las edades (Andrés Longhi, Ojos Propios). En esta sesión introductoria, Ojos Propios presentó los principales aspectos y características de la iniciativa fotográfica que sería desarrollada en la población. Además, como una práctica modelo, el equipo trabajó el tema de memoria a través del dibujo, ya que habían asistido muchas personas y aún no podían hacer uso de la cámara fotográfica. Es así que en la presentación del taller el equipo intentó motivar los recuerdos y la memoria de la ciudad a través de la expresión gráfica, planteando una especie de introducción al trabajo visual que se llevaría a cabo en las siguientes sesiones (Andrés Longhi, Ojos Propios); así, tantos adultos y niños tuvieron la oportunidad de participar de esta primera sesión. Andrés Longhi comenta: “En la primera sesión, a manera de introducción, dibujaron porque obviamente no tenían la oportunidad de coger la cámara fotográfica porque algunos eran muy chiquitos. Empezaron a expresar con el lápiz y papel todo sobre su memoria, o sea por ejemplo se les preguntaba: ¿cuál es la parte más bonita que recuerdas de Morococha? y dibujaban el colegio, el casco o el Toromocho […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Luego de la sesión introductoria, aquellos niños, jóvenes y adultos que se encontraron interesados por la propuesta se inscribieron para participar en el taller de fotografía. Como lo cuentan los autores, si bien al inicio de las sesiones la población asistía continuamente, fueron pocos los que asistieron hasta las sesiones finales. Según Andrés Longhi, solo algunos autores mostraban continuidad y perseverancia en el trabajo fotográfico, y fueron ellos quienes formaron parte de la muestra final. Según los comentarios de los entrevistados, solo aquellos que se encontraron verdaderamente interesados en la disciplina fotográfica asistieron a todas la sesiones y mostraron un posible potencial en el oficio. 114 Por lo tanto si bien se menciona que alrededor de 200 personas participaron de la experiencia, aproximadamente 40 asistieron a todas las sesiones y participaron de la muestra final; el resto de la población no mantenía una constancia en sus asistencia, pero si tuvo un acercamiento a la cámara fotográfica y la oportunidad de generar algunas imágenes. 4.1.4.2 La etapa de aprendizaje: sesiones teóricas y prácticas Según Andrés Longhi esta fue una iniciativa enfocada en enseñar a la población morocochana los aspectos teóricos y técnicos más básicos de la fotografía para que cada uno de los pobladores tuviera la oportunidad de usar esta herramienta y retratar su experiencia de vida en Morococha. Para muchos, por primera vez se presentaba a la fotografía como una herramienta de expresión visual que podían utilizar y manipular libremente, así también la propuesta tenía la intención de que los pobladores aprendan a narrar una historia o experiencia a través de las imágenes. Así, como se observa en el cuadro anterior, los talleres se encontraban divididos en sesiones prácticas y sesiones teóricas, las cuales se realizaron paralelamente entre los meses de agosto, septiembre y octubre. Sobre el contenido de las sesiones, los participantes que fueron entrevistados comentaron que se les enseñó principios básicos de la fotografía (como el uso de la luz, la posición de los objetos, el uso las formas y la posición de la cámara), así como fotografías de otros autores (algunas de Morococha pertenecientes a Sebastián Rodríguez) las cuales podían utilizar como referentes en sus trabajos. Por ejemplo, Darío reconoce que observó y aprendió de las fotografías que fueron mostradas, además de que éstas le sirvieron como ejemplo para seleccionar las escenas que quería fotografiar (Darío, 15 años). De esta manera, se puede decir los participantes toman como ejemplo las fotos antiguas de la ciudad, los espacios y elementos que se encuentran en ellas para buscarlos y fotografiarlos en la actualidad. Por otro lado, Darío (15), Sara (13) y Ximena (15) cuentan que las salidas grupales en compañía del tutor fueron una parte muy importante de su aprendizaje. Ellas comentan que 115 mientras paseaban por la ciudad aprendían cómo y qué escena seleccionar para que la fotografía salga mejor, es decir, ponían en práctica todo lo que fue aprendido en la parte técnica y teórica del taller. Junto a sus asesores de campo iban a explorar la ciudad en busca de escenas cotidianas, situaciones de la vida diaria, elementos que llamen la atención, escenas de luces y sombras o cualquier otro momento que represente su vida en la ciudad de Morococha. La mayoría de los entrevistados manifestó que las prácticas de campo y la apropiación de la cámara fotográfica fueron un elemento clave para entender mejor las clases teóricas y aprender a fotografiar: “[…] salíamos a tomar fotos por las calles de diversas maneras, luego volvíamos y nos calificaban. Aprendíamos varias cosas de las sombras, cómo ponerse para tomar una foto y esas cosas paseando por Morococha” (Rosana, 16 años). De esta manera, según los testimonios recolectados, puedo decir que los participantes han reconocido las principales características de cada sesión y la importancia de la apropiación de la herramienta; así, los autores valoran también la influencia de las fotografías de Sebastián Rodríguez y las principales pautas en la técnica fotográfica como conceptos clave en el proceso de aprendizaje. Por otro lado, al parecer todos los autores entrevistados han disfrutado de las salidas de campo y las sesiones de práctica que se realizaban en el taller, además, puedo determinar que existe una valoración especial hacia la compañía del tutor durante los momentos de exploración. Estos comentarios y reflexiones permiten conocer las principales percepciones sobre las sesiones y aquello que ha llamado la atención o interés en los participantes; por ello, en los siguientes párrafos presentaré la estructura de las clases teóricas y prácticas y el contenido específico de las mismas. Sesiones teóricas Las sesiones teóricas se realizaban en el local de SENSICO de la ciudad de Morococha. A través de diapositivas, imágenes o paleógrafos, el equipo de Ojos Propios abordaba diferentes temas relacionados al lenguaje visual, a la técnica fotográfica, al ejercicio de una narración propia y la compresión del espacio que los rodea. Como se puede observar en el 116 cuadro, las sesiones teóricas se encontraban divididas por diferentes temas de trabajo, entre ellos puedo mencionar: A. Primera sesión teórica: la fotografía, los recuerdos y la memoria Sesión introductoria al trabajo fotográfico de la memoria. Durante esta primera sesión, Ojos Propios hace énfasis en la importancia de la fotografía como herramienta de expresión y como medio para preservar aquellos recuerdos personales y colectivos de la ciudad que se deja. Es así que el equipo de Ojos Propio presentó las principales características del trabajo en el taller y planteó aquellas preguntas que guiarían el trabajo fotográfico de la memoria: ¿Si fueras Morococha, que parte serías de la ciudad? ¿Qué te gustaría recordar de la ciudad de Morococha? A través de estas interrogantes se motivó el trabajo de los participantes y el proceso de memoria que debían realizar para buscar aquellos espacios, elementos o escenas que originaban los mejores recuerdos de la ciudad. Andrés comenta que es en esta sesión donde se indicó a los participantes a que elaboren fotografías únicas y fantásticas, que sean intuitivos y que dirijan su trabajo hacia aquello que les genere sensaciones y sentimientos; así también, que sean capaces de contar sus propias historias a partir de las escenas fotografiadas (Andrés Longhi, Ojos Propios). De esta manera, se indicaba a los participantes el importante papel de los sentimientos y sensaciones al momento de retratar una escena, Ojos Propios intentaba así motivar conceptos de memoria en los participantes. Resaltando el importante papel de las emociones en la elaboración de las imágenes, Andrés Longhi comenta lo siguiente: “[…] Queremos que los recuerdos se conviertan en emociones y sean parte de nuestra memoria colectiva, con memoria colectiva las fotos son poderosas […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Es bajo esta consigna que se guio el trabajo, siendo una sesión de exploración y reflexión personal en la que los participantes identificaron aquellos espacios, elementos o personajes que podrían generar sensaciones o sentimientos en ellos acerca de la pérdida de Morococha. 117 B. Segunda sesión teórica: la técnica fotográfica Según Andrés, la sesión estaba enfocada en exponer e instruir a los participantes sobre la técnica fotográfica de una forma simple y breve. De esta manera, ésta aborda temas relacionados al uso y funcionamiento de la cámara fotográfica, una explicación didáctica sobre el obturador y el diafragma para el manejo de la luz en sus fotografías, el ISO o la sensibilidad en la fotografía, y un repaso breve sobre los ángulos y encuadres de una imagen. Andrés Longhi menciona que intentaba hacer que esta parte sea lo menos compleja posible ya que deseaba que los participantes se enfoquen más en el significado de sus fotografías que en la técnica fotográfica; no obstante, debían conocer ciertos aspectos para que se produzcan mejores mensajes visuales. Así, Andrés comenta que luego de una capacitación técnica mínima los participantes contaban con más herramientas para descubrir la memoria de la ciudad a través de las imágenes, el conocimiento de la composición fotográfica les permitía expresar de mejor manera aquello que recordaban: “Yo les decía, date cuenta que el sol está saliendo del cerro y hay un montón de luces y sombras, o sea la técnica ayuda a descubrir la memoria […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). De esta manera, a través de la proyección de algunas fotografías y diferentes ejemplos visuales es como se enseñó a los participantes aquellos conceptos técnicos básicos; las imágenes que se mostraban permitían percibir diferencias en cuanto al uso de la iluminación, ángulos, encuadre o formas de la fotografía. C. Tercera sesión teórica: la composición fotográfica En cuanto a la composición fotográfica había cuatro aspectos que los participantes debían tener en cuenta al momento de elaborar una fotografía: la luz, las formas, la historia y el momento decisivo. Según la propuesta de Ojos Propios, son estos cuatro aspectos los que hacen de una fotografía sea una pieza eficaz de comunicación y expresión, una imagen capaz de motivar sentimientos y recuerdos (Andrés Longhi, Ojos Propios). 118 Todas las fotografías producidas eran evaluadas según estas cuatro características; según la propuesta de Ojos Propios una imagen eficaz debe tener un buen manejo de las fuentes de luz, incluir formas y movimiento, narrar una historia y capturar un momento decisivo. Estos aspectos se convirtieron en indicadores de evaluación de la imagen a partir de los cuales los participantes podían analizar el resultado de su trabajo (Andrés Longhi, Ojos Propios). Sobre ello Andrés comentó: “[…] Les decíamos que hay que tener cuidado, por ejemplo que había que fijarse en la sombra de ciertas figuras en la imagen, fijarse en las formas y observar bien qué fotografiar para que puedan contar una historia. Ese tipo de argumentos visuales los aprendieron muy bien […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Es así como se abordó la composición fotográfica, a través de este sistema de evaluación creado por Ojos Propios los participantes calificaban sus propias fotografías y las del colectivo, identificando las formas, iluminación e historia en las fotografías; Andrés comenta que se trataba de sesiones participativas donde los morocochanos se convertían en críticos de su propio trabajo. D.Cuarta sesión teórica: la diferencia entre ver y mirar El taller también planteó enseñar a los participantes la diferencia entre “ver y mirar” para que ellos puedan seleccionar qué fotografiar y qué elementos no fotografiar. Esta sesión se enfocó en que los participantes doten a sus imágenes de una carga emocional a través del manejo de símbolos y códigos visuales, la iluminación y la posición de los objetos (Andrés Longhi, Ojos Propios). Es así que Andrés recalca el hecho de que las grandes fotografías muestran una situación precisa, muestran una historia personal o colectiva, trabajan con códigos y significaciones. Según Ojos Propios “ver” es tener la información de la imagen y “mirar” es percibir el significado; por ello, la propuesta planteaba una lectura textual y visual de la imagen, así como de la escena a fotografiar. De esta manera, los participantes debían encontrar un significado a las imágenes que proyectaban elaborar y dotar de emoción a la imagen. “[…] Entonces lo que se les enseña es una cosa muy importantísima, que es la diferencia entre ver y mirar, la diferencia entre que tanta carga emocional puedes depositar en un 119 código o símbolo visual porque ellos deben saber cómo poner la luz para resignificar diferentes situaciones. Por ejemplo se dice: ves si hubieras esperado que el sol salga después tendrías una mejor foto, una foto más fuerte” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Las lecciones eran impartidas en base a las fotografías elaboradas en las sesiones prácticas previas, de esta manera el equipo evaluaba cada trabajo y reflexionaba sobre éste con los autores. Así también, como una propuesta complementaría a esta sesión se enseñó el trabajo de los grandes fotógrafos (como Henri Cartier-Bresson, Dorothea Lange, Ansel Adams o Martin Chambi) para que los participantes puedan tener aquellas obras fotográficas como referente y aprendan a narrar historias visuales desde diferentes propuestas. Se les decía: “[…] así como ustedes hay esta gente que está haciendo estas cosas, hay esta gente que ha tomado estas fotos y ellos han contado su vida” (Andrés Longhi, Ojos Propios). E. Quinta sesión teórica: Signos y símbolos visuales Como continuación de la sesión “Ver y mirar”, la propuesta planteaba una sesión relacionada a los signos y símbolos visuales en la imagen. Como dice Andrés Longhi “[…] los participantes deben aprender que una casa con una cruz se convierte en una iglesia, que los colores otorgan otro significado, que la posición de los objetos en la imagen cambia y varia el mensaje que se desea elaborar”. En esta ocasión el equipo de Ojos Propios intenta que los participantes encuentren memorias emotivas en los diferentes elementos o espacios que los rodean. Así, los autores debían trabajar a partir de los signos y símbolos del imaginario y espacio morocochano para que puedan generar emociones en quienes observan sus imágenes; por ello, según Andrés Longhi, se motivó la inclusión de referentes de identidad colectiva en las imágenes (como el cerro Toromocho, espacios históricos o espacios de uso colectivo). Según la propuesta de Ojos Propios, la fotografía debe estar entre “el mundo de lo real y lo fantástico”; trabajar con las figuras, formas y elementos del mundo real para enviar un mensaje que emocione. Para esta sesión de trabajo también proyectaron algunas fotografías 120 que incluían símbolos y significaciones visuales que los participantes lograron definir y percibir. F. Sexta sesión teórica: el trabajo de Sebastián Rodríguez Un vez realizadas las sesiones relacionadas a la técnica fotográfica y el lenguaje visual, la propuesta fotográfica planteaba una charla relacionada al mayor referente histórico visual de la ciudad de Morococha, de esta manera se presentó el trabajo de Sebastián Rodríguez, uno de los fotógrafos más importantes en nuestro país (Andrés Longhi, Ojos Propios). En esta sesión de trabajo Ojos Propios expuso la historia de Sebastián Rodríguez, su obra fotográfica y enfoque de trabajo para que los participantes puedan tener un referente de trabajo, conozcan la historia de la ciudad y se sientan más cercanos a la práctica fotográfica (Andrés Longhi, Ojos Propios). Andrés comenta que muchos tomaron como referente el trabajo de gran fotógrafo, sobre todo intentado imitar las escenas que vieron en las fotografías: “[…] ha sido importante también que nosotros les presentemos a Sebastián Rodríguez, eso les produjo que vayan a buscar cosas de Morococha que ya no estaban, como por ejemplo la estación de Morococha que se encontraba abandonada o los antiguos socavones. Ese tipo de situaciones las han buscado, pero a partir de lo que les hemos mostrado, o sea digamos se ha tomado de referente a Sebastián Rodríguez con sus fotos y se intentó encontrar lo que estaba representando” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Sesiones prácticas Las sesiones prácticas del taller de Morococha eran horas complementarias a la parte teórica, es decir, cada clase teórica contaba con horas de trabajo práctico en las cuales los alumnos podían aplicar lo aprendido y fotografiar según las pautas técnicas y visuales. Las sesiones de práctica se realizaban en grupos de trabajo de cuatro o cinco personas bajo la supervisión de uno de los tutores del equipo de Ojos Propios, por lo tanto, el trabajo de registro fotográfico se realizaba en equipo. 121 De esta manera, éstas se encontraban divididas en los siguientes temas: ejercicios de exploración y memoria, donde los participantes tenían la tarea de buscar y fotografiar aquellos espacios que motivaban recuerdos personales y colectivos; la tarea de composición, bajo las pautas dictadas en el taller de composición, los participantes tenían el objetivo de elaborar imágenes eficaces; ejercicios de narración, una vez comprendida la diferencia entre el “ver y mirar” los participantes debían crear imágenes con un significado personal y colectivo; ejercicios relacionados a los signos y símbolos visuales, donde los participantes debían elaborar fotografías con símbolos y elementos significativos; tarea sobre el trabajo de Sebastián Rodríguez, sesión que motivó a los participantes a elaborar imágenes similares al gran fotógrafo, así como a buscar lugares históricos en la ciudad (Andrés Longhi, Ojos Propios). A lo largo de la práctica fotográfica se mantuvo la pregunta que dirigía el trabajo de los participantes ¿Cómo te gustaría recordar a Morococha?, por ello siempre se motivó el sentido de exploración a lo largo de todas las sesiones prácticas. Es así que el equipo de Ojos Propios motivaba a los participantes a descubrir la ciudad y que fotografíen aquellos espacios u objetos que hayan llamado la atención y que catalicen sus recuerdos. Según Andrés Longhi, todos los ejercicios prácticos les permitían motivar la búsqueda de recuerdos y usar la técnica fotográfica mínima para capturarlos: “[…] tú estás viendo dos sentidos, un nivel de búsqueda de recuerdos y un nivel de descubrir cómo la técnica mínima indispensable los ayuda a graficar sus recuerdos[…]”(Andrés Longhi, Ojos Propios). Por otro lado, luego de las sesiones teóricas y las prácticas complementarias, se realizaron trabajos de campo y exploración de temática libre. El objetivo de estas sesiones fue que una vez que los participantes contaban con el contenido teórico y práctico sean capaces de elaborar las imágenes de recuerdo sobre la ciudad de Morococha, básicamente programaban salidas de campo grupales y luego se realizaban revisiones colectivas del trabajo elaborado, esto ocurrió en dos oportunidades (Andrés Longhi, Ojos Propios): “Luego de las técnicas y las charlas se les ha dejado la cámara para que ellos hagan lo que ellos quieran. La idea era que desde que empieza la mañana hasta en el momento en que se 122 acuestan, todo ese día, todo eso debe ser contado, es decir, la cámara se convierte en una especie de archivador de recuerdo” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Es así que durante las sesiones prácticas los participantes elaboraron imágenes fotográficas relacionadas la experimentación de la técnica y composición fotográfica, al reconocimiento del espacio morocochano, la identificación de elementos significativos y simbólicos para su memoria, así como la revaloración de espacios históricos. Así también, los diferentes ejercicios los conducían a reconocer aquellas escenas o elementos que producían en ellos diferentes sensaciones o recuerdos, y producir así imágenes durante el trabajo de campo de temática libre. De esta manera, al finalizar las sesiones, cada participante contaba con una serie de imágenes sobre su vida personal, sus amigos, espacios y elementos valorados, así como escenas de la vida cotidiana. 4.1.4.3 La exposición final y el Museo de la memoria de Carhuacoto A continuación de las sesiones de aprendizaje teórico y práctico, Ojos Propios concluyó la experiencia fotográfica con la selección y configuración de la muestra final del taller de Morococha. Esta etapa estuvo divida en los siguientes pasos: impresión y selección fotográfica, la discusión y reflexión final, el montaje, la exposición final y la inauguración del Museo de la memoria de Carhuacoto. Como lo he mencionado anteriormente, cada autor contaba con una producción visual elaborada a partir de los diferentes ejercicios y experimentos visuales que se realizaron en las sesiones prácticas; de esta manera, ellos seleccionaron las piezas más representativas de su trabajo y entregaron dichas fotografías para que fueran impresas por el equipo de Ojos Propios. Una vez que todos los participantes contaban con sus fotografías impresas se realizó un proceso de identificación, en el cual cada autor colocaba su nombre y confirmaba su autoría en las imágenes. Andrés Longhi indica que este proceso fue un poco complejo debido a que los participantes confundieron sus trabajos, ya que había ocasiones en que una fotografía fue atribuida a dos o tres autores debido al uso grupal de la cámara; sin embargo, a pesar de los problemas se lograron acuerdos y consensos de autoría colectiva (Andrés Longhi, Ojos Propios). 123 Con las fotografías impresas e identificadas, el equipo de Ojos Propios motivó un proceso de selección colectiva de las fotografías, en el cual todos los participantes dieron sus opiniones sobre las mejores fotos que se lograron en el taller, es decir, aquellas que fueron las más significativas y representativas para la comunidad. Respecto a ello, Andrés Longhi cuenta que si bien todos tenían trabajos muy buenos e interesantes, se tenía que elaborar una muestra del taller para el Museo de la memoria, por ello se realizó este proceso de selección con todos los participantes, en el cual se eligió colectivamente las fotos más significativas para la memoria visual de la ciudad (Andrés Longhi, Ojos Propios). Después, se realizó un segunda selección con los tutores y el equipo de producción del taller con el objetivo de reducir el número de las fotografías seleccionadas (Andrés Longhi, Ojos Propios), considerando tanto aspectos técnicos-fotográficos, como aspectos simbólicos en el imaginario Morocochano. “[…] Todos tenían sus fotos, las identificaron y pusieron su nombre, las bajamos e hicimos ampliar las fotos que ya pensábamos que eran las ideales. De todas ellas, se realizó una primera selección con todos los participantes del taller, luego se realizó una segunda selección con el equipo de Ojos Propios para ver cuáles eran mejores, así por ejemplo si yo tenía dos lavanderías tenía que escoger cuál era la mejor” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Es así como tanto los participantes, como el equipo de Ojos Propios seleccionaron y configuraron una muestra de aproximadamente 116 fotografías, la cual incluía aquellas piezas fotográficas más representativas de la vida en Morococha. Según el aporte teórico de esta metodología, un taller de fotografía participativa considera también la selección colectiva de las imágenes que se producen (Wang y Burris 1997: 372-375), haciendo que el acto fotográfico se convierta en una propuesta de reflexión y diálogo entre los miembros de la comunidad. Si bien en el taller de fotografía de Morococha la selección de las piezas fotográficas de la muestra final se realizó de manera colectiva, motivando la participación y toma de decisiones de la comunidad sobre la articulación de su memoria colectiva; el taller no estaba enfocado profundizar en la reflexión y discusión de aquellos espacios, elementos o personajes que fueron representados en las imágenes. Por lo tanto, como una recomendación personal, además de la selección colectiva y para fortalecer la participación 124 de los pobladores, la asociación fotográfica debió profundizar en el proceso de discusión posterior, el cual permite dialogar sobre lo producido e integrar un mensaje de memoria. Luego de la selección de las piezas fotográficas, Ojos Propios comenzó el montaje de la muestra final titulada “Morococha: vigente en la memoria” en el Museo de la Memoria de Carhuacoto. La muestra fotográfica final está constituida por 116 fotografías producidas en el taller de Morococha, las cuales se encuentran en formato A3 y a colores. Como se dijo en párrafos anteriores, esta muestra fotográfica participativa sería expuesta junto a las fotografías que fueron el resultado del Taller de fotografía (TAFOS) de Morococha y la obra de Sebastián Rodríguez. La inauguración de la muestra y del Museo de la Memoria se realizó en el mes de noviembre del 2012 en la nueva ciudad de Carhuacoto y contó con la participación de la población que ya se había mudado. Si bien los organizadores y el grupo ejecutor convocaron a los pobladores de Morococha, algunos autores de las fotografías expuestas no lograron asistir a la inauguración, ya que sus familias aún permanecían en el antigua ciudad; hecho que también afectó el impacto de la exposición final y la inauguración de la muestra, ya que habría sido ideal contar con la participación y apreciación de todos los autores. Julio Casas comenta: “El museo se inauguró para que la gente pueda ver las fotografías y pueda pasar a conocer este nuevo espacio de cultura. Hubo una bonita recepción, la gente del pueblo no había visto una cosa tan grande, tan bien puesta, fue toda una celebración […] (Julio Casas, SCG). En ese sentido, a pesar de la ausencia de algunos autores, la inauguración del Museo de la memoria fue un gran acontecimiento para la comunidad Morocochana ya que ellos podían observar aquellas fotografías que representaban a su comunidad, identificándose en ellas y recordando historias colectivamente. Es así que el Museo se inauguró como aquel espacio cultural que tenía el objetivo de resguardar la historia de Morococha y promover la memoria de la ciudad. Según los participantes entrevistados, las fotografías del taller de Ojos Propios, junto con las colecciones de TAFOS y la obra de Sebastián Rodríguez, llamaban la atención de los 125 asistentes, quienes reconocían espacios de la ciudad, personajes importantes y hasta miembros de su familia en las imágenes. Se podría decir que se confirma que esta muestra es una expresión propia de la población, la cual permite que cada habitante se identifique en ellas y reflexione sobre cuán importante es compartir y exponer un trabajo realizado por los mismos pobladores. Según el director de Ojos Propios, la muestra fotográfica de Morococha fue un trabajo elaborado “por todos y para todos”, por ello la asociación decidió no asignar los nombres de los autores en las fotografías de la muestra final para reforzar el sentido de colectividad (Andrés Longhi, Ojos Propios). En esta exposición final los participantes comprenden la muestra como una expresión colectiva que podía ser apropiada por cada poblador de Morococha, ya que en ella se veían retratadas todas las etapas y matices de esta ciudad minera. La exposición no intentaba capturar aquellos aspectos singulares o llamativos de la vida en Morococha; tanto las fotografías de TAFOS, Ojos Propios como el trabajo de Sebastián Rodríguez son trabajos visuales enfocados en expresar la vida cotidiana de Morococha desde una mirada personal y auténtica. A pesar de que no todos los autores fueron parte de la exposición, según los comentarios recolectados, ellos se encontraban comprometidos con el resultado final y con su participación en esta breve narración visual realizada para resguardar la memoria. El Museo de la Memoria sería valorado como un espacio propio y cultural; sin embargo, como se comenta en el acápite anterior, éste se mantuvo activo y abierto durante poco tiempo. Según algunos participantes y los ejecutores de la propuesta, los problemas o conflictos políticos surgidos a raíz del reasentamiento habrían ocasionado que el Museo de la Memoria cierre algunas semanas después de su inauguración, debido a que éste estaba destinado a ser un espacio de administración pública y los representantes de la municipalidad aún no llegaban a un acuerdo con la empresa minera Chinalco. Si bien las fotografías de los participantes se encuentran expuestas junto con otras colecciones que forman parte de la historia de la ciudad, los participantes y la población en general aún no pueden ingresar; así, como se ha mencionado, todas posibilidades de 126 memoria colectiva que el museo podía ofrecer se encuentran suspendidas hasta que el gobierno municipal de la ciudad se haga cargo de la administración del mismo. Al finalizar el trabajo de campo de la investigación (noviembre del año 2013) los problemas y conflictos que mantenían cerrado el Museo fueron superados, de esta manera, el Alcalde de Morococha aceptó la administración del espacio cultural y planeaba su pronta reinauguración. La propuesta del Museo de la Memoria permite a cada ciudadano morocochano colaborar con la memoria histórica de la ciudad, las fotografías se convierten así en documentos elaborados por los propios pobladores, piezas visuales que permiten contar una historia verdadera; por ello resulta importante motivar el acceso y la participación continua de la población en este espacio cultura. Según los testimonios recolectados, a los participantes los llena de orgullo pensar que las fotografías que ellos realizaron se encuentran expuestas en el Museo de la Memoria de la ciudad y que otras personas puedan recordar a través de ellas cómo se vivía, cuáles eras los espacios más populares o cómo era la sociedad morocochana. Por ejemplo, cuando se le pregunta a Miguel (15) sobre el Museo de la Memoria, él comenta que éste sirve para “[…] poder compartir con otros sus fotografías y para recordar Morococha a través de las fotografías de todos […]”. Es así que resalta la funcionalidad o utilidad de las fotografías como elementos que le permitirán recordar su antigua ciudad y toma el museo como espacio de exposición colectiva en el cual todos pueden rememorar y revivir momentos de la comunidad (Miguel, 15 años). Así también lo confirma Jorge (43) cuando comenta que: “el museo tiene el objetivo de ser un espacio de exposición del trabajo de los participantes y una especie del motivación para todos” (Jorge, 43 años). Ambos autores resaltan que el museo es un espacio creado con el objetivo de compartir y exponer el trabajo fotográfico realizado, para que de esta manera la gente pueda identificarse, reflexionar y apropiarse de aquello que fue representado en las imágenes. Así también las fotografías expuestas en el museo han permitido a Susana (37) volver a ver las cosas que ya no existen más en la antigua ciudad, como aquellos espacios que han sido 127 demolidos o destrozados a causa del reasentamiento. Según su testimonio, la exposición y divulgación de las fotografías le permite también hacer comparaciones entre la Morococha de hace un año y la Morococha de hoy, es decir, observar cómo los espacios, costumbres y la vida cotidiana han cambiado para cada poblador (Susana, 37 años). Así, de estos comentarios puedo determinar que las fotos expuestas se convierten en recursos que se oponen a la desaparición de lugares, son el testimonio de su existencia y permiten que perduren los recuerdos a pesar de la desaparición y destrucción de la ciudad. Luis Carlos (13) dice que el museo es un espacio muy importante para él y si no existieran aquellas fotos que se encuentran expuestas: “[…] Las personas que vienen no hubieran sabido cómo era Morococha, por eso la memoria es importante para que los demás sepan cómo vivían, que les faltaba, que había, para que la sociedad perdure y sea como una base de vida […]” (Luis Carlos, 13). De esta manera, Luis Carlos ha reconocido la importancia de esta muestra fotográfica como parte de la historia de la ciudad y como algo que le ha permitido retratar tanto la vida cotidiana, como aquellas carencias de la población que habitaba Morococha, resaltando el sentido y la importancia de este trabajo para fortalecer la continuidad de Morococha en el tiempo. Es así que los participantes reconocen el potencial y la importancia del Museo de la Memoria como espacio cultural y de exposición de iniciativas propias de memoria, por ello se manifiestan en desacuerdo y expresan su incomodidad ante el cierre del mismo. Aquellos participantes adultos manifiestan que es lamentable que las metas establecidas en cuanto al trabajo en la memoria se hayan encontrado suspendidas debido a los conflictos sociales o políticos, y esperan que pronto el Museo pueda ser un centro cultural que albergue las tradiciones y manifestaciones del pueblo morocochano. Sin embargo, la exposición de las fotografías no es la única manera de compartir y apreciar aquellas representaciones visuales que fueron elaboradas. Los participantes mencionan que la revista “Memoria y sueños” (la cual fue entregada a todos los participantes) publica también fotografías, así como el álbum virtual en Flickr de la asociación Ojos Propios; 128 siendo estos soportes fuentes alternativas de difusión que han permitido exponer y fortalecer el trabajo de la memoria que fue elaborado durante el taller. De estos testimonios y comentarios se puede concluir la propuesta del Museo de la Memoria es una iniciativa que permite fortalecer y mantener la vigencia histórica de la ciudad de Morococha, aspecto que se vio amenazado debido al reasentamiento de la ciudad. El hecho de que las fotografías que fueron elaboradas por la población sean expuestas en el museo, hace que los pobladores valoren con mayor intensidad el espacio, ya que resguarda recursos propios que verdaderamente los identifican. Por lo tanto, como una reflexión personal, puedo decir que es necesario promover iniciativas similares, así como motivar la visita y participación de los autores que no lograron asistir a la exposición final. Si bien el potencial del Museo de la Memoria y las expectativas depositadas en éste se vieron interrumpidas por los conflictos políticos y sociales, los participantes desean que este espacio de cultura se mantenga activo y esperan que el trabajo en la memoria pueda continuar en la ciudad de Carhuacoto. En conclusión, en esta parte de la investigación he presentado la metodología utilizada por la propuesta de Ojos Propios en Morococha, la cual se caracteriza por motivar la participación de la población, la apropiación de la herramienta, la reflexión sobre la memoria y el recuerdo, así como el sentimiento del trabajo colectivo. Como lo mencionaba Andrés Longhi, Ojos Propios no enfoca su trabajo en cuestiones técnicas fotográficas, intenta que los pobladores aprendan a narrar su propia historia a partir del uso de esta herramienta. Es así que las sesiones teóricas abarcan también aspectos clave del lenguaje visual que motivan a los pobladores a elaborar imágenes que tengan un significado en la memoria sobre Morococha o que les permitan expresar la vida cotidiana, identificando símbolos o espacios emotivos. Es a partir de estas breves lecciones teóricas y las sesiones prácticas complementarias donde los morocochanos participan y hacen de la fotografía un medio de expresión. El taller desea que a través de este proceso de aprendizaje los participantes encuentren elementos en su entorno que guarden la memoria emotiva de la ciudad que dejan, que cada 129 escena fotografiada tenga un significado personal y colectivo. Además, es en las sesiones prácticas donde se refuerzan las ideas y el manejo de la cámara fotográfica, y también donde los participantes tienen la libertad de experimentar con la imagen, resaltando el trabajo en equipo y el acompañamiento del asesor a lo largo de toda la experiencia. De esta manera, cada participante logró producir un conjunto de fotografías que expresen sus recuerdos u opiniones frente al reasentamiento y a la desaparición de la ciudad. De este conjunto de imágenes, una muestra fue seleccionada por los participantes y el equipo de Ojos Propios, destacando así el carácter colectivo de la selección de las fotografías representativas; por ello, podría decir que la muestra final se convierte en un trabajo elaborado a partir de la interacción de los miembros del grupo, un trabajo de memoria colectiva que contiene imágenes de todos los participantes y que fue seleccionado también por ellos mismos. En ese sentido, la metodología implementada permitió a los morocochanos utilizar la cámara fotográfica para retratar los espacios y escenas más importantes de la ciudad y convertirlos en recuerdos; si bien la propuesta logró estructurar una muestra fotográfica a través de la selección colectiva y colaborativa de las fotografías, debo mencionar que habría resultado mucho más interesante profundizar en la reflexión de aquello que fue representado y retratado en las imágenes. Es cierto que cada sesión implementada motivaba la discusión y la crítica de las imágenes como elementos de recuerdo; sin embargo, se podría fortalecer el espacio reflexivo y analítico de las mismas como vehículos de la memoria. Así también, el cierre repentino del Museo de la Memoria fue un obstáculo en este trabajo de rescate de la vigencia histórica; sin embargo, según los comentarios de los ejecutores éste será reactivado en muy poco tiempo y podrá ser visitado por todos los participantes. Debo mencionar, que el cierre del museo no impidió que las fotografías fueran difundidas, ya que los participantes contaban con la revista “Memoria y sueños”, la cual expone el trabajo fotográfico realizado; y por otro lado, algunos comentaban que también podían acceder al álbum virtual de la Asociación fotográfica para ver las imágenes del taller. 130 4.1.5 Las fotografías de la memoria: aproximación a la descripción y clasificación de la muestra fotográfica Como se dijo anteriormente, la muestra fotográfica del taller de Morococha está compuesta por 116 fotografías seleccionadas por los integrantes del taller y los miembros de la Asociación Ojos Propios. Son imágenes de la ciudad de Morococha, las costumbres de sus habitantes, el entorno natural; así como retratos de niños, jóvenes y adultos que representan el imaginario, los recuerdos y las expectativas de todos aquellos que participaron en el taller. De esta manera, el análisis que presentaré a continuación tiene la intención de identificar a los autores de las fotografías que son parte de la muestra final, conocer los principales temas abordados en las imágenes, así como los escenarios y actividades expresados en la muestra final del taller de fotografía. Debo mencionar que el siguiente es un análisis de las 116 fotografías y para su elaboración tomo como referencia a los testimonios y comentarios de los 10 autores que participaron en esta investigación. Convirtiéndose este acápite en una mirada preliminar del trabajo fotográfico, ya que en el siguiente subcapítulo se analizará con mayor profundidad 30 fotografías seleccionadas por los autores. A. Los participantes de la experiencia Son 40 las personas participantes de esta experiencia fotográfica y autores de las fotografías seleccionadas para la muestra. Este grupo está compuesto en su mayoría por niños y adolescentes estudiantes del nivel secundario en el Colegio Ricardo Palma; sin embargo, también observamos la participación de un grupo de adultos, quienes son padres de algunos de los niños o jóvenes participantes. Por lo tanto, las fotografías contienen representaciones de la memoria de Morococha muy diversas, ya que cada autor cuenta y retrata su propia experiencia de vida en la ciudad, siendo la memoria de los jóvenes muy diferente a la de los adultos. A continuación presento la lista de autores participantes de la muestra final, la edad y la producción fotográfica realizada: 131 Número Autor Edad Código de fotografías realizadas Total 1 Xiomara Idelfonsio 12 1,2,3 3 2 Xamira Huertas 13 4,5,6,7,8,9,10 7 3 Walter Valladolid 17 11,12,13 3 4 Soraida Acuña 15 14,15,16,17,18,19,20,21,22,23,24 11 5 Sherilyn Lulo 17 25,26,27 3 6 Sarita Churapi 17 29,30 2 7 Roynaldo Huaynalaya 13 31,32,33 3 8 Rosmery Lastra 16 28,34,35 3 9 Rosario Lastra 13 36 1 10 Rolando Laura 18 37 1 11 Rocío Núñez 16 38,39,40,41,42,43,44,45,46,47 10 12 Ricardo Rodríguez 17 48,49 2 13 Raúl Villodas 13 50 1 14 Nicole Rojo 13 51 1 15 Mayumi Quispe 13 52 1 16 Mayra Cayetano 16 53 1 17 Marisol Yauri 17 54 1 18 Mahycol Vargas 12 55,56,57,58,59,60 6 19 Luis Lulo 14 61,62,63,64,65,66,67,68 8 20 Lucero Huerta 17 69,70,71,72, 4 21 Juan Chambi 15 73,74,75,76 4 132 22 Juan Carlos Minaya 13 77,78,79,80,81 5 23 Joel Ravichagua 13 82,83,84,85,86,87,88,89,90 9 24 Jhordi de la Cruz 13 91 1 25 Jesús Tejada 16 92 1 26 Jesús Hurtado 43 93,94,95,96,97,98 6 27 Gimmy Pecho 13 99 1 28 Geraldy Portillo 12 100 1 29 Franklin Gutiérrez 12 101 1 30 Flemin Cierto 12 102 1 31 Efraín García 17 103 1 32 Eduardo Cisneros 12 104 1 33 Darwin Artica 12 105 1 34 Carlos Hurtado 14 106 1 35 Carita Pailán 43 107,108 2 36 Brian Solórzano 11 109 1 37 Anderson Paucar 14 110,111,112 3 38 Alex Fernández 17 113 1 39 Adelfo Zevallos 62 114,115 2 40 Yeni Colla 37 116 1 *Cuadro de elaboración propia. Fuente: Ojos Propios 2012 (Si se desea consultar más detalles sobre las fotografías revisar el Anexo 1 de la investigación). La identificación y organización de estas fotografías fue elaborada para esta investigación. 133 B. El trabajo fotográfico El trabajo fotográfico seleccionado como muestra final del taller de Morococha cuenta con 116 imágenes fotográficas que se encuentran en formato digital y se ubican en el álbum virtual de la Asociación fotográfica Ojos Propios. Las imágenes retratan los principales aspectos de la ciudad y la vida en la comunidad morocochana semanas previas al inicio del reasentamiento definitivo; así, podemos observar retratos de la gente de Morococha, tomas generales de los espacios de la ciudad (plazas públicas, calles principales, pastizales, el parque infantil), fotografías de los espacios naturales y las montañas que rodean la ciudad, imágenes del cerro Toromocho, imágenes de algunos negocios locales, tomas de las actividades colectivas en la ciudad, etcétera. Para el análisis del trabajo fotográfico elaboré una matriz de clasificación, la cual nos permite conocer el autor de la fotografía, el tema de la fotografía, los principales elementos identificados, el escenario fotografiado, la descripción del contenido de la fotografía y una aproximación a los detalles técnicos de la imagen, como el encuadre y el ángulo elegido. Esta matriz se encuentra en el Anexo 1 del trabajo de investigación, a partir de este trabajo se determinan las siguientes observaciones y conclusiones sobre la muestra fotográfica de la memoria. Temáticas de las fotografías: Con el objetivo de comprender aquello que fue abordado y fotografiado como resultado del taller he analizado y clasificado el contenido de las fotografías en temáticas relacionadas a los elementos, espacios y actividades que fueron representadas. De esta manera los temas de clasificación son los siguientes: “La niñez de Morococha”, “Mascotas y animales”, “Imágenes del cerro Toromocho”, “Espacios y elementos de la actividad minera”, “Naturaleza”, “Personajes de la ciudad de Morococha”, “Negocios locales”, “Viviendas Morocochanas”, “Imágenes del amanecer y el atardecer”, “Montañas y nevados”, “Juventud Morocochana”, “Espacios y elementos urbanos”, “Religiosidad”, “Imágenes de la vida cotidiana” y “Monumentos de la ciudad de Morococha”. En el siguiente cuadro se menciona el tema o categoría, se expone el 134 contenido y la descripción de la categoría y el total de fotografías que corresponde a la misma: Clasificación Contenido y descripción Total Niñez de Morococha Imágenes que representan a los niños de Morococha. Se considera en esta clasificación aquellos retratos individuales o colectivos de niños de todas las edades, así también las fotografías de los espacios que congregan o identifican a los niños de la ciudad. 28 Mascotas y animales Imágenes de las mascotas y animales de crianza dentro de la ciudad. Se considera en esta clasificación aquellas imágenes que se elaboraron sobre las mascotas de los ciudadanos (perros o gatos), así como de los animales de granja o de crianza (ovejas y cerdos). 7 Imágenes del cerro Toromocho Imágenes del cerro Toromocho. Se considera en esta clasificación todas las imágenes que tienen al cerro Toromocho como elemento principal. Se han realizado fotografías de todos los ángulos y a diferentes horas del día. 5 Espacios y elementos de la actividad minera Imágenes de aquellos espacios y elementos relacionados a la actividad minera dentro de la ciudad de Morococha. Se considera en esta clasificación las fotografías del campamento minero, las maquinarías de extracción, medios de transporte usados por la mina, etcétera. 11 Naturaleza Imágenes de elementos y espacios naturales relacionados a la ciudad de Morococha. Se considera en esta clasificación las imágenes que representan aquellos elementos y escenarios naturales que rodean a la ciudad de Morococha; podemos observar lagunas, vegetación, formaciones rocosas, pastizales, etcétera. 12 Personajes de la ciudad de Morococha Imágenes de personas importantes o populares dentro de la comunidad morocochana. Se considera en esta clasificación los retratos de las personas conocidas dentro de la sociedad Morocochana; como el párroco de la iglesia, el señor “Marquitos” cuidante de la iglesia, la señorita “perfecta” o la señora de la bodega. 4 Negocios locales Imágenes de los negocios y establecimientos comerciales dentro de la ciudad. Se considera en esta clasificación las fotografías de aquellos lugares o negocios locales reconocidos por la población, que a su vez eran lugares de encuentro colectivo. Entre ellos podemos encontrar el puesto de mercado, la bodega de la ciudad, los puestos ambulantes de comida o los 5 135 negocios de la calle principal de Morococha. Viviendas Morocochanas Imágenes de las viviendas morocochanas. Se considera en esta clasificación aquellas fotografías que retratan las diferentes viviendas morocochanas, considerando el interior y el exterior de las mismas. Se hace énfasis en los detalles y en los materiales con los que fueron construidas; así podemos observar viviendas con paredes de calamina, baños al exterior del hogar o paredes resquebrajadas. 13 Imágenes del amanecer y el atardecer Imágenes del amanecer y el atardecer en la ciudad desde diversos puntos de vista. Se considera en esta clasificación aquellas imágenes que retratan amanecer y el atardecer en la ciudad de Morococha; se observa también el perfil de las montañas, lagunas y elementos de la ciudad. 6 Montañas y nevados Imágenes de las montañas y nevados que rodean la ciudad. Se considera en esta clasificación aquellas imágenes en las cuales los elementos principales son las montañas y los nevados que rodean la ciudad. Podemos observar al cerro Potosí o las montañas de Alpamina. 13 Juventud Morocochana Imágenes de los jóvenes morocochanos en distintos lugares o situaciones. Se considera en esta clasificación aquellas imágenes en las que los jóvenes son los personajes principales. 10 Espacios y elementos Urbanos Imágenes que retratan los diversos espacios urbanos dentro de la ciudad. Se considera en esta clasificación las fotografías que retratan las calles, plazas públicas, espacios de uso público, etc. Entre estos se encuentra la plaza del minero, la plaza principal de la ciudad, el estadio de futbol o la lavandería pública. 14 Religiosidad Imágenes que representan elementos y espacios religiosos de la ciudad de Morococha. Se considera en esta clasificación las fotografías de los espacios, costumbres o escenas vinculadas a la práctica religiosa. 4 Imágenes de la vida cotidiana Imágenes de las actividades, costumbres y vida diaria en la ciudad de Morococha. Se considera en esta clasificación las fotografías que retratan las actividades de lavado, la limpieza de las calles, el tendido de la ropa, etcétera. 13 Monumentos de la ciudad de Morococha Imágenes de los diferentes monumentos de la ciudad de Morococha. Se considera en esta clasificación aquellas fotografías que incluyen monumentos o espacios de conmemoración, como “El casco”, el 5 136 “Huaricapcha” o el monumento al Bombero. *Cuadro de elaboración propia. Son quince categorías de clasificación que nos permiten analizar el contenido de las 116 imágenes fotográficas que forman parte de la muestra final del Museo de la Memoria. Entre estas categorías se encuentran aquellas que reúnen trabajos relacionados a personajes, espacios o elementos de la ciudad de Morococha. Como se puede observar en la matriz, son aquellas escenas relacionadas a la niñez de Morococha las que poseen mayor recurrencia dentro de la muestra fotográfica, 28 imágenes de las 116 se refieren a temas de infancia. Se observan así retratos de niños por las calles, escenas de juego, parques o juguetes como representación de la vida en la ciudad. Así también las escenas que representan a los elementos y espacios urbanos son recurrentes en las imágenes fotográficas, 14 imágenes se encuentran dentro de esta categoría. Las plazas públicas, las calles de la ciudad, los espacios como el mercado o la lavandería, el estadio de fútbol o los diferentes espacios de recreación son representados en las imágenes. Esta muestra configura una narración del espacio urbano en Morococha y los espacios públicos que compartía la comunidad, siendo éstos parte de las representaciones de la memoria que los participantes desearon retratar. Por otro lado, podemos observar con frecuencia aquellas imágenes relacionadas a las viviendas morocochanas, las cuales demuestran con detalle el material, la distribución y el estado de los hogares que fueron comprados por la empresa minera para su próxima demolición, 13 fotografías son parte de esta categoría. Las fotografías que retratan escenas de la vida cotidiana también son recurrentes dentro de la muestra; la limpieza de las casas, el lavado de ropa o el comercio ambulante son expresados en 13 fotografías. Con el mismo número de imágenes se encuentra aquella categoría enfocada en retratar las montañas y nevados que forman parte del paisaje natural de la ciudad. Con un menor número de fotografías, pero al igual relevantes, se encuentran aquellas imágenes vinculadas a los espacios naturales, los espacios de la minería y los retratos de la 137 juventud Morocochana. Además también es necesario mencionar que son 5 las fotografías enfocadas en el cerro Toromocho. Escenarios y lugares de recuerdo: Además de las temáticas abordadas por las fotografías, también es necesario analizar aquellos escenarios que fueron retratados por los participantes del taller, ya que los espacios y los objetos materiales que nos rodean son parte de los marcos de nuestra memoria (Halbwachs 2004:131). Como dice Halbwachs, “todo lo que realiza una comunidad se traduce en términos espaciales y un lugar no es más que la reunión de las experiencias, acontecimientos y vivencias del grupo” (2004:133), es ahí donde radica la importancia de recopilar, analizar y organizar los espacios retratados. Por otro lado, también se incluyen dentro de las fotografías aquellos elementos que representan los marcos de la memoria, llamados puntos de referencia (Pollak 2006:17), que insertan nuestra memoria individual a la memoria colectiva de la formamos parte. De esta manera, en los siguientes párrafos se elabora una recopilación de aquellos espacios y elementos presentes en las fotografías, analizando la importancia de éstos en la memoria de la ciudad. Uno de los espacios con mayor representación en las imágenes es el “cerro Toromocho” y sus alrededores; así, podemos observar que los participantes han elaborado imágenes del cerro Toromocho desde diversos puntos de vista y a distintas horas del día. Según los testimonios de los autores y autoras, para la población morocochana el cerro Toromocho se ha convertido en el símbolo más importante de la ciudad, en una montaña que es parte de su identidad y el imaginario diario de toda la comunidad. El Toromocho es aquella montaña rojiza con formas y figuras de un “Toro” o “Búfalo” que resguarda y rodea la ciudad, de la cual han surgido mitos o leyendas, y que por lo tanto representa el pasado y presente minero de Morococha. Por ello, los autores le han otorgado el papel protagónico en las imágenes, siendo este uno de los espacios de memoria que se dejará para siempre. Otro espacio que se repite en las diferentes imágenes es el “parque infantil” de la ciudad de Morococha; observamos fotografías de niños en los columpios, en una rueda giratoria o jugando dentro y fuera del parque. Este es un espacio que fue remodelado recientemente y 138 recibía a niños de todas las edades, por ello la mayoría de ellos indica que extraña el parque de la ciudad ya que pasaba gran parte de su tiempo en él. De esta manera, el parque infantil se convirtió en uno de los espacios de encuentro colectivo más importantes para los niños de la ciudad; a partir de las fotografías puedo determinar que los autores lo toman de referencia e indican su asistencia frecuente. Por otro lado, era uno de los pocos espacios de entretenimiento y esparcimiento de la ciudad que se encontraba en condiciones óptimas para los asistentes. Es así que a través del parque los autores y autoras han intentado representar uno de los espacios más valorados por la comunidad infantil y juvenil de la ciudad, convirtiendo el parque infantil en uno de los referentes de la memoria de la niñez. “La lavandería pública” de la ciudad es otro lugar recurrente en las fotografías que fueron analizadas. Debido a las condiciones de agua y saneamiento de las viviendas, muy pocos ciudadanos contaban con un lavadero de ropa en su hogar y con el agua necesaria para lavar todas sus prendas, por ello asistían a la lavandería pública. En las imágenes se puede observar a mujeres llevando pesados sacos de ropa de un lugar a otro, lavando inmensas cantidades de prendas o reunidas en los lavaderos comunes. La lavandería pública se convirtió así no solo en el lugar de lavado de todo el pueblo, también en un lugar de encuentro colectivo donde se compartía y se socializaba; simboliza las tradiciones y costumbres de la sociedad morocochana en torno al lavado de ropa, siendo ésta una actividad característica de la ciudad y ejercida en su mayoría por las mujeres, la cual ha sido representada en las imágenes fotográficas. Así también se puede observar dentro de los escenarios más fotografiados “las plazas públicas de la ciudad de Morococha”. Las fotografías retratan la plaza principal de la ciudad donde se observa el edificio municipal, un monumento a la minería y algunas placas conmemorativas; la plaza ubicada a la entrada de la ciudad, en la cual observamos un monumento con forma de casco y el Huaricapcha41 o antiguo minero; la plaza del minero, 41 El “Huaricapcha” (nombre en quechua) es el monumento dedicado al antiguo minero de los andes peruanos. También es el personaje protagónico de una leyenda que explica el descubrimiento de yacimientos de minerales en la zona centro del 139 ubicada al frente de la iglesia de la ciudad; o la plaza del monje, otra plaza pública cercana a la iglesia. Así, los participantes retrataron las diferentes plazuelas de la ciudad y los monumentos que se encuentran en ellas como espacios o símbolos que identifican Morococha; además de retratar aquellos marcos espaciales que forman parte de su imaginario urbano, los autores también han incluido dentro de sus fotografías aquellos monumentos que resaltan y enaltecen su identidad minera, incluyendo dentro de su memoria visual otros puntos de referencia de la memoria. Otro espacio que podemos encontrar en las fotografías es el pastizal ubicado al medio de la ciudad, aquel espacio de divide la “Antigua Morococha” de la “Nueva Morococha”42. El espacio es de uso público y es utilizado como campo de entretenimiento o esparcimiento, en él se pueden observar a niños jugando fútbol, una anciana pastando a sus animales o algunos niños paseando por el campo. Se convierte así en un espacio de uso colectivo que delimita la ciudad. Otro espacio que no es de uso público, pero del cual se han realizado muchas representaciones es “la vivienda” de cada participante. Entre las imágenes relacionadas a las viviendas podemos observar fachadas, patios traseros o entradas. Las viviendas son lugares que han sido retratados por la mayoría de los participantes, ya sea propias o de sus familiares, estos lugares siempre cuentan con un tendedero lleno de ropa, se encuentran rodeadas por elementos de limpieza y la mayoría está construida con materiales precarios (como calaminas, tablas de madera, adobes u otros elementos). En estas imágenes también se puede observar que las viviendas se encuentran pintadas de azul y amarillo, lo cual significa que fueron compradas por la empresa minera. Dentro del imaginario y la memoria de cada participante este es uno de los espacios que ha acumulado más vivencias y Perú, para más información sobre esta leyenda se puede visitar la siguiente página: http://pueblomartir.wordpress.com/2012/05/31/huaricapcha/ 42 Según los participantes que fueron entrevistados, la ciudad de Morococha se podía dividir en dos, se habla entonces de “La antigua Morococha” y “La nueva Morococha”; división o clasificación que distingue a la ciudad según la antigüedad de sus espacios. 140 experiencias dentro de la ciudad, es el lugar con el cual cada uno se identifica territorialmente como morocochano y aquella representación que genera mayor nostalgia y tristeza. En las imágenes también podemos observar “las calles de la ciudad”, tanto de la parte antigua como de la parte nueva y especialmente del barrio “Alto Perú”. Las imágenes nos muestran a gente transitando por las vías públicas, los niños jugando en las aceras, la gente lavando la ropa en pequeñas tinajas y niños transitando en bicicleta. Las calles de la ciudad representan aquellos espacios colectivos y cotidianos que unen a toda la comunidad; las fotografías permiten recordar a los participantes que cada calle o pasaje representa un barrio o un conjunto de familias dentro de la ciudad, además forman parte también de los espacios urbanos y la vida cotidiana. Así también se ha fotografiado “los espacios naturales” que rodean la ciudad como parte del marco espacial de la memoria; entre ellos se observan lagunas, montañas, nevados o las formaciones rocosas que rodean Morococha. Éstos fueron fotografiados ya que muestran sobre todo las lagunas y cerros que se convertían en centros de esparcimiento de las familias morocochanas, entre ellos se puede mencionar la “laguna Venecia” o el “cerro Potosí”. Así también, aquellos espacios naturales contienen leyendas y mitos sobre el origen de Morococha; por ejemplo, podemos encontrar a orillas de la laguna de Alpamina formaciones rocosas vinculadas al origen de la ciudad (La lagartija y el sapo43). Entre otros lugares podemos observar también “los negocios locales”, como la bodega de la esquina de la plaza principal de la ciudad, el puesto de mercado ubicado en la entrada de la parte antigua, los negocios ubicados en las calles de la ciudad, los negocios ubicados en la carretera al exterior de la ciudad, etcétera. Estos lugares se convirtieron en el punto de referencia para los miembros de la ciudad, además de que los dueños de los negocios son 43 La Leyenda sobre la lagartija y el sapo son dos formaciones rocosas que representan una leyenda que explica el origen de la ciudad. Según la leyenda, ambos animales hicieron una carrera para determinar si la ciudad se dedicaría a la agricultura o a la minería. Dicha competencia la ganó la lagartija (representante de la minería) y es por eso que Morococha es una ciudad minera. (Fuente: Mahycol Vargas, 14 años) 141 reconocidos como personajes en todo el pueblo. Así también aparecen imágenes del “campamento minero” cercano a la ciudad y “socavones” que fueron abandonados; siendo éstos algunos espacios relacionados a la actividad minera que también forman parte de la vida cotidiana de la ciudad. Por último se encuentra “la iglesia” de la ciudad ubicada en la parte nueva de Morococha, como uno de los espacios de referencia del ámbito religioso; “el campo de futbol”, uno de los espacios colectivos que acumula la mayor parte de recuerdos; “la estación del tren”, uno de los espacios históricos de la ciudad que es retratado también por Sebastián Rodríguez; el colegio “Ricardo Palma”, al cual acudían todos los participantes; y “el cementerio”, ubicado en los exteriores de Morococha, siendo uno de los lugares más importantes para la conservación de la memoria de la ciudad. A pesar de que muchos de estos lugares son puntos de encuentro colectivo de la sociedad morocochana se han realizado pocas representaciones fotográficas sobre ellos. Acciones o actividades identificadas: También forman parte de la memoria colectiva de una comunidad aquellos acontecimientos que identifican a la colectividad, los cuales tienen como punto de referencia las actividades, tradiciones o costumbres que se practican (Pollak 2006:34). De esta manera, así como he mencionado los principales espacios que fueron representados por los participantes, también debo mencionar ciertas actividades o escenas que aparecen frecuentemente en las fotografías que son analizadas. Una de las principales acciones retratadas es “el lavado de ropa”; ya sea en la lavandería pública y fuera de la casa, lavar la ropa parece ser una especie de ritual en toda la ciudad, ya que también se observa repetidamente diversos cordeles y mallas metálicas utilizadas como tendederos por toda Morococha. Así, algunas fotografías retratan a niños y mujeres en las afueras de su hogar lavando ropa en pequeñas bateas, otras representan a grupos de mujeres dentro de la lavandería pública o cargando pesados sacos de prendas de vestir en dirección a la lavandería. Andrés Longhi, el realizador de la experiencia fotográfica, cuenta que cuando visitó la ciudad por primera vez vio que la gente lavaba ropa en enormes 142 cantidades y que se podía encontrar a casi todo el pueblo en la lavandería pública (Andrés Longhi, Ojos Propios). Por otro lado, los participantes también han retratado en repetidas ocasiones a “niños y niñas jugando” en diferentes lugares de la ciudad de Morococha. Podemos observar grupos de niños y niñas por las calles de Morococha, algunos paseando en bicicleta, otros por la laderas de las montañas o jugando en el parque infantil. Los autores eligieron retratar a sus amigos o aquellas escenas que tal vez representen su vida en la ciudad, teniendo en cuenta que la mayoría de los participantes son niños y jóvenes. Otra actividad que también se representa en las imágenes es “la limpieza del exterior de la vivienda”; podemos ver a señoras, ancianas y ancianos barriendo o limpiando la parte exterior de su hogar. Es necesario mencionar que la mayoría de las calles no se encontraba pavimentada, por ello el ingreso de las viviendas se llenaba de polvo y barro, retratando así una escena que era parte de la realidad de la ciudad. Así también vemos “a un niño y una anciana pastar sus animales” por el campo central de la ciudad; acción que nos remite a la crianza de animales de granja dentro de la ciudad, en su mayoría se observa ovejas y cerdos. De la misma forma, podemos ver imágenes que nos remiten a “excursiones y paseos en las afueras de la ciudad”; niños y jóvenes retratados a orillas de una laguna, escalando montañas rocosas o caminando por la autopista. Por otro lado, también observamos a la gente “comprando en los negocios de la ciudad” y consumiendo en los puestos ambulantes de comida, representando las actividades diarias de la comunidad de Morococha. Por último, se realizó una fotografía sobre la “procesión del Señor de los Milagros”, una de las actividades religiosas más importantes en la ciudad de Morococha, siendo la imagen que se retrata la segunda réplica exacta que existe del Señor de los Milagros en el Perú, según los entrevistados. 143 4.1.6 Lecciones y Aprendizajes de la experiencia en el taller Entre los meses de julio y noviembre del año 2012 se realizaron los talleres de fotografía participativa en Morococha con el objetivo de configurar una memoria visual colectiva de ciudad. La experiencia contó con la participación de más de 200 personas, quienes se apropiaron de la cámara fotográfica y retrataron aquellos espacios, escenas y elementos que representaban a Morococha. Puedo decir que cada trabajo fotográfico se convierte en un discurso de memoria, nostalgia y despedida sobre la ciudad que se deja; en las fotografías podemos observar una recopilación de espacios, elementos y personajes que formaban parte de la ciudad; así también el retrato de aquellas actividades y costumbres de la comunidad morocochana. Como se ha analizado, la experiencia va más allá de producir imágenes, el acto fotográfico se convirtió en un proceso de aprendizaje y rememoración que permitió a las personas expresar cómo era su vida en Morococha y qué significa Morococha para ellos. Según los testimonios de las personas entrevistadas, esta experiencia fue compleja y gratificante al mismo tiempo. Como se sabe, el taller de fotografía de Ojos Propios se desarrolló en un contexto de tensión y conflicto, ya que el reasentamiento de la población produciría un cambio transcendental en la dinámica de la comunidad y en la vida de los pobladores; además, el taller de fotografía se enfrentaba a la difícil misión de articular una memoria colectiva de una ciudad que se dejaba. Sin embargo, esta experiencia permitió que los pobladores expresen lo que sentían ante el reasentamiento a través de sus imágenes, cuenten la historia de su pueblo y se enfrenten a la nostalgia generada por la mudanza. En los siguientes párrafos se presenta las principales lecciones y aprendizajes de los actores involucrados en la experiencia fotográfica. Los personajes involucrados valoran sobre todo el uso de la herramienta fotográfica y la metodología participativa para la producción de las imágenes de la memoria. Los actores de la experiencia reflexionan sobre los resultados del trabajo fotográfico y sobre aquellas metas que no se lograron conseguir. 144 4.1.6.1 Lecciones y aprendizajes del equipo productor y ejecutor de la experiencia Sobre la propuesta fotográfica participativa para el trabajo de la memoria Como una experiencia de fotografía participativa, las imágenes producidas han permitido dialogar con el imaginario de la población morocochana, con sus formas de autorepresentación y la reflexión de la historia de la ciudad. Por ello, para Julio Casas (SCG), responsable del ámbito social del proyecto de reasentamiento, ha sido muy importante motivar la participación de la población en las diferentes iniciativas de desarrollo social planteadas en el proyecto, especialmente en el taller de fotografía. Julio Casas manifiesta que es relevante que la población se involucre en el proceso de configuración de la memoria y que los pobladores sean los autores de las piezas de memoria que se expondrían en el Museo. De esta manera, él nos comenta: “[…]Que las fotografías cuenten experiencias e historias personales me pareció espectacular, no solo porque la gente lo va a representar mejor que nosotros, sino que en general provoca una simbiosis bastante buena de relación con la gente, una relación de confianza, de entrada en este proceso tan complejo[…]” (Julio Casas, SCG). Por otro lado, los ejecutores mencionan que en la apuesta por una metodología participativa se pudo conocer más historias y memoria de lo que se tenía pensado, Julio Casas comenta que no esperaba ver y conocer las experiencias que la población expresó: “[…] La gente también valora las relaciones sociales que se ha construido ahí, la ciudad tiene más memoria viva que lo que refleja […] la gente aprendió a redescubrir su memoria” (Julio Casas, SCG). De esta manera, él reconoce que es muy valioso que sean los propios pobladores quienes elaboren su memoria en este momento de conflicto y cambio, además, que se trabaje la memoria desde una herramienta visual, lo cual facilita el proceso de elaboración del discurso. Siguiendo con la reflexión sobre la experiencia, Andrés Longhi comenta que realizar el taller de Morococha fue una experiencia especial y compleja, se enfrentaba a un conflicto continuo y la fotografía tenía la misión de capturar todo aquello que desaparecería; por ello era necesario que los pobladores puedan dar su punto de vista desde sus fotografías. De esta 145 manera, el director de Ojos Propios también dice que lo que se obtiene del taller de Morococha es el retrato de la emoción de un pueblo, ya que las imágenes pueden hablar sobre lo que cada participante quiso expresar sobre el proceso de reasentamiento: “[...] lo que se saca de este taller es el retrato de la emoción de un pueblo, no lo puedes leer como quien lee un texto, tienes que leer las imágenes como un proceso de lectura diferente. Primero reconoces que la imagen te emociona, luego ves cómo y por qué te emociona, empiezas a hablar con la imagen. Tu puedes decir sobre la imagen “es un niño que juega futbol”, pero de acuerdo a los autores la imagen representa los últimos partidos en esa canchita, es el tema que ellos buscaron […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Así, según estos comentarios, los pobladores dialogan con un código diferente a través de sus fotografías, solo ellos son capaces de fotografiar lo más significativo e importante dentro del imaginario morocochano, solo ellos son capaces de elaborar una verdadera memoria. Para el director de Ojos Propios, a través del taller de fotografía se pudo obtener resultados satisfactorios entre los participantes. Primero, porque el taller brindó a los morocochanos la alegría y satisfacción de poder tomar fotografías; y porque además tuvieron la oportunidad de reconocer que a través de la fotografía se puede contar historias y expresar aquella tristeza por dejar la ciudad donde vivieron. Según Andrés, ninguna emoción fue absolutamente radical en las fotografías, todas las emociones han tenido una compensación buena, nos dice que aquella tristeza por dejar la ciudad se compensa y se mantiene por la alegría de poder fotografiar y preservarla. Esa es la fantasía de este taller, ya que les dio la posibilidad de mantener aquello que valoraban más y contar una historia personal (Andrés Longhi, Ojos Propios). De esta manera, el grupo ejecutor y gestor del taller, es decir, los representantes de Ojos Propios y SCG, han reconocido los resultados satisfactorios de la experiencia y la posibilidad de expresión que brindó la fotografía a los pobladores Morocochanos. Ellos mencionan que no solo se ha generado nuevos soportes de memoria en las fotografías producidas, también la dinámica y metodología que fue implementada ha permitido que los 146 morocochanos redescubran y valoren ciertos aspectos de la ciudad que habían quedado en el olvido; fue un ejercicio que les permitió conocerse como comunidad y reflexionar sobre aquello que los identificaba. Las fotografías producidas por los protagonistas del reasentamiento nos permiten observar aquellos espacios, escenas o elementos de mayor valoración entre la propia población; así como conocer aquel punto de vista y postura frente al reasentamiento. Sobre la dinámica del taller y la producción fotográfica El taller de fotografía de Morococha estaba dirigido a la población en general, motivando la participación colectiva de todos los ciudadanos. De esta manera, niños, jóvenes y adultos podían ser parte de esta iniciativa; sin embargo, se requería que los niños y jóvenes se encuentren cursando el nivel secundario. Como cuentan Andrés Longhi y Julio Casas, la convocatoria y participación en el taller de fotografía fue masiva; tanto niños, jóvenes y adultos participaron de las primeras sesiones del taller, se contaba tanto con niños de 11 o 12 años hasta adultos de 65 años. Si bien al principio se pensó que solo contarían con la participación de niños y jóvenes, el interés y la motivación de los adultos hicieron que se produzcan nuevas sesiones para ellos. De esta manera y durante tres meses se realizaron sesiones teóricas y prácticas en las que se enseñaba a los participantes cuestiones básicas de la fotografía y el lenguaje visual. Como se mencionó anteriormente, los participantes también realizaban salidas de campo en las que retrataban la ciudad. Según Flor Osorio, las imágenes producidas en el taller reflejaban las vivencias cotidianas de la ciudad, sus costumbres o celebraciones; espacios colectivos o representativos como sus lozas deportivas o el centro educativo. Por otro lado, dice que también se hicieron retratos de la población morocochana en los que aparecen adultos mayores, jóvenes y niños; así comenta: “[…] por ejemplo hay un señor Marquitos que estuvo años como cuidante de la iglesia católica, como el sacerdote que aparece en las fotos o la señorita perfecta que es una señora de más de noventa años que le gusta que le digan señorita. Los niños visitaban a los personajes, sus barrios; jugaban con la luz, las sombras porque se fomentó la creatividad fotográfica […]” (Flor Osorio, SCG). 147 Para Flor Osorio, las imágenes producidas en el taller de fotografía representan las vivencias de la ciudad y los espacios de compartía la comunidad. Ella comenta que le pareció interesante que las fotografías se conviertan en imágenes de los mitos y leyendas de la ciudad, dice que los participantes contaban a través de sus fotografías todas las historias y cuentos de los lugares más significativos: “[…] también fue interesante el tema de los mitos. Uno puede pasar por la carretera y no sabes qué paso ahí, en cambio ellos te contaban con sus fotografías todas las historias y leyendas […]” (Flor Osorio, SCG). Andrés Longhi también comentó sobre los principales resultados que se obtuvo en las fotografías. Así, comenta que los participantes han elaborado especialmente representaciones de los lugares más simbólicos de la ciudad, aquellas costumbres o actividades que los caracterizaban, así como escenas de su vida personal y cotidiana. De esta manera, él manifiesta que entre los lugares más fotografiados se encuentran el cerro Toromocho, el monumento al Casco del minero, el campo o la lavandería; explica estas representaciones de la siguiente manera “[…]¿Porque los fotografiaron? porque eran los lugares de encuentro de toda la comunidad”. Además menciona que también aparecen imágenes del parque infantil, de los edificios de la ciudad o del estadio con pocos años de antigüedad: “[...] Una de la cosas importantes de los chicos era fotografiar la parte más moderna de su ciudad, ese es el tema, como el nuevo estadio o los parques […] (Andrés Longhi, Ojos Propios) En cuanto a las tradiciones o costumbres, Andrés Longhi hace un énfasis especial en el lavado de ropa: “[…] La ropa tendida también, en las fotos la ciudad parece que es una gran lavandería […] Era un espectáculo porque tu entrabas a la ciudad y todos los alambres donde podías colgar ropa estaban ocupados. Todos los días veías gente colgando ropa, era un quehacer social ya casi patológico, es una especie de necesidad para lavar sus cosas […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Así también en cuanto a los retratos de niños y jóvenes Andrés comenta que: “[…] Se realizaron retratos porque se les pidió que se fotografíen entre ellos, que cuenten historias, era parte de un ejercicio. Ellos mismos se utilizaban como modelos para puntualizar un lugar, para darle más razón de ser, se les 148 explicó que eso activaba una cosa que podía ser el momento decisivo” (Andrés Longhi, Ojos Propios). En cuanto al trabajo y el desempeño fotográfico de los participantes, Andrés Longhi manifestó que la producción fotográfica de los adultos era distinta a la de los jóvenes y niños. En ese sentido, él cuenta que los adultos hacían un trabajo mucho más elaborado y planificado, “[...] eran mucho más pretenciosos y cautelosos al momento de construir sus emociones […]”; las imágenes producidas por ellos poseían una intención marcada sobre lo que se quería expresar o decir. Por otro lado, los niños y jóvenes eran quienes agregaban la fantasía e imaginación a sus imágenes, es decir, las fotografías no expresaban nada intencional, simplemente reflejaban el imaginario de los niños; por ello los niños y jóvenes tuvieron una mayor producción fotográfica en los talleres. “Lo que nosotros hemos hecho es decirles en las conferencias de que no se olviden de que la fotografías deben representar la mezcla de la realidad con la fantasía, entonces la realidad es lo que tienes adelante y la fantasía es lo que tu quisieras ver. Los adultos se alejaban de la fantasía y hacían un trabajo mucho más pensado y elaborado, con intenciones más reales y marcadas […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Es así que el director de Ojos Propios opina que los niños y jóvenes fueron los que siguieron con mayor atención las sesiones, se dejaban llevar mucho más por la fantasía que podían encontrar a su alrededor. Ellos estaban muy atentos a los símbolos y escenas que los rodeaban, sentían que con sus fotografías podían emocionar y hacer sentir a la gente que las observe: “El tema de la realidad y la fantasía los obligó a fantasear un poco, el que ellos sepan que podían utilizar la cruz o podían utilizar una lavandería. Ese tipo de situaciones comienzan a funcionar, es como dar una lección bien dada, habían aprendido y reflejaban lo que habían aprendido” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Es por ese motivo que la mayoría de las fotografías elegidas para la muestra final fueron elaboradas por los niños y jóvenes, quienes se arriesgaban más en su producción fotográfica y demostraban más propuestas visuales. 149 A manera de conclusión se puede decir que los niños y jóvenes empezaron buscar cosas nuevas que fotografiar, experimentaron más en cuanto a sus fotografías, a la luz y formas que podían encontrar en el entorno; Andrés comenta: “Se les indicaba que enseñen lo que jamás se imaginaron ver, es así que empezaron a buscar cosas nuevas[…]”. Por otro lado, los adultos elaboraron fotografías más intencionales, pero con mayor aporte histórico a la memoria colectiva de Morococha, rescatando espacios o elementos de las tradiciones morocochanas que habían quedado olvidados en el tiempo. Vemos entonces una diferencia entre las formas de articulación de la memoria de ambos públicos, por un lado los niños y jóvenes elaboran imágenes experimentales, tratando de buscar espacios u objetos que llamen o motiven su memoria; por otro lado, los adultos conciben elementos o escenas predeterminadas para que formen parte de la memoria de la ciudad, con una intención mucho más histórica. Esto refleja la diferencia entre la memoria de los jóvenes y los adultos, ya que los recuerdos sobre un lugar dependen de cuánto tiempo se haya vivido ahí y de cuántas experiencias se guarden entre los diferentes espacios; por lo tanto, los diferentes participantes perciben el espacio morocochano de maneras muy distintas. Sobre la experiencia y participación de los morocochanos Andrés comenta: “[…] en realidad reciben todo lo que se enseña con la cabeza muy abierta, están ávidos de recibir información, de recibir muchas cosas, así sea un taller de cuentos, lo van a recibir y van a responder. Lo novedoso es que era un taller de fotografías, fuimos con cámaras y fue mucho más atractivo, nos hemos dado cuenta que el terreno está súper cultivable, que los morocochanos tienen talento y que han elaborado grandes historias (Andrés Longhi, Ojos Propios). De esta manera, Andrés Longhi reconoce que la fotografía es aceptada como una herramienta de expresión nueva para la población, una propuesta mucho más dinámica e interactiva que facilitó la participación y la expresión de los mensajes; por otro lado, resalta también la intención de los participantes de continuar en el trabajo de la memoria y especialmente con metodologías o herramientas visuales. 150 Sobre el Museo de la Memoria y la muestra final del taller de Morococha El Museo de la Memoria sería ese espacio dedicado a preservar y promover la memoria de la ciudad, el cual fue inaugurado en noviembre del año 2012, pero que lamentablemente se vio suspendido por los diferentes conflictos políticos y sociales que se dieron a causa del reasentamiento de la ciudad. Si bien el Museo de la Memoria sería reactivado por la municipalidad, los actores involucrados en la propuesta fotográfica elaboran algunas reflexiones sobre el trabajo de la memoria y lo que se esperaba realizar en Morococha. Flor Osorio comenta que el Museo fue una iniciativa aceptada por la población porque el tema de la memoria ya se había discutido y trabajado con la comunidad Morocochana. Ella comenta que, además de las fotografías, la gente también pedía que en el museo se coloquen algunas piezas arqueológicas que fueron encontradas en Morococha y en los alrededores; así también que les gustaría que el museo sea el espacio cultural de la ciudad, donde los niños y jóvenes puedan desarrollar actividades artísticas para fortalecer la identidad de la comunidad (Flor Osorio, SCG). De esta manera, según estos comentarios, la población aún guarda expectativas por el espacio y tiene interés por el trabajo de la memoria de Morococha. Así también Julio Casas espera que existan asociaciones público-privadas que puedan otorgar sostenibilidad a esta clase de proyectos; ya que si bien Social Capital Group y Ojos Propios son responsables de la propuesta, el Museo y las fotografías fueron entregados a la administración de la municipalidad y es por ese motivo que se vio suspendido por unos meses, debido a que la municipalidad aún no llegaba a un acuerdo con la empresa minera. Julio resalta que lo importante de esta iniciativa es que pertenece a la población y depende tanto del pueblo como de sus autoridades la continuación del proyecto: “Acá la misma gente era la que sacaba su foto, se preocupaba, tenía el espacio, asistía a su taller a capacitarse; es decir, pasaron por todo un proceso de selección y ahí salió su foto […]” (Julio Casas, SCG). Julio Casas comenta que como continuación del proyecto de memoria en la ciudad de Morococha, se tenía planificada la elaboración de una guía metodológica educativa sobre el 151 tema de memoria; esta iniciativa sería trabajada con los estudiantes, profesores y directores de los colegios de la ciudad. Se planeaba que una vez que los niños y jóvenes elaboraron sus recuerdos a partir de la imagen fotográfica, encuentren y desarrollen diversas formas de expresar la memoria de su nueva ciudad (Carhuacoto); como dibujar, narrar un cuento y hasta volver a tomar fotografías. No obstante por problemas políticos, de logística y de tiempo aún no se pudo realizar esta iniciativa (Julio Casas, SCG). Para Andrés Longhi también hubiese sido ideal continuar este proyecto en la nueva ciudad, esta vez los niños tendrían el objetivo de retratar los primeros acontecimientos de la nueva ciudad y cómo se va adaptando la población al nuevo entorno. De esta manera, tanto la consultora como la Asociación fotográfica se encuentran a la espera del nuevo proyecto en la ciudad de Carhuacoto. Observamos en los ejecutores y gestores del taller una preocupación por la interrupción y la continuidad del proyecto de memoria, si bien el museo fue una iniciativa de la empresa minera es necesario que tanto la población como sus autoridades impulsen y promocionen los trabajos de memoria de Morococha. Sabemos que los problemas políticos se convirtieron en un obstáculo de esta muestra final y resultaba imposible no mencionar este período de inactividad del Museo de la Memoria; sin embargo, ahora el Museo de la Memoria será reactivado y tanto la iniciativa como la reflexión de las fotografías puede ser retomada por la población y los líderes de la comunidad. Así también es importante mencionar la relevancia del aspecto participativo en todo el desarrollo del taller, los ejecutores y gestores comentan que el carácter participativo del taller se convierte en una ventaja comparativa frente a otras iniciativas del trabajo de la memoria, ya que son los mismos pobladores quienes construyen elementos y documentos de la memoria colectiva de su comunidad, por lo tanto éstos poseen mayor aprecio y valoración, así como también mayor veracidad. 4.1.6.2 Lecciones y aprendizajes de los participantes del taller de fotografía Así como los actores encargados de la gestión y ejecución de la iniciativa, los participantes también han reflexionado sobre la experiencia y los resultados obtenidos en la misma. Para 152 ellos, la fotografía no solo fue un acto mecánico, también fue un proceso de rememoración y descubrimiento que los ayudó a enfrentar el cambio y la mudanza. Las fotografías de los participantes son valoradas como un testimonio de memoria y objetos que impiden el olvido de la ciudad, muchos sienten que sus fotografías se han convertido en los recuerdos personales y colectivos que se quieren llevar de la ciudad, además confiesan que el acto fotográfico les permitió conocer o redescubrir aspectos de la ciudad que habían quedado olvidados. Todos los participantes han manifestado que disfrutaron de la experiencia fotográfica, cuentan que al principio no se sentían muy interesados y atraídos por el taller; sin embargo, con la sesiones de aprendizaje y los diversos ejercicios encontraron en la fotografía una herramienta de entretenimiento, una excusa que les permitía explorar la ciudad y conocer la vida y los espacios cotidianos del pueblo. Todos comentan que han aprendido muy bien a manejar la técnica fotográfica, a fijarse en las luces y sombras, las temperaturas de los colores y en la composición de la fotografía. De esta manera, según los testimonios recolectados, la experiencia fotográfica ha permitido a cada participante aprender y descubrir cosas diferentes. Para algunos fue más importante la parte técnica de la experiencia, es decir, saber cómo manejar una cámara fotográfica y los principales aspectos de esta disciplina; otros valoran más las salidas al campo y el descubrimiento de lugares o elementos que no conocían de Morococha; otros, creen importante el valor de sus fotografías como objetos que les permitirán recordar la vida que dejaron. Es así que se presenta a continuación algunas lecciones y aprendizajes de los autores que han participado de esta experiencia: Por ejemplo, Rosana (16) comenta lo siguiente: “Morococha va a desaparecer y Morococha para mí es muy importante y aunque acá tenemos varias comodidades, siquiera en algo que quede un recuerdo de Morococha, por lo menos tenemos las fotos […]” (Rosana, 16 años). Rosana reconoce que Morococha desaparecerá y que las fotos que ha realizado en el taller le servirán para no olvidarla. Ella resalta que a pesar de las comodidades y beneficios que representa la nueva ciudad quiere tener presente espacios, momentos o dinámicas que no se 153 deben olvidar. Este testimonio confirma que los espacios que nos rodean forman parte de nuestra identidad y de nuestra estabilidad como personas dentro de una comunidad (Halbwachs 2004:131). Mery (16) dice que aprender fotografía le ayudó en este proceso de mudanza ya que le permitió descubrir cosas que no conocía de la nueva ciudad, cosas que ahora le parecen muy interesantes. Es así que la fotografía se convierte en una acción de revaloración de los lugares u objetos que la rodeaban cotidianamente (Mery, 16 años). Así también dice que las fotos sirven para tener el recuerdo de la antigua ciudad, un recuerdo de aquello que se aprecia y valora: “[...] Es algo bonito porque viendo las fotos nos podemos recordar en qué parte hemos estado y todo eso […]” (Mery, 16 años). En el caso de Daniel (15) esta experiencia tiene un objetivo principal: crear recuerdos para la posteridad, (Daniel, 15 años). Daniel dice: “[...] la fotografía me sirvió para recordar Morococha porque era una ciudad muy hermosa y con mucha historia”. Antonio (14) reconoce que aprendió a tomar fotografías gracias al taller, así como también a conocer más la ciudad en la que vivía: “[…] porque hay algunos recuerdos que me gustaría mantener y como ya no voy a volver” (Antonio, 14 años). Según estos comentarios, los autores reconocen que ante la imposibilidad de volver, las fotografías toman mayor valor como recursos de memoria. En el caso de Luis Carlos (13), él dice que la experiencia fotográfica fue importante durante el proceso de mudanza porque le permitió elaborar imágenes para mostrar cómo era antes Morococha y cómo vivían todas las personas, ello le permite ahora hacer comparaciones entre la nueva ciudad y la antigua ciudad. A Ximena (15) le gustó toda la experiencia, comenta que sus fotografías le permiten recordar la ciudad, su niñez y los amigos que tenía (Ximena, 15 años). Así mismo, el taller de fotografía y toda la experiencia, han ayudado a Darío (15) en este proceso de cambio y mudanza, él comenta: “[…] Si, también me ha ayudado en este proceso a recordar algunas cosas que necesitaba y conocer nuevas cosas […] (Darío 154 15 años). Respecto a conocer cosas nuevas Darío nos dice que “[…] habían tantas cosas que ni siquiera sabía, tal vez otros lugares que no había visto en las fotos que habían tomado, estaba como sorprendido cuando vi las fotos […]”. Es decir, según él la fotografía le permitió descubrir y conocer cosas nuevas de la ciudad, experiencia que se dio tanto al momento de explorar para fotografiar, como al momento de la exposición colectiva de las imágenes (Darío, 15 años).Miguel (12) comenta: “[…] Aprendí tomar fotos y a ver cosas nuevas en Morococha”. Nos dice que por un lado las fotografías que ha realizado le permiten recordar mejor las cosas y revivir los momentos de su vida en la antigua ciudad, por otro lado la experiencia le ha permitido descubrir y conocer mejor el lugar donde vivía (Miguel, 12 años). Por otro lado, Susana (37) valora el aprendizaje de la técnica fotográfica ya que reconoce que al aprender a tomar fotografías puede expresarse mejor a través de las imágenes, considerando la luz, la composición y el momento decisivo (Susana, 37 años); es por ello que comenta lo siguiente: “[…]Al menos para tener, que le digo, la figura de cómo realmente tomar una fotografía, muchas personas toman una fotografía por tomar y no has visto qué dimensión o momento de la foto es el que quieres captar, todas esas cositas en el taller te has podido enterar, te han capacitado, te han dado otras ideas […]”. Además de aprender a generar fotografías que servirían para el recuerdo de su antigua ciudad, la experiencia también le ha permitido conocer nuevos lugares o historias sobre Morococha. Así también, Jorge (43) dice que el taller le ha servido para aprender la técnica fotográfica y seguir en el arte, es así que ha mejorado la manera de expresarse en la fotografía. Como una iniciativa de memoria, Jorge considera que la experiencia fotográfica ha sido importante porque “[…] se debe luchar para que prevalezca una memoria, para que la historia se mantenga vigente” (Jorge, 43 años). De esta manera, cada participante tuvo diferentes aprendizajes. Algunos valoran más el aspecto técnico del taller, otros reconocen la influencia del trabajo en el redescubriendo de espacios que se creían perdidos. Así también valoran las fotografías que resultaron del taller como testimonios de aquella vida y ciudad morocochana. Sin embargo, no se puede 155 evitar percibir la nostalgia y tristeza de los autores al hablar sobre la pérdida de los espacios y sus intentos de evitar el olvido. Una de las participantes, Rosana (16), comenta que los recuerdos son importantes para ella y el resto de la población, por ello todo lo que se ha dejado en la antigua ciudad es valorado por muchas personas. Ella cree que la razón por la cual algunas personas aún no se mudan a la nueva ciudad es porque no quieren dejar atrás todas esas vivencias y recuerdos; es decir, han pasado toda una vida en Morococha, han construido momentos, especialmente las personas mayores. Manifiesta que existe un sentimiento de tristeza y dolor al separarse del lugar en el que naciste y viviste y al que no volverás, es en ese sentido, la fotografía la que permite guardar esos recuerdos para contrarrestar el dolor (Rosana, 16 años). Así también comenta que el no tener fotos de Morococha significaría perderla para siempre. Cuando se le preguntó si es que la experiencia la ayudó en el cambio y la mudanza ella respondió: “si, porque a través de las fotos estamos guardando si quiera algo de Morococha para las generaciones que siguen, siquiera para que conozcan un poco de lo que había en Morococha […]” (Rosana, 16 años). De esta manera, la experiencia fotográfica no solo ha significado aprender aspectos técnicos de esta disciplina, participar del taller ha permitido que los participantes recuerden y generen imágenes que se conviertan en testimonio de su vida en Morococha, imágenes que les permitan revivir y siempre tener presente cómo era la ciudad, cómo se vivía o qué hacían todos los días. Por otro lado, las fotografías que han generado no solo sirven para recordar también se convierten en piezas históricas de la ciudad, en documentos concebidos por los mismos pobladores. Así la experiencia fotográfica representa no solo aquel proceso por el cual seleccionaron sus memorias, también un proceso de descubrimiento de nuevos espacios y elementos que habían quedado olvidados en la ciudad, ya que la fotografía ha permitido recuperarlos. Aquellos socavones o piedras que inspiraron leyendas han sido retratados para fundamentar la historia de la ciudad, y quién más adecuado de hacerlo que los mismos pobladores dueños de las historias. De esta manera, la fotografía se ha convertido en un proceso de 156 reflexión y descubrimiento, un proceso que permite a los morocochanos retratar lo más importante en sus vidas para no olvidar; redescubrir la ciudad a través del lente de una cámara; y por último en una práctica que hizo posible formular colectivamente imágenes de una vida que se queda pero que no se olvida. Sin embargo, a pesar de los resultados y las expectativas de los autores frente a la práctica fotográfica, ellos también mencionan el cierre del Museo de la Memoria como un suceso que interrumpió la iniciativa, ya que muchos esperaban que este espacio se mantenga activo y promueva experiencias similares. Así también comentan que no todos asistieron a la inauguración final, lo cual llama a la reflexión a los organizadores del evento, ya que la presencia de los autores en la muestra final era relevante para reforzar el aspecto participativo del proyecto. Sobre las expectativas que se mantienen en el trabajo de la memoria, Jorge (43) menciona: “Si bien es cierto estas fotos de por sí ya son historia y van a perdurar a través del tiempo, yo pienso que ya la misma población debe ponerse de acuerdo con sus autoridades y tiene que hacer algo para mantener la memoria histórica en diferentes aspectos, en la fotografía en el arte, en la danza. Eso deben hacer para afianzar una memoria histórica, sobre todo en los jóvenes” (Jorge, 43 años). Es así como además de confirmar que las fotografías se convirtieron en un vehículo de la memoria durante el proceso de reasentamiento, los participantes también mencionan las dificultades del proceso, resaltando lo bueno y lo malo de la experiencia. Las fotografías representan espacios, elementos y personajes que se convierten en marcos y referentes de la memoria colectiva de una comunidad; y es la fotografía aquella herramienta de expresión que permite retratar y establecer dichos elementos que forman parte de la rememoración, permiten mantener la continuidad de la comunidad, reforzar la identidad y rescatar la historia de Morococha. El ejercicio ha permitido reconstruir el pasado y el presente de Morococha a través de las imágenes, creando significados y símbolos para el mantenimiento, conmemoración y comunicación de dichos acontecimientos en la posteridad; así, la práctica fotográfica aplicada en Morococha se convierte verdaderamente en un proceso de memoria colectiva 157 (Mendoza 2004:5). Las fotografías no solo son elaboradas a partir de una experiencia colectiva, también son producto de una reflexión grupal y adoptan referentes físicos de los espacios de toda una comunidad; por ello se puede decir que las fotografías son recursos y vehículos de la memoria para toda la población, si bien cuenta historias o anécdotas personales, cada imagen es parte de la historia colectiva de toda la comunidad. 4.2 La memoria colectiva de Morococha y del proceso de reasentamiento de la ciudad Hablar de la memoria, es hablar de la reconstrucción de procesos y acontecimientos que forman parte de nuestra vida personal, como del ámbito colectivo en el que habitamos (Mendoza 2004:5). La memoria no se trata de recopilar hechos o sucesos, se trata de hablar de aquellos acontecimientos que cobran una carga afectiva y especial en la vida de cada habitante. De esta manera, el objetivo de este acápite es presentar aquellos marcos o puntos de referencia de la memoria colectiva sobre la ciudad de Morococha que fueron expresados por los autores y autoras de las fotografías. Esta parte de la investigación se enfoca en conocer los significados que atribuyen los participantes a la ciudad donde vivieron hasta el reasentamiento producido en noviembre del 2012 , identificar qué elementos de este espacio están presentes en la memoria de la ciudad y cuáles fueron los sentimientos y expectativas frente al proceso de reasentamiento. La información que será presentada a continuación fue producida y recolectada a partir de entrevistas semi-estructuradas realizadas a 10 autores y autoras de las fotografías que se encuentran en la muestra final del Museo de la Memoria de la ciudad de Carhuacoto. A partir de un proceso de incitación fotográfica, los autores mencionaron los principales aspectos sobre la memoria de la ciudad de Morococha, así como las percepciones frente al proceso de reasentamiento y mudanza. El acápite está organizado en dos partes. En la primera parte analizaré las valoraciones, significaciones y recuerdos de la ciudad de Morococha, las cuales fueron atribuidas por los 158 jóvenes y adultos entrevistados en base a su experiencia personal. Así, según los testimonios, la memoria de Morococha está referida al espacio compartido por la comunidad, desde la comprensión de Morococha como una ciudad dependiente de la minería, como también de aquella ciudad que guarda recuerdos personales. Así también, a partir de los testimonios, intento recolectar las diferentes percepciones sobre la identidad morocochana, la cual se encuentra representada en los objetos, espacios o costumbres propias de una comunidad minera y migrante. En la segunda parte, analizaré las percepciones y expectativas de los autores y autoras frente al proceso de reasentamiento y mudanza de la ciudad. Esta parte de la investigación está enfocada en conocer el conflicto en el que se encuentran los pobladores de Morococha frente a los cambios que ha producido el proceso de reasentamiento en su vida personal y comunitaria. De los testimonios se puede determinar que los pobladores perciben algunas pérdidas y ganancias que influyen directamente en la construcción de la memoria sobre Morococha. 4.2.1 Morococha: la vida en la ciudad, identidad y recuerdos Como sabemos, Morococha es una ciudad ubicada a más de 4500 msnm en el departamento de Junín, en ella habitaron aproximadamente 5000 personas y se caracteriza por ser uno de los principales asentamientos mineros de la zona centro del Perú. Sin embargo, además de los aspectos geográficos y socioeconómicos, para cumplir los objetivos de este acápite de investigación tengo la intención de conocer el significado de la ciudad para aquellos pobladores que la habitaron antes del reasentamiento, es decir, para las personas que nacieron, crecieron o fundaron una familia en Morococha. Planteo esta interrogante con la intención de analizar el nivel de valoración sobre la ciudad, conocer aquellos aspectos positivos o negativos propios de una ciudad minera, migrante y diversa, así como comprender sus sentimientos y expectativas frente al reasentamiento de la población y la desaparición de Morococha. Este análisis me permitirá establecer y comprender los marcos, 159 puntos de referencia y procesos de la memoria que fueron representados en las fotografías del taller. De ello podemos determinar que cada autor o autora posee una concepción diferente sobre la ciudad en la que habitó; es decir, reconocemos diversos sentimientos hacia Morococha, muchos de ellos basados en la historia familiar, en los recuerdos, vivencias y la calidad de vida que tuvo. En los siguientes párrafos presento los principales comentarios y reflexiones realizadas por los autores sobre la definición de Morococha como espacio de identidad y como una parte importante de su vida. Si bien cada autor y autora posee una concepción propia sobre la ciudad de Morococha, las opiniones y testimonios pueden dividirse o clasificarse según la edad de las personas que fueron entrevistadas, ya que los adultos participantes de la investigación comprenden de otra manera la realidad de Morococha, han vivido más años en la ciudad y poseen otras expectativas sobre la calidad de vida. De la misma forma, los jóvenes manejan otro tipo de información sobre la realidad de Morococha y otorgan una significación mucho más emotiva. ¿Qué es Morococha? Jorge (43) es uno de los adultos participantes del taller, ex trabajador minero y miembro representante de la población vulnerable en la Mesa de Diálogo44 de la ciudad de Morococha. Él manifestó que Morococha es sobre todo su lugar de nacimiento, además considera también que es un centro minero muy importante que ha tomado relevancia por el proyecto Toromocho, el cual significa para Jorge el progreso de la ciudad y el acceso a una mejor calidad de vida para su familia y la población morocochana. Sin embargo, siente también que Morococha es una ciudad que ha sufrido mucho debido a la falta de servicios en salud y educación, indica que los morocochanos no gozaban de una calidad de vida 44 Instancia que permite la solución de un conflicto social, se menciona las características de la Mesa de diálogo de Morococha en el Capítulo II “Sobre la ciudad de Morococha y el proceso de reasentamiento”. 160 adecuada a pesar que se encontraban rodeados de proyectos mineros que podrían motivar la dinámica económica y la mejora de los servicios públicos. De esta manera, Jorge reconoce que a pesar de albergar una gran riqueza minera, la Morococha que se deja es para él una ciudad que no contaba con los servicios adecuados para la población, por ello espera que en Carhuacoto pueda encontrar mejores oportunidades, así también que la empresa minera pueda brindar un servicio social sostenible a quienes han aceptado el reasentamiento: “[…] Es pues un centro minero muy importante y se ha vuelto más importante aún con el proyecto Toromocho. En Morococha se ha vivido aproximadamente 105 años de aletargamiento en la educación, en la salud [...] Espero que con este proyecto esto se revierta y sirva para mejorar la ciudad (Jorge, 43 años). Así como Jorge, Susana (37) afirma que Morococha es un pueblo minero por esencia, ya que la minería es su principal fuente de ingreso y no hay otra actividad económica que sea el sustento de la población. Según lo comentado por Susana, podría decirse que la economía, las relaciones sociales, las manifestaciones culturales y la forma de organización de la comunidad giran en torno a las actividades mineras y a la forma en cómo se realizan (Susana, 37 años). Así también ella nos dice que las actividades laborales de las diferentes empresas mineras que se encuentran en torno a Morococha son la fuente de ingreso principal de las familias morocochanas y la razón por la cual se produce un movimiento migratorio importante proveniente de diferentes partes del Perú. Para Susana, Morococha no existiría sin la minería; comenta que el pueblo ha nacido por los proyectos mineros que se dieron y la ciudad se formó por las comunidades de trabajadores que habitaban en zonas cercanas, por ello la actividad minera es una parte sustancial en la identidad del pueblo, al ser fuente clave de economía y organización (Susana, 37 años). “[…] si, este es el símbolo de la minería. Te dice que este pueblo es un asiento minero, una ciudad minera, ese es su principal trabajo, su principal fuente de ingreso o actividad, no hay otro tipo de trabajo. Claro hay el mercado y todo eso, pero principalmente es la minería, si no habría trabajo de la minería ese pueblo no existiría, de verdad no existiría” (Susana, 37 años). 161 De esta manera, según las opiniones de los adultos que fueron entrevistados, Morococha es comprendida como el lugar de nacimiento o desarrollo personal. Es decir, es aquella ciudad donde se ha fundado una familia, de la cual se proviene y la cual otorga una identidad de origen; así también es aquel lugar que les ha permitido desarrollarse debido a las oportunidades y dinámicas laborales mineras. Por otro lado, los participantes adultos destacan y resaltan que Morococha es una ciudad minera que ha surgido debido las empresas y actividades económicas que se encontraban alrededor; además, que esta dinámica socioeconómica ha influido en el imaginario, costumbres y modos de vida de las personas que la habitan, por ello Susana dice que “sin la minería Morococha no existiría”, reafirmando así la identidad minera de la ciudad. Además, a pesar de las diversas actividades que se ejecutaban alrededor, mencionan también que Morococha fue una ciudad que ha sufrido el retraso y abandono de las empresas y del Estado en cuanto a los servicios públicos de salud, educación y saneamiento; de esta manera, uno de los autores reconoce que a pesar de que es un yacimiento importante en la minería del país, Morococha era una ciudad con una baja calidad de vida y de servicios públicos. Así, los adultos entrevistados nos permiten comprender una valoración sobre la ciudad de Morococha mucho más relacionada a la dinámica económica de la misma, resaltando que los servicios y condiciones eran insuficientes para la población que la habitaba. Por otro lado, presento también las opiniones y testimonios de los niños y jóvenes autores y autoras de las fotografías, quienes comprenden Morococha como el lugar donde ha transcurrido una etapa de sus vidas y en la cual se tuvo diferentes anécdotas y vivencias; valorando así la ciudad desde la significación personal de sus diferentes espacios. Los comentarios de los jóvenes parecen confirmar la importancia del marco espacial en la configuración de la memoria, cuando Halbwachs dice que la imagen del entorno exterior influye directamente en la idea que el individuo o colectivo forma de sí mismo; además, ya que el lugar donde se habita recibe la huella del grupo, entonces todo lo que se hace puede traducirse en términos espaciales (Halbwachs 2004:133). Por ello, como lo podremos apreciar a continuación, los jóvenes relacionan Morococha son sus principales espacios y las experiencias sociales vividas en los mismos. 162 Por ejemplo, para Rosana (16), Morococha es sobre todo el lugar donde ha nacido, afirmando así un sentimiento de pertenencia. Manifiesta también que era un lugar en el cual disfrutaba vivir, sobre todo por las atracciones naturales que se encontraban alrededor; recordando que era una ciudad rodeada de lagunas, pampas, nevados y formaciones rocosas que se convirtieron en los escenarios de paseos familiares y exploraciones. De esta manera Rosana comenta: “[…] Morococha es la ciudad donde nací, me gustaba porque íbamos a pasear a la laguna que está arriba, la laguna que está encima de la ciudad” (Rosana, 16 años). Cuando se preguntó a Mery (16) sobre el significado de Morococha respondió inmediatamente “mi niñez”; a pesar de que ella no nació en Morococha, manifiesta que es en la ciudad donde encontró a sus mejores amigos: “[…] porque allá estaba con mis amigos, la escuela (suspiros) todo eso […]” (Mery, 16 años). Para Mery, intentar definir qué es Morococha es recordar todos los momentos de su niñez, aquellas anécdotas, experiencias o paseos familiares que realizaba en la ciudad; por ejemplo, durante la pregunta ella cuenta que cuando era niña jugaba por su vecindad, ya que había una especie de cancha o patio donde se reunían con todos sus vecinos, también paseaba por las lagunas con su papá y jugaba en el parque con sus amigos (Mery, 16 años). Por otro lado Daniel (15) manifiesta lo siguiente: “[…] es una ciudad que me ha visto crecer, no me ha visto nacer pero me ha visto crecer, ha visto mis triunfos y lo que he logrado […]” (Daniel, 15 años). A pesar de que Daniel no ha nacido en Morococha, la ciudad se convierte en el lugar que alberga su crecimiento y desarrollo como persona; además también comenta que en ella su familia encontró un lugar para vivir en tranquilidad y poder desarrollarse económicamente. Al igual que él, Antonio (14) comenta que Morococha es la ciudad donde creció; ya que a pesar de no nacer ahí, él valora y reconoce a Morococha como un lugar tranquilo, donde vivía bien y donde hizo muchos amigos (Antonio, 14 años). De esta manera, para los niños y jóvenes participantes, la ciudad de Morococha es comprendida como una etapa de la vida, la niñez; ellos le asignan el valor nostálgico de las 163 vivencias, amigos e imaginario perteneciente a la infancia, por ello, se piensa que todos esos recuerdos se quedan en los diferentes espacios de la ciudad. Sobre esta reflexión, Halbwachs nos dice que los lugares en los que vivimos adoptan significados y se convierten en símbolos de los acontecimientos de nuestra vida (Halbwachs 2004:137), adquiriendo el espacio de Morococha todos los acontecimientos transcurridos durante la infancia de los jóvenes. Por otro lado, la ciudad también se entiende desde sus diferentes espacios, como aquellas montañas o lagunas, el barrio o parque infantil. Cada uno de los lugares mencionados tienen una significación para los autores, por lo tanto Morococha se convierte en la ciudad que guarda aquellos recuerdos; como por ejemplo los paseos familiares, los juegos en la canchas del barrio o las exploraciones de la naturaleza. Como se ha mencionado, todo lo que se hace puede traducirse en términos espaciales y es por ello que se define Morococha desde los lugares que han adquirido una mayor carga afectiva. Es así que los niños y jóvenes reconocen el espacio donde habitaron como parte de su identidad e imaginario (Halbwachs 2004:131); en ese sentido, Halbwachs nos dice que el espacio influye en la concepción que cada uno tiene sobre sí mismo, y las personas también influyen en el espacio transformándolo, adaptándose y haciéndolo propio (2004:133). Por lo tanto, cada detalle del lugar tiene un sentido que solo los morocochanos lo van a entender y lo han incorporado a la imagen que tienen de sí mismos, a la construcción de su identidad. Así como los adultos, los niños y jóvenes también comprenden que Morococha es su lugar de nacimiento o el lugar donde han crecido. De esta manera, es también identificada como la ciudad de origen, reafirmando así un sentimiento de pertenencia e identidad hacia ese espacio. Para quienes no nacieron en la ciudad, Morococha se convierte en aquél lugar dónde crecieron o conocieron a sus amigos, estableciendo de la misma manera un vínculo de pertenencia y valoración. Según lo comentado, podemos determinar que Morococha adopta diferentes significados; algunos autores tienen una perspectiva más personal y emotiva, relacionando el significado de la ciudad con momentos y etapas importantes en su vida o con los espacios simbólicos 164 de la vida diaria de Morococha, tratando así de entenderla como un espacio que guarda recuerdos y vivencias, lo que ocurre en el caso de los niños y jóvenes. Como también encontramos significados relacionados con la realidad de la ciudad, es decir, aquellos que tratan de entender Morococha desde un aspecto socioeconómico, lo que ocurre en el caso de los adultos. A pesar de ello, en ambos grupos podemos identificar un sentimiento de nostalgia sobre Morococha y una relación importante de pertenencia al espacio. Identidad morocochana Luego de conocer el significado y la concepción que se maneja sobre la ciudad de Morococha desde la perspectiva de los niños, jóvenes y los adultos, se plantea la siguiente pregunta: ¿Qué significa ser morocochano?, ¿Será que ser morocochano es nacer en Morococha?, ¿Será que ser Morocochano es crecer y vivir en la ciudad? Ciertamente es una pregunta compleja a la cual no muchos respondieron; sin embargo, a pesar de ello, se tiene la intención de conocer aquella identidad del pueblo que deja su espacio, la identidad de un pueblo minero de los andes que enfrenta un momento clave para su continuidad como sociedad. Debo decir que los testimonios que se expondrán a continuación se encuentran estrechamente relacionados con los significados que los autores y autoras han otorgado a Morococha, ya que las concepciones o comprensiones atribuidas a la ciudad (como los espacios o acontecimientos importantes en la historia de la población) pueden convertirse en referentes de identidad, se habla así de aquellos marcos que nos permiten rememorar el pasado y por lo tanto otorgar una continuidad a nuestra identidad (Jelin 2002:21). Para Miguel (13), ser morocochano significa nacer en ese lugar o provenir de ese lugar, de esta manera él responde firmemente: “[…] es el lugar donde has nacido […]” (Miguel, 13 años); así, para muchas personas ser morocochano significa haber nacido en la ciudad. Sin embargo, gran parte de la población de Morococha no proviene originalmente de la ciudad debido a que muchas familias emigraron a Morococha en busca de trabajo y mejores oportunidades , por ello la identidad morocochana es diversa y pertenece a la vez a 165 tradiciones o costumbres de los lugares de procedencia de cada habitante como Huancavelica, Puno, Huánuco, etcétera. Por ello, así hayan nacido o no en Morococha, los participantes logran definir una identidad a partir de ciertos lugares, costumbres o acontecimientos propios de la ciudad; de esta manera, aquellos elementos que son mencionados se convierten en una especie de símbolos o referentes de identidad. Susana (37), responde: “[…] Más o menos, ¿qué cosa nos identificaría como morocochanos? [...] en realidad, ahorita la única identificación como morocochana sería, bueno hay tantas cosas, no es una sola, a la entrada tenemos el Huaricapcha45, todo el mundo viene ya sabe qué es Morococha, también está el Casco46, y ese no es el único casco porque subiendo también hay un casco […].”(Susana, 37 años). De esta forma, Susana reconoce que no puede definir una sola identidad Morocochana “hay tantas, no es una sola”, debido a que Morococha fue y es una ciudad que posee una población que proviene de diferentes lugares del país. Ella comenta que la gente venía de todas partes del Perú por el trabajo que ofrecían las empresas mineras, trayendo consigo diferentes costumbres y manifestaciones culturales. De esta manera, poco a poco a través de los años, la identidad morocochana fue adoptando las manifestaciones o símbolos culturales de la gente que vivía en la ciudad, dependiendo así del flujo y origen de la población (Susana, 37 años). Así también lo dice Jorge (43): “[…] Morococha es una ciudad cosmopolita porque hay muchas sangres, de Huancayo, Huancavelica, Puno; vienen de todos sitios y se asientan en Morococha. No tiene una identidad fija, han traído diversos tipos de fiestas, no tiene una danza, no tiene un plato típico […] La identidad y las manifestaciones dependen de la 45 El Huaricapcha, monumento ubicado a la entrada de la ciudad, es una estatua que representa al antiguo trabajador minero. Se observa a un hombre descalzo, agachado y con una carga de mineral en sus espaldas. También hace referencia a una leyenda que explica el origen de la actividad minera en el centro del país. 46 El Casco del minero es uno de los monumentos que se encuentran en la entrada de la ciudad. Es un gran casco construido de concreto que se encuentra relacionado con la actividad minera actual. 166 empresa que venga; cuando terminó la actividad de CentroMin47 todas esas festividades fueron muriendo y solamente quedaron las fiestas de los diferentes clubes regionales […]” (Jorge, 43 años). Según el testimonio de ambos autores adultos puedo decir que Morococha es una ciudad de muchas sangres y de gente que proviene de otras ciudades del Perú, tiene por lo tanto una población dinámica motivada principalmente por las fuentes de trabajo de las empresas mineras. Debido a que gran parte de la población viene y va de la ciudad continuamente, la identidad de Morococha se ha ido construyendo a partir del aporte de todos los pobladores o trabajadores que la habitaron, por ello se aclara que no existe “una identidad definida”. Así, las costumbres y las tradiciones que se ejerzan en Morococha dependen de la influencia y continuidad de la empresa minera, así como del imaginario de los habitantes que trabajan ahí. Sin embargo, en un intento de plantear alguna manifestación que identifique colectivamente a Morococha, Susana (37) menciona dos monumentos: uno de ellos es el “Huaricapcha”, un monumento al antiguo minero, el otro es “el Casco del minero¨, monumento ubicado a la entrada de la ciudad. Para Susana (37), ambos elementos se convierten en símbolos de la identidad morocochana porque expresan la historia de la ciudad y son el referente de la actividad económica que la mayoría de los pobladores que la habitan ejercen. Así, a través de dos monumentos, ella logra rescatar o definir aquella identidad tan compleja y difusa que comparten todos los morocochanos, ya que todos los habitantes están relacionados o dependen de las actividades mineras en su vida diaria y es ese uno de los referentes de la identidad Morocochana que se ha mantenido a lo largo de sus 105 años de historia (Susana, 37 años). 47 Jorge se refiere a que cuando la empresa minera CentroMin dejo de operar en la ciudad de Morococha, en la década de los noventa, la población de la ciudad disminuyó notablemente; las diversas costumbres y festividades que se celebraban fueron muriendo y solo quedaron pocos clubes regionales que ejercían de alguna manera una influencia cultural en la ciudad. 167 Además de adoptar a dos monumentos como referentes de una identidad colectiva, también los participantes mencionan las principales manifestaciones culturales como parte de las costumbres y la expresión de la colectividad. Entre éstas se encuentra la Fiesta del Minero (el 5 de diciembre), la cual era celebrada por las empresas mineras que operaban en la ciudad; la Fiesta de las Cruces (2 de mayo), una de las tradiciones religiosas más antiguas; y la celebración del Señor de los Milagros (mes de octubre), siendo la imagen que es sacada en procesión una réplica original (Jorge, 43 años). “La fiesta del día del minero es el cinco de diciembre, aquí más que nada se celebra en las empresas. También la fiesta de las cruces y también el Señor de los Milagros, aquí con orgullo tenemos la tercera réplica original del señor de los milagros […]” (Jorge, 43 años). En el caso de los niños y jóvenes autores y autoras, también se ha reconocido las diferentes festividades o costumbres como referentes que les permiten establecer una identidad morocochana. Así por ejemplo, Rosana (16) y Mery (16) señalan que el aniversario de la ciudad es una costumbre muy importante para el pueblo morocochano; ellas comentan que éste se celebra el 20 de noviembre y que para ello se invita a grupos musicales, se hace una serenata o festivales de bailes, y así también se coloca una bandera blanca, azul y celeste en las puertas de las casas48. Las autoras mencionan que a pesar de la mudanza, este año no fue la excepción en la celebración porque todas las casas tenían por lo menos una bandera y porque la empresa minera Chinalco invitó a grupos musicales como Armonía 1049 para conmemorar el aniversario de la ciudad (Susana y Mery, 16 años): “[…] Antes celebraban pues la verbena en la noche, traían un grupo para festejar y al día siguiente era un desfile y la municipalidad nos daba como una confraternidad o una almuerzo […]” (Mery, 16 años). 48 Las banderas con una franja blanca, azul y celeste son aquellas banderas representativas de la ciudad de Morococha. Cuando realicé el trabajo de campo, observé que cada vivienda contaba con una pequeña bandera debido al aniversario de la ciudad. 49 Armonía 10 es un grupo musical del cumbia norteña muy popular y tradicional en las provincias peruanas. 168 Daniel (15) también se identifica con las festividades anteriormente mencionadas agregando la Festividad de la cruz de Huillca, celebrada en el mes de mayo, la cual parece ser complementaria a la Fiesta de las Cruces; y aquella fiesta realizada por el aniversario del colegio Ricardo Palma en el mes de octubre (Daniel, 15 años):“El aniversario del colegio es el seis de octubre o el aniversario de la ciudad, también el Señor de los Milagros […]” (Daniel, 15 años). Así también Antonio (14) menciona el aniversario del colegio secundario Ricardo Palma como una fecha importante para la ciudad y considera representativos monumentos como la Estatua del Minero o el Huaricapcha (Antonio, 14 años). Además de los monumentos o festividades, tanto los adultos como los jóvenes identifican como parte de la identidad morocochana aquellos espacios de la ciudad que fueron los más representativos para la población; por ejemplo Rosana (16) menciona que un espacio que identifica a la ciudad es “El parque infantil, porque era nuevo y bonito para todos nosotros[…]” (Rosana, 16 años); o la plaza del Casco de minero “ […] la plaza del Casco y el Huaricapcha, porque se encuentran a la entrada de la ciudad y quien viene sabe que ahí está Morococha […]”(Susana, 37 años); y sobre todo el cerro Toromocho, el cual fue identificado como parte de la identidad de la ciudad por la mayoría de los autores y autoras. En conclusión, según los comentarios de los adultos y jóvenes que fueron entrevistados, puedo decir que la identidad morocochana se encuentra caracterizada en primer lugar por la diversidad cultural de su población, ya que Morococha es una ciudad donde habitan personas provenientes de todas partes del Perú, atraídos por la oportunidad de trabajo que ofrece la actividad minera y que han traído con ellos diversas costumbres o manifestaciones culturales; así también por las diferentes festividades o fechas importantes para la comunidad, como el Día del Minero, la celebración del Señor de los Milagros o el Aniversario de la ciudad; de la misma forma la identidad de Morococha también se puede definir desde los objetos que la materializan, como los diferentes monumentos dedicados a la historia minera; por último, por los espacios más significativos para la población, como el cerro Toromocho. 169 Según los comentarios, más allá de nacer o no en Morococha, podemos decir que “ser morocochano” significa ser parte de dichas tradiciones, adoptar los símbolos de la ciudad como parte de la identidad personal y compartir el imaginario colectivo que se manifiesta a través de monumentos, espacios o festividades mencionadas. Tanto los autores jóvenes como los adultos han identificado dichas celebraciones, objetos o manifestaciones como referentes o elementos importantes de su identidad; convirtiéndose los mismos en elementos importantes de la memoria de Morococha que los ayudan a identificarse como sociedad y a sentirse parte de una colectividad. Según Pollak, la identidad es la imagen que construimos para distinguirnos y tener una representación propia, esta imagen se manifiesta en diferentes recursos o elementos que nos sirven para presentarnos a los demás (Pollak 2006:38); en este caso, símbolos como el cerro Toromocho, los monumentos, las plazas públicas o las celebraciones religiosas se convierten en aquellos elementos que representan a la ciudad de Morococha, y que por lo tanto, materializan la identidad de los morocochanos. De esta manera, al intentar configurar un sentido de identidad, los autores y autoras han mencionado aquellos puntos de referencia, que además de ser elementos de identidad, permiten construir memorias y comprender la vida de una comunidad; ya que los recuerdos se posicionan o enmarcan en los espacios, objetos o manifestaciones que son parte de la identidad de una población (Jelin 2012:58). Por ello, según Pollak, éstos se convierten en indicadores empíricos de la memoria colectiva, ya que ayudan a reforzar sentimientos de referencia, crear identidad y mantener la continuidad de la población, en este caso de la comunidad morocochana (Pollak 2006:17). Por ello, resulta importante identificar estos elementos que definen la identidad individual o colectiva y también hacer posible su continuidad a través de los procesos de memoria, a pesar del cambio de espacio y de la dinámica social. Los recuerdos sobre Morococha Con el objetivo de conocer a profundidad la ciudad de Morococha e identificar aquellos recuerdos o referentes de identidad que los participantes han identificado en los párrafos 170 anteriores pregunté: ¿Qué recuerdas de la vida en la ciudad? y ¿Qué es lo que más extrañas de Morococha? Según los testimonios recolectados, los recuerdos sobre la ciudad de Morococha se dan entorno a los espacios o la vida diaria de cada uno de los participantes y se caracterizan por ser momentos colectivos de encuentro familiar o amical. Por ello, se habla de costumbres, espacios o elementos en los recuerdos que fueron comentados, siendo estos marcos o referentes de la memoria que nos permiten recuperar la posición de los acontecimientos pasados y evitar la desaparición de los mismos (Halbwachs 1992:172). La vida diaria en cualquier ciudad se basa en el trabajo del día a día, en el colegio para los niños, en los puestos de venta, en el mercado de la ciudad o gente reunida en la plaza principal. Los participantes recuerdan que la vida cotidiana en Morococha no era muy diferente a lo mencionado; sin embargo, tenía algunas peculiaridades, por ejemplo debido a la falta de agua todas las familias acudían al lavadero público para asear su ropa, los paseos familiares se realizaban por las montañas y lagunas que rodeaban la ciudad, era muy común toparse con una maquinaria minera diariamente, el mercado era el punto de encuentro de todo el pueblo y el cerro Toromocho era el referente de la ciudad. Los adultos que fueron entrevistados mencionan espacios personales y colectivos de la antigua ciudad entre los recuerdos principales. Por ejemplo, Jorge (43) comenta que entre los principales recuerdos de la antigua ciudad se encuentra su vivienda, ya que ésta perteneció a sus padres y abuelos, y por lo tanto guarda diversas historias y anécdotas de su vida familiar “[…] mi casa, creo que mi casa. Porque en ella han vivido mis padres, era más grande, pero de materiales más humildes, pero igual extraño mi hogar” (Jorge, 43 años). Así también recuerda que en la antigua ciudad de Morococha había mayor unión entre los vecinos, todos se organizaban para hacer diferentes actividades que puedan ayudar a la población. Por otro lado Susana comenta que entre sus principales recuerdos se encuentran el cerro Toromocho, los monumentos como el Huaricapcha o el Casco del Minero, el mercado, la lavandería, el Wawa Wasi, la antigua estación del tren o las lagunas cercanas a la ciudad; 171 siendo estos espacios y elementos de su vida cotidiana en la ciudad: “[…] creo que el Toromocho, ese cerro grande que ves, tenía diferentes figuras; las plazas y parques, el Huaricapcha, la lavandería, el mercado por ejemplo. Todo eso me acuerdo, eso que no hay acá. También los socavones o la estación del tren, el Wawa Wasi también […]” (Susana, 37 años). Para Rosana (16) y Mery (16) la vida diaria o cotidiana de un morocochano era como todas las otras, la gente que vivía en el pueblo o las madres de familia cocinaban, lavaban e iban al mercado; siendo el lavadero un lugar de encuentro colectivo y el mercado el punto principal de comercio en toda la ciudad. Nos cuentan que generalmente las familias iban de paseo a los exteriores de la ciudad, a aquellas áreas rodeadas de lagunas, pampas o formaciones rocosas que llamaban la atención de los pobladores y se convertían así en lugares turísticos, ambas mencionan especialmente la laguna Venecia: “Por ejemplo la gente se iba a pasear a las lagunas que quedaban por allá, me acuerdo de la laguna Venecia […]” (Rosana, 16 años). Daniel cuenta que en la antigua ciudad la vida era tranquila, él no salía mucho a jugar o a la calle y en muchas oportunidades se quedaba en su casa, ya que no había muchos lugares a donde asistir después del colegio y porque las calles estaban llenas de barro, lo cual dificultaba la movilización (Daniel, 15 años). Sin embargo, mantiene en el recuerdo su barrio, las pampas o cerros donde iba a pasear con sus papás y también menciona el Parque 28 de Julio, al parecer una de las plazas públicas de la ciudad: “[…] Puede ser mi barrio, las lagunas donde íbamos a pasear con mi familia, había un lugar llamado Piedras Blancas […] también el Parque 28 de Julio” (Daniel, 15 años). Luis Carlos (13) dice que vivir en Morococha era un poco aburrido, ya que no había muchos lugares dónde jugar y que las calles no estaban en buenas condiciones; sin embargo, nos habla con cierta nostalgia de la canchita de futbol o el parque ubicado a la entrada de la ciudad como espacios de juego para él y sus amigos (Luis Carlos, 13 años). Entre los lugares que Rosana (16) extraña de la antigua ciudad se encuentran el parque infantil y el Estadio Ricardo Palma. Al igual que los otros participantes, para Rosana los 172 lugares de juego y recreación son muy importantes en la memoria que se elabora de Morococha (Rosana, 16 años). Por otro lado, entre los lugares que más extraña Mery (16) de la antigua ciudad se encuentra el Centro educativo (colegio Ricardo Palma) porque le trae muchos recuerdos, ya que es el espacio que albergó más momentos de su niñez. Ella nos dice que si bien el colegio en la ciudad de Carhuacoto tiene mejor infraestructura, hay cosas que le causan nostalgia, ya que no todos sus amigos se mudaron a la nueva ciudad. Así también menciona las salidas o paseos a las lagunas que se encontraban alrededor de Morococha, sus travesuras en el antiguo colegio, los juegos con sus amigos de barrio o las celebraciones por el aniversario de la ciudad (Mery, 16 años). Antonio (14) también menciona los cerros y las lagunas que rodeaban la ciudad, recordándolos como lugares de paseo y esparcimiento (Antonio, 14 años). Mientras Luis Carlos (13) y Miguel (12) comentan sobre los espacios de juego como la canchita de futbol, el billar o el parque infantil, como los espacios que más añoran de la antigua ciudad. Así también los participantes recuerdan al cerro Toromocho como símbolo principal de la ciudad y un referente de la población: “[…] el cerro Toromocho también, creo que era muy importante para nosotros y ya no lo vemos más” (Luis Carlos, 13 años). Podemos observar que son aquellos lugares de juego y de encuentro colectivo los que se mantienen en la memoria y en la añoranza de cada participante, las lagunas o las pampas cercanas a la ciudad recuerdan aquellos paseos familiares; el parque o la cancha de futbol remiten a las amistades que dejaron; así también el colegio se convierte un lugar de encuentro colectivo donde han construido la mayoría de sus memorias. De esta manera, de acuerdo a la teoría sobre la memoria colectiva y el marco espacial de la memoria, podemos determinar que los participantes añoran dichos espacios porque estos han adoptado o adquirido las vivencias ocurridas en ese lugar. Halbwachs menciona que los individuos y comunidades establecen una relación con el espacio en el cual habitan y que aquellos lugares no son más que la reunión de vivencias, acontecimientos y experiencias del grupo (2004:131). Por ello, los lugares se convierten en un punto o marco importante de la 173 memoria sobre la ciudad de Morococha, tanto para los jóvenes y adultos. Además, es partir de dichos referentes cómo los habitantes comienzan a construir la memoria sobre la antigua ciudad de Morococha y a posicionar o “enmarcar” sus recuerdos (Halbwachs 1992:172). Por otro lado, es necesario reconocer que los autores y autoras no solo mencionan recuerdos positivos o aquellos espacios con alta carga afectiva, también se comenta sobre las carencias de la ciudad de Morococha. La falta de agua, la ausencia de desagüe o de lugares de recreación también forman parte de la rememoración de la vida en la antigua ciudad, siendo estos recuerdos los que nos ayudaran a comprender las reacciones o expectativas frente al reasentamiento. Podemos decir que la memoria no siempre guarda o posee recuerdos emotivos, también es un proceso que presenta espacios de tensión y conflicto que nos permiten reflexionar sobre el presente y el pasado como individuos y miembros de una colectividad (Jelin 2012:68-69). Comprendemos de esta manera la nostalgia y el recuerdo de los autores y autoras, esta parte de la investigación nos ha permitido conocer también aquellos referentes y puntos de memoria sobre los cuales los habitantes han construido las principales vivencias de la ciudad de Morococha; además hemos comprendido también qué aspectos o ámbitos adquieren mayor valor en la vida de los ciudadanos morocochanos. En conclusión, en esta parte de la investigación referida a la significación, identidad y los principales recuerdos de la ciudad de Morococha he realizado un acercamiento que me ha permitido comprender y conocer Morococha desde la perspectiva de los habitantes y protagonistas de aquel proceso que los ha llevado a dejar su hogar. En base a las teorías de la memoria colectiva que fueron abarcadas en el primer capítulo de la investigación se puede analizar cómo los habitantes construyen y configuran su memoria a partir de los marcos o referentes mencionados; es decir, el espacio, tiempo y los personajes. Así también, se puede ver cómo el espacio toma un papel protagónico en la rememoración de la ciudad y la manera en la que los habitantes otorgan diferentes significaciones a los lugares que los rodean. Morococha es una ciudad minera y migrante que ahora enfrenta este complejo proceso de cambio y conflicto, a partir del cual los autores y autoras deben 174 reafirmar y establecer aquellos puntos o referentes que los ayuden a recordar para mantener la continuidad de la comunidad, es decir, deben buscar la forma de posicionar su memoria y recuperar los marcos que contienen sus recuerdos. 4.2.2 Sobre el reasentamiento de Morococha En el mes de noviembre del año 2012 la población de Morococha comenzó el proceso de reasentamiento y mudanza para dar paso al proyecto Toromocho, uno de los proyectos mineros más grandes de nuestro país. Es así que el reasentamiento de la ciudad se ha convertido un proceso complejo para la población morocochana, éste ha conllevado conflictos y cambios trascendentales para la dinámica económica y social de la población. La siguiente parte de la investigación tiene el objetivo de dar a conocer las expectativas y percepciones que tiene la población frente al reasentamiento y la nueva ciudad de Carhuacoto, conocer cómo el reasentamiento ha afectado la vida de los pobladores y analizar cuáles son las ganancias y pérdidas que se han producido debido a la mudanza y la desaparición de Morococha. Sabemos que muchos decidieron mudarse en busca de una mejor calidad de vida, servicios y un mejor futuro para su familia; sin embargo, así como el reasentamiento ha representado ciertos beneficios, también ocasionó la perdida colectiva e individual de algunos aspectos que formaban parte de la identidad morocochana. Como dice Jelin, las rupturas, el conflicto o lo traumático involucran al sujeto directamente, cambian y transforman su mundo cotidiano. Por ello, los afectos y sentimientos producidos por el nuevo escenario empujan a la reflexión y a la búsqueda de un presente, motivando la rememoración del pasado (Jelin 2012:60). Se explica así porqué resulta relevante la articulación de una memoria en una situación como el reasentamiento de la ciudad de Morococha, ya que el conflicto que se ha producido interviene de manera central en aquello que los habitantes pueden o no pueden recordar, silenciar, olvidar o elaborar (Jelin 2002:11). La crisis y los procesos de ruptura que ha provocado el reasentamiento motiva a la población a rememorar, es decir, a darle sentido al pasado colectivo de Morococha, con la 175 intención de recuperar los elementos de su memoria y reflexionar sobre lo que acurre actualmente con la comunidad morocochana (Jelin 2012:63). De esta manera, además de reconocer elementos y referentes de la identidad y memoria de la población Morocochana (como lo expuse en el apartado anterior); en este acápite de investigación deseo analizar cómo el proceso de reasentamiento ha intervenido en la memoria de los pobladores, cuáles son las consecuencias de este cambio en cuanto a la continuidad de esta sociedad y qué es lo que se recuerda o qué es lo que se valora una vez que la población se encuentra reasentada. La vida en la nueva ciudad de Carhuacoto Después de casi un año de la mudanza, se preguntó a los participantes lo siguiente: ¿Cuáles fueron sus expectativas frente al reasentamiento? y ¿Cómo se sienten en la nueva ciudad? y ¿Cuáles son las diferencias que identifican entre Morococha y Carhuacoto? Según los testimonios recolectados y el análisis del proceso de reasentamiento, las personas decidieron mudarse a la nueva ciudad a cambio de una mejor calidad de vida, es decir, una mejor infraestructura urbana, calles asfaltadas, agua no contaminada o servicios sanitarios en cada hogar, etcétera. Muchas de las fotografías que son parte de esta investigación retratan la vida cotidiana en la antigua ciudad, la cual es comparada con los nuevos espacios y dinámicas de la ciudad de Carhuacoto. Cuando los autores observaron sus fotografías, se produjo en ellos un proceso de reflexión sobre las ventajas y desventajas de la vida en Carhuacoto. Por ello, doy a conocer en los siguientes párrafos las impresiones y comparaciones que fueron recolectadas a partir de este proceso de investigación. Para los niños y jóvenes entrevistados, a pesar de la tristeza o la nostalgia que la mudanza ha significado, sienten que han obtenido mayores beneficios con ella; señalan que hay más parques, que la ciudad es más bonita, que tienen baño en su casa, que ya no tienen que lavar la ropa en la calle o que las calles por las que transitan están pavimentadas. Así por ejemplo, Miguel (12) comenta que no extraña Morococha porque ahora disfruta de los nuevos espacios y posibilidades que le ofrece la nueva ciudad, como los parques, su casa nueva o las calles pavimentadas; además se siente más tranquilo viviendo en Carhuacoto: 176 “No, no extraño Morococha[…]acá tenemos más parques, juegos, veredas. Es más tranquilo y las calles ya no son de barro […]” (Miguel, 12 años). Por otro lado, Ximena (15) dice que también se siente más tranquila en la nueva ciudad debido a que las pistas ya no están llenas de barro y vive mejor con su familia; “[…] ahora ya no es necesario lavar la ropa en tinas ya que cada casa tiene un lavadero propio, ya no hay barro y creo que ahora vivimos mejor con mi familia […]” (Ximena, 15 años). Además de la infraestructura, Ximena valora que ahora cada vivienda cuenta con una fuente de agua y un espacio para el lavado de sus prendas, lo que no ocurría en la antigua ciudad de Morococha. Entre los cambios o diferencias que Rosana (16) ha identificado, mudarse a la nueva ciudad ha significado tener más comodidades, así como mejores servicios y espacios de recreación “[…] acá tenemos más comodidades pues allá no teníamos ni baño ni agua cerca, en cambio acá tenemos baño, agua personal, tenemos un campo para ir a jugar o ir a pasear. Si, aquí encontramos más comodidades” (Rosana, 16 años). Además, Rosana también encuentra algunas diferencias en su centro de estudios, reconoce que en el nuevo colegio hay más cosas, más oportunidades y una mejor infraestructura: “[…] Claro que aquí es mejor el colegio, hay más ¿Cómo se dice?, tenemos más oportunidades aquí todo eso, pero igual allá también el colegio era chévere porque jugábamos con mis amigos” (Rosana, 16 años). Para Mery (16) la mudanza a la nueva ciudad ha ocasionado un cambio en su vida diaria, ya que antes no salía a pasear debido al barro de las calles y la falta de espacios de recreación; sin embargo, reconoce que ahora éstas se encuentran pavimentadas y hay más parques para jugar, por lo tanto sale más de su casa (Mery, 16 años). Ella manifiesta: “[…] No pero aquí si salgo, en cambio arriba no salía porque cuando salía no tenía las calles que tiene ahora, o sea ahora es carretera y allá era barro […] yo no salía antes, ahora si salgo, salgo con mi papá a pasear y nos vamos al río” (Mery, 16 años). 177 Así también Mery (16) reconoce que la nueva ciudad le otorga mayores comodidades, cuenta que en Morococha no había servicios higiénicos personales, todos debían acudir a baños y duchas públicas, pero en la nueva ciudad cada casa tiene su baño. Además, indica que en el nuevo colegio tiene más salones, mejores patios y más espacio para todos: “[…] mi colegio, o sea no era tan bonito, el piso que teníamos era un cemento pero era “hueco- hueco”; aquí es más bonito el patio, los salones, acá hay más parques […]” (Mery, 16 años) Daniel (15) dice que ahora se siente más feliz y tiene más comodidades, principalmente como deportista. Él nos cuenta que en la nueva ciudad puede salir a hacer deporte ya que las calles están pavimentadas y todo es más limpio: “Arriba no salía a hacer deporte, ahora que he bajado salgo todos los días en las mañanas y en las tardes también. Es bonito y un poco más cálido […]” (Daniel, 15 años). También menciona los cambios en su centro educativo: “[…] el colegio de la antigua ciudad era muy pequeño y que incluso había muy pocos baños para todo el alumnado; ahora el colegio es más grande y tiene una mejor infraestructura [...]”. Como deportista era muy importante para él poder tener un campo amplio donde practicar y dice que ahora lo tiene : “[…]que te puedo decir, en la antigua Morococha era un poco incómodo por el polvo y acá es un poco más cómodo por las limpiezas que hacen, no hay tanto polvo. En el colegio hay más espacio y tienen un campo para leer libros. Y ponte en mi casa tengo baño propio porque arriba tenía que ir de un sitio a otro sitio” (Daniel, 15 años). Por otro lado, Daniel también cuenta que la mudanza a la nueva ciudad representa para él nuevos retos y cosas por conocer, por ello, él no sintió mucha nostalgia porque mayor era la curiosidad por conocer su nuevo hogar: “[…] sentí curiosidad por lo nuevo que puede haber, cuando llegué al siguiente día me fui a pasear por arriba, por toda la ciudad (Daniel, 15 años). En cuanto a su familia, Daniel comenta que ahora son más felices ya que tienen todos los servicios en el hogar, más comodidades y pasan más tiempo juntos, siendo esta una de las ganancias de la mudanza. Los padres de Daniel ahora tienen otros trabajos que les permiten estar más cerca de su familia, tiempo que es valorado por él: “estamos alegres, ahora pasamos más tiempo en familia porque arriba con mis papás creo que se iban a hacer 178 limpieza y no los veía, ahora están en las tardes y hablo con mis papás todos los días” (Daniel, 15 años). Antonio (14) siente que su vida ha cambiado casi completamente, sobre todo en su casa y en el centro educativo. Al igual que Daniel dice que el colegio nuevo es más grande y tiene más campo; en cuanto a su casa, Antonio cuenta que antes vivía en un cuarto con su familia, ahora tiene una casa propia mucho más amplia y con mayores comodidades “[…] Aquí mi colegio es más grande y también mi casa, antes todos vivíamos en un cuarto nomás” (Antonio, 14 años). Así también comenta Luis Carlos (13) cuando nos dice que en la nueva ciudad puede encontrar veredas y calles pavimentadas, no hay más barro; además, tiene baño en su casa (Luis Carlos, 13 años). Según estos testimonios podemos decir que los autores y autoras han identificado algunos cambios importantes en su vida diaria. Los niños y jóvenes comentan que ahora tienen mejores servicios de agua y saneamiento. Ellos manifestaron que en la ciudad de Morococha muchas viviendas carecían del servicio de agua o desagüe, no tenían baño propio y tampoco lavaderos personales; ahora valoran tener agua en casa para poder lavar la ropa, tener un baño propio en su vivienda y tener espacios para realizar el lavado de sus prendas. Además, algunos también comentan que en Carhuacoto tienen viviendas más grandes, las cuales les permiten vivir con mayor comodidad entre los miembros de su familia. Por otro lado, los participantes mencionan que las calles estaban llenas de barro en Morococha, ya que la mayoría de las pistas o espacios de recreación no se encontraban asfaltados; sin embargo, en la nueva ciudad, todas las pistas, veredas y espacios públicos se encuentran asfaltados, evitando así el polvo y el barro. Además, también han comentado que la nueva ciudad cuenta con más parques, plazas, áreas verdes o espacios de recreación; según los jóvenes y adolescentes, en Morococha no se encontraba muchos espacios de juego, solo contaban con el parque infantil y el estadio de la ciudad. Así también mencionan que ahora el colegio tiene mejores espacios, es más grande, tiene más baños y mejores servicios; aspecto que fue valorado por la mayoría de los niños y 179 adolescentes que fueron entrevistados. Por otro lado, algunos señalan que la nueva ciudad es más limpia y más ordenada, por lo tanto pueden salir a jugar y a pasear con su familia con mayor frecuencia. Como una conclusión general, han mencionado también que ahora viven más tranquilos y sienten que su familia se encuentra en mejores condiciones. De esta manera, los niños y jóvenes han identificado diferentes cambios en su vida diaria, cambios que les permiten realizar más actividades, sentirse cómodos en los espacios cotidianos y contar con mayores servicios para mejorar su calidad de vida; siendo ese el significado del reasentamiento percibido por este grupo de autores y autoras. Por otro lado, como representante del grupo adulto, Jorge (43) nos dice que la situación en la nueva ciudad no es la que esperaba. A pesar de que él decidió reasentarse a Carhuacoto en busca de una mejor calidad de vida y mejores servicios, percibe que la población no ha recibido lo que esperaba. Jorge comenta que los espacios de su casa son más pequeños, el precio de la luz es elevado y además que por ser miembro de la Mesa de diálogo él está sufriendo persecución y amenazas de parte de la población que se encuentra en contra del reasentamiento (Jorge, 43 años). Por lo tanto, a diferencia de los niños y adolescentes, Jorge comenta que sus expectativas sobre la nueva ciudad no se cumplieron y que el reasentamiento ha generado conflictos en la comunidad morocochana. “Para mi significó bastante expectativa, más que nada, en cuanto a que la minera cumpla todo lo que ha prometido, pero actualmente no todo es color de rosa, ahora la energía es elevada. Muchos han pensado que al entrar una empresa prestadora de servicios como es Electrocentro iba a mejorar la situación, ya que anteriormente en la ciudad antigua el municipio nos revendía la energía y era menos, ahora es un poco más y por ello hay algunos conflictos; la gente echa la culpa a la minera, a la empresa, a la mesa de diálogo, es un caos, no es tanto como se ve […]” (Jorge, 43 años). Sobre la vida en la nueva ciudad se han analizado dos posturas. Por un lado los niños y jóvenes destacan aquellos cambios en su vida diaria que les permiten tener más espacios de juego, agua en su propia casa, baño propio o un colegio con mejor infraestructura. Incluso debido a estos aspectos Antonio (14) y Luis Carlos (13) comentan que no extrañan la 180 ciudad de Morococha porque ahora viven mejor: “no, no extraño, aquí la vida es más tranquila […]” (Luis Carlos, 13 años), al igual que Miguel (12), quien se encuentra muy entusiasmado por los espacios de juego. Por otro lado, la opinión de los adultos, quienes comentan que el reasentamiento no cumplió sus expectativas en cuanto a la calidad de vida que esperaban, además mencionan que este proceso ha generado algunos conflictos dentro de la comunidad; Jorge nos dice que como representante de la población en la Mesa de Diálogo se encuentra en problemas con el sector de la población que no aceptó el reasentamiento. Estas son las impresiones que nos permiten conocer aquello que es valorado o no en el proceso de mudanza y reasentamiento, así como los beneficios que se perciben de la nueva vida en la ciudad de Carhuacoto. Esta reflexión del presente es fundamental en el proceso de configuración de la memoria, ya que aquellos afectos o sentimientos producidos en esta nueva ciudad incentivan la reflexión sobre el pasado, sobre la identidad morocochana y la realidad de la población minera. Según los testimonios recolectados, el reasentamiento ha producido un cambio en la vida cotidiana de los pobladores morocochanos que participaron en el taller de fotografía, algunos de ellos valorados y otros no (según la perspectiva de los adultos). Es de esta manera cómo se va construyendo la memoria sobre Morococha, ya que la nueva situación en la que se encuentran influye en el proceso de rememoración y por lo tanto, en el sentido del pasado que se intenta reconstruir. Se confirma una vez más que la memoria es un proceso de tensión donde se reconoce pérdidas y ganancias, donde se seleccionan las huellas de nuestro pasado y donde se intenta narrar una historia desde la nueva perspectiva en la que nos encontramos. El conflicto en la memoria de los morocochanos Al mismo tiempo que los autores perciben una mejora en la población en cuanto a la infraestructura y los servicios que ofrece la ciudad de Carhuacoto, tantos los adultos y jóvenes participantes extrañan ciertos aspectos que creen perdidos, reconocen e identifican algunos cambios que influyen en su vida cotidiana y sienten una nostalgia hacia aquel 181 poblado que desaparecerá. Por ello, según el análisis de los testimonios, el reasentamiento ha producido un conflicto y tensión entre los autores y autoras, quienes perciben ganancias y beneficios por este proceso, pero también reconocen que han perdido elementos significativos para la continuidad de la comunidad morocochana y la memoria de la población. En esta parte de la investigación se evidencian los aspectos, elementos o sucesos que son evocados por los participantes, es decir, qué es lo que creen ausente, qué es lo que creen perdido, y por lo tanto, qué es lo que han seleccionado para que sea parte de su memoria a partir de este proceso fotográfico. Las rupturas y el conflicto producido por el reasentamiento han generado que los pobladores seleccionen aquello que desean recordar o inmortalizar para plasmarlo en sus fotografías; por eso es necesario conocer las tensiones, pérdidas y cambios principales en la dinámica de la comunidad morocochana. Como un ejemplo de esta tensión entre los beneficios y las pérdidas, Ximena (16) comenta que siente tristeza y nostalgia por la mudanza, ya que le da pena dejar atrás la ciudad en la que ha vivido: “[…] A veces siento pena cuando recuerdo, porque he pasado toda mi niñez ahí, mis papás no son de ahí, pero se casaron y fueron por trabajo a Morococha. Entonces yo he vivido catorce años en Morococha” (Ximena, 16 años). Así también comenta Sara (14) frente a los sentimientos por el reasentamiento de la ciudad: “Me siento triste porque Morococha desaparecerá y ya no podré volver a la ciudad, ni estar ahí […]” (Sara, 14 años). A pesar de que en párrafos anteriores se mostró que ellas habían reconocido los beneficios de vivir en la nueva ciudad, ambas participantes enfrentan aún la tristeza y nostalgia que ha producido la mudanza; además reconocen que es muy difícil dejar atrás todo lo vivido en Morococha, sobre todo porque ahora es imposible volver. Rosana (16) dice que irse de Morococha le produjo tristeza porque siente que ha dejado en ella parte de su vida, ya que ella ha nacido en la ciudad; además comenta que al inicio del proceso de reasentamiento se negaba a mudarse a Carhuacoto debido a que no quería dejar para siempre la ciudad, su hogar y sus amigos: “[…]Bueno sentí por partes tristeza porque mayormente he pasado mi vida en Morococha, pero ahora que he bajado aquí me siento alegre porque estoy con mis mismos compañeros y todas esas cosas […]” (Rosana, 16 años). 182 Así también Mery (16) tuvo una mezcla de sentimientos y sensaciones en el proceso de reasentamiento. Como ella lo indica, ahora se encuentra alegre porque en la nueva ciudad tiene comodidades tanto en su vida personal como en el colegio; sin embargo, deja en la antigua ciudad a una de sus amigas más cercanas, lo que provocó que su vida social cambie definitivamente: “[…]Estaba alegre y por ratos estaba triste. Al bajar también iba a tener las comodidades, pero por otra parte estaba triste porque una amiga se quedaba y por eso me dio mucha pena mudarme […]”. De esta manera, y como lo dice Mery, el reasentamiento ha ocasionado que muchos de los lazos sociales de los pobladores cambien, debido a que no todos se mudaron a la nueva ciudad, ya que algunos se mantienen en la antigua Morococha y otros se mudaron a pueblos cercanos a Huancayo (Mery, 16 años) En ese sentido, podemos observar que el reasentamiento también ha producido un conflicto entre los autores. Por un lado se valora las nuevas condiciones y servicios que ofrece Carhuacoto; sin embargo, reconocen que su vida ha cambiado y que junto a Carhuacoto se han perdido aspectos muy importantes en la dinámica, identidad y colectividad de la población morocochana, entre ellas su niñez, los momentos de la infancia, el lugar de nacimiento y la imposibilidad de volver. Entre los principales cambios y rupturas algunos de los niños y jóvenes entrevistados sienten que han dejado atrás una etapa de la vida, perdiendo así todos los recuerdos y anécdotas vividas. Por ejemplo, Rosana (16) comenta que siente nostalgia por Morococha porque pensar en la ciudad es pensar en su niñez; ella cuenta que ha dejado varios recuerdos y momentos de su vida: “[…] bueno he dejado varios recuerdos, mi niñez, varias cosas que he pasado en Morococha se quedan ahí para siempre […]” (Rosana, 16 años). Así también cuando se habla con Daniel (15) sobre Morococha él comenta que siente tristeza “[…] porque es la ciudad en la que he pasado los tiempos de mi niñez” (Daniel, 15 años). Darío (15) también responde “me trae recuerdos de lo que hacía, de donde vivía […]”. Después de la mudanza y ante la imposibilidad de poder regresar por los conflictos que sufre su familia, Morococha se ha convertido en una suma de recuerdos para él; se 183 identifica así un sentimiento de nostalgia hacia la ciudad de Morococha (Darío, 15 años). Al igual que Sara (13), quien responde lo siguiente: “[…] es triste porque Morococha es donde he pasado mi infancia […]” (Sara, 13 años); o Ximena (15), quien comenta que siente pena porque “[…] he bajado y ya no voy a volver allá […]” (Ximena, 15 años). Según los comentarios de los participantes, se puede decir que los sentimientos hacia Morococha están representados por la nostalgia y la tristeza de dejar una parte de la vida atrás, la niñez y los momentos de la infancia; y más aún cuando se sabe que la ciudad desaparecerá. Así también los niños y jóvenes que fueron entrevistados mencionan que el reasentamiento ha provocado un cambio entre sus relaciones sociales, ya que muchos de sus amigos aún no se han mudado a la nueva ciudad y otros han decidido irse para siempre de Morococha. Luis Carlos (13) nos cuenta que no todos sus amigos vinieron a la nueva ciudad, algunos se mudaron a otros pueblos y es por eso que los extraña. En ese sentido, también se ha producido una pérdida en cuanto a los lazos o redes sociales de los participantes. Por otro lado, algunos autores como Mery (15) comentan que muchas de las celebraciones que se hacían en la ciudad de Morococha ya no se realizan como antes, por ejemplo este año el aniversario de la ciudad se celebró de otra manera y no tuvieron la oportunidad de conmemorar la festividad del Señor de los Milagros (Mery, 16 años): “[…] Ahora por la mudanza también trajeron algunos grupos musicales y se hizo un pequeño desfile en Carhuacoto, no fue como en la antigua ciudad pero también se celebró” (Mery, 16 años). Ella comenta que debido al conflicto por el reasentamiento, la imagen del Señor de los Milagros y las Cruces de la iglesia tampoco se encuentran en la nueva ciudad, perdiendo así elementos clave de la identidad morocochana hasta el correcto reasentamiento de la ciudad. Además, Rosana y Ximena comentan que también sienten que han perdido aquellos espacios representativos para Morococha; como las lagunas y campos de paseo ubicados al exterior de la ciudad, las plazas públicas, el parque, y sobre todo el cerro Toromocho, símbolo morocochano “[…] ahora ya no podemos salir a pasear a las lagunas que estaban cerca, creo que eso ha cambiado […] creo que también las plazas y los parques que había 184 allá[…]”(Rosana, 16 años), “[…] y acá ya no vemos al cerro Toromocho todos los días, por eso le tomé foto […] (Ximena, 15 años). Es necesario mencionar que dichos lugares ya no son visitados por la población debido a las dificultades de acceso, cambiando así la vida diaria y los espacios de esparcimiento de la población Morocochana debido al reasentamiento. Es así que los niños y jóvenes autores han reconocido que sienten nostalgia al pensar en la ciudad de Morococha, sienten que en ella dejan su niñez y diferentes momentos de su vida. Como se ha explicado en párrafos anteriores, son los espacios los que adquieren las vivencias y significaciones otorgadas por los pobladores, es por ello que Morococha adopta esa etapa de la vida que es mencionada por los autores (Halbwachs 2004:133) y al perder ese espacio, los autores sienten que han perdido las vivencias ocurridas en los diferentes lugares. Como lo dice Halbwachs, no tanto por el apego a los objetos materiales, sino por el significado que han tenido éstos lugares (como el Toromocho, las lagunas, los parques o las pampas) en sus vidas. Esta nostalgia y dolor por aquello que se cree perdido se intensifica debido a que es imposible retornar a la ciudad de Morococha. Como lo dice Jelin, la dificultad de recordar no radica en que hayan quedado pocas huellas o referentes, radica en el impedimento para acceder a estas huellas para rememorar a partir de los referentes físicos (2012:64). Por ello el sentimiento de pérdida es más profundo en los participantes morocochanos y la necesidad de configurar recursos de memoria se hace más urgente. Así también han reconocido que el reasentamiento ha producido una ruptura en sus redes sociales y el sentimiento de colectividad entre sus amigos, muchos se quedan aún en la antigua ciudad y otros se mudaron a otros poblados junto a su familia. Por otro lado, han identificado que muchas celebraciones y acontecimientos tradicionales para la comunidad han dejado de celebrarse en Carhuacoto, mencionando algunas de las festividades que fueron incluidas como referentes de identidad en el acápite anterior. Los participantes hablan también de la perdida de los espacios importantes para la población, especialmente 185 de aquellos de uso recreativo y sobre todo de la pérdida del Toromocho como referente de identidad. En el caso de los adultos, Jorge (43) nos dice que extraña la ciudad de Morococha porque también siente que ha dejado su infancia, los diferentes momentos de su vida, así como la comunidad o sociedad que habitaba en ella: “Muy a pesar de que era pobre, de condiciones precarias, casas de Tapia con techos de calamina, con goteras y eso como todo el mundo, hemos dejado la infancia. Como dicen, yo estudie en el jardín de Morococha, hice secundaria, fui a las fiestas, conocí a los amigos […]” (Jorge, 43 años). Así mismo, indica que el conflicto social que se ha producido a raíz de la mudanza ha ocasionado que la sociedad morocochana se desintegre y pierda unidad en las diferentes acciones colectivas que se realizaban, comenta por ejemplo que los vecinos ahora se miran como enemigos: “[…]En realidad este reasentamiento también ha provocado que muchos de los vecinos nos miren como enemigos, nos dicen: ¿porque la minera le pagó por su casa tanto y a mí porque no?, un montón de conflictos[…]” (Jorge, 43 años). De esta manera, según los comentarios de Jorge, el reasentamiento ha provocado la ruptura de la colectividad y unidad de la población, afectando la continuidad en las redes sociales entre los pobladores. Es decir, no solo se ha perdido aquella proximidad física, debido a que no todos se mudaron a Carhuacoto; también porque el proceso de reasentamiento ha generado un enfrentamiento entre la población, ya sea porque hay algunas personas que no se encuentran de acuerdo con lo ofrecido por la empresa minera, o también porque no se encuentran conformes el tamaño o ubicación de su vivienda en la nueva ciudad. Sobre ello, Jorge (43), como miembro de la Mesa de Diálogo comenta que a pesar de que la mudanza ha sido voluntaria y quienes han decidido dejar Morococha lo han hecho por una mejor calidad de vida, es decir, en busca de beneficios como agua o baño propio; un segmento de la población decidió no aceptar el reasentamiento y se encuentra actualmente enfrentada a quienes ahora habitan en Carhuacoto. Por ejemplo, él nos cuenta que salió de la antigua ciudad y decidió mudarse para buscar una mejor calidad de vida; sin embargo, desde ese momento ha sufrido una persecución política de parte de las personas que aún no 186 aceptan el reasentamiento. Así, a causa del reasentamiento, ha ganado calidad de vida, pero ha perdido la tranquilidad y paz en su familia. Debido a estos problemas, los cuales se incrementan por su papel en la Mesa de Diálogo, Jorge comenta que su familia no puede ingresar a la antigua ciudad, sufre agresiones, amenazas y robos. En ese sentido, él siente que el reasentamiento ha ocasionado una pérdida definitiva de los espacios, de la tranquilidad de su familia y un proceso de conflicto violento debido al cual ya no siente que vive en comunidad (Jorge, 43 años). Jorge menciona que antes había unidad, se compartía en las diferentes fiestas o eventos deportivos, ahora tiene el deseo de recuperar esa unidad: “[…] Aquí queremos afianzar esa unidad, sobre eso, que había antes y que no hay ahora. Se compartía de todo, desde los alimentos, conocimiento, encuentros deportivos, las fiestas, en pueblo pequeño no es muy complicado. Me gustaría recuperar esa comunidad y recuperarla para bien, un cambio positivo en el mejoramiento de cultura” (Jorge, 43 años). Así también sobre el reasentamiento y la mudanza, Susana (37) comenta: “Es una pena grande”, menciona que al mudarse deja todo atrás y se queda con el sentimiento de impotencia de no poder hacer más y estar conforme con lo que ahora tiene en Carhuacoto. Además ella comenta que siente que ha perdido su casa, la casa familiar de su esposo, la cual considera que era más abrigadora de la que tiene ahora (Susana, 37 años). “[…] que le digo es una pena grande cuando tu recuerdas y dices, mira tantas cosas que hemos pasado, hemos vivido, a veces con mi esposo decimos. Nuestro cuarto, decimos de verdad de verdad, sea así de material rústico la casa, el cuarto era más abrigador que acá, aquí hace más frío, eran más grandes, acá solo tengo este ambiente y el de allá donde están mis niños. No tengo más ambientes, a veces te da una impotencia ¿ a dónde nos vamos?, al menos nosotros no podemos porque no tenemos capital y él es pensionista y tenemos que hacer otras cosas […]” (Susana, 37 años). Además de ello, Susana también menciona que uno de los costos del reasentamiento para su familia fue la pérdida del cementerio como lugar de conmemoración familiar, por ende, la pérdida del recuerdo de la familia de su esposo. Le causa mucha tristeza que por el 187 conflicto social que ha generado el reasentamiento se vean impedidos de regresar a la antigua ciudad y por ello perder un lugar de conmemoración y memoria tan importante como el cementerio: “[…] Cuanto quisiera, ahorita como te digo, viendo las fotos y todo eso y se acerca noviembre, entonces tenemos que ir al cementerio. Toda la familia de mi esposo, el papá, la mamá, los hermanos, los tíos están enterrados en ese cementerio, y pensar que este año ni siquiera podamos ir ahí, porque hay gente que todavía no sale de ahí. Son gente que no sé hasta qué punto será su maldad que no permite que nos acerquemos. No vamos a poder ni siquiera ir o por lo menos visitar las tumbas de mis suegros, ni de sus hermanos” (Susana, 37 años). Así también Susana resalta que debido al reasentamiento han perdido todos los monumentos y elementos recordatorios que se encontraban en la ciudad, como el Huaricapcha, El casco o el Parque del Minero, de los cuales no se han realizado replicas en la nueva ciudad lo cual ha significado para la población la pérdida de los símbolos de identidad colectivos (Susana, 37 años). Sobre ello Jorge también comenta […] por cuestiones políticas no quieren bajar ni la imagen ni las pinturas, pese a que ya tienen una iglesia nueva, todo por el conflicto generado” (Jorge, 43 años). Además, Jorge también menciona que a pesar de que estas festividades son identificadas como parte importante de la identidad de la ciudad, debido al reasentamiento y a los conflictos políticos latentes, la imagen del Señor de los Milagros y las Cruces de la ciudad no se encuentran aún en Carhuacoto, perdiendo de esta manera aquellos símbolos religiosos y culturales. Por otro lado, según Susana (37) “no hay nada que hacer en la nueva ciudad, el negocio ha bajado y nadie se queda en la nueva ciudad para generar una especie de demanda”. Ella comenta que hace un año que no trabaja y por ahora intentó poner un negocio de fotocopiado pero ve que tampoco funciona. Así también menciona que la población teme que un vez terminado el reasentamiento las oficinas de la empresa minera o las consultoras que están a cargo del proyecto se retiren, surge así la preocupación “[…] qué vamos a hacer, de qué vamos a vivir, aquí no hay nada para hacer […]”. Por lo tanto, según los 188 comentarios, el reasentamiento ha ocasionado un cambio en las redes laborales y en la dinámica económica de la sociedad; como en el caso de Susana, hay personas que han perdido sus pequeños negocios debido a la falta de demanda y estabilidad de la población (Susana, 37 años). “[…] En realidad es así, el negocio ha bajado bastante. Yo hacía unas confecciones y me decían prepárame tantas piezas en polar o en tejido o para el día del padre. Ahora no hay, le digo que este año no he hecho absolutamente nada, ya es un año voy a cumplir un año en noviembre, y vine acá el cuatro de noviembre y no he hecho nada. Mi negocio ha muerto, pensé sacar copias o tipeos pero no hay gente; ahora le gente sale a Huancayo, a Tarma, a Jauja o a Lima. Acá la gente no se queda, cuando hubo vacaciones no había gente; como salen de vacaciones y como tienes casa en otro lugar, te vas a ese lugar […]” (Susana, 37 años). También es importante mencionar que a pesar de los beneficios que puedan obtener, Jorge y Susana comentan que la población morocochana siente y sufre el desarraigo de su lugar de origen, especialmente de aquellas personas que han nacido en Morococha y que han establecido una familia. “[…] No estoy contento con lo que está pasando, hay muchas debilidades en todo aspecto, se ha prometido que hasta el último poblador debe salir beneficiado, pero que sea legítimamente. Ellos han sido desarraigados, sacados de sus raíces, sacados de su sitio, hay leyes que protegen, por eso la mesa de diálogo es algo importante ya que tiene el aval de la presidencia del consejo de ministros. Con ese antecedente pienso que el Estado no puede permitir que los pobladores sean afectados, tiene que ser al menos reconocidos, con trabajo, con vida digna, muchos proyectos mineros están manteniendo a sus poblaciones de alrededor”(Jorge, 43 años) . A diferencia de los niños y jóvenes, los adultos perciben que una de las pérdidas fundamentales producidas a raíz del reasentamiento es la ruptura de la comunidad Morococha, la pérdida de redes sociales y el continuo enfrentamiento entre los vecinos, todo ello ha conllevado a que ambos adultos entrevistados sientan que han perdido la tranquilidad en su familia. Así también reconocen la pérdida de los referentes de memoria, 189 como los monumentos o celebraciones que forman parte de la tradición morocochana, resaltando que no existen réplicas de los monumentos y que la población que se mantiene en la antigua ciudad aún conserva las imágenes religiosas. Así también se menciona un cambio en la dinámica económica, ya que las empresas mineras ya no se encuentran en torno a la ciudad; y por otro lado, también mencionan que sienten nostalgia por su hogar, la vida cotidiana, la unión y colectividad que se vivía. Es así que los adultos se sienten más afectados por las rupturas producidas, además de ser protagonistas directos del conflicto de intereses que se vive en la ciudad debido al papel de Jorge en la Mesa de Diálogo de la ciudad. De todos los testimonios que fueron recolectados se puede decir que el sentimiento hacia Morococha puede ser traducido en nostalgia, pena o tristeza de dejar un lugar en el que se ha vivido tanto tiempo, en el que se ha pasado toda una vida, en el que se ha conocido a los amigos, en el que tu familia ha crecido y se ha establecido. Los testimonios no hablan de lo que había en Morococha o de lo que carecía la ciudad; para los participantes hablar de Morococha significa hablar del lugares que albergan recuerdos y momentos de su vida, aquellos espacios con alta carga afectiva; y además se produce en ellos la impotencia de no poder volver, lo cual resulta ser el tema principal en esta problemática. Como se ha mencionado en los párrafos anteriores, dificultad de rememorar no radica en que hayan quedado pocas huellas, sino en los impedimentos de acceder a los referentes o puntos de memoria que una comunidad, como la morocochana, ha establecido; en ese sentido, al perder aquellos elementos que motivan la rememoración resulta urgente generar nuevos recursos que guarden el recuerdo o la imagen de los mismos, siendo las fotografías que fueron producidas una de las alternativas (Jelin 2012:64). A pesar de los beneficios reconocidos por los entrevistados, el reasentamiento ha generado una ruptura en la continuidad de los referentes de memoria (como los monumentos, festividades o imágenes religiosas); así también en las redes sociales que unen a la comunidad, tanto entre los jóvenes como en los adultos; la pérdida de espacios o marcos espaciales de memoria, como las lagunas o el cerro Toromocho; y por lo tanto, el 190 sentimiento de ausencia de recuerdos y vivencias entre las personas que fueron entrevistadas. Como lo he mencionado, son aquellos procesos de conflicto y rupturas los cuales motivan la articulación de una memoria para analizar el pasado y reflexionar sobre el presente en un nuevo escenario social o físico. Reconocer los elementos, puntos o referentes de memoria resulta fundamental para poder articularla, así como identificar aquello que se cree perdido para evitar el olvido. Como se menciona en el marco teórico sobre la memoria colectiva, el proceso de rememoración es posible siempre y cuando la comunidad pueda posicionarse en los marcos de memoria; sin embargo, ante la situación de Morococha, resulta fundamental la creación de recursos y vehículos de la memoria que expresen de alguna manera los referentes o puntos de memoria. En ese sentido, la producción de las fotografías significa la creación de significados para el mantenimiento, conmemoración y comunicación de las vivencias y costumbres de una comunidad (Mendoza 2004:5). Una vez analizados los sentimientos, expectativas y percepciones respecto a los recuerdos sobre Morococha y el reasentamiento de la ciudad, se puede comprender con mayor profundidad las imágenes que se han producido en el taller de Morococha. Muchos de los testimonios que se han expuesto en esta parte de la investigación se encuentran representados a través del lenguaje visual. Se desea demostrar así que las fotografías se convierten en verdaderos testimonios de la memoria y el conflicto de Morococha. 4.3 Las representaciones de la memoria: un análisis cualitativo de las fotografías Como lo he mencionado en el capítulo teórico, las fotografías son el producto de los intereses e intenciones de fotógrafos y consumidores; y además nos acercan a los diferentes aspectos de la cultura e imaginario del individuo o comunidad representada, testifican y registran la realidad. La investigación tiene como objetivo analizar las representaciones y los discursos de memoria producidos en la experiencia fotográfica de Morococha, en ese 191 sentido, resulta necesario profundizar en la producción fotográfica de los autores entrevistados (Pereyra 2012:154). Es así que para realizar realmente un análisis de las representaciones fotográficas de memoria, son las imágenes las que precisan ser sometidas a los procedimientos reflexión. Pereyra menciona que para conocer con mayor profundidad el discurso presente en una fotografía, ésta debe ser situada adecuadamente en su contexto respectivo de producción, intentando identificar al fotógrafo responsable de la imagen y a los modelos, lugares u objetos fotografiados; así también conocer las intenciones del autor para la elaboración de las fotografía, la selección de los temas o posturas que aparecen en la imagen y hasta la serie o conjunto a la que originalmente pertenecía la fotografía (Pereyra 2012:154). Así también lo sustenta Francisco Alía, quien advierte que para analizar una fotografía se necesita conocer las claves con las que ha sido construida mediante los siguientes procedimientos: el conocimiento de sus procesos técnicos, el conocimiento del momento en que ha sido tomada la fotografía, el conocimiento la intención o comportamiento en relación con su momento temporal o local concreto y el reconocimiento de las vinculaciones de la imagen con su contexto (Alía 2005 en Pereyra 2012:156) Por lo tanto, bajo el enfoque de la investigación, resulta fundamental tomar en cuenta como parte importante del análisis la postura del autor y la significación que éste otorga a la imagen; ya que se considera que la imagen es un lenguaje, una herramienta de expresión y comunicación (Joly 2009:62) que ha permitido a las personas articular un discurso y un mensaje sobre la memoria de la ciudad y sus sentimientos hacia el reasentamiento. Resulta imposible omitir el testimonio del autor sobre la imagen, ello nos permite conocer qué es lo que realmente ha querido representar y por qué lo ha fotografiado, así mismo qué valores o significados han tomado dichos espacios o elementos en su vida y por qué ha decidido que formen parte de su memoria. Como lo comenta el director de Ojos Propios en la sección dedicada a las reflexiones de la experiencia fotográfica, “[…] para nosotros puede ser una terreno vacío y dos piedras, para ellos es la cancha de futbol a la que iban a jugar todas las tardes” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Como lo menciona Martín, la adecuada contextualización de las imágenes, pueden contribuir a una comprensión más global y 192 menos parcializada de la realidad social. Comprender la esencia de las imágenes, hace que las imágenes no solo sean documentales, sino también representativas (Martín 2005:21). De esta manera, la intención de esta parte de la investigación es conocer y analizar aquellos mensajes y discursos de memoria articulados en las fotografías de los participantes morocochanos. Para ello, he realizado entrevistas semi- estructuradas a través de las cuales analicé y organicé los testimonios de los participantes, quienes no sólo manifestaron sus sentimientos respecto al reasentamiento y a la ciudad que se deja, también comentaron y analizaron cada pieza fotográfica producida, mencionado el proceso de elaboración y los elementos expresados en ella. Es así que he utilizado las fotografías de los autores como elementos clave en la entrevista, permitiendo que las imágenes se conviertan en piezas catalizadoras de recuerdos, sentimientos, impresiones y opiniones en los autores. Para estructurar la información obtenida y analizar las fotografías de los autores he tomado en cuenta las posturas de Pereyra y Alías, así como la propuesta de Brisset. Este último propone una metodología de análisis de las imágenes desde la antropología visual, considerando a las fotografías como objetos culturales. Brisset comenta que su propuesta “[…] trata de abordar una foto que se encuentra en un sitio específico, como un objeto material que posee ciertas características físicas, que ha sido elaborado por una persona con determinada intención, dentro de un entorno cultural dado” (Brisset 2004:20). De esta manera, el análisis de las imágenes se divide en tres aspectos fundamentales: la identificación de la fotografía, el análisis técnico de la imagen y el análisis de contenido. La sección dedicada a la identificación de la imagen nos permite conocer el número o código de la fotografía, el título de la imagen, el soporte en el que se encuentra, el lugar donde fue tomada, los géneros fotográficos de clasificación y el tema que se aborda. Por otro lado, la sección dedicada al análisis técnico aborda el formato de la fotografía, el tipo de plano, los detalles del encuadre y el punto de vista seleccionado en la imagen. Por último, la sección dedicada al análisis de contenido nos permite conocer la descripción de los elementos o la escena que se puede observar en la imagen; la concepción de la imagen, es decir, cómo elaboró la fotografía y por qué se optó por esa configuración; y además se 193 describe también el significado de la fotografía para el autor, es decir, qué recuerdos le trae observar de nuevo la fotografía y qué es lo que quiere o quiso decir a través de ella. El análisis de las imágenes nos permite conocer a profundidad los relatos de memoria de los autores que fueron seleccionados en la muestra, cada participante ha elaborado las fotografías en base a recuerdos, vivencias y el imaginario de la ciudad; cada fotografía es analizada como una pieza de comunicación que expresa los sentimientos, preocupaciones y tradiciones del hogar que se deja. Los autores exponen un discurso de memoria través de su trabajo fotográfico, es por ello que la información es presentada desde el trabajo fotográfico personal de los 10 autores y autoras participantes. He realizado este análisis de las fotografías porque quiero exponer las representaciones, recuerdos y el discurso de cada autor, a través de su trabajo fotográfico, con la intención de “dar voz” a cada persona que aceptó participar en esta investigación; así también, porque a través de los resultados obtenidos se demuestra que cada fotografía es un testimonio personal que retrata y guarda recuerdos únicos. 4.3.1 Aspectos generales de la muestra fotográfica analizada Los autores entrevistados Si bien he mencionado que son 40 los autores de la muestra final del taller de fotografía, he seleccionado a diez personas como muestra representativa del grupo de autores y autoras participantes de la experiencia fotográfica. Es así que los autores que fueron entrevistados para esta investigación son: Xamira Huertas, Soraida Acuña, Rosmery Lastra, Rocío Núñez, Mahycol Vargas, Juan Chambi, Juan Carlos Minaya, Anderson Paucar, Jesús Hurtado y Yeni Colla. El criterio de selección de los participantes estuvo basado en el nivel de producción dentro de la muestra o selección final, es decir, consideré entrevistar a las personas que poseen más fotografías seleccionadas, así también consideré como pauta de selección la disponibilidad de los autores durante el trabajo de campo realizado en la investigación. Es necesario mencionar que el proceso de mudanza y el reasentamiento dificultaron la investigación, ya que muchos de los participantes optaron por mudarse y no 194 reasentarse en la nueva ciudad; por ello, fue muy difícil contactar a todos los autores de las fotografías. Sin embargo, con la ayuda de Social capital Group conseguí reunir la muestra representativa de los autores participantes con quienes conversé y se visualicé las imágenes que serán presentadas en este segmento de la investigación. La fotografías analizadas De las 116 fotografías que son parte de la muestra final del taller de Morococha, 30 fotografías son analizadas desde la perspectiva de los autores. Cada autor eligió aquellas piezas más representativas de su trabajo y sobre esa selección realicé el proceso de reflexión sobre la memorias, conflictos y recuerdos que se discuten en la imagen. Las fotografías pertenecen al género documental y participativo, documentan la realidad de la vida en Morococha desde la perspectiva de los propios pobladores. Son analizadas desde el formato digital presente en álbum virtual de la página Flickr de la Asociación Ojos Propios. Estas imágenes fueron producidas durante la etapa práctica de los talleres de Morococha, en los meses de agosto, septiembre y octubre; siendo muchas de ellas el resultado de los ejercicios de técnica, composición, exploración y memoria, símbolos o búsqueda de significados. Así también, fueron producidas durante el trabajo de campo que se realizó en las últimas sesiones de la etapa práctica, en esta fase los participantes debían buscar aquellos espacios o elementos que representen a la ciudad y su vida en Morococha. Se debe recordar que durante los ejercicios de práctica los participantes se encontraban acompañados por un tutor, quien los guiaba y asesoraba en la selección de escenas, elementos presentes en la imagen y los detalles técnicos de iluminación. Las fotografías que se presentan a continuación se encuentran en el Anexo 1 de la presente investigación, así también debo mencionar que añadí los títulos a las fotografías para facilitar el proceso de identificación: 195 Autor Trabajo fotográfico Total de fotos Xamira Huertas Foto Nº5 “ Una niña jugando en el cementerio”, Foto Nº9 “ La bodega”, Foto Nº10 “Niños en el parque infantil” 3 Soraida Acuña Foto Nº14 “El Toromocho y el ventanal” Foto Nº15 “Fachada de una casa” Foto Nº18 “El párroco de una iglesia” Foto N°20 “El niño lavando su ropa” Foto Nº21 “El señor Marquitos” Foto Nº24 “Un niño pastando cerdos” 6 Rosmery Lastra Foto Nº28 “Niña en el puesto de mercado” Foto Nº34 “El nevado y el campamento” Foto Nº35 “Toromocho al amanecer” 3 Rocío Núñez Foto Nº38 “La niña en la lavandería” Foto Nº41 “ Puesto de comida en la calle” Foto Nº42 “Una calle de Morococha” Foto Nº45 “La niña y el rayo de sol” 4 Mahycol Vargas Foto Nº56 “El cerro Potosí” Foto Nº57 “Amanecer, el casco y el Huaricapcha” Foto Nº58 “Niños jugando en la montaña” 3 Juan Chambi Foto Nº73 “El socavón abandonado” Foto Nº74 “Retrato de tres niños morocochanos” 2 Juan Carlos Minaya Foto Nº78 “Lavando fuera de la casa” Foto Nº80 “El mujer y una carga de ropa para lavar” Foto Nº81 “El patio trasero de una casa” 3 Anderson Paucar Foto Nº110 “El Toromocho y la mina Foto Nº112 “Casa de Morococha” 2 Jesús Hurtado Foto Nº93 y Foto Nº94 “La lagartija y el sapo” Foto Nº97 “La procesión del Señor de los Milagros” 3 196 Yeni Colla Foto Nº116 “Silueta del Huaricapcha y el niño” 1 *Cuadro de elaboración propia. 4.3.2 La memoria en la fotografía: Los autores y su trabajo fotográfico 1. Xamira Huertas (13 años) Xamira es una joven de trece años, nació en Lima y a los seis años se mudó a Morococha. Es muy tímida y callada, sin embargo, tuvo una participación muy resaltante en el taller de fotografía. Se encuentra en segundo de secundaria del colegio Ricardo Palma de Morococha, el único colegio secundario; cuenta que le gusta ir al colegio y escuchar música, y por las tardes ayuda a su papá en el negocio de abarrotes que tiene en la nueva ciudad. Hace un año Xamira y su familia se mudaron Carhuacoto debido al proceso de reasentamiento, ella extraña algunos espacios de la ciudad y siente nostalgia de Morococha porque ya no podrá volver. Sus papas son morocochanos de nacimiento y trabajan en el pequeño de negocio de abarrotes, así también brindan servicios de transporte público a través de un mototaxi en la nueva ciudad; su hermana, Lucero Huerta, estudia una carrera técnica en La Oroya y a Xamira le gustaría estudiar algo relacionado a la fotografía. A. Sobre la fotografía Para Xamira el taller de fotografía fue muy importante en este proceso de cambio y mudanza, no sólo porque tuvo la oportunidad de aprender esta disciplina y experimentar con la cámara fotográfica, también porque reconoce que ha producido sus propias memorias sobre el hogar que ha dejado. Es decir, expresó a través de las imágenes la forma en la quiere recordar Morococha y todos aquellos escenarios, personajes u objetos que eran parte de su vida diaria; de esta manera, Xamira comenta que el acto fotográfico practicado durante los meses del taller le ha permitido seleccionar recuerdos para su memoria y las fotos producidas se han convertido en pruebas de su vida en Morococha. Resalta la importancia de este proceso en el contexto por el que la ciudad atraviesa, ya que Morococha desaparecerá y ella no podrá volver para revivir el pasado; así sobre ello manifiesta: “[…] porque al momento de tomar una foto te trae recuerdos, tomas una foto 197 por ejemplo de un lugar que desaparece como Morococha y ahí tienes la foto que te hace recordar […]” (Xamira, 13 años). B. Trabajo fotográfico Durante los tres meses de trabajo Xamira elaboró fotografías con una cámara digital recorriendo Morococha y retratando los espacios, personajes y elementos que representaban Morococha y su vida en la ciudad; la autora tiene preferencia por el retrato a sus amigos y a los lugares de juego. Es así que siete de sus fotografías se encuentran dentro de la muestra final del taller de Morococha; entre ellas podemos observar la fotografía de una pequeña niña en el cementerio de la ciudad mirando hacia el cerro Toromocho, una señora en su puesto de abarrotes, niños pequeños disfrutando del parque infantil, un niño y su bicicleta por las calles de Morococha, mascotas por las calles de la ciudad, así como también el cielo morocochano. Las fotografías de Xamira representan a la niñez de Morococha, ya que en ellas podemos encontrar personajes, lugares o elementos relacionados a la infancia; a partir de estas piezas fotográficas ella relata historias o recuerdos de su infancia y su forma de ver Morococha. Además, también elabora imágenes que expresan escenas de la vida cotidiana en la ciudad, retratando espacios o elementos de su vida diaria. C. Fotografías analizadas con el autor: Fotografía Nº 5: “Una niña jugando en el cementerio” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Cementerio de la antigua ciudad de Morococha 198 Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Niñez de Morococha Tema 2: Imágenes del cerro Toromocho Análisis técnico de la imagen: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con iluminación natural. Plano medio de una niña, quien se ubica en los tercios inferior – derecho del encuadre de la fotografía; se realiza una toma posterior del personaje con profundidad de campo y en ángulo normal. Análisis de contenido: • Descripción del contenido: Se muestra a una niña morocochana de aproximadamente seis años en el cementerio de la ciudad, la niña se encuentra de espaldas a la cámara y dirige su mirada hacia el sector de la ciudad de Morococha que se ve retratado en la fotografía, como también hacia el cerro Toromocho. En primer término podemos ver una niña rodeada de dos lápidas y del pastizal del cementerio, en la mano derecha sostiene dos espigas y trata de alcanzar o sostener más con la mano izquierda, viste una casaca roja y un gorro azul. En el fondo podemos observar al cerro Toromocho, uno de los símbolos principales de la ciudad, así también vemos parte de la ciudad y el campamento minero de Morococha. • Concepción de la fotografía: Para tomar este fotografía Xamira y un grupo de amigos fueron al cementerio para retratar el espacio y buscar una vista general de la ciudad, siendo el cementerio uno de los lugares más históricos Morococha, ubicado en las afueras de la ciudad. En cuanto al proceso de construcción de la fotografía, la autora menciona que en realidad buscaba una imagen de la luz del sol iluminando al cerro Toromocho en el atardecer; sin embargo, una niña se colocó entre las lápidas del cementerio y comenzó a mirar la ciudad de Morococha y es en ese momento en el que decidió tomar la fotografía (Xamira, 13 años). 199 • Significado de la fotografía para el autor: El cementerio de Morococha guarda el recuerdo de los antepasados o familiares de los habitantes de Morococha, de las personas que formaron parte de su historia y se convierte en uno de los espacios que se deja para siempre debido a la complejidad de su traslado; así, al observar la fotografía, Xamira comenta que ya no podrá volver al cementerio y que “[…]será mucho más difícil regresar a visitar a sus familiares una vez comenzado el proyecto Toromocho[…]”. De esta manera, la fotografía produce en la autora la nostalgia de aquello que se perdió por el reasentamiento y se convierte en el recuerdo de ese lugar. Por otro lado, expresa también algo muy interesante, según Xamira la imagen podría significar “[…] el mirar u observar Morococha por última vez” […]; fotografiar a una niña que mira a la ciudad desde el cementerio es para ella expresar aquella nostalgia de observar tu hogar desde lejos, una especie de “despedida” simbólica del lugar en el que creció (Xamira, 13 años). Fotografía Nº 9: “La bodega” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Calles de la ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Personajes de la ciudad Tema 2: Negocios locales Análisis técnico de la imagen: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con iluminación artificial (flash). Plano medio de busto 200 del personaje ubicado en medio del encuadre; se realiza una toma frontal con poca profundidad de campo y en ángulo normal. Análisis de contenido: • Descripción del contenido de la fotografía: Se muestra a una señora de la comunidad Morocochana en su puesto de venta, el personaje se encuentra detrás del mostrador de una bodega de abarrotes y mirando hacia la cámara. Podemos observar en primer término diversos productos comestibles como golosinas o refrescos, los cuales se ubican alrededor del mostrador; luego observamos a la dueña del negocio cubierta con una especie de manta, detrás de ella, se encuentra un estante con más productos comestibles o productos para el hogar. • Concepción de la fotografía: Xamira cuenta que luego de las clases de composición y color ella fue en busca de una fotografía que exprese y demuestre lo que aprendió; de esta manera, encontró en la bodega de la esquina el espacio perfecto de aplicación, ya que los productos que se ubican en el mostrador, como aquellos que cuelgan de los cordeles, otorgan colores y formas que la ayudaban a componer una fotografía visualmente atractiva. Así comenta: “[…] Me llamó la atención los colores de la bodega y era justo de eso lo que hablamos en clase” (Xamira, 13 años). • Significado de la fotografía para el autor: Además de encontrar en la bodega aquellos colores y formas que deseaba fotografiar, el retrato de la bodega del barrio motiva en Xamira los recuerdos de la vida cotidiana en la ciudad de Morococha. Se representa así aquella bodega del barrio y en ella la señora que todo el mundo conocía, tan popular en el pueblo que hasta se convirtió en el personaje que todos recuerdan. Ella dice: “[…] Era la señora de la bodega, todo el mundo compraba ahí, todos mis amigos”. La fotografía representa así una escena de la vida cotidiana, un recuerdo de uno de los espacios más visitados por Xamira y que contiene elementos que motivan historias sobre sus amigos y familia (Xamira, 13 años). 201 Fotografía Nº 10: “Niños en el parque infantil” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Parque infantil de la ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema: Niñez de Morococha Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano americano del niño ubicado al medio del encuadre y en foco; plano medio de la niña ubicada en el tercio izquierdo del encuadre, aparece desenfocada. Se realiza una toma frontal en ángulo normal (profundidad). Análisis de contenido: • Descripción del contenido de la fotografía: Se muestra a dos niños, un niño de aproximadamente cuatro años y una niña de aproximadamente seis años, en el parque infantil de la ciudad de Morococha. El niño se encuentra sobre el juego infantil y mira atentamente a la cámara, mientras la niña impulsa el juego infantil y también mira hacia la cámara. Podemos observar que el niño se encuentra en un juego de forma circular y se sujeta de él, la niña se encuentra en la parte inferior riendo e intentando impulsar el juego. Los rodean juguetes y más estructuras infantiles, como columpios, rodaderos, pasamanos y un pequeño puente. • Concepción de la fotografía: Buscando espacios o elementos que le recuerden su vida en Morococha, ella eligió el parque infantil porque quería recordar lo que había en ese parque, los amigos que podía encontrar y los juegos infantiles. Así también retrata esa 202 escena en busca de movimiento, ya que quería retratar personajes que se encuentren realizando alguna acción (Xamira, 13 años). • Significado de la fotografía para el autor: Además de buscar una imagen que tenga movimiento y acción, Xamira representa a través de esta fotografía uno de sus lugares favoritos en la ciudad “Mi lugar favorito era el parque porque ahí me encontraba con todos mis amigos […] sí, me hace acordar a mi niñez […]”. El parque infantil se convirtió para Xamira en aquel lugar que representa su infancia y a los amigos que conoció en Morococha, a las tardes de juego y diversión en la ciudad, a su vida cotidiana. De esta manera, las figuras relacionadas a los lugares cotidianos y los lugares de encuentro con los amigos se vuelven recurrentes en las imágenes de Xamira, las fotografías que se han producido guardan historias relacionadas a su niñez (Xamira, 13 años). D. Conclusiones sobre el trabajo de Xamira Huertas: Según el testimonio de Xamira, Morococha significa aquel lugar en el que ha dejado su infancia, de ella guarda la nostalgia y los mejores recuerdos sobre sus lugares favoritos, como el parque infantil y los amigos que conoció. Dice tímidamente que siente tristeza por la desaparición de la ciudad y la de aquellos espacios a los que no podrá volver; además, si bien le agrada vivir en Carhuacoto, siente que debido a la mudanza ha dejado de ver a muchos de sus amigos y las tardes con ellos ya no son como antes. Las fotografías de Xamira reafirman sus sentimientos hacia el reasentamiento y expresan aquello que siente que ha perdido; podemos ver un conjunto de imágenes en las cuales se representa los espacios de la infancia y los espacios de recreación, convirtiéndose así en el recuerdo de lo que exactamente se cree perdido. A pesar de que su vida cotidiana no ha sufrido cambios radicales, son los momentos de la infancia y amistad los que Xamira ha decidido inmortalizar y de los cuales quiere guardar el recuerdo. 203 2. Soraida Acuña (15 años) Soraida es una joven de quince años que cursa el cuarto grado de secundaria en el colegio Ricardo Palma de la ciudad de Morococha. Hace un año se mudó junto a su familia a la nueva ciudad de Carhuacoto; vive con sus padres y sus dos hermanos. Soraida nació en Morococha y vivió quince años en la ciudad; sin embargo, su familia no proviene de Morococha, ya que sus padres son de otra parte del país y fueron a Morococha para establecer una familia. A. Sobre la fotografía Soraida es una las autoras más entusiastas respecto al trabajo fotográfico realizado, ya que para ella la práctica le permite mostrar a través de las imágenes cómo se vivía en la ciudad de Morococha; de esta manera, considera que la fotografía es un medio de expresión y de comunicación muy valioso. Ella elige retratar la realidad de la ciudad y las escenas de la vida cotidiana de Morococha, tanto las tradiciones de las que se siente orgullosa, como imágenes que muestran las carencias de la ciudad; así, siente que las fotografías que ha elaborado le ayudan a recordar no sólo la ciudad que ha desaparecido, también a los amigos que se han ido, las costumbres que ya no se practican y las condiciones de vida que han cambiado debido al reasentamiento (Soraida, 15 años). B. Trabajo fotográfico Dentro de la muestra final de los talleres fotográficos de Morococha se puede encontrar seis fotografías de Soraida. Las imágenes retratan el cerro Toromocho, figura principal de la ciudad; la fachada de una casa en el barrio de Alto Perú; niños jugando en las calles de Morococha; el párroco de la iglesia católica de la ciudad; un niño lavando su ropa; un anciano llamado “Marquitos”, el cuidante del templo; un perro cerca de la carretera; un cerdo en un galpón abandonado; y un niño pastando a sus cerdos cerca de la ciudad. De esta manera, la mayoría de las fotografías de Soraida se encuentran dentro de las categorías “Escenas de la vida cotidiana” y “Niñez de Morococha”, se ha retratado a los personajes, 204 los espacios colectivos, las costumbres y las actividades que solía hacer todo el pueblo en la ciudad debido a las condiciones en las que se vivía. C. Trabajo analizado con el autor: Fotografía Nº 14: “El Toromocho y el ventanal” Identificación de la fotografía Título: Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Plaza pública de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Imágenes del cerro Toromocho Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general del ventanal y del cerro Toromocho con profundidad de campo. Se realiza una toma frontal con un ángulo en contrapicado. Análisis de contenido: • Descripción del contenido de la fotografía: Se muestra el ventanal del edificio municipal y parte del cerro Toromocho, la fotografía se toma desde la plaza principal de la ciudad. Podemos observar en primer término el ventanal del edificio municipal, el cual refleja una parte del cerro Toromocho; luego observamos al cerro Toromocho iluminado por la luz del sol en el amanecer, adoptando así un color cobrizo. En la escena también vemos algunos elementos de los monumentos que se encuentran en la plaza principal de la ciudad de Morococha. 205 • Concepción de la fotografía: Soraida dice que “[…] era una mañana que habíamos salido temprano con los chicos de mi grupo a tomar unas fotos y así de casualidad se me ocurrió ver al cerro, como estaba bien iluminado y el color estaba bien bonito me dio ganas de tomar la fotografía […]” (Soraida, 15 años). Así, la fotografía fue producto de un ejercicio que los motivaba a buscar escenas de la luz del amanecer, ella eligió el perfil del Toromocho iluminado por el sol de la mañana, además, incorporó en su fotografía el reflejo del cerro en el ventanal de la plaza pública, creando un efecto que la impresionó. • Significado de la fotografía para el autor: La fotografía le hace recordar a la ciudad de Morococha, ya que podría decirse que el cerro Toromocho que observamos en la imagen era el símbolo más importante de la ciudad. Así también, Soraida recuerda dónde vivía a través de la imagen, ya que indica que su hogar se ubicaba muy cerca de la plaza principal de la ciudad, bajo el Toromocho. Si bien la foto fue elegida por sus características estéticas, esta pieza fotográfica representa una visión propia del cerro Toromocho, se convierte en una recuerdo personal: “[…] recuerdo al cerro Toromocho, creo que era algo muy importante para nosotros” (Soraida, 15 años) Fotografía Nº 15: “Fachada de una casa” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Calles de la ciudad de Morococha, barrio de Alto Perú Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema: Viviendas de Morococha 206 Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general de la vivienda con profundidad de campo, toma frontal y en ángulo normal. Análisis de contenido: • Descripción del contenido de la fotografía: Se muestra la fachada de una casa ubicada en el barrio de Alto Perú. Podemos observar en primer término un tendedero de ropa y algunas prendas de vestir, al parecer son prendas que pertenecen a un niño; luego observamos la fachada de una casa hecha de adobe y calaminas, en la entrada se ve algunos objetos apilados y desechos; por último, en el fondo se observan dos viviendas de calaminas, pintadas de azul y amarillo, lo cual quiere decir que ya fueron compradas por la empresa minera. • Concepción de la fotografía: Así como se han elaborado fotografías para captar el movimiento o colores, esta fotografía se realizó con el objetivo de mostrar cómo se vivía en la ciudad de Morococha. Para Soraida, hablar de Morococha o fotografiar Morococha, también significa mostrar sus carencias y las necesidades que tenía la población. En ese sentido, eligió la fachada de una casa que no se encuentra en buenas condiciones e incluyó dentro de su composición a dos viviendas hechas de calamina que se encuentran en la ladera del cerro; por ello, a través de la imagen la autora desea expresar que las condiciones de vida en Morococha no eran adecuadas para muchas personas. Soraida nos dice: “Quería mostrar cómo eran la casas, ahora ya no es así, ya no tenemos techos de calamina […]” (Soraida, 15 años). • Significado de la fotografía para el autor: Como se ha mencionado anteriormente, la fotografía expresa cómo se vivía en la antigua ciudad, muestra las carencias de la vida diaria y las precarias viviendas en las que se habitaba. A partir de la fotografía, Soraida comenta que muchas de las viviendas estaban a punto de caer y que las paredes de calamina no los protegían del frío intenso en el que se vivía. Para la autora es muy importante utilizar la fotografía también para retratar aquellos aspectos que no le 207 gustaban de su vida en la antigua ciudad y poder expresar los problemas que tenía la comunidad morocochana (Soraida, 15 años). Fotografía Nº 18: “El párroco de la iglesia” Identificación de la fotografía Título: Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema: Religiosidad Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano entero y centrado en el personaje, toma frontal con un ángulo normal. Análisis de contenido: • Descripción del contenido de la fotografía: Se retrata al párroco de la iglesia católica principal de la ciudad de Morococha, ésta se encuentra ubicada en la parte nueva de la ciudad. Podemos observar al párroco de la iglesia en la puerta, viste una sotana blanca y verde, mira tímidamente a la cámara y tiene los brazos cruzados, al parecer a la espera de una persona. Podemos ver que se encuentra bajo una imagen religiosa, las puertas de la iglesia están abiertas y se pueden ver las siluetas de las bancas dentro de ella. • Concepción de la fotografía: Soraida Acuña cuenta los siguiente: “[…] esta es la iglesia, si no me equivoco es el padre que está parado, era un día domingo que salíamos con los chicos y le hemos tomado una foto. Le dijimos: Padre regálanos una foto, 208 entonces ahí con su virgencita ha salido, le dijimos gracias y nos fuimos […]” (Soraida, 15 años). • Significado de la fotografía para el autor: Según Soraida, la iglesia se convierte en un espacio muy importante para fotografiar debido a su antigüedad y además porque en ella podía encontrar a personajes de la ciudad, aquellos ciudadanos que eran reconocidos colectivamente, como el párroco o el señor Marquitos, quien desempeñaba el papel de cuidante del templo. Por otro lado, esta fotografía también representa parte de la vida cotidiana de Soraida, ya que según ella asistía todos los domingos a la iglesia junto a su familia, así cuenta: “[…] Es importante porque yo iba a misa todos los domingos”. De esta manera, la imagen se convierte en el recuerdo de un espacio colectivo religioso y también remite a las memorias de las tradiciones familiares de Soraida (Soraida, 15 años). Fotografía Nº 20: “Un niño lavando su ropa” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Niñez de Morococha Tema 2: Imágenes de la vida cotidiana Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición vertical y cuenta con una iluminación natural. Plano entero del personaje, toma de perfil en ángulo normal. 209 Análisis de contenido: • Descripción del contenido de la fotografía: Se retrata a un niño de aproximadamente nueve años sentado en la escalera de madera de una casa de la ciudad de Morococha. Podemos observar al niño sentado en la escalera, agachado y con una tímida mirada hacia la cámara, alrededor vemos una batea de ropa muy pequeña, algunas prendas de ropa y una mancha de agua. Observamos la sombra del fotógrafo en el cuadrante derecho inferior de la imagen. • Concepción de la fotografía: La fotografía fue producto de una búsqueda de actividades cotidianas en la ciudad de Morococha, así, Soraida encontró a un niño lavando su ropa en el exterior de su vivienda (Soraida, 15 años). • Significado de la fotografía para el autor: Soraida nos dice: “[…] de casualidad se me ocurrió tomar eso, porque allá la mayoría lavábamos nuestra ropa afuera y no teníamos lavadero, para mostrar eso”. La fotografía fue tomada para mostrar cómo era el proceso de lavado colectivo de la comunidad, ya que debido a la falta de agua y espacio, la ropa se lavaba en pequeñas tinajas que eran ubicadas en frontis de la casa. Además nos dice “[…] bueno como ya no vivo como antes, aquí es diferente. Allá lavábamos nuestra ropa en tina, en cambio aquí ya tenemos nuestro lavadero y lavábamos normal […]”. De esta manera la fotografía se convierte en una evidencia de la falta de agua en la ciudad de Morococha y de las necesidades de la población; sin embargo, también permite establecer una comparación entre la vida de antes y la vida de ahora, así como reafirmar uno de los beneficios del reasentamiento (Soraida, 15 años). 210 Fotografía Nº 21: “El señor Marquitos” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Calles de la ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema: Personajes de la ciudad Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general del anciano y su vivienda, toma frontal de personaje y en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción del contenido de la fotografía: Se muestra a un adulto mayor barriendo la entrada de su casa en una de las calles de la ciudad de Morococha. La imagen pertenece a la categoría “Personajes de la ciudad”, ya que el adulto mayor retratado es el señor “Marquitos”, el cuidante del templo y efectivamente uno de los personajes más populares en Morococha. De esta manera podemos observar en la fotografía al señor Marquitos barriendo la entrada de su casa con una escoba de paja, la calle que rodea su vivienda no se encuentra asfaltada por ello hay mucho polvo y barro. Por otro lado, también podemos observar que su vivienda está hecha de calamina y algunos pedazos de madera; ésta se encuentra pintada de amarillo y azul y lleva el número 184, lo que significa que ya fue comprada por la empresa minera y numerada por la misma. • Concepción de la fotografía: Buscando escenas, elementos o personajes que representen a la ciudad de Morococha, Soraida cuenta que encontró al Señor Marquitos 211 en la puerta de su hogar. Nos dice que es un personaje muy conocido por todos en la ciudad debido a que era el cuidante del templo principal. Ya que el señor evitaba la cámara fotográfica, Soraida tomó la imagen a escondidas “[…] el señor ya es bien viejito y me da ganas de tomarle una foto para tenerlo de recuerdo […] y así a escondidas las tomamos porque una señora estaba ahí, a escondidas lo hemos tomado […]” (Soraida, 15 años). • Significado de la fotografía para el autor: Soraida retrata al señor “Marquitos” porque desea guardar el recuerdo de uno de los personajes más queridos y entrañables de toda la ciudad. Comenta que siempre lo veían en la iglesia de la ciudad o caminando por las calles, “[…] es muy conocido por todos nosotros […]”. Es así que la autora elige la imagen del señor Marquitos como una figura representativa de la ciudad de Morococha y como alguien que forma parte importante de su historia, como de la vida cotidiana de los ciudadanos (Soraida, 15 años). Fotografía Nº 24 “Un niño pastando cerdos” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: 19 de Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Niñez de Morococha Tema 2: Mascotas y animales Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general de 212 los personajes en la fotografía, ubicados en el tercio horizontal del medio. Toma frontal con un ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción del contenido: Se retrata a un niño de aproximadamente siete años con ocho cerdos en el pastizal ubicado entre la parte nueva y la parte antigua de la ciudad de Morococha. En la imagen podemos observar a un niño en medio de campo pastando a ocho cerdos de diferentes colores y tamaños, en el fondo se puede observar la parte nueva de la ciudad de Morococha y algunas laderas del cerro Toromocho. • Concepción de la fotografía: En un ejercicio de campo Soraida seleccionó esta escena porque tenía la intención de retratar un momento de juego entre el niño y sus animales. El hecho que llamó la atención de la autora fue que el niño corra por todo el pastizal junto a sus cerdos, así, cuenta que el niño no quería ser retratado y comenzó a arrear a sus cerdos para no enfrentar a la cámara: “[…] él no quería salir en la fotografía, por eso comenzó a correr” (Soraida, 15 años). • Significado de la fotografía para el autor: Para Soraida esta fotografía es importante ya que a través de ella intenta expresar las actividades y labores de los niños en Morococha. Cuenta que mucha familias criaban animales de granja, como cerdos u ovejas, en sus viviendas y eran los niños los encargados de llevar a pasear a los animales por los campos que rodeaban la ciudad; por ello, era importante para Soraida hacer una imagen que exprese esa costumbre de las familias morocochanas, retratando un espacio y una escena de la vida cotidiana que no se repite en la nueva ciudad. Es importante mencionar que a pesar de que la minería era la principal actividad económica para la mayoría de familias, algunas se dedicaban también a la crianza de animales de granja (Soraida, 15 años). D. Conclusiones sobre el trabajo de Soraida Acuña: Cuando a Soraida se le preguntó sobre Morococha contó que sentía mucha tristeza de mudarse a la nueva ciudad, ya que deja atrás su infancia y los amigos que hizo durante esos 213 años. Ella reconoce que le espera una mejor calidad de vida porque, por ejemplo, las calles están asfaltadas y tiene baño en su propia casa; sin embargo, es inevitable sentir nostalgia sobre la ciudad, las casas, la iglesia, los parques y los paisajes que la rodeaban. Así, reconoce que el proceso de reasentamiento es inevitable y que la ciudad desaparecerá; sin embargo, encuentra en la fotografía el medio adecuado para mostrar cómo era la ciudad y qué hacía la comunidad de Morococha, a través de las imágenes elaboradas tiene la intención de evitar el olvido y exponer la realidad de la ciudad. Sus fotografías se convierten en testimonio de la vida en Morococha ya que se puede ver la clara intención de retratar aquello que caracterizaba a la ciudad, como los personajes populares o las costumbres de los niños en la ciudad; así también las imágenes exponen las carencias de la población, el lavado de ropa fuera de la casa y la pobre estructura de las viviendas se convierten en dos problemas de los cuales Soraida quiere hablar a través de sus fotografías. 3. Rosmery Lastra (16 años) Rosmery tiene 16 años y está en quinto de secundaria del colegio Ricardo Palma, nació en Huánuco pero llegó a Morococha a los dos años de edad junto a su familia. Ella cuenta que además del colegio dedica su tiempo libre a jugar y ver televisión. En la nueva ciudad vive con sus padres y sus cuatro hermanos; su papá trabaja en Ticlio, vinculado a una empresa minera y su mamá es ama de casa. La familia de Rosmery se mudó hace 15 años a Morococha en busca de trabajo y nuevas oportunidades, siendo el padre de Cerro de Pasco y la madre de Tingo María. A. Sobre la fotografía: Rosmery ha comentado sobre el proceso de aprendizaje del taller, para ella hacer una fotografía significa seleccionar una escena, medir la luz, ver los colores o el movimiento, es decir, recuerda sobre todo cómo es que aprendió la técnica. Según la autora, aprender fotografía le ayudo en este proceso de mudanza ya que no sólo le permitió guardar en imágenes aquellos recuerdos personales, también hizo que descubra lugares que no conocía de Morococha. Así, la fotografía más allá de ser un soporte de recuerdo, se convierte en un acto de revaloración de lugares u objetos que fueron olvidados por la 214 comunidad; permite descubrir nuevas cosas en el entorno, ya que motiva la exploración y el afán de mostrar lo desconocido. Por ello muchas de sus fotografías son producto de exploraciones en el amanecer o al atardecer, de los paseos por las montañas y de la búsqueda del retrato de la ciudad (Rosmery, 16 años). Cuando se le preguntó sobre ¿Qué parte de Morococha serías?, ella fue rápidamente al “Casco” (monumento) que está a la entrada de la ciudad, nos dice que para ella eso es Morococha. Se identifica rápidamente con uno de los símbolos de la ciudad, un símbolo que remite a la identidad minera (Rosmery, 16 años). B. Trabajo realizado por el autor: Tres fotografías de Rosmery fueron seleccionadas en la muestra final del taller de Morococha, así, una de ellas retrata a una niña en el puesto de mercado de la ciudad y las otras dos representan al cerro Toromocho. En las fotografías se puede observar paisajes naturales y elementos de la actividad minera. C. Trabajo analizado con el autor: Identificación de la fotografía: Fotografía Nº 28: “Niña en el puesto de mercado” Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Niñez de Morococha Tema 2: Negocios locales 215 Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición vertical y cuenta con una iluminación natural. Plano ¾ , centrado del personaje en primer término. Toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción del contenido de la fotografía: Se retrata a una niña de aproximadamente nueve años delante del puesto de mercado ambulante. Podemos observar a la niña sonriendo hacia la cámara, se encuentra vestida con un gorro de lana y una casaca, en la mano parece sujetar una fruta. En la parte posterior se observa un puesto de mercado elaborado de plásticos, maderas y calaminas; ahí observamos cajones de madera llenos de verduras y frutas, algunas bolsas, botellas de bebidas y una balanza. En la parte derecha se encuentra una mujer de espaldas, quien parece ser la dueña del negocio. • Concepción de la fotografía: Rosmery escogió la escena porque le informaron que dentro del trabajo fotográfico también podía retratar a personas representativas de la ciudad, es así que en una salida de campo encontró este puesto de mercado conocido por toda la ciudad. Se trataba de un puesto de frutas y verduras ubicado en la entrada de la parte antigua de la ciudad, ahí se encuentran la dueña del negocio y la hija de la vendedora, siendo éste un espacio de la vida cotidiana de la ciudad (Rosmery, 16 años). • Significado de la fotografía para el autor: Cuando Rosmery ve esta fotografía recuerda la parte antigua de la ciudad de Morococha; además, dice que la dueña del puesto era muy conocida por todos los habitantes, por ello, podría decirse que era un personaje de la ciudad. Por otro lado, nos dice que este puesto de mercado era un punto de encuentro o referente para todos los habitantes de la ciudad Morocochana ya que todos iban ahí a comprar los alimentos del hogar. Ella comenta: “[…] este es el puesto de verduras y frutas, estaba a la entradita de la antigua Morococha, ella es la hija de la dueña, todos compraban ahí lo que necesitaban” (Rosmery, 16 años). 216 Fotografía Nº 34: “El nevado y el campamento” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Montañas y nevados Tema 2: Espacios y elementos de la actividad minera Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general del campamento minero, ubicado en la parte inferior del encuadre. Toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata un nevado y el campamento minero desde la “parte nueva” de la ciudad de Morococha. El elemento principal en la fotografía es el pico de un nevado ubicado en Ticlio, así como también algunas viviendas y una parte del campamento minero ubicado cerca de la ciudad e Morococha. • Concepción de la fotografía: La fotografía es el resultado de otra salida fotográfica a la seis de la mañana, donde la autora buscó la mejor ubicación para que todo pueda salir en el encuadre y que la luz del sol ilumine el pico de la montaña. La imagen fue tomada desde la lavandería de la ciudad (Rosmery, 16 años). 217 • Significado de la fotografía para el autor: Rosmery dice que la imagen motiva en ella el recuerdo de la ciudad de Morococha y todos los nevados que la rodeaban, aquellos picos que se tornaban muy blancos en temporada invernal y que se convertían en elementos principales del paisaje: “Esta foto me hace acordar a Morococha y como se ve bonito el color de los nevados en la mañana[…]” Por otro lado, incorporó en el encuadre parte del campamento minero porque quería mostrar que la ciudad se encontraba rodeada también de esa realidad minera (Rosmery, 16 años). Fotografía Nº 35: “El Toromocho al amanecer” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Imágenes del cerro Toromocho Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general de cerro Toromocho. Ángulo en ligero contrapicado, toma frontal. Análisis de contenido • Descripción de contenido de la fotografía: Se retrata una parte del Cerro Toromocho iluminado por la luz del amanecer, la fotografía se toma desde el límite que divide la parte nueva de la parte antigua de la ciudad de Morococha. En primer término podemos observar la parte de una vivienda y una montaña rocosa, en la parte posterior vemos al 218 Toromocho en todo su esplendor, éste adopta un color amarillo y rojizo debido a la luz del sol. • Concepción de la fotografía: Rosmery cuenta que la foto fue tomada en una salida de campo en la madrugada, ya que el grupo del que era parte buscaba la luz de sol y las sombras o figuras que se forman a partir de ella. De esta manera, ella dice que la foto la tomó a las siete de la mañana viendo cómo la luz del sol iluminaba al cerro Toromocho. La fotografía fue tomada en un lugar llamado la línea, ubicado entre la Morococha nueva y la Morococha vieja (Rosmery, 16 años). • Significado de la fotografía para el autor: La fotografía constituye una representación personal del cerro Toromocho, ya que esta montaña es parte importante de su imaginario como ciudadana de Morococha. El cerro Toromocho es aquello que identifica a la ciudad, por lo tanto, podría decirse que es el símbolo principal e infaltable entre las imágenes que intentan representar a la ciudad de Morococha. Rosmery dice: “[…] Si, creo que el Toromocho era como el símbolo de la ciudad y eran muy bonitos los colores que tomaba al amanecer” (Rosmery, 16 años). D. Conclusiones del trabajo de Rosmery Lastra: Aunque son pocas las fotografías de Rosmery, se puede observar el intento de representación de su ciudad a través del entorno geográfico de la misma. Las montañas, nevados o formaciones rocosas que formaban parte de los paisajes naturales se convierten en las mejores referencias para la representación de Morococha. Dentro de sus fotografías no solo incluye el juego entre la luz del sol y las montañas, también ciertos sectores de la ciudad o del campamento minero, son vistas generales de la ciudad de Morococha que nos ayudan a imaginarla y recordarla. Cuando se le pregunta sobre Morococha manifiesta que tiene nostalgia de los amigos que dejó en la ciudad, de espacios como el colegio y de los paseos que realizaba con su familia a las lagunas o montañas cercanas. De esta manera, aquellos espacios naturales se ven 219 representados en sus fotografías de Morococha como un intento de mantener en la memoria las exploraciones y salidas familiares que solía realizar (Rosmery, 16 años). 4. Rocío Núñez (16 años) Roció tiene 16 años, nació en Morococha y actualmente vive en la ciudad de Carhuacoto. Se encuentra cursando el quinto año de secundaria en el colegio Ricardo Palma; cuenta que por el momento pasa la mayoría de su tiempo libre estudiando y tomando fotografías. Tiene tres hermanos, su papá trabaja para la empresa minera y su mamá es ama de casa. Hace un año se mudó con su familia a la nueva ciudad en busca de bienestar y la tranquilidad. Sus padres son de Jauja, sin embargo, emigraron a Morococha hace 19 años en busca de trabajo y mejores oportunidades. A. Sobre la fotografía Rocío es una de las autoras más recordadas del taller de fotografía, no sólo por la producción realizada, también por el entusiasmo en la práctica fotográfica. Según su testimonio, a pesar de que el taller haya concluido hace más de un año, ella continua fotografiando ahora en la nueva ciudad; de esta manera, la fotografía se ha convertido para Rocío en una práctica diaria y personal, “[…] Para mí, bueno, yo al tomar fotografía me distraigo y me olvido de las cosas malas porque en eso dedico mi tiempo libre […]”. Rocío dice que la fotografía le permite escapar de la realidad, le permite explorar su entorno y sobre todo guardar los espacios y momentos que desea recordar para siempre (Rocío, 16 años). En el caso de Morococha, muchas de las fotografías servirán para que los momentos perduren y las próximas generaciones puedan conocer la historia de la ciudad, así, siente que con sus fotografías colabora con el recuerdo de la ciudad. Si bien la mudanza fue un proceso muy complejo para ella y su familia, piensa que la fotografía ayudo mucho a reducir la nostalgia y al menos tendría las fotos de aquello que extrañaría más (Rocío, 16 años). 220 B. Trabajo realizado por el autor Son diez las fotografías de Rocío que forman parte de la muestra final del taller de Morococha, entre ellas podemos observar la imagen a una joven en la lavandería pública, el autorretrato de la autora en el reflejo de una ventana, el retrato de una niña en la puerta de su hogar, un puesto de comida ambulante, una mujer y una anciana en la puerta de su hogar, una vista general de una de las calles de Morococha, el retrato de una niña y un rayo de sol, un niño pequeño caminando por la ciudad y el monumento de un Bombero. Así podemos ver una representación diversa de los elementos y escenas de Morococha, entre retratos de niños, de espacios colectivos y de actividades de la vida cotidiana. C. Trabajo analizado con el autor Fotografía Nº 38: “Niña en la lavandería” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Agosto del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Juventud Morocochana Tema 2: Imágenes de la vida cotidiana Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano americano, personaje en primer término ubicado en el tercio lateral derecho del encuadre. Toma de perfil y ángulo normal. 221 Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata a una joven de aproximadamente catorce años en la lavandería pública de la ciudad de Morococha. . Podemos observar que la joven se encuentra inclinada mirando hacia la cámara, entre los lavaderos y rodeada de un conjunto de prendas e útiles de lavado. Tiene guantes de hule y se protege su ropa con un saco de plástico. En la parte posterior se ve a más personas lavando la ropa, cada una en un espacio de lavado. • Concepción de la fotografía: Se seleccionó esta escena porque para Roció era muy importante fotografiar la lavandería de la ciudad, ya que era uno de los lugares públicos donde las personas se reunían a lavar su ropa debido a que no contaban con la cantidad de agua necesaria en sus hogares. Rocío dice: “[…] me gusta porque las personas, mayormente se dedican a lavar, eso es lo que hacían siempre […]”, resaltando que esta actividad era colectiva y cotidiana en la ciudad (Roció, 16 años). • Significado de la fotografía para el autor: Rocío cuenta que la lavandería era un lugar público y colectivo en el que se congregaban todas las madres de familia y hacían el lavado de la ropa, ya que casi nadie tenía lavadero de ropa en su casa y tampoco contaban con servicio de agua dentro de sus viviendas. De esta manera, la fotografía es una imagen que expone esta práctica cotidiana y colectiva realizada especialmente por las mujeres del pueblo, en algunas ocasiones el lavado de ropa se convertía en una actividad económica para la familia. La autora tiene la intención de retratar también aquellas carencias de la población y tener una imagen de aquel lugar que se convirtió en el lugar de encuentro colectivo que la gente recuerda con mayor frecuencia: “Tomé esta foto porque quería mostrar como todos se reunían en la lavandería […]” (Rocío, 16 años). 222 Fotografía Nº 41: “Puesto de comida en la calle” Identificación de la fotografía Título: Formato: Digital JPEG Fecha: Agosto del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Imágenes de la vida cotidiana Tema 2: Negocios locales Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano conjunto, toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata un puesto de comida ambulante ubicado en una de las calles de la ciudad. Se puede observar un puesto de comida hecho de una estructura de metal y plástico, dentro se encuentran cinco personas y la dueña del negocio. Las personas se encuentran sentadas en bancas de madera comiendo, mientras la dueña del negocio sirve los platos de comida. • Concepción de la fotografía: Roció cuenta que seleccionó la escena con el objetivo de retratar a las personas que se encuentran en el puesto de comida, y exponer los detalles del negocio. La fotografía expresa una escena de la vida cotidiana en la ciudad (Roció, 16 años). 223 • Significado de la fotografía para el autor: La fotografía tiene un significado especial para Rocío, ella expresa y muestra el lugar donde solía comer con su familia, por lo tanto es un lugar recurrente y cotidiano en su vida: “Yo tomé esa foto porque iba a comer ahí con mi familia”. De esa manera, la imagen le trae recuerdos sobre su familia y la señora que era dueña del negocio, se tiene la intención de capturar esas escenas familiares y cotidianas que son parte de la vida de Rocío (Rocío, 16 años). Fotografía Nº 42: “Una calle de Morococha” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Agosto del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Imágenes cotidianas Tema 2: Espacios y elementos urbanos Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general con profundidad de campo. Toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se realiza una toma general de una de las calles principales de la ciudad de Morococha. Se puede observar una calle asfaltada en la que transitan adultos, niños y mascotas; alrededor también podemos ver negocios y puestos ambulantes. En la parte posterior se observa una montaña rocosa. 224 • Concepción de la fotografía: Roció dice que seleccionó la escena porque quería exponer los diversos puestos de venta y la vida cotidiana de la población en una de las calles principales de la ciudad. Por otro lado, también nos dice que quería mostrar a la sociedad de Morococha en una imagen: “[…] para ver porque hay varios puestos y más que nada me gusto porque vi como una unión entre todos, como un colectivo […]” (Rocío, 16 años). • Significado de la fotografía para el autor: A partir de la fotografía Rocío recuerda a la ciudad de Morococha y cómo vivían las personas que la habitaban, por dónde transitaban o dónde podían comprar objetos de primera necesidad, ropa o elementos de trabajo: “[…] es una de las calles principales de la ciudad, me hacer acordar mucho a la ciudad y a la colectividad” (Rocío, 16 años). Fotografía Nº 45: “La niña y el rayo del sol” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Niñez de Morococha Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general, personaje ubicado en el tercio izquierdo del encuadre. Toma frontal en ángulo normal. 225 Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata a una niña de aproximadamente nueve años en uno de los pastizales que se encuentran cerca de la ciudad de Morococha. Se puede observar que la niña posa y mira fijamente a la cámara, se encuentra iluminada directamente por un rayo de sol. Además, podemos ver en la parte posterior un cerco metálico y algunas viviendas. • Concepción de la fotografía: Roció eligió tomar la fotografía por el rayo de luz y las sombras que se formaban entre la niña y el espacio. Después de muchos intentos logró que la luz salga como ella quería y que la niña pueda adquirir detalle en la escena: “[…] Me gustó la foto por el rayo de sol, justo como nos enseñaron en la clase” (Rocío, 16 años). • Significado de la fotografía para el autor: Según Rocío la fotografía le recuerda a su niñez ya que le gustaba jugar por ese lugar y aún más cuando nevaba, temporada en la que el pastizal se cubría de nieve y los niños disfrutaban el paisaje: “[…] era bonito, cuando nevaba, todo eso se ponía bien blanco y con mis amigos jugábamos por ahí”. Por ello, se podría decir que fotografió uno de los lugares que motiva los recuerdos de su niñez, lugares de juego y significativos en su memoria (Rocío, 16 años). D. Conclusiones del trabajo de Rocío Núñez: Como se puede observar, Rocío ha seleccionado diferentes escenas relacionadas a la niñez y a la vida cotidiana de la ciudad de Morococha, son diversas las representaciones que deja en la memoria de la ciudad; sin embargo, la autora tiene la intención de elaborar imágenes que demuestren cómo era vivir en Morococha, cuáles eran los espacios más populares o dónde comía la gente a la hora de almuerzo Como se dijo en párrafos anteriores, Rocío tiene la intención de que sus fotos se conviertan en parte de la historia y que las próximas generaciones puedan conocer aspectos que quedaron en el pasado, es por ello que observamos la lavandería pública, un puesto ambulante de comida o una calle comercial. Por otro lado, también se ha fotografiado a 226 niños por la calles de Morococha, siendo la autora más cercana a ese público y con la intención también de exponer la vida y los espacios de un niño en Morococha. 5. Mahycol Vargas (12) Mahycol es un adolescente de doce años, nació en Morococha y vivió en la ciudad hasta noviembre del año pasado, mes en el que se inició el proceso de reasentamiento a Carhuacoto. Cursa el segundo año de secundaria en el colegio Ricardo Palma. Es un poco tímido, pero muy gracioso y según nos cuentan muy talentoso con la fotografía. La familia de Mahycol fue una de las primeras en mudarse a la nueva ciudad y participar de este proceso, él vive con sus papás y sus dos hermanos, siendo Mahycol el hijo intermedio. Su papá es trabajador de una empresa minera y su mamá es ama de casa, no trabaja por el momento. Lo que más le gusta hacer a Mahycol es jugar un partido de futbol con sus amigos y tomar fotografías. A. Sobre la fotografía Al hablar con Mahycol uno puede sentir su emoción al referirse a las fotografías que tomó de Morococha. Según él, las imágenes que fueron producidas en el taller lo ayudan a recordar cómo era la ciudad, ciertas anécdotas o recuerdos vividos en el pueblo y a los amigos de la infancia. Además, Mahycol desea seguir en la fotografía y continuar retratando escenas en la nueva ciudad. Como fotógrafo Mahycol tiene un gusto especial por los paisajes, comenta que es el género o tema que más llama su atención, por ello entre su colección se puede encontrar muchas fotos que representan los principales paisajes o vistas desde la ciudad de Morococha, en ellas se retratan montañas, amaneceres o atardeceres: “[…] Me gustaría seguir tomando fotos, puro paisaje, me gustan muchos los paisajes” (Mahycol, 12 años). Trabajo realizado por el autor Dentro de la selección final del taller de fotografía se encuentran seis fotografías de Mahycol Vargas, entre ellas se puede observar a dos niños jugando en la ladera de una 227 montaña, la imagen del cerro Potosí, la toma de un amanecer que resalta las siluetas de dos monumentos, la imagen algunos mototaxis, el retrato de dos jóvenes frente al colegio de la ciudad y un largo camino de pavimento. De esta manera, Mahycol retrató sobre todo algunos espacios de juego y de recreación e intenta representar su niñez a través de las fotografías. Así también son parte de su trabajo algunas escenas de la vida cotidiana de la ciudad, como también los paisajes naturales producto de salidas de campo y exploraciones. C. Trabajo analizado con el autor: Fotografía Nº 56: “El cerro Potosí” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Agosto del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Espacios y elementos urbanos Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata un espacio urbano en el que se puede observar un pastizal, un cerco metálico usado como tendedero y una montaña llamada el cerro “Potosí”. Se puede observar en primer término un pastizal en el que se han colocado 228 dos piedras en forma lineal, éstas fungen de arco de futbol para los niños de la zona; por otro lado, observamos un cerco metálico que es utilizado como tendedero de prendas de vestir y en la parte posterior se observa una montaña nevada llamada “Potosí”. • Concepción de la fotografía: Como ya es conocido, Mahycol gusta de los paisajes, siendo esta fotografía uno de sus paisajes preferidos. Mahycol nos cuenta el proceso de construcción de la fotografía y dice que seleccionó como elemento principal de la escena al cerro Potosí, añadió el tendedero porque dota de color a la fotografía y se centra en las dos piedras que encontramos en el primer plano de la imagen. Con mucho entusiasmo Mahycol nos cuenta que esas piedras son usadas por los niños como arcos de futbol, siendo esta parte del pastizal un espacio de juego (Mahycol, 12 años). • Significado de la fotografía para el autor: Al ser las cuatro piedras los elementos más importantes de la foto se puede decir que Mahycol vuelve a elegir una escena cotidiana de juego, ello nos permite reforzar la idea de que son los espacios de juego los que encierran los momentos más felices para Mahycol y por ello desea tener imágenes de éstos para recordarlos. A partir de la fotografía Mahycol lo siguiente: “[…] yo por esta parte yo siempre jugaba con mi amigo […] si, futbol, en estas dos piedras ahí jugábamos, era como el arco para nosotros, por eso tome la foto, recuerdo eso” (Mahycol, 12 años). Fotografía Nº 57: “Amanecer, el casco y el Huaricapcha” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Septiembre del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social 229 Tema 1: Imágenes del amanecer y el atardecer Tema 2: Monumentos de la ciudad de Morococha Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata el amanecer detrás de las montañas que rodean a la ciudad de Morococha, junto a las siluetas de dos monumentos, “El casco del minero” y el “Huaricapcha” ubicados en la entrada de Morococha. Se puede observar en primer término las siluetas de los monumentos; una es el casco de un minero y la otra es el monumento al antiguo minero, llamado el “Huaricapcha”. En la parte posterior podemos ver las siluetas de unos postes, una montaña y el amanecer del sol. • Concepción de la fotografía: “[…] es cuando entre cinco hemos salido a las cinco de la mañana, nos había dicho: “tienen que traer fotos para mañana”. Nos hemos levantado a las cinco de la mañana y hemos ido al cementerio a tomar fotos. Este es el Casco, yo quería tomar foto al sol y así salió. Este es el cementerio de acá (Señalando la foto) […] Ahí hemos ido y esto es lo que tomé [...]” (Mahycol, 12 años). La fotografía es el resultado de un paseo en busca del amanecer, de la luz y los paisajes que puede ofrecer la salida del sol. En la construcción de esta fotografía Mahycol señala que quería tomar el paisaje y la salida del sol, no obstante, incorpora dos monumentos, el Huaricapcha y el Casco, que son a su vez símbolos de la ciudad y están ubicados en la entrada de la misma. • Significado de la fotografía para el autor: “[…] esta imagen me hacer recordar, cuando acá yo venía en las tardes a pasear con mi mamá así” (Mahycol, 12 años). La imagen le hace recordar los paseos con su mamá en ese lugar, el espacio se apoderó de esa vivencia y nos remite a una actividad cotidiana en la vida de Mahycol. 230 Fotografía Nº 58: “Niños jugando en la ladera de una montaña” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Agosto del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Niñez de Morococha Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano conjunto entero de dos personajes. Toma de perfil y ángulo en ligero contrapicado. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata a dos niños de aproximadamente ocho años jugando en la ladera de una montaña cercana al cerro Toromocho en la ciudad de Morococha. Se puede observar el perfil a contraluz de ambos, uno se encuentra inclinado y el otro se encuentra sentado en la ladera. Se puede ver en la parte superior algunos cables y postes de luz. • Concepción de la fotografía “Estábamos caminando por ahí para tomar foto y los "chibolitos" estaban bajando por ahí, entonces el profesor nos dijo: “miren le pueden tomar foto a esos niños por ejemplo y yo le tome”(Mahycol, 12 años).Comentando el proceso de construcción de la imagen, Mahycol nos cuenta que puso en práctica lo aprendido por el taller, ya que consideró importante que la escena cuente con personajes que ofrezcan una acción, es decir, dotar de movimiento a la imagen, además cuenta que 231 consideró también importante lo que la luz del sol podía ofrecer a la escena (Mahycol, 12 años). • Significado de la fotografía para el autor: La foto permite que Mahycol recuerde cómo era Morococha, cómo era la ciudad en la que vivía. Mahycol indica que así como los niños que aparecen en la fotografía, él también jugaba en la ladera de la montaña con sus amigos de infancia, de esta manera Mahycol retrata un lugar cotidiano de juego para poder recordar las memorias generadas en ese espacio: “[…] tomé esta foto porque yo también jugaba por ese lugar con mis amigos, me hace acordar a mis amigos, a la ciudad” (Mahycol, 12 años). D. Conclusiones del trabajo de Mahycol Vargas: La memoria seleccionada por Mahycol incorpora o expresa los lugares más especiales o importantes para él, espacios de juego o espacios cotidianos con historias propias como la ladera de la montaña o la canchita de fútbol. Sus fotos claramente otorgan una mirada muy personal de Morococha, sin embargo, también observamos espacios colectivos que nos permiten conocer con mayor profundidad la ciudad. 6. Juan Chambi (15 años) Juan nació en Huancavelica pero vivió toda su vida en Morococha, estudia en colegio Ricardo Palma de la ciudad y tiene quince años. Dice que su tiempo libre lo dedica al deporte y especialmente al atletismo, a veces corre en maratones y participa en las competencias de su colegio. Vive junto a sus padres y sus cinco hermanos, su papá trabaja en la oficina del gobernador y su mamá trabaja en el sector de limpieza de la ciudad. Su familia proviene de Puno, por razones de trabajo y en búsqueda de un futuro mejor llegaron a Morococha hace quince años, pasando primero por Huancavelica. A. Sobre la fotografía Juan cuenta que entró al taller de fotografía por curiosidad y distracción; sin embargo, se dio cuenta que las fotografías que estaba realizando se convertirían en recuerdos o 232 testimonios de la ciudad que dejaba, es por ello que manifiesta que la iniciativa tenía el objetivo de crear recuerdos para la posteridad, conocer Morococha y revalorarla. Para él significó mucho participar en el taller porque era una forma de generar recuerdos y al mismo tiempo recordar la ciudad donde vivió: “[…] para recordar Morococha porque era una ciudad muy hermosa y tenía campos más bonitos que estos (los de la nueva ciudad) […]” (Juan, 15 años). B. Trabajo realizado con el autor: Dentro de la muestra final de los talleres de fotografía podemos encontrar 4 fotografías de Juan, una de ellas es el retrato grupal de cuatro niños en la calle de Morococha, la imagen de un socavón abandonado, otra foto grupal de niños y el retrato frontal de uno de sus amigos. Por lo tanto la mayoría de sus fotografías son imágenes de amigos y representaciones de la niñez. C. Trabajo analizado con el autor: Fotografía Nº 73: “El socavón abandonado” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Septiembre del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Elementos y espacios de la actividad minera Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano entero, toma frontal en ángulo normal. 233 Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata a un joven de aproximadamente trece años parado frente a un socavón abandonado en la Ciudad de Morococha. Se puede observar que el joven posa para la cámara, el socavón está lleno de desechos y tierra, lo sostiene una estructura de madera y tiene una inscripción ilegible en la parte superior. • Concepción de la fotografía: Juan cuenta que en busca de fotos interesantes y de cosas que representen a la ciudad de Morococha fue al antiguo socavón de una mina abandonada que se encuentra detrás de colegio, es así que tomó la fotografía. Nos dice que es uno de los lugares históricos de la ciudad que le gustaría que quede para la posteridad: “[…] si eso ya lo conocía, eso era detrás del colegio había un ferrocarril y estábamos pasando y me acordé de que estaba esta mina detrás y le tome foto […]” (Juan, 15 años). • Significado de la fotografía para el autor: Como se menciona en el párrafo anterior, Juan ha tomado esta fotografía para que el pasado minero de la ciudad de Morococha quede para la posteridad. Comenta que es muy importante mantener la historia de la ciudad, de cómo era la minería antes y cuáles son los espacios que fueron olvidados con el tiempo: “[…] dicen que esto es muy antiguo, es como una de las partes históricas por eso le tome foto” (Juan, 15 años). Fotografía Nº 74: “Retrato de tres niños Morocochanos” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Septiembre del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa 234 Género 2: Documental social Tema 1: Niñez de Morococha Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición vertical y cuenta con una iluminación natural. Plano conjunto - entero de los personajes, toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata a tres niños de aproximadamente cuatro o cinco años de edad en una de las calles de la ciudad de Morococha. Se observa a dos niños y una niña, uno de los niños se encuentra agachado y mira fijamente a la cámara, la niña se encuentra sobre un carro de juguete y el otro niño se encuentra de pie. Los tres demuestran seriedad y al parecer un poco de tristeza (Juan, 15 años). • Concepción de la fotografía: Juan cuenta que se encontraban realizando un trabajo de exploración y se les había indicado que también podían fotografiar a gente de la calle; es así que encontró a tres niños muy intrigados por la cámara fotográfica y entusiasmados por salir en una fotografía. Juan cuenta: “[…] esta foto era cuando estábamos pasando por la calle Pflucker y había dos “chibolitos” y entonces dijeron: mira turistas, yo les dije que se paren y les tome una foto […]” (Juan, 15 años). • Significado de la fotografía para el autor: Cuando Juan ve esta fotografía recuerda a muchos de esos niños de Morococha, nos dice que ha tenido la intención de representar la niñez de Morococha en general y nos comenta con tristeza que muchos de los niños que conocía se quedaron en la ciudad antigua: “[…] me hace acordar a los niños que veías por la calle, muchos de los que están ahí ya no viven aquí”. Al ver la foto también recuerda su niñez, los espacios de juego y los amigos de la infancia que se quedaron en Morococha (Juan, 15 años). 235 D. Conclusiones de trabajo de Juan Chambi: Juan comenta que Morococha fue la ciudad que lo vio crecer, que vio pasar su niñez y es por eso que siente mucha tristeza y nostalgia al dejarla. Recuerda aquellos paseos en los que exploraba la ciudad y las partes antiguas de la misma. Aunque son pocas las imágenes de Juan podemos observar que en su mayoría son retratos de amigos o niños de la ciudad, una de ellas resulta interesante ya que también se incorpora en la imagen un socavón abandonado, un lugar conocido por Juan y el cual forma parte de la historia de la ciudad. Así sus imágenes están compuestas por figuras de niños y de amigos, como un intento de representar la niñez que deja en Morococha. 7. Juan Carlos Minaya (13 años) Juan Carlos tiene trece años y está en sexto de primaria del colegio Ricardo Palma. Nació en Huánuco, pero hace ocho o nueve años fue junto a su familia a Morococha y vivió en la ciudad desde entonces, hasta la mudanza. Vive con su mamá y su hermana, su madre trabaja en el oficio de la jardinería en la municipalidad de la ciudad de Morococha. Como todo niño disfruta jugar en el parque y practicar deporte. A. Sobre la fotografía Juan Carlos ha comentado que a través de las fotografías que ha producido puede ver cómo fue Morococha, le permiten recordar las casas de su barrio, el estadio de la ciudad o las plazas de la ciudad. Así, la fotografía se convierte para él en un soporte de memoria y también le permiten establecer una comparación entre la ciudad de antes y la ciudad de ahora. Además considera importante su participación en el taller, ya que tuvo la oportunidad de mostrar qué significa Morococha para él y cuáles fueron los lugares que más disfrutaba (Juan Carlos, 13 años). B. Trabajo realizado por el autor: Son cinco las fotografías de Juan Carlos que se encuentran dentro de la muestra final del taller de fotografía, una de ellas muestra el patio trasero de una vivienda de Morococha, 236 otra muestra a una mujer con una carga de ropa en la espalda, una mujer lavando ropa en la entrada de su casa, una flota de mototaxis y un tendedero de ropa recién lavada. Muchas de estas imágenes muestran actividades de la vida cotidiana y algunas particularidades de la vida en la ciudad. Trabajo analizado por el autor: Fotografía Nº 78: “Lavando fuera de la casa” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Imágenes de la vida cotidiana Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano conjunto, toma frontal, ángulo en ligero picado. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata a una mujer lavando ropa en el exterior de su casa, junto a ella podemos observar bateas con tablas de madera y prendas de vestir, ella se encuentra junto a dos niños pequeños ubicados en la parte exterior de su vivienda. Podemos observar a la mujer inclinada y agachada para lavar la ropa en una batea, lleva guantes de hule y usa una tabla de madera; detrás de ella podemos observar a un niño sobre un balde plástico y otro apoyado sobre el muro, también algunas prendas de vestir, más bateas de lavado y algunos recipientes de plástico. 237 • Concepción de la fotografía: Juan Carlos cuenta que al igual que la fotografía anterior, él realizó la búsqueda de escenas de la vida cotidiana de la ciudad, así se encontró con una mujer lavando su ropa al exterior de su casa, una actividad usual en las familias Morocochanas debido a la falta de agua y lavaderos personales (Juan Carlos, 13 años). • Significado de la fotografía para el autor: Esta fotografía le hace recordar cómo es que se lavaba la ropa afuera de las viviendas, ya sea por la falta de espacio, de agua dentro de la casa o de lavaderos personales. Así también la foto intenta demostrar las dificultades y carencias de la vida en Morococha: “[…] así se lavaba la ropa, ahora ya no es así, ahora todos tenemos un lavadero” (Juan Carlos, 13 años). Fotografía Nº 80: “Mujer y una carga de ropa para lavar” Identificación de la fotografía Título: Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Imágenes de la vida cotidiana Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano conjunto entero, toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción de contenido: Se retrata a una mujer en primer término y una niña en segundo término en una de las calles de la ciudad, ambas parecen llevar ropa a la lavandería en la ciudad de Morococha. Se puede observar así en el lado derecho a una 238 mujer inclinada llevando una carga de ropa en un saco de plástico, detrás de ella se encuentra una niña también con ropa y unas botas de plástico en la mano. En el fondo podemos ver un tendedero, el campamento minero y las montañas nevadas que rodean la ciudad. • Concepción de la fotografía: Esa escena fue seleccionada por Juan Carlos porque quería mostrar cómo todos cargaban su ropa de un lugar a otro para lavarlo en lavandería pública, indica que en la nueva ciudad ya no se hace eso porque ahora cada uno tiene lavadero en su propia vivienda (Juan Carlos, 13 años). • Significado de la fotografía para el autor: Juan Carlos retrata una escena de la vida cotidiana, una escena de todos los días para las familias morocochanas; se ve a una mujer cargando un saco de ropa por las calles de la ciudad porque nadie tenía lavadero en su propia casa y todos acudían a la lavandería pública, por ello las mujeres cargaban pesados sacos de ropa e incluso muchas trabajaban lavando ropa ajena para el sustento de su hogar. Juan Carlos cuenta que se sufría mucho cargando la ropa de un lugar para otro y en la nueva ciudad ya no es necesario realizar eso porque cada uno tiene lavadero en su propia casa y mayores fuentes de agua: “[…] todos iban a lavandería porque no teníamos agua en nuestra casa”. En este caso la fotografía también sirve para ver los cambios por lo que ha atravesado la comunidad morocochana y reflexionar sobre la comodidades que se tiene en la nueva ciudad (Juan Carlos, 13 años). Fotografía Nº 81: “El patio trasero de una casa” C.1 Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa 239 Género 2: Documental social Tema 1: Viviendas Morocochanas Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano general, toma frontal en ángulo normal. Análisis de contenido: • Descripción de contenido: Se retrata el patio trasero de una vivienda en la ciudad de Morococha. Es un espacio reducido donde podemos observar a un perro recostado, algunos artículos de limpieza, dos tendederos con prendas de vestir, un cerco que también sirve como tendedero y una pequeña acequia rodeada de maleza. • Concepción de la fotografía: Juan Carlos fotografió esa escena porque quería mostrar la realidad de las viviendas en la ciudad de Morococha y sobre todo por dónde iba el agua ya que no tenían desagüe en cada vivienda (Juan Carlos, 13 años). • Significado de la fotografía para el autor: En un sentido de mostrar las carencias que tenían y la falta de servicios de agua y saneamiento, Juan Carlos tomó esta fotografía retratando el patio trasero de una vivienda y la pequeña acequia que pasaba por ahí. Para Juan Carlos eso también era Morococha, ya que dice que la foto no solo sirve para guardar buenos recuerdos, también para mostrar como era su vida y algunos aspectos que les gustaría que sean mejores. Cuenta que por ese canal de agua venía agua sucia, ya que no existía un adecuado sistema de desagüe en la ciudad: “[…] tomé esta foto porque quería mostrar que por ahí pasaba el agua, no teníamos desagüe […]” (Juan Carlos, 13 años). D. Conclusiones del trabajo de Juan Carlos Minaya: Juan Carlos dice que sus fotografías sirven para ver cómo era Morococha y cómo se vivía en la ciudad, las imágenes retratan aquellas escenas que fueron parte de la vida de la gente y también las carencias con las que convivía la población. Es la intención de Juan Carlos 240 mostrar que los hogares no contaban con un buen servicio de saneamiento, que la gente cargaba su ropa de un lugar a otro y que las madres familias lavaban sus prendas en los exteriores de su vivienda por falta de espacio; así, se puede decir que sus fotografías se convierten en una especie de denuncia de aquellos problemas de Morococha. 8. Anderson Paucar (14 años) Anderson Paucar tiene 14 años y está en tercero de secundaria, nació en Mala pero ha vivido toda su vida en Morococha. Dice que en su tiempo libre le gusta hacer sus tareas, escuchar música y salir a pasear con sus amigos por la nueva ciudad. Vive con su papá, mamá y hermano en su nueva casa; su papá tiene un trabajo vinculado a la empresa minera y su mamá es ama de casa. Su familia proviene de Mala, nos dice que es un pueblo ubicado entre Carhuamayo y Junín, se mudaron hace 16 años a Morococha en busca de trabajo y mejores oportunidades. A. Sobre la fotografía: Para Anderson la fotografía se ha convertido en una práctica de entretenimiento o distracción, ya que le permite retratar y guardar las cosas que le llaman la atención, como los paisajes, los espacios históricos o los monumentos de la ciudad. Anderson cuenta que al aprender a tomar fotografías tuvo la oportunidad de conocer más la ciudad de Morococha; además, reconoce que las fotografías son importantes para él ya que hay algunos recuerdos que le gustaría mantener porque sabe que será imposible volver (Anderson, 14 años). B. El trabajo realizado por el autor: Dentro de la muestra final podemos encontrar tres fotografías de Anderson Paucar, una de ellas es la imagen de una vivienda, la otra nos muestra parte del campamento minero que se encuentra cerca de la ciudad y por último observamos el retrato de dos personas tocando guitarra en la plaza principal de la ciudad. 241 C.El trabajo analizado por el autor: Fotografía Nº 110: “El Toromocho y la mina” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Imágenes del cerro Toromocho Tema 2: Espacios y elementos de la actividad minera Análisis técnico de la fotografía: Fotografías a color, en formato digital (JPEG), se encuentran en disposición horizontal y cuentan con una iluminación natural. Plano general, toma ligeramente lateral y ángulo ligeramente en contrapicado. Análisis de contenido • Descripción del contenido: Se retrata el cerro Toromocho y una parte de la maquinaria minera en la ciudad de Morococha. Se puede observar en la parte derecha inferior un elemento de la maquinaría minera, en la parte posterior se encuentra el cerro Toromocho (Anderson, 14 años). • Concepción de la fotografía: La fotografía fue producto de ejercicios de exploración de la ciudad, Anderson fue en busca de aquellas escenas que reflejen su vida en la ciudad de Morococha, esta es una vista general desde la ciudad (Anderson, 14 años). 242 • Significado de la fotografía para el autor: A partir de la foto Anderson recuerda que Morococha es una ciudad minera y representa también al cerro Toromocho, uno de los símbolos más importantes de la ciudad: “La tomé porque aparece el cerro Toromocho y también esas maquinarias” (Anderson, 14 años). Fotografía Nº 112: “Casa de Morococha” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Agosto del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Viviendas Morocochanas Análisis técnico de la fotografía: Fotografías a color, en formato digital (JPEG), se encuentran en disposición horizontal y cuentan con una iluminación natural. Plano general, toma ligeramente lateral y ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción del contenido: Se retrata la fachada de una vivienda de la ciudad de Morococha. Se puede observar en primer término una casa azul y amarilla, un tendedero de ropa y una bicicleta roja, en la parte posterior se encuentran más viviendas hechas de calamina. Podemos ver que la casa se encuentra rodeada de objetos de plástico y de limpieza. • Concepción de la fotografía: La fotografía fue producto de un ejercicio de exploración de la ciudad, Anderson fue en busca de aquellas escenas que reflejen su vida en la 243 ciudad de Morococha (Anderson, 14 años). Decidió fotografiar así la casa de uno de sus familiares, quienes vivían por el barrio de Alto Perú. • Significado de la fotografía para el autor: A partir de la foto Anderson recuerda la antigua Morococha, ya que esas viviendas se ubicaban en la antigua ciudad. Así también le hace recordar cómo vivían, ya que muchas de las paredes de las casas eran de calamina o madera, las calles no estaban asfaltadas, todos tendían la ropa en las afueras de la casa: “[…] Así eran las casas en Morococha, muchas tenían paredes y techos de calamina, afuera había barro” (Anderson, 14 años). D. Conclusiones del trabajo de Anderson Paucar: Las fotografías de Anderson representan escenas y paisajes diversos de la realidad Morocochana. Una de ellas tiene la intención de mostrar las carencias que tenía la población en cuando a sus viviendas, por otro lado, también elabora una fotografía en la que incluye aquellos elementos y maquinarias mineras con las que convivían diariamente y que siempre fueron parte de la realidad Morocochana. 9. Jesús Hurtado (43 años) Jesús, Morocochano de nacimiento, tiene 45 años y ha vivido en la ciudad toda su vida. Es un ex trabajador de la mina que debido a un accidente laboral sufrió el desprendimiento de retina del ojo derecho; ahora es pensionista, miembro de la Mesa de Diálogo y secretario de una asociación en Morococha. Está casado con Yeni y tiene dos hijos, Ángelo y Carlos Daniel, de 13 y 14 años respectivamente. Su padre, procedente de Morococha, desempeñaba la labor de fotógrafo comercial en la ciudad de Morococha y su madre, procedente de Jauja, tenía un papel activo en los clubes sociales. Jesús disfruta mucho del arte y de la comunicación, le gusta la pintura, la música y fue locutor de radio en la ciudad; ahora es representante de la población menos favorecida en la Mesa de Diálogo y en las reuniones de la ciudad. 244 A. Sobre la fotografía: Participar en los talleres de fotografía de Morococha fue una experiencia importante para él y para el resto de la población, ya que reconoce que es una forma de mantener la memoria de la ciudad y que ciertas tradiciones o costumbres continúen en la nueva ciudad, es sobre todo relevante en ese proceso de reasentamiento en el que se han perdido muchas cosas. Jesús desea que sus fotografías se conviertan en testimonio de una época de Morococha, así como lo fueron las fotografías de su padre o allegados. Resalta que es necesario que las nuevas generaciones conozcan la historia de la ciudad, las leyendas y parte de la identidad de Morococha, aspectos que se van perdiendo con el tiempo y con los continuos cambios que sufre la sociedad morocochana. B. El trabajo realizado por el autor: Dentro de la muestra final del taller de fotografía podemos encontrar seis imágenes de Jesús Hurtado; podemos observar la imagen del sapo y la lagartija, una escena de la procesión del Señor de los Milagros, diferentes paisajes con el perfil de las montañas y un tramo de la carretera cercana a la ciudad de Morococha. Dentro de los fotografías de Jesús Hurtado tres de ellas son importantes para mantener la historia de Morococha, ya que son las presentaciones de leyendas y tradiciones de la ciudad de Morococha. C. El trabajo analizado con el autor: Fotografía Nº 93 y 94: “El sapo y la lagartija” Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Agosto del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social 245 Tema: Naturaleza Análisis técnico de la fotografía: Fotografías a color, en formato digital (JPEG), se encuentran en disposición horizontal y cuentan con una iluminación natural. Plano general, toma lateral, ángulo en picado. Análisis de contenido • Descripción de contenido: En las fotografías se ven retratados “el sapo” y “la lagartija”, formaciones rocosas con aspectos zoomórficos que se encuentra en Alpamina, a pocos minutos de la ciudad de Morococha. Se observa a dos formaciones rocosas semejantes a una lagartija y un sapo, éstas inspiraron leyendas sobre la creación de la ciudad y otros cuentos. • Concepción de la fotografía: La fotografía fue tomada en base a las imágenes de un profesor de la ciudad, Jesús había visto las fotografías de las piedras y había escuchado la leyenda pero no las conocía. En una salida fotográfica él y su esposa fueron en busca de las piedras a Alpamina. Así la foto fue realizada en base a un recuerdo personal, una fotografía que busca representar una leyenda y que permite conversar con la historia (Jesús, 43 años). “[…] ahora esta foto es del sapo y de la lagartija, anteriormente había una leyenda aquí en Morococha, el sapo y la lagartija, en la zona de Alpamina, siempre han comentado los trabajadores. Yo vi dos fotos originales de un profesor en la década de los ochenta, el profesor se llevó sus fotos, pero yo vi casi parecido, si él lo ha tomado debe estar en algún sitio. Una madrugada fuimos hasta casi diez minutos de viaje, nos bajamos y empezamos a buscar, son básicamente una piedras gigantescas que asemejan estos animalitos y lo conseguí pero tome de lejos porque hay un mito en esto, la persona que se acerca mucho a esta piedra dice que se empieza a secar y se muere, hemos tomado de una distancia, más o menos de unos cinco metros” (Jesús, 43 años). • Significado de la fotografía para el autor: Estas fotografías tienen el objetivo de mantener la leyenda de la lagartija y el sapo para las próximas generaciones, relato que 246 servirá para la continuidad de la historia de la ciudad. Jesús dice que esas fotos deben servir de ejemplo para los niños, para que no se pierda la historia porque puede que estas piedras queden olvidadas por el reasentamiento y porque las nuevas actividades mineras que ya no permitirán el ingreso a Alpamina: “[…] lamentablemente se debe decir que es zona de emergencia desde Pucará hasta abajo, ya no habrá movimiento, todo esa zona va a ser tajo abierto, entonces ya muy poco van a llegar a estos sitios […]”. Sobre los sentimientos a la fotografía Jesús manifiesta: “personalmente me siento orgulloso, espero que muchos niños vean y hagan lo mismo, que también pase a la historia […]” (Jesús, 43 años). Fotografía Nº 97: “La procesión del Señor de los Milagros” C.1 Identificación de la fotografía Formato: Digital JPEG Fecha: Agosto del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Religiosidad Análisis técnico de la fotografía: Fotografías a color, en formato digital (JPEG), se encuentran en disposición horizontal y cuentan con una iluminación natural. Plano conjunto, toma lateral, ángulo normal. Análisis de contenido • Descripción de la fotografía: Se retrata la procesión del señor de los milagros, una de las celebraciones más populares en la ciudad de Morococha, en la que participaba toda la población. Podemos observar a niños, jóvenes y adultos cargando la imagen del 247 Señor de los Milagros, vestidos con una túnica morada y pasando por una de las calles principales de la ciudad (Jesús, 43 años). • Concepción de la fotografía: Jesús cuenta que la fotografía fue tomada en base a una fotografía que había realizado su padre hace muchos años, se tenía la intención de hacer una réplica exacta de la imagen para ver el paso de las tradiciones religiosas a través del tiempo: “[…] no sé qué me dio una nostalgia y le tomé, tengo una foto en blanco y negro muy parecida y está mi señor padre, la tomó uno de mis tíos, pero está en blanco y negro. Entonces quise tener una réplica, tomarla y eso […] no me salió tan bien, la tome de costado, hubiera sido bueno que la tome de otro ángulo […]” (Jesús, 43 años). • Significados de la fotografía para el autor: La fotografía produce nostalgia en Jesús, se realiza en base a un recuerdo de la foto que tomó su padre. Le produce nostalgia porque la celebración se ha perdido, ya que la réplica de la imagen del Señor de los Milagros no se encuentra en la nueva ciudad; por otro lado, a través de la fotografía recuerda a su padre, es la búsqueda del recuerdo y la imitación de los momentos que ha vivido. Así también en la fotografía puede identificar y recordar a personas conocidas. La fotografía fue tomada para que la fe siga en la ciudad, para que de alguna manera no se pierda una de las tradiciones más importantes (Jesús, 43 años). D. Conclusiones del trabajo de Jesús Hurtado Jesús manifiesta que a pesar de los beneficios que ha obtenido a partir de la mudanza, extraña la ciudad de Morococha; a pesar de sus carencias, son muchas las cosas que se ha perdido, se siente desarraigado y dolido por la imposibilidad de volver. Nos dice que las relaciones entre los vecinos ya no son las mimas, hay una inestabilidad social a causa de la mudanza y muchas de las tradiciones practicadas en la antigua ciudad han sido olvidadas. Sus fotografías tienen la intención de mantener las leyendas y tradiciones que son parte de la historia de la ciudad, de darle continuidad a fotografías antiguas que las preservaban (Jesús, 43 años). 248 10. Yeni Colla (37 años) Yeni es una mujer de 36 años, nació en Huancayo pero ha vivido 17 años en Morococha. Está casada con Jesús y tiene dos hijos, Carlos y Ángelo. Hace un año ella y su familia se mudaron a la nueva ciudad de Carhuacoto. En la antigua ciudad Yeni se dedicaba al tejido y a la confección de prendas, pero por la falta de demanda y actividad económica ya no puede hacerlo, ahora intenta manejar un negocio de fotocopiado y tipeo en su propio hogar A. Sobre la fotografía: Observando las fotos de Yeni y según su testimonio, las fotos pueden remitirnos a momentos vividos, así, se despierta en nosotros una memoria que hace que valoremos lo que se perdió. Para Yeni las fotos son el testimonio de la ciudad “[…] a partir de ellas podemos conocer cada cosa, qué era, dónde estaba ubicado y qué se podía hacer […] cuál era la vida cotidiana que transcurría en esos espacios…” (Yeni, 37 años). Yeni y su familia tienen fotografías antiguas que guardan como recuerdos propios de la ciudad, lo cual demuestra un pasado fotográfico de la familia y el vínculo de esta práctica artística. Según lo conversado, esas fotografías sirven para sustentar la historia de su familia, para certificar su vida y darle validez; así como esas fotografías, las fotos del taller también servirán para comprobar cómo se vivió y serán también parte de la historia de la familia (Yeni, 37 años). En la colección de fotografías de Yeni y de las fotos del taller, el Toromocho es fotografiado como una figura central, como el gran símbolo de la ciudad. Yeni nos cuenta que el cerro tiene muchas figuras que son parte de las leyendas y tradiciones de la población, una de las principales que es tiene la cara de un búfalo o toro en la parte delantera. Por otro lado, aparecen fotografías del parque, el concejo, el parque del minero, siendo estos los espacios más cercanos a la familia en la antigua ciudad. Así también menciona fotografías de la iglesia, la ducha pública, la escuela, la lavandería y el Wawa Wasi dentro de su colección privada; siendo estos lugares públicos o comunitarios, importantes para toda la población (Yeni, 37 años). Yeni también retrata su anterior casa, a 249 través de las fotos nos cuenta cómo vivía, quiénes vivían y qué hacían cotidianamente, las fotos permiten despertar la historia de las cosas. También tiene fotografías de su mascota, que murió algunos meses después de iniciada la mudanza. Por lo tanto, se pueden observar fotografías de aquellos lugares a los cuales se tiene apego o lugares cotidianos, lugares u objetos familiares, así como lugares importantes para la colectividad Morocochana (Yeni, 37 años). B. El Trabajo realizado por el autor: Yeni ha tomado muchas fotografías dentro del taller, las cuales representan espacios de la ciudad y momentos familiares de paseo; sin embargo, solo una de sus fotografías fue seleccionada dentro de la muestra final, convirtiéndose la misma en la foto símbolo de todo el taller y en la portada de la revista que Ojos Propios elaboró de la experiencia. Podría decirse que esta es la foto más poderosa, representativa y simbólica del contexto que se vivía en la ciudad de Morococha durante el reasentamiento. D. El trabajo analizado por el autor: Fotografía Nº 116: “El Huaricapcha y el niño” C.1 Identificación de la fotografía Título: Formato: Digital JPEG Fecha: Julio del 2012 Lugar: Ciudad de Morococha Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Tema 1: Niñez de Morococha Tema 2: Monumentos de la ciudad de Morococha 250 Análisis técnico de la fotografía: Fotografía a color, en formato digital (JPEG), se encuentra en disposición horizontal y cuenta con una iluminación natural. Plano conjunto del monumento y el niño ubicados al medio del encuadre. Toma frontal, ángulo en contrapicado. Análisis de contenido • Descripción del contenido: La fotografía retrata las siluetas de un niño y un monumento en el amanecer, se encuentran en la entrada de la ciudad de Morococha. La fotografía fue tomada al amanecer, en ella podemos observar las siluetas a contraluz de un niño (Carlos, el hijo de la autora) y el monumento al antiguo minero (El Huaricapcha); el niño se encuentra apoyado en la estatua del minero. • Concepción de la fotografía: Yeni nos cuenta que para tomar la foto salieron a las cuatro de la mañana, junto a Mahycol Vargas y su hijo Carlos. Fue una salida grupal con el objetivo de ver el amanecer: “[…] le tomé, porque le dije a ver sube, estaba cansado, se tiró allí y entonces le dije quédate ahí y yo le tome. Habíamos caminado tanto, horas antes de eso habíamos caminado, llegamos a ese tramo y se subió arriba, el único que se subió porque el resto no” (Yeni, 37 años). • Significado de la fotografía para el autor: “[…]la verdad te llena un tanto de nostalgia porque saber que tu quisieras regresar por lo menos a ver el lugar donde has vivido y pensar en que tú no puedes siquiera pisar ese lugar, porque así nos sentimos nosotros, al menos mi familia. Mi esposo es parte de la Mesa de Diálogo y hemos recibido amenazas de las personas que se resisten a venir. Qué lindo hubiera sido venirnos acá y volver a los lugares de donde uno ha caminado, ha pasado muchos años allá, decir: “mira sabes que por acá he ido, vamos a visitar este sitio” […] qué lindo sería, tranquilo andar, sin miedo. Pero en este caso no se puede no podemos […]” (Yeni, 37 años) La foto produce en Yeni una nostalgia por el sitio que dejó, un sentimiento de tristeza por la imposibilidad de poder regresar a ese lugar o a muchos otros en la antigua ciudad. Debido al conflicto por el que atraviesa su familia y el hecho de que 251 la ciudad va a desaparecer, a Yeni le es imposible volver a pasear o caminar en los lugares donde vivió. El sentimiento de nostalgia se incrementa por la imposibilidad de volver y la impotencia de no poder hacer nada frente a los problemas y las amenazas que recibe su familia. El hecho de ya no poder volver al lugar donde fue tomada la fotografía provoca que la fotografía tenga más fuerza como elemento de memoria ya que es la única forma para Yeni de poder revivir esa parte de su vida. 4.3.3 Conclusiones de las fotografías analizadas Como lo he mencionado en el capítulo dedicado al planteamiento teórico de la memoria colectiva, la memoria hace referencia a la creación de significados para el mantenimiento, conmemoración y comunicación de los acontecimientos de una sociedad (Mendoza 2004:5); es decir un proceso de rememoración o reconstrucción del pasado (Halbwachs, 1968). Es así, que según las imágenes analizadas y los testimonios de los autores, puedo decir que la propuesta fotográfica realizada en Morococha es un proceso de rememoración o de articulación de la memoria colectiva de una comunidad, ya que las imágenes retratan aquellos marcos o puntos de referencia en los cuales los habitantes de Morococha han posicionado o encuadrado sus recuerdos, según la propuesta de Halbwachs (1992:172). Rememorar significa darle sentido al pasado, y por lo tanto, recuperar las huellas que nos remiten a los marcos o puntos de memoria (Jelin 2012:63); en ese sentido, a través de las imágenes los participantes son capaces de mantener o darle continuidad a sus recuerdos, de comenzar un proceso de significación y resignificación de su memoria y conservar esos elementos de apoyo que han desaparecido en el proceso de reasentamiento. De esta manera, las fotografías que fueron analizadas nos permiten observar aquellos significados o puntos de referencia que los habitantes morocochanos han generado para mantener la continuidad de su identidad como sociedad, conmemorar o denunciar acontecimientos y comunicar un discurso sobre Morococha como parte de un trabajo de memoria. Según la teoría analizada, las fotografías elaboradas por los autores han retratado marcos de la memoria (Halbwachs 1992:172), los cuales ayudan a los participantes a posicionar los 252 acontecimientos de su vida personal o colectiva. Siendo los espacios, el tiempo y los personajes los medios que engloban los recuerdos sobre Morococha, y en este caso, se habla particularmente de los espacios, ya que ese marco que contenía y posicionaba los recuerdos de los pobladores es el que ha desaparecido. Es así que observamos fotografías de las montañas, lagunas, parques, calles, casas o iglesias; todos estos son entornos materiales que han adoptado la huella de la comunidad morocochana y el significado de sus vivencias. Continuando con el análisis, las fotografías también han registrado aquellos puntos de referencia (elementos representativos de los marcos de memoria) que menciona Pollak; como los monumentos, paisajes, entornos geográficos, personajes, tradiciones o costumbres (Pollak 2006:17). Siendo estos los elementos donde se materializan los marcos de la memoria y donde se posicionan específicamente recuerdos personales o colectivos, un ejemplo de un punto de referencia es el monumento al “Huaricapcha”, el cual no solo carga con la representación histórica de la comunidad, también adopta recuerdos y memorias personales. Es así que a través de las imágenes de los marcos y puntos de referencia, los participantes pueden recuperar los acontecimientos pasados, darles un nuevo significado en el presente y compartirlos con toda la comunidad a través de la difusión y exposición de las fotografías Por lo tanto, la fotografía se ha convertido en un proceso de significación y resignificación de aquellos referentes de memoria para los morocochanos. A través de las representaciones de elementos, espacios o personajes morocochanos podemos ver cómo se estructura la memoria de la ciudad que se deja; a partir de ello, los autores pueden contar y expresar un discurso sobre la nostalgia que fue dejar la ciudad, sobre la vida en Morococha, sobre las carencias y los sucesos que son parte de su historia. En los siguientes párrafos se expondrá el significado de la práctica fotográfica para los autores dentro de ese proceso de reasentamiento, así como las principales representaciones de memoria o puntos de referencia identificados en esta recopilación de testimonios. Se toma como referencia los testimonios y conclusiones sobre la memoria que fueron 253 presentados en el subcapítulo 4.2.1 “La memoria colectiva de Morococha y del proceso de reasentamiento de la ciudad”. La fotografía como soporte de un proceso de memoria Según el marco teórico elaborado sobre la fotografía participativa se puede decir los participantes de un acto fotográfico de tal naturaleza documentan, denuncian o expresan un mensaje visual desarrollando historias personales y colectivas (Wang 1997:371). Por lo tanto, los autores no solo han fotografiado aquellos referentes de la memoria, también han elaborado discursos que expresan un testimonio propio sobre la realidad de Morococha, ya sea conmemorando hechos o espacios, así como denunciando las condiciones precarias de la ciudad o revalorando elementos para evitar el olvido. Por lo tanto, entre aquellas funciones atribuidas al acto fotográfico de los talleres de Morococha los autores han comentado lo siguiente: Las fotografías del taller de Morococha fueron elaboradas principalmente para producir una memoria propia. Según los autores entrevistados, las fotos se convierten en el objeto de recuerdo sobre la vida en la ciudad de Morococha. Las imágenes les permiten revivir acontecimientos, rememorar los principales recuerdos y estructurar un relato propio sobre el reasentamiento; es decir, las fotos son soporte de memoria y testimonio de la historia. Así también, según las conclusiones de los autores, la fotografía ha sido utilizada para mostrar cómo se vivía en Morococha; tanto aquellos espacios, personajes o actividades de los cuales se sienten orgullosos, como para exponer las carencias y problemas sufridas por la población morocochana. Es decir, como lo dicen Wang al mencionar las características de la fotografía participativa, las personas reflejaron las fortalezas y preocupaciones de su comunidad (Wang 1997:370) Ante el complejo proceso de reasentamiento se ha mencionado también que la fotografía se convirtió en una especie “válvula de escape”, por ello se puede decir que a través de esta práctica los autores tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre lo que estaba ocurriendo con su comunidad, se dice fue una especie de etapa preparatoria para el reasentamiento. 254 Como lo dice Guarini, además de ser soporte de memoria, el acto fotográfico también se convierten en un proceso de reflexión y rememoración. Así también, según los testimonios presentados se puede concluir que la fotografía ha servido para revalorar espacios o elementos de la ciudad. Los autores reconocen que las salidas de campo programadas por los talleres de Morococha les permitían descubrir y explorar nuevos aspectos de la ciudad; es decir espacios olvidados y desconocidos por la mayoría de los pobladores como los antiguos socavones, las piedras con forma zoomórfica, lagunas o espacios naturales. Los autores también han destacado el valor de testimonio y documento de las imágenes, ya que se desea que las fotografías sirvan para que las próximas generaciones de Morococha puedan conocer la antigua ciudad de Morococha, así como las formas y costumbres de la población que habitaba en ella. De esta manera, las imágenes se convierten en aquellos recursos otorgan continuidad a la identidad morocochana. Además de lo ya mencionado, es muy importante decir que la fotografía también fue utilizada como un medio o acción de denuncia por los autores de las imágenes; fueron expuestos así los problemas relacionados al agua y saneamiento de la ciudad, las calles que no se encontraban asfaltadas, la situación de las viviendas, etc. Así también las imágenes han permitido que los participantes puedan realizar una comparación entre el antes y el ahora de la ciudad de Morococha. Visualizar las fotografías y rememorar a través de ellas promueve una reflexión sobre la calidad de vida en la ciudad de Carhuacoto y la calidad de vida en la ciudad de Morococha; por lo tanto, las imágenes permiten a los autores identificar las pérdidas y ganancias generadas a consecuencia de reasentamiento. Por último, las fotografías han permitido que los autores representen aquellos espacios o elementos de mayor valoración, escenas que tenían un significado espacial para cada participante. De esta manera la fotografía se convirtió en un medio de expresión, en un testimonio personal o un discurso sobre la ciudad de Morococha y el reasentamiento. 255 Principales representaciones sobre la memoria de Morococha y el reasentamiento En un análisis de las fotografías elaboradas y a través de los testimonios que los autores han brindado para la investigación, se han identificado las representaciones y discursos de memoria sobre la vida en Morococha y el conflicto producido por el reasentamiento. De esta manera se presentan a continuación las principales conclusiones y reflexiones: Observamos diversos retratos y escenas relacionadas a la niñez; entre ellas algunos niños y niñas por las calles de Morococha, cumpliendo labores domésticas como el lavado de la ropa, colaborando con sus padres, explorando lugares abandonados o posando para el lente de la cámara. De esta manera se puede decir que como parte de la memoria se ha retratado a la niñez de Morococha, una especie de representación de aquella etapa de la vida que los autores piensan que han dejado para siempre. En los testimonios expuestos en el apartado de “La memoria colectiva de Morococha y del proceso de reasentamiento de la ciudad”, vemos que jóvenes como Rosmery o Rocío manifiestan que pensar en Morococha es pensar en su niñez; de esta manera, aquellas fotografías se convierten en las representaciones de esa etapa de la vida, de los amigos y de toda la infancia que se queda en Morococha, ya que contienen espacios o elementos que enmarcan o apoyan los recuerdos de esta etapa de la vida. Así también observamos fotografías donde se representa a personajes conocidos en la sociedad Morocochana. Entre las imágenes encontramos al señor Marquitos, el párroco del templo o la señora de la bodega, retratos que se convierten en una especie de homenaje y reconocimiento para estas personas que forman parte de la memoria colectiva de Morococha. Por otro lado, a partir de las fotografías, aquellos personajes se convierten en referentes o puntos de memoria que motivan más recuerdos sobre la vida en la ciudad de Morococha, como lo menciona Pollak al hablar del encuadramiento de la memoria (Pollak 2006:34). En el apartado de “La memoria colectiva de Morococha y del proceso de reasentamiento de la ciudad” se mencionan como recuerdos de la ciudad ciertos espacios o elementos que forman parte de la historia personal del autor o de la vida colectiva morocochana. Así 256 también en las imágenes podemos observar los mismos espacios o elementos que fueron mencionados; por ejemplo la canchita de fútbol en el caso de Mahycol, el pastizal y las montañas en el caso de Soraida o la plaza del minero en el caso de Yeni Colla. Se reafirma así que las fotografías cuentan la historia y los recuerdos personales de cada autor sobre la vida en la ciudad, así también establecen los espacios importantes que los autores han tomado como punto de referencia para la memoria morocochana. Por otro lado, también se retratan aquellos elementos que fueron identificados como símbolos de Morococha y parte sustancial de su identidad. Entre ellos observamos fotografías del Toromocho, el monumento del Casco, el monumento al antiguo minero o tradiciones religiosas. De esta manera, las imágenes reafirman los testimonios de los autores sobre la identidad de la comunidad, retratando y preservando los elementos que fueron mencionados en el apartado anterior. Como lo he mencionado anteriormente, las fotografías también se convierten en medio de denuncia sobre la realidad que se vive en la ciudad de Morococha. De esta manera, entre ellas observamos algunas escenas de lavado de ropa en la lavandería pública o fuera de la vivienda, con estas imágenes los autores desean demostrar que no tenían servicio de agua o desagüe en su hogar, que carecían de lavaderos personales y tampoco tenían espacio para realizar el lavado. Así también se muestran imágenes de las viviendas morocochanas, que más allá de ser imágenes nostálgicas sobre el hogar, desean exponer los materiales con los que estaban hechas las mayorías de las casas en la ciudad, se puede observar techos y paredes de calamina, muros resquebrajados, o puertas de calamina. También observamos calles o veredas que no se encuentran pavimentadas, canales o acequias que pasan por las viviendas, la falta de baños propios en cada vivienda, entre otros. De esta manera, los autores y autoras han elaborado imágenes sobre las carencias de la vida en Morococha, imágenes que ahora les permiten valorar el servicio de agua y desagüe en sus viviendas, los espacios pavimentados, sus casas nuevas en la ciudad de Carhuacoto. Por lo tanto, las imágenes permiten realizar un proceso de reflexión entre el presente y el pasado, entre las pérdidas y ganancias generadas a raíz del reasentamiento. 257 Por ello, los autores y autoras dicen que ahora tienen servicio de agua y desagüe en sus propias viviendas al ver las fotografías de la lavandería o las precarias acequias, así también que cada uno cuenta con un lavadero y ya no tiene que lavar en la calle como se ve retratado. Lo mismo ocurre con las viviendas morocochanas ya que permiten hacer una comparación entre las casas de Carhuacoto y Morococha, ahora cuentan con paredes de cemento, puertas y ventanas, techos de un material resistente y con todos los servicios. También se comenta que las calles ahora se encuentran pavimentadas y que se cuentan con más parques y áreas verdes. Así también se han retratado tradiciones y costumbres de la sociedad morocochana como puntos o referentes de la memoria que se intenta construir. De esta manera, observamos fotografías de la procesión del Señor de los Milagros como una de las actividades religiosas más importantes para la población; un niño pastando cerdos, representando así una de las labores domésticas que los niños debían cumplir para ayudar a su familia; los negocios locales, como centros de encuentro y comercio colectivo; o la lavandería como punto de reunión para las mujeres de la ciudad. Siendo estas conmemoraciones o costumbres elementos de la identidad morocochana que permiten a los pobladores construir sus historia como comunidad, elementos que se ven inmortalizados en las fotografías. Cuando se realizaron las preguntas sobre los sentimientos hacia Morococha y los principales recuerdos que se tienen de ella los autores han mencionado ciertos lugares, tiempos o elementos de los cuales sienten mayor nostalgia; entre ellos se encontraba la niñez, el Toromocho, los monumentos de la ciudad y el entorno natural. Como se puede observar, estos escenarios forman parte del contenido principal expresando en las imágenes y son fotografías recurrentes en el trabajo de los autores. De la misma manera, las fotografías se han convertido en recuerdos de aquellos espacios que han desaparecido junto a la ciudad, uno de los más importantes es el cementerio. En los testimonios del capítulo de “La memoria colectiva de Morococha y del proceso de reasentamiento de la ciudad” se menciona que el cementerio de uno de los espacios que 258 produce mayor dolor y tristeza debido a que los restos de los familiares de los autores han quedado ahí. Así como los autores y autoras han comentado que el Toromocho es un elemento fundamental de la identidad Morocochana, podemos observar los diversos retratos que los autores hacen de la montaña; reafirmando con estas imágenes aquella relación entre la montaña y su identidad. Por lo tanto también se considera que las fotografías son una especie de despedida de aquel entorno geográfico que rodea y alberga la ciudad de Morococha, estamos hablando de las montañas, nevados y lomas que se encuentran alrededor. Las imágenes expresan aquel marco especial de la ciudad de Morococha, por ello se puede ver imágenes de las lomas, nevados o montañas en la mayoría de los trabajos realizados. Entrevistar a cada autor, así como recolectar los testimonios y reflexiones sobre sus fotografías me ha permitido conocer aquellas historias personales que guarda cada imagen, por ello se puede determinar que los espacios o elementos retratados no son imágenes elaboradas arbitrariamente, todas guardan una gran o pequeña historia sobre la vida en la ciudad. Por ejemplo, Mahycol comenta que es por la plaza del minero donde salía a pasear todos los días con su mamá, o la laguna de Venecia donde Rosemary realizaba los paseos familiares, el puesto de mercado aquel punto donde todo el pueblo se reunía, el puesto de comida ambulante donde la familia de Rocío almorzaba o las dos rocas el espacio donde se jugaba algunos partidos de futbol. Así también las fotografías han rescatado aquellos espacios históricos de la ciudad de Morococha, rincones que guardan un pedazo de la historia minera del poblado; entre ellos se identifica al socavón retratado por Juan o las piedras en forma de lagartija y sapo que inspiran la leyenda sobre el origen de la ciudad. Entre los testimonios y comentarios generados a partir de las fotografías también se reconocen ciertas pérdidas sufridas por los autores, ya que muchos de estos aspectos son representados en las imágenes en un intento de preservar dichas escenas y poder rememorarlas. Por ejemplo los autores han mencionado que han dejado a sus amigos en la 259 antigua ciudad, por ello se han elaborado imágenes de grupos de niños y algunos retratos de los mismos. Se tiene también nostalgia de aquellos paseos familiares realizados en los entornos naturales de la ciudad, las visitas a las lagunas o las montañas cercanas; por ello, son éstos los elementos y escenarios que observamos en las imágenes, los cuales han sido retratados para que las vivencias no sean olvidadas. Se dejan también los monumentos símbolos de la identidad Morocochana, como el Casco del Minero o el Huaricapcha, elementos que generan mayor nostalgia pero que también están presentes en las imágenes; podemos mencionar también las viviendas, el parque infantil o los amigos como aquellos objetos o personajes que se convierten en puntos de recuerdo en las fotografías. De esta manera, las fotografías se convierten en vehículos de la memoria y soportes que permiten configurar una memoria colectiva, así como mantener aquellos puntos o referentes que permiten la rememoración y por lo tanto la continuidad de la comunidad. Fueron retratados aquellos espacios, elementos, acontecimientos y personajes que permiten recuperar los acontecimientos pasados y narrar un discurso sobre la comunidad. Las fotografías proporcionan efectivamente aquellos marcos o puntos de referencia que necesita la comunidad morocochana para recordar un espacio que ya no existe, para recuperar la colectividad y mantener la continuidad. Ante la ausencia de los referentes que mantenían la identidad y estabilidad de la comunidad, las imágenes permiten exponer aquello que se considera importante en el pasado y presente de la comunidad, así como recuperar el testimonio de los protagonistas, el cual habla de todo aquello con mayor carga afectiva en la comunidad. Se puede concluir que tanto el acto fotográfico como las imágenes fotografías permitieron a los participantes darle un sentido al pasado de sus ciudad y por lo tanto “rememorar”. 260 4.4 “El Huaricapcha y el niño”: la representación del pasado y el futuro de la ciudad de Morococha en una imagen Como ya lo he mencionado, el trabajo de investigación intenta analizar las representaciones y discursos de memoria que se han producido en el taller fotográfico realizado en la ciudad de Morococha, el cual se desarrolló meses antes del inicio del reasentamiento y la mudanza de la población. Para ello, utilizando la entrevista y la incitación fotográfica como métodos principales de investigación, he analizado las fotografías que fueron generadas en el taller a partir de la interpretación y el testimonio de los propios autores sobre su trabajo, considerando también la recopilación de memorias sobre la ciudad de Morococha y el proceso de reasentamiento. Este proceso me ha permitido profundizar en el significado de los lugares, elementos, personajes y escenas que fueron retratados; así también, conocer e identificar los recuerdos y marcos de la memoria presentes en las fotografías. De esta manera, las fotografías fueron analizadas desde la perspectiva del emisor, es decir, tomando en cuenta el punto de vista de los autores y autoras del trabajo fotográfico. Sin embargo, ya que la presente investigación fue abordada en una fase inicial desde la semiótica como método de análisis del trabajo fotográfico y debido a que resulta también interesante analizar el mensaje visual desde la perspectiva del espectador, propongo la elaboración de un acercamiento al análisis semiótico de una de las imágenes más representativas de la experiencia de Morococha. Si bien el enfoque de esta investigación se concentra en los testimonios y el análisis cualitativo de las imágenes, pienso que la semiótica es una metodología que nos permite conocer el mensaje visual con mayor profundidad desde un punto de vista diferente, el del receptor del mensaje. Según Joly, la semiótica nos permite abordar la imagen desde el ángulo de la significación; es decir que el estudiar ciertos fenómenos bajo un enfoque semiótico significa considerar las formas de producción de sentido que fueron utilizadas en la elaboración de una imagen. Por lo tanto, realizar el análisis semiótico de una imagen, y en este caso de una fotografía, tiene el objetivo de comprender las significaciones del mensaje visual desde el ámbito del 261 receptor (Joly 2009:50). Al realizar un acercamiento al análisis semiótico de una fotografía que fue producto de la experiencia, tengo la intención de comprender la representación y significación de la memoria desde la interpretación de los elementos plásticos y la significación de las figuras que se encuentran en la fotografía, con el objetivo de aportar a los propósitos de esta investigación. La fotografía que será analizada pertenece a Yeni Colla, una madre de familia de 37 años que participó de los talleres de fotografía en Morococha; para facilitar su identificación en el proceso de análisis la titulé “El Huaricapcha y el niño”, ya que retrata las siluetas a contraluz de un niño que se apoya sobre el monumento al antiguo minero o también llamado Huaricapcha. Elegí este imagen como la fotografía representativa de la experiencia ya que fue seleccionada por Ojos Propios para ser la imagen de portada de la revista “Memoria y sueños”, una publicación de esta asociación fotográfica que recoge las principales impresiones y características del taller que fue ejecutado en Morococha; así también porque pienso que posee un significado importante respecto a la memoria de la ciudad de Morococha y el futuro de la población. El análisis semiótico de la fotografía se llevará a cabo a partir de la propuesta de la semióloga Martine Joly, quien expone un modelo de análisis de la imagen en “Introducción al análisis de la imagen” (2009) y “La imagen fija” (2003); por lo tanto, éste se encontrará organizado de la siguiente manera: (A) La contextualización de la fotografía, donde presentaré las principales características de la identificación de la imagen como parte de una experiencia de aprendizaje y como pieza de un archivo digital; (B) La descripción de la fotografía, donde presentaré los principales aspectos técnicos y visuales de la imagen; (C) El análisis del mensaje plástico, el cual se enfoca en el análisis de los signos plásticos de la imagen; y por último, (D) El análisis del mensaje icónico, el cual se enfoca en el análisis de las principales figuras icónicas de la fotografía, así como de las asociaciones figurativo- temáticas para la significación del mensaje. 262 4.4.1 Contextualización de la fotografía Fotografía Nº 116 Título: “El Huaricapcha y el niño” Fecha: Julio del 2012 Autora: Yeni Colla Apaza Formato: Digital (JPEG) Género 1: Fotografía participativa Género 2: Documental social Esta fotografía pertenece a Yeni Colla Apaza, una pobladora morocochana de 37 años que participó activamente de los talleres de fotografía participativa dictados por Ojos propios en la ciudad de Morococha entre los meses de Julio y Octubre del año 2012; así, formó parte 263 del grupo de adultos que aprendió la técnica fotográfica y utilizó esta herramienta como recurso de la memoria. Yeni Colla es una madre de familia y ama de casa, proviene de Huancayo, pero por motivos familiares y laborales se mudó a Morococha hace más de 17 años junto a su esposo y a sus dos hijos. En noviembre del año 2012 inició el proceso de reasentamiento y ella decidió mudarse a la nueva ciudad de Carhuacoto junto a toda su familia. Yeni se dedicaba al tejido y la costura en la antigua ciudad; sin embargo, debido al reasentamiento de la población y a la falta de clientes, se vio en la obligación de dejar este oficio y tuvo que instalar un negocio de “tipeo” y fotocopiado en su nuevo hogar. La autora comenta que la fotografía que observamos fue el resultado de una salida de campo que realizó con su hijo mayor (Carlos Daniel) durante el desarrollo del taller de fotografía. Ellos recorrieron la ciudad durante el amanecer en busca de imágenes que representen a Morococha y que expresen sus sentimientos hacia la misma. En el paseo matutino, Yeni encontró el monumento al antiguo minero o también llamado “El Huaricapcha” en la pequeña plaza ubicada a la entrada de la ciudad, objeto que rápidamente llamó su atención. El monumento está ubicado en un pedestal de cemento no muy alto, por ello le dijo a su hijo que subiera y él se reclino en la estatua; así, Yeni se dio cuenta que la figura de su hijo y la estatua del antiguo minero podría ser una imagen interesante para fotografiar y más aún con ambos elementos a contraluz (Yeni Colla, 37 años). La pieza fotográfica elegida es parte del Archivo de fotografía popular de Ojos propios, así también, la fotografía se encuentra en el Museo de la Memoria de Morococha y es la imagen de la portada de la revista de Ojos propios “Memoria y sueños”, publicada en noviembre del año 2012. 264 4.4.2 La descripción de la fotografía La fotografía será analizada desde el Archivo digital de la Asociación fotográfica Ojos Propios, ubicado en Flickr (una plataforma web que permite almacenar y compartir fotografías); siendo ésta una fotografía digital en formato JPEG y parte del álbum dedicado a los talleres de fotografía de Morococha. La imagen se encuentra a colores y cuenta con una composición centrada en los dos elementos o personajes de la escena; un niño de aproximadamente 12 años y una estatua que representa al antiguo minero o también llamado “Huaricapcha” (en quechua)50. La estatua tiene un color cobrizo, rasgos poco definidos y un acabado sin detalle; el niño viste una casaca, pantalón largo y un gorro en la cabeza, debido a la falta de luz resulta imposible distinguir el color de sus prendas. Podemos ver a la estatua en el lado izquierdo y al niño de lado derecho, este último se encuentra recostado en el monumento y ambas figuras están ubicadas sobre un pedestal de cemento. La fotografía toma el perfil del niño y de la estatua a contraluz, haciendo que estos dos elementos se conviertan en siluetas de la escena. La estatua se dirige hacia la izquierda en una posición inclinada y el niño se encuentra del lado contrario con la cabeza levantada mirando hacia el cielo. La iluminación de la escena es natural, según la autora fue tomada bajo la luz del amanecer; de esta manera, la luz puede perfilar las siluetas otorgando un poco de detalle en el color y en las expresiones de los personajes. Se debe mencionar que la fuente de luz (el sol) se ubica detrás de las montañas que forman parte del fondo de la imagen. Así también puedo decir que la escena fotografiada posee tres planos de profundidad: en el más lejano y difuso observamos montañas pedregosas, propias de la geografía de la sierra; 50 Como se mencionó en los acápites anteriores, el “Huaricapcha” es un monumento que representa al antiguo minero, así también es el símbolo de una leyenda que relata el inicio de la actividad minera en la zona centro del Perú. 265 en un segundo plano se encuentran algunos elementos de una plaza pública, como postes de alumbrado eléctrico, barandales y estructuras de piedra; y en un primer plano podemos observar al niño apoyado en la estatua dedicada al antiguo minero. 4.4.3 El Mensaje Plástico El mensaje plástico tiene el objetivo de analizar los signos plásticos que componen un mensaje visual; entre ellos se encuentran: el soporte, el marco, el encuadre, el ángulo de la toma, la composición, las formas, los colores y la textura (Joly 2009:99). Según Joly, estos son signos plenos y completos y no solo materia de expresión de los signos icónicos; siendo de alguna manera las características sustanciales o materiales de la imagen (Joly 2003:117). El soporte: Esta categoría hace referencia al material en el que es presentada la imagen fotográfica y el contexto al que pertenece. En este caso, el soporte de la fotografía es el formato digital JPEG, la imagen se encuentra en el álbum “Los talleres de Morococha” y es parte del Archivo digital de fotografía popular perteneciente a Ojos Propios, el cual se encuentra ubicado en la plataforma virtual Flickr. Así también debo mencionar que desde marzo del año 2013 las imágenes también pertenecen a la Colección de fotografía popular de la Biblioteca Nacional del Perú, ya que Ojos Propios otorgó a esta entidad del Estado un archivo fotográfico con más de 20 000 imágenes para facilitar su libre uso en proyectos culturales y educativos51. Todas las fotografías que fueron producidas en el taller se encuentran en un formato JPEG de definición regular. Así mismo, como se ha mencionado anteriormente, la fotografía también se encuentra en formato físico en la colección permanente del Museo de la 51 Para mayor información véase: http://www.bnp.gob.pe/portalbnp/index.php?option=com_content&view=article&id=2298:banco-de-fotografias- populares-estara-disponible-en-web-de-la-biblioteca-nacional&catid=334:noticias-marzo-2013&Itemid=826. 266 Memoria de Morococha y es imagen de portada de la última revista de la Asociación Ojos Propios “Memoria y sueños”. El marco: Según Joly, “el marco” es el elemento que aísla, circunscribe y designa a la imagen. A menudo es rectangular y representa un límite o una frontera física que delimita el espacio representado (en el interior del marco) y el espacio de exposición en el exterior del marco) (2003: 127). Ya que la fotografía se encuentra en un formato digital como parte de un archivo digital en la plataforma virtual Flickr no posee un marco específico. El encuadre: Joly indica que “el encuadre” corresponde a “la escala de los planos”, se refiere al uso del plano detalle, busto, medio, americano o general en una imagen. Es decir, se habla del tamaño del plano que está determinado por la distancia entre un cuerpo y el objetivo fotográfico (2003:132). En este caso, el niño y la estatua del antiguo minero (El Huaricapcha) son los objetos principales de la fotografía y ocupan la parte central de la escena. La fotografía se encuentra en disposición horizontal y la autora ha elegido un plano entero-centrado de ambos personajes, resaltando su importancia y permitiendo que se pueda observar el contexto que rodea a las siluetas. Si bien un plano entero y amplio como el de la fotografía no permite observar a detalle las expresiones del niño o de la estatua; nos permite tomar en cuenta el contexto, la disposición de los personajes en el espacio y observar mejor la fuente de iluminación. Así también el encuadre elegido hace posible observar con mayor facilidad toda la gestualidad corporal de la estatua y el niño. Por otro lado, la propuesta de un encuadre centrado hace que ambos personajes tengan la misma relevancia y peso en la fotografía. 267 Ángulo de la toma y la elección del objetivo: El ángulo de la toma se refiere al lugar desde el cual se realiza la toma; así, podemos mencionar el ángulo picado, el cual da una sensación de aplastamiento; el contrapicado, que da una sensación de magnificación; y el normal, el cual se realiza desde la altura de los hombros. Por otro lado, la elección del objetivo está relacionada al enfoque de la imagen; analiza si es que hay elementos en primer o segundo plano y el trabajo de la profundidad de campo en la imagen (Joly 2009:104). La fotografía es tomada desde un ángulo contrapicado, el cual sitúa a los personajes por encima de una mirada natural. La autora utilizó este ángulo debido a la altura del monumento y con el objetivo de obtener un plano entero de ambas figuras. El ángulo en contrapicado ubica a la fotógrafa por debajo del objeto elegido y permite generar las siluetas a contraluz. Así mismo, otorga un sentido de magnificación a los personajes centrales de la fotografía y permite omitir los elementos que se encuentran debajo del monumento. En cuanto a la elección del objetivo, se ha elegido al niño y a la estatua como objetos centrales de la fotografía, ya que son aquellos que se encuentran enfocados respecto a toda la escena. La fotografía no posee una profundidad de campo muy definida, por ello los elementos que presentan mayor detalle son aquellos en los que se centra la fotografía (el niño y la estatua); de esta manera, se focaliza la mirada en los dos personajes y el contexto que los rodea se encuentra fuera de foco y con muy poca definición. Por lo tanto, la elección de un plano entero-centrado de los elementos y un ángulo contrapicado ha permitido a la autora definir con mayor precisión el efecto a contraluz que generan las siluetas, y así también, hace posible que la figura compuesta por “La estatua y el niño” se convierta en el punto principal de la imagen. El plano entero nos permite observar la integridad de ambos elementos y el ángulo contrapicado le otorga la relevancia 268 necesaria frente a los otros elementos de la escena, magnificando su impacto en el espectador. Por lo tanto, ángulo y encuadre actúan de manera conjunta para crear una atmósfera en la cual ambas figuras tomen el rol protagónico de la imagen, haciendo que el espectador se confunda entre la realidad y fantasía de ambos elementos; el efecto a contraluz que ha generado la elección de estos signos plásticos nos hace pensar si la estatua es o no una persona real, así mismo, si el niño es o no una persona real. Haciendo que esta imagen llame nuestra atención respecto a lo que vemos representado. Composición y diagramación: Según Joly, la composición es la geografía interior del mensaje visual, juega un papel muy importante en la jerarquización de la visión y por lo tanto en la orientación de la lectura de la imagen. Si bien los ejemplos que brinda la autora se basan en la imagen publicitaria, pueden ser aplicados en la imagen fotográfica. Entre las configuraciones de composición que son mencionadas se encuentran: la construcción focalizada, donde las líneas de fuerza convergen en el punto estratégico de la imagen (donde se encuentra en producto en una imagen publicitaria);la construcción axial, que ubica al objeto a fotografiar en el ángulo de la mirada, generalmente justo en el centro; la construcción en profundidad, donde el objeto principal se integra a una escena y ocupa el primer plano de la escena; y la construcción secuencial, que consiste en recorrer la imagen con la mirada para caer finalmente sobre el objeto a fotografiar (Joly 2009: 107,108). De acuerdo a lo mencionado, la mirada de quien observa la fotografía se conduce hacia el punto más nítido y hacia el centro de la fotografía, por ello, podría decirse que la fotografía posee una composición axial según la propuesta de Joly, posicionando así a la estatua y al niño como los personajes principales de la escena. La ubicación de los personajes y la iluminación de las siluetas permiten también que la lectura de la fotografía se realice de izquierda a derecha, del lado de mayor iluminación al lado menos iluminado. Sin embargo, la composición axial permite concentrarnos en la expresión corporal del niño, la expresión de la estatua y la iluminación de la escena. 269 De esta manera, la composición axial elegida por la autora, complementa la propuesta del ángulo y el encuadre elegido, generando que este sea el objeto central de la escena y que tanto la estatua como el niño sean las figuras más importantes en la imagen que fue elaborada, tomando el mismo peso y relevancia. Las formas: La interpretación de las formas es esencialmente antropológica y cultural, y por ello son asociadas con diferentes significados. Por ejemplo, las líneas curvas están relacionadas con la suavidad o femineidad, las líneas rectas con la virilidad, los ángulos con la agresividad o las formas triangulares con el equilibrio (Joly 2002: 124). Según Joly, es muy difícil descubrir las formas de elementos reales en una fotografía sin dejarnos llevar por lo que verdaderamente son (Joly 2009: 109). Dejando atrás la realidad de los elementos, se puede observar en el plano más lejano de la imagen curvas y formas suaves representadas por las siluetas de las montañas; luego, vemos líneas verticales y horizontales representadas por los postes y cables de luz respectivamente. Por último y en primer término, observamos que los dos personajes o elementos principales demuestran cierta verticalidad, así podría hablarse de líneas rectas al tener a los dos personajes de pie. Sin embargo, la estatua del antiguo minero demuestra también algunas líneas curvas y ciertos ángulos, una forma menos definida; mientras el niño se encuentra en una postura erguida, casi vertical; por ello podría decirse que la figura del niño posee más fuerza en comparación al monumento al del antiguo minero. Los colores y la iluminación: Así como las formas, la interpretación de los colores y la iluminación también es cultural y el análisis de estos dos elementos es “indisociable” (Joly 2003:122). En el caso de los colores, no hay una clave única para la percepción de los colores sino la sensibilidad del entorno, hay colores a los cuales se les atribuye “calor” (rojo, amarillo, ocre) y a otros “frialdad” (como el azul y el verde), siempre relacionamos la interpretación del color con nuestro estado de ánimo y el entorno natural que nos rodea (Joly 2003:121). Así también 270 cuando hablamos de la luz en una imagen, relacionamos su intensidad y ubicación con un estado de ánimo o un escenario natural. De esta manera, la iluminación de la escena parte de una fuente de luz natural, el sol; la cual se enmarca en un amanecer y parte del lado izquierdo del encuadre, específicamente detrás de las montañas. Podría decir también que se trata de una luz oblicua y medio difusa. La luz de sol ligeramente difusa nos permite percibir una temperatura de color cálida, generando altos contrastes en la imagen debido a las sombras que se dan a contraluz. La iluminación genera zonas de luz y zonas de sombra, donde la parte izquierda de la imagen se encuentra ligeramente más iluminada que el lado derecho, por lo tanto hay una degradación de calor a frío según los colores que adopta el cielo y las siluetas de los elementos principales. Se puede observar en el cielo el paso de un amarillo muy suave en el lado izquierdo, a la degradación del celeste a gris en el lado derecho. En cuanto a las siluetas de los personajes vemos que una mantiene los detalles de un color dorado-cobrizo, mientras la otra silueta ha perdido la definición del color debido a la sombra y se mantiene en un azul oscuro o negro. Los colores de la imagen son el amarillo pálido, celeste pálido y gris suave respecto al cielo; y por otro lado, marrón, cobre y azul oscuro respecto a las montañas, el monumento y el niño. El “calor” de los elementos como las montañas, el pedestal o la estatua del minero se opone al celeste pálido o al gris suave del cielo; por otro lado, el perfil cobrizo de la figura de la izquierda, se opone al azul oscuro y frío de la figura de la derecha. Debemos notar sobre todo la contraposición entre el color cálido que adopta la estatua del antiguo minero debido a los tonos dorados y cobrizos que le otorga la iluminación, y los colores fríos (negro y azul oscuro) del niño ubicado en la sombra que genera la estatua. La oposición en el color de ambos elementos podría representar el paso del calor al frío, el paso de la antigua Morococha a la nueva Morococha, de los antiguos habitantes y los nuevos habitantes, podría significar que los nuevos habitantes siempre estarán bajo la sombra del pasado; es decir como si el pasado evitara ser olvidado y tendría alguna relevancia sobre el presente. Además se podría decir que la luz del sol resalta ese pasado 271 humilde, trabajador y perseverante del antiguo minero para que el presente, que aún está en la sombra, no lo olvide. Respecto a la relación entre las formas, los colores y la iluminación presentes en la escena, podría decir que la estatua del antiguo minero tiene líneas curvas y ángulos, una forma poco definida y mantiene colores cálidos; mientras el niño presenta una línea casi vertical, una forma mucho más definida y se mantiene bajo colores fríos. Así también la iluminación de la escena es un paso de colores cálidos a colores fríos, de izquierda a derecha, como la ubicación de ambos elementos. Por lo tanto, esta figura compuesta por la estatua del antiguo minero y el niño, representa una transición; es decir, el paso de formas no definidas a formas definidas, de curvas a líneas rectas, el paso de colores cálidos a colores fríos, el paso de la luz a la sombra. Las texturas: Según Joly, la textura es la propiedad de la superficie y puede describirse a partir de sus características sensitivas (Joly 2009: 112). Sin embargo, la textura en un soporte fotográfico digital depende de la sensibilidad a la luz utilizada y el enfoque de los elementos centrales, estableciendo así la calidad y definición de la imagen. Por lo tanto, como el foco está centrado en la estatua y el niño, estos personajes adquieren mayor definición. La sensibilidad (ISO) utilizada, la falta de luz en la escena y las sombras hacen que se perciba un grano más grueso y el detalle de la fotografía no sea el óptimo. En contraparte, el fondo de la fotografía no posee muchos elementos definidos, expresa poco detalle y se encuentra fuera de foco, así se entiende que no son los elementos centrales de la fotografía. 4.4.4 El mensaje icónico Joly define al signo icónico como un tipo de representación que nos permite reconocer algunos objetos del mundo; es decir, el signo icónico es una unidad visual que hace posible identificar a un objeto porque tiene con éste una similitud de configuración (Joly 2003:109). Es por ello que para la autora, analizar el mensaje icónico nos permite aislar las 272 unidades figurativas como unidades de significación para la interpretación de la imagen (Joly 2003:115) A continuación se presentan los diferentes signos figurativos que se encuentran en la imagen, siendo estos los significantes icónicos, figuras cuyo análisis individual nos permite establecer la significación global de la fotografía (Joly 2009:114). Se propone así la interpretación de las figuras presentadas a partir de procesos de connotación, que se llevan a cabo debido a connotadores de diverso orden: usos socioculturales de los objetos, los lugares, las posturas, etcétera. Joly indica que esta interpretación depende del saber del espectador y puede variar para orientarse hacia significaciones distintas (Joly 2009:118). De esta manera, para analizar el mensaje icónico primero debemos identificar todas las figuras que aparecen en la imagen, entre ellas observamos: “un niño”, “la estatua del minero antiguo o Huaricapcha”, “un pedestal”, “unas barandas”, “postes de luz”, “cables de luz” y “montañas”. Como lo menciona Joly, estas figuras son parte de un todo, nos llevan a pensar en una totalidad a partir de lo representado en la imagen, es así que ese “todo” representando en la imagen posee una significación (Joly 2009:114). La silueta del niño de doce años tiene como significante de primer nivel a un “niño”, representa “la niñez Morocochana”, y tiene como connotaciones de segundo nivel al /juego/, /descanso/, la /juventud/ y el /futuro/ en la comunidad de Morococha. Por otro lado, “la estatua” tiene como significante de primer nivel que es una estatua que “representa al antiguo minero o Huaricapcha” y tiene como connotaciones de segundo nivel a la /adultez/, el /esfuerzo/, el /trabajo/, y el /pasado/. Así también la figura de la “la baranda” tiene como significante de primer nivel que es una “estructura de apoyo o delimitación del espacio” y como connotación de segundo nivel a la /urbanidad/. Por otro lado las figuras de “los postes y cables de luz” tienen como significante de primer nivel a “elementos del alumbrado público” y como connotación de segundo nivel a la /urbanidad/ y el /progreso/. 273 Por otro lado también identificamos como figuras “las montañas” que rodean la escena, en este caso las montañas son parte de la geografía de la sierra que tiene como significante de primer nivel al “espacio geográfico de Morococha” y como connotación de segundo nivel a la /ruralidad/ y la /serranía/. De esta manera, en la fotografía se pueden identificar los temas de /descanso/, /juego/, /juventud/ y /futuro/ a través de la figura del niño; se podría decir que el futuro de la ciudad de Morococha se encuentra representado por la figura de “el niño”. Aunque se parte de un estereotipo decir que los niños son parte del futuro de una población, “el niño” es aquel personaje que en los próximos años se convertirá en parte de los ciudadanos que toman las decisiones sobre la ciudad. Junto a él, “la estatua” que representa al antiguo minero que trabajaba en la Morococha antigua, aquel personaje descalzo, pobre y cansado que carga los minerales en la espalda; ésta representa la /adultez/, el /esfuerzo/, el /trabajo/, y el /pasado/ de la ciudad; pero que a su vez se convierte en objeto de memoria y de la representación de una forma rudimentaria de hacer minería. Por lo tanto, ambas figuras se oponen. Una nos remite al pasado, a la adultez, a la historia de la ciudad, a las condiciones sufridas de trabajo de la población, a la pobreza, al trabajo duro y a la antigua minería; la otra nos remite al futuro de la ciudad, a la niñez morocochana, al descanso, al juego, a los nuevos habitantes del pueblo y a la modernidad que ha traído el reasentamiento. A partir de la posición de ambos elementos, es decir, al ver al “niño” apoyándose en “la estatua”, podría identificar la representación de una continuidad del tiempo; ya que según la significación de las figuras “el futuro” se apoya y se sustenta del “pasado”, un “futuro” que considera y valora lo que la figura de “la estatua” representa para poder construir la nueva historia de la ciudad. Sin embargo, también debemos considerar que ambas figuras se encuentran de espaldas, lo cual podría representar que el futuro de la ciudad le da la espalda al pasado, es decir, que en algún momento “la línea del tiempo de la ciudad de Morococha” se quebró; por ello ambas figuras van en diferentes direcciones; lo cual podría representar o significar el conflicto entre “La nueva Morococha o Carhuacoto” y “La vieja Morococha”; 274 una crisis ocasionada por el reasentamiento que ha producido una tensión en los sentimientos individuales y colectivos de los pobladores que se mudaron a la nueva ciudad. Así también como parte de la escena se identifican elementos que nos remiten a la /urbanidad/ del pueblo como las barandas, los postes y los cables de luz; lo cual representa el crecimiento del Morococha, la presencia de la electricidad, mejores condiciones en los servicios públicos y e infraestructura urbana. A partir del incremento de las actividades mineras, Morococha poco a poco fue dejando de ser un pueblo rural para convertirse en una ciudad con mejor infraestructura, servicios de alumbrado público y algunos servicios de saneamiento. Sin embargo, a pesar de ser una ciudad minera, Morococha se ubica dentro de un contexto rural y algunos de sus pobladores mantienen como actividad económica y laboral la crianza de animales; lo cual podría representarse por “las montañas” y el descampado en la parte posterior. Simbolizando así esta dualidad de la ciudad de Morococha, que a pesar del crecimiento urbano, aún mantiene elementos propios de un ambiente rural. En el siguiente cuadro presento los “significantes o figuras icónicas” que fueron identificadas en la imagen, luego los significantes de primer nivel y la connotación o los significados de las figuras. El cuadro es elaborado a partir del modelo de análisis del mensaje icónico propuesto por Martine Joly en el libro “Introducción al análisis de la imagen”. Nivel figurativo Significantes de primer nivel Nivel temático “Niño” “Niño Morocochano” /descanso/ /juego/ /juventud/ /futuro/ 275 “Estatua” “Monumento al antiguo minero o Huaricapcha” /esfuerzo/ /trabajo/ /adultez/ /pasado/ “Barandas” “Estructura de apoyo o delimitación del espacio” /urbanidad/ “Postes y cables de luz” “Elementos del alumbrado público” /urbanidad/ /progreso/ “Montañas” “Ámbito geográfico de Morococha” /ruralidad/ /serranía/ Fuente: (Joly 2009: 114). Cuadro de elaboración propia. Además del análisis que fue presentado en párrafos anteriores, las figuras que se presentan en la fotografía analizada también sirven para presentar de manera muy clara dos temas que se oponen, el /pasado/ y el /futuro/ de la ciudad de Morococha. El /pasado/ representado por “La estatua del antiguo minero o Huaricapcha” y “Las montañas”. La primera figura representa el /esfuerzo/, /el trabajo/, /adultez/ y el /pasado/, siendo estas características relacionadas a la actividad minera rudimentaria y artesanal que se realizaba en la ciudad de Morococha en el siglo pasado, así como a los trabajadores mineros que la practicaban. Los socavones, los antiguos centros de reserva y las minas, se mantienen como vestigios de aquella época donde los trabajadores mineros realizaban largas jornadas laborales, cargaban el mineral en sus espaldas y trabajaban bajo condiciones laborales extremas. El monumento representa de esta manera el inicio de la actividad minera en los andes peruanos, haciendo un homenaje al humilde trabajador morocochano. Por otro lado, las montañas son aquel ámbito geográfico que nos recuerdan el espacio 276 donde se encuentra ubicado el pueblo de Morococha; a 4500 msnm, rodeado de lagunas y pastizales, montañas y nevados, un ámbito rural donde algunas personas crían aún animales de granja, pero donde se práctica la agricultura en menor medida. Ambas figuras representan así el pasado de la ciudad de Morococha, una ciudad que se encuentra rodeada de un ámbito rural y que posee más de 100 años de antigüedad; una ciudad que conserva socavones y vestigios de esa minería artesanal, en la cual habitaban hombres descalzos que laboraban en los profundos socavones. Las figuras presentan a la antigua ciudad de Morococha, un pueblo que guarda la historia minera y que ha surgido debido a ella. Frente a ello, la figura del “niño” y los elementos de la plaza pública como las “barandas” o “los postes y cables de luz”, representan el futuro de la ciudad. Dichas figuras se encuentran relacionadas al cambio de la ciudad respecto a la infraestructura urbana y a la antigua forma de hacer minería; Morococha es un pueblo minero que debido al reasentamiento ha cambiado trascendentalmente. En Carhuacoto (la nueva Morococha), se deja atrás la antigua forma de hacer minería, ya que la población cuenta con mayor infraestructura urbana y servicios públicos, ya no habita en la zona de explotación minera y la población ha dejado de practicar la crianza de animales de granja debido al cambio de escenario. Se ha dado así una transición en la configuración y desarrollo de la ciudad, no obstante, los cambios han ocasionado una crisis en la continuidad de la identidad y población morocochana. De esta manera, de acuerdo a las figuras, “la antigua ciudad de Morococha” y “la nueva ciudad de Morococha”, se encuentran en la oposición del /pasado/ y el / futuro/. La oposición de las figuras es una representación de la crisis y tensión que se produce en la población morocochana. Debido a que, además de la mudanza de la población, el reasentamiento también ha significado un profundo cambio en el ámbito urbano de la ciudad, en la continuidad de la identidad e historia de la población y en la configuración de su memoria. 277 En el siguiente cuadro presento la oposición temática que deviene del análisis del significado de las figuras presentes en la imagen, en el cual existe una oposición entre los temas de /pasado/ y /futuro/, así como /la ruralidad/ y la /urbanidad/. Éste fue elaborado a partir de la propuesta de Elena Goday, quien toma como fuente de referencia a Joseph Courtés en “Análisis semiótico del discurso”. *Cuadro elaborado a partir de la propuesta de Elena Goday (2011:57), quien toma como fuente a Joseph Courtés (1997:47). Cuadro de elaboración propia. La pose del modelo: En cuanto a la pose de modelo, es necesario mencionar que según el testimonio de la autora ella observó que su hijo se apoyaba en la estatua y le pidió que mantenga esa posición para que pueda capturar la escena; por lo tanto la pose del niño es parte de la composición de Yeni. Nivel figurativo Nivel temático Nivel figurativo Nivel temático /pasado/ VS /futuro/ “Estatua del antiguo minero o Huaricapcha” /esfuerzo/ /trabajo/ /adultez/ /descanso/ /juventud/ “Niño” “Montañas” /ruralidad/ /serranía/ /urbanidad/ “Barandas” /urbanidad/ /progreso/ “Postes de luz y Cables de luz” 278 Según Joly, el mensaje icónico también incluye la interpretación de las posturas de los personajes que se encuentran en la escena. Las representaciones figurativas ponen en escena personajes, y una parte de la interpretación de ésta se encuentra determinada por la escenografía que recupera posturas culturalmente codificadas; es decir, la disposición de los personajes en relación a otros también puede interpretarse (Joly 2009:115,116) En el análisis de “la pose del modelo”, se puede considerar la ubicación en el espacio del niño y la estatua, así como también la postura del niño frente a la estatua. La fotografía muestra el perfil de ambos personajes, se encuentran uno detrás del otro, mirando en ángulos opuestos. El niño se encuentra recostado sobre la estatua y dirige la mirada hacia el cielo, generando así una contraposición entre las dos figuras, ya que la estatua dirige su mirada ligeramente hacia abajo; el niño se encuentra en una postura recta y erguida, mientras que la estatua se encuentra ligeramente agachada. La estatua se encuentra de perfil y se dirige hacia la izquierda, tiene la cabeza agachada, el cuerpo encorvado, las piernas y brazos flexionadas, las manos las tiene juntas tratando de sujetar la carga que lleva a sus espaldas. El niño se encuentra de perfil hacia la derecha, la cabeza inclinada con la mirada hacia arriba, los brazos rectos, así también las piernas. La estatua dirige su mirada hacia el suelo y el niño dirige su mirada hacia el cielo. El niño se encuentra recostado en un monumento al antiguo minero morocochano; de acuerdo a la posición de los elementos se podría decir que es como si toda la historia representada en esta estatua sirviera de apoyo al niño que mira hacia otra dirección, que mira hacia arriba, que mira hacia algo nuevo que está en su futuro. También la postura del niño nos hace pensar que para mantenerse de pie debe tomar en cuenta aquellos elementos de memoria que representan su identidad como morocochano, ya que el niño se apoya en un monumento de la memoria histórica de su ciudad. Así también se puede decir que podemos observar a dos personajes en oposición, uno de ellos representando al pasado y al esfuerzo, el otro representando a la juventud y al futuro de la ciudad; mientras uno se encuentra encorvado, el otro no manifiesta signos de esfuerzo. 279 Sin embargo y como se ha mencionado antes, estos personajes se dan la espalda y miran en diferentes direcciones, como si el pasado y el futuro de la ciudad se distanciaran, como si se hubiera producido un conflicto entre ambos, podría decirse que el reasentamiento marca ese punto de quiebre en el tiempo de la ciudad, esa separación entre ambos personajes. Puede que la mudanza produzca que el futuro de la ciudad deje atrás al pasado y por ello se proyecte la mirada hacia otra dirección. 4.4.5 Conclusiones A partir del análisis de esta fotografía se puede determinar que como documento de memoria la imagen representa en primer lugar un espacio público urbano y la niñez de Morococha; debido a que la autora ha escogido componer una escena a partir de un monumento al antiguo minero ubicado en la ciudad y a la intervención de un niño en éste, estableciendo así una relación entre el niño y el monumento, la cual se convierte en el objeto de interés del análisis semiótico de esta fotografía. Los signos plásticos elegidos nos permiten establecer a la figura del niño y la estatua del antiguo minero como elementos principales de la escena, figuras que se convierten en el centro de atención del espectador de la imagen. La elección del encuadre y el ángulo contrapicado ha permitido generar aquel efecto a contraluz, lo cual hace posible percibir a ambos personajes como una sola figura, tomando así relevancia frente a los otros elementos presentes en la escena. Así mismo, las formas y colores que observamos en la escena nos permiten percibir una transición y un cambio, de la luz a la sombra, de formas no definidas a formas definidas, como el paso del tiempo en la ciudad de Morococha. Podemos decir así que la elección de los signos plásticos presentes en la imagen también se encuentra relacionada a la transición que vive la población de Morococha, al cambio de escenario y el conflicto vinculado a éste, donde se ven involucrados el pasado y el futuro de la ciudad. Así también, como parte del análisis realizado se puede identificar a partir de la figura del niño y de la estatua del antiguo minero, la contraposición entre el pasado y el futuro; siendo el monumento una representación del pasado, historia e identidad Morocochana, y por otro lado el niño como figura del futuro de la ciudad y de la modernidad; representando así la 280 relación entre el futuro y el pasado como parte de una memoria o recuerdo de la ciudad, aquella dualidad y relación que se encuentra en conflicto debido a la mudanza. La composición de la escena nos permite identificar una intencionalidad en el mensaje de la autora, la posición consiente del modelo que se recuesta sobre el monumento permite que se pueda establecer una relación entre el pasado y el futuro, así también la importancia del pasado como sustento o apoyo del futuro de la ciudad y la contradicción de los mismos al estar en diferentes direcciones. Por otro lado, la iluminación de la escena también resalta al pasado y sitúa en la sombra al futuro representado por el niño, posible representación de las consecuencias de la mudanza y los conflictos suscitados por la misma. Por otro lado, tanto el mensaje plástico y el contexto de la escena nos permiten identificar una oposición entre lo rural y lo urbano, temas identificados a partir del escenario retratado, que a su vez, representa esta dualidad característica de la ciudad de Morococha. Ya que si bien la actividad minera permite el desarrollo urbano, aún se mantienen algunos elementos propios de una ambiente rural. Por último, la fotografía representa el paso del tiempo en la ciudad de Morococha, donde el pasado y el futuro se enfrentan pero son complementarios uno del otro, uno necesita del otro para continuar y seguir adelante. Todas las memorias, vivencias e imaginarios de la antigua ciudad se ven representadas en ese minero descalzo y encorvado; todas las expectativas y futuro de la población morocochana se ven representadas en el niño. Es así que se ve la historia del pueblo y las esperanzas del progreso, las vivencias que se dejan y lo que se espera para la nueva ciudad. 5. Conclusiones y recomendaciones del trabajo de investigación A partir del análisis del proceso de implementación del taller fotográfico de Ojos Propios en Morococha, los testimonios de memoria de los autores y autoras, así como el análisis de las fotografías que fueron producidas durante la experiencia, presento las siguientes conclusiones y reflexiones que me permiten responder directamente a la interrogante planteada para el desarrollo de esta investigación: ¿Cómo las fotografías generadas a partir del taller de Ojos Propios se convierten en vehículos dela la memoria colectiva para la población morocochana en el contexto del reasentamiento de la ciudad?. 5.1 La fotografía como vehículo de la memoria colectiva en el reasentamiento de Morococha La memoria colectiva hace referencia al proceso social de reconstrucción del pasado vivido y experimentado (Halbwachs, 1968); es la creación de significados para el mantenimiento, conmemoración y comunicación de los acontecimientos que forman parte del pasado o presente de un grupo o sociedad (Mendoza 2004:5). Según la teoría que fue presentada, hablar de memoria colectiva es hablar de la creación y manteniendo de los marcos o puntos de referencia que engloban, sostienen y posicionan nuestros recuerdos; de esta manera, el proceso de rememorar significa darle sentido a nuestro pasado, “enmarcar” o significar elementos a partir de nuestras vivencias y recuperar los marcos o huellas donde se apoyan nuestros recuerdos y experiencias. Según las imágenes analizadas y los testimonios de los autores sobre el trabajo y la experiencia fotográfica, puedo decir que efectivamente las fotografías generadas a partir del taller de Ojos Propios son vehículos de la memoria que han permitido a los pobladores morocochanos configurar representaciones que hacen posible la recuperación de los marcos o puntos de referencia de sus recuerdos, así como también la expresión de un discurso de memoria frente a la desaparición de Morococha y el proceso de reasentamiento en la nueva ciudad de Carhuacoto. 282 Puedo decir que las imágenes se han convertido en vehículos de la memoria porque es través de la metodología fotográfica participativa que los pobladores morocochanos tuvieron la oportunidad materializar los sentidos y narraciones de su pasado en imágenes. Es decir, a partir de los testimonios y reflexiones de los autores y autoras podemos comprobar que el acto fotográfico realizado es en sí mismo un proceso de rememoración, porque éste permitió que ellos seleccionen y configuren sus principales recuerdos emotivos a través del lenguaje visual. Además, porque también podemos afirmar que las imágenes que fueron el resultado de esta experiencia retratan los principales marcos y puntos de referencia en los cuales los habitantes de Morococha han posicionado o encuadrado sus recuerdos, según la propuesta de Halbwachs (1992:172); convirtiéndose éstos en soportes que representan, mantienen y otorgan continuidad a la memoria de la población ante la desaparición de la ciudad. Ya que según la teoría que fue presentada en esta investigación, la memoria colectiva hace referencia al proceso social de reconstrucción del pasado vivido y experimentado por un determinado grupo (Halbwachs, 1968), y además a la significación y manteniendo de los marcos o puntos de referencia que engloban, sostienen y posicionan nuestros recuerdos; podemos afirmar que efectivamente hablamos de un proceso de memoria colectiva, en el cual a través de la representación de los principales marcos y puntos de referencia, los pobladores han reconstruido su pasado y le han otorgado un sentido a su memoria en este proceso de reasentamiento. Así también, el aspecto participativo de la experiencia, es decir, el hecho de que los pobladores morocochanos asuman el rol protagónico en la creación, significación y articulación de las fotografías, nos permite confirmar que efectivamente hablamos de generación de vehículos de memoria colectiva; ya que la memoria colectiva propone que sean los propios individuos los que reflexionen sobre los acontecimientos del pasado, que sean ellos los que creen, interpreten y seleccionen los recursos de su memoria (Jedlodwski 2000:126). Comprendemos así que la memoria no se trata de la simple producción de objetos, la memoria es un proceso que necesariamente debe involucrar a los protagonistas y sus recuerdos. 283 Así mismo, decimos que es un trabajo de memoria colectiva porque el acto fotográfico de la experiencia propone una acción colectiva de selección de referentes y un proceso grupal de aprendizaje. Es decir, los marcos de memoria que cada autor y autora ha seleccionado, contienen elementos en los que toda la comunidad apoya sus recuerdos; ya sea espacios, monumentos o fechas de conmemoración, todos son referentes configurados y compartidos por una colectividad. Además las fotografías que componen la muestra final fueron elegidas colectivamente por todos los participantes, proceso en el que seleccionaron las mejores imágenes para la memoria de toda la población. Por último, además de lo ya sustentado, Jelin indica que la dificultad de rememorar no radica en que hayan quedado pocas huellas del pasado, sino en los impedimentos para acceder a esas huellas (Jelin 2012:64). Como se sabe, la desaparición de la ciudad de Morococha conlleva también a la desaparición de los marcos o puntos de referencia de la memoria de la población Morococha (espacios, monumentos, paisajes, etcétera), impidiendo a los pobladores acceder a las huellas de la memoria; sin embargo, la fotografía participativa se presenta como una estrategia contra el olvido, porque son los pobladores morocochanos los que retratan y guardan todos los elementos donde han significado sus recuerdos y de esa manera, recuperan las huellas de su memoria. Por ello, al ser el acto fotográfico en sí mismo un proceso de rememoración, las fotografías los recursos que retratan y transmiten los principales marcos o puntos de referencia donde se apoya la memoria de los pobladores morocochanos, y la experiencia fotográfica un proceso colectivo participativo que articula y expone las representaciones y discursos de la memoria para motivar la continuidad de la sociedad morocochana, puedo decir que las fotografías de los talleres de Ojos Propios se convierten en vehículos de la memoria colectiva de la ciudad, comprobando así la hipótesis principal de la investigación. En ese sentido, en el marco del taller de Ojos Propios en Morococha, la fotografía fue un proceso de comunicación utilizado por una población que enfrenta la desaparición de su espacio y la transformación de su sociedad, donde el trabajo de la memoria se vuelve imprescindible. Tanto el lenguaje visual, la facilidad de la técnica fotográfica y el carácter 284 documental de la fotografía, han permitido que los pobladores se apropien de esta herramienta y sean ellos mismos los encargados de elaborar su memoria, porque son ellos los que han vivido en Morococha, los que conocen el verdadero significado de su entorno y son ellos los verdaderos protagonistas de la historia. El análisis de la experiencia me ha permitido conocer que la fotografía se convirtió en un proceso de reflexión, de creación de recuerdos, de revaloración de espacios, de denuncia de las carencias de la antigua población, de exposición de la vida cotidiana y la realidad de la ciudad. Todos son discursos de cada participante, discursos visuales que expresan la nostalgia por la ciudad que desaparece, la necesidad de volver al pasado y la tensión producida por el reasentamiento. Es decir, la experiencia ha dado “una voz a quienes no tenían voz”, ha permitido que los pobladores comuniquen, narren y compartan su propia historia a través de las imágenes; la memoria se trata de eso, se trata de evitar los silencios, de reflexionar sobre nuestro pasado para darle un sentido al presente. Para complementar este trabajo de reflexión final, se presentará a continuación las principales conclusiones a las que ha llegado la investigación, organizadas según los objetivos propuestos: 5.2 La metodología de la fotografía participativa como estrategia en la articulación de la memoria colectiva Sobre la propuesta fotográfica participativa de Ojos Propios que permitió el trabajo de la memoria Ante la inevitable pérdida de Morococha y antes del reasentamiento de la ciudad, resultaba imprescindible el trabajo de la memoria con la población morocochana. En base a experiencias previas y algunos documentos visuales sobre la historia de Morococha (como TAFOS o las fotografías de Sebastián Rodríguez), Social Capital Group y la Asociación de fotografía Ojos Propios realizaron un taller de fotografía, en el cual cada poblador tuvo la oportunidad de narrar su experiencia en este proceso de cambio a través del lenguaje visual. 285 De esta manera, he podido comprobar que el taller de fotografía que permitió generar las imágenes que son analizadas en esta investigación se basa en la metodología fotográfica participativa; técnica que pone la cámara en las manos de las personas, quienes ahora tienen la oportunidad de documentar y compartir su propia realidad mediante el acto fotográfico (Wang 1999:185). Este método propone que en vez de permanecer como sujetos pasivos en las imágenes, los participantes o usuarios se transformen en los sujetos activos del proceso fotográfico a partir del manejo de la cámara, la comprensión del mensaje visual y la configuración de un discurso (Wang 1997:371). Efectivamente, el taller de fotografía realizado en Morococha fue implementado a partir del proceso de aprendizaje y reflexión que propone la metodología fotográfica participativa. Es así que la propuesta de Ojos Propios se dividía en sesiones teóricas, sesiones prácticas y la articulación de una muestra final que sería expuesta en el Museo de la Memoria de la ciudad de Carhuacoto. Las sesiones teóricas consistían en lecciones básicas de la técnica fotográfica, composición, narración, identificación de signos y símbolos visuales, así como la reflexión sobre el trabajo de Sebastián Rodríguez. Comprendemos así que las lecciones no se encontraban totalmente enfocadas en el aprendizaje técnico de la herramienta, sino en que los pobladores puedan aprender a expresar sus ideas a través del lenguaje visual y tomen como referencia la forma de trabajo de Sebastián Rodríguez (fotógrafo morocochano). Sobre ello, Andrés Longhi comenta que Ojos Propios no enfocó su trabajo en cuestiones técnicas fotográficas, ya que la metodología no intenta que los participantes sean especialistas en la disciplina, sino que ellos aprendan a narrar su propia historia a partir del uso de esta herramienta, es decir, que la fotografía sea una herramienta y lenguaje de expresión (Andrés Longhi, Ojos Propios). Así también, el taller contaba con sesiones prácticas, las cuales fueron salidas de campo complementarias a lo aprendido en las sesiones teóricas. En compañía de un tutor y un grupo del trabajo, los participantes se apropiaron de una cámara y aprendieron en las salidas prácticas a expresarse a través de la fotografía. Los productores de la experiencia 286 tenían la intención de motivar los recuerdos de Morococha en las salidas al campo, estableciendo como pregunta guía: ¿Cómo te gustaría recordar a Morococha? Sobre esta sección del taller, los participantes opinaron que la presencia del tutor ayudó mucho en su aprendizaje, así como la evaluación constante que realizaba Ojos Propios sobre las fotografías producidas. En ese sentido, es a partir de estas breves lecciones teóricas y las sesiones prácticas complementarias donde los morocochanos participan y hacen de la fotografía un medio de expresión. El taller deseaba que a través de este proceso de aprendizaje, los participantes encuentren elementos en su entorno que les permitan representar su memoria sobre la ciudad, que cada escena fotografía se producto de un proceso de reflexión acerca de lo que se quiere decir sobre la desaparición de Morococha y el proceso de reasentamiento. De esta manera, cada participante logró producir un conjunto de fotografías que expresen sus recuerdos u opiniones frente al reasentamiento y a la desaparición de la ciudad. Entre ellas se pueden observar imágenes de festividades religiosas, de lugares de recreación, de personajes colectivos o de escenas cotidianas que también forman parte de la memoria. Es necesario resaltar que en el proceso de construcción de las fotografías se manifestó una gran diferencia entre el trabajo de los niños y jóvenes y el trabajo de los adultos, ya que los niños realizaban un trabajo más exploratorio, mientras los adultos producían imágenes mucho más intencionales, al parecer tenían una memoria predeterminada que los llevó a producir imágenes con un sentido mucho más histórico. De este conjunto de imágenes una muestra fue seleccionada por los participantes y el equipo de Ojos Propios, destacando así el carácter colectivo de la selección de las fotografías representativas; por ello, podría decir que la muestra final se convierte en un trabajo elaborado a partir de la interacción de los miembros del grupo, un trabajo de memoria colectiva que contiene imágenes de todos los participantes y que fue seleccionado también por ellos mismos. A partir de este breve relato sobre el proceso implementado podemos decir que la iniciativa y la metodología aplicada en la experiencia hace que la fotografía deje de ser únicamente 287 un soporte de recuerdo y se convierta también en un proceso de reflexión y critica, en el que los protagonistas de esta historia participan activamente elaborando sus propias representaciones de memoria. Tomando en cuenta la postura de Carmen Guarini, la experiencia fotográfica realizada en Morococha constituye un proceso llevado a cabo por sujetos sociales que inciden subjetivamente en la producción de imágenes y elaboran un discurso de memoria propio a través de esta herramienta (Guarini 2002:116). Permitió también que los pobladores se involucren directamente en el trabajo de la memoria de su comunidad, ya que son ellos los responsables de la creación de los recursos para la difusión de la memoria y por lo tanto, los responsables de cuidar y valorar las imágenes que han sido producidas. Las fotografías, en este caso, no provienen de una mirada externa; son los pobladores morocochanos los encargados de elaborar sus propias representaciones e imágenes, dotando a su mensaje de códigos y significaciones visuales importantes para la población, algo que solo ellos pueden configurar. Para entender mejor este argumento, puedo citar a Andrés Longhi, quien dice: “Tu puedes decir sobre la imagen -es un niño que juega futbol-, pero de acuerdo a los autores la imagen representa los últimos partidos en esa canchita, es el tema que ellos buscaron […]” (Andrés Longhi, Ojos Propios). Andrés Longhi nos dice que el taller permite “obtener las emociones de un pueblo”, las fotos dialogan con un código diferente, con significados y códigos propios (Borges 2012:197). Solo ellos pueden hacer que las imágenes sean significativas e importantes. Generan una memoria emotiva, y la memoria colectiva es emotiva. Por otro lado, el valor del aspecto participativo de la experiencia no solo se basa en que los pobladores asuman el rol de emisores de un mensaje a través del uso de la cámara fotográfica, también porque el propio acto fotográfico es un proceso de reflexión sobre el significado de reasentamiento y la mudanza necesario en la vida de los pobladores; como ellos lo han mencionado, la práctica fotográfica en los meses previos al reasentamiento fue una especie de etapa preparatoria en la cual cada participante intentó lidiar con las tenciones y conflictos de la desaparición de Morococha a través de las imágenes 288 La importancia de describir y conocer el proceso fotográfico participativo que fue implementado en el taller me permite afirmar que el análisis de la fotografía como representación de la memoria va más allá del soporte que se ha producido, ya que es el hecho de crear esas imágenes la construcción misma de la memoria; fotografiar significa elaborar de representaciones de nuestro pasado, ya que es en el acto fotográfico donde se seleccionan los recuerdos de aquella vida que se deja (Charrier 1997 en Guarini 2002: 116- 117). Es ese acto fotográfico que propone Ojos Propios el proceso que nos permite conocer la memoria expresada en las imágenes, los sentimientos de una comunidad, nos permite “escuchar la voz de los morocochanos” en las fotografías. Sobre la exposición de la muestra final y los problemas con el Museo de la Memoria La muestra final contó con 116 fotografías producidas y seleccionadas por los autores y autoras participantes de la experiencia fotográfica. Esta muestra acompañaría a la exposición de TAFOS y de la obra de Sebastián Rodríguez en el Museo de la Memoria de la nueva ciudad de Carhuacoto; después de las sesiones teóricas y prácticas y el intenso trabajo de los pobladores, la inauguración de la muestra final fue programada para noviembre del año 2012. El análisis de la experiencia fotográfica me permite concluir que efectivamente se trató de un proceso de memoria colectiva porque las fotografías fueron generadas y seleccionadas a partir de la interacción grupal y colaborativa de los morocochanos. La muestra final es el resultado de la unión del discurso y representación de la memoria de los diferentes autores. Por consiguiente, la experiencia fotográfica es una propuesta de construcción conjunta de los marcos y puntos de apoyo que se creían perdidos; a partir de las imágenes y la muestra final del taller, los participantes configuran y difunden puntos de apoyo comunes que los ayuden a recordar. A pesar de que la muestra final se trató de una presentación de la construcción colaborativa de memorias, el análisis de los testimonios de los participantes me permitió conocer también que no todos los autores y autoras participaron de esta inauguración, ya que algunos de ellos no se habían mudado aún a la ciudad de Carhuacoto. Es necesario 289 mencionar que este hecho afecta el carácter participativo de la experiencia, porque que es necesario que los autores y autoras de las fotografías sean parte de la presentación del trabajo fotográfico a la comunidad y puedan ser testigos del impacto de las fotografías en el resto de la población. Así también, según los testimonios de los ejecutores y participantes, unos meses después de inaugurado el Museo de la Memoria de la nueva ciudad de Carhuacoto, éste fue suspendido. Puedo decir que el cierre repentino del Museo de la Memoria fue un obstáculo en este trabajo de rescate de la vigencia histórica; sobre este hecho, los entrevistados han comentado que debido a los problemas ocasionados por el conflicto entre un segmento de la población morocochana (que aún no acepta el reasentamiento) y la empresa Minera Chinalco, la actividad del Museo tuvo que ser suspendida hasta que los representantes de la municipalidad puedan asumir la administración de este espacio cultural. Los participantes han reconocido que este hecho representó un problema para lograr los objetivos que se planteaba en el desarrollo de la experiencia; sin embargo, según la investigación del conflicto presentada en el Capítulo II de la investigación, se ha generado una ruta de diálogo entre la población, las autoridades locales y la empresa minera. Cuando realicé el trabajo de campo (noviembre 2013) el alcalde había aceptado la administración de este espacio y planeaba su próxima reinauguración. Debo mencionar, que el cierre del museo no impidió que las fotografías fueran difundidas y compartidas, ya que los participantes contaban con la revista “Memoria y sueños”, la cual expone el trabajo fotográfico realizado; y por otro lado, algunos comentan que también podían acceder al álbum virtual de la Asociación fotográfica para ver las imágenes del taller. Tanto Andrés Longhi como Social Capital Group se encuentran a la espera de reanudar este proyecto de memoria, ahora con la intención de elaborar una memoria de la ciudad de Carhuacoto. Así también, los participantes manifiestan que tienen la intención de trabajar en su memoria, ya que ellos reconocen que el trabajo de la memoria debe ser apropiado de por los pobladores y debe ser responsabilidad de ellos darle continuidad a esta clase de 290 experiencias. Después de una evaluación de la experiencia debo mencionar que hace falta un espacio o trabajo más extenso de reflexión sobre lo que fue fotografiado; sin bien, existen una sesión donde los participantes seleccionan las fotografías de la muestra y reflexionan sobre ellas, pienso que éste espacio debería ser más extenso para concientizar a los participantes sobre el significado y valor de su trabajo. Por otro lado, al ser estas fotografías parte de legado de la comunidad, también es responsabilidad de los mismos pobladores o autoridades motivar su difusión, porque el objetivo de un proceso de comunicación participativa que es que los pobladores puedan apropiarse de lo que fue producido. Reflexiones de los participantes sobre la experiencia fotográfica Según las reflexiones de los autores y el análisis de sus intenciones en la elaboración del trabajo fotográfico, puedo de decir que además de mantener los marcos o puntos de referencia de la memoria, los autores han reconocido que la experiencia fotográfica no solo sirve para mantener recuerdos, por ello identificamos a continuación las diferentes motivaciones y discursos sobre su trabajo. En primer lugar, según los autores entrevistados, las fotos se convierten en el objeto de recuerdo sobre la vida en la ciudad de Morococha; les permiten revivir acontecimientos, rememorar los principales recuerdos y estructurar un relato propio sobre el reasentamiento: “si, porque a través de las fotos estamos guardando si quiera algo de Morococha para las generaciones que siguen, siquiera para que conozcan un poco de lo que había en Morococha […]” (Rosana, 16 años). Así también, la fotografía ha sido utilizada exponer a los demás la cotidianeidad y realidad de la ciudad de Morococha; tanto aquellos espacios, personajes o actividades de los cuales se sienten orgullosos, como para exponer las carencias y problemas sufridos por la población morocochana. Ante el complejo proceso de reasentamiento se ha mencionado también que la fotografía se convirtió en una especie “válvula de escape”, por ello se puede decir que a través de esta práctica los autores tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre lo que estaba ocurriendo con su comunidad y elaborar una posición a través de sus fotografías. Por otro lado, según 291 los testimonios presentados, se puede concluir que la fotografía ha servido para revalorar espacios o elementos de la ciudad; Darío nos dice que “[…] habían tantas cosas que ni siquiera sabía, tal vez otros lugares que no había visto en las fotos que habían tomado, estaba como sorprendido cuando vi las fotos […]” (Darío, 14 años). Además de lo ya mencionado, es muy importante decir que la fotografía también fue utilizada como un medio o acción de denuncia por los autores de las imágenes; fueron expuestos así los problemas relacionados al agua y saneamiento de la ciudad, las calles sin asfalto o la carente infraestructura de las viviendas de los participantes. Así también, las imágenes han permitido que los participantes puedan realizar una comparación entre el antes y el ahora de la ciudad de Morococha; visualizar las fotografías y rememorar a través de ellas promueve una reflexión sobre la calidad de vida en la ciudad de Carhuacoto y la calidad de vida en la ciudad de Morococha; por lo tanto, las imágenes permiten a los autores identificar las pérdidas y ganancias generadas a consecuencia de reasentamiento. Por último, fue la intención de los participantes generar testimonios y documentos para la próximas generaciones de Morocochanos: “si, porque a través de las fotos estamos guardando si quiera algo de Morococha para las generaciones que siguen, siquiera para que conozcan un poco de lo que había en Morococha […]” (Rosana, 16 años). 5.3 Las representaciones y discursos de la memoria en las fotografías del taller de Morococha Recolectar los testimonios sobre la memoria de la ciudad de Morococha y el proceso de reasentamiento nos ha permitido conocer a profundidad los elementos de la identidad y el imaginario morocochano y comprobar si es que las imágenes se trataban efectivamente de vehículos de la memoria colectiva; es decir, he analizado los elementos, marcos o huellas de esa memoria que se ve reflejada en las fotografías que han sido elaboradas por los pobladores morocochanos. Este proceso me permite concluir que las fotografías no son imágenes elaboradas de manera fortuita, son imágenes que guardan y retratan los marcos y puntos de referencia de la memoria y que los autores han configurado intencionalmente, según las reflexiones sobre su trabajo fotográfico. Por ello, puedo decir que el acto 292 fotográfico es un proceso de memoria, que permite seleccionar, mantener y visualizar estos referentes que se han perdido debido a la desaparición de Morococha; hace que los participantes puedan acceder a estas huellas de la memoria a través de las imágenes y otorgar continuidad a su historia. De esta manera, según los resultados de la investigación, las fotografías elaboradas por los autores han retratado marcos de la memoria (Halbwachs 1992:172), los cuales ayudan a los participantes a posicionar los acontecimientos de su vida personal o colectiva. Siendo los espacios, el tiempo y los personajes los medios que engloban los recuerdos sobre Morococha; y en este caso, se habla particularmente de los espacios, ya que es ese el marco que se pierde y desaparece junto a la ciudad. Es así que observamos fotografías de las montañas, lagunas, parques, calles, casas o iglesias; todos estos marcos espaciales de la memoria que han adoptado la huella de la comunidad morocochana y el significado de sus vivencias. Las fotografías también han registrado aquellos puntos de referencia (elementos representativos de los marcos de memoria) que menciona Pollak; como los monumentos, paisajes, entornos geográficos, tradiciones o costumbres (Pollak 2006:17). Siendo estos los elementos donde se materializan los marcos de la memoria y donde se posicionan específicamente recuerdos personales o colectivos, un ejemplo de un punto de referencia es el monumento al “Huaricapcha”, el cual no solo carga con la representación histórica de la comunidad, también adopta recuerdos y memorias personales. Es así que a través de las imágenes de los marcos y puntos de referencia, los participantes pueden recuperar los acontecimientos pasados, darles un nuevo significado en el presente y compartirlos con toda la comunidad a partir de la difusión y exposición de las fotografías. Halbwachs nos dice que solo podemos recordar cuándo es posible recuperar la posición de los acontecimientos del pasado en los marcos de memoria colectiva (1992:172), es entonces la fotografía la práctica que permite recuperar los marcos y puntos de referencia para la memoria de población morocochana, y por lo tanto, la posición de nuestros recuerdos para mantener su continuidad. 293 Es a través de la fotografía donde se produce la significación y resignificación de aquellos referentes de memoria para los morocochanos, básicamente un proceso de “enmarcamiento” de recuerdos a partir de las imágenes generadas. En las representaciones de elementos, espacios o personajes morocochanos podemos ver cómo se estructura la memoria de la ciudad que se deja; las imágenes permiten a los autores contar y expresar un discurso sobre la nostalgia que fue dejar la ciudad, sobre la vida en Morococha, sobre las carencias y los sucesos que son parte de su historia. Las imágenes fotográficas como elementos que permiten la continuidad de la identidad Morocochana Según los comentarios de los adultos y jóvenes que fueron entrevistados, puedo decir que la identidad morocochana se encuentra caracterizada en primer lugar por la minería. Morococha es entonces un pueblo minero, porque la minería es su principal fuente de ingreso, porque su desarrollo e historia están marcados por la actividad minera, porque la dinámica social se encuentra relacionada a las acciones de las empresas que operan en la zona, y sobre todo porque es la minería aquella actividad que ha motivado la migración de personas provenientes de todo el Perú, quienes se mudaron a Morococha en busca de trabajo y un futuro para su familia. Lo cual hace de Morococha una ciudad minera y migrante, donde se practican las diversas manifestaciones culturales de sus habitantes y que no posee una identidad definida, más allá de las expresiones vinculadas a la minería. Al intentar definir Morococha, los adultos que fueron entrevistados reconocen también que fue una ciudad que no ofrecía los mejores servicios o infraestructura a la población que la habitaba, especialmente en cuanto a los servicios de agua y saneamiento, educación o salud. Los niños y jóvenes, por su parte, definen la ciudad como una etapa en su vida, vinculando Morococha directamente con su “niñez” o infancia y todas las experiencias vividas. Ya que para los participantes fue complejo definir la identidad de la población debido a sus diversas manifestaciones culturales, se comprende que además del vínculo con la minería, los participantes acuden a espacios, elementos o fechas conmemorativas que los ayudan a establecer una identidad colectiva. Entre los espacios mencionados se encuentran el cerro 294 Toromocho, el parque infantil, lagunas, espacios naturales o las plazas públicas como lugares que son parte de la identidad morocochana; así también mencionan las diferentes festividades o fechas importantes para la comunidad, como el Día del Minero, la celebración del Señor de los Milagros o el Aniversario de la ciudad; de la misma forma la identidad de Morococha también fue definida desde los objetos que la materializan, como los diferentes monumentos dedicados a la historia minera. De esta manera, al intentar configurar un sentido de identidad, los autores y autoras han mencionado aquellos puntos de referencia, que además de ser elementos de identidad, permiten construir memorias y comprender la vida de una comunidad. Según Pollak, éstos se convierten en indicadores empíricos de la memoria colectiva, ya que ayudan a reforzar sentimientos de referencia, crear identidad y mantener la continuidad de la población, en este caso de la comunidad morocochana (Pollak 2006:17). Así también han expresado su propia compresión del significado de la ciudad de Morococha en el recuerdo y la concepción personal. Entonces, resulta importante identificar estos elementos que definen la identidad individual o colectiva para concluir que efectivamente las imágenes contienen y transmiten estos puntos de referencia de la memoria, permitiendo su continuidad a pesar del reasentamiento y por lo tanto la continuidad de la identidad y la memoria morocochana. Es así que según el trabajo fotográfico analizado, las imágenes contienen, representan y nos hablan de estos conceptos que articulan la identidad Morocochana. Además, los testimonios de los autores frente a sus fotografías confirman la intención de documentar estos elementos para mantener la identidad colectiva. De esta manera, podemos observar en las fotografías la presencia de elementos de la actividad minera, retratos del campamento, el monumento al antiguo minero, el monumento al caso del minero, los antiguos socavones o las maquinarias que utilizan las empresas mineras, como expresiones frente a la identidad minera. Por otro lado, en las imágenes también se ha representado los espacios que fueron considerados parte de la identidad de Morococha; sobre todo el cerro Toromocho, el parque infantil, fotografías de 295 las lagunas y espacios naturales como los lugares favoritos de los participantes, así como las diferentes plazas, escenarios que fueron escogidos para representar a la ciudad. Según los testimonios, los participantes adultos también nos hablan de que Morococha fue una ciudad que no contaba con servicios básicos de calidad para los habitantes. El trabajo de investigación nos ha mostrado fotografías especialmente elaboradas para evidenciar las carencias en cuanto a agua y saneamiento, y a la infraestructura de las viviendas de los habitantes; a través de las fotografías podemos observar que muchas de las casas estaban hechas de calamina y fue la intención de los autores retratarlas porque son parte también de la realidad Morococha. Así también, como los niños y jóvenes participantes han mencionado, Morococha es concebida como la etapa de infancia que se deja, por ello la mayoría de las representaciones que componen la muestra fotográfica son representaciones de la niñez; desde sus espacios, personajes u objetos, los participantes nos cuentan a través de sus testimonios que así representan esa etapa de la vida. Este análisis nos permite conocer que los participantes capturan intencionalmente los diferentes referentes de la identidad morocochana, estableciendo una posición frente a lo que significaba la ciudad para ellos. Esto lo podemos saber porque cada autor ha hablado sobre la intención de su trabajo y el significado que se puede interpretar de cada fotografía. De esta manera, la presencia de estos elementos en las fotografías que son parte de este trabajo permite la continuidad de lo que es definido como identidad morocochana, y por lo tanto, la continuidad de la memoria. Las imágenes fotográficas como elementos que posicionan y mantienen sus vivencias y recuerdos Cuando a los participantes se les ha preguntado sobre los recuerdos principales de la ciudad, ellos mencionan diferentes vivencias familiares y grupales, todas ubicadas en marcos espaciales, lugares específicos de su vida en Morococha; así también, identifican diferentes festividades o celebraciones que eran parte de las tradiciones de la comunidad; 296 así como algunas costumbres y características cotidianas que hacían particular la vida en Morococha. Por otro lado, dentro de sus recuerdos también se encuentran las carencias y deficiencias de la antigua ciudad, en cuanto a los servicios de agua y saneamiento, a la estructura de sus viviendas, a la infraestructura de su colegio o las calles que no se encontraban asfaltadas. Estos son entonces los principales recuerdos de la ciudad; los parques, el estadio o el pastizal como principales espacios donde ha transcurrido la niñez de los participantes; las lagunas o espacios naturales como escenarios de salidas familiares o recreacionales; un puesto de mercado como lugar de encuentro colectivo y de comercio de la ciudad; así como la lavandería, lugar donde se reunían las madres de familia y en el que todo el pueblo realizaba el lavado de sus prendas; el pastizal central, como lugar donde se pastaban los animales o se armaba una improvisada cancha de futbol. Todos ellos escenarios que podemos observar en las imágenes, escenarios que se convierten en marcos de la memoria colectiva de la población morocochana y que también fueron seleccionados y retratados para posicionar y mantener los recuerdos que se tiene sobre la vida en Morococha. Como dice Halbwachs “el lugar recibe la huella del grupo y a la inversa entonces todo lo que hace el grupo puede traducirse en términos espaciales, los espacios son el marcos de apoyo de los recursos y vivencias, son estos espacios los referentes que han cobrado un significado (2004:133). Las costumbres morocochanas también son retratadas en las fotografías, aquellos aspectos de la vida cotidiana en la ciudad como el lavado colectivo de las prendas de vestir en una batea en las afueras de la vivienda o en la lavandería pública; la limpieza de las casas debido al polvo y al barro de las calles; las comidas familiares en los puestos ambulantes; o los momentos de juego en el parque infantil; la crianza de los animales de granja. Todas son costumbres o momentos cotidianos que vemos reflejados en las imágenes se convierten en puntos de referencia de la memoria, representaciones de los marcos, que sostienen determinados recuerdos sobre la dinámica de la ciudad. 297 Así también, como lo he mencionado en párrafos anteriores, también podemos observar en las fotografías aquellas carencias que se convierten en el recuerdo de la ciudad de Morococha. Como la falta de agua o baño propio en la vivienda, las calles o pistas que no se encontraban asfaltadas o la infraestructura de la casa; recuerdos de la ciudad que fueron inmortalizados en las imágenes, retratos que han permitido reflexionar sobre el cambio en la calidad de vida que ha representado la ciudad de Carhuacoto. De esta manera, además de la intención de fotografiar referentes de identidad, también se ha fotografiado los marcos y puntos de referencia que remiten a las mejores vivencias o costumbres en la ciudad de Morococha, o que les permiten expresar una realidad. Las imágenes fotográficas frente a las pérdidas y rupturas Además del cambio de escenario para la población morocochana, el reasentamiento también ha representado un proceso de tensión y crisis frente a la vida de la población morocochana; ya que además de las ganancias que pueden ser identificadas, también se han producido rupturas y pérdidas que afectan directamente a la continuidad de la memoria y dinámica morocochana Es por ese motivo que los niños y jóvenes participantes piensan que junto a Morococha han perdido su niñez y todas las vivencias que lleva consigo esta etapa de la vida; así como los lazos sociales entre ellos, ya que muchos de sus compañeros aún no se mudaron a la nueva ciudad y otros se mudaron a otros poblados; se han perdido también ciertas costumbres y símbolos religiosos, por ejemplo el año 2013 no se celebró la festividad del Señor de los Milagros porque la imagen aún no se encontraba en la nueva ciudad, así tampoco la Fiesta de las Cruces. Sienten que han perdido los espacios representativos para la población morocochana, como el cerro Toromocho, las lagunas y espacios naturales que rodeaban la ciudad, el cementerio de la ciudad o sus propias viviendas. Así también, y especialmente los participantes adultos, sienten que se ha perdido el sentido de unión y colectividad, ya que la sociedad morocochana se encuentra dividida por el conflicto social y las diferencias provocadas a raíz del reasentamiento y la mudanza; por último, sienten que han perdido 298 diferentes referentes de identidad, entre ellos algunos monumentos como “El Huaricapcha o el “Casco del minero”. Según las rupturas y pérdidas mencionadas, la fotografías también se convierten es testimonios que contienen y expresan aquello que se cree perdido por el reasentamiento; es a través de la representación de aquellos referentes que ya no se encuentran en la nueva ciudad la manera en que las imágenes se enfrentan ante las rupturas que ha producido el reasentamiento, ya que de alguna manera las imágenes son el testimonio de que algo existió. Podemos observar así un gran número de fotografías sobre la niñez morocochana, producidas con la intención de recordar los espacios de juego, los amigos de la infancia y las principales costumbres de los niños en la ciudad. Así también imágenes de las festividades que solían celebrarse, como la imagen del Señor de los Milagros. Así también, como ya se ha mencionado, las fotografías de los lugares más importantes reconocidos por la población, lugares a lo que ahora ya no tienen acceso; como el cerro Toromocho, las lagunas o el cementerio. Por último, se retrata también algunos puntos de referencia que ya no se encuentran en la nueva ciudad, como el Huaricapcha o El casco del minero”. Es ante las pérdidas, donde se resalta el papel de la técnica fotográfica, ya que se confirma que aquellos marcos, referentes y particularidades de la identidad morocochana ya no se encuentran; de esta manera, las imágenes realizadas meses previos al reasentamiento se convierten en la estrategia para tener presente, de manera visual, lo que se creen perdido en la comunidad morocochana. Par concluir, como se menciona en el marco teórico sobre la memoria colectiva, el proceso de rememoración es posible siempre y cuando la comunidad pueda posicionarse en los marcos de memoria; sin embargo, ante la situación de Morococha, resulta fundamental la creación de recursos y vehículos de la memoria que expresen de alguna manera los referentes o puntos de memoria. Ante la pérdida del marco espacial, las fotografías se han convertido en el recurso que mantiene la representación de los puntos de referencia espacial, estrategia que les permite luchar contra el olvido. 299 Como se ha podido analizar, las fotografías no fueron elaboradas de una manera casual y es por eso que podemos llamarlas vehículos de la memoria. La memoria se trata de un proceso de reflexión personal y colectivo sobre nuestras vivencias y experiencias del pasado, el cual nos lleva a materializar de alguna forma las narraciones que podemos elaborar; si las imágenes habrían provenido de autores externos a la población, tal vez no podríamos hablar de un proceso de memoria colectiva, porque no se encontrarían representados los espacios y elementos que forman parte de la identidad y recuerdo de cada poblador, solo a través de este proceso es que podemos conocer ese mundo que se intentó inmortalizar a través de las imágenes. Cada autor ha elaborado un grupo de imágenes y éstas reúnen sus principales recuerdos, los elementos de su identidad y lo que supuso que podría perder frente al reasentamiento. De esta manera, cuando se analizan cualitativamente las fotografías, podemos ver que tanto niños, jóvenes o adultos desearon enfocar su memoria en algo particular. Algunos retratan los espacios, como marcos de sus vivencias; otros retratan a la gente del pueblo, como elementos también de referencia; otros se enfocan en los aspectos de la calidad de vida de Morococha, haciendo una especie de denuncia; también algunos tienen la intención de rescatar a través de la imagen diversos sitios históricos que habían quedado olvidados. En ese sentido, podemos decir que cada uno estructuró su propio discurso de memoria con las imágenes, que la memoria es un proceso de tensión entre el pasado, el presente y el futuro, y por último, que la memoria es emotiva porque el entorno en el que vivimos adquiere el significado de nuestras vivencias. La relación entre el análisis cualitativo de las imágenes y el análisis semiótico de la fotografía representativa Cuando presento los objetivos y la metodología de la investigación, resalto que como una forma complementaria de análisis se realizaría un acercamiento al análisis semiótico de una fotografía representativa de la experiencia, con la intención de considerar también la perspectiva del espectador y poder brindar una investigación que considere diversas perspectivas de acercamiento al objeto de estudio. 300 Luego de revisar los principales resultados del análisis cualitativo de las fotografías como vehículos de la memoria, así como los discursos e intenciones de los autores sobre su trabajo fotográfico, puedo decir estas conclusiones guardan una relación estrecha con los significados que se pudo obtener de la fotografía representativa. Según la memoria y el trabajo fotográfico, se puede determinar que los participantes morocochanos reconocen un cambio y transición en su vida cotidiana, en la realidad de su comunidad y en la historia de la población. La ciudad de Carhuacoto representa una forma de vida nueva, tal vez con mejores oportunidades, pero que también ha generado pérdidas. La memoria nos remite a una contraposición entre el presente y el pasado, entre la antigua ciudad y la nueva ciudad de Morococha, especialmente cuando se habla sobre los temas de ganancias, pérdidas y rupturas producidas a raíz del reasentamiento. Así también, según el análisis del mensaje icónico de la imagen representativa, es decir, de las figuras identificadas y el nivel temático de las mismas, puedo decir que las figuras centrales de la imagen también representan una contraposición entre el pasado del futuro; siendo el monumento una representación del pasado, historia e identidad Morocochana, y por otro lado el niño como figura del futuro de la ciudad y de la modernidad. Vemos entonces a la antigua Morococha y a la nueva ciudad de Carhuacoto en los elementos de la imagen. El mensaje visual y las figuras que fueron seleccionadas por la autora tienen la intención de reflejar el proceso por el cual atraviesa la población de Morococha. De una forma complementaria, los signos plásticos identificados en la fotografía también nos remiten a una transición; tanto la iluminación, las formas y los colores, están relacionados al paso de un estado a otro. De esta manera, podemos interpretar que desde el mensaje plástico e icónico de la fotografía, esta imagen podría representar la transición que vive la población de Morococha, al cambio de escenario (de lo rural a lo urbano) y el conflicto social. Además, la posición consiente del modelo que se recuesta sobre el monumento permite que se pueda establecer una relación entre el pasado y el futuro, así también la importancia del pasado 301 como sustento o apoyo del futuro de la ciudad y la contradicción de los mismos al estar en diferentes direcciones. Resulta interesante cómo desde metodologías y perspectivas diferentes se puede hablar sobre un mismo tema, “la contraposición entre el pasado y el futuro de la ciudad”, la contraposición entre la antigua Morococha y la nueva Carhuacoto, entre un contexto rural y carente y un contexto más urbano y con mayores servicios. Es así que el mensaje identificado en el análisis cualitativo de las imágenes también está presente en los signos plásticos e icónicos de la imagen, los cuales representan una especie de narración de la historia de Morococha representada en dos personajes. Por lo tanto se podría concluir que esta imagen es la representación de la memoria de la población, una memoria que expresa este complejo proceso de cambio y transición en el que se deja atrás algunas cosas que eran parte de la dinámica cotidiana y se gana otras, la memoria es el sentido del pasado que nos permite comprender el presente; muchas veces en tensión o en conflicto, pero necesaria para el desarrollo del cualquier comunidad. 5.4 Reflexiones y recomendaciones sobre la experiencia • La memoria es un proceso que nos permite comprender la serie de sucesos que nos han llevado a lo que hoy es el presente, que nos permite reafirman nuestra identidad como individuos o colectividad (Mendoza 2004:8-9). Por ello pienso que el contexto del reasentamiento de una ciudad, un proceso tan difícil y complejo, fue imprescindible desarrollar una iniciativa en la cual la población pueda reflexionar sobre su pasado para poder construir su presente. Sobre todo que ésta se participativa, permitiendo el empoderamiento de la población y la expresión de una memoria verdadera. • Como lo dice Jelin, el núcleo de cualquier identidad individual o grupal depende de un sentido de permanencia a lo largo del tiempo y el espacio (Jelin 2012:58). El trabajo de la memoria permite la continuidad de la comunidad en el tiempo; sin elementos en los cuales los pobladores puedan sustentar sus recuerdos, la historia, equilibrio e identidad de la población morocochana se verían sumamente afectados. Sin embargo, aún queda mucho por hacer en el trabajo de la memoria de la ciudad, como recuperar 302 los referentes de memoria donde la población apoyaba sus recuerdos e identidad (vestigios históricos, monumentos, leyendas, imágenes religiosas). • Se ha presentado a la fotografía participativa como una estrategia eficaz para la configuración y recuperación de la memoria, no solo por la facilidad técnica y el impacto estético de una imagen, también porque la metodología hace posible el empoderamiento y la expresión de las personas que usualmente no participan en los procesos de toma de decisiones de una comunidad. Por ello, el aspecto participativo le da un valor agregado a la experiencia y motiva a que se realicen más iniciativas desde esta perspectiva. • Se ha reconocido la suspensión del Museo de la Memoria y falta de continuidad de la experiencia que fue aplicada en Morococha; sin embargo, el trabajo en la memoria debe continuar y buscar que los pobladores se apropien de iniciativas similares y sean ellos los gestores, productores y protagonistas. Se debe evitar que los conflictos políticos afecten el trabajo de la población y que las autoridades se involucren en procesos como el que fue desarrollado. • La investigación nos ha demostrado el poder de la fotografía como proceso de comunicación y como recurso, por ello, pienso que se debe difundir el uso de esta técnica en diversas experiencias donde los pobladores deseen o necesiten expresar una opinión. La fotografía hizo posible que los morocochanos “tengan una voz” en el reasentamiento, pero aún hay mucho por hacer en cuanto a la memoria de Morococha, por que la memoria debe ser un proceso constante y propio, debe convertirse en la prioridad de cualquier comunidad que busca su desarrollo. 303 6. Bibliografía ALÍA, Francisco 2005 Técnicas de investigación para historiadores. Las fuentes de la historia. Madrid: Síntesis. ALFARO, Rosa María 2009 La otra brújula: innovaciones en comunicación y desarrollo. Lima: Calandria. ARREDONDO, Carolina; Eliana LLOSA; Thomas MÜLLER; Susana PASTOR; y OTROS 2006 País de luz: talleres de fotografía social TAFOS: Perú 1986-1998. Lima: PUCP: CAL. BARTHES, Roland 1990 La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía. Barcelona: Paidós Ibérica, S.A. BAURET, Gabriel 1999 De la fotografía. Buenos Aires: La Marca BORGES, Paulo 2010 “Representación fotográfica y pueblos indígenas” en Discursos fotográficos. Sao Paulo, Volumen 6, Número 8. 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Anexos Anexo 1: Matriz de fotografías que forman parte de la muestra final N° Autor Edad Formato Clasificación Elementos o personajes identificados Escenario Escena Encuadre Ángulo 1 Xiomara Idenfonsio 12 Digital- JPEG Niñez de Morococha Cinco niños morocochanos de diferentes edades, juguetes infantiles Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a cinco niños de aproximadamente 4 ó 5 años en una de las calles principales de la ciudad. Ellos miran muy atentos a la cámara fotográfica Plano conjunto- americano de los personajes en primer término. Fotografía en disposición horizontal Ángulo ligeramente picado, toma frontal con profundidad de campo. 2 Xiomara Idenfonsio 12 Digital- JPEG Niñez de Morococha Niña morocochana , juguetes infantiles Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a una niña en compañía de sus juguetes, tres muñecas y dos cajas de cartón. Está ubicada en las afueras de su vivienda, sentada en la acera. Plano medio del personaje ubicado en el tercio inferior del encuadre. Fotografía en disposición horizontal Ángulo picado, toma frontal. 3 Xiomara Idenfonsio 12 Digital- JPEG Niñez de Morococha Tres niños morocochanos de diferentes edades Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a tres niños (dos niñas y un niño) morocochanos en la entrada de una vivienda. Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo aberrante, toma frontal 4 Xamira Huertas 13 Digital- JPEG Mascotas y animales Un gato gris Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a un pequeño gato en la acera de una calle. El gato mira atentamente a la Plano entero del personaje ubicado en medio del encuadre. Ángulo bajo, toma frontal 318 cámara. Fotografía en disposición horizontal 5 Xamira Huertas 13 Digital- JPEG Niñez de Morococha Imágenes del Toromocho Una pequeña niña morocochana, lápidas, cerro Toromocho, casas de la ciudad de Morococha, maquinaria minera Cementerio de la ciudad Cerro Toromocho Se retrata a una niña morocochana jugando en el cementerio de la ciudad. La niña se encuentra de espaldas, mirando a la ciudad de Morococha y al cerro Toromocho Plano medio de personaje ubicado en los tercios inferior – derecho del encuadre. Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal, Toma posterior con profundidad de campo. 6 Xamira Huertas 13 Digital- JPEG Mascotas y animales Perro, escalera de madera Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a un perro en el exterior de una vivienda. Se encuentra acostado y bajo la sombra que produce la escalera de una vivienda. Plano general, personaje ubicado en medio del encuadre. Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero picado Toma “medio perfil” (cámara posicionada a 45° del frente del personaje) 7 Xamira Huertas 13 Digital- JPEG Naturaleza Nubes, cielo Ciudad de Morococha Se retrata en cielo morocochano, en la imagen podemos observar dos nubes Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo contrapicado 8 Xamira Huertas 13 Digital- JPEG Niñez de Morococha Niño morocochano, bicicleta Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a un niño en su bicicleta, el niño lleva un paquete en sus manos y está ubicado en la parte central de una de las calles de la ciudad. Se retrata al niño a contraluz. Plano entero del personaje Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 9 Xamira Huertas 13 Digital- JPEG Personajes de la ciudad Negocios locales Dueña de un negocio de abarrotes, productos de abarrotes, mostrador Bodega de abarrotes Se retrata a una señora, dueña de un negocio de abarrotes. Plano busto del personaje ubicado en medio del encuadre. Poca profundidad de campo. Ángulo Normal, toma frontal 319 Fotografía en disposición horizontal 10 Xamira Huertas 13 Digital- JPEG Niñez de Morococha Dos niños morocochanos, juegos infantiles Parque de niños de la ciudad de Morococha Se retrata a un niño pequeño en un juego infantil, junto a él se observa a una niña que impulsa el juego en el que se encuentra Plano americano del personaje ubicado al medio del encuadre y en foco (la niña ubicada en el tercio izquierdo del encuadre aparece desenfocada) Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal, toma frontal 11 Walter Valladolid 17 Digital- JPEG Viviendas Morocochanas Vivienda, montaña nevada, desmonte de piedras, baño de la vivienda, tendedero Ciudad de Morococha, ladera de la montaña Se retrata una vivienda que está ubicada en la ladera de una montaña. Se puede observar el patio, la casa y el baño en condiciones precarias. En el lado posterior de la casa se observa una montaña nevada. Plano general de la casa Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero contrapicado Toma en un ángulo de 45 grados. 12 Walter Valladolid 17 Digital- JPEG Elementos y espacios de la actividad minera Una maquinaria minera, viviendas del campamento minero, un tendedero de ropa Ciudad de Morococha, parte externa de la ciudad Se retrata una maquinaria de la actividad minera que se realiza en ciudad. En el entorno se encuentran viviendas del campamento minero y también se puede observar un tendedero de ropa en un cerco metálico Plano general de la maquinaria Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 13 Walter Valladolid 17 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Mujer, viviendas, niños morocochanos, tendederos de ropa, baldes de Calles de la ciudad de Morococha Se retrata el perfil de una mujer en una de la calles de Morococha, en la parte posterior se puede ver un tendedero Plano medio, de la mujer en primer término. Fotografía en Ángulo normal Toma frontal 320 lavado. de ropa, baldes de agua y niños. disposición horizontal con profundidad de campo. 14 Soraida Acuña Javier 15 Digital- JPEG Imágenes del Toromocho Cerro Toromocho, ventanal del un edificio municipal Calles de la ciudad de Morococha, un de las plazas principal de la ciudad Se retrata una parte del cerro Toromocho en el amanecer, se fotografía desde una de la plaza principal de la ciudad. En el lado derecho se puede observar las ventanas del edificio municipal Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo contrapicado Toma frontal 15 Soraida Acuña Javier 15 Digital- JPEG Viviendas Morocochanas Fachada de una casa, objetos de lavado, tendedero de ropa, viviendas de calamina. Ciudad de Morococha, barrio de Alto Perú Se retrata la fachada de una casa morocochana. En la imagen aparecen en primer término un tendedero de ropa, también podemos observar algunos objetos apilados en la entrada de la casa. En segundo y tercer término observamos otras viviendas de calamina ubicadas en la montaña Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 16 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Niñez de Morococha Dos niñas morocochanas, una bicicleta Calles de la ciudad de Morococha Se observa a dos niñas morocochanas, una en primer término dispuesta a andar en bicicleta y la otra en segundo término sentada en la acera. Podemos observar que se encuentran delante de una vivienda pintada de amarillo y azul Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 17 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Niñez de Morococha Niñas morocochanas, una pelota de plástico Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a dos niñas morocochanas jugando con una pequeña pelota Plano conjunto- entero de los personajes ubicados Ángulo normal 321 de plástico en una de las calles de Morococha. Se encuentran vistiendo el uniforme del colegio y cada uno en los tercios laterales del encuadre. Fotografía en disposición horizontal Toma frontal 18 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Religiosidad Iglesia, párroco de Morococha Iglesia católica de la ciudad de Morococha. Se retrata al párroco del pueblo en el frontis de la iglesia. Plano entero, centrado del personaje Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 19 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Niñez de Morococha Cuatro niños morocochanos Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a un grupo de niños morocochanos jugando entre las viviendas de la ciudad. Las viviendas que los rodean son de concreto y calamina Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 20 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Niñez de Morococha Imágenes de la vida cotidiana Un niño morocochano, ropa sucia y una batea Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a un niño morocochano lavando su ropa en una pequeña batea. Se encuentra sentado en las escaleras de una casa. Plano entero del personaje Fotografía en disposición vertical Ángulo normal Toma de perfil 21 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Personajes urbanos Un anciano, elementos de limpieza, viviendas morocochanas Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a un anciano barriendo el frontis de su casa con una escoba, la calle en la que vive es de barro y las casas de calamina. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 22 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Animales y mascotas Un perro, un pastizal y un vehículo de transporte público Ciudad de Morococha, parte externa de la ciudad Se retrata a un perro de color negro en primer término, muy cerca de la autopista. También Plano entero Fotografía en disposición Ángulo en ligero picado Toma 322 se puede observar un vehículo de transporte público en segundo término. horizontal posterior del perro. 23 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Viviendas morocochanas Animales y mascotas Un galpón, un cerdo, desechos de basura, viviendas de adobe Ciudad de Morococha Se retrata un galpón o patio abandonado de una vivienda donde observamos a un cerdo. El patio es de tierra y podemos observar algunos restos de basura y algunas calaminas. Plano general. Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero picado Toma frontal 24 Soraida Acuña 15 Digital- JPEG Niñez de Morococha Animales y mascotas Un niño morocochano, ocho cerdos Ciudad de Morococha Se retrata a un niño morocochanos jugando y pasteando a ocho cerdos. Se encuentra en un gran pastizal y al fondo de la imagen se puede observar algunas viviendas y la maquinaria de la mina. Plano general. Personajes ubicados en el tercio horizontal del medio. Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 25 Sherilyn Lulo 17 Digital- JPEG Religiosidad El altar de una iglesia católica, la imagen del señor de los milagros, dos escultura de santos, flores y algunos muebles Capilla de la ciudad de Morococha Se retrata el altar de una iglesia en la que se encuentra la imagen del Señor de los milagros. La imagen está acompañada de esculturas y elementos religiosos. Plano general. Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero contrapicado Toma frontal 26 Sherilyn Lulo 17 Digital- JPEG Imágenes del amanecer o el atardecer Montañas y nevados Montañas, cables de alumbrado público y el sol Ciudad de Morococha, afueras de la ciudad de Morococha Se retrata el amanecer. En la imagen podemos observar el perfil de las montañas y los cables de luz que se encuentran delante del sol. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 27 Sherilyn Lulo 17 Digital- JPEG Juventud Morocochana Un joven morocochano Ciudad de Morococha Se retrata a un joven en el aire. El personaje se encuentra saltando, en Plano entero, centrado, Ángulo normal 323 el fondo podemos observar un pastizal y al Toromocho. Fotografía en disposición horizontal Toma frontal 28 Rosmery Lastra 15 Digital- JPEG Niñez de Morococha Negocios locales Una niña morocochana, cajas de frutas y verduras, un puesto de mercado Mercado de Morococha, ciudad antigua Se retrata a una niña morocochana en frente de un puesto de venta de verduras y frutas. En la imagen también podemos ver a otra persona, al parecer es la dueña del negocio. Plano 3/4, centrado del personaje en primer término Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 29 Sarita Churapi 16 Digital- JPEG Niñez de Morococha Tres niños pequeños, una malla metálica, ropa, una losa de juego Ciudad de Morococha Se retrata a tres niños pequeños morocochanos delante a la malla metálica de una losa. En la malla podemos observar prendas de vestir, ya que la malla es utilizada como tendedero Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 30 Sarita Churapi 16 Digital- JPEG Juventud morocochana Un joven morocochano Ciudad de Morococha Se retrata a un joven morocochano en el frontis de una casa. Plano americano del personaje ubicado al medio del encuadre. Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 31 Roynaldo Huaynalaya 14 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Espacios y elementos urbanos Cuatro mujeres, cestos y baldes de ropa, prendas de vestir, lavaderos de ropa. Lavandería pública, Ciudad de Morococha Se retrata una escena de lavado de ropa, se puede observar cuatro mujeres lavando las prendas de vestir. Se encuentran en la lavandería pública de la ciudad. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero picado Toma frontal 32 Roynaldo 14 Digital- Viviendas Tendederos de Ciudad de Se retrata en patio Plano general Ángulo 324 Huaynalaya JPEG Morocochanas ropa, patio trasero de una casa, baldes de la lavado, un gallo, desechos Morococha trasero de una vivienda, en ella podemos observar tendederos de ropa, un gallo y algunos envases de plástico Fotografía en disposición horizontal normal Toma frontal 33 Roynaldo Huaynalaya 14 Digital- JPEG Niñez de Morococha Niños morocochanos, juegos infantiles Parque infantil de la ciudad de Morococha Se retrata a dos niños pequeños en un columpio, en la parte posterior se observan algunos nevados. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 34 Rosmery Lastra 16 Digital- JPEG Montañas y nevados Elementos y espacios de la actividad minera Campamento minero, nevado Ciudad de Morococha, Morococha antigua y el campamento minero Se retrata un paisaje natural, la parte de un nevado que está ubicado en Ticlio. También podemos observar una parte del campamento minero ubicado en la parte antigua de la ciudad Plano general, paisaje ubicado en la parte inferior del encuadre. Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 35 Rosmery Lastra 16 Digital- JPEG Imágenes del Toromocho El cerro Toromocho Ciudad de Morococha y el cerro Toromocho Se retrata una parte del Toromocho iluminada por el sol en el amanecer. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero contrapicado Toma frontal 36 Rosario Lastra 13 Digital- JPEG Personajes de la ciudad Una anciana, tres perros y una cañería Ciudad de Morococha Se retrata a una anciana sentada en una cañería externa que atraviesa la ciudad, la rodean tres perros. Al parecer se encuentra en las afueras de su vivienda. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo ligeramente picado. Toma frontal 37 Rolando Laura 18 Digital- JPEG Montañas y nevados Naturaleza Un nevado, formaciones rocosas y una laguna Ciudad de Morococha, exteriores de la ciudad Se retrata a uno de los nevados que se encuentran cerca de la ciudad de Morococha. El nevado se encuentra detrás de una laguna, la cual emite un reflejo del nevado Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 38 Rocío 16 Digital- Imágenes de la Joven Lavandería Se retrata una escena Plano americano, Ángulo 325 Núñez JPEG vida cotidiana Juventud Morocochana Espacios y elementos urbanos morocochana, prendas de vestir, lavadero de ropa pública de la ciudad, parte nueva de la ciudad de lavado de ropa, podemos observar a una joven morocochana lavando un conjunto de prendas personaje en primer término ubicado en el tercio lateral derecho del encuadre. Fotografía en disposición horizontal normal Toma de perfil 39 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Juventud Morocochana Un joven morocochana (la autora), el tutor, una ventana y una vivienda Ciudad de Morococha La autora elabora un autorretrato, tomando una fotografía de su reflejo en la ventana de una vivienda Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 40 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Niñez de Morococha Un niña Morocochana, la puerta de una vivienda, elementos de limpieza Ciudad de Morococha Se retrata a una niña en la puerta de su hogar, ella se encuentra rodeada de instrumentos de limpieza y sonríe a la cámara Plano entero Personaje ubicado en medio del encuadre. Fotografía en disposición vertical Ángulo aberrante Toma frontal 41 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Negocios locales Seis personas, un puesto de comida, una cocina, mesas y bancas para los comensales Calles de la ciudad de Morococha Se retrata un puesto de comida ambulante ubicado en las calles de ciudad. Se puede observar que la gente concurre al puesto, a la dueña del negocio y su cocina Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal ángulo normal Toma frontal 42 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Espacios y elementos urbanos Negocios locales Gente Morocochana, mascotas, negocios locales, montaña Calles de la ciudad de Morococha Se retrata una calle de la ciudad que es muy transitada, se puede observar adultos, niños y mascotas rodeados de negocios locales Plano general Fotografía en disposición horizontal con profundidad de campo. ángulo normal Toma frontal 43 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Dos mujeres, mascotas, vivienda de Morococha Calles de la ciudad de Morococha Se retrata en primer término a una mujer saliendo de su Plano general Fotografía en ángulo en ligero picado 326 vivienda. En la fotografía también podemos observar una anciana que da comida a los animales en la puerta de su casa disposición horizontal Toma frontal 44 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Espacio y elementos urbanos Imágenes de la vida cotidiana Viviendas, gente morocochana Calles de la ciudad de Morococha Se retrata una parte de las calles de Morococha, en la que podemos observar las viviendas y gente alrededor de ellas. Plano general Fotografía en disposición horizontal ángulo normal Toma frontal 45 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Niñez de Morococha Una niña morocochana, un pastizal, viviendas Ciudad de Morococha Se retrata a una niña en un pastizal cercano a la ciudad, la niña se encuentra iluminada lateralmente por los rayos del sol. Plano general. Personaje ubicado en tercio izquierdo del encuadre. Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 46 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Niñez de Morococha Niño morocochano Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a un niño pequeño caminando por la acera de la ciudad Plano entero del personaje Fotografía en disposición horizontal Ángulo picado Toma posterior al personaje. 47 Rocío Núñez 16 Digital- JPEG Monumentos de la ciudad. Un monumento al bombero Plaza pública de la ciudad Se retrata un monumento al bombero hecho de concreto, se encuentra en una de las plazas de la ciudad Plano entero del personaje Fotografía en disposición vertical Ángulo contrapicado Toma de perfil 48 Ricardo Rodríguez 17 Digital- JPEG Imágenes del amanecer y el atardecer Montañas y nevados Montañas que rodean la ciudad, el sol, un camión, la autopista Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata la salida del sol entre las montañas, también se puede observar en el tercio inferior izquierdo un camión en una autopista Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 49 Ricardo 17 Digital- Juventud Cuatro jóvenes, Exteriores de Se retrata a cuatro Plano conjunto, Ángulo picado 327 Rodríguez JPEG morocochana una laguna la ciudad de Morococha jóvenes a orillas de una laguna en las afueras de la ciudad. entero de los personajes Fotografía en disposición horizontal Toma frontal 50 Raúl Villalodas 13 Digital- JPEG Espacio y elementos urbanos Campo de futbol, tribunas, viviendas Campo de fútbol de la ciudad de Morococha Se retrata el campo de futbol de la ciudad, éste se encuentra cubierto por un plástico azul. También se puede observar las tribunas y algunas viviendas Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 51 Nicole Rojo 12 Digital- JPEG Viviendas morocochanas Vivienda, tendederos, prendas de vestir, árboles, una parte del Toromocho Ciudad de Morococha Se retrata un patio posterior de una vivienda, podemos observar tendederos y árboles. En la parte posterior se encuentra el Toromocho Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 52 Mayumi Quispe 13 Digital- JPEG Montañas y nevados. Camino de barro, formaciones rocosas, nevado Exteriores de la ciudad de Morococha Se realiza una toma de un camino de tierra que lleva a uno de los nevados que rodean la ciudad. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 53 Mayra Cayetano 16 Digital- JPEG Imágenes del amanecer y el atardecer Naturaleza Montañas, sol, laguna Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata la salida del sol en el amanecer detrás de las montañas, se puede observar también una laguna gracias al reflejo del sol Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 54 Marisol Yauri 17 Digital- JPEG Juventud Morocochana Joven morocochano, camino de piedra Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata a un joven morocochano en un camino de piedra junto a la ladera de una montaña Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo contrapicado Toma frontal 328 55 Mahycol Vargas 12 Digital- JPEG Espacios y elementos urbanos Mototaxi, nevado, camino de barro Ciudad de Morococha Se retrata a un mototaxi en la ciudad. En la parte posterior podemos observar un nevado que rodea en la ciudad Plano general. Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 56 Mhycol Vargas 12 Digital- JPEG Montañas y nevados Espacios y elementos urbanos Pastizal, cerco metálico, prendas de vestir, montaña nevada Ciudad de Morococha, se puede observar el Cerro Potosi Es un espacio urbano en el que se puede observar un pastizal y cerco metálico usado como tendedero, en la parte posterior podemos observar una montaña llamada el cerro “Potosi”. También se puede observar una parte de la ciudad. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 57 Mhycol Vargas 12 Digital- JPEG Imágenes del amanecer y el atardecer Montañas y nevados Espacio y elementos urbanos Montañas, monumento del casco del minero, monumento al Huaricapcha, el sol Plaza pública ubicadas a la entrada de la ciudad de Morococha Se retrata el amanecer detrás de las montañas. En primer término de la fotografía aparecen las siluetas a contraluz de dos monumentos, uno es el casco del minero y otro es el Huaricapcha Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 58 Mhycol Vargas 12 Digital- JPEG Niñez de Morococha Montaña, dos niños morocochanos Toromocho Se retrata a dos niños jugado en la ladera de una montaña cerca al Toromocho Plano conjunto, entero de dos personajes. Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero contrapicado Toma de perfil 59 Mhycol Vargas 12 Digital- JPEG Espacios y elementos urbanos Camino de concreto, cerco metálico, montañas nevada, gente morocochana, viviendas Ciudad de Morococha Se retrata un camino de concreto, a lo lejos podemos observar a gente que va hacia las viviendas. En la parte posterior se encuentran Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 329 las montañas nevadas. 60 Mhycol Vargas 12 Digital- JPEG Juventud Morocochana Dos jóvenes morocochanas, parque de juegos, colegio de Morococha Parque público de la ciudad de Morococha Colegio de la ciudad de Morococha Se retrata a dos jóvenes morocochanas ubicadas en el campo de juego y delante del colegio Plano conjunto medio de los personajes en primer término, con profundidad de campo. Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma de perfil 61 Luis Lulo 14 Digital- JPEG Negocios locales Montañas y nevados Viviendas, tiendas, camioneta, nevado, camino sin asfaltar. Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata un tramo de la carretera que no se encuentra asfaltada, en la imagen aparecen algunos puestos comerciales, una camioneta y algunas viviendas. En el fondo de la imagen aparece un nevado que rodea a la ciudad. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 62 Luis Lulo 14 Digital- JPEG Religiosidad Capilla, altar, dos cruces, bancas Capilla de la ciudad de Morococha Se retrata el altar de una capilla, de apariencia rústica. Podemos observar dos cruces, un mesa, flores y dos bancas Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 63 Luis Lulo 14 Digital- JPEG Viviendas Morocochanas Casas de calamina, casas de concreto, tendederos, prendas de vestir, parte de cerro Toromocho Ciudad de Morococha, parte antigua Se retrata a parte posterior de un conjunto de viviendas (algunas son de concreto, otras de calamina) podemos observar tendederos con prendas de vestir, algunos objetos de limpieza y arbusto. Así también podemos observar una parte del Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 330 Toromocho 64 Luis Lulo 14 Digital- JPEG Elementos y espacios de la actividad minera Imágenes del Toromocho Piedra, parte del campamento minero, cerro Toromocho Ciudad de Morococha Se retrata una piedra en forma de corazón, en la parte posterior a ella podemos observar el cerro Toromocho y parte de campamento minero Plano general Fotografía en disposición vertical Ángulo normal Toma frontal 65 Luis Lulo 14 Digital- JPEG Niñez de Morococha Dos niños, una batea, juguetes Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a dos niños pequeños jugando en una batea de lavado Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo picado Toma frontal 66 Luis Lulo 14 Digital- JPEG Viviendas morocochanas Tendederos, prendas de vestir, elementos de limpieza, mascota, niña, vivienda morocochana Ciudad de Morococha Se retrata la parte posterior de una vivienda. Podemos observar tendederos de ropa, una niña ente los instrumentos de limpieza, un canal de agua y también un perro Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 67 Luis Lulo 14 Digital- JPEG Viviendas morocochanas Vivienda morocochana Ciudad de Morococha Se retrata la fachada de una vivienda, se puede observar las puertas y las ventanas de color azul y amarillo Plano entero Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero contrapicado Toma en ligero perfil 68 Luis Lulo 14 Digital- JPEG Espacio y elementos urbanos Antigua estación de tren Antigua estación de tren Se retrata de manera lateral la antigua estación de tren de la ciudad, se encuentra pintada de amarillo y azul Plano general Fotografía en disposición vertical Ángulo en ligero contrapicado Toma lateral 69 Lucero Huerta 17 Digital- JPEG Personajes de la ciudad Animales y mascotas Anciana, cuatro ovejas, cerco metálico, parte de la ciudad, montañas nevadas Ciudad de Morococha, parte antigua de la ciudad Se retrata a una anciana conocida en la ciudad, quien pasea a sus ovejas en un pastizal. En la parte posterior se observa parte de la Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma posterior del personaje. 331 ciudad y el campamento minero 70 Lucero Huerta 17 Digital- Digital- JPEG Viviendas Morocochanas Espacio y elementos urbanos Viviendas de Morococha, la plaza principal, edificio municipal, montañas nevadas Ciudad de Morococha, parte nueva de la ciudad Es una vista de la ciudad, en ella destacan los techos de las viviendas (hechos de calaminas), el edificio municipal y en la parte posterior las montañas nevadas de rodean la ciudad. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo picado Toma frontal 71 Lucero Huerta 17 Digital- JPEG Monumentos de la ciudad Monumento al minero Plaza del minero de la ciudad de de Morococha Se retrata el monumento al minero que está ubicado en la plaza al minero, en la parte posterior se puede observar el edificio municipal Plano entero Fotografía en disposición vertical Ángulo contrapicado Toma en ligero perfil 72 Lucero Huerta 17 Digital- JPEG Espacio y elementos urbanos Campanario de la iglesia, el colegio de Morococha, viviendas, pastizal Ciudad de Morococha, parte nueva de la ciudad Se retrata una parte de la ciudad y los rayos del sol sobre el pastizal que rodea la ciudad. En la imagen resaltan una parte del colegio, el campanario de la iglesia y algunas viviendas Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo picado Toma frontal 73 Juan Chambi 15 Digital- JPEG Elementos y espacios de la actividad minera Juventud Morocochana Socavón abandonado, joven morocochano Socavón abandonado Se retrata a un joven en la entrada de un socavón abandonado ubicado a espaldas del colegio Plano entero Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 74 Juan Chambi 15 Digital- JPEG Niñez de Morococha Tres niños morocochanos y un juguete Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a tres niños pequeños junto a un juguete en una calle de Morococha Plan conjunto- entero de los tres personajes. Fotografía en disposición vertical Ángulo normal Toma frontal 75 Juan 15 Digital- Niñez de Niño morocochano Calles de la Es el retrato de un niño, Plano busto del Ángulo 332 Chambi JPEG Morococha ciudad de Morococha detrás de él se pueden observar otros niños jugando en el patio de sus viviendas personaje en primer término. Fotografía en disposición horizontal normal Toma frontal 76 Juan Chambi 15 Digital- JPEG Niñez de Morococha Tres niños morocochanos y un juguete Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a tres niños pequeños junto a un juguete en una calle de Morococha Plan conjunto- entero de los tres personajes. Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 77 Juan Carlos Minaya 13 Digital- JPEG Espacios y elementos urbanos Seis mototaxis, una montaña nevada Calles de la ciudad de Morococha Se retrata seis mototaxis desde la parte posterior, en el fondo podemos observar una montaña nevada Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma posterior 78 Juan Carlos Minaya 13 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Una mujer, dos niños, una batea de lavado, prendas de vestir Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a una mujer lavando ropa en el exterior de su casa, junto a ella podemos observar bateas con tablas de madera y prendas de vestir. La observan dos niños pequeños Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo ligero picado Toma frontal 79 Juan Carlos Minaya 13 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Ropa, tendedero Ciudad de Morococha Se retrata un tendedero de prendas de vestir, ubicado en una vivienda Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma lateral 80 Juan Carlos Minaya 13 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Gente morocochana, ropa, tendedero, cerco metálico, yacimiento minero. Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a una mujer en primer término y una niña en segundo término en una de las calles de la ciudad, Plano conjunto entero Fotografía en disposición Ángulo normal Toma frontal 333 ambas parecen llevar ropa a la lavandería. En el fondo se puede observar un tendedero, el campamento minero y las montañas nevadas horizontal 81 Juan Carlos Minaya 13 Digital- JPEG Viviendas Morocochanas Vivienda, ropa, tendedero, mascota y canal de agua Ciudad de Morococha Se retrata en patio posterior de una casa, podemos observar un tendedero, algunas cosas de lavandería y un perro. También se puede observar un canal de agua. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 82 Joel Ravichagua 13 Digital- JPEG Imágenes del amanecer y atardecer Montañas y nevados Ciudad de Morococha, Montañas nevadas, autopista, el sol Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata la salida del sol detrás de uno de los nevados, y bajo el nevado se puede observar la ciudad y una carretera. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 83 Joel Ravichagua 13 Digital- JPEG Juventud morocochana Joven morocochano, pastizal, campamento minero Ciudad de Morococha Se retrata a un joven que intenta saltar de una piedra con los brazos abiertos, puede dar la sensación de volar. En el fondo se puede observar el yacimiento minero Plano entero del personaje ubicado al medio del encuadre. Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero contrapicado Toma ligeramente de perfil 84 Joel Ravichagua 13 Digital- JPEG Niñez Morococha Niño morocochano Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a un niño, quien carga sus útiles escolares. Se puede observar en la parte posterior los mantas tendidas en el cerco de metal Plano entero Fotografía en disposición vertical Ángulo normal Toma frontal 85 Joel Ravichagua 13 Digital- JPEG Naturaleza Reflejo del sol, reflejo de una torre eléctrica Laguna ubicada al exterior de la ciudad de Morococha Se retrata un reflejo en la laguna, en él aparece el reflejo de una torre eléctrica y la luz de sol Plano general Fotografía en disposición vertical Ángulo picado Toma frontal 86 Joel 13 Digital- Naturaleza Laguna Laguna Es un retrato de la Plano detalle de la Ángulo picado 334 Ravichagua JPEG ubicada al exterior de la ciudad de Morococha laguna, se puede observar el fondo y alguna vegetación laguna Fotografía en disposición horizontal Toma frontal 87 Joel Ravichagua 13 Digital- JPEG Niñez de Morococha Niña morocochana, rodadero Parque infantil de la ciudad de Morococha Se retrata a una niña bajando del rodadero. Plano entero Fotografía en disposición vertical Ángulo contrapicado Toma frontal 88 Joel Ravichagua 13 Digital- JPEG Montañas y nevados Naturaleza Laguna , formación rocosa Exteriores de la ciudad de Morococha, lagunas. Se hace un retrato de una formación rocosa y su reflejo en una laguna Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 89 Joel Ravichagua 13 Digital- JPEG Juventud Morocochana Joven morocochana, formación rocosa Exteriores de la ciudad de Morococha Se hace un retrato de una joven morocochana, quien se encuentra en una formación rocosa Plano entero del personaje ubicado al medio del encuadre Fotografía en disposición vertical Ángulo contrapicado Toma frontal 90 Joel Ravichagua 13 Digital- JPEG Espacios y elementos de la actividad minera Gente morocochana, socavón abandonado, montaña rocosa Ciudad de Morococha, parte antigua de la ciudad de Morococha Se retrata a dos personas, una de ellas escala por una ladera de la montaña y la otra sale del socavón abandonado Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero contrapicado Toma frontal 91 Jhordi De la Cruz 13 Digital- JPEG Naturaleza Laguna, orilla, montañas Exteriores de la ciudad de Morococha, lagunas. Se hace un retrato de una laguna, podemos observar también la orilla y en la parte posterior algunas montañas Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 92 Jesús Tejada 16 Digital- JPEG Montañas y nevados Montaña, torres de luz Exteriores de la ciudad de Morococha, lagunas. Se hace un retrato a contraluz, donde podemos ver las siluetas de la montaña y las torres de luz Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo en contrapicado Toma frontal 335 93 Jesús Hurtado 43 Digital- JPEG Naturaleza Roca, vegetación, montañas Exteriores de la ciudad de Morococha, sector de Alpamina Se retrata una formación rocosa semejante a una lagartija, parte de una leyenda de la ciudad de Morococha. Plano general Fotografía en disposición horizontal Angulo en picado Toma lateral 94 Jesús Hurtado 43 Digital- JPEG Naturaleza Roca, vegetación, montañas Exteriores de la ciudad de Morococha, sector de Alpamina Se retrata una formación rocosa semejante a un sapo, parte de una leyenda de la ciudad de Morococha. Plano general Fotografía en disposición horizontal Angulo en picado Toma lateral 95 Jesús Hurtado 43 Digital- JPEG Monumentos de la ciudad Plaza pública, monumento Plaza pública de la ciudad de Morococha, parte nueva de la ciudad. Se retrata la parte posterior de un monumento en una plaza pública cercana a la iglesia Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma posterior 96 Jesús Hurtado 43 Digital- JPEG Montañas y nevados Espacios o elementos urbanos Nevado, parte de la ciudad, pastizal Ciudad de Morococha Se hace un retrato de una parte de la ciudad, en la parte posterior podemos observar el nevado que rodea la ciudad. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 97 Jesús Hurtado 43 Digital- JPEG Religiosidad Imagen religiosa, gente morocochana Ciudad de Morococha Se retrata una procesión del Señor de los milagros, un grupo de pobladores cargan las andas de la imagen. Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma lateral 98 Jesús Hurtado 43 Digital- JPEG Espacios y elementos de la actividad minera Montañas, maquinaria minera, carretera Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata un tramo de la carretera asfaltada, en el fondo podemos observar algunas maquinarias y montañas. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 99 Gimmy Pecho 13 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Lavandería, gente de Morococha, prendas de vestir Lavandería pública de la ciudad Se retrata una escena de lavado en la lavandería pública de la ciudad, donde se Plano general Fotografía en disposición Ángulo en ligero picado Toma frontal 336 encuentran tres mujeres horizontal 100 Geraldy Portillo 12 Digital- JPEG Viviendas morocochanas Vivienda morocochana Ciudad de Morococha Se retrata una vivienda de calamina que está pintada de amarillo y azul, se encuentra rodeada de rocas. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma lateral 101 Franklin Gutiérrez 12 Digital- JPEG Niñez de Morococha Niño morocochano, autopista Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata a un niño morocochano mirando hacia la autopista que pasa por la ciudad Primer plano, personaje ubicado en el tercio izquierdo del encuadre. Fotografía en Digital- disposición horizontal con profundidad de campo Ángulo normal Toma lateral 102 Flemin Cierto 12 Digital- JPEG Niñez de Morococha Imágenes de la vida cotidiana Cerco metálico, niño, tendedero, nevado Ciudad de Morococha Se retrata unas rejas o cerco metálico usado como tendedero de ropa, un niño mira a la cámara y en el fondo se encuentra uno de los nevados que rodea la ciudad. Plano general centrado Fotografía en disposición horizontal Ángulo en ligero contrapicado Toma lateral 103 Efraín García 17 Digital- JPEG Naturaleza Espacios y elementos urbanos Montañas, laguna, parte de la ciudad Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata parte de la ciudad de Morococha, también se observa una laguna y en la parte posterior unas montañas que rodean la ciudad Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 104 Eduardo Cisneros 12 Digital- JPEG Imágenes del Toromocho Camión, cerro Toromocho, ciudad de Morococha Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata un camión de Coca Cola en la carretera de entrada a Morococha, se observa en el fondo de la imagen la ciudad y el cerro Toromocho. Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo Picado Toma lateral 337 105 Darwin Artica 12 Digital- JPEG Niñez de Morococha Niños morocochanos Calles de la ciudad de Morococha Se retrata a dos niños de Morococha, uno de ellos se encuentra alegre y el otro demuestra seriedad Plano conjunto medio Fotografía en disposición horizontal Angulo normal Toma lateral 106 Carlos Hurtado 14 Digital- JPEG Montañas y nevados Ciudad de Morococha, nevado, rocas, vegetación Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata una vista de la ciudad con el nevado iluminado de fondo. En la imagen priman algunas formaciones rocosas y vegetación Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 107 Carita Pailán 43 Digital- JPEG Viviendas Morocochanas Dos bateas de ropa lavada, un terreno abandonado, viviendas, el colegio de la ciudad Ciudad de Morococha, parte nueva de la ciudad Se hace un retrato de un terreno abandonado, donde se observan rocas y desechos. En primer término, en el tercio inferior del encuadre se observan bateas de ropa limpia. En la parte posterior, en el tercio superior del encuadre, se observan viviendas de la ciudad y el colegio Plano general Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma frontal 108 Carita Pailán 43 Digital- JPEG Imágenes del amanecer y el atardecer Hombre, montañas, sol del amanecer Exteriores de la ciudad de Morococha Se retrata a un hombre con una cámara, mirando hacia la salida del sol entre las montañas. El hombre se encuentra de espaldas a la fotógrafa Plano medio del personaje a contraluz Fotografía en disposición horizontal Ángulo normal Toma posterior 119 Brian Solórzano 11 Digital- JPEG Monumentos de la ciudad Espacios y elementos de la actividad minera Monumentos a la minería, calle morocochana, espacio público urbano Plaza pública ubicada a la entrada de la ciudad Se retrata un espacio público de Morococha, al parecer es una plaza donde se encuentra un monumento con forma de casco y el Huaricapcha. En ese Plano general Fotografía en disposición horizontal Angulo normal Toma frontal 338 espacio dos hombres con ropa de trabajo para la minería, aparece también la cabeza de un niño en primer término 110 Anderson Paucar 14 Digital- JPEG Elementos y espacios de la actividad minera Cerro Toromocho, maquinarias mineras Toromocho Vista parcial del Toromocho y algunas maquinarias mineras Plano general Fotografía en disposición horizontal Angulo ligeramente contrapicado Toma frontal 111 Anderson Paucar 14 Digital- JPEG Imágenes de la vida cotidiana Dos adultos, una guitarra Plaza principal de la ciudad Se retrata a dos adultos en la plaza principal de la ciudad, ellos se encuentran tocando guitarra Plano conjunto Fotografía en disposición horizontal Angulo normal Toma frontal 112 Anderson Paucar 14 Digital- JPEG Viviendas morocochanas Ropa, tendedero, vivienda Ciudad de Morococha Se retrata la fachada de una vivienda, en la parte del fondo aparecen más viviendas. Como objetos en foco aparecen el tendedero y la casa Plano general Fotografía en disposición horizontal Angulo normal Toma ligeramente lateral 113 Alex Fernández 17 Digital- JPEG Naturaleza Flores blancas Ciudad de Morococha Se retrata dos flores blancas de la vegetación First shot de las flores Fotografía en disposición horizontal Angulo picado Toma frontal 114 Adelfo Zevallos 62 Digital- JPEG Naturaleza Arbusto, palos de madera Ciudad de Morococha Se retrata un arbusto a contraluz, podemos ver un rayo de luz que lo atraviesa Plano general Fotografía en disposición horizontal Angulo normal Toma frontal 115 Adelfo Zevallos 62 Digital- JPEG Animales y mascotas Perro blanco y caramelo Ciudad de Morococha Se retrata frontalmente a un perro. Fritz shot del perro Fotografía en Angulo normal 339 disposición horizontal Toma lateral 116 Yeni Colla 37 Digital- JPEG Niñez de Morococha Monumentos de la ciudad Monumento al Huaricapcha, niño, montañas, espacio público urbano Plaza pública ubicada a la entrada de la ciudad de Morococha Se retrata un monumento “el Huaricapcha” y un niño apoyado en él. La fotografía es tomada al amanecer en la plaza dedicada al minero Plano conjunto del monumento y el niño ubicados al medio del encuadre Fotografía en disposición horizontal Ángulo en Contrapicado Toma frontal 340 Anexo 2: Herramientas de investigación Herramienta 1- Entrevista semi-estructurada Variable de investigación: El taller de fotografía Público: Gestores y ejecutores- Social Capital Group COD Nombre: Fecha: A.1 Proyecto Toromocho • ¿De qué se trata el proyecto Toromocho? • ¿Qué consecuencias tiene en la población? • ¿Cómo se realizó la mudanza y el reasentamiento? • A.2 Inicio del Proyecto • ¿Cómo comenzó la experiencia? • ¿Por qué se contacto a Ojos Propios? ¿Qué se requería? • ¿Por qué trabajar en la recuperación de la memoria? • A.3 Objetivos del proyecto • ¿Qué se propuso como organización frente a la problemática? ¿Cuáles son los objetivos del taller? • ¿Por qué la fotografía? ¿Por qué la metodología participativa? • ¿Qué resultados se esperaban? A.4 Actores del proyecto • ¿Quiénes han intervenido en el taller? • ¿Qué rol han cumplido? • ¿Cuáles son las percepciones respecto a su intervención? A.5 Propuesta y contenido • ¿Qué se entiende por memoria? ¿Qué se quiere hacer con la memoria? • ¿Cuál fue la propuesta de la organización para trabajar con la memoria? • ¿Cuál fue la propuesta a partir del uso de la fotografía? ¿Cuál fue la propuesta a partir 341 Herramienta 2- Entrevista semi-estructurada Variable de investigación: El taller de fotografía Público: Ejecutores y productores- Ojos Propios COD Nombre: Fecha: A.1 Características Lugar, fechas, participantes, características de los participantes, expositores, cronograma A.2 Ejecutores y expositores • ¿Quiénes eran? ¿Cuántos eran? • ¿Qué papel cumplía cada uno? ¿Cómo aportaron a los talleres? A.3 Los participantes • ¿Quiénes participaron en el taller? • ¿Cómo fue la selección de participantes? • ¿Cuáles eran sus motivaciones? A.4 Guía temática (Contenido teórico y contenido práctico) • ¿Cuáles eran los temas de las sesiones? • ¿Cuál era el contenido teórico de las sesiones? • ¿Cuál era el contenido práctico? de la metodología participativa? A.6 Etapas • ¿Cuáles son las etapas de la experiencia? ¿Cuál fue su cronograma? • ¿Cuáles son las ventajas o amenazas que se enfrentó en su realización? A.7 Logística e intervención • ¿Cuál fue la pre-producción del taller? • ¿Cuáles fueron las primeras acciones? • ¿Cómo se realizó la convocatoria? ¿Cómo se motivo la participación de las personas? 342 A.5 Herramientas • ¿Con qué herramientas se contaba? • ¿Cómo eran utilizadas? A.6 Sesiones del taller • ¿Cuáles fueron las sesiones del taller? • ¿Cómo se dieron? ¿Cuál fue el cronograma? A.7 Fotografías y resultados • ¿Cómo fueron las fotografías producidas? ¿Qué recuerdos se abordaron? • ¿Qué temáticas abordaron? ¿Cuáles fueron los comentarios? A.8 Discusión y reflexión • ¿Qué reflexiones se obtuvo de la experiencia? • ¿Qué recuerdos colectivos se generaron? A.9 Conclusión y difusión • ¿Cómo concluyó el taller? • ¿Cómo se difundieron las fotos? • ¿Cuáles son las lecciones aprendidas? 343 Herramienta 3- Entrevista semi-estructurada Variable de investigación: El taller de fotografía y el trabajo fotográfico Público: Pobladores morocochanos participantes de la experiencia COD Nombre del entrevistado: Edad: Fecha: Hora: Lugar: A1. Datos personales • ¿Cuáles son las principales actividades que realizas? ¿Cuáles son tus pasatiempos? A.2 Historia personal y familiar • ¿Con quién vives aquí? • ¿Qué hacen tus papás? ¿A qué se dedican? • ¿Tienes hermanos? ¿Cuántos hermanos? ¿De qué edades? • ¿De dónde proviene tu familia? ¿Por qué llegaron a Morococha? • ¿Cuántos años vivieron en Morococha? • ¿Cómo era vivir en Morococha? A.3 Sobre Morococha y sus recuerdos • ¿Cómo era la antigua ciudad? • ¿Cuáles son las diferencias entre la antigua y la nueva ciudad? • ¿Qué ha cambiado en tu vida diaria a partir de la mudanza? • ¿Qué es Morococha para ti? ¿Qué sientes por Morococha? • ¿Cuáles son los símbolos de Morococha? • ¿Sabes alguna historia o leyenda de la ciudad? • ¿Extrañas la ciudad? ¿Cuáles son los recuerdos de la ciudad? • ¿Cuáles eran lugares más importantes en la ciudad y por qué? A.4 Sobre el reasentamiento y mudanza • ¿Por qué te mudaste a la nueva ciudad? 344 • ¿Qué significo para ti la mudanza? • ¿Cómo está ahora tu familia? ¿Qué cosas han cambiado en tu vida? • ¿Qué crees que se ha ganado o perdido con la mudanza? A.5 Sobre los talleres de fotografía • ¿Cómo te enteraste de los talleres? • ¿Qué hacían en el taller? • ¿Qué aprendiste en los talleres de fotografía? • ¿Te gustó la experiencia? ¿Qué te permite hacer la fotografía? A.6 Sobre sus fotografías • ¿A qué te gusta tomar foto? (paisajes, personas, formas)? ¿Por qué? • ¿A qué lugares de Morococha le tomaste foto? • ¿Cuáles son tus fotos favoritas? • ¿Por qué tomaste esas fotografías? ¿Podrías contar cómo la tomaste? • ¿Qué recuerdos te genera verla? • ¿Qué significa esta foto al saber que esos lugares ya no existen? A.7 Lecciones, impresiones y aprendizajes • ¿Qué aprendiste de toda la experiencia? • ¿Qué te permite hacer la fotografía? • ¿Qué significó para ti la experiencia? • ¿Por qué crees que era importante tomar fotos de Morococha en ese proceso de cambio? • ¿Qué opinas del Museo de la Memoria? 345 346